—Mira Mismagius salió de su ball, al ser chica, se puso al lado de Gengar y mostró algo de interés por el Fantasma/Veneno
—Ay dios...—murmuré mirando a los pokémon. Gengar observó a Mismagius con una pequeña gota de sudor en la cara y se colocó detrás de mis piernas algo nervioso.
Me agaché y acaricié la cabeza de Gengar con una sonrisa para mirar a Rojo. —Gengar es algo tímido cuando se trata de chicas, pero con el tiempo seguro que se hacen buenos amigos.
—Eso es seguro, y me extraña que Mismagius sea tan abierta y amigable para su especie, pero bueno —miré a Gengar, y Hawlucha se posó en mi hombro por un momento y saltó al suelo —Saluda Hawlucha —éste saludó a Liza con un gesto de una mano—
—Anda un Hawlucha, me gustan mucho estos pokémon. —exclamé alegre mientras me colocaba de cuclillas y miraba al pokémon mientras le acariciaba un poco. —Hola pequeñín. Gengar se apartó un poco y se sentó en el suelo mientras miraba quien sabe donde.
Me levanté tras acariciar al pokémon y me estiré un poco. —Pues bien, algo aburrida, hace tiempo que no veía a ningún entrenador a parte de Steve, ¿dónde os habíais metido? —pregunté curiosa.
—Pues, he andado por Óleo y Barniz, por cierto, ¿Sabes por donde anda Ukita? Hace un tiempo que no le veo
—Ukita...pues da la casualidad de que sí lo se, lo vi en el Gran pantano y creo que no se movió de ahí. —le informé recordandolo.
—Hmm, pues, bien, lo buscaré luego —me senté en un tronco caído— He tenido un día algo loco, y eso que apenas está empezando, para mí, claro ajaja
Me sorprendí bastante ante eso, aún así me alegré mucho por ellos. —Entonces...¿se declararon? —pregunté toda sentimental con una sonrisa. Lo vi marcharse con la susodicha chica y sonreí. Lo que era el amor...
Alcé la vista de la belleza que era el mar y el cielo nocturno cuando oí mi nombre pronunciado por alguien más; era Liza, que junto a su Sylveon se encontraba sentada en la arena un poco más adelante. Devolví el saludo y comencé a caminar hacia allí, pero Cubone y Togepi se adelantaron y salieron corriendo hacia la chica, llegando antes que yo junto a ella.
Sylveon saludó a los dos pokémon de Effy con mucha alegria y yo me limité a mirar con una sonrisa a la entrenadora acercarse. —Anda, ¿tú por aquí?
—Me dirigía hacia el Volcan Barniz, pero creo que me perdí en el camino —repliqué, rascándome la nuca un poco avergonzada de admitirlo. Me senté junto a la chica mientras mis dos pokémon se ponían a jugar frente a nosotras junto con el Sylveon de Liza.
—¿Al volcán Barniz dices? ¿Tan tarde? ¿Tú no duermes? —dije algo extrañada. —Ya es bastante tarde... Sylveon corría junto a los otros dos pokémon en la orilla y les echaba agua con sus cintas a modo de juego.
—Queríamos visitarlo junto con Pauline, pero parece que nos separamos… —comenté; Sylveon y Togepi se divertían echándose agua, jugando… Cubone, al ser tipo tierra, no le tenía mucho agrado al agua, y salía corriendo cada vez que una ola se alzaba por la orilla, pero volvía curioso cuando la marea bajaba—. Y sí, duermo, pero no suelo dormir mucho tiempo, me gusta mantenerme despierta…
—Pauline, hace tiempo que no la veo. Esa chica desaparece cada dos por tres.—dije al escucharla nombrar a la entrenada y miré el cielo con algo de sueño. —Pues a mi en cambio me gusta mucho mas dormir, aunque el viaje me impide que duerma tanto como lo hacía antes. Sylveon miró a Cubone y con una de sus cintas lo subió a su lomo para que pudiera acercarse al agua pero sin tocarla, mientras que con una de sus patas salpicaba a la pequeña Togepi.
—Yo tampoco, pero me la crucé y me debía una batalla y… es una larga historia —reí, observando a Cubone, Sylveon y Togepi jugando por el agua—. Dejando eso de lado, ¿qué haces tú aquí, Liza?
—Pues vine a descansar un poco, pero tras el combate contra Rojo me volvieron las ganas de combatir, así que...¿te apetece un combate? ¿Un 4 vs 4? —le pregunté sonriente mientras jugaba con uno de los mechones de mi pelo.