La Capital, Aldea de la Estrella, es un lugar placentero y reconfortante donde se aloja el poderoso clan de la región, el Clan Terumi. El lugar está asentado en el centro de la región, donde se encuentra un hermoso valle de tonalidades verdes. Las cabañas están pintadas con grandes tejas de color naranja, lo que resalta desde lo lejos la hermosura del lugar. Pese a ser la capital de la región, es un lugar muy tranquilo, y pocas veces se observa comerciantes de otras regiones por el lugar. ® ® Zonas Adyacentes Kuma no Mori (3 Post) Shiroari Hata (3 Post) ®
El día resplandecía sobre La Aldea de la Estrella, Leiko se encontraba en su casa lista y preparada para su primera misión como aprendiz. El día de hoy se le asignaría un instructor, y debía de esforzarse al máximo en sus nuevas misiones. Al despedirse de su familia, se dirigió al pequeño centro de la pequeña aldea, donde reposaba un pozo de agua y se sentó en el lugar esperando instrucciones. Debes narrar como llegas al centro de la aldea y esperas a tu instructor.
Antes de salir de casa revisó que portara sus paletas picantes. No podía estar sin ellas, podría considerarse un vicio mal sano. Suspiró con un deje de impaciencia. Odiaba tener que despedirse de los integrantes de la casa, no era más que una perdida de tiempo para por fin salir en búsqueda del ansiado camino ninja que llevaba trazado en su cabeza para su corta edad. —Aprende mucho, Leiko —comentó Wang, el líder de su clan a lo que ella solo chasqueó la lengua con las mejillas manchadas por el carmín. Aunque decía que no tenía aprecio por aquel viejo, le tenía respeto y admiración. Salió en un instante y caminó con total tranquilidad, dirigiéndose al centro de la aldea... solo esperaba que su instructor no fuera un inútil. [1]
En medio del camino llevó una de sus tan ansiadas paletas a la boca, saboreando el picor en su lengua con la vista al frente, divisando a lo lejos un pozo de agua. Ese era el sitio de encuentro que le habían indicado. Miró a su alrededor antes de sentarse. No había llegado nadie, quizá su instructor si era un inútil e impuntual. Oh, cómo odiaba esperar, ojalá pudiese quemarlo en cenizas por inepto. Jugó con sus pies que quedaban en el aire, esperando sin una pizca de paciencia a tal personaje desconocido. [2]
Sentía cómo si los minutos fueran horas, de verdad que no había deseado tanto el quemar a una persona como lo deseaba con su superior que ni tan siquiera conocía, al menos por ahora. Cuando ella fuese un superior sería puntual, y rechazaría a cualquier estudiante que llegase tarde... aunque su meta se veía muy lejos de ahí. Suspiró con desgana y se acostó en las piedras del pozo en el centro de la ciudad, jugando con la paleta en la boca. Seguía preguntándose qué clase de inútiles se toparía en su primera misión. [3]
Al llegar al lugar una mujer te estaba esperando, al parecer sería tu instructora en la misión. La mujer era la reconocida Jounin, Xiao. Quien luchó contra diez Chuunin del clan Origami y salió con vida, una hazaña digna, par su rango. —Hola, tu has de ser Leiko. —comentó. —Yo soy tu instructora. Sígueme, debemos llegar hasta el Bosque de lo Osos. —y sin decir más nada, comenzó a caminar en dirección al bosque.
Leiko caminó atrás de su sensor hasta la entrada de la aldea, con las mejillas infladas y el rostro manchado por el carmín de la vergüenza ante las heridas evidentes que tenía. Una asesina no podía andar con un aspecto tan deplorable, jamás. —Ese oso no me hizo ni cosquillas —susurró y sacó la manzanilla—. Mira, la estúpida manzanilla que fue tan fácil de encontrar. Contenido oculto Nyxbel
—Me encanta ver que tienes espíritu de guerrera —comentó Xiao, mientras comenzaba a caminar en dirección a la aldea. —Es hora de volver, esto te valdrá un poco de reputación y monedas. —sonrió y empezó a correr sobre las árboles. Realiza un Post en la Aldea de como llegan y entregan la misión.
El regreso a la aldea fue agradable, si no fuera porque Leiko mantenía gruñendo con desaprobación los rasguños que tenía, solo esperaba que su mentora pasara por alto esas pequeñeces que la hacían cada vez más fuerte. El día se mantenía soleado y al llegar y entrar a la aldea caminaron hasta donde se debía entregar la misión. Leiko observó con ojos curiosos, apoyándose en la ropa de su mentora para ver el cómo entregaban la misión. Quería que la vieran, que ella solita había encontrado la planta del diablo luego de batallar con animalejos que interferían en su importante misión. Sonrió satisfecha. —Listo. Quiero otra misión, dámela —. Impaciente, como solía ser ella.
Xiao quedó sorprendida ante la efímera propuesta de otra misión de la jovencita. Sonrió y dijo, —Por hoy esta bien con ésta misión, de todas maneras, puedes pasar por el tablón de anuncios y ver si alguien solicita alguna misión. —nos vemos mañana aquí a la misma hora. Si deseas mas misiones, realiza un post relatando como vas hasta el tablón de anuncios y allí te daré algunas opciones para escoger.
¿Esperar un día? Eso sería demasiado, así que vio a lo lejos el tablón de anuncio, pero primero iría a casa, se daría un baño, sanaría sus rasguños y volvería a enfrentarse al mundo. Y así lo hizo. Peinó su húmedo cabello y caminó con el cabello suelto hasta el tablón de anuncios, observando con curiosidad los pedidos. Sin duda alguna se volvería la kunoichi más fuerte.
TABLÓN DE ANUNCIOS Nombre: Conseguir a mi hijo Rango: D Lugar: Aldea de la Estrella Proveedor: Yunikaimi Orimai Descripción: He perdido a mi hijo, por favor, ayuda. Recompensa: 75 ® // 1 PR Nombre: Necesito información Rango: D Lugar: Aldea de la Estrella Proveedor: Anónimo Descripción: Necesito información sobre el proceso para convertirse en ninja. Dejad el recado al lado del tablón. Recompensa: 75 ® // 1 PR
Entre cerró los ojos y sujetó uno de los anuncios. Un inútil se había perdido, ¿cómo era posible eso? Y al parecer su padre, aún más inútil no había sido capaz de encontrarlo. Observó el otro pedido. Un idiota necesitaba ¿tips? para convertirse en ninja. Sin duda alguna se iría por el primer pedido. Metió una menta a su boca y se recogió el cabello en una coleta alta, lista para lo que se viniese. Nombre: Conseguir a mi hijo Rango: D Lugar: Aldea de la Estrella Proveedor: Yunikaimi Orimai Descripción: He perdido a mi hijo, por favor, ayuda. Recompensa: 75 ® // 1 PR
Leiko caminó por un rato hasta dar con el lugar que estaba buscando. Sentía que debía preguntar unas cuantas cosas. Quizá y hasta podría haberse fugado el niñito. Suspiró y tocó la puerta, esperando respuesta. Volvió a tocar y alguien abrió, ella fingió una sonrisa amable. Debía cuidar sus palabras, o quizá no le daría confianza. —Hola, vengo a preguntar por el gusano desaparecido.
Yunikaimi te observó algo disgustada y te invitó a pasar, mientras te servía un poco de té te contó sobre la situación y al parecer no es que madre e hijo se llevasen muy bien. El niño en realidad no parecía haberse perdido en efecto, al contrario, escapó de su hogar, tiene una edad de diez años. Al darte la descripción física del joven procediste a despedirte y buscar alrededor de los lugares. Deberas Realizar un post decidiendo cual de seis zonas decides investigar, en una de las zonas estará el chico. Luego de escoger un lugar yo te responderé. La Lista es la siguiente: Residencias Menores Calles del Comercio Plaza Central Taberna Santuario Residencias Mayores
Leiko salió y meditó sobre cuál de los lugares visitar. Si el niño en verdad tenía una mala relación con su madre, ¿a dónde iría? Tenía su misma edad, y ella no escaparía por algo como eso... bueno, ya ni madre tenía. Suspiró al sentir un poco de empatía y emprendió rumbo hacia la taberna.
Al llegar a la Taberna local trataste investigar un poco sobre el pequeño, al parecer uno de los bandidos que allí se resguardaban logró darte algo de información. Un niño con dichas características había sido avistado en la Plaza Central no más de algunas horas atrás. Residencias Menor Calles del Comercio Plaza Central Taberna Santuario Residencias Mayores
Miró a lo lejos y sonrió al conseguir algo de información, banal pero de eso a nada... Con las manos en los bolsillos de su falda y una sonrisa traviesa continuó su camino hacia la plaza central.
