Historias de las gaviotas de Rokkenjima

Título: Inferioridad
Personaje: Dlanor A. Knox
Número de palabras: 337

Ahora que Lady Erika había sido derrotada yo tenía que regresar al departamento de la Eiserne Jungfrau, probablemente debía tener miles de casos pendientes, después de todo tardé un buen tiempo en aquel fragmento del tablero de juego, finalmente llegué y todas las chicas me recibieron con una cálida bienvenida, todo estaba tal y como lo dejé, pero cuando entré a la oficina para reportarme encontré al jefe inquisidor de la SSVD pidiendo los datos sobre el juego que se desarrolló en Rokkenjima.

—¿Por qué estas aquí? —cuestioné con un poco de enfado.

—No es algo que te incumba, así que no me hagas preguntas —respondió de manera neutral.

—Pensé o al menos tenía entendido que te habías retirado “Cazador de brujas Wright” —mencioné mientras me servía algo de el té que me habían traído.

—Este es mi último caso y en realidad sólo voy a ver los datos del misterio —dijo tomando los papeles.

—Ya veo, así que Lady Bernkastel decidió dar a conocer su versión de los hechos, espero que tengas suerte Wright —declaré observando como se acercaba a la salida.

—La suerte no es más que una ilusión creada por los hombres para no perder la esperanza, no digo que es malo, sin embargo la suerte nunca es confiable, si todos nos fiáramos de ella para encontrar la verdad no existiríamos los detectives ya que la suerte se encargaría de todo ¿no lo crees? —pronunció cerrando la puerta detrás de mí.

Sus palabras me dejaron pensando un rato y obviamente el tenía la razón, me vi algo tonta por haber dicho esa palabra, a pesar de todo siempre me sentí algo inferior a él, se que es estúpido compararme con Wright, ya que todas las personas somos diferentes unas de otras, es lógico pero no puede evitar sentirme así, después de todo no pude cumplir con mi misión de proteger a Lady Erika, bueno sólo debo esperar a ver como actúa Wright en mi lugar.

 

Título: Felicidad
Personaje: Frederika Bernkastel
Género: tragedia
Número de palabras: 300

¿Qué es la felicidad?, simplemente es un concepto que no logró entender, pero como saberlo si yo soy la bruja más cruel de el universo por lo tanto no puedo entender algo tan vano y simple como ese sentimiento, es más porque debía de hacerlo, me levanto de aquella silla y me vuelvo a dirigir a aquel mar de fragmentos en los que normalmente me aburro demasiado, motivo por el cual busco un nuevo lugar o algo que logré captar mi atención.

Sigo viendo cada uno de aquellos pedazos a los cuales normalmente les otorgo un nombre y al mirarlo no pude evitar sentir despreció y odio, en aquel trozo se encontraban dos jóvenes peleando contra todo por ser felices o lo que normalmente le llaman un final feliz, después de todo los humanos se conforman con cosas tan simples como el amor sabiendo que este no durara mucho o que si alguno de los dos muere el otro no sobrevivirá si él.

Así que me dije: “Porque no ayudar a esas bestias a cumplir su cometido”, por ende comencé a controlar aquel fragmento a mi voluntad y el resultado fue la muerte de uno de ellos y la desesperación del otro por perderlo.

—Vaya, pero que tenemos aquí —dijo mi maestra.

—Sólo eliminaba aquel factor que me molesta tanto no tiene nada que ver contigo —mencioné con típico tono de voz.

—Mi pequeña Bernkastel todo lo que hagas tiene que ver conmigo —pronunció acercándose.

—Como sea, ahora que lo pienso porque no estas en tu biblioteca —mencioné mientras salíamos del fragmento.

—Sólo quería saber que estabas haciendo, por cierto si no lo entiendes no te rompas la cabeza tratando de comprenderlo.

—Si tú lo dices —dije desapareciendo de nuevo.

 

Título: Siempre unidas
Personaje: Rosa Ushiromiya y María Ushiromiya
Género: Suspenso
Advertencias: spoiler del episodio 2 “Alliance of the golden witch”
Número de palabras: 313

Me encontraba en la capilla observando su interior en la cual se podían apreciar los cadáveres de algunos de los integrantes de la familia, me acerque junto con María y introduje mi mano en la boca de la calabaza que se localizaba en el centro de la mesa para poder sacar una barra de oro, la coloqué en la bolsa que María traía consigo e inmediatamente nos pusimos a correr hasta que unas bestias comenzaron a perseguirnos.

—Vamos María, tenemos que salir de aquí —pronuncié con una respiración exhausta.

—Sí, sólo que vamos demasiado rápid…. —Mencionó mientras se resbalaba.
—¡María, vamos levántate! —Exclamé angustiada.

—¡Aaaaahhhhh! —Gritó ya que uno de esos monstruos la había capturado.

—¡Aléjate de ella! —Dije acompañado de un disparo en la cabeza de esa cabra.

Ayude a María a ponerse de pie para seguir con lo antes interrumpido, sin embargo cada vez eran más, por consiguiente le di la pistola a María y agarré la bolsa para iniciar una extensa lucha con esas cosas, no importaba cuantos eran lo único que en ese instante valía para mí era proteger a mi pequeña hija que nada tenía que ver con esta situación, los golpeaba uno a uno con todas mis fuerzas y aún así seguían apareciendo miles de ellos, a consecuencia aferré a María junto a mí y de nuevo adjunte la pistola en mis manos para apuntar a un punto medio de todos esos demonios.

—Lograremos salir de esto, te lo aseguro —agregué sabiendo la triste realidad.

—Aunque no lo logremos, estaremos siempre unidas —inquirió usando un tono tranquilo pero a la vez lleno de miedo.

—Sí, no hay obstáculos que nos separen, ¡ahora, vamos juntas! —declaré arrojándonos a esa bola de demonios.

 

Título: Espejo
Personajes: Yasu y Lion
Género: suspenso
Número de palabras:

Ambas iguales, pero a la vez tan distintas, las dos tenían el mismo origen y forma, sin embargo poseían un destino completamente disparejo, mientras que Yasu fue humillada y degradada a la posición de una simple sirvienta; Lion obtuvo una vida en cierto sentido más cómoda; Yasu no tuvo el cariño de ninguno de los integrantes de la familia Ushiromiya más bien todo lo contrario; Lion era querida y apreciada por todos y aún así muy en el fondo de su ser guardaba un pequeño dolor en su alma; en eso se parecían Yasu y Lion se podría decir que cargaban con un dolor de la misma magnitud, pero diferentes razones.

Si se pusieran frente a un espejo se apreciarían dos mundos completamente desiguales, incluso la persona que viene a salvarlas es alguien opuesto; Yasu esperaba con paciencia a Battler para que cumpliera una promesa olvidada; Lion nunca pensó que se vería inmiscuida con un hombre metódico, brusco y con un carácter frío; Battler y Willard dos hombres que no tienen las mismas características; Battler es impulsivo, decidido y algunas veces tonto; Willard es más calmado, expresa lo que siente sin importarle las circunstancias y es un poco bruto; la única cosa que comparten es el deseo de ayudar a ambas.

De repente en cierto mundo paralelo Yasu y Lion se encuentran tal y como si fuera un reflejo, se observan por un lapso de tiempo quedándose perplejas por lo que ven, tocan el espejo y es como si este fuera agua distorsionando la imagen, se toman las manos para luego cerrar sus ojos.

—Tú eres mi otro yo, me alegra conocerte —pronunció Lion.

—Cierto, sabes me he preguntado si tú en verdad eres feliz —mencionó Yasu con una pequeña sonrisa.

—No puedo responder a ello, pero por ahora lo soy.

—Es bueno saberlo.

 

Título: Protección
Personajes: Juuza Amakusa y Ange Ushiromiya
Género: Romance
Número de palabras: 321

Notas de la autora: Está es la primera parte después traigo el otro.

Narrado por Ange:

En aquel momento jamás me imaginé que aquel hombre que me salvó en su momento de aquellos guardias iba a involucrarse tanto en mi vida, recuerdo que en aquella ocasión sólo me contestó: le debía una, justo entonces pensé que lo hacía por simple conveniencia, pero con el tiempo me di cuenta de que eso era falso, porque alguien querría pasársela detrás de una joven con carácter frío en busca de una verdad escondida en la oscuridad de un abismo, incomprensible, sin embargo cierto, volteó mi mirada y lo observo tan tranquilo manejando el coche, como si no hubiera ningún peligro alrededor de nosotros, de repente nos detuvimos cerca de un bello paisaje, al parecer era un pequeño parque lleno de árboles, aves y niños jugando, subí mi mirada y pude contemplar el bello atardecer a pocos rasgos empezaba a presentarse.

—¿Qué ves? —Preguntó Amakuza.

—Sólo apreció lo que está es nuestro entorno —respondí con neutralidad.

—Ya veo, ¿puedo acompañarte en tú observación? —Cuestionó con una enorme sonrisa en su rostro.

—Como quieras —pronuncié dándole la menos importancia.

Nos mantuvimos en esa posición un buen rato, hasta que llegó el momento de marcharnos, volvimos al coche y esté empezó a moverse, pasaron unos cinco minutos y pude percatarme de la mirada de Amakuza sobre mí en una que otra ocasión, no es que estuviese nerviosa, pero me molestaba que alguien hiciera eso, decidí esperar unos cinco minutos para ver si dejaba de hacer esa acción, sin embargo no ocurrió tal cosa.

—¿Puedes decirme la causa de tus ojos fijos hacía mí? —curioseé enfadada.

—No lo sé, es que no me explico como una joven como tú se entierra en el pasado, siendo que podrías hacer todo lo que las chicas de tu edad hacen —expuso volviendo a su labor de conducir.

—No lo entenderías —repuse mientras agachaba mi cabeza.

—Créeme lo comprendo más de lo que tú piensas.

 

Título: Cacería
Género: Tragedía
Personaje: Willard H. Wright
Número de palabras:383

Notas de la autora: Después de mucho tiempo actualizo mi pequeña colección de drabbles de Umineko, por ahora escribí esté ya que se me ocurrió de repente, en fin los dejo leer.

En un pueblo ardiendo en llamas se podía apreciar el olor de la sangre mezclado con la muerte así como miles de cadáveres en el suelo y dos siluetas peleando una contra otra, una de ellas arrojaba lo que parecían hechizos y palabras en un bello texto rojo mientras que la otra figura rompía lo que su contrincante le lanzaba con una espada negra.

—Ríndete de una vez al fin y al cabo tu destino es el mismo que el de tus compañeras, vamos facilítame el hecho de matarte y niega de una vez tu existencia —exigió lo que a cercana vista era un hombre.

—De verdad crees que voy a dejarme vencer, después de todo no has terminado de negarme inquisidor de la herejía —respondió una bruja desangrándose por profundas heridas que tenía en todo su cuerpo.
—Entonces terminemos con esto de una buena vez, veamos ahora que te he comprobado que el culpable de los asesinatos era un simple humano puedo acabar contigo sólo con esto —dijo atacando con su espada el pecho de la bruja.

Inmediatamente la sangre de aquella desdichada alma comenzó a brotar sin parar por consiguiente empapó a el hombre que estaba enfrente de ella pero tal fue la reacción de el mismo cuando apreció que la bruja se había convertido en la persona que hasta ahora estaba protegiendo, aquella con la que había logrado escapar de un cruel destino.

—Vamos Cazador de brujas Wright sabes que no puedes abandonar tu título como el más sanguinario asesino de seres mágicos —declaraba una voz en medio de el escenario.

—Sí recordemos que también eres Will el de las veinte cuñas, admite que la sangre fresca en tu espada es lo mejor que puedes tener —comentaba otra voz.

Justo entonces el antiguo detective se despertó de lo que se le podría considerar una pesadilla. Se levantó y fue a la cocina por algo de agua, la tomó y a paso lento regresó a su habitación sólo para atormentarse en silencio por aquellos días de cacería.