I Cry. Sonrió, los recuerdos fluían como un río de imágenes por su mente. La vida de su hermano no había sido en vano, al fin al cabo. Su sacrificio le había dado la libertad para volar como nunca lo había hecho, sin embargo también amenazó con cortar las alas que lo elevarían. Una lágrima escapó veloz, dejando un rastro salado en el rostro del capitán. Acomodó su sombrero y caminó a paso rápido hacia el pueblo, donde seguramente sus nakamas le estarían esperando. Las palabras salieron furtivas de sus labios, provocando una sonrisita nostálgica en el hombre. —Gracias, Ace.