Shimane Islas Oki

Fujiwara no Riku

Había logrado dar con un jabali, por segundo, estaba considerando que un segundo también caería a por mis flechas... Y, no, pero cuando creí que se estaba por escapar. Un lobo, de todas los animeles que podría haber, salió desde detrás y lo remato.

Con suerte, antes de poner correr mí mente a por opciones, Seikaiji se mostró y se mencionó como el compañero de la criatura.

"He visto algunos". Le respondí, bajando el arco que podría haber apuntado a la criatura. "Unos buenos rastreador y animeles muy fieles". Asentí, mirando su caza y pensando en también agregar cazadores.

¿Es alguien importante para ustedes? ¿Más allá de un aliado?

"Un maestro". Le respondí de manera casi directa e instantánea. "Pero Togashi lo llama hermano".

¿Tu katana también fue forjada por el herrero Togashi?

Negué. Un poco perdido de a dónde iba con todo, pero sin negarme a su incrutinio o curiosidad. "No conozco al herrero". Suspiré, pesado. Sacando la katana, enfundada. "Realmente aún si ahora está mí manos, no lo hará siempre, planeo regresarla a su regitima dueña una vez termine la guerra".

Aún tengo que seguir mejorando, tengo que seguir entrenando... porque tengo personas a las cuales proteger.

Asentí, y lo mire como a quien podría estarse mirando a un espejo. Una gran semejanza entre ambos se abrió al pronunciar esas palabras.

"De acuerdo, pero no desefundemos". Me tomé una pequeña pausa. "Bueno, puedes hacerlo. Pero estoy ligado a una promesa de no hacerlo con aliados, no con esta arma".

Contenido oculto

PV: 100

Fuerza= 18
Protección= 12
Voluntad= +4 ataque + 1
Buena reputación= +2 suerte
Borracho= -2 defensa

Ataque: 34

Defensa: 17

 

Seikanji Yamagawa

Miró la katana con curiosidad, ladeando la cabeza al pensar sobre quién sería la dueña, el término femenino le causó más intriga.

Afirmó a sus palabras de no desenfundar y abrió un poco las piernas, separando el arco entre ellas y ajustando el centro de gravedad al suelo.

Se enfrentaría a la rapidez del alumno y la precisión de su escuela. Una gota de sudor corrió por su nunca pero se congeló en el momento en que Riku corría hacia él.

 

Fujiwara no Riku

El primer asalto me tomo por desprevenido, con la guardia bien posicionada, pero en las condiciones para esquivar o bloquear.

La pague caro apenas empezando. Pero reí, asintiendo. Preparado para seguir chocando armas

Contenido oculto: Cuentas

PV: 80

Fuerza= 18
Protección= 12
Voluntad= +4 ataque + 1
Buena reputación= +2 suerte
Borracho= -2 defensa

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Ataque 1: Esquivas/bloques

Defensa 1: esquive

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Ataque 2: 42

Defensa 2: Esquive

 

Cacería

 

Togashi
Bosque

"¿Sabes lo que significa el nombre de su maestro?"

Herencia

"Lo que te dio, lo que te dejo, es un legado"

​

Elevó la cabeza con lentitud. Riku recorría sus alrededores mientras hablaba. Se expresaba con tranquilidad, sin desconcentrarse de la tarea de recolectar madera a pesar de que la realidad de Kyuzo lo afectaba. Togashi volvió a pensar en lo centrado que era aquel hombre, que le decía sin miedo que lo que tenía en sus manos era el legado Keisho Okudera, un herencia que le había llegado a través del sacrificio de uno de sus alumnos.

“Que no haya mejor orgullo y honor que usar tus manos, tu herrería, por los demás"

Asintió, reflexivo. Tal como afirmaba Riku, eso podía suponer una carga para sus hombros… y Togashi quería llevar todo eso consigo. Alzaría el martillo en nombre de aquellos herreros que sufrieron injusticias.

Ya había levantado al clan Arau de sus cenizas; haría lo mismo por el legado de Keisho Okudera. Y entendió que, para lograrlo, no le quedaba más opción que volver a perseguir el objetivo de superar a todos los artesanos del país, convertirse en el mejor que haya existido. Sólo así… podría contribuir a la victoria de sus aliados.

—Gracias, Riku —llegó a decir, antes de que éste partiera de cacería.

Fue entonces que pasó a escuchar a quien le dio el shirogami, que se presentó con el nombre de Haku. Togashi evitó observar el estado deplorable de su ropa, pero creyó que el deterioro de las telas provenía de penurias que estaban más allá de esa isla. ¿Cuánto tiempo llevaban en esas islas? Haku aceptó acompañarlo en la búsqueda de recursos, y Togashi asintió con una sonrisa cuando le pidió ayuda para terminar la construcción de un hogar improvisado, confiando en que la cantidad de manos extras aceleraría su finalización.

Noishi también colaboró con las ramas, que Togashi acomodó cerca del refugio improvisado, luego de dar las gracias por la colaboración de todos. Ahora tocaba la cacería. El herrero se mostraba algo más animado desde que Haku le dijo que podría contar con una forja; no tenía reparos en esperar lo necesario, aprovecharía ese tiempo para estudiar de cerca el shirogami y analizar la mejor manera de sacarle provecho. Mientras tanto, le entregó al joven uno de los arcos que tenía en sus pertenencias.

Estaba quitándose el suyo de la espalda, cuando sintió la cercanía de más personas. Al girarse, notó que se trataba de Kohaku y las Montañas; a esos hombres los reconocía, pues Togashi los había visto partir con Hideyoshi en Shizuoka, cuando marcharon a Mito. Sonrió frente al amable saludo de Ishikawa hacia Haku, gesto que dirigió a Reijiro y los suyos cuando fueron presentados. Que no supiera el apellido de la Montaña no le pareció un detalle del cual preocuparse.

Porque Togashi renegaba del suyo, que le sabía impronunciable.

Con un breve intercambio, se organizaron para la caza y repartió los demás arcos con el grupo. No eran de la mejor calidad para la guerra, aunque sí tendrían utilidad en la cacería. Kohaku dejó escapar una risa al recibir el suyo, en la que le pareció detectar una sombra de vergüenza. Togashi alzó una ceja, el semblante tranquilo, y se le escapó una sonrisa al escuchar lo que dijo.

—Tampoco soy muy diestro con el arco; esta será la segunda vez que uso uno —dijo, en un tono suave y conciliador—. Tampoco soy bueno trabajando con madera, por lo que me disculpo por la calidad de ese arco.

>>Pero creo que ese tipo de cosas nos vuelven especiales —siguió—, como parte inseparable de nuestras mayores fortalezas . Bien enfocados, nos ayudan a ser más humildes, humanos.

Caminaron por el bosque, hasta que dieron con un grupo de jabalíes, cuya presencia en esas islas tan remotas era casi milagrosa.

 

​

 

[Rei; Akihito; Inagaki]

—Hmm— respondió Rei al oír de cómo parecía que a Akihito le costaba trabajo abrirse con las personas; incluso definir sus pasatiempos —Es tarea de conocerte, de dejar de complacer a los demás y ser un poco más egoísta —dijo en respuesta —Si buscas complacer jamás tendrás verdaderos amigos, porque no los estás dejando conocerte. Y si no dejas que te conozcan, jamás se acercarán lo suficiente a ti, vivirás aislado —le aseguró.

Después se levantó con dificultad —Dos ebrios son mejor que uno... anda, si quieres salir a caminar yo te acompañaré. No te vayas a ahogar.

Contenido oculto

Nekita

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[Reijiro; Kohaku]

Reijiro estaba genuinamente conmovido; él sabía que Kohaku era un niño, pero jamás lo había subestimado por ello, lo había visto pelear y defenderse con sus palabras; era un hombre al que estaba orgulloso de seguir.

"Porque no sólo estás sirviendo, también me estás acompañando"

—Gracias... Kohaku — se atrevió a decir; su energía había sido renovada.

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[Yuzuki; Rengo; Hayato]

Rengo guio con su brazo a Yuzuki mientras la escuchaba; Hayato parecía entenderlo también, pero él no había crecido con carencias afectivas, y por ello el concepto de amor no le era ajeno. Aun así, sólo conocía cierto tipo de amor, y del amor que preguntaba Rengo era distinto y él aun no sabía diferenciarlo.

Rengo estaba en ese mismo nivel de comprensión que Hayato; pero con más años encima. Pero entendía que él amor que había tenida con otros no era el mismo que sentía por Yuzuki o incluso por sus hermanos; no se comparaba tampoco el cariño que tenía incluso por Mara. Entendía el valor de la amistad y que de esta podía derivarse un amor fraternal; pero el otro tipo de amor era muy complejo y cómo bien dijo Yuzuki; ese amor no te permitía ser completamente libre. Tal vez ese concepto lo hubiera alejado tiempo atrás que sólo buscaba huir de todo y encontrar la verdadera libertad; pero en ese momento de su vida comenzaba a disfrutar de la compañía, y podía compartir su libertad con alguien más.

—Si, creo que debo darle tiempo — dijo para después suspirar — Vengan, se perfectamente a quien presentarles primero — dijo volviendo a guiar a Yuzuki, permitiendo que ella lo tomara del brazo.

Avanzaron hacia el bosque y encontraron al grupo que estaba ensamblando una pequeña herbolaria.

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[Murai; Mako; Yume; Tamura; Hajime; Hiro]
[Midori; Kushina; Oshin]
[Dozan; Ryoshi]
[Konan; Aki]
[Yuzuki; Rengo; Hayato]

Mako observó a Yuzuki; Rengo y Hayato acercarse; ella estaba acomodando ciertas hierbas en cajas, catalogando ingredientes.

—Quería presentarles formalmente a Yuzuki; es como una madre para mí — inició Rengo; llamando la atención de los presentes —Y el pequeño es Hayato; un hermano.

Tamura saludó desde lo alto; pues ataba maderas para formar el techo, a su lado estaba Konan; el joven con el que compartió brevemente el área de las celdas en Kioto.

Yume también le sonrió; al igual que Tamura; pues ya se conocían. Ella estaba cuidando a un pequeño búho.

En las ramas de los árboles, dentro de una construcción a medio terminar se encontraban Dozan y Ryoshi; pero ninguno de los dos escuchó las voces de los recién llegados.

Hajime y Hiro; un par de niños corrieron de inmediato a inspeccionar a Hayato —Ellos son Hajime —dijo señalando al más alto de los niños —Y él es Hiro — Murai había dado al menor de sus hijos el nombre de su difunto hermano.

Los niños le invitaron a jugar mientras los adultos ordenaban; al parecer Murai no les daba muchas responsabilidades, eran niños comportándose como niños. Hayato miró a Yuzuki, para esperar su aprobación.

—Ellas son Midori —dijo señalando a la mujer de mayor edad —Oshin y Kushina Akamatsu — señaló a las dos hermanas que cargaban las semillas mientras su madre parecía estar separando telas. Las tres mujeres hicieron una reverencia con la cabeza. Hayato observó a Kushina, pues ella también tenía un vendaje, pero en su ojo izquierdo.

—Y bueno...— dijo señalando a Murai — A él ya le conoces; su esposa es Mako — dijo con liviandad; como todo lo que decía Rengo, sin ningún formalismo. Mako le sonrió y saludó mientras Murai acariciaba el hombro de su mujer.

—Te olvidas de mí —reclamó una mujer que se acercó a ellos.

Contenido oculto: Aki

—No te he olvidado —dijo Rengo —Ella es mí... —por poco suelta parte de la historia que les había confiado— Ella es Aki; Aki mujer —hizo hincapié en ese pequeño detalle.

—Rengo y yo somos primos; Hana fue mi madre— dijo Aki sin temor alguno. Algo que provocó a Konan un rostro de completo impacto por tal nivel de revelación.

Rengo lo sabía por Hoshi; y aquel cabello la delataba como hija de Hana Harima. Un cabello que compartía con Takeda.

—Por cierto; Rengo, ven por favor — dijo Murai hacia Rengo y este accedió de inmediato, dejando a Yuzuki frente a Aki.

—Mucho gusto señorita Yuzuki — dijo Aki con una leve reverencia. La hubiera llamado con su apellido pero Rengo no lo mencionó — Si usted es como una madre para Rengo, sería como una tía para mí — dijo con una sonrisa.

Murai abrazó a Rengo y este a su vez a Murai, era algo difícil de ver —La pérdida de Hoshi nos ha afectado a todos... —Dijo Aki con ojos nublados — Tal vez sea difícil para ustedes ver este tipo de interacciones; pero Hoshi fue un mentor para Murai por muchos años, y por ello Hoshi acudió a Koga antes de volver a Kamakura. Me hubiera gustado que lo hubiesen conocido, era un hombre serio; pero muy sabio. Aun así... bastante humano a pesar de todo, con muchos errores. Cómo todos nosotros.

Rengo se separó de Murai, después se acercó a Yuzuki nuevamente —Debo ir a recoger a shi —dijo algo preocupado, después miró a la cima de la montaña —Pasaré allí la noche seguramente; pero debo recuperarla, ya lleva allí días —soltó una pequeña risa— Buscaré a Togashi en el bosque, me gustaría que me acompañara. Hoshi me habló de algo importante que debo resolver con un herrero, y sólo con un herrero — dijo soltando un poco de aire — Debo dejarte aquí con ellos. ¿Está bien?

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Zireael
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[Aoi; Matahachi]

Matahachi se alegró de que Ryoshi se encontrara estable y descansando; iba a hacer un comentario con respecto a ello pero Aoi le ganó la palabra, dándole aquella misiva que Matahachi recibió confundido —¿Pero de quién... —desdobló el papel y comenzó a leer.

Tardó un poco en terminar; pues al parecer regresaba la vista a dónde sus ojos ya habían pasado, una y otra vez. Levantó la vista y miró a Aoi. Sus manos temblaron y levantó la mano frente al arroyo... sostuvo la misiva pensando si soltarla para que la corriente la perdiera hacia el mar; pero la apretó dentro de su puño, él cual no se abría para dejarla escapar.

Matahachi se decidió y guardó la misiva en su nueva ropa; tomó sus pertenencias menos la ropa la cual pareció olvidar ante tal revelación —El enemigo ha contactado con nosotros...

Y como un disparo apareció Tsubaki; quien parecía que iba a arrebatarle la misiva a Matahachi mientras la guardaba; pero este por fortuna reaccionó a tiempo, alejándose para que Tsubaki cayera directamente en el arrollo.

—Qué falta de cortesía —dijo Matahachi para después extenderle la mano para ayudarlo a salir del arrollo.

Tsubaki negó la ayuda y se levantó por cuenta propia — Explica eso que acabas de decir. Lo del contacto con el enemigo — ordenó colocando su mano en el mango de su katana.

Matahachi miró a Aoi y se interpuso entre ambos.

—Ibas a desechar la evidencia, vi como querías lanzarla al río —reclamó Tsubaki.

—Viste bien... pero yo ya no me muevo individualmente. Esta información debe ser comunicada con toda la alianza para desarrollar una estrategia. No actuaré por cuenta propia, algo que tú también debes recordar hacer.

Tsubaki se tranquilizó tras la explicación de Matahachi. Después les indicó que se acercaran para que leyeran la misiva; demostrándole a Tsubaki que no tenía por qué desestabilizar su alianza, dándole toda la información que poseía.

—Apreciaría que aun no le digan a nadie de esto — dijo Matahachi — Podremos hablar por la mañana. Hoy... debemos descansar las mentes. Esto no podemos decidirlo con la mente nublada por la resaca... ni el dolor.

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Ayeah ficha actualizada

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[Togashi; Riku; Noishi; Haku; Seikanji; Haku; Reijiro; Masaharu; Genichi]

Noishi se separó del resto; despidiendo a Seikanji. Decidió permanecer cerca de Shino y Tomoe.

Y así el grupo salió de cacería. Kohaku, Reijiro, Masaharu y Genichi se reunieron con el resto que también buscaban a sus objetivos.

Kohaku presentó a Reijiro y este sonrió ante la pregunta por el apellido —Yo no provengo de un clan como los suyos; nací sin un apellido. Cuando no tenemos un clan al que representar nuestros nombres son...—Colocó su mano en el pecho — Reijiro de Atami — señaló a Genichi —Genichi de Fuji —culminó señalando a Masaharu —Masaharu de Kakegawa — bajó su brazo —Hombres de la prefectura de Shizuoka.

Haku lo entendía muy bien; así sus ahora difuntos hermanos se nombraban —Dan el nombre de su ciudad natal como apellido —explicó Haku ante la afirmativa de Reijiro.

Poseer un apellido daba un estatus, fuera pequeño o fuera grande. Pero aquellos sin apellido no tenían tierras a su nombre; sólo pagaban el diezmo de vivir en tierras ajenas, en piso de algún clan. La realidad de la gran mayoría en Japón.

La cacería inició; y Reijiro destacó con el arco. Cuando los cadáveres se reunieron pudieron notar una exagerada cacería para el número de personas en la isla.

—Tendremos que deshidratar mucha carne — mencionó Haku dándose cuenta que tendrían mucho más trabajo.

Reijiro miró el arco en sus manos —Tal vez debí haberme entrenado en el arco como la señorita Chiharu —dijo hacia Kohaku con una amplia sonrisa; orgulloso de su trabajo.

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15 cueros obtenidos

Fichas actualizadas

Bruno TDF
Monpoke
Gigi Blanche
rapuma

 

Yuzuki Minami
Bosque

Había aspectos en los que Rengo era todavía un niño, tenía las dudas de uno, y en parte por eso quería volver a él, para poder seguir guiándolo, para verlo ser él de nuevo y no aquel cascarón vacío de Kamakura. No se trataba de tratarlo como si no pudiese cuidarse, si no de iluminarle el camino ante emociones más complejas y algo ajenas, de estar allí para responder sus dudas y acompañarlo. La persona a la que Rengo amara, independientemente de quién fuese al final, sería una persona afortunada, porque así como con Takano, cuando Rengo me miraba no veía en él al demonio. Solo veía el amor con el que me trataba y si podía amarme a mí así, con tal sinceridad, podía amar a otro. Podía caminar junto a alguien y crecer a su lado.

—Puedes preguntarme lo que quieras siempre que necesites, cariño. Has crecido, pero estoy para ayudarte —le recordé mientras lo seguía para ir con los demás.

Sujeté su brazo de nuevo, me sirvió para regular un poco los nervios aunque cuando llegamos con el grupo que estaba armando la herbolaria en el bosque, me escudé un poco detrás de su figura, cohibida. No era propio de mí, lo sabía, pero eran los resabios de Kioto y del resentimiento, uno que ya no debía enfocar en estas personas más allá de Murai por su ataque a Takano, pero era complicado y extraño, me sentía insegura y tenía miedo. Rengo me presentó explicando que era como una madre para él y a Hayato, su hermano, lo que ayudó a calmarme un poco, pero no abandoné el resguardo de su figura.

Tamura y Yume eran otra historia, los conocía de antes, así que al verlos les sonreí, también a Konan aunque lo que habíamos sido era compañeros de encierro. Noté que Yume tenía a su cuidado un búho y seguí pensando en Kumo, pero no supe a quién preguntarle por él, ¿a Murai tal vez?

Me sorprendí al ver a un par de niños correr hasta nosotros al notar a Hayato, Hajime era el más alto y Hiro el más pequeño; Murai le había dado al menor el nombre de su hermano y pensé que el viejo igual era demasiado sentimental. La sonrisa, hasta entonces algo tímida, se me amplió y dejé ir con cuidado el brazo de Rengo para agacharme para saludarlos. Me gustaban los niños, no era ningún secreto.

—Hola —los saludé con tono suave y tranquilo, antes de mirar a Hayato que había buscando mi aprobación. Dudé, mi corazón dudó al menos, pero quería que fuese un niño—. Ve a jugar, pero con cuidado, ¿sí? Diviértete y si necesitas algo ven a buscarme.

Me erguí de nuevo, le acaricié el cabello a Hayato y le sonreí a los pequeños, indicándoles con un movimiento de mano que se fueran a jugar tranquilos. Rengo siguió con las presentaciones, esta vez un grupo de mujeres: Midori, Oshin y Kushina, saludaron con una reverencia y noté que Hayato miraba el vendaje de la última, que cubría su ojo izquierdo. Observé a Murai y a Mako, su esposa, fue cuando volvió a darme algo de vergüenza, así que al saludarla hice una reverencia que me salió un poco rígida.

Una voz femenina reclamó entonces, se acercó a nosotros y al ver el tono de su cabello pensé de inmediato en Takeda, quise regularlo, pero un chispazo de tristeza debió correrme por el semblante porque lo extrañaba y estaba preocupada por él, me preocupaba haberlo dejado solo con su enojo, porque no sabía hasta dónde Shinrin podía centrarlo. Rengo la presentó como Aki mujer, lo que me hizo un poco de gracia y al menos me permitió sonreír, pero entonces ella dijo que era hija de Hana y algo me punzó en el corazón.

Murai llamó a Rengo, tensándome, pero quedé con Aki que dijo que si era como una madre para el menor de los Harima entonces era una tía para ella y eso me amplió un poco la sonrisa.

—El gusto es mío. Puedes llamarme Yuzu si gustas.

La sonrisa se me desvaneció al ver a Murai abrazar a Rengo, fue como cuando cargó a Hayato en el barco o incluso peor, el sentimiento que me bañó el cuerpo de forma involuntaria fue una mezcla de miedo, ira y repudio, pero sabía que no podía detenerlo como sí lo había detenido en el barco, lo que añadió frustración a la mezcla. De ahora en más debía ver estar cosas, vivir con ellas y aceptarlas, pero... ¿Podía? No estaba segura.

Pasé saliva con cierta dificultad, la voz de Aki me trajo de regreso y quizás por su parecido con Takeda, por compartir ese parentesco, sentí que no podía mentirle. No lo dije en voz alta, pero asentí despacio con la cabeza ante la mención de la dificultad de ver estas interacciones y aparté la vista del abrazo ajeno, regresándola a Aki y bajándome el corazón de regreso al pecho. La chica tenía los ojos nublados.

—Dice Rengo que Hoshi lo salvó —recordé en voz baja—. Me haría gustado conocerlo, darle las gracias. Es importante para ellos, para ustedes quiero decir, entiendo que estén lidiando con la pérdida y lo difícil que es. Lo que sienta yo en los intermedios... no es más importante que eso.

Lo decía, ¿pero entonces por qué me dolía el pecho?

¿Era preocupación?​

¿Celos?

Rengo volvió conmigo, dijo que debía ir por shi, que debía recuperarla y seguro pasaría la noche allí, lo que volvió a estrujarme el corazón de preocupación. También dijo que buscaría a Togashi, lo que me calmó apenas un poco, y como estaba hecha un embrollo de emociones de repente antes de decirle nada estiré los brazos hacia él, los pasé por sus hombros y lo envolví en un abrazo. Acabábamos de estar llorando un río, pero sentí que los ojos se me cristalizaban otra vez. Quería ir con él, pero a media fuerza, ¿qué caso tenía en realidad?

—No te preocupes por mí, estaré bien con ellos y si vas con Togashi me quedo más tranquila. Ve con cuidado, por favor —pedí en voz baja y al regresarle su espacio le besé la mejilla—. Te amo mucho, mi niño. Gracias por presentarme.

Busqué a Aki con la vista de nuevo, acercándome a ella, y le sonreí.

—¿Hay algo con lo que pueda ayudarles?

 

Seikanji Yamagawa

Conectar el primer golpe no le entusiasmó; apenas, sabía, lo había movido un poco. Era como si Riku casi se hubiera dejado golpear para ver qué tan fuerte y veloz era su contrincante.

Seikanji esquivó luego el ataque, casi enseguida al suyo; un contraataque feroz que podría haberle hecho mucho daño si no lo evitaba. Pero al momento de dejar espacio entre ambos, el alumno prodigio de Kojiro volvió a lanzarse rápido como una centella de fuego que podría quemarlo si no lo evitaba.

 

Aoi Nobunaga

Observó cómo Matahachi leía la carta y analizó las expresiones de su rostro y sus manos mientras dudaba si tirarla al arroyo o no... Tampoco es que le importara demasiado, su misión era entregarla y así lo habia hecho por lo que se disponía a marcharse cuando él le habló.

Ladeó ligeramente la cabeza como un animal curioso y observó el intercambio entre Matahachi y Tsubaki sin inmiscuirse, llevando su mano a la empuñadura de su propia katana cuando el recién llegado lo hizo en un acto reflejo.

Allí la dejó reposar de forma casi casual cuando se acercó a leer el papel. Reconoció un nombre que le revolvió las entrañas pero mantuvo su rostro tan inexpresivo como siempre y asintió hacia Matahachi para demostrar que había escuchado su petición.

— No me corresponde a mi tomar ese tipo de decisiones.— Respondió con un encogimiento de hombros. — Soy mujer de acción, la estrategia es cosa de otros.

No tenía ningún tipo de intención de meterse en aquellos enredos. No era líder ni quería serlo así que sería mejor que las decisiones las tomaran los más listos... Y Matahachi parecía ser sumamente inteligente por lo que aceptó sus indicaciones y, con una leve inclinación a modo de despedida, se marchó de aquel lugar rumbo a la playa para notificar que había cumplido con las órdenes.

 

Fujiwara no Riku

Sonríe, y asentí luego de cada choque, esquive o bloquee. Dándole mí aprobación de los visto hasta ahora.

Contenido oculto

PV: 80

Fuerza= 18
Protección= 12
Voluntad= +4 ataque + 1
Buena reputación= +2 suerte
Borracho= -2 defensa



Ataque 1: Esquivas/bloques

Defensa 1: esquive



Ataque 2: 40

Defensa 2: Esquive

 

Seikanji Yamagawa

La adrenalina fluía libre por sus extremidades y no pudo reprimir la sonrisa que afloró en su rostro a causa del entrenamiento.

Sus músculos vibraban ante cada bloqueo o golpe dado al aire por el esquive de Riku.

 

Fujiwara no Riku

Había fuerza y velocidad detrás de cada golpe de Seikaiji, sintiendo el corte al viento que hacía al lado de mí cuerpo sus kodachi al ir esquivando.

Todavía no había acertado ni un solo golpe, pero estaba bien con eso, mientras más intento mejor. Esto es algo que solo se permite en entrenamientos.

Contenido oculto

PV: 80

Fuerza= 18
Protección= 12
Voluntad= +4 ataque + 1
Buena reputación= +2 suerte
Borracho= -2 defensa



Ataque 1: Esquivas/bloqueas

Defensa 1: bloqueo



Ataque 2: 46

Defensa 2: 10

 

Seikanji Yamagawa

Advirtió un pequeño espacio, ínfimo, cuando Riku bloqueó su golpe; dio un paso atrás y de pronto con su otra pierna se impulsó hacia arriba, desencadenando un ataque imposible desde aquél ángulo, buscando romper la defensa y desestabilizarlo

 

Fujiwara no Riku

Toso un poco de sangre del impacto del último golpe que se me encestó, estaba claro que estaba siendo aprisionado. Justo después de haberle golpeado.

Pero seguí sin bajar la guardia. Empezando a medir la distancia entre nosotros y tomando mayor seriedad al combate.

Contenido oculto

PV: 62

Fuerza= 18
Protección= 12
Voluntad= +4 ataque + 1
Buena reputación= +2 suerte
Borracho= -2 defensa



Ataque 1: esquivas

Defensa 1: esquive


Ataque 2: 42

Defensa 2: 10

 

Seikanji Yamagawa

Nadie podría haber contraatacado luego de su movimiento, pero Riku pertenecía a otra clase de hombre. El golpe lo empujó hacia atrás y Seikanji parpadeó, sorprendido. No esperaba un golpe cuándo acertó a su oponente.

Afirmó ante él, reconociendo el formidable contrincante que tenía frente a sus ojos.

Contenido oculto

PV: 85. Mil gracias a Mon por hacer las cuentas

 

Fujiwara no Riku

Tomé aire por segundo, notando como este entrenamiento se hiba volviendo un poco más extenuante de lo planeado.

Aún así, ninguno de los dos bajo la intención de rendirse

Contenido oculto

PV: 57

Fuerza= 18
Protección= 12
Voluntad= +4 ataque + 1
Buena reputación= +2 suerte
Borracho= -2 defensa


Ataque 1: Esquivas/bloqueas

Defensa 1: bloqueo


Ataque 2: 35

Defensa 2: 11

 

Seikanji Yamagawa

Las gotas de sudor comenzaban a aparecer en su frente. Se enjugó con el antebrazo el rostro y sopló hacia arriba para moverse un mechón de pelo que le dificultaba la visión.

Los hombros comenzaban a quemarle junto a los cuádriceps.

¿Hasta donde aguantarían?

 

Fujiwara no Riku

Afience el agarre en la empujadura de la katana, como temiendo soltarla en un desliz en que me falle la fuerza.

Todavía aguantaba, a pesar del daño acumulado, seguí manteniéndome firme a pesar de todo. Esto no sería suficiente para hacerme derrumbar.

Contenido oculto

PV: 28

Fuerza= 18
Protección= 12
Voluntad= +4 ataque + 1
Buena reputación= +2 suerte
Borracho= -2 defensa



Ataque 1: Esquivas/bloqueas

Defensa 1: 18


Ataque 2: 31

Defensa 2: esquive