One-shot How to be a heartbreaker (resident evil)

Tema en 'Fanfics sobre Videojuegos y Visual Novels' iniciado por killjoyofmcr, 16 Junio 2015.

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    killjoyofmcr

    killjoyofmcr Iniciado

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    Escritora
    Título:
    How to be a heartbreaker (resident evil)
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    970
    Capítulo 1 – Helena


    30 de junio, 2013.


    Tatchi, China.


    -¿Qué estás esperando? Ve tras ella.


    -No. Nos mantendremos juntos.
    ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

    Desperté de golpe al oír mi alarma sonar. Habían pasado 9 meses ya desde todo lo ocurrido en Tall Oaks y China, y yo no podía sacarme las palabras de Leon de la cabeza. Podría parecer una tontería, pero la forma en que lo dijo… no sonaba como si solo lo dijera para seguir con la misión, había algo diferente en su voz, un sentimiento diferente.


    Desde los sucesos ocurridos por la culpa de Neo-Umbrella no he vuelto a ser la misma. Todos los días es lo mismo, ir al trabajo, volver a la casa y los fines de semana, bueno, no salgo de la cama.


    Leon tampoco ha vuelto a ser el mismo, desde el día del cementerio se volvió más reservado, más misterioso de lo que ya era. Sé que es estúpido, pero esa forma de ser me ha lastimado junto con la ausencia de mi hermana. Sé que yo no le intereso… él quiere a Ada.


    Mi teléfono sonaba mientras yo estaba sumergida en mis pensamientos.


    -¿Qué pasa Hunnigan? –Dije volviendo de nuevo a la realidad-


    -Helena te he dicho miles de veces que puedes llamarme Ingrid. –Contestó la morena-


    -Bueno, ¿Qué pasa Ingrid? –Conteste sin muchos ánimos-


    -Creo que se te hizo un poco tarde Helena, y me temó que tienes mucho papeleo esperándote. Pero no te preocupes –dijo tranquila- trataré de que el presidente no se dé cuenta de tu ausencia. –Colgó-


    No me quedó de otra más que levantarme de la cama, ducharme y me fui, no había tiempo para desayuno. Conduje hacía mi aburrido trabajo, por una aburrida autopista. No podía soportarlo, tenía que dejar esta rutina o acabaría conmigo.


    Llegué a la casa blanca y me dirigí hacía mi oficina, todo normal. Me serví un café hasta que una voz masculina inundo toda la habitación. Yo conocía muy bien esa voz.


    -Helena, que poco profesional eres –dijo en tono bromista-


    Era Leon. Mis ojos se abrieron completamente, era rara la ocasión en que hablábamos y yo siempre le hablaba el, él nunca me hablaba a mí. Baje la cafetera y me voltee dándole una sonrisa un poco forzada.


    -Si bueno, mi vida es muy ocupada –sonreí sarcástica-


    -Supongo que ver televisión todo el fin de semana te deja cansada –levantó una ceja-


    -Para tu información hago más que eso… -me interrumpió-


    -Deberíamos salir un día de estos ¿no crees? –me miró-


    -Claro está bien –dije sin mucha importancia y entonces me sonrío y se fue mi oficina-


    No analizaba muy bien lo que acababa de pasar, ¿acaso me invito a una cita? ¿O solo está jugando conmigo? Sé cómo es Leon, no pierde la oportunidad de coquetear con alguien. Y eso me molesta, pero no entiendo por qué, solo somos compañeros. Pero… es imposible no pensar en él. No dejaba de pensar en todo lo que paso en China, fue traumático, pero el simple hecho de tenerlo en mis recuerdos lo hace todo un poco mejor. Y la vez que me vio a los ojos en las alcantarillas, una parte de mi corazón se quedó en esos ojos grises azulados.


    Seguí mi día como cualquier otro, termine todo mi papeleo y estaba dispuesta a salir de mi oficina e ir hasta mi casa hasta que alguien toco a mi puerta.


    -Bueno que esperas, salgamos –dijo con una sonrisa pícara-


    -¿Hoy? Pero mañana hay que trabajar Leon –dije mirándolo algo confundida-


    -¿Y eso qué? Este trabajo es aburrido. Nada como el trabajo de campo Helena, a nadie debería de importarle llegar tarde a un trabajo de mierda como este. –dijo entusiasmado y algo molesto-


    -Bueno no sé de qué te quejas, tú eres el que va de guardaespaldas y no tiene que hacer papeleo, preferiría tu trabajo mil veces más que el mío –dije acomodando mi silla- pero si insiste señor aburrido salgamos, conozco un buen lugar. –tome su brazo y nos dirigimos hacía mi auto-


    -Espero que sepas que yo tengo auto –dijo mientras se subía-


    -Lo sé, pero es más divertido compartir el auto ¿no? –Encendí el auto-


    -Tu sentido de diversión es muy anticuado Helena –se rio en tono te burla- pero está bien, vamos a ser locos por ahí.


    Todo el camino de ida al bar casi no hablamos, fue bastante incómodo para ser sincera. Llegamos a un bar donde generalmente van esos jóvenes que recién cumplen 21 años y son hijos de papi, nunca hubiera ido a un lugar así pero Leon lo sugirió. Llegando ahí hablamos de cómo nos estaba yendo desde lo de Neo-Umbrella, al estar un poco más ebrios empezamos a hablar de cosas sin coherencia, bailamos, reímos como tontos causando que la mayoría de las personas nos voltearan a ver, pero no nos importó. Estábamos ya en el estacionamiento dispuestos a irnos y riendo como completos idiotas, hasta que Leon se me acercó y me acorraló contra el auto.


    -¿Alguna vez te han dicho que tienes unos ojos hermosos?-


    Se me quedo viendo por casi un minuto, cuando estaba a punto de decir algo, me besó. Fue un beso largo y apasionado, sé que lo hizo por la influencia del alcohol pero me hizo darme cuenta de algo, creo que te amo Leon Scott Kennedy.
     
    Última edición: 16 Junio 2015
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    killjoyofmcr

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    Escritora
    Título:
    How to be a heartbreaker (resident evil)
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    1055
    Capítulo 2 - Leon

    Han pasado 9 meses desde todo lo que ocurrió en China y la ahora no existente Tall Oaks. Han pasado 9 meses desde la última vez que vi a la mujer que me roba el sueño, Ada Wong. ¿Cómo puedo explicar a Ada? Esa mujer es todo un misterio, y eso es justamente lo que me gusta de ella. Sí, todos nuestros encuentros han sido completamente sexuales, y ella me ha salvado el trasero un par de veces. Pero no puedo evitarlo, no puedo evitar que me tiemblen las piernas cuando la veo.


    Mi vida ha sido un completo desastre, estoy cerca de los 40 años y no he hecho lo que los demás hombres a esa edad han hecho: casarse y tener hijos. Toda mi vida la he vivido al borde de la adrenalina, y créanlo o no, es increíble. Pero quiero estabilidad, quiero llegar a casa y saber que alguien me está esperando. Y sé que con Ada eso no es posible.


    Me preparé el desayuno, leí el periódico y me metí a tomar una ducha, me relajé totalmente hasta que de repente una idea llegó a mi cabeza: Helena Harper. Sí, la había estado ignorando lo más que podía desde que volvimos de China, por miedo a lastimarla. Helena es muy frágil, pero no puedo negar que me atrae. No en la manera en la que Ada me atrae, es diferente, Helena es más tierna me gusta como para abrazarla y no dejarla ir. En cambio, amo a Ada. Y quiero hacerla mía por siempre. Admitámoslo Leon, Ada nunca será tuya. Helena es la opción perfecta para retirarme de esta vida de mierda e iniciar una nueva.


    Prepárate Helena Harper, iré por ti. Subí a mi auto y conduje lo más rápido que pude, al llegar a la casa blanca fui a la oficina de Helena y no estaba. Fui con Hunnigan para preguntarle si le había pasado algo.


    -Hey Ingrid –dije y le guiñé el ojo- Oye me estaba preguntando, ¿no sabes algo de Helena? No está en su oficina.


    -Hola Leon –me sonrió- No la he visto, deja le llamo y yo te aviso.


    -Claro está bien –sonreí y me fui-


    Caminé hacia la oficina del presidente y me encargo lo de siempre: Que cuidara a su enfadosa hija Ashley. Estuve con ella mientras me contaba todo sobre One Direction hasta que Hunnigan me dijo que Helena ya había llegado.


    Salí del cuarto donde estaba Ashley y corrí hacia la oficina de Helena, cuando faltaba poco para llegar pare de correr y trate de tranquilizarme, entre en calma y toqué su puerta.


    -Helena, que poco profesional eres –dije burlándome de ella por llegar tarde-


    Helena se quedó quieta por unos segundos, parecía como si hubiera visto un fantasma. Vi como bajó la cafetera y se volteó.


    -Si bueno, mi vida es muy ocupada –dijo mientras me dio una sonrisa sarcástica-


    Dios Helena, a veces eres tan odiosa. –pensé-


    -Supongo que ver televisión todo el fin de semana te deja cansada –levante una ceja-


    -Para tu información hago más que eso… -iba a seguir diciendo sus cosas así que mejor actué rápido-


    -Deberíamos salir un día de estos ¿no crees? –la miré fijamente-


    -Claro está bien –dijo sin ganas y después le sonreí para irme-


    Pasaron las horas y cuando nuestro turno acabó me fui a su oficina y le dije que hoy nos iríamos, al principio se negó pero pude convencerla, nos fuimos en su auto a un bar de niños ricos, la hija del presidente, Ashley me había contado de él. Empezamos a beber, creo que un poco más de lo que tenía planeado, muchas veces me le insinué pero ella no cedía, seguimos tomando y bailamos, hablamos de muchas cosas intimas, por un momento Ada no vino a mi mente, reímos y nos burlamos de las meseras un par de veces. Cerca de la 1 de la mañana me dijo que nos fuéramos, la seguí hasta su auto, era mi oportunidad. Cuando sacaba la llave de su auto y la acorrale contra la puerta.


    -¿Alguna vez te han dicho que tienes unos ojos hermosos? –le dije y la mire fijamente a los ojos por casi unos minutos hasta que la besé-


    La tomé por la cintura y la apreté con fuerza, a ella parecía gustarle. Le di un largo y apasionado beso hasta que después le susurré al oído.


    -Deberíamos ir a tu casa –dije para después darle un beso en el cuello-


    -S-sí –titubeo un poco y entonces me dio las llaves del auto- pero tu conduce.


    Accedí y me dirigí hasta su casa, al llegar la ayudé a bajar ya que se tambaleaba un poco, cuando entramos se recostó en el sillón mientras yo fui a investigar un poco su casa. Era algo grande y en las paredes había fotos de ella con su hermana Deborah, ninguna con sus padres u otros familiares. No quise parecer un criticón así que volví a la sala, Helena estaba sentada con la mitad de los botones de su blusa desabotonados, estaba llorando.


    -No la pude salvar…-dijo a la vez que tomaba aire- no pude salvarla Leon, por mi culpa está muerta –grito y golpeaba los cojines-


    -No fue tu culpa, fue de Simmons –me senté junto a ella y seque sus lágrimas- no puedes lamentarte para siempre.


    Estaba temblando un poco de tanto llorar y entonces me abrazo, no quise decir nada ni quería apartarla de mí solo por mis ansias de tener sexo. La conforté un poco y después de unos minutos me di cuenta que estaba dormida. La cargué y la lleve hasta su cama, no quise ponerle pijamas ya que luego pensaría que era un pervertido. Besé su frente y me fui a dormir a su sillón, algo en mí se sintió raro esa noche. Verla bien me importó más que darme un rato de placer para mi… tal vez después de todo si es la indicada y no solo un capricho.
     
  3.  
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    16 Junio 2015
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    How to be a heartbreaker (resident evil)
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    1201
    Capítulo 3 – Ada


    Han pasado 9 meses desde todo el incidente que Simmons y Carla ocasionó, desde ese entonces no he hecho nada más que trabajar para empresarios aburridos, que solo me querían para investigar a su competencia. ¡Soy una excelente espía! Debería estar en misiones de alto riesgo, pero sin implicar un atentado bio-terrorista, por supuesto. Después de que completé mi misión con el dueño de un canal de televisión (patético empleo, lo sé), decidí ir a dar la vuelta y por qué no, observar un poco a Leon, solo para ver cómo se encuentra.


    Me subí al auto y encendí la radio.


    ~boys they like the look of danger, we’ll get them falling for a stranger, a player, singing I lo-lo-lo-love you, cause I lo-lo-lo-love you, at least I think I do~


    Me quedé pensando en esa parte de la canción hasta que el idiota de atrás toco su bocina para indicarme que avanzara, entonces mi cabeza fue un desastre. ¿Amo a Leon? ¿O solo pienso que lo amo? No habría más que averiguarlo en otro de nuestros encuentros casuales.


    Pasé por un bar y entonces vi a Leon bajarse del auto con… ¡Helena! ¿Qué demonios está haciendo Leon con ella? Quería bajarme de mi auto y gritarle por estar con ella, pero no me pareció justo, yo soy la que siempre se va. Entre al bar y me senté al fondo, atenta, observando cada movimiento. Vi como Leon se le insinuaba muchas veces a Harper.


    -Oh Leon, tu nunca cambias –dije para mí misma algo molesta-


    Pasaron horas antes de que salieran del bar, espere alrededor de 3 minutos para salir después de ellos y no me vieran y entonces lo inevitable pasó, Leon besó a Helena. La rabia me consumió, pero como soy una mujer con demasiado auto control, me subí a mi auto y espere a que se fueran. Los seguí y cuando entraron a la casa de Helena me estacione junto enfrente y saqué mi rifle de francotirador, ¿qué mujer sale sin uno de esos? En fin, no planeaba matarlos, solo observar con cautela. Observé como Helena se empezaba a desabotonar su blusa mientras Leon iba por ahí.


    -¿En serio Leon? Se nota que no puedes convivir con una mujer sin quererla llevar a tu cama –dije mientras levantaba una ceja-.


    Trate de buscar a Leon pero me era imposible, hasta que salió del pasillo y se dirigió hasta el sillón, y ahí estaba la señorita Harper indefensa y llorando.


    -Solo déjala ir mujer –acerque más la mira del rifle-


    No era una experta leyendo los labios, pero tenía una idea de lo que Helena estaba “hablando” con Leon, y digo “hablando” puesto a que la mujer prácticamente balbuceaba por su hermana. Desaparecieron de la sala y después de unos minutos volvió Leon y se durmió en el sillón.


    -Pefecto, no intimaron. –Dije en voz baja- Prepárate Leon, es hora de hacer lo nuestro oficial –sonreí y me fui a mi departamento-


    A la mañana siguiente me arregle, me puse un vestido rojo algo ajustado y me dirigí hacia la casa blanca. Sabía que Leon no era tan puntual, así que me dispuse a esperarlo. Llego con Helena y entonces ella se despidió de él y se fue, mientras él fue a ver su auto para comprobar que todo estuviera bien. Me baje y me puse detrás de él.


    -Hola guapo –dije seductoramente-


    Se quedó quieto unos segundos, como si intentara procesar quien estaba hablándole.


    -Ada, ¿Qué haces aquí? –Dijo incrédulo-


    -¿Qué pasa? ¿No te alegras de verme? –sonreí-


    -No, digo si… ¿qué quieres Ada? –dijo algo triste-


    -Quiero que digas en el trabajo que estas enfermo y vengas conmigo –dije y lo besé-


    Sabría que no se resistiría si hacía algo que sabía que lo volvía loco. Lo dejé como un cachorrito pidiendo por más pero no le di nada hasta que lo obligué a llamar a Ingrid Hunnigan y decir que estaba enfermo.


    -Bien, entonces ¿nos vamos? –Le guiñe un ojo-


    -¿A dónde? –me miró-


    -Es una sorpresa –lo bese y lo jale hacia mi auto-


    Encendí el auto y nos fuimos a uno de los hoteles más lujosos de la ciudad. Sé que piensan que no hay forma de mantenerlo a mi lado para siempre con sexo, pero así es como funcionan las cosas para nosotros.


    -Un hotel Ada ¿en serio? ¿Nunca cambias verdad? Tu sabes lo que yo siento por ti… -lo interrumpí-


    -Si lo sé, pero compláceme un rato guapo y yo te prometo que te escucharé después –mordí mi labio mientras lo veía- anda vamos.


    El accedió, pedí una de las mejores suites porque aunque no lo crean, ser espía deja mucho dinero. No podía faltar el típico letrero de “no molestar”. Tuvimos relaciones cerca de 3 horas, debo admitir que necesito mi dosis de Leon de vez en cuando. Y es que no lo podía evitar, en la cama él era como una bestia. Terminamos y nos recostamos, me enrede en la sabana y me senté junto a él.


    -Y bien ¿qué sientes por mí? –Dije para después tomar un sorbo a mi vino-


    -Te amo Ada, quiero pasar mi vida contigo…


    Sabía que diría algo así, sin embargo no supe que contestar en ese momento.


    -Pero… -dijo mientras pensaba en las palabras adecuadas.


    ¿A caso está dudando lo que siente por mí? –Pensé mientras miraba a otro lado-


    -Yo quiero estabilidad Ada, y sé que tú eres una mujer libre. –Hizo una pausa- No podemos seguir haciendo esto, dejarnos de ver por meses, incluso años y solo tener sexo y tu desapareces otra vez. –dijo algo molesto-


    -Soy una espía ¿Qué esperabas? –dije tratando de defenderme-


    -Sí y yo soy un agente y no por eso salgo huyendo Ada –subió la voz-


    -No me hables así, te juro que si me vuelves a hablar así –me interrumpió mientras se ponía su ropa-


    -Se acabó Ada, ayer tomé una decisión. Quiero una familia y ya encontré a la mujer para eso –se terminó de vestir y se paró enfrente de la puerta- adiós Ada, ten una buena vida –salió y azotó la puerta-


    No podía creer lo que acababa de pasar. Leon Scott Kennedy me acababa de rechazar, ¡y dijo que ya tenía otra mujer para hacer su vida! ¿Quién diablos crees que eres Leon? ¿Un maldito Dios? Eres el imbécil más grande del mundo. Y te juro que me encargaré de que jamás seas feliz con Helena Harper.
     
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