Injusticia de Creer

Re: Injusticia de Creer

Hola!

Vengo a dar una respuesta de porque no he continuado el fics, esto se ha debido a que mi otro Computador practicamente esta R.I.P, y ahí tenía la continuacióndel capítulo, estuve unos día sin Pc, hasta que mi papá compró otro, asi que ahora voy a tener que volver a elaborar el capítulo en este Pc (y me ha salido la dificultad que no esta intalado el Word, que es donde yo veo mi falta de ortografía para subir más menos con decente escritura el Fanfics)

Espero que me disculpen. n_n, pero trataré de tenerlo de aquí a el VIERNES, si NO LO TENGO CONTINUADO EL VIERNES ENTONCES SERÍA PARA EL 16 O 17 DE DICIEMBRE ¿PORQUE TANTO TIEMPO SE PREGUNTARAN?

PORQUE ESTE SABADO 8, EN MI CURSO DEL COLEGIO ORGANIZAMOS UNA GIRA DE ESTUDIO POR EL SUR DE CHILE, POR ELLO VOLVERÉ RECIEN A VIÑA DEL MAR EL 14 DE DICIEMBRE.

OJALA SEPAN ENTENDER ^^

 

Re: Injusticia de Creer

“Aun que todo este perdido,
y el cielo se vea oscuro,
mi FE no la dejaré”
​

•Injusticia de Creer•
"Enfrentamiento"

Los segundo se hicieron eternos, esa masculina boca con labios firmes ahogaba la hasta ese día virginal boca de ella, que se mantenía rígida y con los ojos excesivamente abiertos, tratando de razonar que estaba ocurriendo.

Los labios le estaba comenzando a doler, sobre todo cuando él succionó con fuerza el inferior para luego mordisquearlo y subir al superior repitiendo la acción. Las manos de él estaban fuertemente incrustadas a cada lado de sus hombros, ejerciendo una presión levemente dolorosa pero posible de aguantar.

Kagome comenzó a pensar en algo que hacer, si seguía así... acaso este tipo pretendería ¿abusar de su persona? Y luego matarla, ÉL quería humillarla, de eso estaba segura, pero en esa posición poco favorable siendo fuertemente sujetada y la presión de ese fornido cuerpo contra el delgado y débil suyo...sería algo demasiado difícil de ejecutar.

O acaso ¿estaba besándola para distraerla y luego dar la estocada?. Lo que no lo haría MENOS doloroso.

De cualquier forma, ninguna opción llevaría a algo bueno, de eso estaba segura.

El sonido característico de una flecha al ser lanzada interrumpió el silencio, rápidamente Kagome fue jalada hacia el suelo por InuYasha, quien al mismo tiempo se deslizo hacia un costado evitando la flecha que iba sin duda dirigida a su cráneo.

“¡Maldito!”-escucharon rugir desde una altura-”¿cómo has sido capaz de tocar a Kagome-sama?”

La muchacha desde el suelo, llevo sus manos a su boca y levantó levemente el rostro, Kouga era quien había lanzado la flecha, y ahora sin bajar la guardia estaba descendiendo velozmente para llegar a su lado. Kouga al ya estar lo suficientemente cerca de la azabache muchacha se enfureció aun más al notar que un hilo fino de sangre corría por su labio inferior bajando por el mentón y terminando de caer lentamente en el suelo.

El aire pareció hacerse más tenso, y la ira de el joven de azules ojos estalló y se preparó inmediatamente para lanzar una nueva flecha. InuYasha la esquivó con gran facilidad sin si quiera mover un músculo en su rostro, manteniendo una sonrisa sínica.

“A ¿quién pretendes atravesar con eso?”-se burló el hombre mitad bestia cuando volvió a desplazarse de forma pasiva hacia una piedra que estaba a mitad del río, cuando otra flecha fallida de Kouga trató de ir hacia su cabeza. SIN éxito.

“¡Maldito!, deja de esquivar y ¡Pelea!”-gritó eufórico dispuesto a sacar de su cintura una espada que tenía forrada en piel de lobo, pero entonces una pequeña y frágil mano helada se opuso a que él desenvainara ese arma, miró hacia abajo y la observó con ojos tristemente nostálgicos-”Kagome....”

“detente..”-susurró casi inaudible.

La fina sangre aun no paraba de escurrir de sus carnoso labio, sus ojos ente cerrados y opaco, el kimono más sucio de lo que ya estaba... Kagome se veía notablemente indefensa y cansada.

“Kagome”-susurró con pesar-”¿lo estas defendiendo?”

“idiota, te esta defendiendo a ti”-InuYasha aplicó una voz oscura al decir ello, y sin tomarse ni el más mínimo tiempo de escuchar alguna respuesta decidió marcharse, perdiéndose en el bosque algo más iluminado por el reciente sol en el cielo.

Un gran silencio se formó interrumpido por el río, una brisa les caló hasta los huesos, a pesar de estar iniciando la mejor temporada de primavera, entonces pareció recién Kouga razonar frente lo que dijo el tipo del Gobierno.

“Kagome...¿por qué él te besó?”-Kouga se cruzó de brazos tratando de encontrar respuestas sin sentido a su cabeza-”ese maldito, juro que la próxima vez que lo vea yo...”

“¡Kouga ya basta!”-exclamó exaltada sin intenciones aparentes de querer levantarse del suelo, aun que las piedrecillas se le estuvieran incrustando en las piernas a través de la ligera tela del kimono que estaba más dañado que como se lo había entregado-”no jures, eso es contra de Dios...”

-”Pero Kagome”-Kouga movió la cabeza de forma grotesca haciendo mecer sus largos cabellos negros atado en una alta cola de caballo.

“tendré que disculparme con Naoko....”-Kagome arrugó entre sus manos una parte de el kimono que estaba de color café por la tierra.

“Kagome...”-solemne la miró entristecido.

“le ensucie su kimono, me dijo que era su favorito...”-sonrió forzudamente comenzando al fin a levantarse con algo de dificultad y desgano.

“m...yo...Kagome...”

“Kouga”

“¿si?”

“Aquí...nada pasó”-le dijo firmemente.

“Pero...”

“No quiero preocupar al resto...ellos, él, me persiguen a mi principalmente”

“Esta bien, lo mejor será partir hoy mismo”

“lamento que se haya descubierto el escondite cristiano, de verdad lo siento...”-Kagome acarició débilmente la mejilla de él, Kouga pasó su dedo pulgar por el labio inferior de ella quitando el resto de sangre que quedaba aun ahí.

“En algún momento debía pasar esto, no te preocupes...”

“si...pero....”

Kouga se acercó al oído de Kagome para susurrarle muy bajo en el.

“Hay túneles en este refugio imposibles de saber por alguien del exterior, que nos llevarán al refugio de la otra región, esta... es solo una fachada de la gran cadena de refugio secreto que poseemos...no temas, Kagome”

Kagome lo examinó deliberadamente, Kouga se veía muy serio diciendo ello, de verdad podía confiar en él plenamente, sus facciones eran maduras y sin duda alguien apuesto, era agradable ver que tenía una mano extendida para ese duro camino que debía ella enfrentar. También estaban sus amigos... aun que leves sentimientos hacían algo de diferencias.

“Entonces no hay tiempo que perder”-dijo decidida al fin, con una expresión serenamente fría, caminó hacia la entrada de el refugio que daba al río y Kouga la imitó siguiéndola. Kagome inesperadamente se volteó examinando cautelosamente el lugar que ahora se veía muy pacífico.

“¿Kagome sucede algo?”-

“no... es solo que” posó la mano derecha en su frente frunciendo las cejas.

“es solo ¿qué...?”-interrogó Kouga algo preocupado al momento que se acercaba un poco más a ella.

“siento como si algo... me faltara, pero debe ser mi imaginación”-suspiró cansada y tras dar una última vista al hermoso lugar, entro al fin al oscuro pasillo seguido por el apuesto joven.

............................

“El insolente no ama al que le
reprende.
Ni busca la compañía de
los sabios”(Proverbios 15-12)
​

Un árbol tras otro caían en un estrepitoso ruido desencadenado, los animales huyendo despavoridos y las aves volando lo más lejos posible mientras un gran polvo se alzaba al cielo, provocando problemas al respirar y ver casi todo borroso. Picazon.

“Amo calmese”

“¡Mierda!”-gritó al instante que con un movimiento de su espada cortaba por la mitad tres arboles.

“Amo debe calmarse, onegai”

“¡Cállate, estuve a un solo paso de aniquilarla y yo...”

“usted la besó”-sentenció el viejo con voz sombría y algo divertida contradictoriamente.


El cobarde silencio tensionó más la presente situación, Mioga caminó hacia él cautelosamente, InuYasha respiraba rápido agitando su fornido pecho y provocando que las paletas de su nariz se ampliara más a momentos.

“¿Por qué lo hizo?”

“Es lo que a mi me gustaría saber”-se sentó en el suelo y guardó su espada, empezando a calmarse.

“Yo se porque lo hizo”-trató de sonar casual, Inuyasha levantó la cabeza y lo miró de forma furibunda.

“Entonces para que me preguntas”-recargó su espalda en el pasto intentando observar el cielo que gracias a él aun no se podía lograr ver a la perfección por la gran cantidad de tierra que había alsado al ambiente tras destruir casi la mitad del bosque-”dime, ¿Por qué, según TÚ, hice...aquello?”

“I N S T I N T O”

“¡Me crees un animal!”- espetó molesto.

“Es mitad monstruo, gran parte de usted actúa por...simple instinto, amo”

“explícate bien viejo decrépito, mi humor no esta de los mejores”

“¿hace cuánto tiempo que no está con una mujer?”-una sonrisa perversamente pícara se formó en los labios de el hombre de edad, tan arrugado como una pasa, el bigote se levantó graciosamente.

“Eso no te interesa viejo pervertido”-bufó más molesto que antes.

“Tiene que ver con lo que le digo amo, su cuerpo funciona distinto al de un humano o al de un monstruo por ser la mezcla de los dos, la química del deseo se prende en usted cuando... encontró la correcta, es algo biológica y superior a lo que su mente puede comprender.

“Deja de decir boberías, volveré al castillo a dar informe del refugio, no quiero alargar más esto”-sus palabras sonaron poco convincentes.

“No me ignore InuYasha-sama”

“Además tengo una manera de atrapar a esa mujer”

“Ve que la quiere ver”-Mioga después de haberlo dicho reacciono en que mejor se hubiera quedado callado, por el golpe que recibió en su frente-”soy anciano, más respeto”-exigió como lo más lógico del mundo.

“Tengo algo de ella”-sonrió ignorando completamente al viejo enano-”mejor dicho tengo dos cosas que le importan mucho”

“¿De qué habla amo?”


InuYasha de un saco color café que siempre llevaba en su espalda, trasdesanudarlo sacó de él algo así como un pergamino y también un rosario blanco.

“El pergamino me lo dio Satoshi”

“Y esa especia de joya cristiana”

“Se lo quité hoy mientras....la besaba, no se percató”

“Amo”

“Le primera vez que la vi le mostré esto”- extendió el papel dejando ver una pintura de la muchacha-”demostró un interés que intentó que yo no notara, debe valer mucho para ella, supongo”-sonrió.

“Vaya amo, me tiene sorprendido, no pensé que su cabeza necia pensara tanto”

“Mioga otro golpe en tu cabeza sin cabellos se vería espectacular”-bramó sarcástico y amenzador.

“¿Y eso cristiano?”-dijo ceñalando el rosario de perlas blancas.

“Me percaté que el sujeto que la intento rescatar poseía uno igual colgando de su cuello, solo que de color café oscuro, debe significar algo para ellos”

“¿Entonces...?”-preguntó exitado el viejo.

“En los encuentros que he tenido con esa mujer, me percaté que es muy impetuosa y aparentemente valiente, cuando se de cuenta que esto”-levantó el rosadio que se mecio levemente hacia los lados-”desapareció de su muñeca inmediatamente sabrá que yo la tengo, y...”-agrego suspenso al ver el exagerado interes del anciano por cada palabra que decía- “estoy seguro que no dudará en buscarme o desafiarme de alguna manera”

“¡Wow!”.exclamó imprecionado-”con su disculpa amo, yo pensé que usted era muy bruto para pensar”-y ahí fue cuando obtuvo su segundo golpe en la calva cabeza.

“Me lo pedías a gritos, asi que no te quejes, y ahora mueve tu sucio trasero que partiremos hoy mismo al castillo, de seguro los cristianos ya deben estarse moviendo”

“Usted solo podría acabarlos”

“Esto se ha vuelto algo exitante, mientras más complejo se pone más me estimulo para acabarla... acabarlos”

“Amo...usted solo esta postergando”

“¡Que dices!”

“no la quiere matar”

“muevete Mioga, me intriga más saber que plan craneará Satoshi-sama”


Continuará...

 

Re: Injusticia de Creer

Ahora si:

Espero que la espera haya sido recompenzada, porque vaya, si que tuve problemas para poder volver a hacer la continuación.

El próximo capítulo prometo tratar de traerlo lo antes posible. Y gracias por el apoyo.

^^

 

Re: Injusticia de Creer

"Tengo sentimientos perdidos en mi ser,
recuerdos y esperanzas confiadas también,
pero persistente no me rendiré, y seguiré creyendo

en lo que para MI, TÚ... ERES LA VERDAD"​

​

•Injusticia de Creer• ​

"Perdido..."​

Kagome miró el oscuro pasillo conteniendo el aliento por varios segundos, adelante iban caminando ya sea hablando u orando las personas, la tenue luz que mantenía Kouga alumbrando con su antorcha no era suficiente para llegar hasta atrás donde estaba ella, pues él estaba a la cabeza. ​

"Kag-Chan ¿estas bien?-Sango paró a su lado al ver el rostro tan serio de ella. ​

"esto es mi culpa"-dijo solemnemente. ​

"No lo es, ¿por qué debería ser tu culpa?"-la castaña apoyó su cabeza y espalda en la pared rocosa y mohosa de el túnel en el cual estaban, en ocasiones la sentía la garganta cerrada por la mezcla de humedad y a la ves sofocación al estar tan profundo. ​

"Si no hubiera salido en ese momento, si tan solo yo.." ​

"¿tú qué?" ​

"si yo me.." ​

"¡Ni lo pienses!"-exclamó enojada Sango, juntó sus manos sobre su pecho y suspiró-"no pienses eso, te queremos AQUÍ y con NOSOTROS, no ahí y así"-Sango movió una de sus manos a su propio cuello poniendo los ojos en blanco. ​

"¿moriría?"-claro moriría; se dijo así misma -"perdón..." ​

"¿por qué?"-la observó sin entender bien. ​

"Por no estar ahí para ti... cuando murió tu padre y hermano en la masacre Yume"- Kagome bajo la cabeza mirando sus desnudos y maltratados pies muy avergonzada-" lo siento mucho.." ​

"Kagome, eso ya paso, lo superé..."-Sango jugueteó con sus dedos un tanto nerviosa, por la poca iluminación no podían ver muy bien las facciones la una de la otra, pero no era necesario, el solo ambiente daba a imaginar como se veían ambas. ​

"No lo has superado, y no he estado ahí para ti, ¡Dios que egoísta he sido!" ​

"Kagome ¡Basta!, no eres la culpable de eso, tus padres murieron y de pronto debes seguir la vida que te encargaron y toda esa gente que confiaba en el señor Higurashi, y ahora lo hacen en tí, por el amor de Dios, si solo tienes diez y ocho años... Kagome..."-expresó energéticamente Sango. ​

"¡Sango llora!"-de pronto le ordenó más que sugirió, la morena abrazó a la muchacha y en seguida sintió los espasmos contra su cuerpo-"eso está mejor"-susurró más para si. ​

"Kagome... eres tramposa..."-gimió entre lágrimas. ​

La luz las alumbró más inesperadamente, Sango se separó de Kagome secándose las lágrimas y tímidamente miró a Miroku que iluminó con la antorcha cada uno de sus rostros. Con un respeto no común en él, las abrazo con cuidado de no quemarlas con la llama de fuego. ​

"Ya no llores o lloren, iremos hacia nuestra libertad"-Sonrió de forma gentil y con una confianza única, que Kagome sintió una tranquilidad que desde hace mucho tiempo anhelaba, Miroku podía ser pervertido, mujeriego, pero también sabía decir palabras certeras y sabias en el momento preciso. ​

"Miroku..."-dijo esperanza Sango, la mano que estaba en su hombro se deslizo cuidadosamente hacia su firme glúteo-"¡Miroku!"-sentenció enojada aplastando su mano fuertemente contra la mejilla de él, Kagome rió por lo bajo, de tan sabio que era, a veces actuaba como un idiota. ​

"¡Aush!"-se sobó la mejilla enrojecida, sin dejar de sonreír tontamente-" por cierto señorita Kagome, ya recordó ¿qué era lo que sentía que le faltaba?" ​

"Nop, espero hacerlo, quizás solo era una sensación mía...creo". ​

............... ​

Tan magnifico y elegante como siempre se admiraba el castillo, los parajes de los jardines eran hermosos y se tomo la molestia de caminar lentamente por ellos, con mucha tranquilidad, como si no tuviera ningún otro deber, encontró un árbol y ahí placidamente se acomodó a descansar. ​

"¡Joven Taisho el Jefe lo espera hace ya un buen tiempo!"-le gritó uno de los guardianes del lugar. ​

"¡Keh!, que se espere un rato.."-respondió groseramente mientras volvía a acomodarse en la rama del tronco. ​

"Le diré que desobedece sus ordenes..." ​

"Dile lo que quieras"-su insolente vos molestó drásticamente al guardián y enrabiado le lansó una flecha que detuvo facilmente InuYasha entre sus dedos. Saltó de la rama al suelo, el hombre no logró darse cuenta en que momento el Hanyou había golpeado el estomago de él y lo tenía ahora firmemente agarrado de el cuello alzándolo del suelo, sentía su garganta cada ves más apretada y el oxigeno le faltaba ferozmente, los ojos se le humedecieron. ​

"Vuelve a hacerlo, y te mato.."-su vos ronca, y pupilas enormemente dilatadas le dieron a entender que no jugaba. ​

"InuYasha, deja a ese inútil y sube ahora, debemos hablar"-Satoshi se asomó por la ventana que daba al jardín del tercer nivel del castillo. ​

"Si Satoshi-sama"-refunfuñó, soltó al guardia que cayó fuertemente al suelo. ​

Subió las escaleras calmadamente, y al llegar encontró al viejo jefe esperándolo en la entrada de la puerta, a su pesar hizo una breve reverencia y entró a la habitación siguiéndolo. ​

El lugar estaba lúgubre con las ventanas cubiertas por telas finas de Kimono, dos velas encendidas a cada lado de una baja mesa era toda la luz que había. ​

InuYasha se sentó frente a la mesa dándole la espalda a la puerta corrediza, protegida afuera por dos peligrosos asesinos, que eran guarde espaldas de Satoshi, quien se sentó al otro extremo de la mesa, frente a InuYasha. ​

"Cuentame las noticias Taisho..."-su actitud seria, pero de leve sonrisa le provoco un suspiro de aburrimiento al joven. ​

"descubrí el refugio de los Cristianos..." ​

"¿¡Que!?"-sus facciones se mostraron abruptamentes felices, y las arrugas que representaban los años que llevaban aparecieron en su rostro al dar unas pequeñas carcajadas-"eso es estupendo..." ​

"Pero dudo que sigan ahí, tuve contacto con la mujer..."-interrumpió InuYasha mirando a los ojos al viejo anciano que ya no mostraba una sonrisa, si no que al contrarió, ahora parecía verse molesto. ​

"¿Higurashi?" ​

"Si"-suspiró fijando su vista en unos cuadros con signos orientales. ​

"Y porque ¿no la mataste?"-preguntó arrugando su ceño al ver el exagerado rostro de serenidad de InuYasha. ​

"No"-fue su seca respuesta, se pasó la muñeca por la frente casualmente transpirada. ​

"¡NO LA MATASTE!"-gritó exasperado golpeando eufórico la baja mesa con las manos en puño y los nudillos pálidos. ​

"No me grite, es la primera y última ves que se lo permito"-los ojos de InuYasha fugazmente brillaron y cambiaron a un color rojo anaranjado, Satoshi se presionó más en su lugar tratando de calmarse. ​

"No te tengo miedo Taisho, afuera hay dos de los mejores asesinos del Japón, con un solo silbido ellos te matarán, tú, un ser que ni siquiera tiene una raza, osa a amenazarme"-se burló. ​

InuYasha clavó sus garras en la fina mesa y lo miró amenazadoramente. ​

"¿Quiere a Higurashi muerta o a usted?"-su vos ronca de rabia le dio una actitud más imponente al momento que su pecho se inflaba. ​

"InuYasha..."-murmuró atemorizado el viejo sin poder evitarlo, cerró los ojos y tomo el aire suficiente para no cometer una imprudencia, algo le habían enseñado tantos años de vida que ya llevaba, de igual modo no le convenía perder a InuYasha, porque era el mejor-"se me acaba de ocurrir un plan...." ​

"¡Keh!"-se cruzó de brazos molesto, pero interesado en lo que diría Satoshi. ​

........... ​

La luna llena daba una agradable luz nocturna, al fin veían el cielo después de casi cuatro días de caminar por túneles oscuros, sombríos, húmedos y sofocantes, sin casi descansar. ​

La brisa suave llenaba sus pulmones favorablemente, brindándole una sensación fresca, era el momento preciso para orar. ​

"Kagome..."-Kouga se acercó a ella por detrás. ​

"Iré a orar un momento, ya vuelvo" ​

"No te apartes mucho" ​

"Si, lo sé..." ​

"Espera un momento..." ​

"¿eh?" ​

Kagome vio a Kouga acercarse al grupo y buscar algo, unos momentos después regresó con un arco y bastantes flechas. ​

"Ten"-le ofreció amablemente el arco. ​

"¿Flechas y arco?"-cuestionó un momento, finalmente las revivió. ​

"Hay monstruos, es mejor estar seguros, se que eres una buena arquera, junto con tu poder interno, te podrás defender si te atacan... es por seguridad...no me gustaría perderte Kagome..."-Kouga la miró intesamente, ella sintió sus mejillas levemente arder. ​

"De acuerdo..."-aceptó del todo finalmente ofreciondole una agradable sonrisa a él. ​

El oscuro bosque contrastaba con la luna radiante, parecía todo muy mágico y puro, sacado de un sueño, a lo lejos se escuchaba el sonido de la corriente de un río, y algún que otro sonido típico de animales nocturnos. ​

Caminó despacio, se quedo quieta observando un poderoso árbol al frente suyo, de raises gruesas, tronco ancho y aspero, a lo alto era bastante frondoso, los rayos de la luna pasaban entre algunas ramas, dandole un aire místico, con sol de seguro sería aun más bello, pensó fugazmente Kagome. La sensación que la invadió fue de paz y serenidad, de seguro debía ser un Goshimboku, un árbol especial, sagrado, de energías puras y que había pasado por mucho. ​

Le llamó la atención que el árbol estuviera dañado en una parte del tronco, curiosa se acercó, y con cuidado de no caerse por las racies logró llegar a estar muy cerca del tronco, entonces estiró su mano para tocar la parte oscura de el árbol, al estirar su brazo la manga del Kimono se deslizó hacia abajo y sus ojos se agrandaron enormemente, sorprendida y desorientada, movio su pie, torpemente este se resbaló por un costado de una de las raices y Kagome cayó sentada entre ellas. ​

"mi rosario..."-susurró en shock-"Dios, mi rosario..."-acercó su mano instintivamente a su pecho y con la otra tocó la muñeca sin poder creer que aun, que no tenía el rosario blanco que le había regalado su madre-"pero como..."-murmuro atormentada, un escalofrio recorrió su columna. Recien lo notaba porque los días anteriores al orar no había decidido ocuparlo, eso era lo que tanto sentía que le faltaba, pero ¿cómo?...aun no entendía en que momento lo había perdido...-"Kami-sama mi rosario..."-sintió los ojos humedos. ​

"Recien te das cuenta, Kagome..."-La aludida alsó la cabeza y en lo alto de el árbol, en una de las ramas, estaba él, la luna le daba en la espalda lo que le daba un aire de superioridad, se veía imponente, peligroso, y hermoso. ​

Kagome tragó con dificultad ante su último pensamiento. ​

"No pudiste ser capaz"-exclamó asqueada. ​

"Oh, si que pude..."-estiró su brazo, y abrio su mano lentamente, entre sus dedos se dejo ver el rosario que brillaba con la luna. ​

"Devuelvemelo"-ordenó con las cejas fruncidas y sus ojos chispeantes-"Tú no tienes derecho" ​

"Más respeto" ​

"No te lo tengo"-Kagome se incorporó del suelo sin dejar de observarlo-"¡Devuelvemelo!"-repitió con vos segura y desafiante. ​

"Keh!, o si no ¿que harás?-preguntó en tono sobervio. ​

Kagome entonces sacó el arco de su espalda, y luego una flecha, lo apuntó sin vacilar. ​

"Los cristianos que yo sepa, no matan..."-dijo muy calmado, y con una sonrisa burlona. ​

Kagome dejó de tensar el arco, lo que provocó que la flecha se deslizara rápidamente con destellos violetas hacia su objetivo. ​

Continuará... ​

Gracias por el apoyo en el fanfics, y lamento la demora, los problemas a veces parecen pequeños y se agrandan sin que uno se de cuenta, pero eso da igual. ​

Cuidense, gracias por seguir mi fics n___n. ​

Y ahora se preguntarán ¿qué pasará? ​

No les puedo adelantar nada más, pero si puedo decir que ​

este encuentro será bastante Interesante ;) ​

 

Re: Injusticia de Creer

ahahha,
siento haberla dejado ahí, y así, pero de esa forma
se vuelve más interesante, ¿no creen? n.n!