Boku no Hero Academia Intentarlo (Proto AU) (Serpientes y escaleras)

Contenido oculto: Nota de autor

Esto es para el reto de "Serpientes y escaleras": escribir un fanfic.
Voy a explicar solo un poco del AU para que queden claras algunas cosas.
En este AU los personajes tienen el mismo aspecto y personalidad que en su versión prototipo. Deku se llama Mikumo Akatani (Bakugo le tiene el mote de Yamikumo), su aspecto es distinto, nunca consiguió un quirk y aunque no se sabe realmente sobre que personalidad tendría la gente le suele poner como un Deku algo más pesimista y cansado de todo. Bakugo tiene el mismo nombre y aspecto, pero es optimista, amigable, amable y si hace daño no lo hace a propósito.

Las clases habían acabado y los alumnos se dedicaban a recoger sus materiales para irse a casa.

—¡Oye Yamikumo!—exclamó Bakugo mirándole con una sonrisa mientras metía su estuche en la mochila—¿Vienes a mi casa hoy por la tarde? Así podríamos hacer los deberes y entrenar juntos. Estoy a punto de conseguir hacer un truco con las explosiones y me gustaría que lo veas. Además, ¿no habías hecho un artilugio de los tuyos? ¡Porque quiero probarlo!

Unos alumnos escucharon lo que dijo y se empezaron a reír. Mikumo suspiró, ya que estaba acostumbrado a que la gente se riera de sus intentos de ser un héroe. Por el contrario, Bakugo los miró con una gran cantidad de ira en sus ojos y preguntó:

—¿De qué te ríes?

—Nada, nada—dijo uno de ellos—. Solo nos parecen graciosos los intentos de ser un héroe de tu—señaló a Mikumo—amiguito, ¿entiendes?

—No, no lo entiendo—dijo Bakugo aún más enfadado. Mikumo suspiró otra vez. No quería meterse en esa pelea, porque sabía exactamente cómo acabaría.

—Bueno... Es que es un poco estúpido que siga intentando ser un héroe cuando no tiene quirk. Por muchos cachivaches que él invente, sigue siendo alguien débil. No tendría oportunidad contra ningún villano—comentó otro.

—¿Qué tiene que ver que tenga un quirk o no? Lo importante es tener el espíritu de héroe, y Yamikumo lo tiene—explotó Bakugo—. Que vosotros seáis una panda de imbéciles que no puede ver más allá de si alguien tiene un quirk o no es vuestro problema, no el suyo—y dicho esto les lanzó una explosión.

El grupo salió corriendo de la clase para ponerse a salvo. Bakugo se iba a disculpar inmediatamente por su arranque de ira, pero todos se habían ido. Mikumo suspiró por tercera vez. Siempre pasaba lo mismo cada vez que alguien le insultaba por no tener quirk y querer ser un héroe cuando Bakugo estaba cerca: Bakugo le llamaba la atención, se peleaban verbalmente y al final Bakugo estaba tan enfadado que acababa lanzándole alguna explosión, haciendo que la otra persona saliera corriendo.

—Kacchan...—susurró para llamarle la atención por defenderlo siempre, aunque no fuera necesario.

Bakugo se volteó para mirarlo y le dijo:

—Sí, ya, ya lo sé. No puedo lanzar explosiones a la gente solo porque te molestan. ¿Qué tal si nos vamos ya?

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Los dos caminaban juntos en silencio para llegar a sus casas.

—Kacchan, creo que realmente no voy a poder llegar a ser un héroe—dijo Mikumo de repente, mirando al suelo.

Bakugo se paró en seco, incrédulo.

—¿Por qué dices eso? No dejes que esos tipos te desanimen. ¡Puedes ser un héroe si es lo que deseas!

—Pero no tengo un quirk...

—¿Y desde cuándo eso ha importado?—exclamó Bakugo alzando sus brazos tanto como pudo—¡Puedes hacer cosas geniales sin un quirk! ¿Recuerdas aquella vez que salvamos a un gato que estaba atrapado en un árbol?

—Fue horrible. Por poco morimos.

—¡Pero al final salvamos al gato! Además, fuiste tú el que me convenció en primer lugar de hacerlo, porque siempre eres tú el que actúa de forma imprudente para salvar a los demás. Por eso cogiste tus botas propulsoras y saltaste para llegar adonde estaba el gato. Que sí, chocaste contra una rama, el gato se asustó más y te quedó un chichón en la cabeza por una semana, ¡pero hiciste lo que tú considerabas que era correcto!

Bakugo se quedó en silencio y miró a Mikumo por unos segundos. Como no decía nada, continuó diciendo con un tono de voz más bajo:

—Se suponía íbamos a ir los dos a la U.A, que los dos íbamos a ser héroes. Tú con tus artilugios y yo con mis explosiones. Que íbamos a combatir el mal. Yamikumo, prométemelo. Prométeme que vas a ser un héroe.

Mikumo lo miró indeciso, pensando en qué decir. Al final abrió la boca y susurró con un leve tartamudeo:

—Lo prometo.

—¡Más alto, más seguro y con una sonrisa!

—¡Lo prometo! ¡Seré un héroe!—exclamó levantando los brazos y dando un salto.

—¡Sí! ¡Puedes hacerlo! ¡Puedo hacerlo! ¡Podemos hacerlo!—gritó Bakugo lo más alto que pudo mientras saltaba repetidamente.

—¡Por supuesto! ¡Seremos los mejores héroes del siglo y salvaremos a la gente con una gran sonrisa!— gritó su compañero imitando los mismos movimientos que el otro.

Y así estuvieron unos cuantos minutos, gritándoles a ellos mismos y al mundo que iban a cumplir sus sueños y absolutamente nada les pararía.