Infierno en la carretera

Esta historia está basada en la canción "The Men Comes Around" de Johnny Cash​

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Zakk caminaba lentamente por la carretera. El sol estaba en lo más alto de su recorrido y hacía que el horizonte se viese brumoso. El hombre no llevaba más que una mochila por equipaje y se dirigía, bueno, no sabía a dónde se dirigía. Él solo había decidido caminar por esa ruta, siguiendo un extraño impulso que había tenido. Y ahora allí estaba, solo, rodeado de tierra reseca y grandes y verdes cactus. No había animales a la vista, ni circulaban vehículos, ni siquiera había insectos.​

Caminaba por el medio de la carretera tarareando una canción, cuando de pronto comenzó a ver cosas. Pensó que tal vez se estaba deshidratando, pero no se sentía mal, de hecho, el sol no estaba tan fuerte a pesar de estar en su puto máximo, y tampoco había estado caminado durante mucho tiempo. Se quedó parado sin saber qué hacer, giró a la derecha y vio como, uno a uno, pasaban. Eran tanto hombres como mujeres, todos ellos vestidos con largas túnicas blancas, y todos iguales de hermosos. Parecían ir en la misma dirección que él, y cuando pasaban a su lado volteaban sus hermosos rostros para verlo, le sonreían; parecía una sonrisa sincera; y seguían caminando… o flotando, porque sus pies no tocaban el suelo. Una suave, muy suave y apenas visible luz parecía seguir a cada una de esas “personas”.

Zakk estaba asombrado, tenía la mandíbula tensa y le dolía por estar con la boca tan abierta de la impresión; no podía dejar de ver esa fila interminable de seres que pasaban ante él como si nada. No podía ver de dónde salían porque se extendían hasta el horizonte en ambas direcciones, eran muy silenciosos… y tan hermosos.

A su izquierda un sonido llamó s atención, volteó para ver de qué se trataba y no pudo evitar pegar un salto, si antes estaba sorprendido ahora estaba aturdido. Allí, de ese lado de la carretera, también había una fila interminable de personas o seres, o lo que sea que fuesen. Caminaban en dirección contraria a Zakk y las otras criaturas, parecían ir en dirección al pueblo que el hombre había dejado atrás al emprender este viaje.
Vestían completamente de negro y eran desmesuradamente atractivos, ellos también le sonreían, pero cuando lo hacían sus ojos adquirían un brillo extraño que hacía a Zakk estremecerse. Estos seres; porque no podían ser personas ¿O sí?; iban descalzos, pero aún así sus pies no estaban sucios ni heridos. Había algo en ellos que lo perturbaba aterradoramente, deseaba caminar hacia ellos, estirar su brazo y tocarlos; pero no lo hizo, ni siquiera podía moverse.

Por Dios ¿Qué diablos es esto? Murmuró para sí mismo, y antes de terminar la frase, se arrepintió de haberla dicho. Sintió que el ambiente se cargaba, que se hacía más denso. A su izquierda las criaturas gruñeron de forma aterradora y un fuego danzante los envolvió a todos, aunque no parecía que les hiciese daño, le pareció que ellos invocaban el fuego. El miedo golpeó a Zakk. Las piernas le temblaban y comenzaba a sudar, entonces, volteó a la derecha y sintió más miedo, si era eso posible. Las criaturas de blanco, estaban envueltas en una luz azul que ondeaba fuertemente, parecía ser fuego. Todos tenían espadas que apuntaban hacia adelante, a donde estaba él, y sus ojos de color azul pálido, ahora destilaban furia y odio.

Zakk volteó a ver a los de negro, y miró otra vez a los de blanco, y cayó en la cuenta de que no lo miraban a él. No, las criaturas se miraban las unas a las otras, con odio, furia, rencor y una infinidad de sentimientos para nada buenos. Las criaturas, a ambos lados, comenzaron a acercarse lentamente. Zakk pensó que estaba en el lugar equivocado, en el momento equivocado. El aire se hizo más espeso, sintió frió y calor, paz y desesperación, todo a la vez.
Todos gritaron al mismo tiempo, indudablemente gritos de guerra; y entonces; el infierno se desató sobre la carretera.