[I Ciudad] Manarola (Zona) [FSN]

Tema en 'Ciudad' iniciado por Tarsis, 6 Mayo 2019.

Cargando...
  1.  
    Hygge

    Hygge Game Master

    Acuario
    Miembro desde:
    17 Junio 2013
    Mensajes:
    14,207
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Lena Sallow

    Todo sucedió demasiado rápido. Las rocas se hicieron a un lado con un sonoro estruendo, y aquel monstruo no tardó en mostrarse frente a nosotros, seguido de su fiel servamp. Cada paso que daba parecía resquebrajar todo a su alrededor, nuestros cuerpos permanecieron paralizados por el horror de contemplar la enorme cercanía que había adquirido.

    Apretó los dientes cuando se detuvo frente a ellos, desafiante. Sus ojos verdes chispearon cargados de un odio visceral hacia el hombre que le sonreía. Pero jamás esperó ver cómo apuntaba con su dedo hacia el joven a su lado, marcando así su destino, y su corazón pareció detenerse al ser consciente de aquella sentencia de muerte.

    "Rider. Mata a ese niño"

    Las cadenas brillaron bajo el sol del mediodía, aterradoras, cortando el aire con un movimiento ineludible. Pero algo dentro de Lena le obligó a permanecer con los pies clavados en el suelo. Un grito desgarrador salió entonces de su garganta.

    —¡¡Berserker!!

    El estruendo vibró con fuerza en sus oídos, la onda expansiva haciéndoles caer de espaldas. Cuando Lena abrió los ojos contempló la espalda de aquel gigante que se había acercado a ella en su momento. No parecía soltar otra cosa que gruñidos, pero ahora estaba allí... Había acudido a su llamado.

    Se levantó con dificultad, sin girarse en ningún momento hacia el resto. Las piernas le temblaban y el corazón le latía desbocado, pero ahora que había dado el paso no podía ametendrarse. Sabía que si se giraba, retrocedería.

    —Por encima de mi cadáver, carcamal —sentenció, esbozando una sonrisa ladina en su rostro a pesar del terror que sentía. Alzó la voz para que el resto le escuchase—. Marchaos ahora que podéis, ¿¡a qué estáis esperando!? ¡No seáis estúpidos!

    Berserker tomó su mazo, golpeando el aire con una fuerza aterradora para sacarse a Rider del medio. Eso les daría el tiempo suficiente para escapar.

    Salud: 80/100
     
    Hygge ha tirado dados de 40 caras para Ataque Berserker Total: 26 $dice
    • Ganador Ganador x 1
    • Fangirl Fangirl x 1
    • Impaktado Impaktado x 1
    • KHÉ? KHÉ? x 1
  2.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    6,989
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Joey Wickham
    Zona: Pueblo
    Vida: 80/100


    Jez había aceptado su mano y la ayudó a levantarse, sin necesitar de mucha fuerza. Se imaginó cuán liviano sería su cuerpo, y su mirada se paseó entre las demás chicas. Cierto era que no serían ellas mismas quienes tuviesen que pelear, pero aún así...

    Suspiró y se rascó la nuca con una mano, a punto de hablar, cuando un estruendoso derrumbamiento lo puso en alerta. Entre el polvo flotante comenzó a dibujarse una silueta; alta, robusta, enorme. La garganta se le secó y sus ojos se abrieron como platos el corroborar la presencia de aquel sujeto justo frente a ellos. Lo recordaba de la sala dorada, y de lo que Lena les había contado. No se necesitaban demasiadas neuronas en funcionamiento para detectar la sed de sangre saliendo por cada uno de sus poros, era evidente cuán peligroso resultaba ese tipo. Sus pies se movieron solos para dar un paso y colocarse por delante de Mila y Jezebel.

    Tener frente a él a la definición exacta de muerte le hizo poner en orden sus pensamientos y tomar una decisión. Ya no era solo su corazón, ahora su mente se había alineado junto a él. El recuerdo fugaz de su hermano lo acompañó cuando estiró un brazo, dibujando una suerte de barrera entre las chicas y el polaco. No dejaría que algo les pase.

    Habló, entonces. El tipo abrió la boca y alzó su brazo para señalar directamente a... Daichi. Joey siguió la dirección de su dedo hasta dar con el muchacho y no pudo más que ofuscarse durante los mortales segundos de silencio antes del advenimiento de la tormenta. Sin siquiera poder procesarlo, dos servants muy diferentes al suyo se habían materializado. Allí, de la nada, frente a sus ojos. El corazón se le subió a la garganta y por primera vez fue consciente (o al menos se acercó a serlo) de la realidad lunática dentro de la cual había sido arrojado.

    "Marchaos ahora que podéis, ¿¡a qué estáis esperando!? ¡No seáis estúpidos!"

    La voz de Lena sonaba fuerte y decidida, capaz de mellar la compostura de cualquiera. Sus piernas temblaron, prácticamente dispuestas a obedecerla y salir corriendo, pero no lo hizo. ¿Era lo correcto? Le echó un vistazo de reojo a Mila y a Jez. ¿Qué se suponía que hiciera? ¿Correr, arrastrarlas con él? ¿Dejar a Lena y a Daichi a su suerte, contra aquel tipo? Eran dos contra uno, ¿podrían vencerlo? ¿Debía dejarse amedrentar por las pintas del polaco?

    —Mila —dijo, lo suficientemente alto como para que le oyera por sobre el bullicio—, tienes que irte de aquí. Jez, ¿puedes llevarla contigo?

    No sabía si era lo correcto, pero se había dado cuenta de algo. Antes lo carcomía la duda de si podría perdonarse matar a otra persona, pero estaba equivocado. Lo que jamás podría perdonarse era dejar morir a alguien.

    Por eso había logrado seguir adelante tras matar al viejo, porque lo había hecho para proteger a su hermano.

    Tienen que irse de aquí. Ahora —repitió, comprimiendo sus puños, y alzó la voz en un firme grito—. ¡Assassin!

    Una extraña y oscura masa amorfa comenzó a dibujarse en el espacio entre Joey y los demás, detallando poco a poco ciertas siluetas y rasgos humanos dentro de lo indefinido de su sustancia. Así permanecieron, pues Joey no les había dado una orden, y el muchacho se giró hacia Lena y Daichi.

    —¡Un demonio me voy de aquí! —exclamó, sonriente—. Seré el mejor apoyo logístico que hayan conocido.


    Sorry el tocho, me salió así uwu
     
    Última edición: 9 Octubre 2019
    • Fangirl Fangirl x 2
    • Ganador Ganador x 1
    • Adorable Adorable x 1
    • Gracioso Gracioso x 1
  3.  
    rapuma

    rapuma Maestre

    Géminis
    Miembro desde:
    17 Marzo 2014
    Mensajes:
    3,878
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Kozakovicht
    Vida: 40

    Cuando el gigante del mazo apareció frente ellos el polaco tuvo que alzar la vista para verlo en su totalidad; no recordaba cuántas veces había tenido que subir la mirada para ver a alguien.

    —Quítalo del medio, Raider. —gritó el calvo, pasando el peso de su cuerpo a sus dos piernas para no perder el equilibrio. Pero el mazo del Berserker golpeó y quitó a Raider del camino con la misma facilidad con la que se le quita un dulce a un niño.

    Kozakovicht arrugó el entrecejo y miró con dureza a Lena, que se había entrometido en el destino de Daichi.

    "No entiendo como una niña posee un servant tan poderoso... en cambio yo..."

    Miró el lugar donde el mazo había lanzado a su servant y caminó en esa dirección. La tomó de los cabellos con rudeza y le habló nariz a nariz; la voz del polaco era una caldera a punto de silbar.

    —Si no te mata esa mocosa lo haré yo, ¿entiendes? —la golpeó con el dorso de la mano y Raider gimió. —Quiero que mates a los dos. Matarás a todos o me ocuparé yo mismo de ti en el infierno. —el aspecto de Kozakovicht debía de ser brutal, peludo, rojo de sol y cólera.

    Raider caminó frente el Berserker y una chispa roja se encendió en sus ojos. Estaría preparada para el siguiente ataque.
     
    rapuma ha tirado dados de 30 caras para Defensa Raider Total: 8 $dice
    Última edición: 10 Octubre 2019
    • Fangirl Fangirl x 1
    • Reflexivo Reflexivo x 1
    • Impaktado Impaktado x 1
  4.  
    Hygge

    Hygge Game Master

    Acuario
    Miembro desde:
    17 Junio 2013
    Mensajes:
    14,207
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Lena Sallow [80/100]

    La adrenalina corría por sus venas, sintiendo todo su cuerpo burbujear ante aquella situación límite. No sabía qué demonios estaba haciendo, ni cómo había logrado materializar a aquel horrendo gigante frente a sus ojos, pero lo había hecho. Por primera vez desde que se conocieron Berserker había hecho algo más que gruñir, lanzando a su oponente por los aires de un solo golpe, como si tan solo fuese una pluma.

    Aquello se sentía... bien. Era una sensación extraña. Por primera vez sentía que tenía poder, que tenía la capacidad de cambiar las cosas. Que no tenía necesidad de retroceder.

    Pero las cosas no iban a ser tan sencillas. Berserker poseía una fuerza descomunal, pero ello le volvía un ser muy inestable. Su capacidad de concentración y razonamiento era nula y ahora observaba a Lena, con aquellos aterradores ojos rojos puestos en ella. Tragó saliva, intentando no retroceder. Él era su servamp, debía obedecerla.

    —No te atrevas a hacer ninguna maldita locura, ¿me oyes, ogro? —a pesar del tono de su voz, la sola mirada de aquel gigante ametendraría a cualquiera, y ella no era la excepción. Sujetó uno de los escombros de roca bajo sus pies, molesta, y la lanzó hacia la criatura cuando comenzó a avanzar hacia ella, como si aquello fuese a suponer una diferencia—. ¿¡Qué es lo que no entiendes!? ¡Tu enemigo está del otro lado, idiota! ¡Date la vuelt-!

    Fue un movimiento pesado pero letal. Con un giro de si cuerpo, el gigante lanzó su puño al aire, abarcando los 360 grados que le proporcionaba su cuerpo, arrasando con todo a su paso. Lena tuvo que hacer un gran esfuerzo por apartarse, recibiendo serios cortes en el proceso junto a los chicos más próximos a la batalla. Con dificultad alzó la mirada, molesta. ¿Acaso no se daban cuenta que permanecer allí con una bestia como Berserker era todo un suicidio?

    Por suerte, el golpe fue lo suficientemente amplio como para impactar en Raider en el proceso.
     
    Hygge ha tirado dados de 40 caras para Ataque Berserker Total: 22 $dice
    • Fangirl Fangirl x 2
    • Impaktado Impaktado x 2
    • Ganador Ganador x 1
  5.  
    rapuma

    rapuma Maestre

    Géminis
    Miembro desde:
    17 Marzo 2014
    Mensajes:
    3,878
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Kozakovicht
    Vida: 0

    El ogro gigante era de temer; un ser bestial con una constitución abismal. Raider no servía para ese enfrentamiento y el polaco lo supo desde el primer momento.

    "¿Cómo es posible? ¿Cómo es posible que una mocosa tenga un servant más fuerte...? ¿¡Cómo!?"

    Sus pensamientos se aglomeraban en su mente mientras veía como el Berserker enemigo destruía todo en una dirección de 360 grados con uno de sus puños. El golpe había sido lento, casi perezoso... pero destruía todo a su paso.

    Raider giró el rostro hacia su amo y dió un respingo al notar su fría mirada en ella.

    Así fueron aplastados: tanto Kozakovicht como Raider. Ignorando el caos creciente a su alrededor, ignorando el puño letal acercándose por su diestra; ignorando los escombros gigantes que estaban por golpearlos. Murieron mirándose uno al otro: Raider se quemaba con la negrura infinita del belga, sus dos ojos negros como los de un tiburón, sin vida.

    El golpe les dió de lleno y los exterminó de la faz de la tierra, quedando solo una de las dos cadenas que envolvían las muñecas de Raider... del polaco poca cosa quedó, apenas una mancha roja en el suelo como si hubieran lanzado un tomate desde las alturas y se hubiera estrellado en el piso.

    "El camino que recorres no tiene un final; tu camino estará cubierto de cadáveres, incluso de tus amigos... Sus almas te perseguirá por siempre, no hallarás nunca la paz... ¡Mi espíritu te estará observando!..."

    Lena oyó esas palabras tan nítidas en su cabeza que seguro pensó que Kozakovicht seguía con vida. Pero el polaco estaba tan ligado al mundo espiritual que seguro había sucedido algo paranormal en ese mismo instante. Había muerto, junto con su servant, pero... quizá no en otro plano.
     
    rapuma ha tirado dados de 30 caras para Defensa Raider Total: 4 $dice
    Última edición: 10 Octubre 2019
    • Impaktado Impaktado x 2
    • Adorable Adorable x 1
    • Fangirl Fangirl x 1
    • Espeluznante Espeluznante x 1
  6.  
    Hygge

    Hygge Game Master

    Acuario
    Miembro desde:
    17 Junio 2013
    Mensajes:
    14,207
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Lena Sallow

    Permaneció de pie, sujetando la herida en su brazo contrario, esperando mientras contenía el aliento a que aquel hombre se alzase sobre los escombros. El corazón le latía con fuerza, incansable, y los segundos se hicieron eternos. Pero cuando Berserker gruñó, antes de desaparecer por completo, intuyó que de alguna forma todo había acabado.

    Se dejó caer sobre sus rodillas, sintiendo como haber movilizado a Berserker le había drenado todas las fuerzas. Podía notar el sabor metálico de la sangre en su boca y se relamió los labios con calma, jadeante, acostumbrándose a la sensación de adrenalina que recorría su pecho con fuerza. En aquel instante todo el terror que había sentido se desvaneció sin dejar rastro, sintiéndose imparable.

    Jamás habría pensado que tener el poder se sentiría tan bien.

    "El camino que recorres no tiene un final; tu camino estará cubierto de cadáveres, incluso de tus amigos... Sus almas te perseguirá por siempre, no hallarás nunca la paz... ¡Mi espíritu te estará observando!..."

    Su pecho se comprimió al escuchar aquellas palabras. Resonando certeras y letales en su cabeza. ¿De verdad su destino sería ese? ¿De verdad merecía la pena manchar sus manos en pos de cumplir su sueño más deseado? La sola idea se sentía horrible, y un escalofrío recorrió su espalda al saber que sus manos ya estaban teñidas de la sangre ajena. Pero otro lugar, recóndito en su cabeza, comenzaba a hacer ruido.

    ¿Y si...?
     
    • Fangirl Fangirl x 2
    • Ganador Ganador x 1
    • Adorable Adorable x 1
    • Zukulemtho Zukulemtho x 1
  7.  
    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Leo
    Miembro desde:
    27 Agosto 2011
    Mensajes:
    10,026
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Jezebel Vólkov

    Todo había ocurrido a una velocidad vertiginosa, el gigante sediento de sangre señalando a Daichi, Lena interponiéndose con aquella bestia, su servant, y finalmente Joey encargándole el cuidado de Mila, luego de haberse colocado frente a ambas para protegerlas.
    ¿Irse? ¿Realmente debía dejarlos a todos allí, con ese demente? ¿Debía dejar sola a Lena, a Daichi...?

    "¡Caster!"

    Un simple pensamiento fue suficiente para que, a pesar de la poca colaboración que mostraba, Caster se materializara su lado. La figura alta, ataviada en una túnica oscura con detalles rojizos, clavó sus terribles ojos en ella.

    —Protege a Mila —sentenció, sin siquiera mirarlo.

    Se acercó a Joey, quien ya había llamado a su propio servant, y le dejó caer un zape sin decirle absolutamente nada antes de tomar la muñeca de Mila y comenzar a alejarse, con Caster siguiéndoles los pasos.
    Estaba molesta, esa era la verdad, porque debía dejarlos atrás para proteger tan siquiera a una de ellos; y cuando apenas se había alejado unos metros, escuchó un poderoso golpe y luego... silencio.

    Se volteó con brusquedad, solo para observar la mancha oscura que había quedado en el suelo, lo que había quedado del gigante, y las cadenas de Rider, su servant.
    Lena permanecía de pie, sujetándose una herida que probablemente le hubiese provocado el propio Berserker. El alma le cayó a los pies, porque fue consciente del poder destructivo de aquella criatura y, por consecuencia, de la capacidad que tenía Lena de acabar con todos si así se lo proponía.

    Soltó la muñeca de Mila y volvió a dejarse caer sobre sus rodillas, a su lado, Caster desapareció nuevamente, no sin antes dedicarle una mirada burlona.
    Respiraba ruidosamente, su mente trabajaba a toda velocidad, buscando una salida para aquel desastre pero... no la había.
    Tragó grueso y un horrible pensamiento le rayó la mente con fuerza.

    "Lena es quien acabará con todos nosotros".

    Zona: Pueblo.
    Vida: 80/100.
     
    • Fangirl Fangirl x 3
    • Sad Sad x 2
  8.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    6,989
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Joey Wickham
    Zona: Pueblo
    Vida: 80/100


    Joey ya les había dado la espalda a las chicas una vez supo que Jez se encargaría de Mila, pues no pretendía quitarle el ojo de encima al polaco —ni a Lena, porque aquel enorme servant parecía una bestia salvaje e indómita—. Grande fue entonces su sorpresa cuando recibió un golpe en la cabeza directamente desde su retaguardia. La adrenalina acumulada en su cuerpo le hizo dar un brinco y llevarse las manos a la cabeza.

    —¡Auch! —exclamó, su voz había escalado un par de octavas ante el susto y giró la cabeza por reflejo hacia atrás—. ¡Oye! —se quejó, pero sólo llegó a distinguir el cabello albino de Jez alejándose junto a Mila y un servant.

    Soltó un bufido mezclado con alivio. Lo había tomado desprevenido, pero también le había ayudado a liberar algo de la tensión que llevaba encima. Sacudió un poco los hombros y se preparó para ayudar a los chicos en lo que fuera necesario, pues era la decisión que había tomado y pretendía...

    —¡Ah! —Su voz volvió a escalar cuando vio el puño de Berserk acercándose a una velocidad trepidante y su Assassin lo salvó del impacto, cargándolo en brazos cual princesa—. ¡Oye! —se volvió a quejar, pero esta vez hacia Lena.

    La chica, sin embargo, parecía abstraída del mundo y los demás. Los ojos de Joey siguieron la trayectoria del golpe y pudo ver con una claridad indeseada el momento donde aquel hombre brutal, temible y mortal fue salvajemente aplastado. Como una simple hormiga, quizá menos que eso.

    El tiempo pareció congelarse a medio giro a medida que Berserk despegaba su puño del suelo destruído, cuantiosas gotas de sangre discurriendo por el aire. Assassin dejó a Joey en el piso mientras el muchacho intentaba conciliar la mezcla de alivio y temor que hervía en su pecho. Tragó saliva y se volvió hacia las chicas, divisando a Jez echada en el suelo. Su expresión lo decía todo, y la suya propia seguramente se vería parecida. No había forma de que alguien estuviera pensando diferente, o sintiendo diferente.

    Assassin desapareció y Joey se obligó a mover las piernas. Se acercó primero al lugar donde segundos atrás había existido el hombre, y frunció el ceño ante la imagen que la realidad le devolvió. Giró sobre sus talones y fue donde Lena, detallando las heridas en sus brazos.

    —¿Estás bien? —murmuró.
     
    • Adorable Adorable x 3
    • Me gusta Me gusta x 1
    • Fangirl Fangirl x 1
  9.  
    Etihw

    Etihw ghost Comentarista empedernido

    Cáncer
    Miembro desde:
    9 Julio 2013
    Mensajes:
    2,606
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Daichi Nishimura~

    Daichi, irritado, dio unos pasos por la playa. Se acomodó bien las gafas de sol y el sombrero de paja que había cogido de la casa cuando se había cambiado de ropa. En su mano derecha apretaba con fuerza el mango de un paraguas que agarró al ultimo momento antes de marcharse corriendo junto a los demás ante el derrumbe.

    Los malditos rayos del sol lo molestaban. Quería dormir. Tenía hambre.

    Estaba irritado por no poder hacer nada más que caminar junto a unos casi desconocidos, tratando de no ser vistos por... algo muy cercano a un orco, sí.

    —¡Agh, no pienso morir por los malditos rayos de este sol infernal!—Vociferó a la nada abriendo el paraguas, ignorando a cualquiera que le rodease—. ¡Por qué no hay una noche aquí!

    Miró su mano, donde momentos antes un intenso dolor le hizo retorcerse, y chasqueó su lengua con molestia. Todo eso estaba siendo ridículo. Todavía no podía creer lo que estaba ocurriendo.

    O más bien, lo que tenía que ocurrir.

    "Ese hombre... viene hacia aquí."

    La voz de Lena a su lado hizo que apartase todo pensamiento de su mente y centrase su mirada en aquel gran hombre que los había atacado al llegar. Al parecer seguía ahi, y de muy mal humor.

    Tragó, un poco nervioso, y dio un paso al frente. Escuchó a Joey dirigirse a las otras muchachas, y él solo se dedicó a colocar un brazo frente a Lena. ¿Pero por qué? ¿Por qué lo hacía? Era normal querer ayudar a otros, pero...

    "Tú. Muere aquí mismo."

    Al sentirse señalado por el hombre, no dudó en mirarlo desafiante a los ojos, mordiéndose el labio. Estaba dudando. Miles de pensamientos le rondaban por la mente a una velocidad vertiginosa. Todavía no era capaz de entender nada.

    Más bien no quería entenderlo.

    —¡Sab...!

    "¡¡Berserker!!"

    —¡Wo-woah!

    Dio un respingo tomado por sorpresa, y una fuerza lo acabó empujando de espaldas a la arena, mandando su preciado paraguas a volar (?). Frente a sí pudo ver la espalda de la muchacha que hacía nada trataba de defender. Su boca se abrió, incapaz de decir nada en respuesta, y solo se levantó sacudiéndose la arena.

    ¿Marcharse? Ni en broma.

    ¿Estúpido? Sin dudarlo.

    Sin saber qué hacer o decir, solo se mantuvo allí de pie, observando aquella larga cabellera castaña, hasta que detrás de sí escuchó la voz de Joey y se giró. Su mirada chocó contra la sonrisa del muchacho, y aquello solo logró confundirlo más aún si era posible.

    Al darse cuenta, Lena ya había comenzado a atacar con fuerza al hombre, y por alguna razón... no se movió. No intentó ayudar a Lena, tal como lo estaba intentando Joey. No intentó ni siquiera ver cómo estaban las otras chicas.

    Se sentía como un mero espectador. Como si observar fuera lo único que debía de hacer. ¿Ayudar? ¿Por qué iba a ayudar?

    Apretó con fuerza sus puños. Quizá estaba empezando a ser egoísta. Sí, egoísta. Pero la vida de su hermano era más importante para él que cualquiera de las presentes. ¿No era por ese motivo por el que estaba obligado a participar en aquella horrible matanza?

    ¿Ayudar...?

    —¡A-au, te-ten cuidado!

    Se sacó las gafas de sol con molestia y miró al servant de Lena sintiendo dolor en su brazo. ¿Acaso se había aprovechado de la situación para atacarlo por lo de antes? No podía quejarse, tampoco, después de todo estaba comenzando a tener una actitud lamentable ante la situación. La violencia que se estaba formando frente a sí era brutal, y para su alivio Lena no parecía estar en problemas en lo absoluto.

    Sí, si a ella no le pasaba nada malo esa vez...

    El estruendoso sonido cesó, y observó sin expresión alguna el cuerpo sin vida del hombre que una vez había amenazado su vida.

    Su vida... fue salvada por Lena.

    Tragó duro, todavía sin moverse del lugar en el que sus pies decidieron anclarse, y apartó la mirada de la escena y de la muchacha. Algo le empujaba a correr hacia ella, a ver cómo se encontraba, a decirle lo fuerte y valiente que había sido. A agradecerle el haber dado un paso en frente por él.

    Pero por otra parte... sentía que no debía. Ya había visto con sus propios ojos lo que tendría que hacer a partir de ahora para sobrevivir y salvar a su hermano.

    O era luchar contra ellos o morir.

    Y si se encariñaba de más solo existiría una opción para él.

    —Esto ha acabado siendo más serio de lo que me pude imaginar cuando mi servant me lo contó. Esto es... real.

    Con cierto aire indiferente volvió a colocarse las gafas, y se tumbó en la arena observando el cielo. Ya ni le importaban los rayos del sol, ni el hecho de estar en un lugar desierto con prácticamente desconocidos y un cuerpo sin vida.

    Daichi... quería olvidarse de todo. De cualquier recuerdo que tuviese con los presentes. De que una vez trataron de entablar una amistad. No era el momento de hacer amigos, parecía.

    Soltó una risa amarga, cerrando los ojos, y el par de electrizantes jades de Lena aparecieron en su mente. Se sentía culpable por no ayudarla cuando ella dio la cara por él.

    Pero la vida no era justa.

    La vida era una mierda. Y el destino todavía más.

    —¿Sabéis? Deberíamos olvidar todo lo que pasamos juntos hasta ahora. La próxima vez que nos veamos no será para pasar un buen rato... —Se sentó en la arena, sonriendo con cierta sorna en dirección a Lena y Joey—. A no ser que queráis morir, por supuesto.

    Se dio una bofetada mental. Ser egoísta no le daba el derecho a ser un asco de persona.


    i hate life, i bet you too
     
    • Fangirl Fangirl x 3
    • Me gusta Me gusta x 1
    • Adorable Adorable x 1
  10.  
    Tarsis

    Tarsis Usuario VIP Comentarista supremo Escritora Modelo

    Cáncer
    Miembro desde:
    20 Abril 2011
    Mensajes:
    7,072
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Mila Vitale


    Su grito sobresaltó y alertó a todos.

    Se llevó las manos al pecho, tocando el lugar donde estaba su corazón. El corazón le dolía. Sus rodillas se doblaron hasta tocar la tierra. En el momento que aquel hombre malo apareció, junto con esa bonita mujer que clavó sus ojos en ella, supo que tenía que salvarla. Seguro, si fuese libre de ese monstruo, tal vez quisiera ser su amiga también, ¿no? Por eso le susurró a Lancer que estaba a su lado esperando sus órdenes para actuar, que la salvara.

    "No seas estúpida niña, ella es el enemigo. Y ya está muerta." La respuesta cruda del servant no la había hecho feliz. Así que repitió la orden con las lágrimas acumuladas en los ojos al ver aparecer el gigante y golpear por primera vez a aquella pequeña e indefensa mujer. Lancer obligado por el sello se desplazó hacia donde se efectuaba la pelea. Aquello era un suicidio, él lo sabía, pero no podía simplemente no obedecer.

    "—Quiero que mates a los dos. Matarás a todos o me ocuparé yo mismo de ti en el infierno." Lancer frunció el ceño, aquel ser era completamente abominable. ¿Qué sería del mundo si alguien como él se hiciese con el deseo del Santo Grial? Estúpidos humanos no aprenden ni con el paso de los años. La otra mujer la puso a salvo, llevándosela lejos del peligro, él la vio a los ojos... ella no emitió ninguna orden, pero sus ojos llenos de lágrimas, de compasión, lo distrajeron por unos segundos. El golpe final de Berkeker hizo resquebrajar la tierra, pero fue el sonido metálico de la cadena de andrómeda al atravesar su corazón lo que hacía eco en sus oídos en medio de tanto ruido. Unas cadenas que obedecen a los deseos de su amo. Y habían logrado su objetivo...

    Cayó de rodillas en el piso sintiendo como su cuerpo comenzaba a ser incorpóreo de nuevo, mientras su vida se diluía por segunda vez. Mila cayó al otro lado del campo, mientras su pequeño y frágil corazón bombeaba frenéticamente conectado al de él. La cadena que salía de la tierra ya no tenía magia alguna, dado que Rider había desaparecido junto con su master, pero ya el daño estaba hecho. La cadena estaba a su espalda y ni siquiera podía quitársela. Cerró los ojos y todos los pensamientos cálidos y dulces de Mila se mezclaron con su mente, mientras que todo comenzaba a sumirse en la oscuridad, hasta que todo desapareció a su alrededor.

    Mila se acurrucó hecha un ovillo mientras el dolor se calaba en cada célula de su cuerpo, la presión en su corazón le impedía respirar. Vio la cara de Lena y de sus amigos a su alrededor, intentó levantar la mano hacia ellos. Tenía amigos, la habían cuidado... eran personas amables. Pero no podría disfrutar de ello, porque su vida estaba ligada a la de su servant, y él había muerto, por ende... su vida también había llegado a su fin.
     
    • Impaktado Impaktado x 3
    • Sad Sad x 1
  11.  
    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Leo
    Miembro desde:
    27 Agosto 2011
    Mensajes:
    10,026
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Jezebel Vólkov

    Tardó demasiado en darse cuenta, tanto que se sintió estúpida; cuando deshizo el agarre en torno a la delgada muñeca de Mila, esta se había desplomado en el suelo también, haciéndose un ovillo.
    ¿Cómo no fue capaz de verlo? El servant de Mila había sido aniquilado prácticamente al mismo tiempo que Rider, atendiendo a... atendiendo a las órdenes de la albina.

    Las inocentes órdenes de Mila.

    Abrió los ojos con espanto, al ver cómo el pecho de la muchacha subía y bajaba con una rapidez que le resultó dolorosa, mientras extendía su mano hacia ellos, hacia todos, hecha un ovillo en el suelo. Así, su pecho finalmente se detuvo y en el suyo se instauró un dolor punzante, que la atravesaba de lado a lado, e hizo que, contra su voluntad, las lágrimas se acumularan en sus orbes dorados.
    Se arrastró hacia Mila y con delicadeza, movió su cuerpo a su regazo, donde lo sacudió suavemente, como si eso fuese a despertarla.

    —Mila. —La llamó con un hilo de voz—. Mila, cariño, por favor.

    Volvió a agitarla suavemente, para finalmente rendirse y acariciarle el cabello blanco, idéntico al suyo, con un cuidado casi maternal. Se dobló sobre su estómago, apoyando la frente sobre el cuerpo de la joven y se rindió al llanto por fin, un llanto espantoso, que amenazaba con ahogarla. Sollozaba como una niña desconsolada y, cuando pareció que iba a detenerse, un grito le rasgó la garganta.

    "Pudiste intentar detener a Lancer, Vólkov".

    La voz de Caster, repugnante, hizo eco en su mente y volvió a sollozar, para luego levantar la vista de nuevo, con mechones de cabello pegados al rostro. Dirigió la mirada a Joey, sin detener las caricias sobre la cabellera de Mila.

    —L-lo siento. —Un sollozo cortó su frase—. Joey, si yo... si la hubiese llevado más lejos... s-si hubiese visto lo que hacía, yo...

    Apartó las manos del cabello de la joven y se las llevó al rostro, incapaz de seguir mirando al moreno, y cuando las palabras de Daichi hicieron eco en su cabeza, una ira que no logró controlar estalló dentro de ella.

    >>¿La próxima vez...? Estúpido, esto nunca fue un buen rato. —Otro sollozo que le impedía seguir hablando se hizo presente, tardó varios minutos en ser capaz de decir algo más, esta vez a gritos, sin quitarse las manos del rostro—. ¡Ya estamos todos muertos, maldito idiota! ¿Que, acaso crees que comportarnos como si nada hubiese ocurrido hará las cosas más fáciles? ¿Que ser un cretino hará que ganes esto? Lena te salvó, Joey iba a ayudarlos a ambos y... Mila.

    No pudo continuar. Un nudo salado se formó en su garganta, haciendo que se rindiera al llanto nuevamente.
    Se presionó los ojos con tal fuerza que prácticamente se hizo daño.
     
    • Sad Sad x 4
    • Me gusta Me gusta x 1
  12.  
    Hygge

    Hygge Game Master

    Acuario
    Miembro desde:
    17 Junio 2013
    Mensajes:
    14,207
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Lena Sallow

    El silencio reinó durante minutos que se sintieron asfixiantes. Respiraciones agitadas, sollozos, exclamaciones ahogadas. Podía sentir la sangre recorrer su piel, impasible, pero sus ojos se encontraban fijos en la mancha de sangre en la que su enemigo se había convertido. Su cuerpo no parecía reaccionar a nada más a su alrededor.

    "¿Estás bien?"

    No, no lo estoy. Acabo de matar a una puta persona, ¿acaso no lo has visto?

    Eso es lo que la voz en su cabeza quiso responder, pero sus labios no se movieron. Podía sentir sus miradas a pesar de no estar mirándolos directamente. La distancia que habían tomado lo decía todo. Le tenían miedo, ¿no es así? Ella también lo tendría de estar en su piel. Sus labios tampoco se movieron cuando un cuerpo cayó con pesadez al suelo, segundos después de que Joey se acercase a ella con cautela, pero sí lo hicieron sus pies, quienes reaccionaron a la dulce voz de Jezebel desgarrándose por intentar despertar a alguien.

    Por despertar a Mila. Mila estaba... estaba muerta. Su corazón le dio un vuelco en el pecho al ver la escena.

    Había muerto intentando ayudar. Una persona tan inocente como ella había caído en aquella mierda de competición, el golpe de realidad que habían necesitado desde hacía tanto. El nudo en su garganta se retorcía al escuchar el llanto de las personas a su alrededor. Personas buenas que no se merecían nada de lo que estaba pasando. Fue incapaz de mirar la escena, apretando los ojos con fuerza. Apretó los puños cuando la voz de Daichi se alzó al fin, esperando cualquier idiotez suya que les sacase adelante después de aquello... Pero acabó rebasando el vaso que Lena había estado conteniendo durante tanto tiempo.

    "¿Sabéis? Deberíamos olvidar todo lo que pasamos juntos hasta ahora. La próxima vez que nos veamos no será para pasar un buen rato..."

    Fue incapaz de controlar su cuerpo. Alzó al chico por el cuello de la camiseta, tumbado aún en el suelo, y lo acercó hacia sí con brusquedad. Daichi casi pudo sentir las chispas que brotaban de sus orbes, iracundos, como jamás los había visto antes. Su mano derecha cortó el aire en un golpe seco que pretendía cruzarle la cara, pero se detuvo a escasos centímetros de su rostro, lágrimas de ira acumuladas en sus orbes.

    —Tenía que haber dejado que ese monstruo acabase contigo. Maldito cretino, ¡¡Mila ahora está muerta, te he salvado la vida y lo único en lo que puedes pensar es en ti mismo!! —sus manos se cerraron con fuerza alrededor de su ropa, un sollozo ahogado escapando de su garganta. Temblaba, incapaz de contenerse, incapaz de mirarle a los ojos durante mucho más tiempo. De repente hacerlo tan solo aumentaba sus ganas de golpearle, le daba asco. Le dejó caer al suelo con fuerza, mirándole una última vez antes de darse la vuelta—. ...Ni siquiera mereces que te golpee.

    Fue incapaz de mirar al resto a los ojos. Comenzó a caminar, hacia ningún lugar en concreto. Los restos de roca bajo sus pies resonaron en el tenso silencio que se había formado entre ellos. Ninguno de ellos merecían todo ese sufrimiento. No los conocía, pero en el escaso tiempo en el que había convivido con ellos, había percibido grandes cosas. Joey tenía un instinto protector demasiado grande, era incapaz de matar a ninguno de ellos. Jezebel era toda un ángel. Y Daichi... por mucho que intentase pretender, sabía que no podría hacerle daño a ninguno. Ellos se querían, y estaban condenados a sufrir día tras día.

    Alguien debía... Alguien debía encargarse de acabar con el sufrimiento de todos. Lena no tenía relación con ellos, no debería ser difícil hacer que les odiase. Ocupar el lugar de la persona que acababa de destrozar. Una vida cargada de resentimiento... No sonaba a un mal trato si con ello podía evitar ver aquella desgarradora escena ante sus ojos de nuevo. Apretó los puños, alejándose de los chicos.

    Alguien tenía que ocupar la vacante del villano de esta historia, ¿no es así?

    —Más te vale esconderte bien, idiota —bramó por última vez, deteniéndose de espaldas a todos. Intento sonar indiferente, sin plasmar ninguna clase de emoción—. La próxima vez que te vea... Necesitarás que otro te proteja de mí.

    Su voz se perdió en la distancia. La amenaza flotando en el aire, latente. La verdadera batalla empezaba ahora.
     
    • Sad Sad x 3
    • Ganador Ganador x 1
    • Fangirl Fangirl x 1
  13.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    6,989
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Joey Wickham

    Inmediatamente después de hablarle a Lena, un llanto desgarró sus oídos con la fuerza de un volcán, cortando el aire, estrujando su corazón con el peor de los presentimientos. Joey recuerda haber fijado los ojos sobre la mirada eléctrica de Sallow con una voluntad aterradora, aunque fuera apenas por unos segundos, pues el miedo ya le había penetrado en el cuerpo, le había envuelto la garganta, y lo único que pudo pensar fue "no, por favor no".

    Ya basta.

    Miró, sin embargo. Sus ojos viajaron hasta la figura encorvada de Jez, sujetando el cuerpo inmóvil de Mila. Miró y sintió el frío horrible de sus premoniciones confirmándose. Miró, y entonces Jez lo miró a él. Le habló, le pidió disculpas. Su voz, débil como el calor del invierno, eliminó la distancia entre ellos y se sintió tan cercano a la muerte... otra vez.

    Tenía miedo, pero corrió.

    Recuerda la resistencia de la arena, egoísta, ralentizando su avance desesperado. Recuerda el dolor punzante en su tobillo izquierdo al dar un paso en falso. Recuerda pero no le importa, aunque la arena sea egoísta, aunque el mundo sea una mierda. Corre y prácticamente se abalanza junto a Jez, para agacharse como ella, para inclinarse como ella, para observar el rostro pálido de Mila e intentar entender que allí ya no habría vida. Sus manos viajaron hasta su cabello, luego sus mejillas, luego sus hombros. Algo en su interior se negaba a creerlo.

    —¿Por... qué? —balbuceó, el nudo en la garganta entrecortando su voz—. ¿Por qué, Mila? ¿Por qué?

    Jez estalló a su lado, aparentemente sobre algo que Daichi había dicho, pero él no lograba recordarlo. No lograba hacer nada más que contener la respiración y negarse a aceptar la realidad. Hasta que escuchó su nombre y eso lo obligó a levantar la mirada, por alguna razón. Se giró hacia Daichi y Lena al oír la fuerte voz de la chica haciendo eco en la playa. No entendía qué ocurría entre ellos, pero literalmente no creía tener espacio en su corazón para preocuparse por nada más. Se volvió hacia Jez, entonces. Las lágrimas habían dibujado húmedos surcos por sus mejillas enrojecidas, y las manos de Joey viajaron hasta sus puños, fuertemente presionados contra su rostro... pero no la tocó. Mantuvo los dedos estirados, suspendidos en el aire, hasta rendirse y dejarlos caer en su regazo.

    —Jez —murmuró, intentando no quebrarse; pero su llanto le taladraba los oídos y, Dios, era tan difícil—. Jez, no... no es tu culpa. No lo es, no. Por favor, Jez.

    Apretó los labios, pretendiendo controlar el temblor de su barbilla, y prefirió callar antes de romper en llanto. Sus manos se comprimieron con fuerza y desvió la mirada hacia la arena, sin saber qué mierda hacer. Una mezcla de rabia y angustia había empezado a hervir en su pecho y tensó su mandíbula hasta que dolió. La figura de Lena apareció por los costados de su visión, alejándose, y no sintió las fuerzas necesarias para llamarle o detenerla. De repente estaba... tan cansado. Las manos le temblaron un poco y dejó caer la cabeza sobre el hombro de Jez, cerrando los ojos, como si pudiera convertir aquel espacio en un lugar seguro. Ja, qué chiste tan malo. Una sonrisa trémula se dibujó en sus labios mientras una lágrima rebelde discurría hasta la arena.

    Mierda, en qué puto desastre habían acabado metidos.
     
    Última edición: 12 Octubre 2019
    • Sad Sad x 3
    • Zukulemtho Zukulemtho x 1
    • Impaktado Impaktado x 1
  14.  
    El Calabazo

    El Calabazo Y dime, ¿Quién soy yo?

    Géminis
    Miembro desde:
    9 Enero 2013
    Mensajes:
    1,715
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor




    Mizuki Satō


    << ¿Qué diablos es todo esto? >> Pensaba Mizuki en sus adentros mientras corría tal y como Joey decía, un par de lagrimas sobresalían de sus ojos mientras lo hacia, tenia miedo, miedo por su vida. Miedo al ver como aquella bestia gigante salia de la nada y arremetía contra prácticamente todo, miedo de aquel tipo y la mujer que había invocado, de sus amenazas de matarlos a todos.

    Esto no se parecía en nada a lo que había visto antes, no existía punto de comparación con nada descrito en ninguna guerra o situación del pasado de lo que conocía de Historia. Era una situación propia de alguna serie de fantasía, de un maldito anime o un manga.

    Nada era normal, ninguno de los implicados en esto era normal, invocando seres sin forma, monstruos gigantes, mujeres con cadenas... peleas sin razón verdadera. Fue allí cuando se paro en seco y se oculto en una esquina para ver como continuaría aquel pan demonio.


    Todo parecía transcurrir en pocos segundos, Lena manejaba a aquel gigante al que llamaba Berserk, mientra el tipo calvo de los tatuajes llamaba Raider a la mujer de cabellos purpuras que utilizaba las cadenas. Y en cosa de un pestañeo, El Mazo de Berserk no había dejado prácticamente ningún rastro de aquella pareja que los amenazaba desde que llegaron a esta ciudad inhóspita.

    Pero ahora, conocía un poco mas sobre aquel infierno en el que estaba.
    Todos ellos de una forma u otra no podían ser considerados humanos, aún con sus sonrisas y personalidades tan vividas, todos ellos sin excepción ahora parecían monstruos.

    — ¿Y-yo?... ¿Yo tambien soy como el-ellos? — su garganta se resecaba, sabia la respuesta a aquella pregunta aunque quería mentirse a si misma con todas sus fuerzas. Quería creer que todo era una pesadilla, un mal sueño.

    Pero no era un sueño, era real.

    Sus compañeros eran reales.

    Ellos pese a lo fantasioso que podría parecer al contarlo, eran reales.

    Y al final de todo ese tormento, solo uno de todos nosotros quedaría vivo << ¿No es verdad? ¿¿No... n-no es verdad?? >>

    Mizuki estaba sola, en este mundo extraño o en el mundo real. Eso no cambiaría con nada. Pero si un gigante podía surgir de la nada, si podía ver volar trozos de los edificios como si fueran hojas de un árbol muerto revoloteando en otoño...

    Entonces la idea de vengarse, la idea de recuperar su vida nuevamente, dejaba de ser imposible ahora.
    Y de esta forma... la niña cobarde ahora tenia una razón para ser nuevamente valiente.

    Bueno gente, necesitaba tiempo para plantear correctamente a mi trap y que la personalidad corresponda a la ficha que había hecho en un principio. Agradecimientos a todo el mundo que ha roleado este Día 3, me han dado lo necesario para encaminar a Mizuki a donde quería realmente. :shani:

    Hasta la próxima roleada gente (?) :dontstap:

    PD: Si Yal se pone a dar sanguches y no le da a Mizuki ya se gano un enemigo, primer aviso >:v
    #Sanguches_Para_Calabazo
     
    • Fangirl Fangirl x 4
  15.  
    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Leo
    Miembro desde:
    27 Agosto 2011
    Mensajes:
    10,026
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Jezebel Vólkov

    A través de su llanto y sus propios gritos, escuchó la voz de Joey. Joey, quien le había presentado a Mila, quien le había dado su número, quien le había ordenado que corriera.

    Sí, ¿por qué Mila?

    Su llanto volvía a amenazar con ahogarla y no fue hasta que escuchó la potente voz de Lena que fue capaz de quitarse las manos del rostro, para verla alejarse luego de lanzar una última amenaza a Daichi.

    —¡Lena! —chilló, en medio de lágrimas—. ¡Lena, por favor, no!

    Deseaba correr tras la castaña, correr y darle un zape como el que le había dado a Joey, incluso si se ganaba un golpe de su parte y una de sus terribles miradas eléctricas. Quería traerla de regreso, porque Lena era parte de ellos también, pero no podía dejar el cuerpo de Mila, se sentía incapaz de separarse de ella y su incapacidad de separase del cuerpo de la albina solo aumentó cuando sintió la cabeza de Joey caer sobre su hombro, el peso de su cuerpo, que de repente le resultó sorprendentemente frío.

    Su llanto mermó, porque fue consciente de que él... él también estaba sufriendo. Con movimientos lentos y cuidadosos, como si temiera hacerlo pedazos a él y a sí misma, lo rodeó suavemente con sus brazos, atrayéndolo hacia sí y cerró los ojos con fuerza.
    Acarició con cuidado su cabello revuelto, en un ridículo intento de consolarlo, y ahogó un sollozo.

    La voz del moreno diciendo su nombre se repetía en su cabeza como un eco, pero nunca fue capaz de escuchar el resto. No podía negar que había sido culpable de lo que había ocurrido con la dulce Mila, sin importar que culparse de algo como eso fuese egocentrista.
    Estaba a su lado, ¿por qué no pudo reaccionar?
     
    • Sad Sad x 4
  16.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    6,989
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora

    Joey Wickham


    Home is where they say the heart is.
    Mine's buried in the yard.

    El cuerpo de Jez comenzó a moverse, sus brazos le rodearon la espalda y él hizo lo mismo sin reflexionarlo demasiado. Ella era delgada y menuda, al abrazarla podía rodearla por completo, y afianzó el agarre cuando los pensamientos que había tenido al levantarla del suelo lo acecharon de vuelta. Así era Mila también, tan pequeña y frágil, casi quebradiza. ¿Y si tenía que enfrentarse a Jez? ¿Y si tenía que... matarla? ¿Contemplar su rostro pálido, como el de Mila, y entender que su vida había acabado?

    Acabar una vida... Dios...
    ¿Acaso era hipócrita de su parte preocuparse tanto por eso ahora?

    No quería pensarlo, sólo quería que dejara de doler.

    —Lo siento —susurró. ¿Por qué? ¿Por qué se disculpaba? ¿Hacia quién?—. Lo siento tanto...

    Todo lo que antes había sido tristeza, y luego rabia, comenzaba a transformarse en una impotencia desesperante. Quizás apretó con demasiada fuerza el cuerpo de Jez, pero las manos le temblaban y necesitaba aferrarse a algo para pretender que así podrían detenerse. Aún se negaba a dejar las lágrimas correr.

    —No puedo, yo... No puedo, no puedo, ¡no puedo...!

    Las palabras se ahogaron en su garganta y se mordió el labio, incapaz de quitar su rostro de allí, del hombro de Jez. Su lugar seguro.

    No puedo matar a otra persona.
    No puedo pasar por esto de vuelta.
    No puedo. No quiero.


    Sabía que debía calmarse, pero cada vez necesitaba más y más aire y el pecho le dolía. Podía sentir sus latidos con tanta claridad, su mente se había transformado en un torbellino furioso y no lograba discernir pensamiento alguno. Estaba vacío, pero había ruido. Mucho ruido. Era similar a una intermitencia progresiva, cada vez más aguda, cada vez más envolvente.

    Más.
    Y más.
    Y más.

    Algo dentro suyo lo golpeó, y soltó a Jez. Quizá con demasiada brusquedad, no estaba siendo dueño absoluto de su cuerpo. Se incorporó y caminó hasta la orilla, el agua le mojó las botas. Estaba frío, y observó el horizonte a través de sus ojos empañados. La brisa marina le quitó el cabello del rostro y guardó los puños en los bolsillos de la cazadora. Lentamente, asintió.

    Conque así sería, ¿eh?

    .
    .

    Le llevó... ¿segundos? ¿Quizá algunos minutos? No estaba seguro. Aspiró con fuerza y se volvió hacia Jez, para acariciarle la coronilla de la cabeza y sonreírle.

    —¿Deberíamos enterrarla? —sugirió, hablando suave, como si la chica frente a sus ojos pudiera quebrarse en cualquier momento.

    Como si ella o él mismo no lo estuvieran ya.
     
    Última edición: 13 Octubre 2019
    • Sad Sad x 2
    • Adorable Adorable x 1
    • Fangirl Fangirl x 1
  17.  
    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Leo
    Miembro desde:
    27 Agosto 2011
    Mensajes:
    10,026
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Jezebel Vólkov


    Volvió a sollozar al escucharlo disculparse por Dios sabría qué o con quién; continuó acariciándolo, como si aquello fuese lo único que podía hacer.

    Dolía, ¿no? Dolía horrores. El peso del cuerpo de Mila en su regazo, el de Joey en su hombro. ¿Debería matarlo en algún momento? ¿Matarlo y llorar a gritos, con su cuerpo en el regazo, sustituyendo el de Mila?
    No podía.
    Maldita sea, ella, a quien le habían arrebatado a sus padres no podía, ¿o sí?

    El mundo se había transformado en una burbuja luego de ver a Lena irse. Se había metido en un globo de cristal con su amigo y el cuerpo de la inocente Mila, cristal oscuro, sucio y agrietado, pero que de todas formas los encerraba del resto.
    No recordaba por qué le había gritado a Daichi y ni siquiera pudo pensar en Sato. Cuando sintió la fuerza con que el moreno se aferró a su cuerpo ni siquiera se atrevió a quejarse, porque lo cierto es que su agarre era lo único que parecía mantenerla en su lugar en ese momento, impidiendo que sus fragmentos se desperdigaran en el suelo.

    La soltó bruscamente y ella sintió que iba a desplomarse, por lo que tuvo que apoyar sus manos en la arena, a los costados del cuerpo de la albina aún en su regazo. Tragó grueso, sus lágrimas caían sobre la cabellera blanca como la nieve pero fue incapaz de mantener la vista sobre esa escena terrible y sus ojos dorados siguieron las pisadas de Joey, a la orilla del océano, con el viento sacudiéndole el cabello del rostro. Cuando se volvió hacia ella dio un respingo y aquella caricia junto a su sonrisa, que desentonaba con todo, hicieron que nuevas lágrimas se formaran en sus ojos, pero se obligó a contenerlas, llevándose las manos al rostro nuevamente, e inhalando con fuerza el aire marino.

    Extendió su mano izquierda hacia Mila, sin mirarla, dedicándole una última caricia con la que le acomodó los mechones rebeldes tras la oreja y finalmente colocar su cabeza con cuidado sobre la arena. Con su mano derecha buscó la mano de Joey, sujetándola con fuerza para levantarse.
    Volvió a tragar grueso y no pudo deshacer su agarre en torno a la mano del muchacho, lo necesitaba.

    —Sí, creo que sí. —Logró responder luego de un silencio que le pareció eterno.
     
    • Sad Sad x 4
  18.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    6,989
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Joey Wickham

    Aguardó allí, en silencio, con ella y para ella. Por su respuesta. Sus manos permanecían juntas, robando y concediéndose calor mutuamente, en medio de aquel mundo frío y vacío al que habían sido arrojados.

    "Sí, creo que sí".

    La voz suave de Jez llegó a sus oídos mientras le dedicaba un último vistazo a la ciudad frente a ellos; o, al menos, lo que quedaba de ella. Se llenó los pulmones de aire y lo soltó de golpe, fabricando una sonrisa decente para regalarle a los vivos. Quizá Mila también lo estuviese viendo desde algún lugar, pero ¿cuál era el punto de pensar en eso?

    Soltó la mano de Jez, para agacharse y comenzar a cavar. Se quitó la cazadora, la arrojó a un lado y siguió cavando. Se corrió el cabello del rostro, sudoroso, y siguió cavando. Cavó y cavó, hasta que más partículas no cupieran debajo de sus uñas, hasta que la arena estuviera lo suficientemente húmeda como para no desmoronarse. Se incorporó algo agitado, una vez consideró que sería suficiente, y le pidió ayuda a Jez para depositar el cuerpo de Mila dentro de la fosa. Le regaló una última sonrisa a su primera amiga en aquel juego maldito, le acarició el cabello blanco, y se despidió de su rostro inmaculado. Al menos, esperaba, ahora tendría algo de paz.

    Irónicamente, todo aquel trabajo lo había ayudado a espabilar. Como si el dolor físico hubiera desplazado el lugar inmediato del dolor emocional. Una vez la tumba estuvo recubierta de arena, hizo una mueca irónica al darse cuenta que, si nadie se lo decía, jamás adivinaría que a sus pies se encontraba el cadáver de una chica. ¿Enterrar a los muertos no era similar a ocultarlos? ¿No era un alivio, acaso, poder desentenderse de su inmanente proceso de putrefacción? Porque nadie quería lo contrario, ¿verdad? Nadie quería ver a sus seres queridos hincharse, deformarse, llenarse de gusanos y oler a mierda. Entonces estaba bien. Después de todo, ¿habría algo de Mila en Mila a partir de ahora?

    De pie junto a Jez, Joey alzó las manos y las colocó a los costados de su rostro para potenciar su voz, no sin antes dedicarle una significativa mirada a la chica a su lado: cuidado los oídos.

    —¡Daichi! —exclamó, con toda la fuerza de sus pulmones—. ¡Sato! ¡Y Lena, si me escuchas y tienes ganas! ¡Vengan a despedirse de Mila, malditos inútiles! ¡Vamos, muevan el culo! —Carraspeó la garganta, pues le había raspado un poco luego de tanto grito, y bajó la vista hacia la arena a sus pies; una sonrisa natural se dibujó en sus labios—. Fuimos sus primeros amigos, después de todo.
     
    Última edición: 13 Octubre 2019
    • Sad Sad x 3
  19.  
    Tarsis

    Tarsis Usuario VIP Comentarista supremo Escritora Modelo

    Cáncer
    Miembro desde:
    20 Abril 2011
    Mensajes:
    7,072
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    De los lugares donde habían caído los cuerpos sin vida comenzaron a salir pequeños cristales de luz verde, subiendo de la tierra en dirección al cielo hasta alcanzar la barrera que se iluminó hasta dejarlos completamente ciegos.

    Cuando abrieron nuevamente los ojos, ya nadie estaba en el mismo lugar.

    La ciudad había quedado vacía.

    .
    .
    .
    NO SE PERMITEN MAS RESPUESTAS.
     
    Última edición: 14 Octubre 2019
    • Sad Sad x 2
Cargando...
Cargando...
Similar Threads - Ciudad] Manarola
  1. Tarsis
    Respuestas:
    47
    Vistas:
    2,088
  2. Tarsis
    Respuestas:
    37
    Vistas:
    1,411

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso