Long-fic de Inuyasha - Inimaginable--...Sesshomaru y Kagome

Inimaginable​

“Un nuevo comienzo, un nuevo amor, ¿Pero tú? ¡Pero que ciega fui! Esto es realmente inimaginable para los dos…”​

Kagome & Sesshomaru​

Prefacio:

¿Saben que es perderlo todo? ¿Sentir que el mundo se desmorona a tus pies? Yo sí…Y no resulta nada fácil afrontar una realidad así, lo perdí todo gracias a ELLA, por su orgullo, por su idiotez, la odio… Y más aun lo odio a ÉL por haberme quitado todo lo que amaba…Mis amigos…Mi familia….Mi verdadero amor. Deshizo mi vida y me privó de un futuro, me arrebató la felicidad…

Me odio a mí misma por haber sido débil, por no acabar con ella cuando pude, por no haber hecho nada mientras morían frente a mis ojos por defenderme…Odio ser frágil, y odio mi debilidad…Odio mi dulzura y mi buen corazón. ¿De qué me sirve ser así cuando nada de eso impidió que murieran? No, todo lo contrario por esas debilidades se vieron obligados a sacrificarse por mí.

Lo único que importa es la venganza…Nada calmará las ansias de sangre que siento. Nada me hará volver atrás y recuperar lo perdido lo sé. Pero los vengaré…Eso lo juro.

La chica yacía inconciente en el suelo, sus cabellos negros estaban desparramados y sucios, mechones caían en su cara…Aun llovía fuertemente, las gotas le daban de lleno a la chica en el suelo.

-¡Sr. Sesshomaru! ¡Sr. Sesshomaru!---Gritó la pequeña niña pelinegra corriendo al lado de la chica inconciente…---

-¿Qué ocurre Rin?---Preguntó el hombre de cabellos largos blancos platinados y fríos ojos dorados…---

-Es la Srta. Kagome…---La reconoció la niña, y quitó algunos mechones que caían en su cara…--- ¿Está muerta?

-No…Escucho sus latidos…---Le respondió Sesshomaru inexpresivo…---Vamos Rin…

-¿Irnos? ¡No podemos dejarla aquí!---Chilló la niña, Sesshomaru la miró serio, la pequeña le sostuvo la mirada…--- No puedo dejarla, ella me ha salvado y sé que lo haría nuevamente…---Susurró la niña más para ella que para Sesshomaru, trató con esfuerzo de cargar a Kagome pero pesaba demasiado para ella…--

-Hazte a un lado Rin…---Le ordenó Sesshomaru, agarró a Kagome en brazos como si fuera una pluma, y la depositó suavemente en un árbol. Rin empezó a moverla con delicadeza en un intento de despertarla…---

-Srta. Kagome…Srta. Kagome…

Sesshomaru se sentó alejado de ella…

-Jaken, ayúdala…---Le ordenó al pequeño monstruo verde, éste asintió y corrió al lado de Rin…---

-Srta. Kagome…----La movía Rin. Hasta que al fin los ojos de Kagome se empezaron a abrir lentamente…Empezó a toser y a escupir agua…Su mirada estaba nublada y no veía nada con claridad…---

-¿Rin?---Su voz fue un tenue murmullo, le dolía la garganta a causa de toda el agua que había tragado…---

-Si soy yo. ¿Está bien Srta. Kagome?---Le sonrió la niña…---

Kagome asintió aunque aun estaba mareada y no veía muy bien, aparte de que su cuerpo estaba adolorido y no se podía mover.
Un trueno resonó y un rayo surcó los cielos, el viento aumentó y la lluvia caía más fuerte. Sesshomaru observaba el cielo con el ceño fruncido.

-Vamos Rin, tienes que ir a una cueva. Se acerca una tormenta.

-¡Si!---Asintió la niña--- Vamos Srta. Kagome…Levántese.

Kagome lo intentó pero le fallaron las piernas y se volvió a caer.

-Rin…---La instó Sesshomaru impaciente…---

-Por favor Sr. Sesshomaru. ¿Me ayuda a lleva a la Srta. Kagome?

Kagome había caído de nuevo inconciente a causa del esfuerzo. Sesshomaru vio nuevamente el cielo, y luego a Rin alternamente. Caminó hasta ella y agarró a Kagome en brazos…Entraron a una cueva oculta entre los árboles. Jaken prendió una fogata porque Rin titiritaba de frío y estaba completamente empapada, la niña se sentó junto a la fogata acurrucada a Kagome.
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Kagome abrió los ojos…Se dio cuenta de que Rin aun dormía en su regazo, la acomodó con cuidado en el suelo y se levantó.

-Al fin despiertas…---Su fría voz venía de la entrada de la cueva, Kagome caminó hasta él…---

-Gracias por salvarme…---Sesshomaru no contestó…---
-¿Dónde está InuYasha? ¿Por qué no estás con él como siempre?

En los ojos de la chica se cristalizaron las lágrimas y apretó los puños con fuerza.

-Él…InuYasha murió…---Farfulló…--- Todos murieron.

-Así que el inútil ese dejó que lo mataran…---Resopló Sesshomaru…---

-Fue…Todo culpa de ella…---Dijo con resentimiento apretando los puños…--- Todo fue culpa de esa maldita de Kikyo.

-¿La sacerdotisa?

-SI…---Atinó Kagome…-- Si no fuera por ella todos estarían vivos…

..Flash Back…

Perseguíamos el rastro de Naraku…Cuando dimos con él no estaba solo, Kikyo también había llegado al igual que Koga. Pero lo que ocurrió no fue algo que nos esperábamos. Kikyo le arrancó el fragmento a Kohaku y se lo entregó a Naraku…La perla se completó. Kikyo trató de absorberlo y llevárselo al infierno como una vez intento hacer con InuYasha pero no lo logró, sólo murió ella llevándose a Koga y a Kohaku con ella.

El objetivo de Naraku era yo, por ser la única capaz de purificarlo junto con la Esfera de los Cuatro Espíritus. Miroku, Sango, Shippo e InuYasha murieron en el intento de protegerme, InuYasha me lanzó por los acantilados antes de ser traspasado por Naraku.

…Fin del Flash Back…

-Luego de ahí no recuerdo nada…Sólo cuando Rin me despertó…---Enjugó las lágrimas de sus ojos…---

-Entiendo. Estabas inconciente, así te encontró Rin.

-Y lo peor es que la maldita de Kikyo pudo volver…---Apretó los dientes con ira…---

-¿Y que piensas hacer ahora?---Sesshomaru la vio de reojo…---

-Me vengaré…Aunque sea lo último que haga…La mataré, lo juro.

Sesshomaru no hizo ningún comentario al respecto, siguió taciturno e impasible.

-¿Dónde está Tessaiga?

-¿Tessaiga? ¿Por qué habría yo de saberlo?---Inquirió Sesshomaru con sarcasmo…---

-Yo la tenía…Su barrera fue la que me protegió cuando caí…---Le explicó…---

-No lo sé…---Contestó displicente…---

-Debo encontrarla…---La chica se levantó de la roca donde estaba sentada y se internó en el bosque…---

Sesshomaru la observó mientras se alejaba…Así que el idiota de InuYasha murió…pensó para sí mismo, recordó la determinación y en odio en los ojos de la joven al decir que se vengaría… Quizás lo logre…

 

Título: Inimaginable
Advertencias: Algunas escenas subidas de tono, y un vocabulario muy soez.
Este es un fic corto, un aproximado de 4 capitulos tal vez.

-¿Dónde estará?---Murmuraba buscando la espada con impaciencia, no podía simplemente dejarla…Era el último recuerdo que le quedaba de InuYasha…No podía perder algo tan valioso, mucho menos ahora que ya no le quedaba nada de él sólo su recuerdo de aquellos momentos juntos en su mente, que como una simple humana, el tiempo iría deteriorando y borrando su nitidez...Hasta quedar en el olvido----Tengo que encontrarla.

El sol empezó a asomar en el horizonte, iluminando con tenue luz el cielo oscuro. Al fin Kagome vio la espada atrapada en la rama de un gigante árbol, ésta trepó con torpeza hasta dar con la espada la abrazó a ella, suspirando aliviada antes de bajar y volver a la cueva…Rin aún dormía, ésta se agachó junto a ella y retiró los mechones que caían en la cara de la dulce niña. Observó a su alrededor, Jaken dormía en una de las esquinas de la cueva pero a Sesshomaru no se le veía por ningún lado. ¿A dónde habrá ido? Se preguntó intrigada.

De regreso no sólo había traído la espada sino también una buena cantidad de frutas que había encontrado en el camino, así que las colocó en el piso, pesaban mucho.

-Maldición…---Suspiró mortificada, había perdido todas sus pertenencias y lo peor era que estaba hecha un desastre, con el cabello y la ropa embarradas a más no poder, y no tenía nada para cambiarse…---

Salió de la cueva, necesitaba respirar aire fresco y pensar lo que haría. Se sentó en una de las rocas de la entrada como la noche anterior, ya había trazado una especie de plan en su mente, una forma rápida de llevar a cabo su venganza.

Luego entró y se comió algunas frutas y le dejó las demás a Rin, sacudió sus zapatos antes de volver a ponérselos. Le dio un beso a la pequeña que dormía y le murmuró un gracias antes de salir de la cueva, el demonio alto venía caminando y la miraba con curiosidad en esos ojos dorados una sorpresa para ella, ya que nunca había visto nada en sus ojos, solo frialdad y maldad.

-¿A dónde vas?

-Ahora que la perla de Shikon está completa puedo sentirla con más intensidad que antes, es decir, que la puedo localizar con mayor rapidez. Como ya te dije, voy a vengarme…Primero pasaré por algún pueblo para encontrar flechas y seguir a Naraku. Gracias por haberme salvado, y disculpa las molestias que te causé.

-Hmph.

-¡No se valla Srta. Kagome!---Le rogó la niña sentada en el suelo, la cual se había levantado al escuchar las voces y había oído la conversación…---

-Lo siento mucho Rin, pero debo irme.

-¡No, no se valla! ¡Venga con nosotros!---Le suplicó la pequeña…---

-No lo creo Rin…---Le acarició el cabello….---- No creo que a Sesshomaru le haga gracia eso…

-¡Sr. Sesshomaru! ¡Por favor!---Le imploró la niña agarrándose de su ropa…---¡Deje que se quede!

-Tranquila Rin, volveremos a vernos…---Le sonrió Kagome en modo de despedida, al darle la espalda la niña empezó llorar. Kagome trató de hacer oídos sordos al llanto de la niña, se le rompió el corazón. Sesshomaru observó a Rin llorar a sus pies, y frunció el ceño con molestia….No le gustaba ver a Rin en ese estado, ella nunca lloraba a menos que tratara de alejar la de él o lastimaran…Era una niña fuerte, a la que la vida había tratado muy mal…----

-Espera…----Le ordenó a Kagome con voz fría y demandante…--- Puedes quedarte.

-¿en serio?---Kagome se volteó sorprendida…---

-¿Puedes localizar a Naraku?

La chica atinó.

-Con eso es suficiente para mí. Rin, en un rato nos vamos.

-¡Si Sr. Sesshomaru!---Le sonrió la niña limpiando sus lágrimas, sabía a lo que Sesshomaru se refería con eso….Que comiera y se bañara si quería y que partirían apenas estuviera lista…---Gracias…----Se abrazó a sus piernas…---Por dejar que la Srta. Kagome se quedara.

-Hmph… Ve a comer Rin…----Le ordenó antes de desparecer en el bosque…----

Rin caminó hasta la cueva y obedeció a Sesshomaru, se sentó y empezó y empezó a engullir las frutas que Kagome había dejado para ella, Kagome se sentó a su lado a verla comer. Al terminar Rin observó a Kagome y luego se observó ella.

-Debemos bañarnos Srta. Kagome.

- ¿Acaso Sesshomaru no dijo que ya nos iríamos?---Preguntó la chica precavida, no quería hacerlo enfadar tenía el presentimiento de que no era algo bueno, había llegado a ver lo cruel que podía llagar a ser el demonio cuando se cabreaba…---

-Aja…---Convino la niña, moviendo al pequeño demonio verde tratando de despertarlo…---

-¡Abuelo Jaken! ¡Abuelo Jaken!

-¿Ah?---Inquirió el demonio soñoliento…--- ¿Qué quieres Rin?

-¡Llévenos a bañarnos por favor!---Le pidió con una sonrisa…---

El pequeño demonio se cruzó de brazos indignado.

-¿Acaso parezco niñera? Soy un gran demonio, ¡No baño niñas! ¡Mucho menos humanas!

-Anda…Abuelo Jaken, por favor…---Suplicó haciendo un puchero…---

-¡Que no Rin!

-¡Se lo diré al Sr. Sesshomaru cuando vuelva! ¡Y me iré con A-Un sola!---Se levantó la niña…--- ¡A-Un!---Llamó, y el demonio de dos cabezas caminó hasta ella…---- Vamos Srta. Kagome…---La instó montándose en A-Un…---

-Rin, ¿Pero no habíamos quedado en que Sesshomaru había dicho que nos iríamos pronto?---Replicó Kagome…---

-Sí, lo sé, pero eso es cuando yo esté lista…---Le explicó la niña…---

Kagome suspiró y subió junto a la niña, pronto se elevaron en el cielo.

-¡Rin! ¡Vuelve Rin!---Gritaba Jaken abajo…---- ¡Rin!

La niña ignoró magistralmente los gritos del pequeño demonio como si no estuviera escuchando nada.

-A-Un, llévame a un río u algo donde pueda bañarme…---Acarició al demonio, aterrizaron en un río dentro del bosque, la niña corrió al agua y se sumergió en ella, Kagome la imitó y ambas jugaban entre risas en el agua…---

-¡Oh al fin te encuentro!---Refutó el pequeño demonio verde llegando sin aliento…--- ¡Jamás te vuelvas a ir así Rin!

-¡Te dije que me trajeras pero no quisiste!---Replicó la niña desde el agua…---

El pequeño demonio siguió despotricando molesto pero ni Kagome ni Rin lo escuchaban y había reanudado sus juegos.

-¿Rin estás lista?---Preguntó Sesshomaru saliendo de la sombra del bosque, la niña atinó…---- Entonces vámonos…

Ambas chicas salieron del agua y exprimieron lo mejor que pudieron sus ropas.

-¡Jaken sécalas!---Le ordenó al verlas empapadas…---

El demonio asintió, murmurando por lo bajo, una sola mirada de Sesshomaru bastó para callarlo y con las llamas del bastón las secó por completo.

-Gracias abuelo Jaken…----Le sonrió la niña caminando tras Sesshomaru que había empezado a caminar…---

-Si, gracias Jaken…---Le agradeció Kagome apresurándose en alcanzar a Rin…---

Sesshomaru iba adelante en silencio sin decir ni una sola palabra, mientras atrás de él las dos chicas hablaban sin parar, contándose chistes o cantando canciones.

Al atardecer llegaron a las afueras de un pueblo.

-Sesshomaru. Me gustaría entrar a buscar un arco y flechas…----Le pidió Kagome…---

-Hmp…---Fue lo único que dijo pero caminó en dirección a la pequeña aldea. En la tienda de armas no habían humanos, eran hombres lobos, le recordaron inmediatamente a Koga, trató de no pensar en ese imperactivo lobo, porque terminaría llorando con el corazón en la mano, al final si la había conquistado, había dado su vida por ella, al entrar Kagome fue directo a donde estaban los arcos y las flechas…---

-¡OH Sra. Kagome!----Le sonrió uno de los lobos que atendían…---

-¿Cómo sabe mi nombre?---Preguntó sorprendida…---

-Soy de la tribu de Koga y estaba ahí cuando él declaró que usted sería su mujer.

Kagome enrojeció como un farolillo de vergüenza.

-¡Yo no soy la mujer de nadie!

-¿Qué es lo que quiere Sra. Kagome?----Preguntó el lobo ignorando lo que ella había dicho…---

-Arco y flechas…----Pero se calló al recordar que no tenía dinero, que se le había perdido en su mochila junto con sus demás pertenencias… Estúpida… Se espetó molesta por obviar un detalle tan importante como ese…--- Pero bueno… No importa, no tengo dinero…--- Admitió al final…---

-¿Dinero? ¡Jamás le cobraríamos a la mujer del Jefe!---Replicó el lobo indignado…---

-¡Que no soy su mujer!

Los lobos parecían decididos a ignorarla, agarraron uno de los arcos y un juego de flechas.

-Tome. Es el mejor arco que tenemos, es muy resistente.

-Pero…Pero…---Balbuceó la chica…--- Yo no soy su mujer.

-¡Tómelos por favor!---Se lo colocaron en la mano…---

-Gracias…---Farfulló sonrojada aceptándolos…---

-Vámonos… Perdemos el tiempo…---Sesshomaru al fin habló desde que llegaron, la verdad era que esa absurda conversación de "supuestas mujeres de un lobo enclenque" empezaban a molestarle, ya le bastaba con dos humanas, no tenía que calarse a una manada de lobos apestosos rememorando viejos tiempos…---

Kagome asintió saliendo de la tienda tras él después de despedirse.

-¡Arigatto!---Le sonrió a los lobos…---






C/A: Bueno, muchas gracias a todas las que comentaron, intentaré mejorar lo más qu epueda, por eso agradezco sus observaciones y su apoyo, espero que les guste el capítulo! Cyao! :D

 

Estaba sentado en una piedra, observó a Rin dormir acurrucada en el pecho de Kagome junto a la fogata.

De verdad no entendía nada. ¿No se suponía que ella estaba con el inútil de Inuyasha? ¿Dónde cuadraba lo de ser “La mujer del Lobo” en todo este rollo? No podía comprenderlo. ¡Pero que mas da! Pensó al final, era sólo una humana más, y le resbalaba todo lo referente a su “hermano”. Lo último que le preocupaba era su chica.

Su chica…Bufó en su interior, los humanos podían llegar a ser tan tontos con esas estupideces del amor. Ellos no, los demonios no eran así, por naturaleza sólo se juntaban para procrear y luego cada uno seguía su camino, sin ataduras, sin vínculos innecesarios y ridículos.

Rin corrió al bosque y Jaken la siguió, Kagome y Sesshomaru permanecieron en un incómodo silencio. La chica lo observaba fijamente con detenimiento, tratando de entender que era lo que le atraía de él. Quizás fuera su seriedad y esa aura de misterio que lo rodeaba que lo hacía ser sexy. No lo sabía con certeza pero algo ciertamente le atraía de él.

-¿En qué piensas? ¿Por qué me ves así?

-En lo guapo que eres…---Soltó de sopetón y luego enrojeció hasta las orejas al darse cuenta de lo dicho, contestó sin pensar y dijo lo que le rondaba en la mente….---

-Hmph…---El frío demonio desvió la mirada con falso desinterés, jamás admitiría lo mucho que le había satisfacido ese comentario de sus labios. No es que no lo supiera, no era la primera que se lo decían. Pero el hecho de escucharlo de su boca le producía la satisfacción de saber que no era indiferente para ella sino todo lo contrario… No es que ella le importara, y mucho menos que le importaba lo que pensara….----

-¡Sr. Sesshomaru! ¡Sr. Sesshomaru!---Interrumpió Rin llegando corriendo hasta él…---

-¿Qué ocurre Rin?

-¡Un demonio me atacó!---Sollozó la niña agarrada de sus pantalones…---

-¿Te hizo daño?

-No… Me logré escapar…---Negó…--- Pero me asusté mucho.

-Tranquila, si se acerca le mataré.

-¡Lo encontré!----Gritó Kagome de repente poniéndose de pie. Sesshomaru enarcó una ceja sin comprender…--- ¡Encontré a Naraku! Está hacia allá…--- Señaló hacia el este…---

-Bien Rin, nos vamos…---La niña asintió y se montó en A-Un y siguió a Sesshomaru y a Kagome que iban delante…---

-¿Y Jaken?---Inquirió Kagome al rato de estar caminando y percatarse de la ausencia del pequeño demonio…---

-Seguro se volvió a perder…---Repuso Rin displicente…--- Ese aparece luego.

Sessomaru observaba a Kagome caminar frente a él, tarareando distraídamente una canción… Era… Tan… Tan humana… Bufó, pero su olor era sumamente atrayente, era una rara mezcla entre lo dulce y lo exótico…No sabría describirlo. Y sí, tenía un rostro y un cuerpo atractivo…Pero jamás se lo diría…Jamás le diría lo sensual que se veía al caminar cuando su uniforme se pegaba a sus curvas dejando mucho que desear. Ni que al mover su cabello hacia atrás era como echar una ráfaga de viento impregnado con su divino aroma.

¡Que estupideces! Bufó. Así que aceleró el paso y la adelantó, no iba a seguir de masoquista pensando idioteces sin sentido.

Kagome lo observó pasar a su lado para caminar delante de ella. Aunque Sesshomaru e Inuyasha se odiaran a muerte podía ver mucho de su hermano en él, el mismo cabello blanco grisáceo, sólo que más largo y lacio, los mismos ojos dorados sólo que fríos e inexpresivos en lugar de dulces e indecisos. Esa confianza absoluta que irradiaba era… atrayente. Su piel nívea se veía tan suave al tacto. Su porte orgulloso y seguro. Todo en él atraía incluso su habilidad para mantenerse en silencio, te hacía desear escuchar hasta su más mínimo murmullo. ¿Cómo no sentirse atraída por un hombre así?

Pero un sentimiento detuvo sus cavilaciones.

-Naraku se está alejando a toda prisa… No llegaremos a tiempo.

-¡Maldición!---Murmuró Sesshomaru apretando los puños con furia, respiró y alzó su mirada al cielo…--- Entones será mejor que busquemos un lugar donde poder dormir y comer. Ya está anocheciendo.

Al lado opuesto de donde se ocultaba el Sol la Luna asomaba en el cielo, casi invisible por la luz solar aun existente. Ambas chicas asintieron.

Sesshomaru se sentó en lo alto de un árbol, oculto entre las ramas con la mirada fija en la luna. Observó a Kagome levantándose con cuidado de no despertar a Rin e internándose en el bosque. La siguió curioso en completo sigilo, ella se recostó de un gran árbol.

-Te odio…Te odio….---Las lágrimas ardían en sus ojos mientras los recuerdos de sus amigos taladraban su mente. La obsesión de Miroku con las mujeres…La furia y los celos de Sango al golpearlo…La sonrisa y ternura de Shippo, la coquetería y confianza de Koga. Los berrinches de Inuyasha, sus sonrisas…Sus preocupaciones… Un equipo… Sus amigos. Ahora muertos y sin vuelta atrás. Las lágrimas contenidas se desbordaron a cascadas, la chica se dejó caer al suelo frío y húmedo, ocultando su rostro entre sus manos mientras lloraba desconsolada…--- Los extraño…Mucho…

Al día siguiente habían reanudado su marcha. Pasaron por un pueblo donde consiguió un kimono nuevo para Rin. La vistió y la peinó.

-¿Verdad que está muy guapa?---Le sonrió cálidamente a la niña mientras observaban su reflejo en el agua…--- Díselo Sesshomaru.

-Está muy bien…---Asintió este al ver que la niña esperaba su respuesta….----

-¡Gracias Srta. Kagome!---La abrazó con efusión…--- ¡Te quiero como si fueras mi mamá!

-Vale, vale….Tranquila…---Se sonrojó la aludida…---No creo que sea para tanto.

El hombre la observaba curioso. ¿Cómo era posible que una persona que se eche a morir en la noche de semejante imagen en el día? No podía entenderlo, aun esperaba el momento en que se quebrara y se pusiera a llorar, el momento en que le diría que no puede más. Pero no lo hacía. Decía que odiaba a Naraku y a Kikyo…Pero no parecía. Era pura alegría y sonrisas…Quizás fuera su orgullo.

No tenía idea de nada, no podía entenderlo. Pero algo sí sabía, no podía dejar de mirarla. De absorber cada una de sus sonrisas, ni de grabar hasta el mínimo detalle de sus movimientos. Lo intentaba, pero no podía. Stk…Maldita humana molesta…Bufó para él. Trataba a Rin con una dulzura incomparable, hasta él había notado lo mucho que quería a la niña…y lo mucho que la niña la quería a ella.

No quería imaginar la reacción de Rin cuando la chica se fuera. Porque se iría al matar a Naraku, volverían a tomar caminos separados. Rin estaría triste, quizás lo mejor sea que Rin se fuera con ella, después de todo él la había revivido con Tenssaiga con el propósito de dejarla en una aldea humana donde estuviera a salvo.

Noo, no, no…Refutó. No la alejaría y sabía que ella tampoco querría. ¡Maldición!

¿Puedes querer en tan poco tiempo? Estaba convencida que lo que sentía hacia él era más que una simple atracción, era algo más, podía sentirlo, ese sentimiento le oprimía le pecho cada vez que se le acercaba…Junto con las ansias. Ansias de su piel, de acercarse, de tocarlo. ¿E Inuyasha? ¿Ya lo olvidaste? Le recordaba cada segundo su mente. ¡Maldición! Por un lado Inuyasha estaba muerto y no volvería, se había ido…. Y por el otro lado Sesshomaru jamás, JAMÁS sentiría atracción por una humana…Al menos eso pensaba ella. ¿Qué le podría ver a ella alguien como él? Nada, absolutamente nada. Se deprimía de solo pensar en eso.

Además, adoraba a Rin, la quería de verdad, pero todo acabaría en el momento en que Naraku muriera. Me tendría que ir, volver a casa. No podría seguir a su lado.

-Siento otra vez la presencia de Naraku, es débil pero está cerca…---Dijo de repente…---

-Rin, sube a A-Un. Tú, sube también…---Le ordenó. Kagome obedeció aunque no le hizo mucha gracia que la llamara “Tú” como si ella no tuviera nombre. Suspiró cansinamente ya arriba del animal. Se repite otra vez la historia…Insisto son más parecidos de lo que aparentan----

Surcaron los cielos rápidamente en dirección al rastro. Descendieron en un espeso bosque donde había una barrera. Se bajó rápidamente de A-Un.

-Rin quédate aquí…---Le ordenó Kagome mientras la niña asentía….---

Sesshomaru tocó la barrera pero ésta le repelió.

-No se puede pasar.

-Tranquilo…---Le sonrió…---Quiero intentar algo.

Cerró los ojos y respiró profundo, colocó ambas manos sobre la barrera que trataba de repelerla y se concentró en devolver los flujos de la barrera con su energía espiritual.

-Vamos, apúrate no resistiré mucho…---Le gritó a Sesshomaru cuando logró abrir una brecha en la barrera, este la traspasó y ella se apresuró a seguirlo…---

-Huelo a Naraku.

-Está aquí…Muy cerca.

 

Título: Inimaginable
Tipo: Long-Fic
Pareja: Kagome y Sesshomaru
Advertencias: Algunas escenas subidas de tono, y un vocabulario muy soez.
Caminó entre los árboles. Abriéndose paso entre los matorrales. En un árbol recostada estaba la sacerdotisa de largo cabello negro y lacio, con su kimono blanco y rojo y con el arco en sus manos.

—Así que pudieron atravesar mi barrera…—Comentó con cierto interés.

Al verla el corazón de Kagome se aceleró y una ira asesina le nubló la vista.

— ¡TÚ!— Siseó— Tú, maldita…

— ¿A que has venido Kagome?

— ¿A qué más? ¡A matarte! ¿La Srta. Incorruptible tiene parte de Naraku dentro de ella? ¡Qué decadente!

Kikyo frunció el ceño.

— ¿Acaso alucinas?

—No lo niegues, puedo verlo. Tiene impregnada la esencia de la Perla de Shikon, y de Naraku.

Kagome agarró una flecha, prensó el arco y apuntó.

—Sí, lo veo, justo allí en el pecho.

—¿Curioso no? La primera en sanarme estas heridas fuiste tú…—Se llevó la mano a su hombre derecho, donde bajo su kimono se ocultaba una profunda herida que le llegaba al pecho…

—Y no sabes cuánto me arrepiento de eso.

— ¿De verdad crees que puedes matarme?—Se rió…— ¡No me hagas reír!

—Lo haré…Y los vengaré.

—Ahhh. ¿Estás resentida por eso? ¿Por qué lloras por algo que nunca fue tuyo? Porque sabes que el corazón de Inuyasha siempre me ha pertenecido.

— ¿En serio? No me digas…. Si, tuvieron un pasado juntos, no lo puedo borrar, ¿Pero para qué hacerlo? Es sólo un pasado, sólo eso…—Le restó importancia como si fuera algo normal…— ¿Acaso a ti te sonrió? ¿Por ti confió en la gente? ¿Peleó celoso por ti? ¿Te pidió perdón? ¿Convivió con humanos por ti? Ahhh, no. Eso fue CONMIGO.

— ¡Siempre me amó y prefirió sobre ti!—Gruñó la otra...—

—Pero con sólo mi voz se desentendió de tu beso, ¿Acaso no lo recuerdas?—Contraatacó con sarcasmo…—

Kikyo saltó lejos del alcance del ataque de Bakussaiga.

— ¡Hablan demasiado!—Se quejó Sesshomaru molesto, aunque en realidad lo que le molestaba es que se pelearan por Inuyasha, que Kagome lo defendiera con tal fervor…Se aferrara a él...—

— ¡Maldito demonio!—Resopló Kikyo apuntándole con una flecha…—

—No te atrevas…—Siseó Kagome lista para disparar...—

—Creo que he sido subestimado…—Gruñó Sesshomaru apareciendo a su lado partiendo la flecha de Kikyo en dos, Kagome disparó y le rozó la cara a Kikyo cuando la esquivó

Sesshomaru volvió a atacar y Kikyo también, le dio en el brazo haciéndole una gran herida.

— ¡Eres una maldita!—Despotricó Kagome furiosa…— Kikyo te mataré, lo juro.

Le lanzó otra flecha que esta vez le rozó el costado y una de las flechas de Kikyo hirió a Kagome en la pierna. Kagome se le lanzó encima y la golpeó, le partió el arco.

—Siempre me amará y estará conmigo…—Le sonrió socarrona…—No lo supiste aprovechar.

—No más que yo… Además la prueba viva está en que se pudo haber ido contigo todo este tiempo, pero se quedó a mi lado…—Murmuró Kagome en su oído antes de clavarle la flecha que sostenía en la mano justamente en la esquina el pecho atravesando también la parte de Naraku. Kikyo se quedó inmóvil y jadeando de dolor.

—Sesshomaru, termina con esto…

Sesshomaru se acercó con Bakussaiga con los ojos llenos de odio.

—No…—Lo frenó Kagome…— Con tensseiga. Kikyo ya está muerta, su cuerpo es de barro y huesos, sólo la mantienen aquí las almas dentro del contenedor.

Sesshomaru gruñó, le desagradaba tener que usar esa espada pero no dudó en hacerlo.

— ¡Tensseiga!—Una luz azul cortó el cuerpo de Kikyo y las almas se separaron del cuerpo, el contenedor de almas se hizo polvo remontándose en el viento.

—Bien. Ya está muerta, sólo falta Naraku, pero no lo siento, eso quiere decir que está muy lejos. Pero iremos con él y su destino será el mismo que el de Kikyo, la muerte.


Ambos caminaban en silencio hasta llegar al lugar donde esperaba Rin jugando distraídamente.

Pasó una semana y aun no encontraban a Naraku. Pero ahora Kagome estaba más enrollada que nunca. Las palabras de Kikyo resonaban en su mente como un eco.
No lo supiste aprovechar…

Una de las tardes en que Jaken (Quien había vuelto hace dos días llorándole a Sesshomaru) llevaba a Rin a buscar comida y a que se bañara. Ya Sesshomaru se iba para dejarla sola y alejarse de ella como ahora siempre hacía.

—Sesshomaru espera…

— ¿Qué pasa?

La chica no contestó sino que se puso de puntillas y lo besó, y aunque él era mucho más alto que ella. Unió sus labios a los de él los cuales para su sorpresa le respondían de igual forma. Sesshomaru la separó bruscamente.

— ¿Y eso porqué?

— No seré tan estúpida otra vez…

— ¿Otra vez…?

— Por timidez y cosas estúpidas me cohibí y no aproveché al que amaba, la vida se va con sólo un soplo, ésta vez no lo dejaré pasar. Esta vez no seré tan estúpida como para hacerlo.

— ¿Amar…? No es lo mismo para mí que para ti, los demonios no amamos.

—No me importa…—Y se lanzó de nuevo a sus labios, pero esta vez con más intensidad. Profundizó el beso y Sesshomaru le correspondió. Sentía el corazón latirle en los oídos, hundió sus dedos en el cabellos suave de él. Él pronto la apartó y la miró fríamente.

—Aléjate…—Gruñó, se dio media vuelta y desapareció, ¿Cómo pudo llegar tan lejos? ¡Lo había besado una HUMANA! ¡Y lo peor es que le correspondió! Le gustó sentir sus labios sobre los de él, el calor de su cuerpo cerca sus manos recorriendo su piel…


¡Pero no! ¡Él era un demonio! No podría enrollarse con una humana. Además, él jamás sería plato de segunda mesa…Inuyasha…Su rostro cruzó su mente y lo hizo apretar los puños con ira, incluso muerto era un estorbo. Lo odiaba…Ahora aun más.

Los días pasaban y Kagome no había intentado otro acercamiento, no se sentía dolida por su rechazo, después de todo era Sesshomaru, más bien le sorprendió cuando le correspondió, jamás se imaginó eso. Así que estaba más que satisfecha con los resultados de su locura impulsiva. Rin estaba más apegada a ella que nunca y le dolió el sólo pensar que pronto la dejaría.

Cada día que pasaba estaba más frío e irritable que de costumbre. Le molestaba ser débil… el no poder alejarse de ella. Ahora entendía a su padre y el porqué cometió semejante error, ahora podía entenderlo a la perfección. Resultaban atrayentes hasta sus más mínimos movimientos, el sonido de su sangre bajo su piel, el de su corazón acelerarse, sus sonrisas y su alegría desbordante…Su ternura al tratar a Rin, sus labios suaves como el terciopelo, y su piel como la seda.

Pero no se daría el lujo de caer otra vez, no, no lo haría. Esto de tomar aspecto humano es una trampa mortal, te hace reaccionar de formas insólitas.


¿A quién engañaba? Él era un demonio. Y los demonios no sienten, no lo hacen. Su apareamiento no resultaba muy “satisfactorio” era simplemente reproducción, por supervivencia. Él lo había hecho ya muchas veces y aun no le hallaba el gusto. Los humanos son más…sensibles en lo que respecta a eso. Como dijo antes, eso de tomar forma humana es una verdadera trampa mortal.

Ya habían pasado dos semanas desde que lo había besado, y no había rastro de Naraku por ninguna parte, no podía sentirlo, es como si se hubiese esfumado. Se sentía verdaderamente frustrada, así que esa noche se levantó y caminó hasta una cascada que de camino había visto.

Suspiró con pesadez y se quitó los zapatos dejándolos a un lado. Deseaba verdaderamente a ese hombre, mucho más de lo que una vez deseó a su hermano, no era algo dulce y puro, no. Deseaba algo pasional y carnal con él.

Sonrió para ella al sentir su presencia demoníaca. Está aquí…Sonrió triunfante. La deseaba…Y la tendría. Se sentó en la orilla y se quitó las medias lentamente. Se desabrochó la camisa con paciencia, pero no se la quitó.

—Sesshomaru, ¿Por qué no sales y te acercas?

Entre los árboles apareció el apuesto demonio con su rostro inexpresivo y sus ojos dorados fríos brillando.

— ¿Qué quieres?

—Mm. Charlar un rato…

—No quiero hablar…—La cortó este de inmediato.

—Lo sé, yo tampoco, por lo que haremos algo más…entretenido…—Le sonrió pícara, aunque se sonrojó. Jamás se imaginó a ella misma diciendo tales cosas y mucho menos a Sesshomaru.

El hombre siguió inexpresivo. Antes de que pudiera replicar ella lo calló con un beso, apasionado y demandante.

—Te deseo…—Le susurró la chica al oído.

— ¿Y Inuyasha?—Le recriminó él apartándola. Le cabreaba que lo tratara como un repuesto y más de ese semidemonio insignificante.

—Lo perdido ya no volverá.

—No soy repuesto de nadie…—Le gruñó.

—Lo sé, y no lo eres. Yo por Inuyasha sentía algo dulce, romántico. Contigo es diferente…Te deseo, físicamente…Mis hormonas hacen fiesta con solo verte.

El hombre no contestó, la chica terminó de quitarse la camisa mientras el sonrojo se atenuaba en sus mejillas.

—Soy tuya…Tócame. ¿De verdad no me deseas ni un poquito?—Hizo un adorable puchero…— Es sólo algo físico si quieres… No tiene que ser una obligación. Ni una relación de verdad.

El apuesto demonio no contestó a esto, se limitó a besarla. Estaba harto de tener que contenerse, él siempre tenía lo que quería, ésta no sería la excepción, la tendría.

 

Título: Inimaginable
Advertencias: Un poco de OoC, un leve Lime, aparte aclaro, este es el último capítulo, luego subiré el epílogo! Gracias a todas las que me han apoyado a lo largo.

...La atrajo hacia su cuerpo profundizando el beso mientras Kagome se asía a su cuello y le correspondía gustosa. Le mordió el labio y este sangró. ¡Dios! Su sangre era deliciosa pero aun más lo eran sus caricias, como si quemaran su piel al tocarla. La sentía estremecerse bajo su contacto y eso lo enloquecía, jamás había tenido sexo en su forma humana, así que de cierta forma todo era nuevo para él. Pero eso no lo iba a cohibir, teniéndola allí en sus brazos es cuando más convencido estaba de continuar, así que sólo se dejaba guiar por sus instintos.

Sin duda el tener sexo ahora ocupaba su corta lista de cosas favoritas. Al tener forma humana el sexo era…tan…No sabría describirlo…Tan satisfactorio e intenso, es como si jamás lo hubiera hecho antes. Algo jamás sentido, tan intenso.

Y la calidez de esa mujer en sus brazos, gimiendo su nombre en su oído, el sabor de sus besos y el exquisito olor de su sangre. Sin duda alguna elementos indispensables para aumentar el placer.

El problema es que ahora se sentía…Incómodo por así decirlo, ella por su lado actuaba de lo más normal, era extraño tenerla al lado y verla sonreírle. Pero había cumplido su promesa, no le había comentado nada al respecto, y esa noche lo había hecho todo tan fácil. Se salió del río y se vistió, le dio un beso en los labios y regresó a dormir dejándolo allí en sus pensamientos, satisfecho pero con ganas de más, aunque jamás lo admitiría, le había gustado mucho más de la cuenta.

Eso lo hacía sentirse vivo, removía cosas que jamás pensó sentir, si alguien le hubiera dicho hace unos meses que se encontraría en una situación como esta por una humana le habría atravesado con Bakussaiga sin pensarlo. El problema es que ahora quería más, mucho más, se había hecho adicto al néctar de sus labios. ¡Joder! ¡Ya no soy sólo un demonio! ¡Sino también un ninfomaníaco! Eso es el colmo. Yo Sesshomaru, príncipe de los demonios, temido y respetado por todos, y no sólo eso, sino que deseado por todas las féminas que le veían, estaba aquí prácticamente mendigando por el miserable sexo en su mente. Y lo peor, de una simple humana, de carne y huesos… ¡Maldita Sea!

Kagome jugaba entretenida con Rin mientras caminaban. Aun no había pistas de Naraku por ningún lado.

—Sabe Srta. Kagome…

— ¿Dime Rin?—Ella se volteó dulcemente viendo a la niña directo a los ojos esperando su respuesta atentamente.

—Es como si fuéramos una familia…—Le sonrió, el comentario le llamó la atención.

— ¿Cómo así…?—Inquirió, no veía la forma en que alguien en sus cabales llamara a “esto” una familia.

—Mira, el maestro Jaken sería el abuelo. Tú la mamá y el Sr. Sesshomaru el papá, y yo la hija de ustedes dos.

Kagome se sonrojó ante la idea…un hijo con Sesshomaru. Una familia. Sacudió la cabeza alejando de su mente imágenes que amenazaban con zambullirla en el remolino que era en esos momentos su cabeza cada vez que pensaba en el demonio, que era a cada segundo.

—Es un punto de vista interesante…—Le acarició el cabello.

Frunció el ceño desde el lugar donde observaba todo calladamente, así que por eso Rin estaba tan apegada a ella, la veía como a una madre. Era el estúpido pensamiento de una mente infantil, esto no se acerca a una familia ni aunque pasaran mil años


El sonrojo de sus mejillas era tan atractivo, casi podía ver la sangre palpitante bajo su piel. De sólo pensar en ello se le hacía agua la boca. Quería estrecharla en sus brazos y saborear su tibia piel. ¡Pero no! Él jamás se rebajaría así, jamás le pediría nada…No, no lo haría.

—Está bien. Me rindo, no puedo más, lo quiero…---Admitió y sin darle tiempo a replicar ni siquiera ha entender la besó con ardiente lujuria…---


—Cuantas veces quieras…—Le sonrió la chica correspondiéndole.

—Hmph…

Se había quedado dormida en sus brazos, la observó con detenimiento se veía tan tranquila, tan calmada, su respiración era pausada y constante, sentía los latidos de su corazón en su cuerpo. Todo de ella lo llamaba, como si ella fuera el imán y él la moneda.

Le quitó el cabello que caía en su rostro en un gesto casi…dulce de no ser por su seriedad. Fijó la vista en el cielo, los rayos escasos del sol que empezaba a salir en el horizonte empezaban a enclarescer las oscuras sombras de la noche. Cuando volteó a verla, sus ojos café lo miraban fijamente con escrutinio.

— ¿Qué? —Preguntó él percatándose de la forma en que lo miraba.

—Nada, sólo pensaba en lo hermoso que eres…—Se sonrojó al admitir sus pensamientos, el hombre no contestó, sólo le sostuvo la mirada, la chica suspiró y se levantó…—Deberíamos volver, Rin debe estar a punto de despertar.

Sesshomaru la siguió sin decir nada, sólo la observó vestirse, y él hizo lo mismo. Ella se acercó a él se puso de puntitas y lo besó lentamente, con ternura.

—Te quiero…—Le dijo de repente y empezó a caminar sin esperar respuesta del demonio, que por supuesto no se la iba a dar. ¿Qué podría decirle? ¿Qué también la quería…? ¡Ni en sus mejores sueños! Así que simplemente la siguió impasible. Al llegar a la cueva el fuego estaba apagado.

— ¿Rin? ¿Jaken?—Los llamó pero no una contestación alguna…— ¿Rin?—Insistió empezando a angustiarse por no recibir respuesta.

—Rin no está aquí…—Dijo con voz calculadora y extremadamente fría…—El aroma de Naraku está por todo el lugar.

— ¡¿Qué?!—La voz se le quebró.


—Esta vez si lo mataré…—Siseó y sus ojos dorados relampaguearon con furia… Esto es lo que sucede cuando tienes piedad con alguien, simplemente debió matarlo la primera vez así esto no estaría ocurriendo. Pero ésta vez sería diferente, lo desmembraría y lo mataría poco a poco.

—Estamos cerca, puedo sentir la presencia de la Perla…—Dijo observando el camino con detenimiento concentrada completamente en sentir la presencia de ese repulsivo demonio.

—Sí, el asqueroso olor de Naraku está por todos lados.

— ¡Lo encontré!---Gritó la chica y tomó una de sus flecha y disparó, la flecha se clavó en la piedra dejando al descubierto una entrada. Ambos se adentraron en la oscuridad, la presencia maligna se hacía más y más espesa en cada paso que daban.

Kagome tosió con dificultad y cayó al piso de rodillas.

— Hpmh…---Dijo fríamente mientras la observaba.

—Sí, si…—Se levantó con dificultad…—Sigamos.

— ¿El aura demoníaca te está afectando?—Le preguntó mientras caminaban aunque ya conocía de antemano la respuesta.

—Si…—Asintió la chica con dificultad.

—Eres humana, eres débil…

—Lo sé…—Suspiró la chica…—Pero eso no me va a detener, no esta vez.

—Si sigues te vas a envenenar…—Le advirtió con severidad

— ¡Da igual! ¡No me importa!

— ¡Pero a mí si!—La agarró por los hombros, por un momento el oro sólido y helado de sus ojos se derritió, pero sólo fue por un segundo casi inexistente, tan rápido como apareció se volvió a levantar el oro sólido en sus ojos…—Yo puedo con él.

—Lo sé. Yo también puedo seguir…—Terció.

Sesshomaru frunció el ceño irritado por su terquedad, la soltó y siguió caminando. Ella lo siguió, pero cada vez se le hacía más difícil avanzar. La sintió caerse a sus espaldas…Se volteó hacia ella y la vio de rodillas en el piso tosiendo fuertemente mientras respiraba con dificultad. Frunció el ceño al verla en ese estado, sabía que no aguantaría un poco más. Tensseiga palpitó en su funda. ¿Qué es lo que me quieres decir Tensseiga? ¿Qué puedes ayudarla?

Luego de meditarlo unos segundos la desenvainó. Así que ese trata de esto, pensó al ver que el miasma era repelido por la espada.

—Toma, alejará el veneno de ti…—Se la ofreció mirándola fijamente, la chica se levantó con dificultad y tomó la espada.

—Gracias…—Le sonrió a duras penas.

Sesshomaru se volteó y siguió caminando, observó de reojo como ella lo seguía apresuradamente.

Estaba muy cerca, sentía la perla palpitar cercana. Al otro lado de la pared se encuentra Naraku…Al fin.

Sesshomaru desenvainó a Bakussaiga y destrozó el muro.

—Valla, valla. Al fin llegaron…—Los saludó Naraku.

— ¡Sr. Sesshomaru! ¡Srta. Kagome! ¡No se acerquen!—Gritó Rin luchando por deshacerse de los brazos de Naraku que la tenía sujeta.

—Tranquila Rin, ya estamos aquí, te salvaremos…—Le sonrió dulcemente a la niña pero ésta negó enérgicamente con lágrimas en los ojos.

— ¡No! ¡Es una trampa! ¡Váyanse! ¡Váyanse!

—Sesshomaru, así que al fin has llegado. Te has tardado más de lo que deberías, ¿No crees?

—Al fin das la cara bastardo, ¡No eres más que un semi demonio cobarde!—Le espetó…—Terminaremos con esto de una vez por todas.

— ¿Acaso me atacaras con la pequeña Rin en los brazos?—Sesshomaru se quedó en silencio mirándolo con furia, tal emoción hacía que su cuerpo temblara de rabia…—Eso me imaginé.

¡Prepárate Naraku!, gritó en sus pensamientos antes de lanzar la flecha dio justo en el brazo. La niña cayó, Sesshomaru la agarró antes de que se estrellara contra el suelo y la puso en un lugar a salvo.

—Corre…—Le ordenó, la niña asintió y obedeció.

—Esta vez será diferente, no me quedaré a ver como mueren mientras me protegen. No esta vez…

—Sí, será diferente…—Convino…— Esta vez te mataré.

Los tres se enzarzaron en una lucha hostil, la cueva era un espectáculo de relámpagos verdes y una luz cegadora, que repelían a las sombras, cuando al fin lograron hacer una grieta en su armadura, Sesshomaru con el ataque de Bakussaiga concentrado atacó, la armadura se desmoronó bajo su espada. Y antes de que Naraku pudiera reaccionar una flecha sagrada le atravesó el corazón… Clavándolo en la pared del fondo de la cueva por el potente impacto.

 

Epílogo:​

“Un intento de familia”​

—Pero, pero Kagome… ¿Cómo lo lograron?—Inquirió Kaede atónita, aun sin poder creer que ese demonio que desmoronó su vida y con el que lucharon desesperadamente por años al fin había muerto.

—Atravesamos su corazón con una flecha sagrada…

— ¿Y la Perla?

—No tenemos porque preocuparnos por eso. Al fin desapareció, ese fue mi deseo.

—Entiendo, jamás pensé que en esta lucha contra Naraku perderíamos a tantos seres queridos…

—No los hemos perdido…—Le sonrió la joven…—InuYasha, Miroku, Sango, Shippo, Kohaku y todos los que murieron por esta causa deben estar celebrando nuestra victoria, y sé que siempre estarán con nosotros.

—Srta. Kagome…—Entró una niña interrumpiendo.

— ¡Rin! ¿Ya están aquí?—La abrazó maternalmente la joven. La niña asintió.

—Ya nos vamos…

Kagome asintió.

—Adiós Anciana Kaede, luego vendré a visitarla…—Se despidió.

—Pero, pero kagome, ¿A dónde vas?

—No lo sé…—Se encogió de hombros…—Pero me voy con Sesshomaru.

Y salió corriendo con la niña.


— ¿Ah?—La anciana se apresuró a salir de la casa, y allí estaba el alto demonio de ojos dorados esperándolas a ambas, con Jaken y A-Un. Kagome se despidió con la mano antes de montar en A-Un y elevarse en el aire hasta perderse de vista…—Esto sí que es inimaginable…—Sonrió la anciana para ella misma. Esto era lo mejor que pudo pasarle a Kagome, aceptar el pasado y…recomenzar su vida forjando un nuevo futuro.

—Muchas…Gracias por venir…—Tosió con dificultad.

—No se preocupe anciana Kaede…Se recuperará…—La consoló la mujer con una sonrisa triste destinada a ser consoladora.

—Ambas sabemos que eso no es cierto Kagome. Ha llegado mi tiempo…Me alegro de haberlos podido ver antes de morir.

— ¡Mamá!—Entró con la preocupación crispada en el rostro una joven de 15 años…La anciana sonrió al verla. Tenía la misma edad de Kagome cuando la conoció. Pero esta joven dista mucho de parecerse a su madre. Se podría decir que es el retrato vivo de su padre. Con una piel nívea como la nieve, ojos dorados refulgentes y dulces, una sonrisa radiante, cabello liso y blanco que caía sobre sus hombros. La chica se arrodilló al lado de la anciana y le tomó la mano.

—Hola Kasshira…—Le sonrió a duras penas la anciana.

— ¡Ay no! ¡No te mueras anciana Kaede!—Lloriqueó la joven, quizás sea idéntica al padre pero su personalidad la heredó de su madre, su extrema dulzura y preocupación por los demás.

—Estaré bien… Ya ha llegado mi hora.

— ¿Y Sella, Kasshira?---Inquirió su madre.

—Aquí estoy…—Irrumpió una voz antes de que la joven pudiera contestar. En la puerta estaba parado un apuesto joven, Sella, el gemelo de Kasshira. Con el cabello platino cayéndole en sus ojos dorados, fríos y calmados. Kasshira heredó la personalidad de su madre mientras Sella, era Sesshomaru en persona. Frío, distante, inexpresivo, calmado…pero en sus ojos había un poco de tristeza al ver la vida de la anciana espirar.

El corazón de la anciana se aceleró y con una sonrisa cerró los ojos. Y con un último respiro su corazón se detuvo…Dejó de latir.

Fin…​