Microrrelato Irreparable

Entrega para la actividad: "Detrás de la melodía".

Irreparable​

Caminó por aquella ruta que desde aquel día se había convertido en su tortura. Todo a su alrededor era igual y sin embargo, él lo sentía tan diferente. Y esa diferencia radicaba principalmente en ese vacío a su lado derecho que una vez había sido ocupado por su mejor amiga, y que ahora simplemente era una ausencia que alcanzaba su corazón para establecerse allí por un período que ya consideraba eterno.

¿Se había equivocado? El resultado así lo evidenciaba, mas su mente se rehusaba a aceptarlo, a vivir en esa soledad, a reconocer que los días de bella amistad habían terminado por su atrevido deseo de algo más. Pero nuevamente, ¿había cometido en verdad un error? ¿Qué había sido de todas esas risas compartidas; de esas miradas de complicidad entre ambos? ¿Qué habían significado esos abrazos, esas caricias que parecían indicarle que su relación podía avanzar? ¿Fueron mentiras? ¿Ilusiones? ¿Un engaño de su mente ante el amor que había cultivado por ella?

Otra vez, el resultado decía que sí. Que su amor había ganado la batalla ante las dudas, llenándolo de una seguridad que no debió tener y que lo había orillado a confesarse a su amiga de la infancia. Y ese fue el fin de todo. Un rechazo inminente y que muy en el interior esperaba, fue su respuesta. No obstante, lo que terminó por destrozarlo fue la decisión de terminar con esa amistad que desde tierna edad había sido construida; amistad que atesoraba como pocas cosas en su vida y que él mismo había matado. Después de todo, ya nada entre ellos podría ser lo mismo.

Y la extrañaba. A ella y esa camaradería que los distinguía. Añoraba su pasado; anhelaba volver a disfrutar de un helado en su compañía, deseaba recorrer el camino del instituto a casa sintiendo su presencia; extrañaba todo lo que hacían juntos y entonces lo comprendió. No quería su amor, no lo necesitaba siquiera. Simplemente necesitaba de vuelta esa amistad, su apoyo, su presencia; quería remendar ese lazo desgarrado. Daría lo que fuera por conseguirlo, incluso sacrificaría esas preciosas memorias que tanto significado tenían para él, ya que con ella a su lado siempre sería capaz de recrear nuevos recuerdos.

Sin embargo, era inútil. Su palabra había sido definitiva y él no contaba con el poder o el coraje de hacer nada al respecto. Nada que no fuera rumiar su dolor y llenarse de nostalgia día a día andando por aquel trayecto en el que recorría cada uno de los lugares que frecuentaron, simplemente para aumentar su vacío interno y continuar extrañando al imaginar la sonrisa y voz de lo que era ahora un fantasma.

Fin​