Hotel Mirai

Karen Foster

Dejé que Celia fuera donde Nagito. Sabía que ella tenía razón sobre llevarnos bien con él, pero había algo en ese chico que me daba una sensación de alerta. Verlo era igual a intentar fotografiar a un animal salvaje estando uno al descubierto en medio de su hábitat y no me agradaba nada sentirme así. Lo mejor era mantener las distancias y observar su comportamiento tras la cámara, al menos de esta manera podía capturar todos sus detalles. Y vaya que Celia lo tendría ocupado.

Con un ojo en ellos para no perderme ningún momento que mereciera ser retratado, me dirigí hasta la pared donde se encontraba el mapa.

 

Karen se dirigió hacia el mapa que estaba colgado en la pared. Al examinarlo, determinó que se trataba de un mapa de la isla donde se encontraban, la Isla Dangan… y se dio cuenta que no se trataba de una única isla.

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Al examinar con atención, vio que en el mapa se mostraba un total de seis islas; aparentemente, se encontraban en un archipiélago. Arriba de todo, escrito con letras negras, decía: "¡Isla Jabberwock! ¡El paraíso tropical!"

Viendo el mapa, Karen logró ver que además había una flecha que salía de una de las islas de más arriba. La flecha iba a uno de los bordes del mapa, y con las mismas letras negras estaba escrito allí: "Usted se encuentra aquí".

 

Nagito se volvió hacia Celia cuando ella se acercó a hablarle. Se sorprendió un poco con el saludo de los besos, pero rápidamente le devolvió la sonrisa a la energética muchacha y alzó la mano a modo de saludo.

—Un gusto, Celia —sonrió Nagito—. ¿Has venido a ver el hotel también? No está nada mal… he visitado los otros lugares rápidamente y no había nada realmente notable pero… aquí hay algo extraño, ¿lo has notado?

>> ¿Qué es lo que te parece extraño del lobby del Hotel Mirai?

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Lucas Diamond debes indicar qué es lo que te parece extraño de las opciones que hay en negrita en el lobby del hotel (obviamente, Nagito Komaeda no es la respuesta correcta, así que ni lo cuentes xD).

Cuando respondas a este post, presenta lo que has elegido en negrita así queda claro ;)

 

Karen Foster

Luego de inspeccionar el mapa, le saqué un par de fotos. Primero tomé una del archipiélago, abarcando incluso las dos referencias escritas que tenía, y luego a cada isla por separado. No reconocía ninguno de los nombres, pero confiaba en que alguno de mis nuevos compañeros sí.

Celia y Nagito seguían en el mismo lugar, con ella recorriendo todo el lobby con la mirada y él aguardando a su lado. Me preguntaba qué era lo que buscaba, mas decidí primero echarle un vistazo a la recepción antes de ir con ellos y platicar.

 

Mientras Nagito esperaba la respuesta de Celia, Karen se dedicó a inspeccionar la recepción del lobby.

Se trataba de un escritorio de madera sobre el cual había unos papeles poco importantes. Detrás, había múltiples llaves colgadas… ¿serían de las habitaciones, o de alguna otra área? Parecía imposible determinarlo desde esa distancia. También vio que uno de los monitores se encontraba del otro lado del escritorio, y al igual que los demás se encontraba apagado.

 

Karen Foster

—Aquí no hay mucho para ver —murmuré desanimada, tomando una foto de la recepción. Los papeles sobre el escritorio no revelaban ninguna información interesante y el monitor estaba apagado—. Podría prenderlo, pero... —La idea de tropezarme una tercera vez con Usami no me atraía.

Decidí en su lugar echarle un vistazo más de cerca a aquellas llaves. Si eran de las habitaciones y las tomábamos, ¿estaríamos en problemas? Aunque también cabía que, alguna de las tantas que había, sirvieran para otros sitios en el hotel.

—Bien, veamos para qué son.

 

Karen encontró un manojo de llaves, pero no parecían ser de las habitaciones. Junto a las llaves había una pequeña etiqueta que decía "Edificio viejo"… y finalmente, una que estaba un poco separada del resto y que parecía un poco más grande que las demás, con la etiqueta "granero".

 

Karen Foster

Como ya no había más para ver allí, recogí ambas llaves y fui donde Celia y Nagito continuaban.

—Oigan, chicos, miren lo que encontré allá atrás. —Y le extendí una llave a cada uno—. Según leí, esta pequeña sirve para un tal Edificio viejo y esta otra para el granero. Es extraño, pero no hay ninguna que sea para las habitaciones...

 

Nagito observó las llaves que la chica le tendía con curiosidad. Miró con cautela la primera que mostró, la del edificio viejo, y finalmente habló.

—Antes de entrar aquí, vi ese edificio viejo que estaba junto a la piscina… aparentemente, es un edificio viejo que solía ser parte del hotel —explicó Komaeda—. Pero en cuanto quise acercarme, Usami apareció de la nada y me dijo que no podía entrar, que esa área estaba bajo reparaciones…

>> Sin embargo, aunque ciertamente me pareció algo raro, no era eso a lo que me refería. ¿Qué hay de ti, Karen? ¿Hay algo que te parece extraño del lobby del Hotel Mirai?

 

Karen Foster

Con que ese edificio queda junto a la piscina, ¿eh? Volví a agarrar la llave y me la guardé en un bolsillo. Si Celia aún quería pasar un rato allí, también podríamos ver qué es lo que escondían. Dudaba que alguien le molestara.

—¿Qué? ¿Algo extraño? —Eché una ojeada al lobby, pensando en su pregunta. ¿Cómo escoger una sola cosa rara en toda esta mentada isla?—. En realidad, para mí es difícil de creer que, hasta ahora, no nos hallamos topado con nadie del servicio del hotel. Mira la recepción, ¿qué no debería haber alguien para cuando llegáramos? Además, tienen el monitor apagado y nada de información sobre este lugar.

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Nami Roronoa la verdad no sé ni qué decir al respecto. Esto es todo lo que pude manejar con Karen.

 

—Hmm… sí, es cierto que es un tanto extraño —le concedió Nagito—. Pero parece ser lo mismo en todos los lugares de la isla, no sólo en la recepción de hotel…

>> ¿No hay algo más que te parece extraño del lobby del Hotel Mirai?

 

Karen Foster

<—Hmm… sí, es cierto que es un tanto extraño. Pero parece ser lo mismo en todos los lugares de la isla, no sólo en la recepción de hotel…>

—Sí, tienes razón. —afirmé, fingiendo buscar un buen ángulo con la cámara. ¿Y sólo por eso era menos raro que tampoco hubiera nadie aquí? ¿Porque en toda la maldita isla no se vio ningún otro ser humano? Incluso llegó a oírle decir que ya había visitado los demás lugares, ¿pero era eso acaso posible? ¿Siquiera decía la verdad?

<—¿No hay algo más que te parece extraño del lobby del Hotel Mirai?>

Fruncí el ceño. Cuando me había acercado con las llaves, creí que Celia y yo podríamos escaquearnos fácilmente de él y seguir con nuestra exploración. En su lugar, lo tengo aquí enfrente mío con su pesada pregunta que ni siquiera entiendo. ¡Por supuesto que hay algo extraño aquí y eso es todo lo que hay en esta isla! ¿Cómo esperaba este chico que sólo eligiera una? E incluso si se trataba de algo evidente, rodeada con tantas excentricidades pues no lograba encontrarla.

—¿Ya has visto el mapa? —pregunté a su vez, intentando de cambiar nuestros papeles—. Se supone que la isla donde estamos forma parte de un archipiélago, pero no recuerdo haberlo visto en mis clases de geografía. ¿Tú sí sabes?

 

—No, yo tampoco he oído nada acerca de este archipiélago antes… —musitó Nagito, pensativo—. Y sí, es exactamente ese mapa lo que me tiene pensando demasiado… miralo bien.

>> En primer lugar, arriba pone "Isla Jabberwock", pero Usami ha dicho que este lugar se llama Isla Dangan… ya eso de por si es un poco inusual, que quien se hace llamar nuestra profesora cometa un error semejante, pero no es lo peor.

>> Lo peor es lo segundo que observé. ¿Ves las seis islas? Parecen no estar conectadas entre sí por nada, y cuando estuve en el aeropuerto vi un folleto que promocionaba viajes en lancha por las islas, por lo que parecería que la forma de ir de una isla a otra en vía lancha pero… en mi camino de la playa hacia aquí, vi que hay un puente que conecta esta isla con la Isla Central… ¿de dónde salió ese puente? Si lo construyeron, ¿por qué no sale en este mapa? Este mapa genera demasiadas preguntas… sea lo que sea esta isla, debemos tener cuidado…

Pero Komaeda entonces hizo silencio. Algo lo interrumpió. Un ruido a sus espaldas. Karen, Celia y Nagito se dieron vuelta para ver lo que sucedía; el monitor del Hotel se había encendido. El monitor que estaba en la entrada, donde estaba Adam, también se encendió y se mostró en ambos la misma imágen: ¡era Usami!

—¡Hola a todos, clase! ¡Este es un comunicado de su profesora, Usami-sensei! —exclamó Usami con aquella voz dulzona—. ¡Hay un anuncio escolar muy importante que debo hacer! Así que, por favor, reunámonos todos en la playa cuanto antes… ¡los espero aquí!

Y, en cuanto terminó de decir esas palabras, el monitor volvió a apagarse. Nagito sonrió, como si aquel comunicado le hubiese dado una nueva idea.

—Es una buena oportunidad para llevarle estas preguntas a Usami, ¿no creen? —dijo el joven de cabellos blancos—. Ni siquiera ella puede negar estas interrogantes… debemos dirigirnos cuanto antes a la playa.

Y, dicho esto, Nagito se encaminó hacia la playa donde habían comenzado la exploración.

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Fushimi Natsu Bruno EVF Lucas Diamond ¡dirigirse a la playa para proceder a la siguiente fase!

 

Karen Foster

Cuando el anuncio de Usami acabó y el monitor se apagó, dejé que Nagito se nos adelantara. Ya me sentía demasiado molesta con él como para seguir compartiendo tiempo y espacio. Es que, ¿tan difícil le era andarse sin rodeos ni misterios? ¿Por qué demonios no nos contó sobre el mapa antes si ya tanto sabía? Lo peor de todo es que, luego de haberlo escuchado, caí en cuenta de cuánta razón tenía. Yo misma había visto lo del nombre de la isla y ni siquiera había reparado en las diferencias.

Pero bueno, mejor era olvidarse del enfado y marchar hacia la playa. Con un poco de suerte saciaríamos todas nuestra preguntas y hasta quizás pudieran regresarnos a casa.

—¿Nos vamos, Celia? Es una lástima que no pudiéramos seguir viendo este lugar, pero me quedaré con estas dos —le confié, palpando el bolsillo en donde guardé las llaves—. Tal vez más tarde podamos explorar ese edificio o el granero.

 

Joseph

Listo, estaba en los pasillos y terminé caminando a la recepción, por lo que me puse a analizar la situación un poco

¿Hotel Mirai, eh?

El nombre me resultaba bastante particular por una buena razón

Mirai... Significa futuro en japonés, así que esto es mas que irónico

Pequeños detalles, pero que analizados daban cuenta de que tan meticuloso estaba planeado este juego macabro, donde todo era una gran contradicción, el juego psicológico estaba muy bien planeado, sin dudas, el sentimiento de desesperación era inminente

La mente maestra detrás de todo esto sabe lo que se trae en psicología y juegos mentales... Ha de ser alguien muy sádico.

Sin mas que pensar, me dirigí al Edificio Viejo

 

Joseph

Había sido bastante aburrido, el Edificio Viejo no tenía nada bueno

Tamaña decepción...

En eso los monitores del hotel se iluminaron con un aviso del desgraciado felpudo en la que nos pedía aparecer en el Parque Jabberwock en la isla central

A ver que tiene para decirnos nuestra propia versión de Jigsaw

Sin mas que decir, me encaminé a la isla central

Adoraría tener un cigarro en este momento

 

Joseph

Nunca pensé volver a este lugar...

Estaba muy incómodo, todo este lío estaba empezando a afectarme y estresarme

Podría ir a mi habitación, necesito un descanso

Bostecé, no había dormido bien durante un rato, así que por lo menos para refrescarme sería una buena idea

Ahí vamos...

 

Evangeline Jones

No me costó demasiado seguir las indicaciones que Nagito dio en su momento para aquellos que aún no habían tenido la oportunidad de dirigirse al hotel Mirai. Luego de dejar atrás el complejo donde se situaban todas las cabañas, me encaminé en la dirección adecuada, logrando encontrar pronto la edificación que sobresalía entre las demás. Caminé con calma, rodeando la piscina con las manos en los bolsillos de mi chaqueta mientras admiraba los primeros rayos del sol de la mañana adornar con su tenue luz las instalaciones.

No parecía haber nadie más por los alrededores, me preguntaba si sería la primera en llegar al restaurante. Probablemente Komaeda ya se encontrase allí, dado que él mismo nos citó a todos los que tuviesen el interés de reunirse en el restaurante. Ese no era mi caso: después de recuperar las fuerzas me marcharía de allí. No tenía el ánimo de convivir con nadie, y menos ahora que la tensión y la desconfianza se volverían palpables en cada encuentro. Prefería evitar ese tipo de situaciones.

Las escaleras laterales no tardaron en hacerse presentes, cerca de la entrada del hotel. Si no recordaba mal, arriba se encontraba el supuesto restaurante. Comencé a subirlas con cuidado, echando un último vistazo a mis espaldas desde mi posición, y finalmente me encaminé hacia el punto de encuentro. No, parecía que nadie más se encontraba siguiendo mis pasos.

Tal y como sospechaba, Komaeda me daba la bienvenida con la mirada en el interior del restaurante. Por lo que se veía, no le costaba levantarse temprano y madrugar si hacía falta. Permanecí unos instantes en la entrada, paseando la mirada en aquella nueva zona. Había bastantes mesas y sillas para poder comer libremente y sin apretujarnos, y la suave brisa mañanera corría a través del balcón que daba al exterior, al fondo de la sala. Casi vacío como estaba, me resultaba un buen lugar. Ojalá la paz durase por mucho más tiempo.

Tras soltar un escueto y seco "Buenas" hacia Nagito, en un intento por no parecer demasiado maleducada, comencé a encaminarme hacia una de las mesas vacías donde ya se encontraban dispersos varios platos con fruta y el propio desayuno. Al menos, Monokuma nos facilitaba la ley del mínimo esfuerzo. Tomé asiento tras fijarme en que otro chico se encontraba en otra de las mesas, uno al que hasta ahora nunca había escuchado hablar. ¿Sería mudo acaso? ¿O solo era excesivamente tímido?

Suspiré. Sea como fuere, eso es algo que no me incumbe. Apoyé mi mejilla en la palma de mi mano, desganada, y comencé a remover un poco el plato con el tenedor. Tomé una de las piezas de fruta, una manzana, y le di un mordisco mientras intentaba distraerme de todos los pensamientos que asolaban mi mente.

La próxima vez, intentaría madrugar lo suficiente como para encontrarme con el restaurante completamente a mi disposición.

 

Karen Foster

Luego de haberme preparado, me dispuse a reunirme con los demás en el restaurante. Seguía sin tener ganas de enfrentarme a lo que estábamos viviendo, pero tampoco hallaba otra cosa que hacer. ¿Encerrarme en mi habitación hasta que el peligro pasara? ¿Hasta que los demás, de alguna loca y grandiosa forma, acabaran con Monokuma y su juego?

Bueno, esto último era lo que más deseaba que ocurriera. Y de darse la ocasión, ¿cómo podía permitir a mí misma el perdérmelo? Aún cuando no quería participar, tenía el deber de fotografiar todo lo que aquí sucediese. Porque, me gustase o no, ya me había ofrecido a hacerlo. Y eso me recordaba que...

Me detuve en mitad de la escalera, a pocos pasos de la entrada del restaurante, e inhalé profundamente. Debía guardar todos aquellos sentimientos cuanto antes, encapsularlos y esconderlos en algún pequeño rincón de mi ser. El quiebre de anoche no podía volver a pasar. No, no, no y no. Porque si quería sobrevivir, debería ser fuerte.

Vamos, Karen, ¡una sonrisa! Sólo así se podrá ganar. Actitud positiva, actitud positiva. Todo saldrá bien si no dejo que me afecte. Sonreír, sonreír... Ahora soy la fotógrafa.

Con un suspiro, enciendo la cámara y subo los últimos escalones. Y oculta tras la lente, observo el panorama antes de tomar la primer foto del día.

—Buenos días —saludo a las tres personas allí dentro y me acerco a una de las mesas para comenzar a servirme el desayuno. Desde el rabillo del ojo observé a la chica pelirroja de ayer, Evangeline. Por su lenguaje corporal intuía el desagrado que le causaría si me acercaba a ella, una sensación que comprendía bastante bien. ¿No era por lo mismo que me escudaba tras mi súper habilidad?

Tampoco era como si tuviéramos algo de que hablar. Ambas estábamos aquí, así que nadie había intentando matarnos durante la noche. Pero ¿y los demás? ¿Cuánto se tardarían en aparecer? ¿Qué es lo que haríamos si alguien llegara a faltar? ¿Quién de todos podría haber...?

¡Demonios! ¡Deja de pensar en eso, Karen! ¡Hay una fachada que mantener! Si no me preocupaba por nadie, tampoco sufriría por nadie. Y si quería mantenerme cuerda, debía subir todas mis defensas desde ya. Lo que necesitaba era dejar de pensar.

Así que me entretuve organizando la mesa principal, cambiando la disposición de todo aquello que interfería con mis ángulos de toma, picoteando cada tanto un trozo de pan o de fruta por allí. No me tomó demasiado tiempo y ya al instante siguiente estaba sacándole fotos a mi trabajo. Discretamente capturaba a alguno de mis compañeros también, aprovechando lo concentrado que estaban en sus propios pensamientos.

Y es que no existían mejores modelos que aquellos que actuaban natural.