Otto "¿Hay descripción de los aldeanos? ¿Cantidad de desaparecidos? ¿Tiempo?". Menciono mi prioridad de información mientras le doy una revisión al oro recién recibido Me mantuve callado a la llegada del pato, deseando querer desaparecer de su vista. O, más especifico, sus preguntas. Un tipo de este animo es útil para liberar un poco de información de cada uno, pero por el momento es mejor si no lo agarro en este frenesí de emoción. El primer pato que conozco y es todo un espécimen infantil.
Erevan -Los aldeanos son todos lugareños cercanos al Bosque Muerto, generalmente se internan allí para buscar las pocas frutas exóticas sanas que quedan, pero últimamente nos llegan noticias de varios que no regresan y estos rumores del dragón que son narrados por los mismos lugareños. Lo cierto es que no podemos estar seguros al cien por cien de que los rumores sean ciertos, pero eso es todo lo que nos llega. Por eso necesitamos enviar un grupo par que investigue si efectivamente es un dragón o qué es lo que está desapareciendo a estos habitantes de una forma tan inusual. Esta semana solamente ya nos han llegado diez casos, algo extraño está pasando y las fuerzas del rey no somos suficiente para intervenir, con todos los problemas que estamos teniendo- Trató de saciar las preguntas del ratón de la forma más clara en que le era posible.
Zer Observé las acciones de Dellen con calma y como estaba haciendo con el resto, de reojo. Solo seguí centrado en lo mío, parecía ser educado, no es que me llevase bien con los enérgicos pero al menos los demás parecían ser un tanto tranquilos y lo agradecía en silencio. El pato de nombre Lanre continuó hablando, emocionado y en tono soñador, yo solo volví a sonreír de lado, su vitalidad era tan pura e inocente. Ya esperaba verlo en acción. Luego se armó un pequeño alboroto por una fornida figura, al deslizar mis ojos hacia este resultó ser un Rano, un Clérigo. Parecía también ser alguien abierto, interesado en el deseo, yo solo volví a poner mi báculo firme de nuevo para mirar a Erevan con calma. Este volvió a hablar y comenzó a relatar los detalles de la misión. Al parecer tocaba visitar a alguien en el puerto para navegar a Humbletown y de ahí al Bosque Muerto para arribar a la torre, era la meta, luego se nos dió el adelanto resultando ser 50 monedas de oro y tomé la bolsa que me correspondía para guardarlo con calma, decidiendo al fin quitarme la capucha de encima por ahora, para ver un poco mejor al equipo, muy variopinto, tenía que decir. —Supongo que es hora de moverse, nos veremos en el puerto entonces—. Dije escuchando la pregunta del Ratón, para después Erevan le respondiera, pero no decía nada nuevo. Al final solo caminé hacia afuera del bar para ahora sí salir, supongo tocaba dar una vuelta antes de ir allí.
Erevan Por las reacciones del resto, perecía que ya no había mucho más que responder -Bien- dijo levantándose de la mesa -Si ya no queda nada para decir, les deseo suerte en su aventura y que los dioses los acompañen... ya los acompaña un clérigo así que mínimo ya tienen a un dios de su lado ¡Adiós!- se despidió y caminó por el gran salón disfrutando las miradas que la muchedumbre todavía le lanzaba y los susurros que generaba a su paso. En ese momento, el primero en salir de la taberna fue Zer, topándose con las calles de esta bulliciosa capital.