Shimane Islas Oki

Seikanji Yamagawa

El camino de regreso al barco fue extraño, ya que una nube negra de presagios tormentosos se cernía sobre ellos. No solamente habían perdido un aliado valioso, ahora el herrero trabajaría directamente para el enemigo, fortaleciendo sus defensas. Seikanji escuchó con atención lo que Mako informó una vez logrado el encuentro con el primer grupo que se quedó reparando la embarcación.

—Podemos hacer la diferencia entre todos nosotros. —se aventuró a decir, buscando una forma de no darse por vencidos. —Si esta mujer se encuentra aquí, tan cerca de nosotros, el enemigo no tardará en encontrarnos. Aún debemos esperar la llegada del shihan y no sabemos cuánto tiempo estaremos varados en la isla hasta su regreso.

Los ojos de Seikanji buscaban una voz que le acompañe en su protestar, alguien que pudiera dar sentido a su argumento. Entendía perfectamente el sentido de Mako, incluso él mismo creía que seguir apostando la vida en batallas era ilógico en una situación como la que se encontraban.

Pero tanto sacrificio sería en vano si dejaban atrás la mejor carta para estar un paso por delante de sus enemigos. Cerró sus puños, sabiendo que la mejor idea era marcharse y esperar. Ser útil en otro sentido, quizá entrenando en conjunto hasta la llegada de Murai. Pero era obstinado y sus pensamientos se cruzaban con las emociones que sentía por la médica. El herrero había dicho que haría algo para ella... Y eso era demasiado para intentar rescatarlo.

 

Aoi Nobunaga

Escuchó las palabras de Mako y su felicidad se esfumó tan rápido como había llegado tras su pequeño descubrimiento.

Frunció el ceño ante la mención del clan Mori y dirigió una mirada de soslayo en dirección a su pareja. No podía permitir que Gendo los encontrara.

Estaba de acuerdo con Mako, no iba a arriesgar a su familia por nada ni nadie por lo que asintió para mostrar su acuerdo y, cuando Seikanji intervino, se mantuvo en silencio.

Ella no apoyaría ninguna iniciativa que los pusiera en peligro... No a menos que la victoria estuviera asegurada al 100 %.

Meditó unos instantes observando el botín que tenía entre las manos y suspiró.

— Con ésto puedo realizar un veneno mortal.— Comentó, sacando después una de las largas y delgadas agujas que Wu le había entregado. — Quizá tengamos una oportunidad de matarla sin enfrentamiento pero necesito una herbolaría para prepararlo... Y sigue siendo un riesgo si fallo el lanzamiento.

 

Cima de la montaña
[Akihito; Xiao]

Xiao observó el ritual que realizaba Akihito sin realmente saber que estaba haciendo hasta que este le indicó que no la tocara; eso si lo entendía. Xiao negó y después él se levantó para después intentar explicar del por qué se encontraba allí.

Avanzó hacia shi y sacó un pedazo de la katana gigante del ichijama con el que habían peleado y lo clavó junto a shi; perforando también el haori de Akihito en el proceso. Después señaló el cielo e imitó el sonido de la tormenta. Con su mano derecha creó un zigzag veloz desde el cielo mientras creaba el sonido del trueno, hasta que la punta de su dedo tocaba aquella espada rota, creando el sonido de explosión.

Xiao había creado un pararrayos. ¿Pero por qué?

Xiao lo dirigió después hacia dónde antes estaba la vieja capilla; avanzaron un poco hasta llegar a una estructura de madera entre los árboles. Xiao subió a ella, presentándole su pequeño hogar. Uno que no quería que se convirtiera en un pararrayos.

Aquel hombre sabía de construcción.

Contenido oculto

Nekita

---

Cueva
[Aoi; Ryoshi; Dozan; Seikanji; Mako; Haku]

Haku afirmó al escuchar las palabras de Seikanji, él también estaba confiado que entre los presentes podrían causarle un daño severo a aquella mujer y tenían grandes posibilidades de matarla y librarse por completo de aquel problema.

Después las palabras de Aoi le dieron a Haku un mayor porcentaje de victoria; aquello podría ser más sencillo de lo que esperaban, y su único peligro sería enfrentarse a ella sin un médico.

—Hay muchas gaviotas rodeando la isla — mencionó Dozan —Si es hábil con los animales; podrá enviar misivas a sus aliados con facilidad. Dejarla con vida crearía mayores problemas si atrae a los suyos como bien menciona Seikanji. Y matar a todas las gaviotas nos va a ser casi imposible con las pocas flechas que carga Umi.

Ryoshi se cruzó de brazos y se mantuvo en silencio.

—Esa mujer... —repitió Mako — Creo que debo contarles algo...

Mako comenzó a contarles una larga historia de amor y traición.

—Esa mujer está loca... será mejor volver... esperar a Murai y después buscar otro sitio, uno lejos de aquí.

Contenido oculto

Ayeah
rapuma

 

Akihito Shishio
Cima de la montaña

Se mantuvo sentado observando con curiosidad a Xiao, deseando internamente que no iniciara su andar para que le diera más tiempo de descansar después de haber subido toda la montaña nuevamente y para su suerte, fue así. Entendió más o menos lo que intentaba decirle pero todavía no entendía del todo el uso que tendría ese pararrayos a futuro fuera de romper su querido haori/pseudo trampa para impedir que shi se estuviera deslizando por allí.

Imitó el sonido de la explosión a la par hacia un círculo con sus manos y lo expandía al alejarlas, intentando decirle a Xiao que entendía más o menos lo que le comunicaba, antes de tener que levantarse para seguirlo nuevamente hasta su nuevo destino.

Y vaya que se sorprendió cuando vio toda esa estructura, ya todo tenía un poco más de sentido.

—Es muy bonito...—Dijo al aire observando todo desde abajo, aunque rápidamente se corrigió y terminó mirando a Xiao con una sonrisa y mostrándole ambos pulgares con entusiasmo una vez más para que supiera que le gustaba su hogar.

—¿Tú nos podrías ayudar a...tener refugio a nosotros? —Preguntó primero señalándolo con una de sus manos, luego imitando unos gestos de martillo golpeando tablones imaginarios para indicar construcción, después apuntó a la construcción en la que Xiao estaba parado y finalmente, a si mismo y a la playa, indicándole la gente con la que venía.

—Por favor. —Agregó haciendo una reverencia hacia él, incluso aunque solo terminara enseñándoles a hacerlo, cualquier cosa servía si los mantenía protegidos del clima.

 

Seikanji Yamagawa

La idea de Aoi era más fría y calculadora y a su pesar tuvo que afirmar a su idea. Notaba que se estaba dejando llevar por sus emociones, un pálpito ardiente en su deseo de querer proteger a los suyos.

Luego oyó absorto la historia que Mako les contó y no pudo evitar sentirse culpable por lo que había hecho en Iga, aunque en su momento le pareció una gran idea al sepultar los secretos de sus enemigos, para mal o para bien.
Volvió a mirar hacia atrás, al mismo camino por el que habían vuelto, paralizado y removido por la amargura de los recuerdos que se clavaban como espinas en su conciencia.

—Vayamos y esperemos al shihan. —la melancolía de Mako lo arrastraba sin que pudiera evitarlo.

En el barco el miedo de filtraba por cada grieta de la madera como un gas tóxico que envenenaba el aire.

 

Mar
[Aoi; Ryoshi; Dozan; Seikanji; Mako; Haku]

El regreso a la isla hubiera sido silencioso si no fuera por las altas mareas que nuevamente azotaron el ya herido navío.

—¡La madera no está soportando!— gritó Dozan hacia Ryoshi

—Lo hará, los llevaré a la isla...—aseguró tomando la cresta de una ola nuevamente para alejarse. El tiempo avanzó y llegaron a salvo a la isla, con un bote hecho trizas.

Contenido oculto

Ayeah
rapuma

---

​

Playa
[Aoi; Ryoshi; Aki; Haku; Oshin; Midori; Kushina; Tomoe; Mako; Hiro; Hajime; Dozan; Seikanji; Aoi]

Al llegar, los recibieron ayudándolos a arrastrar el bote a la orilla; notaron la ausencia de Kyuzo y había sido poco tiempo desde su avance hacia la otra isla.

Aki notó el rostro de Seikanji, abatido. Se acercó a él —¿Qué ha sucedido?

—Hay una mujer muy peligrosa en la otra isla; no sé si está sola o está ella sola... aun así es peligrosa. No debemos acercarnos —aclaró Mako.

—¿Qué sucedió con el herrero?—atrevió a preguntar Kushina.

—La mujer se interesó en él por sus habilidades, lo hemos perdido — agregó Haku con derrota en su voz, algo que llevó a Oshin a abrazarlo con fuerza —Pero me dio algo en el último abrazo...— dijo mientras Oshin se separaba para que Haku mostrara el extraño mineral en sus manos —Me dijo que volviera a Omori... que buscara a un hombre llamado Togashi y le contara lo sucedido para después entregarle esto.


Cima de la montaña
[Akihito; Xiao]

Xiao afirmó con tranquilidad y una sonrisa; pero la sonrisa no duraría mucho; hubo un cúmulo de nubes sobre la montaña, al parece Xiao conocía aquel evento porque no se notaba tan preocupado.

Un rayo cayó sobre el metal que había colocado anteriormente, y un humo blanquecido del cielo a la tierra comenzó a emanar.

​

Xiao señaló a aquella persona que emergió del humo blanco, después miró a Akihito mientras observaban desde su escondite. Xia mostró su palma y con la otra mano completamente recta golpeó el centro, como si fuera un corte, después colocó su mano en el pecho. Volvió a hacer el mismo movimiento de antes, y después llevó sus dos índices a su frente dejando que se viera su huella dactilar, estaba imitando unos cuernos.

"Mitad hombre; mitad demonio"

Akihito observó que aquella persona compartía características con el difunto Hoshi; pero este tenía unas orejas de zorro en la cabeza, no mostraba una cola y parecía dentro de todo... humano. Aquella criatura era un Hanyo.

—Los eliminaron —dijo mientras se acercaba al haori, colocó su mano por encima pero esta no avanzó más allá. Comenzó a reírse —¿Mara? ¿Prestaste tu energía a alguien para eliminar a mis Oni? ¿Desde cuándo ayudas a los humanos? —el Hanyo comenzó a olfatear la zona — Dos personas en las proximidades... salgan antes de que decida buscarles.

Contenido oculto

Nekita

 

Aoi Nobunaga

Estaba decidida a buscar una herbolaría en aquel lugar si ayudaba a mantener su parvada y su localización a salvo. No estaba segura al 100% de que fuera a servir para algo pero se arriesgaría... Hasta que Mako habló.

La historia la sobrecogió por varios motivos. Entendía los motivos de la mujer para querer alejarse de allí cuanto antes y, finalmente, Aoi mostró su acuerdo con una sencilla afirmación.

— Vayámonos y preparémonos para lo peor entonces. — Respondió.

Una vez llegaron a la isla dejó que fuera otro quien contara su aventura mientras repasaba el entorno con la mirada.
Nada sugería nuevos ataques pero echaba a alguien en falta.

— ¿Dónde está Akihito?— inquirió.

 

Akihito Shishio

Suspiró con gran alivio cuando Xiao afirmó, volviendo a reverenciarse para agradecerle nuevamente, con eso ya agregaba otro paso para intentar que la isla fuera un lugar decente para asentarse el tiempo que fuera necesario, pequeños pasos para asegurar algo de esperanza y estabilidad para que los demás pudieran seguir adelante.

Lamentablemente, como todo lo que les había estado sucediendo, no duró demasiado.

Un solo rayo le había esfumado todo sentido de progreso que obtuvo y la terminó por enterrar cuando del humo terminó apareciendo algo que solo se le podía ocurrir que era un Oni, ¿así aparecían simplemente? ¿Literalmente caían del cielo? Miró desconcertado a Xiao mientras le trataba de explicar lo que estaba pasando cuando solo quería decirle lo perdidos que estaban si ya no tenían a un literal dios de su lado.

¿Qué podrían hacer alguno de ellos versus un Hanyo?

Instintivamente tomó el brazo de Xiao con preocupación cuando vio que el sujeto tocaba a shi, temiendo que decidiera usarla pero, al ver qué solo le hablaba, soltó a Xiao. No tenía muchas pruebas pero creía que era mucho mejor ver a aquel Hanyo hablar con Mara que usandolo.

"Dos personas en las proximidades... salgan antes de que decida buscarles."

La rapidez con la que su piel se erizó fue inhumana, una vez más se encontró mirando a Xiao por alguna clase de guía, él era el menos preocupado desde que había visto esas nubes y no le quedaba de otra qué tratar de imitarlo, más cuando solo podía intuir que no solo había sido un pararrayos lo que hizo, si no que muy probablemente lo había hecho para llamar al Hanyo.

Salió de su escondite justo por detrás de Xiao, manteniéndose solo un paso detrás que él y cuando ya se vieron cara a cara con aquella criatura, lo saludó con una reverencia —...Ya estamos aquí...

 

Seikanji Yamagawa

En mar abierto las olas eran feroces y violentas, lanzaban montañas de agua contra la nave, pero ésta navegaba ágil con la pericia de Ryoshi, alejándose del horror y las aguas revueltas. Era como si fuera una advertencia por haber pisado aquella roca.

La arena estaba seca y ardiente bajo los pies mojados de Seikanji y los pequeños caracolillos se escurrían, duros y muertos a cada paso.

—Estoy bien. —dijo antes que nada hacia Aki, sonriendo al sentir el cariño que ella desprendía hacia él. —Mako nos hizo entrar en razón, tuvimos que abandonar al herrero...

Retiró sus ojos y dejó que estos vagaran por la amarga memoria de sus recuerdos mientras observaba la mancha que representaba el horizonte de la otra isla.

—Kyuzo...

Pero rápidamente, al coger la mano de Aki, sintió el calor del tacto y su mente volvió a la realidad. Posó la otra mano sobre la de la médica.

—Perdona por no haberte despertado al irme, estabas muy cansada... Tus ronquidos así me lo hicieron saber. —hizo una risa graciosa, con un atisbo de picardía y complicidad, dejándose llevar por el presente con ella. Estaban a salvo y era lo que importaba.

Pero cuando Aoi mencionó la ausencia de Aikihito, Seikanji arrugó el entrecejo y por pura inercia buscó con su mirada a Rengo, ya que los asociaba siempre uno con el otro.

—Rengo tampoco se encuentra aquí... ¿Habrán ido por Shi?

Contenido oculto

Off: no sé si fue un dedazo no incluir a Rengo en la playa con nosotros, pero al no leer creo que también Rengo se nos escapó

 

Playa
[Aoi; Ryoshi; Aki; Haku; Oshin; Midori; Kushina; Tomoe; Mako; Hiro; Hajime; Dozan; Seikanji; Aoi]

Hajime se acercó a Aoi — Me vino a dejar aquí y después se fue con el señor raro a la montaña —dijo señalando el bosque por dónde subieron aquella vez.

—¿Para que seguir a alguien a quién no se le entiende? — preguntó Ryoshi mirando a Aoi, sólo con aquella mirada le estaba implorando que no dijera que quería ir a buscarlo, estaba cansado y quería sentarse en la arena junto a ella; pero sabía que si ella decidía buscar a Akihito él la acompañaría. Porque al igual que ella, él no le dejaría sola.

Aki se avergonzó ante las palabras de Seikanji; algo que obligó a Tomoe y a Oshin reírse un poco, necesitaban de eso, aquellos días habían sido demasiado tensos y soltarse un poco las liberaba. Tomoe notó que Aki se había quedado petrificada, así que la ayudó un poco ante tal demostración de vergüenza.

—Está hasta allá —dijo Tomoe señalando la entrada al bosque — Hiro lo arrastró para que no se insolara, sigue sin despertar así que no creo que vaya a recuperar a shi muy pronto.

—¿No creen que Akihito fuera por shi? — preguntó Midori con preocupación.

—No— corearon Haku; Maki y Aki. Conocían el comportamiento de Akihito y si alguien iba a hacer algo imprudente, no sería él.

—Es un poco como Hoshi ¿No creen? —preguntó Aki hacia Mako y Haku; sin darse cuenta que había tomado a Seikanji del brazo.

Haku afirmó —Aun así, me preocupa que esté con un desconocido —Haku miró hacia abajo al sentir como algo le jalaba su kimono, era Hiro.

Contenido oculto

Ayeah rapuma

Cima de la montaña
[Akihito; Xiao]

El hanyo los miró —Humanos... — dijo con tranquilidad — Los Oni que dejé en esta isla estaban atrapados en ella, eran mis prisioneros —dijo para después mirar el haori cubriendo a shi — Sé que usaron la fuerza de Mara; pero aun así debo agradecerles. Así como a las mujeres en la otra isla —dijo con una ligera sonrisa.

Akihito pensó en Rengo, ¿Acaso se refería a ese don?

—Èmó zài hǎinán zuò shénme? — preguntó Xiao.

—Oh...— dijo el Hanyo hacia Xiao para después mirar a Akihito —Él cree que estamos en China, en una de sus islas llamada Hainan.

—Nǐ bèi wùdǎole, nǐ zài rìběn yǐnqí qúndǎo— respondió el Hanyo hacia Xiao.

Xiao se llevo las manos a la frente —Wǒ yīzhí liú zài rìběn!

—Pobre humano; él creía que estaba peleando para defender China, le he dicho que está en las islas Oki— mencionó el Hanyo mientras Xiao se lamentaba —Ahora, el favor que puedo ofrecerles por ser quienes derrotaron a los Oni. Verán... seguramente estarán muy agotados espiritualmente y...—miró a Akihito y después a Xiao — No se ven muy afectados...

Contenido oculto

Nekita

 

Akihito Shishio
Cima de la montaña

—¿El ichijama que vimos también era su prisionero, señor? —Preguntó sin saber muy bien como llamarlo pero con toda intención de todavía ser respetuoso hacia su persona, no sabía tanto como para saber si ese cadáver animado también se le consideraba un Oni, así que no veía...muy mal preguntarle. Aunque su atención terminó cambiando a otro tema que lo preocupaba mucho más, ¿la segunda isla estaba habitada también?

—...¿Hay mujeres con dones en la isla de piedra? —Volvió a preguntar con cierto nerviosismo, los demás habían viajado a esa otra isla y si se encontraban de pronto con otras usuarias con un don similar que no fueran buenas personas, podría implicar que estaban cerca de algo peligroso que podría superarlos.

Mordió el interior de su mejilla mientras pensaba, tener esa información no le iba a servir a nadie sin que pudieran pasársela a los demás y decirlo también solo causaría más preocupación por el bienestar de quienes partieron, pero también podía ser importante en el caso (y rogaba que eso fuera así) que regresaran para que pudieran tener más contexto.

A su tren de pensamiento ya bastante desordenado, ahora también se sumaba el estar atento a la traducción del Hanyo sobre lo que decía Xiao y solo le hacía estar todavía más confuso ante cualquier clase de suposición que tuviera sobre su persona, ¿defender China de...demonios? ¿Armar un pararrayos para hablar con alguien que parecía estar acostumbrado a ver solo para aclararle que esto en efecto, no era China?

—Oh, no señor...nosotros no, pero...mi amigo...el que pudo enfrentarlos y eliminarlos creo que lo está, ni siquiera ha despertado... —No sabía muy bien como tratarlo, no conocía demasiado de esas cosas y los únicos puntos concretos que tenía era su enfrentamiento con los Oni y lo que Dozan les había platicado de su trato con los Yokais, pero al mismo tiempo parecía honesto y con su cabeza ocupada con tantos temas tampoco podía poner sus ideas en orden para sospechar— ¿Eso es grave?...

 

Cima de la montaña
[Akihito; Xiao]

El hanyo negó a la primera pregunta —Yo no toco a la muerte; si algo muere debe permanecer así —dijo con seguridad para después intentar recordar a las mujeres de la otra isla —También desgastaron mucho su energía y las ayudé a recuperarla. Y si tu amigo no ha despertado es porque su energía fue drenada, no es grave si no ha muerto... —dijo con sarcasmo —Seguro que se recupera; pero yo puedo ayudar a que sea más rápido. Los humanos gastan su energía espiritual de una manera muy apresurada, no saben canalizar y dejan que todo explote, pero es por inexperiencia —sonrió hacia Akihito —Una de esas mujeres sabe perfectamente de ese dominio; nunca había visto a un humano que pudiera hacerlo, no sé que es lo que hace.

Xiao seguía lamentándose y el Hanyo le dio una palmada en el hombro para tranquilizarlo — No saben dominar el desgaste por energía espiritual; pero si saben como bloquearla —dijo sobre Xiao, imitando algunos movimientos que Xiao sabía hacer. Xiao lo observó y sonrió al ver como el Hanyo los imitaba, después volvió a mirar a Akihito y sonrió. A ambos los tomó del hombro y se sintieron livianos, se convertían en humo al igual que él.

Contenido oculto

Nekita continúa abajo

Playa
[Aoi; Ryoshi; Aki; Haku; Oshin; Midori; Kushina; Tomoe; Mako; Hiro; Hajime; Dozan; Seikanji; Aoi]
[Akihito; Rengo; Xiao; Hanyo]

Hiro señaló hacia dónde se encontraba Rengo; y allí todos pudieron ver como Akihito y Xiao estaban de pie junto a Rengo, con ellos iba otro hombre de cabello blanco.

Aki corrió hacia ellos instintivamente; creía que era Hoshi.

---

Akihito y Xiao volvieron a materializarse; ya no estaban en la cima de la montaña, se encontraban junto al bosque observando a la playa. En la arena estaba Rengo.

El Hanyo se agachó y se notaron como su expresión de paz se tornaba a confusión; tomó una hebra del cabello blanco de Rengo y lo olfateó —Tú no eres Hoshi... pero tu olor. No es igual, es parecido...

—¿Hoshi? —preguntó una voz trémula detrás suyo.

El hanyo se giró y enfrentó el rostro de duda de Aki, quién al instante entendió que no se trataba de él, y su rostro de esperanza se tornó agresivo, pues no sabía quién era él y que hacía allí. El hanyo levantó los brazos en señal de cero hostilidad.

—Entonces son conocidos de Hoshi ¿Eh? — preguntó al grupo que comenzaba a acumularse a su alrededor —Antes de cualquier cosa... — dijo tocando la frente de Rengo; quién casi al instante abrió los ojos — Hubiera estado dormido por al menos tres soles más, gastó demasiada energía espiritual. Humano tonto —dijo dándole un ligero golpecito en la frente para después reírse.

Aquella situación era muy extraña e incómoda.

Contenido oculto

Ayeah rapuma

 

Akihito Shishio
Playa

Si él no había sido quien puso allí a esa criatura, lo único que podía pensar era qué quizás las mujeres habrían tenido algo qué ver en eso antes de irse a la otra isla, ¿quizás? ¿Y lo habrían dejado quizás para enfrentarse a los Oni mientras ellas buscaban como seguir?

—...¿Y como es que logran "canalizar" eso? —Preguntó en voz baja pensando en Rengo, no lo imaginaba practicando con Mara para saber canalizar su ¿don?, no cuando se había visto qué podía simplemente perecer en medio del combate por como se iba consumiendo por aquella energía y también...no quería imaginar que lo usara de nuevo cuando había posibilidad de qué no regresara él, no sentía que hubiera forma en la que el chico ganara en lo absoluto.

Luego, ante el comentario de "saber" bloquear la energía espiritual salió de sus pensamientos y le sonrió ligeramente avergonzado, negando con suavidad su cabeza y señalando a Xiao para darle a entender que solo él sabía hacer esa clase de cosas, de paso también se agacho y tomó finalmente el resto de ropajes de Rengo para tenerlas en brazos, era la última parte de su lista de quehaceres y no planeaba olvidarse.

Estuvo a punto de preguntarle qué era lo que lo motivaba a ayudar a las personas a recuperar aquella energía espiritual cuando sintió el peso de aquella mano en su hombro y de pronto ese peso se desvanecía al ritmo que perdían esa forma física para solo ser humo.

Al materializarse en la playa, soltó la ropa de Rengo y miró sus manos incrédulo, ¿qué había pasado? ¿Cómo los había convertido en humo? —¿Hoshi, lo conoce? El señor Hoshi... dio su vida para poder salvarnos de aquellos Onis... él es...

La voz de Aki lo hizo callar y prestar atención a todos los presentes de la playa, sintiendo de pronto una gran paz por ver a todos nuevamente allí sanos y salvos, aunque poco a poco la emoción fue cambiando a confusión al notar que había alguien faltante y luego, al notar cómo todos se empezaban a juntar la preocupación comenzó a surgir de nuevo, solo porque se había dado cuenta que nadie más tenía idea de lo que estaba pasando.

—Oh, él...es el Señor...bueno, no nos ha dicho su nombre pero es un Hanyo... los Oni de la isla eran sus prisioneros y sabe restaurar las energías espirituales de las personas, nos...estaba ayudando. —Dijo un tanto inseguro, odiaba dar información a medias pero tampoco tenía demasiada información muy compresiva que compartir.

 

Aoi Nobunaga

Dirigió su mirada hacia el bosque con cierta preocupación, llevándose una mano inconsciente hacia el lugar donde su enorme herida aún sanaba. No era un lugar seguro y mucho menos un sitio al que acudir sólo.

Pero la mirada cómplice de Ryoshi hizo que guardara silencio. Él necesitaba descansar después de haber guiado su barco por aquellas corrientes infernales y la batalla contra aquella oni era demasiado reciente.

Aún meditaba sobre qué debería hacer cuando se volvió hacia Rengo para comprobar con sorpresa que tanto Akihito como Xiao ya estaban allí... Junto con un ser desconocido.

El alivio que sintió al verlos de desvaneció tan rápido como notó al recién llegado, colocando un kunai entre sus dedos de forma automática y colocando su cuerpo inconscientemente delante del de su pareja.

— Y ¿Tiene el señor Hanyo otros prisioneros de los que debamos preocuparnos? — preguntó con recelo.