Injusticia de Creer

Re: Injusticia de Creer

"Por un camino incierto,
oscuro temor es iluminado,
en el dolor mismo esta aquella salvación,
que tanto anhelamos"
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•Injusticia de Creer•

"Peligro"


Sintió el calor aumentar considerablemente y una leve sensación de mareo lo invadió, a duras penas logró moverse, lo que ocasionó que la flecha rozara su hombro, esto le hizo adormecer la zona y tener la sensación de mil agujas clavandose ahí, y eso que solo lo había rozado.

"Que diablos eres..."-murmuró poniéndose en posición de defensa.

"Soy una simple humana con una enorme fe en Dios..."-respondió seria, con voz segura, preparó una nueva flecha sin retirar su vista de la hipnotizante de él.

Eras Hermoso.

Kagome se sintió perdida por un momento.

"¡Devuelveme mi rosario...y mi retrato!"

"Tú, no eres una mujer ordinaria"-le ignoró su anterior comentario, de un salto se puso al frente de ella, tomándola velozmente de la mano que tenía la flecha tensionada, y con la otrs quebrando el arco.

"¿Qué?..."Kagome no logró ver bien todo el rápido movimiento que él realizó, inesperadamente se vio forcejeando con él, sin notarlo su cuerpo transmitía descargas al de InuYasha.

Enfurecida.

Enrabiada.

Emocionada.

Eran los sentimientos que la envargaban en ese momento, el último por sobre todo contradictorio.

"Tú, no eres una simple mujer..."-aguantando las descargas espirituales que inconscientemente Kagome le transmitía logró apretarla contra su cuerpo en un bruto abrazo para dejarla totalmente inmóvil.

Kagome forcejeó insistentemente, pero por más que luchaba no conseguía nada, el caliente aliento de el semi-demonio le llegaba como brisa en el rostro, pensó por un momento que el corazón se saldría de su boca cuando observó sus fieros labios aproximándose lentamente a ella.

"que quieres de mi..."-suspiró derrotada, entre cerrando los ojos.

¿Que debía hacer?

"Todo..."-¿él había dicho eso?, InuYasha se sintió desorientado, perdido por un momento, fugazmente las palabras de Mioga acudieron a su cabeza.

"¿hace cuánto tiempo que no está con una mujer?"-una sonrisa perversamente pícara se formó en los labios de el hombre de edad, tan arrugado como una pasa, el bigote se levantó graciosamente.

"Eso no te interesa viejo pervertido"-bufó más molesto que antes.

"Tiene que ver con lo que le digo amo, su cuerpo funciona distinto al de un humano o al de un monstruo por ser la mezcla de los dos, la química del deseo se prende en usted cuando... encontró la correcta, es algo biológica y superior a lo que su mente puede comprender.

"Por favor..."-Kagome se movió nuevamente cuando se percató que él aflojó los brazos.
"¡No te frotes de esa forma contra mi, mujer!"-Rugió ronco, por primera vez en su vida se sintió extremadamente nervioso-"¡Quieta!"-ordenó cuando ella desafiante volvió a luchar contra el agarre.
"Entonces sueltame"-levantó el tono de su voz, frunció sus cejas con las mejillas algo más rojas.

No sentía miedo ante él, pero un sentimiento extraño la embargo, uno que nunca había experimentado antes, en los dorados ojos de él podía captar frágilmente el dolor, la decepción, la soledad... de pronto le surgió la curiosidad de saber el origen de esa frialdad, ¿Quizás Dios quería que ella lo ayudara?.

Kagome se quedo quieta en los prisioneros brazos de InuYasha, él, un hombre mitad bestia pocas veces manifestaba en su rostro tosco sorpresa, lo demostró la muchacha subió los brazos a el cuello de InuYasha, escondiendo su rostro en el duro pecho.

"ah..."-fue el único sonido que su boca emitió.

Sorprendido. ​

Desconcertado.

¿Asustado?

¡NO!, lo último no.

La empujó de forma sutil pero poco delicada, provocando que cayera sentada en la tierra húmeda.

"Devuelvemelo"- imploró con el rostro sereno, desde su lugar, el se veía tan imponente como hermoso, otra vez la luna a su espalda, dándole el toque místico, mágico, divino.

Kagome cerro los ojos por un momento rogando a Dios que la iluminara. Se levantó decidida del suelo.

"InuYasha...¿Esta bien que te llame así?-"el aludido se puso rígido, además de excesivamente serio. No respondió a su pregunta, observó cada detalle de la mujer, su cabello ondulado, su gracioso flequillo actualmente desordenado, su piel ni muy blanca, ni muy morena, su frágil cuerpo, sus brillantes ojos heridos, nostálgicos y dulces, sus labios. Apretó sus puños.

Kagome se acercó pausadamente a él.

"No haces esto porque lo deseas...si no porque te lo ordenan"

"¿Por qué este repentino cambio?"-exclamó molesto-"debo matarte, y lo haré"-le dijo mostrando sus filosas garras-"odiame mejor"-sonrió fingídamente.

"Dijiste DEBO matarte, NO dijiste quiero matarte...no puedo odiar a quien le ordenan hacerlo, y tampoco debo odiar a quien lo manda a hacer... va en contra de lo que creo"

"A una mierda con eso, los cristianos no matan y lo intentaste hacer hace un rato atrás"-al ver la extraña expresión que ella puso, sonrió burlonamente.

"Y ahora estoy arrepentida de eso... escucha, Japón es un país muy cerrado, algún día encontraremos nuestra libertad..."-una brisa movió suavemente ambos cabellos.

A lo lejos se sintieron pasos.

"¡Kagome!"- gritó Kouga aun lejos de donde ellos estaban, algo temeroso estaba al pasar el tiempo y ella... aun no había vuelto.

"Kouga..."-susurró-" Por favor... mi rosario..."-suplico nuevamente tomando sutilmente una de sus mangas.

InuYasha se confundió por unos instantes.

"Cuenta la leyenda que aquí una humana y un semi-demonio se amaron, pero luego ella lo traicionó, el semi-demonio herido quedo"

Kagome no comprendió bien que quería decir él con eso, InuYasha se soltó de el leve agarre de ella y salto nuevamente hacia la rama del árbol. Enojado consigo mismo frente al rostro de ella rompió de un solo movimiento el rosario, las perlas blancas saltaron a diferentes direcciones, haciendo un pequeño sonido al chocar contra el suelo y piedras, el corazón de Kagome se oprimió al ver destruir su preciado rosario.

"Te mataré..."-murmuró al tiempo que saltaba a otro árbol perdiendose prontamente de la nublada vista de ella.

Kagome precipitadamente comenzó a recoger las pequeñísimas esferas dispersas. Ese rosario era como estar conectada a su familia, pero ahora, al estar roto una nueva parte de ella también se había hecho trisas... pero ¿eso era posible? su corazón se había estado auto-destruyendo y siendo destruido constantemente en ese último tiempo.

"¿Kagome?"-Kouga se acercó dubitativo, iluminó con la antorcha mejor el lugar, con su marina mirada observó el arco roto en el suelo, las flechas desparramadas, y el afán de la muchacha por recoger perlitas... "eso era el ¿rosario?... ÉL estuvo aquí cierto... ¡maldito, iré por él!"

"No Kouga, ya dejalo, ya fue..."-Kagome corrió una pequeña piedra y debajo saco otra perlita que estaba ahí.

"pero Kagome..."

"Kouga...¿qué sabes de la leyenda de una humana y un semi-demonio?-preguntó inesperadamente, Kagome se aseguró de contar todas las esferas correspondientes al rosario, para luego mirarlo con atención, aun se escurrían algunas lágrimas de sus mejillas.

El moreno se sorprendió del cambio de animo de ella, la vio secándose una lágrima disimuládamente, pero su rostro estaba demasiado sereno.

"¿por qué preguntas?

"solo deseo saber... si es cierta"

"fue hace diez años atrás"

"¿eh?"

"mi padre me lo comentó... ¿has escuchado hablar de Kikyou?"

"¿La princesa que murió junto a toda su familia por malas negociaciones con otro señor de grandes influencias?"

"si... ella misma, al parecer estaba enamorada de un semi-demonio, o mejor dicho un Hanyou, ni hombre, ni monstruo, se dice que su familia quería matarlo por sobre todas las cosas, o algo así"-se sentó en una raíz del árbol-" al parecer su familia la confundió respecto a sus sentimientos, y a lo que el semi-demonio quizás sentiría por ella...¿ves esa mancha oscura en este árbol?"

"si..."

"se dice que aquí ella lo 'mato', luego de eso fue capturada por los enemigos de su familia, todos fueron exterminados"

"todos..."

"si, pero lo de estar enamorada de un Hanyou es un simple rumor de pueblo"
"entiendo..."

"Kagome, en verdad estas bien, deseo ir detrás de ese tipo del gobierno..."

"¡No!"-fue su seca negativa.

"¿Kagome?"

"Kouga, no actuaremos como ellos, mejor movamos-nos rápido, y salgamos de aquí, si él llegó hasta aquí, es porque de seguro los demás deben estar cerca"

"si"-la siguió, ella no quería decir nada, esta bien, no la presionaría, pero debería decírselo en algún momento-"Kagome..."

"si..."

"Yo..."-guardó silencio, ante la atenta mirada de ella-"voy a ser sincero contigo"

"¿sincero?"-Kouga con la mano que no sostenía la artesanal antorcha acarició la suave mejilla de ella-"¿Kouga?"

"Tus padres me dijeron que te debía proteger, si alguna vez les pasaba algo a ellos"

"¿pro..tegerme?"-

"No entiendes..."-Kouga se desesperó un momento.

"¿que debo entender?"

"Tus padres me dijeron que yo... era el indicado para casarme contigo"

Un gran silencio se dejo caer, Kagome procesó la información lentamente, con ojos expectantes. Sintiéndose examinada por Kouga.

"¿casarte...tú y yo?"

"si..."

"Oh, pero tú, osea, quiero decir, haz cumplido bien con protegerme, pero no es necesario que te cases conmigo, quiero decir, debes hacerlo con quien sientas que quieras, de verdad"

"me gustas Kagome, y lo sabes, desde que nos conocimos hace años atrás"

"Pero, eso no es suficiente"-se sintió atrapada, ¿en qué momento había pasado aquello?.

"es suficiente para mi"-contesto seguro.

"Para mi no lo es"

"¡Kagome!"- exclamó dolido.

"Escucha, por ahora, mi única prioridad es salvar a los nuestros, hay muchos niños incluidos, y ancianos, no los defraudaré"

"y yo..."-Kouga le sujeto fuertemente la mano algo molesto, no esperaba esa respuesta, NO la esperaba.

"yo, ahora no puedo corresponder a ello, me gustaría que me siguieras protegiendo, y ayudando como lo haz hecho hasta ahora, te quiero Kouga, pero no aun de la otra forma"

Kouga guardó silencio sintiéndosedesepcionado, pero estaba bien, él nunca se rendía.

Kagome comprovó que ninguna pequeña perla quedara en el suelo y emprendió camino de vuelta seguida por Kouga.

__o__

"Taisho-sama"

"no estoy de humor"

InuYasha estaba sumergido en la fría agua del río, totalmente desnudo, algunas luciérnagas bailaban entre medio de las rocas y pastisales al rededor del río, la misma hermosa luna se reflejaba en la oscura agua cristalina.

"nunca esta de humor..."-susurró uno de los hombres con barba blanca.

"Mi oído puede escuchar hasta el más pequeño sonido"-amenazó InuYasha.

"lo siento..."

"Hablen luego"

"las tropas de el Señor Satohi ya destruyeron el primer refugio que se encontraba por el río Seibo, en un día ya estarán aquí"

"Muy bien, diganle a Satoshi-sama que me uniré mañana a ellos"

"Si señor"-exclamaron ambos y se retiraron esfumandose como niebla en la noche.

"¡Amo InuYasha!, aquí le traje las frutas que me pidió"

"dejala ahí"- ordenó señalando un pequeño saco que siempre cargaba amarrado a su cadera, al mismo tiempo que salía del agua.

"no le cuesta nada decir, gracias"-protestó por lo bajo.

"te escuche"

"Oh ¡AMO!"-gritó el viejo monstruo.

"¿Que pasa?"-InuYasha instintivamente se puso en guardia, aun que sinceramente nunca la bajaba.

"¿por qué su ropa huele tanto a hembra?"-preguntó con rostro inocente-"amo pillo, no me había contando nada"-rió.

"Cállate, no es lo que imaginas, viejo pervertido"

"Pero amo, se sonrojó"

"Mioga!"

"Esta bien amo, esta bien"-siguió sonriendo de forma burlona.

"Oye...Mioga"

"¿si amo?"

"Dijiste que el cuerpo de un Hanyou o Youkai reacciona cuando a encontrado a su hembra ¿no?-carraspeo fuertemente tiñendoce en su bronceada piel algo así como un suave rojo.

"si amo, ¿por qué pregunta?"-observó determinadamente a el semi-demonio , Mioga trató de aguantar su risa.

"m... entonces ella es la indicada..."-se dijo para si sin poco convencimiento y algo frustrado.

"¿cómo amo?"

"No te importa"

"mañoso y orgulloso, se le quitará cuando encuentro a su mujer, por favor que sea luego, o si no moriré porque mi paciencia se agota-rogó Mioga a la nada saltando de un lado a otro.

"Como molestas viejo"-InuYasha se puso su ropa, aun que la había lavado en el río un seguía teniendo el aroma de ella...era agradable.

__o___

Shippo corrió velozmente entre el bosque, logró divisar el sendero oculto y los vió a todos.

"¡Kagome, Sango!"-gritó con voz asustada.

"¿Qué sucede?"-la castaña acomodó su enorme en la espalda y le sonrió muy tranquila-"¿algún otro monstruo que derrotar, ya llevo siete en este día, es todo un récord"-dijo entusiasmada-"y aun no hemos pasado el medio día"-aun más animada comentó. A unos metros más haya se hallaban enormes restos de lo que alguna vez fue un cien pies de dimensiones impresionantes.

"No, no, no, algo peor"-dijo con gran pesar.

"Vamos Shippo, habla ya"-Miroku apareció detrás de unas rocas-"inspeccionaré ese lado, no había señales de monstruos ni de los del Shogun por ahí"

"¡Eso!"

"¿eso qué?"-Kagome tomo en brazos a una pequeña del grupo-"que bonita estas Mayu-chan"-le sonrió amigable.

"¡Los del Shogun!, Kouga los vio venir, no están muy lejos, debemos escapar ¡ya!"

Todos se paralizaron, los más ancianos del grupo quedaron totalmente consternados.

"si están tan cerca no podremos huir, ya estamos viejos para ello"-dijo Kaede, una de las más ancianas del grupo.

"no, no, ¡Cálmense todos!-Mayu se abrazó más a Kagome-"tranquila..."-acarició su cabeza oscura.

"Kagome"

"Kouga"

"Escuchen todos, tenemos una sola alternativa, los más ancianos junto con los niños seguirán por el río hasta el próximo refugio, que no esta lejos de aquí, Kaede usted sabe cual es, la gran mayoría de aquí perteneció a clanes secretos, deberemos LUCHAR"

"pero.."-intentó protestar Kagome.

"se que me odiaras por esto, pero es lo único que podemos hacer"

"esta bien...¡Todos sigan a Kaede-baba, Kagura y Jinengi junto con Kaoru y Souma, como ustedes pertenecieron al Clan X, potegerán al grupo de Niños y ancianos"

"Si"-exclamaron al unisono los aludidos.

"Mayu ve con ellos"

"pero señorita Kagome"

"vamos Mayo, deprisa o si no..."

Ese sonido, el sonido de una flecha luego de ser lanzada... el pequeño cuerpo fue atravesado limpiamente, abrió sus jóvenes ojos de forma imposible, votando sangre por la boca y pequeñas lágrimas saliendo de sus orbes oscuras.

"Ma...yu"-exclamó sin poder creerlo Kagome-"¡NO!" - la pequeña en brazos de Kagome comenzó a gritar de dolor al momento que sentía su vida apagar. Kagome desorientada trato de abrazarla contra si para calmar ese dolor... si intentaba sacar la flecha, le haría mas daño..-"¡No..No!, Mayu-Chan, ¡No!..."

"jajaja, es lo que se merece por ser cristiana ¡Preparense para morir!"

Todos alzaron la vista.

"Soy Satoshi, y HOY serán ejecutados mugrosos cristianos"

Kagome vio al viejo reírse, burlarse, su cuerpo se comenzaba a marchar con la sangre de Mayu que ya casi ni respiraba y sus quejidos comenzaban a silenciarse al hayar la muerte cerca.
La muchacha beso a Mayu, volvió a fijar su vista en el decrépito viejo burlón y por primera vez se percató de que Al lado del ese hombre estaba él. InuYasha.


Continuará.

Gracias por el apoyo en el Fics.