Historias de las gaviotas de Rokkenjima

Título: Recuerdos
Personaje: Erika Furudo
Número de palabras: 303

La joven detective se encontraba observando la lluvia que caí sin cesar por la ventana de su habitación, mientras miraba la caída de cada gota de lluvia recordaba su vida antes de ser una pieza al servicio de la Bruja de los Milagros, aquellos días de antaño donde su sonrisa era muy distinta a la que tenía ahora, en aquel entonces su actitud también no era la misma.

Ella, la gran detective había sufrido por un amor que ya no correspondía sus sentimientos. Ninguno de los que ahora la rodeaban se imaginaría que ella había sentido dolor por una persona y que debido a ese sujeto su vida dio un giro cruel y despiadado llevándola a ser fría, metódica y principal opositora a la existencia de ese sentimiento.
—Lady Erika, ¿en qué está pensando? —Cuestionó Dlanor acercándose a ella.

—Nada sólo estaba recordando cosas sin importancia —respondió Erika desganada.

—Ya veo, así que estaba recordando los aspectos de su vida antes de ser pieza ¿verdad? —Comentó Dlanor con tristeza.

—Por ello dije que eran asuntos insignificantes —pronunció Erika abandonando su posición anterior. —Vamos tenemos mucho que hacer.

—No es malo recordar Lady Erika —dijo Dlanor acompañada de un suspiro.

—Cierto, pero de que sirve traer de nuevo a la vida lo que ya ocurrió si puedes dejarlo atrás y seguir como si nada hubiera ocurrido —mencionó Erika con un además de manos.

—Verdaderamente nadie puede vivir sin su pasado aun cuando logré eliminarlo de su mente esté le seguirá a todas partes —comento Dlanor siguiendo a su compañera.

—Precisamente por ello odio recordar, sin embargo hay ocasiones en las que ello te puede hacer más fuerte, bien ahora si me lo permites debo encontrar la manera de destruir esté estorbo del camino de mi maestra.

 

Título: Libros
Personaje: Bernkastel.

Notas de la autora: bueno después de mis largas vacaciones, mi disco duro muerto y otras cosas vuelvo a escribir, perdonen si tengo faltas, como saben todavía conservo errores.

En un mar de fragmentos la bruja de los milagros se encontraba caminando, apreciando cada pedazo de lo que ella consideraba libros que contenían miles de historias sobre diversos personajes en diferentes situaciones, de repente la bruja de la certeza apareció sólo para perturbar la paz de su ahora acompañante.

—¿Qué haces aquí Lambda? —cuestionó Bernkastel sin mirarla y con voz neutral.

—Nada, estaba aburrida y como sabrás, el aburrimiento es el peor veneno para una bruja, así que me dije: ¿por qué no ir a ver que esta haciendo Bern? —Respondió Lambda mientras abrazaba a Bernkastel.

—Ya veo, como ves no hay nada interesante, ni digno de mi atención, pero tal vez a ti te apetezca mirar en alguno de los trozos —dijo Bernkastel mientras tomaba un fragmento y lo veía con desinterés.

—Vaya, vaya, a la gran Bernkastel nunca se le complace en nada ¿verdad?, bueno quédate aquí con tus libros en lo que yo me entretengo Bern —comentó Lambdadelta yéndose.

—Eres tan molesta Lambda, sin embargo tienes razón, es muy difícil complacerme, pero mientras que tú buscas una diversión barata y simple, yo siempre trato de obtener algo más fino y majestuoso, esa es la gran diferencia entre nosotras —declaró Bernkastel con una pequeña risa.

—Bien, ¿qué piensan ofrecerme mis libros como diversión? —Preguntó la bruja mientras desaparecía.