Shimane Islas Oki

Tema en 'Prefecturas' iniciado por Amelie, 29 Diciembre 2023.

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    Amelie

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    [Reijiro; Kohaku]

    Soltó una risa cuando escuchó lo que Chiasa había hecho. No conocía personalmente al señor pero sabía del campo de girasoles. Muy famoso.

    Aquella pregunta había sido una que ni su señor le había hecho — Todo sucedió... —inició, no comprimió su cuerpo, todo lo contrario. Relajó sus hombros, respiró con fuerza para después dejar ir el aire —Visitar Mito con mi señor Hideyoshi al principio parecía ser una recompensa por la victoria en Shizuoka; pero no tardó en volverse una pesadilla — miró al horizonte, recordando lentamente todo lo que pasó — La señora de Ibaraki fue traicionada y nosotros fuimos alejados del castillo para que la invasión fuera precisa. No fue una carnicería como en otras prefecturas, fue sutil. Las calles quedaron intactas... sólo sangró el castillo.

    Reijiro sostuvo su katana; un arma vieja que seguramente perteneció a un guerrero que ya no estaba más con vida. ¿El arma que le prestaron al padre de Reijiro para morir? ¿O una simple katana recogida del campo de guerra?

    —Nuestro señor Hideyoshi dividió nuestra fuerza; Masaharu, Genichi y yo fuimos encomendados a seguir a Aoshi; el maestro de nuestro señor. Él se dirigía al castillo y creímos que ese sería nuestro final, correr hacia dónde la masacre ya había comenzado mientras mi señor se quedaba con Yuta; Shinkai y Keitaro peleando contra los hombres que enviaron para burlarse de nuestras acciones al estar lejos del castillo.

    Reijiro era un hombre más robusto al usual cuerpo de un guerrero; no era el más rápido, no era el más joven, y al parecer tampoco era el más experimentado de las seis montañas. Yuta era quién tenía mejores posibilidades de supervivencia; los demás sólo seguían órdenes.

    —Recuerdo que Genichi iba llorando en ese camino al castillo; pensando que moriría y jamás volvería a ver a su hermano, Shinkai. Masaharu y yo íbamos en completo silencio siguiendo a Aoishi. Al llegar al castillo... las flechas nos embistieron —Llevó su mano izquierda a su pecho, seguramente recordando dónde fue herido —Pensamos que nadie de nosotros había muerto; pero detrás de nosotros venía Shinkai... Las últimas palabras que escuché de Genichi se quedaron grabadas en mi memoria "Debo llevarlo con mamá..." —repitió y fue en ese instante que su voz se quebró —Escuché cómo se acercaban los guardias a nosotros y miré a Genichi y le dije que lo hiciera; que yo lo cubriría. Pero él me miró y después miró su pierna; tenía una flecha y no podía moverse. En un impulso de heroísmo insensato, me arrastré hacia Shinkai. Escuché cómo me gritaban diciéndome que no me moviera más... lo hice y cargué a Shinkai para después correr como un animal herido.

    Los ojos de Reijiro se llenaron de lágrimas, seguía mirando al horizonte — Recordé cuando yo tuve que ir a las fosas a intentar reconocer a mi padre entre tantos... siempre veía a alguien que se le parecía pero nunca terminaba siendo él. Así estuve hasta que el sudor y el mareo me hizo sentir tan mal que vomité cerca de un cadáver y me desmayé a su lado. Jamás encontré a mi padre pero sabía que había muerto —se golpeó el pecho —Yo lo sabía, aquí. Ya no estaba más... y recordé eso en aquel momento; y pelee por sobrevivir, pelee porque llevaba a Shinkai, llevaba lo poco que quedaba de nosotros. Porque no quería que la madre de esos fuera a reconocer cadáveres a una ciudad que no era la suya; tampoco quería que mi mujer e hijas lo hicieran conmigo... —negó —La suerte me acompañó aquel día, el arquero que pusieron a seguirme fallaba, y cuando acertaba era en el ya fallecido Shinkai... tuve demasiada suerte —repitió.

    —Pero seguía herido de la primera flecha —Agregó —La saqué de mi pecho e hice todo peor... la sangre... brotaba a borbotones, arranque tela y la metí a la herida, eso días después llevaría a una infección. Pero en ese momento detuvo el flujo y pude seguir consciente un tiempo más para ocultar a Shinkai. Después volví al bosque a buscar a mi señor Hideyoshi... sólo encontré sangre y fue allí dónde caí, me desmayé por la pérdida de sangre, el mareo y la jaqueca que ya llevaba conmigo desde el impacto de la flecha.

    Por fin, Reijiro miró a Kohaku —Cuando desperté me encontraba peor que el día anterior, avancé con cautela al palacio y esperé a ver movimiento; no pude entrar, esperé y esperé, derrotado, robé un caballo; pensaba que debía pedir refuerzos en Shizuoka... pero luego vi una carreta con prisioneros, los seguí...




    [Ryoshi; Aoi; Dozan]

    Ryoshi contempló la idea; pero en su mente sabía que pocos en esa isla los ayudarían a matar a tantas personas, no eran ese tipo de mercenarios; tal vez Murai era buen prospecto; pero no imaginaba a los demás matando simplemente por conseguir números. No era algo sencillo, al menos para él no lo fue desde el principio —Pensaba en Mara, solamente Mara. Entiendo que está en esa espada ¿No? Y yo ya no tengo espada...

    Dozan golpeó ligeramente la frente de Ryoshi con el borde de la saya de su katana mientras la sacaba de su obi para entrenar con Aoi —No seas estúpido. Perdiste mucha sangre y ya no estás pensando bien. Ya tenemos muchos problemas con los mayoibune como para ir a molestar al Dios del caos y muerte —negó —quédate ahí y recupera tu sentido común.

    Miró a Aoi y sonrió —Con sayas, por favor. No quiero que me emparejen para lucir como ustedes; sin ofender —se disculpó y se preparó para atacar.

    Ayeah tiremos 3 tandas de ataques y veamos que sucede.



    [Rei; Akihito; Rengo; Yuzuki; Hayato; Inagaki]

    ¿Celos de Matahachi? Pensaba Rei al escuchar a Akihito; por un momento le dio gracia debido al alcohol en su sistema; pero después sintió un retortijón en el estómago; como si le hubieran pegado, y eso le hizo recordar que aquello sonaba gracioso por el estado de ebriedad precoz que al parecer su hijo tenía. Herencia seguramente; pues él también quería comenzar a reclamar, sin razones o derechos; pero le gustaba hacerlo, reclamar siempre se le hizo natural —¿Celos? A ese niño lo pateo y te apuesto que se cae; tu aguantarías al menos... dos patadas. Si, estoy seguro. Dos. —Eso sonaba mal, terriblemente mal. Pero en la mente de Rei, era un ejemplo muy acorde.

    Rei soltó una carcajada cuando Akihito mencionó que le ganaba a Matahachi hablando —Yo supero a ese niño imbécil en muchas cosas, no sólo al hablar. Puedo hacer una gran lista en cosas que hago mejor que él. Insultar se me da mucho mejor por ejemplo... —dijo con tal seriedad que para aquellos que no estaban ebrios aquello daba risa.

    Rengo miró a Yuzuki, genuinamente no sabía si reírse o intervenir; pero cuando la vio aun con el ceño fruncido como Takano, soltó una risa.

    Cuando Akihito mencionó que lo hacía feliz no haber sido tan invisible de niño. Rei lo miró confundido y sintió pesar; pues en aquella época era distinto, no buscaba conocerlo. Empezó a observarlo desde su reencuentro, vio poco pero tomó notas para que no se le olvidaran, lo hizo con suma diligencia —Si... siempre has sido muy delgado —dijo como único detalle que recordaba haber observado cuando Akihito era pequeño; y lo notó porque no ganaba el músculo que debía, luego recordó más detalles que antes veía como errores y ahora entendía que eran sus propios gustos y habilidades; sonrió ligeramente al darse cuenta que si lo observó; no con buen ojo, pero al menos vio algo.

    Rengo sintió como aprisionaban su brazo; primero lo miró con una sonrisa pero al notar que aquel tacto era por angustia y preocupación; reaccionó de la misma manera; pues Akihito no hablaba y él no entendía por qué estaba tan preocupado. Lo peor es que dejó esa idea al aire y lo soltó; pero cuando Rengo iba a preguntarle que pasaba; Akihito tomó su listón dejando caer su cabello en cascada. Después señaló el listón rojo de Rengo y este le sonrió a Yuzuki pues entendería la historia. Rengo se sintió cómo Rei lo observaba, acercándose un poco para entender qué demonios pasaba con ese dichoso listón.

    Rei no entendió nada; pero afirmó como si lo hiciera porque no quería pasar por estúpido.

    Rengo miró a Yuzuki —Me ayudó a rastrearlo Shinrin —le explicó pues ella sabía que Rengo no tenía esa habilidad entre sus demás curiosidades.

    Después Yuzuki le reclamó a Rei por reprocharle a Rengo lo que provocó una carcajada en él y la miró para encontrarse el mismo rostro de enojo que el de Takano; aquello le trajo muy buenos recuerdos y sonrió. Después afirmó cuando escuchó que Akihito era un buen muchacho y que Rei debía cuidarlo —Es muy bueno; justo ahora está borracho, y me parece divertido; creo que pierde sus inhibiciones, tal vez ahora no le avergüence decirte que me vio desnudo.

    Ahihito le reclamaba a Rei por hablarle feo a Rengo; y mientras Rei era mutilado con el poder de aquel listón, no pudo evitar escuchar las palabras de Rengo con gran sorpresa.

    Si Akihito quería que el mar se lo llevara; ahora seguramente querría que lo ahogara y jamás lo devolviera a la tierra.

    Rei miró a Akihito —¡POR SUPUESTO! TODO TIENE SENTIDO AHORA —Gritó como si hubiese descubierto la técnica de combate perfecta; la manera de derrotar a Gendo; o la manera de humillar a Matahachi enfrente de todo mundo —¿Te gustan los hombres?

    Los Shishio eran muy divertidos estando ebrios.





    [Kojiro; Togashi; Riku; Noishi; Haku; Seikanji]

    Noishi soltó una risa al escuchar lo de la naginata; aquello era cierto y no había tenido la cortesía de enmendar aquel error, sintió un poco de culpa a pesar de la voz relajada de Seikanji, después preguntó por Tsubaki —Seguramente sigue molesto conmigo... no le dije mi nombre jamás. Lo aprendió de otra persona. Tiene razón para estar molesto, lo conozco desde ya hace varios años y jamás le confié mi nombre.

    Haku quien estaba cerca, escuchó las palabras de Seikanji y lo obligaron a acercarse a oír la historia de Kyuzo; pero no lo hizo por eso, lo hizo para observar a Togashi, tenía un asunto pendiente con él y el destino lo había traído del mar hacia la isla.

    Kojiro escuchó a Riku y algo de alegría volvió a él cuando este le pidió un futuro duelo con él.

    ¿Por qué no ahora? se preguntaba Kojiro mirando a Riku irse. ¿Por qué hasta derrotar a Kato o a Gendo? La duda lo dejó allí, de pie con sus recuerdos de la derrota ante Kato, sabía que Riku no le había dicho eso para recordarle lo que aun no había logrado, pero vino de golpe nuevamente. Él águila de Kamkura... una leyenda a la que debía vencer para ser el mejor. Y Kojiro lo entendió, Riku deseaba lo mismo. Kojiro sonrió al notar que su alumno poseía el mismo deseo que él; ser el mejor.

    Kojiro suspiró y decidió ir a la playa, allí podría limpiar a Haiku en paz.

    Riku se unió al grupo de Noishi; Togashi; Seikanji y Haku.

    Togashi y Seikanji hablaron de Kyuzo; de la herrería y de la extraña mujer en la otra isla; por eso cuando Togashi terminó de revelarse como herrero, Haku tuvo la confirmación que necesitaba, una más allá a la verbal que ya coincidía con todo lo que Kyuzo mencionó.

    —Togashi —intervino Haku —Perdonen que los interrumpa —mencionó mirando a Seikanji en modo de disculpa; después comenzó a buscar entre sus escasas pertenencias — Kyuzo me pidió buscarte en Omori, que te contara lo que Seikanji ya ha tenido la amabilidad de hacer y... —sacó de entre sus cosas un mineral extraño, uno que Riku y Togashi podían diferenciar —Te diera esto.

     
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    Zireael

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    Yuzuki Minami
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    Akihito admitió sus celos ahora sí bajo ese nombre, que quizás eran muchos y sonreí en una mezcla de ternura y resignación, borracho no pensaba antes de decir las cosas. Para que Rei se estuviera quejando tanto de lo bocón que era Rengo, su propio hijo estaba bastante bocazas con el sake que él le había dado, así que no tenía mucho derecho a quejarse ya. El chico reconocía los esfuerzos de su padre además, incluso lo felicitaba y se alegraba por saber que no era tan invisible como se percibía.

    Era un niño también, uno que solo había querido ser reconocido por su padre.

    Quizás debimos detenernos más en lo de la muerte de Akishino, explicar qué había pasado en Kioto, pero entre los borrachos, la de la resaca, el del corazón roto y el niño sin dormir por el mar la verdad es que mucho se nos pedía. Era algo que igual podía hablarse más a fondo en otro momento, quizás incluso debieran explicarlo Noishi y Shino. Había notado la reacción de Aki, pero su agarre sobre el brazo de Rengo se relajó luego que de empezáramos a pasarnos las acusaciones como si fuesen una temari.

    Cuando les pregunté por el listón se soltó el cabello para mostrar el suyo, luego hizo que Rengo girara el rostro para que pudiésemos ver el listón en el suyo, mi listón y sonreí incluso antes de escuchar el resto de la historia. Mi niño se lo había dado, pidiendo que lo cuidara porque se lo había dado yo y pensé de nuevo en lo amoroso que era incluso en medio de su dolor, sus tragedias y problemas, estiré la mejilla para acariciarle el rostro a Rengo un momento, que luego dijo que Shinrin le había ayudado a rastrearlo, lo que tenía sentido.

    —Dioses, pero si te pasaba algo Rengo se habría puesto muy triste —solté entonces al oír que había estado por morir al menos un par de veces.

    Mi acusación a Rei acabó por arrastrar a Aki, al ver su reacción noté que había pecado de lo mismo que Rengo y me llevé la mano a la boca, cohibida de repente. Unos daban la primera impresión de borrachos y nosotros de bocones, así que estábamos a mano, de nuevo el único que se salvaba era Hayato al que, para variar, nunca le dábamos los mejores ejemplos.

    —Perdón. Lo de ser bocones es familiar. —Me lamenté hacia Akihito, que ya se había recostado en el suelo—. Estás bien, no me hagas caso.

    Uno se lamentaba por estar pasado de alcohol, Rei hablaba de que su hijo aguantaría dos patadas, que insultar se le daba mejor que a Matahachi y en medio de mis disculpas volví a fruncir el ceño, confundida y molesta. De verdad que esto era un espectáculo del que debíamos estar muy poco orgullosos y... ¿Qué decía Rengo? ¿Qué lo había visto desnudo? Mi ceño fruncido desapareció y lo miré, antes de señalarle a Hayato para recordarle que había un niño presente.

    El grito de Rei me sobresaltó, cualquiera habría pensado que había descubierto cómo ganar la guerra bebiendo del guaje, pero la pregunta que soltó me dejó absolutamente escandalizada. Estampé la mano contra el suelo, en un llamado de atención general.

    —¡Eres muy bocón tú también, no lo preguntes así nada más, lo vas a matar de vergüenza! ¡Y para que lo sepas, los padres no deberían contar las patadas que aguantarían sus hijos! —dije hacia Rei y luego me giré hacia el menor de los Harima, despegando la mano del piso para darle un golpe en el centro de la espalda aunque moderé la fuerza para no hacerle daño—. ¡Y tú no parezcas tan contento al contar esas cosas sin contexto, Aki está borracho, no es de piedra como para no sentir vergüenza! ¡Cuida cómo dices las cosas frente a Hayato, pórtate como el hermano mayor que dices ser!

    Suspiré, me llevé la mano a la cabeza y me rasqué las raíces del cabello, exasperada, vaya manera de presentar a estas familias, de verdad.

    istg somos estos
    [​IMG]

    aki, te queríamos salvar y te hundimos, nos per d0nas?
     
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