Shimane Islas Oki

Bosque/ Fuera de la herbolaria
[Akihito; Konan; Aki; Seikanji]
[Mako; Murai]

Konan se mantuvo en silencio por unos instantes; se sentía incómodo, pero no por las acciones de Akihito sobre de él, era algo distinto que él mismo trataba de comprender. Cuando lo entendió fue muy tarde, un par de lágrimas escaparon por su rostro. No las limpió con sus manos simplemente para no mover a Akihito de su hombro, sabía que el más mínimo movimiento podría alejarlo. Las lágrimas no llegaron a caer por su barbilla, se quedaron perdidas en su piel que rogaba por hidratación, cómo si en verdad el cuerpo le pidiera no perder valiosa agua.

—No tienes que fingir nada; no me molesta que estés aquí. De hecho —pausó, lo hizo para acomodar sus ideas — Perdí a quienes consideraba hermanos, me mantuvieron en las mazmorras como un cebo, ya conocían el plan de Murai para liberar al clan Taira y con ese conocimiento me torturaban —se sinceró — No permanecí cautivo mucho tiempo porque a pesar de que el enemigo sabía de sus planes, Murai los venció —sonrió ligeramente— Fue poco tiempo; pero lo sentí como una eternidad. Y allí entendí cuando deseaba estar en casa —Otra lágrima, una que siguió el camino de la anterior, esta vez llegando más lejos antes de perderse al caer de su mejilla — Estar con ustedes.

Murai le indicó a todos que se fueran acercando.

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Bosque/ Interior de la herbolaria
[Yume; Tamura; Matahachi; Kohaku]

Matahachi soltó una risa mientras agarraba las semillas y se las daba a Chiasa; mientras lo hacía escuchó que Kohaku se encontraba mejor, y que seguramente debía cambiar su venda; algo que sabía que Yume haría con calma después, Matahachi acarició levemente el vendaje por unos instantes antes de separarse por completo —Lo siento —se disculpó. Algo que podía interpretarse como la disculpa por acercarse a él sin anunciarse; pero la disculpa iba mucho más allá, a un futuro próximo.

—¿Qué hago por la mañana? — Preguntó en voz alta mientras terminaba de alimentar a Chiasa—Suelo revisar el perímetro; esperando mensajes o pistas a un nuevo rastro —se detuvo; para él todo siempre tenía que ver con su trabajo. Pero el día de hoy era distinto, debía prepararse para dar un anuncio importante. Miró a Kohaku —Tal vez un poco de té sería una buena manera de iniciar el día. ¿No es cierto? —su voz emanaba una tristeza innegable, aunque no se entendía bien a qué se debía.

—Así es—interrumpió Tamura quien ya había despertado. Yume aun dormitaba.

—Buscaré a Murai —dijo avanzando a la salida de la herbolaria —Seguramente reuniremos fuera de la herbolaria, no tarden demasiado —concluyó antes de salir.

—Seguro está así por la misiva que trajo Fukuro —mencionó Yume adormilada mientras acariciaba al pequeño búho herido.

—Me preocupa. ¿Le habrá pasado algo malo a Kumo? — preguntó Tamura.

Sin más, decidieron avanzar y seguirlo. Debían saber la verdad.

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Bosque
[Kojiro; Riku]

Kojiro avanzó guiando a Riku hacia dónde estaban los demás —Debo pedirte un favor —mencionó hacia Riku —Siento gran rencor hacia Ryoshi; necesito que tanto tú como Togashi me ayuden con la ira que estoy acumulando al saber la verdad sobre la muerte de mi padre. Sé que yo no recurriré a tomar la vida de Ryoshi porque sé perfectamente que esta alianza es valiosa; pero tampoco quiero que nadie olvide que la fuerza naval de los Minamoto se debe a Jinrai, le recordaré ese nombre constantemente —negó — Sé que eso es una provocación, lo sé bien —apretó sus puños — Pero es porque jamás sentí un odio como este. Y me aterra que mi esencia se vea afectada por este evento, no voy a pelear por odio, no es mi camino.

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Bosque/ debajo de la casa en el árbol
[Hajime; Hayato; Hiro; Yuzuki]

Y efectivamente. El golpe de Rei en el suelo despertó a Hiro quien aun dormitaba, se despertó alarmado pero no entró en acción, sólo parpadeó lento mirando a Rei. Hajime soltó una risita cuando lo vio levantarse; dándole la tranquilidad de que aquel hombre seguía vivo.

Yuzuki habló y Rei la miró con desgana y una mueca de dolor —Caigo de más alto y me mato, mujer — le recriminó para estirar su espalda con un alarido —Estaré bien; me he caído en peores suelos. La lluvia suavizó la tierra, al menos —dijo sacudiéndose un poco para después reparar en el grupo de niños alrededor de Yuzuki, miró a Hayato quien sostenía un arco que conocía bien —El imbécil de Matahachi le entregó ese arco en Koga a Murai, un regalo —Yuzuki ya conocía aquella historia; pero Hayato levantó la mirada intrigado — Estaba drogado en esos momentos y creí que estaba siendo imprudente, quedó desarmado por un tiempo. Pero luego me explicó que acabaría en las manos correctas —afirmó — Se ve que eres un niño fuerte —dijo sentándose cerca del grupo —Inagaki me dijo que eres de los mejores arqueros que ha visto.

Hayato afirmó con seguridad; pero no dijo nada.

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Bosque/casa en el árbol
[Dozan; Ryoshi; Rei, Aoi; Haku; Reijiro; Masaharu; Genichi]
[Kushina; Midori; Oshin]

El grupo también se alertó al escuchar el fuerte ruido; pero al ver que Aoi volvía a guardar su flecha los demás pudieron tranquilizarse un poco; después escucharon el alarido de Rei y hubo un par de risas.

Ryoshi miró a Aoi cuando ella le preguntó de su herida, el miró su pecho; aun punzaba pero logró ponerse de pie —Tendré que cubrirla con más tinta — mencionó mientras recorría la herida hasta llegar a su tatuaje —¿O crees que deba dejarla así? Creo que me queda bien — sonrió con algo de vergüenza — Sólo Kojiro ha logrado hacerme heridas tan profundas, tal vez sea el momento de admitir que me ha superado —miró a Aoi —Esta cicatriz me dolerá toda la vida; porque mi orgullo es así, siempre gano y ahora me recordará todos los días como perdí dos veces contra él.

—Él quisiera tener lo que tú tienes —interrumpió Dozan para después mirar a Aoi —Ya deja ir esas estupideces del pasado.

Ryoshi afirmó, dándole la razón a Dozan — Lo sé; pero mi orgullo como guerrero, lo sabes bien.

—No es tu orgullo como guerrero, deja de mentirte —lo enfrentó Dozan —Es tu indecisión por no detenerte a hablar con él antes de que él se fuera con Jinrai, sabes bien que tus acciones contra Jinrai fueron fundadas con un coraje hacia Kojiro. Déjalo ir, debiste haberlo dejado ir desde aquel entonces dónde el decidió irse —negó Dozan — No es orgullo lo que sientes, es culpa.

—El nos abandono y...

Dozan le dio un revés en la cara a Ryoshi, completamente harto de sus quejas. Dio un paso alejándose de Aoi por simple miedo a su represalia por lo que acababa de hacer; pero no se arrepintió de hacerlo —Él abandono su pasado; nos invitó a unirnos a su futuro y decidimos no seguirlo. Nadie abandonó a nadie, nuestros caminos se separaron. Y tu has forzado que esos caminos se volvieran a juntar, pero para mal —Dozan colocó su mano sobre el hombro de Ryoshi —Yo te seguiré siempre hasta el fin del mundo; pero no por ello justificaré tus errores. Soy tu amigo, no tu sirviente. Tengo derecho a quejarme de las cosas que creo has hecho mal. Jinrai es un error que jamás podrás borrar; acepta que eres el villano en la historia de Kojiro, tú lo has decidido así. Acepta que no podrás recuperarlo; y agradece que nos tienes a nosotros y sigue adelante.

Ryoshi se mostró molesto ante el golpe; pero su furia en la mirada se fue disipando lentamente tras el discurso de Dozan. No dijo nada, sólo bajó la mirada. Orgulloso ante la idea de tener que admitir su derrota, ahora frente a Dozan.

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Bosque central
[Akihito; Konan; Aki; Seikanji]
[Mako; Murai]
[Yume; Tamura; Matahachi; Kohaku]
[Kojiro; Riku]
[Hajime; Hayato; Hiro; Yuzuki; Rei]
[Dozan; Ryoshi; Aoi; Haku; Reijiro; Masaharu; Genichi]
[Kushina; Midori; Oshin]
[Tsubaki; Noishi; Shino; Tomoe; Inagaki]

Murai comenzó a reunir al grupo; Hajime y Hiro corrieron hacia él y después hacia Mako. Contándoles historias mientras esperaban a que el resto se aglomerara.

Akihito y Konan tuvieron que moverse para seguir a Murai y Mako, quiénes los guiaron por una parte del bosque dónde el sol tocaba sus rostros; pero dónde había sombras por los árboles. Un buen equilibrio ante la humedad de la isla. La brisa se sentía amena, era un sitio perfecto para no sucumbir ante la fuerza climática, así todos prestarían la debida atención sin preocuparse de nada más que sus palabras.

Matahachi se recargó en uno de los árboles, su nerviosismo no lo dejaba sentarse tranquilo. Yume y Tamura se acomodaron junto a Kohaku, usando uno de los troncos que recientemente se habían talado como un asiento improvisado.

Kojiro y Riku llegaron y comenzaron a buscar entre los presentes a Togashi sin éxito alguno, lo que indicaba que aun no iniciaban el descenso de la montaña o al menos ya estaban próximos a descender si el par habían madrugado. Pero antes de que pudieran decir algo al respecto; pudieron ver a Togashi y Rengo, ambos se notaban muy cansados; Rengo tenía nuevamente a shi en su obi y cargaba con algo más entre sus brazos, el haori de Akihito. Pero algo más había en su interior.

Hayato, Yuzuki y Rei llegaron juntos, Rei se separó al ver a Matahachi, se aceró a él para preguntarle algo pero fue ignorado rotundamente. Yuzuki y Hayato también se sentaron dónde estaba Kohaku y compañía.

Konan y Seikanji también acercaron otro tronco talado para usarlo como asiento; allí descansaron ellos junto a Akihito y Aki.

Rengo se despidió de Togashi quién se unió a Kojiro y Riku. Rengo avanzó hacia Akihito y le su haori; pero de este salió un zorro algo delgado, ese se acurrucó en Akihito y Rengo volvió a cubrirlo con el haori —Esta mañana lo encontré, no ha querido dejar ir tu haori; así que me lo traje con todo y zorro, el pobre tiene frío — dijo con una sonrisa para después sentarse a su lado después de saludar a todos los presentes.

Ryoshi; Dozan y Aoi los siguieron pero nunca descendieron de las ramas de los árboles, colgaron sus piernas en una de las ramas más visibles para no causar ningún conflicto o duda sobre su ubicación. Kojiro trató de no mirarlos, por lo que se acomodó junto a Riku en una zona dónde fuera difícil poder mirarlos directamente.

Haku y Oshin acomodaron algunas rocas para que ellos junto a Midori y Kushina pudieran sentarse mientras escuchaban a Murai.

Reijiro; Genichi y Masaharu permanecieron cuidando la periferia de aquella reunión.

Por último llegaron Noishi, Tsubaki y Inagaki escoltando a Shino y Tomoe. Esta última levantó la mirada hacia Matahachi, quién también la veía a distancia; cuando notaron que sus miradas se cruzaron la desviaron a toda velocidad.

—Creo que es pertinente hablar de la mujer que está en la otra isla —inició sin demasiado formalismo —Keiko Sawayama.

—No sabemos realmente lo que esté en esa isla, tal vez sea una misión que no sea necesaria tomar—intervino Mako de inmediato, tomando la mano de Murai con fuerza

— Pero debemos intentar recuperar a Kyuzo y eliminar la amenaza más próxima a nosotros —Habló Ryoshi —Necesitamos las armas que ese hombre pueda hacer; además de poder asegurarnos que ahora estas islas si sean por completo seguras.

—Keiko pertenece a uno de los clanes más importantes de Kioto — agregó Murai — Aunque piense que con este número de guerreros podamos vencerla; me preocupa que su ausencia cree más ruido que su presencia. Me refiero a que no sé con certeza si el Imperio realmente desconoce la ubicación de esa mujer.

—Tiene un buen asentamiento en esa isla; sea de alguien que vivió ahí antes o que ella misma mandó a construir; no puede estar sola allí. El sitio no se mantendría tan bien —aseguró Haku.

—Creo que esa mujer actúa con alguien más y puede ser que se trate de...

—Mi madre, Kanon —interrumpió Tsubaki a Murai. Aquel nombre resonó en Yuzuki. Murai afirmó ante Tsubaki.

—No entiendo cómo o por qué; la actitud de Kanon siempre me pareció sospechosa cuando Hiro se aisló en Sado y ella no se quedó a su lado —mencionó Murai con cuidado para no ofender a Tsubaki y causar una pelea en aquella planificación. Por fortuna Tsubaki no alegó nada, sólo se cruzó de brazos.

—Tendríamos que concentrar todas nuestras fuerzas en ese ataque —agregó Inagaki —Eiji me mencionó en el barco que él está dispuesto a usar su navío incluso a costa de perderlo. Así que fácilmente podríamos ir todos a esta isla.

Kojiro afirmó —Podré ayudar a Eiji a reparar el barco si es necesario.

—Sé perfectamente cómo navegar hacia esa isla —intervino Ryoshi —Hay una corriente de agua que debemos seguir; pero ese barco no entrará a la caverna que usé la vez pasada; ese barco se hará mil pedazos cuando se impacte en la roca. Y hay peces ponzoñosos por la zona; si la marea o las rocas no nos matan, lo hará su fauna.

Kojiro apretó los dientes con sólo escuchar a Ryoshi; pero no dijo nada, aquello era información valiosa.

—Podríamos explorar la zona con un bote, revisar las corrientes y asegurar un sitio seguro para el barco de Eiji — propuso Kojiro mirando a Ryoshi, quien afirmó.

—Bien; si zanjamos ese punto, podemos usar ese bote de reconocimiento para también dejar a un pequeño grupo que investigue quienes habitan esa isla; las rutinas de aquellas personas. Para ello sólo requerimos shinobis —agregó Murai —los demás deberán esperar en esta isla hasta que regresemos.

—¿En verdad planeas ir, Murai? —intervino Rei, sin hacer énfasis en que Murai ya no era el shinobi de antes y que podría ser más un estorbo que una ayuda.

Murai sonrió al saber toda la información que Rei se guardó por respeto — Todavía tengo mis utilidades, Rei.

—Yo tampoco creo que sea buena idea que vayas —aseguró Mako.

—Estoy de acuerdo con mi madre — apoyó Haku.

—Sé que no parece lógico; pero tengo una ventaja sobre esa mujer —agregó Murai.

—Eso ya no lo sabes; sus emociones y metas pudieron haber cambiado en todo este tiempo— le indicó Mako.

—Puede que eso sea cierto; aun así, si esa mujer me sigue amando puedo usarlo a nuestro favor. Si descubre a alguno de los nuestros puedo alegar por ellos, salvar sus vidas para que regresen con la información a esta isla —agregó Murai.

Muchos asintieron a pesar del nerviosismo aparente por dejar ir a Murai, no conocían nada de aquella mujer.

Matahachi se separó del árbol en el que había estado recargado en silencio ante el plan de Murai; parecía que iba a decir algo con respecto a los movimientos estratégicos; Tsubaki lo miró.

—Hay otra cuestión que requiere nuestra atención inmediata — inició Matahachi, haciendo que todos los ojos cayeran sobre él —Kumo, uno de mis informantes ha enviado a Fukuro a entregarme una misiva de hace ya días atrás, es por ello que debo atacar este tema con premura —suspiró — Deberán perdonarme por el poco tacto que pueda tener al dar esta noticia — comenzó a juguetear con sus dedos en señal de nerviosismo —Cuando me encontraba en Shima envié a Kumo a Kioto para que se informara de lo que estaba sucediendo con la ceremonia de unión entre los supuestos clanes Taira y Minamoto; si hubiera esperado un poco antes de enviarlo, las noticias de la misión en Kioto nos hubieran llegado de todas maneras. Aun así Kumo cumplió con su misión, se acercó a las mazmorras e hizo contacto con Kuroki.

Matahachi pausó brevemente, pero no dio pauta a que nadie alegara nada —Con la misiva que me ha enviado Kumo me informa del Aseinato de Akihino a manos de Gendo; de una flecha sin aparente dueño que intentó después asesinar a Gendo, quién haya disparado aun nos es un misterio —Hidrató rápidamente sus secos labios con la lengua; evidenciando que aquel asunto lo tenía muy preocupado — Kumo pudo conversar brevemente con Kuroki y al parecer este está dispuesto a lo que sea. Pide no ser malinterpretado. Dice que podrá estar demente, pero tiene claro su objetivo: quiere usar ese descontrol contra Gendo. Kuroki no se considera un enemigo a los Minamoto y considera peores a los hombre de Gendo.

—Y por supuesto no le creíste nada, nadita — dijo Tamura con una gran sonrisa; pero Matahachi no le siguió el juego, obligando a Tamura borrar su sonrisa —¿En verdad lo estás considerando como un posible aliado?

—Quiero reunirme secretamente con él —indicó Matahachi.

—¡Es una evidente trampa!— intervino Tomoe con fuerza.

—Es una posibilidad, si. Pero también es una oportunidad — agregó Matahachi.

—¿De irte a morir? —le reclamó Rei — ¡No seas imbécil!

Matahachi quien normalmente se cabrearía ante esos reclamos de Rei, esta vez se mantuvo en calma —Si él también busca eliminar a Gendo, creo que es una oportunidad que no puedo desaprovechar.

—Es demasiado arriesgado —agregó Konan — Pueden usarte en nuestra contra, sabe que no van a matarte, van a torturarte. Y ellos saben perfectamente que no te dejaríamos morir en las mazmorras de Kioto —miró hacia Murai — Es como actuamos nosotros.

—Ir allá y ayudarlo a asesinar a Gendo puede evitar la muerte de muchos; evitar guerras innecesarias. Nos dará el tiempo perfecto para desestabilizar a sus aliados y eliminarlos uno a uno; puede que sea el camino con el menor índice de muertes — agregó Matahachi; haciendo que los presentes guardaran silencio; esa posibilidad era verdaderamente tentadora.

—¡No vamos a perderte! — gritó Tomoe.

—Puedo ir yo en tu lugar —mencionó Rengo levantándose —Sé que yo podría hablar con él, creo que aun puedo.

Matahachi negó — Si en verdad es una trampa; te entregaríamos a ti, un elemento que Gendo siempre ha deseado en sus filas. Además de que les entregaríamos a shi.

—Puedo dejar a shi, y...

—No sucederá — agregó Murai con severidad —Ni de una u otra manera.

—Sé que yo podría crear un plan de acción para que la muerte de Gendo suceda; no hay nadie aquí que conozca Kioto y a su gente como yo, conozco cada grieta; he plantado tantas cosas en palacio y recuerdo cada escondite, no hay nadie más idóneo para este plan que yo. Sabes que si mi estado físico hubiera estado mejor, me hubieras llevado a Kioto. Sabes perfectamente que soy capaz—dijo hacia Murai para después mirar a Rengo, pues no descartó su ofrecimiento; Rengo conocía a Kuroki, pero casi al instante negó; no quería involucrarlo, ni a él ni a nadie. Con miedo buscó la mirada de Kohaku, y con esto por fin Kohaku entendería el por qué se había disculpado antes con él —Debo intentarlo.

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Aoi Nobunaga

Siguió el recorrido de los dedos de Ryoshi con la mirada y compuso una sonrisa.
— ¿Me taparás las mías con tinta también? — Rió, pues no había tinta suficiente en el mundo para cubrir todas sus cicatrices. — No se puede ganar siempre. — Añadió en tono más serio, con un encogimiento de hombros.

Dozan intervino y Aoi dió un paso atrás dejando que fuera su amigo quien pusiera algo de cordura. No pudo evitar tensarse ante el revés d éste pero ella también creía que lo merecía por lo que se contuvo de intervenir hasta el final de la conversación.

— Ahora todos somos un equipo, no podemos permitir que las rencillas internas nos hagan un grupo débil o perderemos cuando realmente importa. — Añadió, poniéndose en pie para dirigirse donde Murai indicaba. — Vamos.

Cuervo precedió la marcha hacia el bosque y, cuando llegaron donde el grupo se estaba reuniendo Aoi se dejó caer sobre una rama baja. Observó atentamente cuanto sucedía pero guardó silencio, limitándose a asentir de vez en cuando mientras jugueteaba con una de sus kunai entre los dedos.
Cuando el silencio se hizo en el claro, finalmente habló.

— El chico es lo bastante inteligente para decidir qué es y qué no una buena idea. — Su fama de estratega lo precedía por lo que Aoi no entendía aquel revuelo. ¿Por qué no aprovechar todas las oportunidades que se les ofrecían? — Si quiere ir, que vaya.

 

Akihito Shishio
Bosque/Fuera de la Herbolaría

Sonrió un poco al escuchar su respuesta, lo hizo sentirse un poco más tranquilo y se permitió relajarse como cuando estaba dormido. Conforme comenzó a hablar Konan de nuevo, abrió sus ojos con lentitud para observarlo con cierto pesar y, mientras más se expresaba no pudo evitar ir rodeándolo con sus brazos hasta poder abrazarlo con fuerza.

—Incluso aunque solo hubiesen sido un par de horas, te hicieron daño y te mantuvieron lejos de quienes te importan...cualquier tiempo hubiera sido eterno. —Lo apretó un poco más y hasta que escuchó a Murai fue que se separó de a poco hasta volver a quedar sentado a su lado —Estás en casa de nuevo, y a los que no están con nosotros hoy los llevaremos en nuestras memorias, para que permanezcan aquí, en casa.

Sonrió brevemente, se levantó y ayudó a Konan hacer lo mismo para ir con Murai.

Bosque Central

Tomó asiento en un tronco talado para evitar sentarse en la tierra todavía algo húmeda, esperando a que el gran grupo de Minamoto y Taira se reunieran, mientras tanto, fue arreglando su cabello suelto finalmente en una media coleta bastante simple y para tampoco sentirse tan desarreglado, colocó una de las sayas de sus katanas sobre sus rodillas, luego la desenvainó lo suficiente para simplemente tener un reflejo y poder maquillarse sus ojos.

Cuando todo estuvo en orden, volvió a colocar todo en su lugar y ahora mientas esperaba, saludaba a quienes iban llegando con una sonrisa de cortesía hasta que vio llegando a Rengo y terminó cambiando a un gesto un poco más preocupado al ver que ni él o su acompañante parecían descansados.

—Rengo...¿no pudieron descansar? ¿Está todo bien?—Preguntó apenas estuvo lo suficientemente cerca, antes de prestarle atención a que le estaba devolviendo su haori. Estuvo a punto de agradecerle cuando notó que algo se movía y se colocaba sobre sus piernas, congelándose en su lugar para no mover a ese pequeño animalito de la posición que había tomado. —¿No quiso irse? —Preguntó en voz baja, levantando solo un poco su haori para ver al zorro acurrucado en él, haciendo que sonriera un poco enternecido antes de volver a cubrirlo y acariciarlo con suavidad sobre la tela—Quizás tiene frio porque esta algo delgado, tendré que conseguirle comida...

De allí tan solo se dedicó a escuchar todo lo que tenían que decir, agradeciendo internamente ya tener su cabeza clara y no tener tantas cosas nublando su cabeza.

"Creo que esa mujer actúa con alguien más y puede ser que se trate de..."

"Mi madre, Kanon"​

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Frunció el ceño ligeramente, ¿una mujer de gran importancia de Kioto y de la cual podrían o no saber su ubicación en una isla en la que se mantenía con ayuda de una mujer que debía estar muerta? Porque, tan solo se le ocurrían unas cuantas posibilidades: que Kanon interviniera antes de su supuesta muerta, que la hubieran revivido como el cadáver al cual se habían enfrentado, o que se tratara de la persona que estaba haciéndose pasar por ella.

Dejando eso de lado, que Murai se acercara a la mujer que tenía una obsesión por él tampoco le parecía lo mejor, pero, sabía que sus opiniones debían esperar hasta que todo fuera dicho, porque Matahachi estaba tocando temas que eran muy nuevos para él y llamaban su atención, sobretodo por escuchar un nombre familiar y del cual no estaba entendiendo muy bien la historia o lo que había pasado como para causar tanta tensión.

—Señor Sugita, sobre el tema de Keiko...creo que aunque sea amor, odio u obsesión lo que ella pueda seguir sintiendo por usted tiene razón, quizás si pueda abogar por quienes tengan que ir a la isla, sin importar qué clase de sentimiento sea el que predomine en ella en esa situación, pero creo que eso solo acabaría en usted aprisionado junto con el Señor Kyuzo e incluso acabar usted en una peor situación, ¿no habría otra forma? ¿Pretender que sabemos de su paradero? ¿Una carta?—Preguntó un tanto inseguro por la forma en la que habían aceptado en cierta forma la idea de Murai.

Luego, tuvo que dirigir su vista hacia Matahachi y su otro plan.

—No se cuál es el tema con Kuroki para saber si en serio es o no una mala idea para que tengas una reunión secreta con él, pero si Gendo ha asesinado a Akishino seguramente ya está en condiciones de hacerse el emperador, y muy probablemente ya toda su gente este todavía más cerca de él por eso mismo, quizás ni siquiera "tu gente" siga donde debería de estar por la misma gente de Gendo cambiando lo que tengan que cambiar para tenerlo todavía más seguro, y tú mismo lo dijiste, eres el único que sabe todo de Kioto y si los descubren, Kuroki se verá obligado a entregarte para mantenerse a salvo y así solo perderemos información que podría ayudarnos a hacer algo. —Suspiró reconociendo lo complicado de ambas situaciones, con ambos se perdían cosas valiosas y los dejaban en desventaja.

—No dudo en que puedas crear un plan de acción para hacer algo, pero creo que estarías jugando en el tablero de alguien más que seguro ha esperado que Gendo llegara a donde está ahora y lo vas a intentar hacer con alguien que aparentemente nadie más confía. No tengo muy claro cuál podría ser la ruta a tomar pero...¿quizás deberías compartir algo de lo sabes en caso de que eso ayude a hacer menos peligroso tu plan?

 

Seikanji Yamagawa

Abrió los ojos y se desesperezó en el lugar, estirando los brazos por encima de la cabeza y cerrando los ojos al estímulo de su cuerpo que hacía vibrar sus músculos adoloridos. Bostezó y abrazó nuevamente a Aki, tomándose unos segundos más con ella en el improvisado lecho que tenían. Cuando decidió levantarse lo hizo despacio; sentía el cabello desaliñado y un fuerte olor acre salía de su boca al bostezar. Quizá debiera enjuagarse con agua de mar...

Sintió los rayos del amanecer sobre su rostro y se permitió un momento más, sintiendo el calor lamer su piel y filtrarse por sus poros. Era una pena que no tuviera carboncillo y papel para dibujar, sentía emociones que podría plasmar con facilidad desde todos los ángulos.
Despertó a Aki con suavidad y siguió al resto junto a Murai y Mako, los cuales parecían hacer la reunión que se debían del día anterior. Desapareció por unos breves segundos para lavar su boca con agua de mar, dejando el sabor a sal en su garganta que lo despertó de golpe. Al regresar ayudó con Konan al mover un gran tronco para que los presentes tomaran asiento, aún así Seikanji aguardó en pie.

El plan del rescate de Kyuzo seguía vigente por lo que tranquilizó los ánimos de Seikanji, afirmando a las palabras del shihan. Pero le preocupaba el hecho de que solo los shinobis entrarían a hurtadillas. Observó de reojo a Riku. Haría falta su fuerza en la misión de rescate.

—Una misión de rescate no de enfrentamiento. —sopesó mientras se tomaba la barbilla. —Necesitamos un plan b en caso de que las cosas se tuerzan. Pocos guerreros podrían esperar en la barca a una señal. Quizá un ave que informe que necesitamos socorro.

Luego se quedó en silencio, oyendo las palabras de Matahachi y las consiguientes de sus compañeros, alternando la mirada entre los que hablaban. Matahachi había salvado a su familia (o al menos rescatado a los que quedaban), no podía dejarlo ir a morir como si nada.

—Puedes ponerte en contacto con mi familia, mi antiguo maestro de armas podría ayudarte y tendrías un aliado detrás tuya por si necesitas escapar de allí o enfrentarte al tal Kuroki.

Pensó en Bokuso y su hermano Saito, también en Manzo. No quería ponerlos en peligro pero en esta guerra ya no existían lados neutrales.

 

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[Dozan; Ryoshi; Aoi; Haku; Reijiro; Masaharu; Genichi]
[Kushina; Midori; Oshin]
[Tsubaki; Noishi; Shino; Tomoe; Inagaki]

Rengo negó ante Akihito; no habían dormido mucho; y estaba algo disperso; callado incluso, algo inusual en él. Se limitó a quedarse allí; hasta que intervino a las palabras de Matahachi.

—Keiko —respondió Yume a Kohaku —Kanon era la mujer de mi tío; Hiro. Madre de Tsubaki —especificó.

—Habrá comunicación por aves —agregó Murai hacia Seikanji — Y esa es la importancia de la misión de reconocimiento.

Las palabras de Aoi obligaron a Murai a tensar la mandíbula después de que Matahachi terminara de hablar; sabía que aquello era cierto. Pero había otra realidad, una que involucraba a la venganza del chico sobre Saizo, y cómo esa meta podría distraerlo, hacerlo dudar y tomar una mala decisión, no lo externó. No implantar esa preocupación en los demás, era algo que hacía siempre; pero en esta ocasión lo pensó con más fuerza; quería detenerlo, pero a su vez quería que todo terminara sin una gran guerra.

Matahachi observó a Kohaku, y sólo separó la vista hasta que este avisó a Yume y Tamura algo antes de irse. Yume y Tamura se miraron el uno al otro con tristeza y luego observaron a Matahachi; quién les respondió con la misma mirada. No había mucho que decir; estaba dicho.

Akihito agregó sugerencias con respecto al tema de Keiko; Mako afirmaba al escucharlo, esperando que Murai entendiera esas mismas preocupaciones y escenarios. Después habló del plan de Matahachi, obligando que la mirada de este se posara sobre él y se relajó al saber que Kohaku no estaba aquí — Va a entregarme; sea por traición hacia mi o como un plan elaborado por él y yo. Sea cual sea el desenlace, acabará conmigo en las mazmorras — afirmó hacia Akihito, lo que decía era cierto —Mi gente es civil —inició — Nunca confié en nadie dentro de palacio; pero conocí a personas en los barrios de Kioto; gente que aun recordaba a Sakurai, que sirvieron ante él como joyeros, costureros, pintores —miró hacia Tomoe y Shino — Sé que Sakurai siempre pensó en los artistas como mentes privilegiadas; hizo aliados de aquellos a quienes nadie teme —volvió a mirar a Akihito — Los joyeros conocen de ácidos perfectos para fundir metales; y Kumo ha plantado frascos con esos contenidos en las mazmorras.

—Pueden matarte sin siquiera enviarte a las mazmorras— Insistió Tomoe.

—Si, pueden hacerlo —agregó Matahachi —Pero no creo que Gendo pierda la oportunidad de poder torturarme; no va a dejarme morir tan fácilmente —Lo decía con una facilidad que incomodaba a los presentes.

Matahachi volvió a mirar a Akihito —Le daré a Gendo mi derrota; lo que este siempre ha deseado. Me hará daño, todo el daño que no pudo hacerme cuando Akishino me protegía. Pero sólo podría lastimarme verdaderamente usándolos a ustedes en contra mía, y ustedes estarán lejos.

Seikanji agregó el poder contactar con Bokuso; pero este negó —Entre menos sepan mis movimientos mejor; tal vez en un futuro busque contactar con ellos nuevamente; por ahora ya nos han ayudado en Koga, y tu maestro, el tal Bokuso. Decidió quedarse atrás cuando todos avanzamos acá, en verdad espero que no nos traicione.

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[Tsubaki; Noishi; Shino; Tomoe; Inagaki]

Matahachi dirigió la mirada a Yuzuki —Acabar en la mazmorra no sería la trampa para Gendo; será mi prueba para Kuroki. Quiero saber si en verdad sería un aliado mío para combatir a Gendo, si sabría cuidar de mí, su único aliado en Kioto. Si Kuroki me deja allí, escaparé por cuenta propia, sin enfrentar a nadie al saber que sería incapaz de tocar a Gendo por cuenta propia. Necesito de Kuroki, a quién Gendo considera valioso y confiable. Con entregarme a Kuroki aseguraré esa confianza que tiene Gendo en Kuroki y le daré a Kuroki la oportunidad de demostrarme su verdadera determinación —negó — No iré a proclamar a Kuroki como uno de los nuestros; él ha perdido esa posibilidad y debe entenderlo. Aun así, nos estaría dando una oportunidad única.

—Entiendo tu razonamiento —interrumpió Noishi con completa seriedad — Buscas evitar la mayor cantidad de sangre posible; pero estás permitiendo que un traidor tenga ese poder; alguien ya ha perdido demasiado en la misma situación en la que tú te estarías colocando — dijo con referencia a Yuzuki — Estás dándole una segunda oportunidad; esa acción la pudo haber tomado en el palacio Katsura; arriesgando su vida en el proceso. No lo hizo. ¿Qué te hace pensar que ahora será diferente? El chico no merece esa confianza.

—A menos que tomes también la vida del muchacho después de hacerlo con la de Gendo — agregó Murai —¿Crees que puedas hacer eso? ¿Traicionar a quién te dio tal oportunidad? Porque matarlo no sería simple justicia, no; matarlo sería venganza, una justificada para nuestros nuevos aliados.

Matahachi lo miró, hace tiempo que Murai no hablaba de ese modo — Kozaemon lo haría; así que yo también puedo hacerlo.

Rei soltó una risa —No podrás hacerlo; iré contigo. Yo si puedo matarlo.

—A ti te matarán sin dudarlo; no irías a las mazmorras conmigo, sin duda alguna —Aseguró Matahachi.

—Otra razón para que vaya yo también —agregó Rengo — Soy yo quién debería hablar con él, tengo ahora la energía de Hoshi, sé que puedo lograr algo.

El grupo de Seikanji y Akihito pudieron recordar aquel interrogatorio dónde Hoshi consiguió la información necesaria. ¿En verdad Rengo había obtenido esa habilidad?

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Akihito Shishio
Boque central

Casi de inmediato frunció el ceño al saber que su plan era que sí o sí fuera entregado para estar en las mazmorras, pero aun así se mantuvo callado para poder escuchar todo lo que tenía que decir y tratar de ver si alguien más opinaba algo al respecto del tema, especialmente las personas que sentía que debían conocer más al chico, porque realmente solo se estaba esforzando en comunicar las cosas que se le hacían extrañas por la ayuda que le había brindado a Rei y así, con suerte darle mas perspectivas antes de irse a sacrificarse.

Y eso terminó pasando factura porque, escuchar de pronto que la gran desconfianza hacia el ex-aliado Minamoto era por ese detalle, lo sorprendió un poco y preocupó en partes iguales, porque Rengo no le habría hablado del muchacho con tanta tranquilidad si supiera que ahora estaba con Gendo, ¿no? ¿Quizás se había enterado en la montaña y por eso estaba algo más disperso?

—Coincido con Yuzuki, creo que sería demasiado evidente, o tan siquiera sospechoso que, aunque Kuroki no forme parte de los Minamoto aun así hubiera conseguido una reunión privada contigo, y pudiera hacer lo necesario para entregarte con su nuevo maestro. No se mucho de ti pero aparentemente eres excelente y, alguien que es excelente y sobresale en lo que hace no puede no tener un plan B y ser tan fácil de atrapar.

Acarició un poco por encima de la tela al pequeño zorrito para evitar expresarse muy rápido.

—Todavía si resulta no ser sospechoso para quienes rodeen a Gendo y él mismo, vas a estar mal...no creo que te maten, porque vales más vivo que muerto para atormentar a más personas que te quieren, pero en el hipotético caso que Kuroki y tú vayan a tener a Gendo a solas para que puedan matarlo, no creo que vayas a estar en las condiciones físicas adecuadas para ayudar demasiado, a menos que sea veneno y a distancia, porque dudo mucho que te pueda conseguir un arco que puedas usar si...pasan cosas. Y además tienes la suma de que se va a tomar venganza, suena demasiado.

En su cabeza no podía evitar imaginar un escenario donde Matahachi estuviera sumamente torturado y le tocaba sostener un arco para atacar a Gendo, otras donde ni siquiera sería posible que sostuviera un arco por su estado y prácticamente no podía hacer nada en batalla, y otro donde simplemente nunca salió de las mazmorras porque si Murai pudo sacar gente de allí quizás no meterían a nadie importante de vuelta en ese lugar.

—Se que harás lo que más te sea conveniente porque eres muy apto, pero...¿no hay nada más? ¿Atacar el ego de Gendo y hacerlo salir a un lugar donde se encuentre solo creyendo que tendrán un duelo y se le embosca con o sin Kuroki? ¿Alguien infiltrarse como parte del servicio o entretenimiento e irlo envenenando de a poco o de un movimiento con algo letal? Quizás suena tonto lo que digo, pero creo que lo más justo para ti es tener ideas al aire antes de ponerte en ese lugar sin posible retorno.

Luego miró a Rengo.

—Y si lo de Matahachi ya es un plan de encierro, creo que si lo acompañas, por mucho que puedas interrogarlo como el señor Hoshi lo hacía, creo que sería el mismo concepto. No creo que Gendo con todo lo que ha buscado tenerte te torturaría, pero creo que eso mismo haría que no te dejaran sin supervisión y quedarías atrapado con él en Kioto, a fin de cuentas no se puede asegurar que puedas huir antes de que delaten a Matahachi o si nadie realmente los estaría espiando.

 

Aoi Nobunaga

Seguía con la mirada a todos los oradores de aquel círculo pero el tema de Kioto había perdido interés para ella.
Su próxima incursión para rescatar al herrero le preocupaba más por lo que se levantó en silencio y, como la sombra que siempre había sido, abandonó la el claro sin ser notada. Dedicando no obstante una caricia suave en la nuca de Ryoshi antes de irse.
— Luego me ponéis al día.— Susurró a sus compañeros, desvaneciéndose entre las ramas bajas de vuelta a la herbolaría.

Vació sus bolsillos de ingredientes y, con toda la concentración que fue capaz de reunir, procedió a convertirlos en armas potencialmente letales aplicando todo lo que había aprendido de Murai el día anterior.

Una vez hubo terminado, clasificó y etiquetó los viales de diferentes venenos con sumo cuidado, apartando algunos para sus compañeros y guardando otros con cuidado en sus bolsillos internos.

Finalmente, extrajo con cuidado el regalo de Wu de su funda. Las diminutas agujas cayeron sobre la mesa con un leve tintineo y Aoi las acarició con cariño.

Tomó el vial más grande que se encontraba apartado sobre la superficie de trabajo, tan solitario como mortífero, e inoculó si contenido en las agujas para, posteriormente, envolverlas con sumo cuidado y guardarlas de nuevo en el pequeño bolsillo forrado sobre su corazón.

Suspiró satisfecha con el trabajo bien hecho y, una vez hubo lavado sus manos a conciencia, limpió el sudor de su frente y se estiró haciendo chasquear su columna después de tanto tiempo encorvada sobre los ingredientes.

Había reunido un buen arsenal, ahora debería repartirlo.

Se volvió hacia Cuervo, que había observado todo el proceso en absoluto silencio, e inclinó la cabeza con curiosidad en respuesta a su mirada inquisitiva.

— ¿Podrías ir a ver si la reunión ha terminado?— Preguntó, intrigada por ver si el animal respondería ante su orden.
Éste salió volando, dejando a Aoi sola y pensativa. Esperaba que volviera pero nada podía asegurarlo así que, con un encogimiento de hombros, se volvió hacia el joven que trabajaba en uno de los puestos y lo observó en silencio.

No había estado en la clase sobre venenos por lo que no trató de ocultar su curiosidad y se acercó sutilmente a él.

— ¿Preparas antídotos? — Preguntó en un susurro, tratando de no entorpecer su concentración. Quizá podrían beneficiarse de un intercambio.

 

Aoi Nobunaga

La respuesta del chico confirmó sus sospechas, por lo que se vio forzada a componer una sonrisa que pretendía ser amable.

Examinó sus movimientos de cerca y, al escuchar su presentación realizó una pequeño y educado asentimiento. Nunca antes había respondido ante una presentación por lo que mordisqueó su labio con indecisión y, finalmente, recompuso su sonrisa.
— Umineko. — Respondió, dando el nombre que le había puesto Ryoshi con gran orgullo. — Yo, claro. El cuervo se llama Cuervo. No tendría sentido del otro modo. — Añadió atropelladamente pues ¿qué clase de cuervo sería aquel si lo llamara gaviota? Se sonrojó ligeramente ante la posible confusión y sacudió la cabeza para restarle importancia.
Las interacciones sociales la abrumaban por lo que desvió la mirada de Kohaku y la clavó en sus pies mientras trataba de dar con las palabras apropiadas.
Quizá debería dejar a Ryoshi las negociaciones y limitarse a asesinar y rastrear.

 

Aoi Nobunaga

Kohaku resultó ser bastante amable, lo que tomó a Aoi por sorpresa pues no parecía tener motivos para serlo. Resultaba desconcertante.

Lo escuchó murmurar e inclinó la cabeza con curiosidad. Había notado lo inteligente del animal pero la explicación del joven no hizo sino confirmarlo.

— No demasiado tiempo. — Respondió con una ligera sonrisa, ésta vez genuina. — Ayer empezó a seguirme y no se ha ido por más que lo he intentado.

Observó en silencio cómo la ardilla respondía ante él. Se acercó, inclinándose ligeramente hacia el animal a modo de saludo.

— ¿Es un placer?— Respondió, interrogante, dirigiéndose a Chiasa. Si los humanos eran complicados sus habilidades sociales con animales eran nulas. Ni siquiera sabía si entendía lo que decía por lo que no ñudo evitar sentirse estúpida al dirigirse a ella... Pero Cuervo parecía entender así que, ¿por qué no ella?

 

Bosque central
[Akihito; Konan; Aki; Seikanji]
[Mako; Murai]
[Yume; Tamura; Matahachi]
[Kojiro; Riku]
[Hajime; Hayato; Hiro; Yuzuki; Rei]
[Dozan; Ryoshi; Haku; Reijiro; Masaharu; Genichi]
[Kushina; Midori; Oshin]
[Tsubaki; Noishi; Shino; Tomoe; Inagaki]

Rengo bajó la mirada; se sintió regañado pero entendió razones, no buscaría indagar más en el asunto. Sabía que sus emociones podían lastimar a los demás, sabía que debía ahora pensar como un equipo, ya no estaba solo. Asintió mirando al suelo, abandonando por completo la idea de viajar a Kioto.

Matahachi relajó los hombros y dejó escapar una ligera sonrisa — Se me había olvidado que no sólo los Sugita, sino también los Minamoto actúan con sus emociones, y estas llevan a la preocupación que nos tenemos unos a los otros.

—¿Nos acusas de ser sentimentales por no dejarte ir corriendo a la muerte como estúpido? —le recriminó Rei dándole fuertes palmadas en el hombro a Akihito, demostrando un orgullo tosco ante las palabras de su hijo —Y esa también va para ti Murai — le señaló sin que este se diera cuenta —No porque son listos significa que los demás somos unos inútiles, ustedes hagan planes con todos nosotros; eso de andarse sacrificando quedó atrás.

—No es tan simple en el caso de la isla...

—¿No odiaste a mi padre cuando te obligó a escapar sin él en Saitama? —Konan interrumpió a Murai.

"Escucha Murai; escucha bien, tú eres la mente en esto; yo soy sólo el cuerpo que ejecuta, yo soy reemplazable; tú no. Huye..."​

El sólo recordar las palabras de Kozaemon obligaron a Murai a tensar la mandíbula; pues Kozaemon se quedó atrás por honor, sabiendo que podía huir con él.

—Golpe bajo, Konan— le recriminó Murai — Pero también tienes la jodida razón. Estoy haciendo lo mismo que el estúpido Kozaemon. Y Matahachi —pausó para que Matahachi también lo mirara — tú también. Se nos pegó su estupidez sin que nos diéramos cuenta. No somos guerreros, no peleamos con honor. Somos shinobi, sabemos jugar sucio, y eso es lo que debemos hacer de ahora en adelante.

Matahachi afirmó dejando escapar el aire contenido; se cruzó de brazos —Entonces sólo me reuniré a hablar con él, ver que podemos hacer contra Gendo. Puedo entonces llevarme a un pequeño equipo, uno que esperará en posición mientras hablo con Kuroki. Si el plan me parece suicida, nos iremos. Pero al menos podremos obtener algo de información ¿Les parece mejor así?— después miró a Murai — Explorar la zona de la isla es importante; después crear la estrategia conforme a la información, no antes. Eso es lo que nos están pidiendo, no anticiparnos a la peor visión.

—Tan temerosos— agregó Murai

—Tan positivos —corrigió Matahachi — Les debemos esa confianza; ya los arrastramos mucho en nuestros planes sin que se quejaran.

—La iniciativa mal dirigida es peligrosa — continuó Murai —A mi fortuna la gran mayoría ha aprendido de mi.

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Gigi Blanche
Monpoke
Nekita
rapuma
Ayeah
Zireael
Bruno TDF

 

Aoi Nobunaga

Escuchó la semejanza entre la historia del joven y la ardilla con la sulla y asintió. Nunca había tenido esa clase de conversación con nadie... Jamás se había preocupado por buscar algo en común con otra persona. Se sentía extrañamente agradable y no se vio forzada a componer las expresiones que se esperaban de ella sino que fluyeron de forma natural.

Incluso sonrió tímidamente ante la broma de Kohaku. Sonrisa que bailó unos segundos en sus labios antes de desaparecer ante la siguiente cuestión.

— No tenía nada más que aportar. — Respondió con un encogimiento de hombros.

Él también se había ido pronto así que supuso que también en eso coincidían.

— Además...— Sacó su arsenal de venenos ya embotellados. — Creo que soy más útil aquí.

Volvió a sonreír, aunque ésta vez no era una sonrisa tímida sino feroz.

— Soy una asesina, no una estratega.

Inclinó la cabeza de forma interrogante, dando pie a que el chico se explicara a su vez si quería hacerlo. Pero no lo presionó con preguntas. No era buena con las palabras y conocía sus limitaciones.

 

Akihito Shishio
Bosque Central

Dejó salir un largo suspiro cuando escuchó las primeras palabras de Matahachi, sintiendo en cierta forma que finalmente se estaba dejando de lado esas ideas suicidas de lado, aunque no esperó en lo absoluto recibir tales palmadas de su padre que lo obligaban a inclinar su cuerpo en dirección al hombro afectado, para así aligerar el dolor de los impactos y tampoco quejarse mucho de ellos, a fin de cuentas eran nuevas dinámicas que debían ir descubriendo.

También, lo tosco de su padre no podía opacar el alivio genuino de que los demás también terminaran expresando su desacuerdo ante la ideas de no retorno ya conversadas, más cuando sus voces tenían más peso y experiencia, lo tranquilizaba.

—...Bueno, eso suena mucho más a un plan...—Dijo con una pequeña sonrisa, tener algo de información antes de irse a lanzar a un vacío hipotético del cual no había mucho camino a regresar.