Aichi Iwakura

Yuzuki Minami
Shukusha

Escuchó a Takano con atención, mientras lo veía deshacerse de la parte superior del kimono para que pudiera ver su lesiones. Teniendo en cuenta que le estaba dando la espalda, aprovechó para permitirse una sonrisa casi condescendiente al escucharlo intentar justificarse.

—¿No debería ser al revés? La tranquilidad sosiega la mente —dijo entonces, mientras se acercaba para examinar de cerca la inflamación, deslizó los dedos con cuidado sobre la lesión y comprimió los gestos al imaginar lo que había dolido ese golpe—. Al menos debería hacerlo, incluso mentes como la tuya, pero me da la sensación de que no es solo la tranquilidad de este lugar lo que te está alterando.

Tomándose confianzas que ni ella sabía si le correspondían, rodeó a Takano para ver también el golpe del pecho, ese que había recibido porque no pudo detenerlo a tiempo. Volvió a arrugar las facciones al observarlo de cerca.

—Este de aquí no me preocupa tanto como el del cuello, aunque bueno, no estás en tu mejor momento, Takano —comentó con cierto aire de broma casi imperceptible—. Está demasiado inflamado, podría haberte arruinado el músculo o algo más, y eso tarda bastante en sanar. ¿Qué tanto te duele? ¿Se extiende a la espalda o al brazo? Podemos buscarte algo para el dolor y bajar la inflamación con telas humedecidas en agua fría, pero es probable que si haces algún movimiento brusco como andar lanzándote a árboles con este tipo de lesiones, solo las empeores. Además, que utilices tanto los músculos de la zona solo va a hacer que sane más lento.

Lo estaba reprimiendo casi como si fuera un chiquillo y apenas se estaba dando cuenta, a decir verdad.

—Conseguiste lo que necesitabas en la casa del viejo, ¿no? El resto de cosas pendientes vas a tener que dejarlas en nuestras manos unos cuantos días, si extiendes una lesión de estas vas a empezar a relentizarnos más que ayudarnos. —Vaya brusquedad, por todos los Dioses, pero sabía que podía hablarle así—. Tienes un grupo bastante decente de trabajo aquí contigo, si me permites la falta de humildad, podemos manejarnos. Además logramos solucionar el vacío de mi arma el primer día y bueno, no es que vaya a matar a nadie como hicieron en Tsu solo por estar armada.

Golpe bajo además.

Toda la crianza de los Minami estaba brillando como lámpara de aceite.

Contenido oculto

se me desató la Yuzu alv

 

Shukusha (Ukita; Takano; Fuji Kohaku; Yuzuki)

Habitación de Takano

Takano escuchaba a Yuzuki, se sentía atacado; ella conocía su pasado como pocos podían hacerlo —El golpe del cuello no me deja girarlo— movió su rostro a la derecha y luego a la izquierda para mostrarle la poca movilidad que tenía —Si levanto los brazos siento la tensión — decía con escasas palabras, sabía que las de ella eran ciertas, debía descansar y evitar movimientos tan bruscos, había caído del árbol por no poder girar bien el cuello, el dolor lo había detenido; pero no le diría eso. Ya lo había regañado lo suficiente.
Le mostró los objetos robados, mapas viejos y un tablero de shogi de madera, ninguno estaba dañado —Si no fuera por Kohaku no hubiera podido robarlos, soy más lento ahora con las heridas — Hablaba sin emoción, pero su mirada era distinta, podías notar aquello que no le permitía ser él mismo.

Pero fueron esas últimas palabras las que lo hicieron perderse en un horizonte imaginario "...no es que vaya a matar a nadie como hicieron en Tsu solo por estar armada"

Se quedó en silencio mientras Yuzuki lo trataba, no parecía reaccionar al dolor del cuello, algo más dominaba su mente —Tengo miedo— dijo sin mirarla, con una voz seca y con un volumen bajo, una voz de alguien avergonzado.

— No sé como vaya a reaccionar mi padre al verme nuevamente; como reaccione al verte; al ver a Takeda. No sé como vaya a reaccionar cuando se entere que su hermana, Hana Harima... — El que le recordaras los eventos en Tsu lo sacaron de Iwakura, ese pequeño poblado tan tranquilo, un sitio dónde huir de los problemas.

— Yo estaba allí, esa mujer también era mi sangre y caí frío al suelo sin poder hacer nada para ayudarla. Si me hubiera detenido a pensar, si me hubiera detenido a observar la situación, ella seguiría con vida. Me he vuelto descuidado. Eso es lo que pensará mi padre al enterarse, eso es lo que Takeda... — no podía terminar la frase, sus facciones cambiaban a unas que no habías visto en él.

— No he podido sostenerle la mirada desde aquella noche, le fallé. Seguramente cuando lleguemos a Kamakura recibiré el castigo, no le temo a la muerte. Pero no soporto esto que siento — colocó su puño completamente cerrado en su pecho, su mano temblaba por la fuerza que ejercía en el agarre.

— He perdido mi enfoque; si tan sólo Takeda me hubiera gritado, o me hubiera golpeado, o retado a un duelo por honor por mis errores; al menos así podría sacar este dolor que tengo en el pecho. Pero no, ahí estaba con su estúpida mirada triste y su sonrisa — dijo golpeando el tatami con ese mismo puño cerrado.

— La razón por la que no fui con él a Gifu fue porque soy un cobarde, uno que no puede sostenerle la mirada porque sabe que le ha fallado, por eso lo mandé lejos. Y lo envié con cuatro personas que desconozco. Ya no estoy analizando detenidamente, sólo estoy... estoy... sintiendo — Miró a Yuzuki, se veía enojo y frustración en su mirada.

— Estoy pensando con los sentimientos; Takeda tenía razón cuando dijo que formé su equipo con las personas que no soporto; pero es por eso, son tan emocionales que no puedo estar demasiado tiempo junto a ellos, pierdo la paciencia. Él lo sabía y aun así confió en mi juicio. Si por mi incapacidad de pedir una disculpa le sucede algo, yo.... yo creo necesito volver a la celda, mi padre tenía tanta razón Yuzuki, soy un fracaso — dijo desviando la mirada y colocando sus codos en sus rodillas para que sus brazos colgaran en signo de derrota.

• Takano
• Ukita
• Fuji
• Kohaku
• Yuzuki

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  Agilidad (+2 defensa)
  Avaricia (-2 suerte)
  Katana (+19 ataque)
  
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  Mal descansado= -1 defensa
  Intuitivo (+3 suerte)
  voluntad débil (-1 defensa)
  

 

Yuzuki Minami
Shukusha

Ahora mismo no tenía presente cuántos años adelante iba a Takano, parecía haber olvidado de repente que le sacaba seis años completos, pero allí estaba ella regañándolo. ¿Había sido siempre así, ella sacando a la luz las metidas de pata de Takano y sus hermanos?
De nuevo se limitó a escucharlo en silencio, que le dijera todo lo que realmente lo estaba molestando, lo que lo alteraba y que no era, como había pretendido decir, la tranquilidad del lugar. Era un brusco, pero no era tonto, había preferido soltarle todo antes que dejarla hacer las preguntas.

No puede girar el cuello.

La tensión se extiende a los brazos.

—Te voy a tener que inmovilizar el cuello, ¿de acuerdo? Te estoy avisando, no es opcional —murmuró en una de sus pausas, sin perder detalle de sus palabras. Enderezó su cabeza hacia el frente sin molestarse en pedir permiso e inició su tarea.

Bueno, estaba hecho un absoluto desastre física y mentalmente, ¿no?

—Sentir no es un error —dijo entonces, aún centrada en su tarea—. Quiero decir, creo que ninguno de nosotros es capaz de hacerlo con libertad, al menos me di cuenta de ello al estar junto a Fuji, es como si algo nos mantuviese siempre encadenados con la vista puesta en el frente. Pero incluso las guerras son movidas, bajo la mesa, por las emociones que orientan los intereses políticos, las creencias de un grupo de personas. No existe ninguna cabeza que pueda ser fría todo el tiempo.

Guardó silencio unos segundos, ordenando sus propias ideas, tratando de encajarlas con todo lo que acababa de decirle.

—Si quieres culparte por lo que pasó con Hana Harima no voy a detenerte, incluso el mismo señor llegó tarde, ¿no te das cuenta? Todos llegamos tarde, la vimos irse, Takano, y tardamos en reaccionar. La vi irse... y pude haber ido tras ella en ese mismo instante, pero me quedé mirando a pesar de que lo sentí en el pecho, que algo estaba terriblemente mal. Tendremos que lidiar con cualquiera que sea la reacción de tu padre a este compilado de cosas que recibirá. —Se relamió los labios que de repente sintió exageradamente secos, al igual que la boca. Recordar lo de Hana era como recibir una patada en el estómago—. Sin embargo, querido Takano, hay una parte de tu amplio dilema moral que como buena Minami puedo solucionar.

Se incorporó y le echó la parte superior del kimono sobre la espalda de nuevo. Tomó la katana que mantenía sujeta al cinto de su propia ropa, no la desvainó, así protegiendo el filo con la saya todavía le acertó un golpe en el centro de la espalda entre las vértebras del tórax y las lumbares. Ni siquiera midió la fuerza, le atinó como hubiese deseado atinarle a los bambúes de Masamune en el primer golpe.
Lo miró desde arriba, con los ojos prácticamente chispeando y el flequillo albino desordenado sobre el rostro.

—En nombre del señor. —Su actitud era casi amenazante aunque sabía que la diferencia de fuerza física y habilidad era importante entre ellos, la traía sin cuidado—. ¿Incapacidad de pedir disculpas? ¿Qué eres, Takano, un niño? Si pudiste pensar en disculparte, eres perfectamente capaz de hacerlo y si tengo que llevarte a golpes frente al señor también lo haré, lo sabes muy bien. ¿Crees que permitiré que te vuelvas a meter en una celda y te llames fracasado? No me hagas estrenar la katana de Tokiharu Masamune contra un herido, eso sería muy bajo para la sangre Minami.

Contenido oculto

Qué joya de interacción JAJAJA

 

Shukusha (Ukita; Takano; Fuji Kohaku; Yuzuki)

Habitación de Takano

Takano se irguió al contacto con la saya, aquel golpe lo tomó desprevenido; se giró torpemente en el suelo debido a la incapacidad de poder girar únicamente el cuello, acomodó sus omóplatos girando sus hombros hacia atrás, lo que provocó que algo tronara mientras se ponía de pie para mirar de frente a Yuzuki, con su mirada seria de siempre, volvía a estar enfocado.

Se quedó unos momentos así, hasta que arrebató la katana de Yuzuki, la colocó frente a ambos, deslizó la saya hasta la mitad, mirando fijamente al filo del sable; después la volvió a cerrar entregándosela a Yuzuki — ¿Masamune has dicho? ¿La robaron? — preguntó, esquivando el tema. Tomó la propia y la desenvainó, no la había revisado desde que la robó en Tsu, había perdido la suya y obtenido otra que no parecía ser mejor que su vieja katana. La volvió a guardar de un movimiento. —Dejar un sable encerrado en la saya no le permite mostrar su potencial, supongo que sólo necesita que la afilen para que esté como nueva —dijo mirando a Yuzuki, no se refería a su katana.

Volvió a estirar su espalda, el golpe ardía, lo sentía caliente en toda la espalda — Necesitaba enderezarme ¿eh? —dijo sin quejarse del dolor —Gracias Yuzu — dijo avergonzado.

• Takano
• Ukita
• Fuji
• Kohaku
• Yuzuki

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  Agilidad (+2 defensa)
  Avaricia (-2 suerte)
  Katana (+19 ataque)
  
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  Intuitivo (+3 suerte)
  voluntad débil (-1 defensa)
  

 

Yuzuki Minami
Shukusha (dándole de hostias a Takano(?)

Soltó una risa sin gracia ante la pregunta de Takano, luego de permitirse tranquilizarse también. Había sido un movimiento impulsivo, pero no se arrepentía, lo había puesto en su lugar en cosa de segundos.

—Sé que dijiste que podíamos usar técnicas poco decorosas y sabes que no me tiembla la mano para tomar las cosas que necesito cuando las necesito —dijo regresando la katana al cinto, para después cruzar los brazos bajo el pecho—, pero no. Fuji le demostró que sabe forjar y accedió a darnos un arma, por haber dudado de las capacidades de dos mujeres. Nos hubiese dado el arma de todas formas, pero acepté demostrarle que sabía usarla. Ya sabes, cosa de orgullo.

¿Dejar el sable en la saya? ¿Afilar? Dioses, es que le gustaba ser críptico.

Se encogió de hombros al escucharlo agradecerle y se permitió sonreírle entonces, dejando de lado completamente aquella actitud con la que la había asestado el golpe.

—Siempre dispuesta a acomodarte las ideas de un golpe —respondió junto a una risa—. ¿Algo más que requieras de mí, Takano?

 

Shukusha (Ukita; Takano; Fuji Kohaku; Yuzuki)

Fuji miró a Chiasa y sonrió —No puedo creer que la viera como malvada, es demasiado adorable — dijo mirando a Chiasa en su hombro — Supongo que nada mas pusieron en alerta al hombre, el hombre era un viejo general; ha de conocer todos los métodos posibles para ser engañado —

—Si, hemos tenido suerte de encontrar a un herrero como él en un pequeño lugar como este; cuando vuelva le preguntaré las razonas por las que vino a parar aquí, seguramente serán interesantes — sonrió cuando escuchó que él y Takano eran buen equipo — Seguramente tú eres capaz de formar equipos formidables con quien te propongas, Chiasa es el ejemplo perfecto. También lo hiciste en Nara con un nuevo equipo, con Takeda en Tsu y ahora con Takano, tu estilo no se limita a una sóla área; puedes adaptarte a la misión que te otorguen. Eso te hace un guerrero completo Kohaku, y eso sin agregar tu gran corazón dispuesto a ayudar, Matsuda te debe la vida. Sé que para ti representaba algo que debías hacer por tu rectitud, pero tus acciones fueron tan importantes para que alguien siguiera con nosotros — sonrió para después pensar en su familia en Nara.

—Suguino es fuerte, pero estoy segura que está sufriendo la pérdida de Chikusa. No la había visto preocuparse tanto por alguien, por eso sé que no la está pasando bien — dijo con la mirada baja — A veces me siento culpable de estar feliz sabiendo que ella no lo está y no estoy con ella para ayudarla — dijo con tristeza quedándose en silencio unos instantes.

Su tristeza se tornó en una sonrisa al recordar a Matsuda — Mas le vale que no ande cerca de más venenos, ese hombre puede comer algo peligroso si es que se ve delicioso; puedes torturarlo con sanguijuelas todo lo que quieras si eso lo hace entender; es bueno en combate pero vaya que es torpe en muchas otras cosas — rió junto a Kohaku, recordando anécdotas bastante cómicas — El pensaba que el sonido de las cigarras era alguien que tocaba un pequeño koto todas las noches — siguió riendo por un rato.

Ukita se acercó a ambos — Nosotros cinco hemos llenado el shukusha —dijo sorprendido pues el tamaño del lugar era pequeño pero agradable —iré a tomar un baño y después a dormir, supongo que mañana nos espera otro viaje largo— dijo retirándose a los baños.

---

Habitación de Takano

Takano escuchaba la historia, imaginaba fácilmente a Fuji haciendo esa clase de acciones, nadie sale bien parado cuando la juzgan sólo por ser mujer, después al escuchar que Yuzuki había demostrado de la misma manera su valía afirmó levemente — Creo que el orgullo es necesario para cualquier guerrero, demostrarlo es importante, y más cuando gracias a este orgullo haces ver que la otra persona estaba equivocada. Seguro por orgullo también Masamune entregó el arma —

Takano negó ante la pregunta de Yuzuki —Si quiero otro moretón adornando mi espalda te lo haré saber — dijo como broma sin sonreir —Por ahora iré a tomar un baño caliente — avanzó hacia la salida pero se detuuvo por un momento en la puerta — Tu familia — pausó para girarse nuevamente para mirarla — Perdón por no protegerlas como lo hizo Jiin, en esos momentos en verdad consideraba que lo que hacían era una gran traición a los Harima y Minamoto, por muchos años creí las palabras de mi padre. En verdad lo siento — lo dijo con firmeza y con la mirada seria que lo caracterizaba, si debía empezar a disculparse lo haría con las personaas con las que creció.

• Takano
• Ukita
• Fuji
• Kohaku
• Yuzuki

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  Agilidad (+2 defensa)
  Avaricia (-2 suerte)
  Katana (+19 ataque)
  
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  Intuitivo (+3 suerte)
  voluntad débil (-1 defensa)
  

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Yuzuki Minami
Shukusha

Asintió ante las palabras de Takano sobre el orgullo, porque ciertamente creía que tenía razón. El orgullo era lo que movía a los guerreros.

—Cuidado con ese cuello. Si tengo que volver a revisarte, te suelto otro golpe antes de ponerte en orden —comentó, seria también. Iba a retirarse cuando él habló de nuevo.

¿Su familia?

Se congeló allí, en medio de la habitación ajena, y los brazos se desenredaron de debajo de su pecho sin permiso alguno, cayendo a ambos lados de su cuerpo. Le tomó por lo menos un sólido minuto poner en orden sus pensamientos, a pesar de que casi acababa de partirle la espalda con una katana sin desfundar.

Había dicho que quería disculparse con Takeda, ella no pretendía que se disculpara con ella y con su clan completo; ni siquiera lo había pensado nunca, que tuviera algo por lo que disculparse.
No tenía tiempo tampoco para darle vueltas, pero era... de nuevo, una cuestión de orgullo.

—Perdí la cuenta de los que prefirieron quitarse la vida antes de decidir servir a los Taira o morir bajo su mano, mi padre incluido, pero si viviera ceñida en eso deshonraría a mi propia sangre. —Enderezó la postura y caminó para salir de la habitación, pasando a su lado. Habló mientras se retiraba también para darse un baño—. No hay nada por lo que debas pedirme perdón y si lo crees necesario, toma el moretón de tu espalda como una prueba de que estás disculpado, sea lo que sea que signifique para ti. Estoy aquí en nombre de todo un clan, no tengo tiempo para detenerme a pensar en cómo habrían sido las cosas. Además, tú también creciste a mi lado, ¿no? Debes saber que no necesito disculpa alguna. Más disculpas te debo yo a ti por no haber podido protegerte de ese golpe que llevas en el pecho.

No se detuvo a esperar una respuesta, se limitó a seguir su camino una vez terminó de hablar.

 

EVENTO del siguiente día​

 

Yuzuki Minami
Shukusha

Abrió los ojos despacio al escuchar el repiqueteo suave de la lluvia afuera. El futón estaba cálido, pero la mano que tenía fuera de este estaba fría.
Se enderezó, enjuagándose los ojos con algo de fuerza y segundos después se puso de pie, para comenzar a colocarse el kimono azul que sí había conseguido recuperar en la prisión. Se ajustó la katana al cinto y salió de la habitación mientras se desenredaba el cabello con los dedos, aún bastante adormilada.

—Buenos días —dijo mientras se sentaba también a la mesa.

¿Qué se supone que hicieran ese día? Bueno, realmente la pregunta era por dónde debían comenzar.

 

Shukusha (Ukita; Takano; Fuji Kohaku; Yuzuki)

Ukita miró a Yuzuki mientras ella se sentaba con él en la mesa —Muy buenos días señorita — dijo con una leve reverencia, hubiera mencionado su apellido para mayor formalidad pero no quería que alguien llegara a escucharlos —Me parece extraño que nuestro estratega aun no despertara, suele ser de los primeros en hacerlo — dijo refiriéndose a Takano.

En anciano dejó una taza de té frente a Yuzuki; después le dejó a cada quien un tazón de arroz —Espero pasaran muy buena noche — dijo con una sonrisa mientras se retiraba al ver que alguien más entraba al Shuksha. Ukita dió un sorbo a su té.

—Muy buenos días señor Nakakore —dijo el anciano a la persona que acababa de ingresar.

Ukita quien estaba dándole la espalda a la puerta del Shuksha, cerró los ojos y dejó su taza de té frente a su arroz intacto.

—No se preocupe señor Sekiguchi; sólo estoy buscando a alguien— dijo el otro viejo que había ingresado, Yuzuki pudo notar que al hombre le faltaba un ojo.

Contenido oculto

Ukita abrió sus ojos y dijo en voz baja sólo para que Yuzuki oyera —Estamos en problemas, iré a informar a Takano — Ukita se levantó mientras que el hombre que respondía por el apellido de Nakakore lo interceptó.

—Muy buenos días, disculpe mi interrupción, no planeaba molestarlos en su desayuno —dijo mirando a Ukita y luego a Yuzuki —Por favor continúen —dijo adelantándose a las habitaciones.

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Les tocó evento peligroso

• Takano
• Ukita
• Fuji
• Kohaku
• Yuzuki

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  Agilidad (+2 defensa)
  Avaricia (-2 suerte)
  Katana (+19 ataque)
  
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  Mal descansado= -1 defensa
  Intuitivo (+3 suerte)
  voluntad débil (-1 defensa)
  

 

Yuzuki Minami
Shukusha

Estaba por explicarle a Ukita que había atendido a Takano en la noche, sin mencionarle el incidente del golpe en la espalda, y que le había tenido que inmovilizar el cuello y además necesitaba que descansara cuando una persona ingresó al Shukusha.

Ya solo la apariencia del hombre que acababa de entrar había encendido todas las alertas, que solo aumentaron el grado de preocupación cuando Ukita murmuró aquello.

Tenía que haber despertado a Takano de otro golpe con la katana en la saya, sin duda.

¿Qué tantas posibilidades habían de armar un escenario para que Ukita adelantara al viejo o, en su defecto, pudiese hacerlo ella en su lugar?

Extendió la mano para tomar su propia taza de té y le dio un par de sorbos.

Si tan solo... Se le resbalara. Tendría una excusa.

Conectó su mirada con la de Ukita.

 

Shukusha (Ukita; Takano; Fuji Kohaku; Yuzuki)

Ukita miró a Yuzuki en complicidad, debían actuar; en su interior sabía que no lo podrían engañar, pero no podían quedarse sentados mientras ese hombre esperaba que Kohaku o Takano salieran, seguramente desconocía a Takano pero se cargaría sus acusaciones a Kohaku.

Fuji regresaba de los baños con su yukata y se cruzó con el anciano, no pudo evitar clavar su mirada en la ausencia de aquel ojo —Seguramente esa herida tiene una historia increíble—

Ukita miró a Yuzuki, se alegró de que no tendría que dejar caer su té en el proceso. Se levantó y tomó a Fuji por los hombros —No es de buena educación que preguntes a un hombre eso— dijo como si estuviera regañándola —Sabrá disculparnos—

El hombre sonrió viendo la evidente vergüenza de Fuji, ese era el momento para Yuzuki de ir por Takano y Kohaku.

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Ya te la sabes xD
Deberás tirar un conjunto de 5 dados de 10 caras

1-14= el hombre siente tu presencia pasar detrás de él
15-30= el hombre siente algo pero no sabe que fue
31-50= te has escabullido por completo

• Takano
• Ukita
• Fuji
• Kohaku
• Yuzuki

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  Katana (+19 ataque)
  
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  Intuitivo (+3 suerte)
  voluntad débil (-1 defensa)
  

 

Yuzuki Minami
Shukusha

La aparición de Fuji había sido más que ideal, no iba a mentir, incluso con aquella intervención que pecaba de grosera. Ukita había entendido su mirada, de todas formas, así que si la chica no aparecía habrían tenido que recurrir a una estrategia bastante más torpe.

Aprovechó el momento en que Ukita se levantó para fingir reprender a Fuji para levantarse en silencio, tendría que colarse por la espalda del viejo. Si tenía suerte podría aprovechar el hecho de que carecía un ojo para ello, aprovechando el punto ciego ampliado.

Tragó grueso antes de ponerse en movimiento. Advertir a Takano y Kohaku a tiempo dependía de ella.

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tengo miedo help

 

Shukusha (Ukita; Takano; Fuji; Kohaku; Yuzuki)

Ukita hizo que Fuji lo mirara, conociendo su amabilidad y exceso de palabrería seguramente saludaría a Yuzuki si la ve pasar detrás del anciano. Yuzuki lo hizo sin problema alguno, a pesar de que el hombre sintió su presencia no pudo comprobar nada.

— Perdón — dijo Fuji avergonzada mientras hacía una reverencia.

— La curiosidad suele ser peligrosa — dijo el hombre mientras sonreía — Mi nombre es Hashimoto Nakakore ¿Cuales son sus nombres? — preguntó Hashimoto.

—Sogetsu y Usagi Tsumine — mencionó Ukita.

• Takano
• Ukita
• Fuji
• Kohaku
• Yuzuki

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Yuzuki Minami
Shukusha

Escuchó el nombre del hombre mientras lograba pasar a sus espaldas, gracias a que Ukita mantuvo a Fuji distraída.

Hashimoto.

La casa donde había ido a conseguir las semillas de ricino y donde se había encontrado a Takano, cayendo del árbol con la gracia de una fruta pasada de madura y picoteada por los pájaros. Lo entendió todo entonces, las cosas que había tomado Takano eran de ese hombre.

De verdad tenían problemas.

Avanzó hasta las habitaciones, abrió la puerta corrediza de la de Takano y se coló dentro. Bueno, le había dicho que descansara, pero ahora no eran momentos para estar durmiendo tan plácidamente.
Se acuclilló junto al futón, tomó al hombre por los hombros y lo zarandeó sin demasiado tacto, como siempre.

—Levanta de una vez —dijo, tratando de no alzar demasiado la voz—. Hashimoto está aquí.

 

Shukusha (Ukita; Takano; Fuji; Kohaku; Yuzuki)

Takano despertó con esfuerzo; sus ojos no parecían querer abrirse, la sacudida tampoco parecía ayudar, sólo pudo abrir por completo los ojos cuando Yuzuki mencionó aquel nombre —Kuso— pronunció en voz baja, mientras se vestía a velocidad y tomaba sus pertenencias.

—Me he confiado nuevamente —dijo mientras se asomaba con cuidado para ver la escena en el pasillo, no veía a Kohaku, regresó a su habitación y miró a Yuzuku mientras masajeaba sus párpados —Esto me pasa por quedarme dormido — decía mientras pensaba cómo salir de esa situación dónde Hashimoto cubría la única entrada, si escapaban brincando la barda posiblemente los atraparían si no eran hábiles escaladores.

Las ideas comenzaban a recorrer la mente de Takano, alguna salida, algún movimiento.

—Sólo díganle a su amigo que lo estaré esperando en la entrada a Iwakura, sé lo que ha tomado. No sólo soy buen estratega, también soy gran rastreador; podré seguirlos a dónde sea que vayan, así que evítenme esa pena— dijo en voz alta para que todos escucharan, el hombre sólo ha estado jugando con todos ustedes.

Takano permaneció en la habitación, se sentía humillado y un odio lo hacia apretar sus puños; quería salir en ese momento y enfrentarlo; pero no debía hacerlo tan exhaltado, así sólo cometería más errores.

Hashimoto salió del Shukusha despidiéndose del hombre el cual no se inmutó en lo que había pasado, ya que su oído era muy malo. Ukita y Fuji se quedaron mirando fijamente, después Ukita fue hacia la habitación de Takano y Fuji se dirigió a la de Kohaku para despertarlo, tocó a su puerta esperando que no estuviera profundamente dormido.

—Debemos irnos de Iwakura— dijo Takano preocupado por la situación.

—Hashimoto Nakakore, mejor conocido como Inugami —mencionó Ukita— a ese hombre le dieron el mote de el Dios de la venganza —

—¿No podías habérmelo dicho antes de que le robara al Dios de la venganza?— pregntó Takano molesto

—Eres terco, no me dejaste convencerte — culminó Ukita.

Takano quería seguir alegando, pero sabía que Ukita tenía razón, el día anterior no quizo escucharlo, a pesar de el conocer de la milicia japonesa por su puesto de guardia, tanto en Uto como en Nara.

—Entonces no queda más que enfrentarlo— dijo Takano mientras masajeaba sus sienes, miró lo que había robado, no estaba arrepentido de su acto, sólo se arrepentía de no haberse ido de Iwakura antes.

• Takano
• Ukita
• Fuji
• Kohaku
• Yuzuki

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Yuzuki Minami
Shukusha

Frunció el ceño al escuchar las palabras de Hashimoto, dejando claro que sólo había estado jugando con ellos desde el inicio, como un gato con su presa.
Casi gruñó en respuesta aún allí en la habitación de Takano, luego de haber pensando en despertarlo con otro golpe de los buenos.

Al final él había tenido razón. La tranquilidad de Iwakura era engañosa, los había relajado lo bastante para que Hashimoto, para que Inugami, terminara por encontrarlos.

—La próxima vez podemos empezar por los títulos terroríficos de la gente para ver si tomamos sus cosas o no, o si hacemos un plan más elaborado para internarlo siquiera —masculló. Entre las lesiones viejas de Takano, su lío mental de la noche y el susto que les había pegado el viejo, no tenía por dónde ser tan suave como de costumbre.

Cuando escuchó la voz de Kohaku alzarse clavó la vista en él, aún con los gestos comprimidos por el fastidio, aunque se forzó a suavizarlos ligeramente.

—Estratega y rastreador —comenzó, soltando un suspiro—, podrá ser un anciano con una lesión de guerra pero no es ningún desvalido, no se ganó ese apodo por ser piadoso, ¿o sí? Si no hacemos algo al respecto podría costarnos caro.

Podía ser cautelosa, no actuar por impulso como algunos de los otros integrantes, pero cuando la situación se ponía compleja no dudaba en hacer lo que tuviese que hacer con tal de evitar percances más graves.

Por eso el robo, por eso los venenos.

No era ninguna doncella en apuros. Lastimosamente, la edad de Hashimoto no era un obstáculo moral lo suficientemente importante para hacerla dudar.