Hina, I love you

Tema en 'Fanfics Abandonados de Naruto' iniciado por AmyCrazyxD, 12 Marzo 2012.

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    AmyCrazyxD

    AmyCrazyxD Entusiasta

    Sagitario
    Miembro desde:
    2 Enero 2011
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    188
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Hina, I love you
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    13
     
    Palabras:
    4030
    Hina, I love youPoción de amor
    Capitulo 11:
    Frio


    Aquel día en particular hacia un viento bestial, la peor pesadilla de las chicas ya que corrían el riesgo de que sus faldas subieran dejando mostrar más de lo que debían y que además, sus cabelleras fueran alborotadas hasta dejarlas terriblemente despeinadas.

    Hinata como de costumbre llego temprano al colegio junto a su primo Neji, fueron a sus casilleros y al terminar cada uno se dirigió a su salón de clases. Era muy temprano por lo que al entrar, el salón se encontraba desierto. Camino a su asiento colocando su maletín en la mesa cuando una ventisca azoto las ventanas, sacudiendo su falda y cabellos con fuerza obligándola a soltar un gritito por el repentino frio que invadía su piel blanquecina. Se acercó a la ventana cuando el viento seso para cerrarla, sin embargo, cuando la tomo una nueva ventisca sacudió el lugar haciéndole difícil la tarea. Utilizo todas sus energías para cerrarla pero era miserablemente débil como para poder hacerlo, fue entonces que de momento a otro sintió como la ventana era jalada hacia su lado con una increíble facilidad de forma tan rápida que la llevo consigo, claro que no había sido ella quien cerró la ventana, un chico de piel pálida la había ayudado y de paso sostenido cuando perdió el equilibrio por la repentina falta de soporte, logrando sentir el calor y firmeza de su pecho. Las manos del chico tomaron sus hombros con sutileza para sostenerla. Hinata se sonrojo de inmediato sin siquiera saber de quién se trataba, se separo de él rápidamente, se volteo y se inclino en una reverencia de disculpas mientras que sus mejillas eran asaltadas por un rojo intenso lleno de vergüenza.

    ―¡Lo siento!― se disculpo en un gritito que difícilmente soltó sin tartamudear pero el chico que la había ayudado hizo caso omiso siguiendo de largo sin decir palabra alguna. Eso la sorprendió, pero al ver su silueta masculina desde la espalda, en especial aquel cabello rojo intenso rebelde que tanto lo definía, casi se queda sin aliento, no había visto a ese chico en su vida, pero sabía exactamente quién era. Se tratada de Sabaku´no Gaara, el chico con fama de busca pleitos, pero sobretodo el chico más temido del colegio. Siempre había rumores de él y ninguno de ellos eran buenos, y Hinata pudo sentir esa aura intimidatoria a pesar de no mirar sus ojos, que se decían que eran tan infernales que se podría tratar del mismo demonio.―¡Gra-gracias!― se atrevió a decir antes de que saliera del salón, después de todo le había ayudado y seria de mala educación no agradecérselo, era una Hyuga al fin y al cabo.

    El pelirrojo detuvo su camino y volteo a mirarla helándole la sangre a la peli azul, pensó que había dicho algo mal, que regresaría y le haría daño. Sus ojos verde marino eran tan fríos que llego a pensar que su vida corría peligro por tan solo mirarlo lo cual era una locura total, pero más que asustada por ello le sorprendía el hecho de que pudiera haber en el planeta una persona tan… amenazante.

    ―No fue nada― fue lo que contestó Gaara sin tomarle mucha importancia al asunto y continuo su camino, marchándose por fin del salón. Había sido raro para él escucharlo, pues aunque no se dedicaba a ayudar a las personas precisamente, eran pocas las veces en la cual un "gracias" iba dirigido hacia su persona.

    Generalmente salían huyendo o no decían nada por estar tan aturdidos con su presencia.
    Hinata por su parte estaba confundida, se suponía que era un maleante, un chico malo, un busca pleitos, un rebelde, un chico completamente peligroso, sin embargo, había sido muy amable con ella. Sí, era un chico seco y su rostro era estoico, además de que sus fracciones le daban un aura sádica que realmente asustaba pero la amabilidad no tenía que venir precisamente acompañada de la sonrisa o la simpatía.

    Y sus ojos… eran hermosos.

    Hinata se equivocaba en una cosa y era en que había sido la primera en llegar. Pues aunque era la única en el salón eso no significaba que los demás compañeros de clase no se encontraban por la institución. Lo que pasaba es que la mayoría de ellos se encontraban castigados por el alboroto que habían formado el día anterior por correr de un lado a otros como lunáticos siendo obligados a hacer servicio comunitario limpiando los patios y las canchas, además de ayudar con el cafetín. Entre ellos se encontraba Kiba, no necesariamente por lo de ayer sino por haber sido atrapado con dos marcas rojas en el rostro que por fin había logrado borrar por completo. En ese momento estaban limpiando las canchas, sacando la basura, vaciando el depósito para deshacerse de las cosas que estaban dañadas y acomodar lo que quedaba después de sacudir el polvo. Era un trabajo fastidioso y lo peor es que tuvieron que despertarse más temprano de lo normal solo para esa tortura. Por lo menos no estaban solos.

    ―¡Ahg! Ya no puedo más, me rindo. Esto es una pesadilla― chilló Ino agotada soltando la escoba de golpe y quitándose la mascarilla del rostro mientras se dejaba caer suelo apoyada de espaldas de la pared.

    ―No seas tan dramática, Ino-cerda― Sakura simplemente no pudo evitar lanzar en comentario a pesar de estar "peleadas".

    ―No estoy dramatizando ¿O es que acaso parezco hacer sido hecha para limpiar?― le cuestionó parándose del suelo para usar sus brazos como énfasis al señalar su cuerpo de arriba a abajo.

    ―Ino, me decepcionas, pensé que tenias más aguante― burló la peli-rosa con arrogancia haciendo molestar a la rubia, quien tomo aquello como un reto.

    ―¿Quieres probar?― el fuego salía por sus poros y Sakura no termino en contagiarse de su motivación. Como locas empezaron a correr de un lado a otro por el depósito vaciándolo a una velocidad increíble pero sin fijarse bien en lo que estaban haciendo. Había muchos objetos amontonados unos sobre otros que por la euforia de ambas chicas se fueron desestabilizando hasta caer por todas partes, movilizando las puertas del depósito encerrando a la mitad del grupo allí adentro.

    ¿Qué mitad? Casi todos quedaron allí estancados. Y el colmo era que no se podía abrir por adentro ni por afuera al menos que tuvieses una llave, la cual cargaba el profesor encargado de vigilarlos.

    ―¿E-Están bien?― preguntó Ino con preocupación, ella, Kiba y Jugo tuvieron la suerte de encontrarse afuera cuando ocurrió el derrumbe de materiales dentro del depósito.
    La respuesta no fue instantánea, se escucharon unos cuantos ruidos y toces pero ninguna voz alterando los nervios de la rubia que pensó que los había matados, pero por suerte no fue así.

    ―Estamos bien― Karin fue la primera en contestar después de asegurarse de que los que se encontraban allí adentro estuvieran en perfecto estado. Ino suspiro aliviada.

    ―¿Ahora qué haremos?― interrogó Kiba a los chicos que se encontraban afuera como él. Era obvio que tendrían que buscar una forma de sacarlos, pero fuera lo que fueran hacer el profesor encargado no debía enterarse por nada del mundo.

    ―¡¿Cómo que qué van hacer? Busquen la maldita llave y sáquenos de aquí― gritó Suigetsu colmado de la rabia mientras que se sacudía como loco para quitarse el polvo de encima.

    ―Mientras tanto nosotros tendremos que quitar todas esas cosas de la puerta― sugirió Sari observando toda la montaña de objetos que le obstaculizaban el paso a la puerta, su única salida.
    Los chicos dentro del depósito que eran Sakura, Lee, Kankuro, Karin, Sari y Suigetsu se limpiaron un poco y comenzaron a quitar las cosas al mismo tiempo que Kiba, Jugo e Ino se reunían en un círculo para idealizar un plan efectivo con el cual pudieran pasar desapercibidos. Sabían que había una copia de la llave en la dirección, pero sería difícil pasar por ahí sin que Chizune se diera cuenta, además de que el profesor asignado pasaría cada cierto tiempo a asegurarse de que estuvieran trabajando. Jugo era el único que no decía nada, tampoco tenía faceta de hablador, pero al escuchar el canto de las aves se le ocurrió un plan con el cual podría deshacerse del primer obstáculo.

    ―Yo distraeré al profesor― ambos jóvenes se le quedaron mirando un tanto inseguros, no lo conocían del todo y de paso lo había propuesto de forma repentina pero ninguno se opuso ante ello. No tenían muchas opciones de donde sacar al fin y al cabo. Y aunque Ino tenía la terrible curiosidad de preguntarle qué es lo que tenía pensado hacer, los chicos no hicieron más que aceptar y separarse de camino de un momento a otro sin permitirle hablar, siendo arrastrada por Kiba, quien la tomaba de la muñeca.

    ―¡Un momento! ¿Podrías decirme por lo menos qué es lo que vamos hacer para tomar la llave?― le exigió Ino soltándose de golpe de su agarre y parándose fija con los brazos cruzados y mirada exigente, no se movería de ahí hasta que le diera una respuesta concreta.

    ―¿Cómo podría saberlo? Solo vayamos allá y veremos que se nos ocurre― contestó con su clásico tono de malhumorado haciendo que la catira frunciera el ceño con dramatismo, es decir ¿acaso estaba hablando en serio?

    ―¡Tienes que estar loco! ―gritó exasperada agitando los brazos, estaba dispuesta a gritarle aun más pero el crujido de una rama la interrumpió. Ambos silenciaron escuchando atentos los pasos que se dirigían a ellos.―¿No que Jugo se encargaría del profesor?― cuestiono irritada en un susurro.

    ―Pues él se fue por el otro lado, ¿recuerdas?―contestó sarcástico ocultándose detrás de un árbol al igual que Ino.―Tenemos que distraerlo de alguna forma― pensó en voz alta mirando a su alrededor al tratar de buscar algo que les pudiera servir pero no había más que ramas y arbustos. Los pasos se escuchaban cada vez más cerca, no tenían tiempo y si los atrapaba el regaño sería terrible.

    ―Yo lo distraigo― propuso Ino de la nada saliendo de su escondite, Kiba intento detenerla pero ya era demasiado tarde, la silueta masculina se logro distinguir desde la distancia. Fue entonces que la catira soltó su cabello amarrado en una coleta alta mientras hacia una pose sexy y lo llamaba pícaramente haciendo que el castaño la mirara cínico.

    Pero no se han de imaginar la cara de Ino al ver que se trataba no del profesor, si no del mismo demonio del instituto, Gaara. Éste la miro con su mirada estoica sin expresión alguna en su rostro mientras que la catira se moría de los nervios parada frente a él completamente inmóvil. Gaara tan solo siguió su camino al depósito ignorándola crudamente, después de todo él también había sido castigado por culpa de su hermano.

    ―Jajaja… ¡Idiota!― Kiba no podía con su alma, estaba muriendo de la risa por el show que acababa de dar la rubia: ¿en qué diablos estaba pensando? ¿En serio pensaba que eso iba a funcionar con el profesor? El caso era que había quedado en ridículo con Gaara y aquello no tenia precio, la expresión que había puesto al verlo era digna de fotografiarse.

    ―¿Qué te da tanta risa, pulgoso con rabia?― gruño poniéndolo de regreso a su estado de amargura de siempre. ―Por lo menos yo hice algo, en cambio tu andas de inservible escondido en ese árbol.

    ―Pues lo que hiciste fue totalmente patético, y no he hecho nada por que aun no es momento así que cierra la boca barbie de segunda― ladró el chico perro con los nervios alterados de la rabia.

    ―¡¿Cómo me llamaste?― le replicó aun más molesta que antes, a punto de lanzar chispas del cuerpo y rayos de sus ojos al igual que Kiba a no ser por el repentino grito que se escucho interrumpiéndoles la "pequeña" disputa entre ambos. Escucharon como se aproximaba y de momento observaron al profesor siendo perseguido por varios pájaros que lo picoteaban, segundos más tardes vino Jugo detrás de él y al dar la vuelta por el bosque regresando por donde había venido lo volvieron a ver siguiéndolo, el peli-naranja los salido antes de desaparecer entre los árboles.

    ―Vamos― se limito en decir Kiba retomando el camino a la dirección después de un súbito silencio por la extraña escena. Ino lo siguió sin queja alguna, había quedado aturdida por lo que paso hace segundos que se olvido de la discusión. Ahora les tocaba a ellos hacer su parte.
    Gaara había llegado al depósito y se encontró con el lugar abandonado, se notaba que aun no había terminado pero aun así el depósito se encontraba cerrado. Al rato se dio cuenta que es que se habían quedado allí atrapados gracias a los gritos de Karin y Suigetsu por una de sus clásicas disputas a todo pulmón.

    ―¡Ah!― seguía gritando el hombre pasando cerca del depósito. Gaara lo escuchó dirigiendo su mirada hacia el profesor observándolo huir de los pájaros y luego pasar a Jugo detrás de él con total tranquilidad, como si fuese de lo más normal.

    ―Que día más raro…― pensó en voz baja para sí mismo.
    Echaron un vistazo a la ventana de la oficina de la directora Tsudase la cual por suerte estaba vacía, sin embargo Chizune se encontraba en el recibidor como era de costumbre y cualquier mínimo ruido llamaría su atención descubriéndolos al instante. Debían distraerla, entrar y tomar la llave guardada en el llavero en la pared que se encontraba justo al lado de la puerta. El problema es que eran solo dos y la ventana era muy alta como para que alguien pudiera subirla por sí solo. Habían considerado buscar unas escaleras pero perderían mucho tiempo.

    ―¿Entonces qué hacemos?― susurraban histéricos tratando de hallar la solución. Kiba trataba de buscar la solución en su mente mientras la rubia se quejaba por qué no aportaba nada útil.

    ―Ya cállate― le ladró molesto a la rubia que hace un énfasis un tanto exagerado en su rostro, como si la hubieran insultado terriblemente, pues es que nadie, mucho menos un chico, la trataba de esa forma. Pero antes de que se pusiera a chillar una vez más Kiba la interrumpió.―¡Ah! ―gritó a propósito para callarla.― Vamos a dentro― le ordenó encaminándose a las puertas del edificio mientras le explicaba que es lo que se le había ocurrido, claro que Ino seguía ofendida y lo miraba con rabia, casi en medio de un puchero por lo qué el rostro de Kiba cambio dramáticamente, similar a la de una bestia con lengua de serpiente y ojos afilados que echaban electricidad a su dirección.

    ―¡Ha-Hai!― afirmaba Chizune desde el otro lado abriendo la puerta de golpe saliendo apresurada de la oficina, no era de extrañarse que estuviera así por otro de los pedidos de Tsudase. Los chicos que estaban frente a la puerta se movieron instintivamente a un lado siendo cubiertos por la misma, pasando desapercibidos por Chizune, uno frente al otro gracias a los reflejos rápidos de Kiba que la jalo consigo a la pared dejándola sorprendida por su brusquedad y sonrojada por la cercanía.
    Suspiraron aliviados de haberse salvado y entraron a la oficina, por suerte no tuvieron que hacer el plan de Kiba que consistía en que uno de los dos se hiciera el muerto mientras el otro entraba y buscaba la llave.
    Entraron a hurtadilla de la oficina de Tsudase pasando por la recepción y fueron directo a la caja de llaves en la pared. El vidrio al moverse chillo con el roce de la madera y casi lo sacan de su lugar al intentar abrirlo, Ino quito las manos de Kiba a pataletas pero éste le respondió de la misma forma iniciando una pelea ridícula de cachetadas de mano.

    ―¡Ya basta! Tú vigila la entrada, yo sacare la llave― le ordenó Ino rotundamente a lo que el castaño se limito en bufar con fastidio y obedecerla. Cuando vio que ya no estaba en la oficina, la catira colocó el vidrio bien en su lugar usando un poco de fuerza y lo rodo al otro lado para abrirlo y tomar la llave, la que decía claramente en su llavero "deposito", cuando de la nada Kiba vuelve a entrar.

    ―¡Es Tsudase!― le murmuró histérico, acercándose a ella para ver si tenía ya la llave pero la puerta de vidrio del llavero se volvió a trancar haciendo que fuera difícil cerrarla, y si no lo hacían, la directora se daría cuenta.―Apurate― le pidió en un chillido susurrante moviendo su cuerpo hiperactivo, se alejo de ella para ver por dónde iba la directora y se altero al ver lo cerca que estaba, entro de nuevo cerrando la puerta a su paso y abrió la ventana.―¡Ino, muévete!― ya estaba en el borde de la ventana dispuesto a lanzarse pero Ino seguía intentando cerrar el llavero. Lo movió un poco, un centímetro más, otro tanto más… al igual que los pasos de Tsudase.―Vamos ya― desesperado dejo la ventana acercándose a Ino quien por fin logro cerrar el llavero al mismo tiempo que Tsudase entraba a la recepción. Corrieron a la ventana, Kiba se lanzo primero e Ino observo la distancia un tanto asustada.

    ―N-No puedo, está muy alto― nadie sabía de su fobia a las alturas, pero era muy intenso, no se atrevería a lanzarse por la ventana de esa forma o de ninguna otra por más que se lo pidiera.

    ―¿Estas bromeando? Si no lo haces Tsudase te va echar el regaño del siglo ¡Salta! Ahg… vamos yo te atrapo― Ino no confiaba en él, pero la manilla de la puerta se estaba abriendo y en definitiva le temía más a su padre molesto que a las alturas. Se monto en el borde de la ventana y cerrando los ojos se lanzo a su suerte, siendo atrapada por Kiba, quien no pudo sostener el paso terminando ambos en el suelo.

    Tsudase entró a la oficina ese instante sintiendo como la brisa entraba a su oficina revolviéndole los cabellos. Se acercó a ella y la cerró sentándose luego en su cómoda silla de cuero negro.

    ―¿E-Estas bien?― le preguntó Kiba adolorido con la presión en su pecho dejándolo sin aire, Ino aun no se recuperaba del salto así que no le respondió, tomó aire profundamente durando así casi un minuto entero y luego empezó a levantarse, separándose de Kiba.

    ―Gracias― murmuró en un hilo de voz necio, y continúo su camino al depósito seguida del castaño.

    ―Hmp― bufó fastidiado y al regresar lograron liberar a los chicos a tiempo para las clases, toda una misión imposible completada.

    ―¡No te mató porque no tengo tiempo Ino-cerda!― le gritó Sakura totalmente enfurecida corriendo directo al edificio para dirigirse a su salón con Kiba a su lado.

    ―También fue tu culpa frente de marquesina― contestó a la defensiva corriendo tras de ella a la misma dirección.

    ―Chicas espérenme― le pedía Matsuri que no era tan rápida mientras Lee tomaba la delantera dejando a todos atrás con una nube de polvo como rastro. Kankuro estaba tranquilo en compañía de Sari pues la primera clase en su salón la daría Kakashi-sensei y él siempre llegaba tarde. Mientras que Karin, Suigetsu y Jugo tomaban un atajo que ellos conocían, se lo hubieran dicho a las chicas pero salieron voladas junto con Kiba.

    ―Ne Hinata-chan, ¿esta vez si puedes salir con nosotros? ¡Iremos a aqualandia! Vamos, Sasuke, Shikamaru, yo, Sakura-chan y creo que Karin también― contaba Naruto con su sonrisa brillante de lado a lado que pintaba las mejillas de la oji-perla en un rosa suave

    ―Hmmm… cre-creo que sí, Naruto-kun, tendré que preguntarle primero a mi padre― respondió un poco nerviosa provocando que el rubio celebrara eufórico a pesar de no haber sido un sí definitivo.

    ―Deja el escándalo, dobe― lo calló Sasuke con su ánimo de amargura y arrogancia de siempre molestando a Naruto comenzando así una de sus clásicas peleas.

    ―Ah, qué raro, Kakashi-sensei falto otra vez…

    ―Sí, no es común en él. Me pregunto si algo le habrá pasado.
     
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    Hina, I love youPoción de amor
    Capitulo 12:
    Frágil


    Sakura había estado más que preocupada por Kakashi-sensei, ya hace tres días que ha faltado al colegio y el colmo es que no ha podido comunicarse con él. Temía lo peor, sin embargo, aun mantenían la esperanza de que en el día de hoy fuera al colegio, llegando tarde con su pereza de siempre que la llenaría de furia durante toda la mañana y luego le haría la rabieta del siglo cuando estuvieran solos ¿Cómo se atrevía desaparecer así de la nada? Era lo primero que le cuestionaría.

    ―Hola, Sakura― le saludó Sai con su voz monótona y sonrisa artificial que tanto la molestaba, aun le daba escalofríos sus expresiones robotizadas, no podía evitarlo, esa cosa no podía ser humana.―¿Sabes por qué ha faltado Kakashi-sensei?

    ―No― contestó con agresividad y de forma tajante, no quería hablar sobre el tema en lo absoluto pero Sai no capto el mensaje en su tono de voz. Otro de sus problemas que la sacaba de quicio: no entendía las indirectas ni el sarcasmo, tampoco los chistes, era la persona más aburrida y extraña del planeta.

    ―¿Pero no eres su no…?

    ―Te dije que no lo sé― lo interrumpió fastidiada aguantado las ganas de golpearlo.

    Ambos se dirigieron al auditorio esa mañana ya que Tsudase había convocado una reunión urgente con todo el alumnado para anunciar una noticia. Nadie sabía exactamente que era, pero apenas la directora toco el escenario el silencio sepulcral se apodero del lugar todos atentos a las palabras que iba a pronunciar.
    Sakura buscaba con la mirada a Kakashi desde su lugar en la fila, miro a los profesores uno al lado del otro menos al peli-blanco con mascarilla negra que cubría gran parte de su rostro. Ese idiota se había atrevido a faltar otra vez.

    ―…Lamento informar que el profesor Kakashi se encuentra hospitalizado en la clínica central de Konoha a causa de un accidente automovilístico. Estará ausente por unos días durante su recuperación, mientras tanto, la profesora Anko ocupara su lugar en las clases de Historia. Se elegirá a un grupo pequeño para visitarle esta tarde después de las actividades escolares…

    Sakura no escucho más. Hacia un esfuerzo sobrehumano para no echarse a llorar ahí mismo frente a todos, debía contenerse pero le era muy difícil, en verdad estaba preocupada por él.

    ―¿Uh?― una mano se posó en su hombro brindándole apoyo en ese momento, se trataba de Sai, el único que sabía de su secreto y probablemente el único que sabía cómo aquello le afectaba, por más metálico y frio que fuese su corazón.

    Los chicos se habían reunido en sus salones después del anuncio de la mañana que había conmovido a todos. Aunque no lo suficiente, no es que hubiera muerto tampoco…
    Naruto, Sasuke y Shikamaru juntaron sus pupitres para hablar pues quieran planear bien la salida pues la otra vez habían dicho que iban a ir a los bolos y nunca fueron. Esta vez no pasaría y menos ahora que Hinata ya había aceptado

    ―Vamos, mientras más mejor. Podemos invitar a los de segundo, ya saben a Temari, Tenten y Neji― sugería Naruto emocionado, quería que esta salida fuera increíblemente divertida, tal y como había sido la otra, aunque esa no la habían planeado precisamente, fue solo aun casualidad pero aun así tendría que ser aun más emocionante que esa.―¡Oh! Hinata-chan― la llamó apenas la vio entrar por la puerta levantándose de golpe del pupitre dirigiéndose a ella.―¿Tu papá te dio permiso?

    ―¿Eh? Ah… S-Si, Naruto-kun, me dio permiso― los nervios que la invadían cada vez que aquel catire se le acercaba era indescriptible, quizás era porque aun no le tenía mucha confianza o es que había algo en él capaz de alterar sus sentidos de esa forma en especifica pero era un hecho que algo en ella reaccionaba cuando lo miraba con su sonrisa perfecta acercándose a ella.

    ―¡Qué bien!―celebró el rubio abrazándola de la emoción cosa que enfureció al castaño que había sido ignorado por completo por el Uzumaki, por lo que rabioso lo separo de un jalón de Hinata justo a tiempo, un poco más y se hubiera desmayado.

    ―No te le seas tan confiado, cabeza hueca― le gruñó molesto fastidiando como siempre a Naruto con su simple presencia.

    ―Como sea, tú no estás invitado así que Hinata y yo la pasaremos genial en aqualandia― comentó con superioridad por haberle ganado una y restregársela en la cara.

    ―Pues no es cierto, el padre de Hinata la dejo ir con la condición de que la acompañara así que si yo no voy, ella tampoco― el mundo de Naruto se quebró en miles de pedazos, había planeado la salida perfecta todos esos días y de la nada Kiba la arruina sin piedad alguna.

    ―¡Ah! ¡¿Por qué?― chilló al borde el llanto dejando caer su cuerpo al pupitre más cercano pataleando con infantilismo cosa que enfureció a Kiba, ni que fuera el fin del mundo solo porque él fuera con ellos.

    ―¡Idiota!― le gritó con instinto asesino, esta vez lo mataría con seguridad costase lo que le costase.

    Hinata hizo caso omiso, ya estaba acostumbrada a sus peleas infantiles, tan solo fingían que se hacían daño cuando en verdad resultaban sin ningún rasguño. Como si pelearan con el viento. Sasuke y Shikamaru la llamaron y ésta, después de colocar su maletín en el pupitre en el que siempre se sentaba, se dirigió a ellos con timidez.

    ―Ayúdanos a planificar salida― le pidió Sasuke con su tono de voz cortante que parecía más una orden que un favor. La chica obedeció y se sentó en donde Naruto había estado anteriormente aportando nerviosa alguna que otra cosa.

    Las clases comenzaron con Iruka-sensei con biología y luego con Kurenai en matemáticas. Los timbres del colegio sonaron anunciando la hora del recreo y los chicos subieron a la terraza donde los esperaban los de segundo año y allí se dispusieron a terminar de planear la salida del sábado.

    ―Chicos pervertidos quieren ver chicas lindas en traje de baño― mencionó Tenten divertida recibiendo la mirada sonrojada y asesina de los chicos.

    ―¡Que no es eso!― gritaron alterados haciendo reír a la castaña.

    ―Vale, solo bromeaba. Quedamos para el sábado entonces― se apuntó aun divertida por lo anterior. Neji dudo en aceptar pero al final lo hizo y Temari al ver que estaba libre accedió sin problemas. Continuaron con sus almuerzos entre risas y bromas cuando la puerta de la terraza se abrió llamando su atención.

    ―¿Qué haría Naruto en la terraza? Mooo… que molesto― se quejaba Ino harta de subir escaleras y buscarlo sin descansar en todo el maldito recreo.―¡Aquí no hay nadie!

    ―Hey, problemática, deja el escándalo― la catira alzó la mirada hacia arriba y se ubico de forma que pudiera verlo alejándose de la puerta. Frunció el ceño con los brazos posados a cada lado de sus caderas, aparentemente molesta.

    ―¿Qué demonios haces tú ahí?―cuestionó ignorando el hecho de que la llamara problemática. Naruto se asomo también viendo a la chica que recién había mencionado su nombre con curiosidad.

    ―Ne, Ino ¿me estabas buscando?―le preguntó dudoso, que una chica linda como ella lo buscara no era cosa de todos los días.

    ―¿Eh? Sí, la directora te está llamando, creo que es para la visita al hospital― dijo haciendo que el rubio bajara después de darle el último trago a su tasa tamaño familiar de ramen.

    ―Ino, sube― le dijo Temari con amabilidad notando que ya tenía comprado su almuerzo en las manos.

    ―¡Oh! Temari, ¿tu también estás aquí? Qué casualidad― sus intenciones eran señalar que Shikamaru y Temari se encontraban almorzando en el mismo lugar, pero ninguno de los dos le capto la indirecta pues en sus cabezas no había esa clase de pensamientos ya que no lo había hecho a propósito. La rubia subió hasta el techo y noto a todos los presentes.―Pero es que también está Sasuke y Tenten… y el pulgoso de ayer― lo menciono con cinismo.

    ―A mí tampoco me hace muy feliz verte― contestó de la misma forma dedicándose a comer por completo.

    ―Eh, y-yo soy Hinata…― decía la oji-perla con timidez, no le extrañaba que Ino no la reconociera, una chica tan popular como ella no tendría tiempo para fijarse en su presencia.

    ―Hinata Hyuga, lo sé, te conozco, estuvimos estudiando juntas desde la primaria ¿recuerdas?― apuntó sonriente dejando a la Hyuga menor sorprendida, no esperaba que incluso se acordara de ello y que además le preguntara si la recordaba con tanta igualdad, después de todo no era tan engreída como decían.

    ―Cla-Claro― asintió emocionada, ahora tenía una nueva amiga. Estaba decidido, a partir de ahora no creería más en los rumores ni en las opiniones de las otras personas, ella misma se encargaría de ver si eran ciertas o no.

    ―Ne, Hinata, ¿me presentas a tu primo?― le susurró al oído mirando a Neji de reojo, Los presentes que lograron escucharla la miraron con ironía, era tan típico de Ino…

    ―Lo tienes al frente― contestó Tenten con cinismo, inflando sus cachetes junto con el ceño fruncido: Ya venía ésta con sus feromonas.

    Después de un rato Hinata bajo a la cafetería a comprarse un jugo de naranja pues el suyo se le había olvidado nuevamente. Fue a la maquina despendedora pero tenía una nota que decía claramente que no servía, eso explicaba por qué no había cola frente a ella, en todo caso desvió su camino hacia el patio principal en busca de las maquinas expendedoras, fue detrás del edificio como si fuera al patio lateral pero se detuvo en el pasillo con tres maquinas y un bebederos una seguida de la otra en hileras debajo del techo que se había hecho en ese pequeño pasillo.

    Un golpe seco llego a sus oídos asustándola, tomo su jugo de naranja pensando en que era imposible que había sido ello el provocador del ruido, entonces escucho otro. Un ligero bullido proveniente del patio trasero llamo su atención y curiosa se encamino, pegada a la pared, hasta ese lugar. Se aferro a su jugo temiendo en lo que fuera a encontrar. Un nuevo golpe, inclino su cuerpo y dejo salir un poco su cabeza viendo a tres chicos de grado superior en medio de una pelea. Sus ojos se abrieron como platos, un chico sostenía a Gaara de los brazos mientras los otros dos lo golpeaban como a un saco de boxeo, su cuerpo reaccionaba con cada puño que se dirigía a él , casi como si también le dieran a ella. Era horrible.

    Sin querer se le cayó el jugo al arrancar a la dirección opuesta, quería ayudarlo, no podía dejar que esos chicos siguieran maltratándolo de esa forma pero si se lo avisaba a Tsudase-sama también terminaría siendo regañado a causa de su reputación y si no mal recordaba, Temari había dicho que estaban a punto de expulsarlo.

    ―Chizune-san― tal vez no se colocaría frente a esos chicos a defenderlo ni a recibir los golpes por él, tal vez no buscaría a una persona que fuera a salvarlo, no podía por más que lo quisiera, pero sabía bien qué hacer con ese tipo de chicos en ese mismo tipo de situaciones… Neji era igual, un chico frio e intimidante que no había tenido un buen inicio, pero aprendió a lidiar con él pues logro observar que detrás de ese rostro estoico había un ser humano con sentimientos al igual que los demás y sabia que Gaara era igual, el amor fraternal de Temari hacia él era prueba de ello.

    Cuando regreso, los chicos de tercero ya se habían ido dejando a Gaara tendido en el suelo completamente herido. Tenía su espalda apoyada en la pared y la cabeza cacha dejando caer las hebras rojas sobre su rostro. Respiraba agitado, su cuerpo temblaba debilitado por los golpes, estaba en un estado deplorable.
    Suspiro profundamente, preparándose para ir hacia él. Se aferro al botiquín y emprendió su camino con pasos inseguros. Su corazón había acelerado el ritmo a mil por horas, nunca antes se había sentido tan nerviosa pero aun así logro llegar, de alguna forma u otra, hacia donde estaba él. Se arrodillo sentándose sobre sus piernas e inclinando un poco su cabeza como pidiendo permiso colocando frente a ella la caja blanca de primeros auxilios.

    Gaara la observó fijamente, aunque no se notase estaba sorprendido, por eso la miraba con tanto detenimiento, algo así no pasaba en su vida muy seguido.

    ―No necesito tu lastima― su voz era seca y amenazadora, ni siquiera se dedico a seguir mirándola mientras le dirigía la palabra, era molesto ese sentimiento, no le importaba que le temieran, o que exageraran cada una de sus acciones, pero no soportaba que sintieran remordimiento por él, no lo necesitaba y no lo aceptaría.

    ―¿Uh? ¡N-No es por lástima!― contradijo Hinata al instante sintiéndose culpable por haberle hecho pensar aquello, en verdad no era lastima.―…A-ayer tu me ayudaste, así que y-yo quería devolverte el favor― le explicó, solo se trataba de una excusa, solo quería ayudarle porque para ella era imposible no hacerlo, pero él no lo creería. Devolver un favor con otro era parte de las tradiciones de su familia y ella siempre lo hacía, aunque no siempre pedía un favor a cambio, eso era algo que la diferenciaba de su padre.

    Gaara volvió a observarla, su mirada era sincera y segura, Hinata estaba decidida a ayudarle y no podría negarse. Solo asintió con la cabeza y volteo la cabeza para evitar seguir mirándola pero no lo hizo a tiempo, ya había quedado perdido en su sonrisa triunfante.

    La Hyuga abrió el botiquín y limpio sus heridas durante el resto del recreo olvidándose por completo de su jugo o de los chicos en la terraza. Solo se quedo acompañándolo en silencio aun después de que sonara la alarma del final del recreo, aun no había terminado y para cuando lo hizo ya era muy tarde así que se quedo a su lado, después de todo, ya no entraría al salón en medio de la clase, sería muy vergonzoso.

    ―Ten― dijo el peli-rojo ofreciéndole uno de sus audífonos, la oji-perla acepto sin problemas colocándolo en su oído captando las melodías de una canción de skillet totalmente espectacular.

    Gaara-sama… ¿por qué?

    Los alumnos para la visita ya habían sido seleccionados. Todos eran de primero ya que los demás curso tenían que prepararse para un examen y no tendrían tiempo. Estaban Naruto, Sai, Sakura y Yamato como el profesor asignado para llevarlos. Después de tomar las flores se encaminaron al hospital donde se encontraba Kakashi, las enfermeras les indicaron el número de la habitación y una de ellas los ayudo a llegar. Kakashi solo tenía un brazo roto y una venda en la cabeza de resto se veía perfectamente bien. Con su rostro apacible y hermoso como siempre dirigió su mirada a los chicos y a Yamato recibiéndolos con una ligera sonrisa. Sakura se sonrojo y sonrió aliviada de que estuviera bien, bueno, al menos mucho mejor de lo que se había imaginado.

    ―Yamato ¿tu trayéndome flores? que agradable sorpresa― bromeó sarcástico haciendo que el aludido lo mirara cínico, se ha de sentir muy bien como para tomarse la molestia de burlarse de su persona.

    ―Me alegro que te sientas mejor, Kakashi― se dedicó a colocar las flores en la mesa ignorándolo lo mejor que pudo.

    ―Ne, Kakashi-sensei ¿A que estaba manejando borracho?― comentó Naruto divertido acercándose al peli-plata con su clásica sonrisa burlona de oreja a oreja.

    ―Naruto, calla― le gritó Sakura enfurecida dándole un golpe en la cabeza por idiota dejándolo tendido en el suelo completamente ido. Yamato preocupado toma a Naruto mientras que Sai se limita en sonreír como de costumbre, sin embargo el peli-plata parecía estar perdido en algo.

    ―Eh… disculpen chicos, pero ¿quiénes son ustedes?― su pregunta los dejo desconcertados. Se dirigieron las miradas en un silencio intrigante ¿acaso Kakashi tenía amnesia?

    ―¿No los recuerdas?― interrogó Yamato casi con miedo en su voz.―Son alumnos del colegio en donde damos clase, de primer año― le dijo esperando que así los recordase pero Kakashi solo negó con la cabeza volviendo el ambiente tenso.―Son Naruto, Sai y Sakura― los señaló, Kakashi observo a cada uno deteniéndose un poco más en Sakura pero paso de largo hacia Yamato.

    ―No se quienes son― Sakura sentía como su alma se partía en dos causándole un terrible dolor. No sabía cómo reaccionar ante esto, su mente estaba hecha un desastre y sin quererlo sus ojos se cristalizaron llamando la atención de Kakashi, pero eso solo logro herirla más.

    ―Llamare a la enfermera― dijo la peli-rosa rápidamente saliendo de ahí antes de que rompiera a llorar. Sai salió detrás de Sakura sabiendo que sería incapaz de llamar a alguien por que simplemente no tenía la fuerza para hacerlo así que lo hizo por ella, sentándose luego a su lado en las sillas de la sala de espera.

    Sakura lloraba escondiendo su rostro entre sus brazos, con el cuerpo encorvado viéndose tan débil e indefensa. ¿Por qué esto tenía que pasarle a ella? ¿Por qué justo cuando todo marchaba bien tenía que arruinarse?

    ¿Qué había hecho para que la vida le hiciera eso?

    ¿Qué sería de ella sin Kakashi?

    ¡¿Por qué tenía que olvidarla? Ese idiota ¿Cómo se atrevía? Después de las caricias, después de los besos y esas dulces palabras, después de todo por lo que pasaron en su relación secreta tenía que suceder eso. ¿En donde quedaría el amor que sentía por él si ya no sentía lo mismo que ella? Las noches en su casa, las salidas con disfraces y todas esas boberías que tanto amaba de su relación con Kakashi. Esos momentos de pasión y dulzura, las sonrisas, el llanto, el miedo, el deseo… todo se había desvanecido por completo, en tan solo un instante. En un miserable segundo.

    Rómpeme el corazón si quieres… pero por favor, no me olvides.
     
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    Stitch

    Stitch Voy sonriendo por ahí

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    Hello! Oh, que se me han pasado los capítulos; tenía el comentario de los dos anteriores pero lo cerré sin darme cuenta y después me dio pereza volver a escribir todo. En fin, veo que has estado inspirada. Muchas continuaciones juntas = Felicidad para mí jajaja Tu Fic es uno de mis favoritos; sin duda se ha abierto paso entre todos los otros y está en la cima(?) Nah, de verdad, me fascina. Lo tiene todo pero la comedia es lo que lo representa; cada capítulo es especial a su manera y en el 9 y 10 me has hecho reír bastante, ¡qué ocurrencias tienen estos chicos! Ya me los imagino corriendo como locos por los chocolates, ¿quién no lo haría? jajaja Lo de la fuente y la forma que Naruto pensó para secarse, fueron dos partes geniales.
    No he notado errores pero siempre es recomendable releer los capítulos antes de subirlos. Lo que si noté fue que...tenes un manejo increíble de las personalidades de cada uno y te felicito por ello ^^
    Oh, de a poco todos van entrando en escena y se van acercando unos a otros...Gaara y su máscara de busca pleitos; Hinata y su tan típica y tierna manera de ser; los "aparentes" celos de Tenten por el comentario de Ino; las acostumbradas peleas entre la rubia y Sakura o entre Naruto y Sasuke; Kiba y su super protección para con Hinata...Me encanta. Todo.

    ¡Kakashi-sensei! Lloraré al igual que Sakura, ¿qué pasará ahora? ¿Logrará recordar todo? ¿O se la olvidará para siempre? ¿Qué va a pasar en la salida que tan eufórico tiene a Naruto? Son demasiadas cosas por saber...así que esperaré ansiosa por la continuación.
    Seguí escribiendo así, sos genial. Narras de una manera tan...tan...ah, no me sale la palabra pero básicamente es increíble como uno puede imaginarse todo (o al menos yo lo hago); el equilibrio entre los diálogos y la narración; todo se entiende perfectamente sin problemas y las cosas se transmiten como deberían (o a mí me llegan bien jajaja)

    Sólo me resta esperar...
    ¡Cuídate!
    Nos leemos ~
     
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    AmyCrazyxD

    AmyCrazyxD Entusiasta

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    Hina, I love you
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    Comedia Romántica
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    Hina, I love youPoción de amor
    Capitulo 13:
    Salvemos a Hinata (parte 1)


    No podía creerlo, simple y llanamente se rehusaba a procesar aquello. Era absurdo, pero lo había visto con sus propios ojos, no importara cuantas veces quisiera negarlo no cambiaba el hecho de que Gaara se había comportado muy amable con la chicha Hyuga y desde que sabía, estos ni siquiera se conocían. No era justo, nada justo. Ella que había estado observándolo desde la distancia, que había admirado su persona, enamorándose cada vez más y más de él, que estaba dispuesta a entregarle su vida, a defenderle, a protegerle, a ayudarle, que se había esforzado, luchando con su timidez, para que la tomara en cuenta pero éste parecía no tomar en cuenta de su existencia.

    Le dolía, ella había sido la primera chica en reconocer esa bondad oculta en Gaara después de que éste la salvara de un grupo de idiotas que tenían intensiones de robarle hace dos años y medio. De seguro él no se acordaba, pero desde ese momento Matsuri lo consideraba su príncipe azul, su único héroe. Desde ese entonces observaba más allá de esa mirada fría y rotunda, lograba quitar aquel semblante intimidante y aquella capa protectora viendo el maravilloso chico que era.

    Había hecho mil y una cosa para acercarse a él, pero era tan difícil… realmente era un chico que no sabía expresar sus sentimientos ni entablar una conversación monótona y trivial. Eso no funcionaba con él, estaba acostumbrado a la agresividad constante y lo único que sacaba de su boca eran palabras de indiferencia cuando no debía ponerse a la defensiva. Sin embargo, de la nada viene esta chica y logra tener aquel momento especial e intimo con Gaara de un momento a otro, sin esfuerzo alguno.

    ¿Quién era ella? ¿De dónde conocía a Gaara? ¿Qué había entre ellos dos?

    No podía negarlo, sentía celos de aquella chica y a la vez se sentía destruida, derrotada. Le acaban de rebatar el amor de su vida y ella solo estaba ahí sin atreverse a hacer nada.

    Era una maldita cobarde.

    Los chicos de primero que habían asistido a la visita de Kakashi esperaban ahora fuera de la habitación mientras las enfermeras y doctores revisaban al hospitalizado. Yamato llamaba al colegio avisando lo que pasaba mientras que los alumnos se encontraban sentados en la sala de espera cuando el doctor asignado llego. Los chicos se pararon de inmediato alertando al doctor, Yamato se despidió y se dirigió a ellos.

    ―Aun no sabemos los motivos por los cuales se presento la amnesia, le hicimos una tomografía y salió perfectamente bien. Le haremos pruebas más a fondo por precaución. Tenemos entendido que tiene una pérdida de memoria de al menos seis meses, lo más seguro es que la recupere con el tiempo. Podrían ayudarle contándole sobre ustedes y las cosas del colegio― comentaba el hombre dándole un pequeño rayo de esperanza a Sakura, sonriendo aliviada sin darse cuenta.

    ―¿Podemos ir a verlo?― preguntó Naruto que también se había animado al escuchar la noticia, era obvio que lo primero que haría al entrar a la habitación era hablar sin parar sobre su estadía en el colegio.

    ―Claro― aceptó sin problemas viendo como el rubio corría apresurado a la habitación, Yamato se excuso para volver a llamar al colegio mientras que los otros dos se encaminaron con tranquilidad. Sakura restregaba sus ojos, arreglaba su pelo y sorbía su nariz, Sai no podía evitar quedarse viendo aquel brillo en sus ojos, su sonrojo, su sonrisa suave pero frágil. No lo entendía, seguía sin recordarla pero el mero hecho de saber que se probablemente recuperaría la hacía tan feliz…

    Claro que él no sabía lo que había pasado hace seis meses.

    ―…Y Sakura-chan me golpeo fuerte justo cuando llego usted, yo estaba desmayado pero me dijeron que se avergonzó tanto que su cara se volvió rojísima― contaba Naruto con su escándalo de siempre.

    ―¡Naruto!― le gritó Sakura enfurecida, aterrando al aludido quien como defensa salto la cama para esconderse detrás de esta.

    ―No me pegues Sakura-chan, te juro que no estaba haciendo nada malo― dijo casi en suplicas cubriendo su cabeza con sus brazos. Sin embargo la peli-rosa se dedico a ignorarlo sentándose en donde éste se encontraba anteriormente.

    ―Yo soy Sakura, Haruno Sakura― se presentó con una sonrisa radiante que dejo sorprendido a los tres hombres presentes, inclusive Sai, que era un robot (según el punto de vista de Sakura) se sintió cautivado. Tendió su mano para una presentación formal.

    ―Un gusto conocerte― contestó el peli-blanco aceptando su mano, asombrando con la calidez y suavidad de su piel.―Vaya… tu mano es muy cálida.

    ―¿Eh? Si, es cierto. Mis manos siempre están calientes― dijo un tanto tímida mientras que la felicidad la desbordaba por dentro con intensidad. Justo así había pasado cuando se encontraron por segunda vez, hace seis meses.

    ―¿Entonces? ¿Cuándo va a regresar?― interrogó Naruto torpemente al ver que no corría peligro.
    La última campanada del día anunciaba el final de las clases siendo los alumnos de primer año los primeros en salir de sus aulas como manadas eufóricas escapando de ser la presa. En el portón, Neji esperaba a su prima esperando que Kiba la hubiera encontrado, no se salvaría de un buen regaño de su parte, de eso estaba seguro, sin embargo le preocupaba que algo malo le hubiera pasado o que Hiashi se enterara de que había faltado a una clase, eso era realmente lo que más le angustiaba.

    ―¿En dónde estabas?― le preguntó tajante apenas la vio cerca de él en compañía de Kiba quien dio un respingo al ver la seriedad en su mirada. Mira que era un dramático de primera.

    ―¡Eh! E-Es que me volví a desmayar, lo siento― se disculpó avergonzada inclinando su cuerpo, no le gustaba preocupar a su primo ni ser una molestia, se sentía muy mal cuando eso pasaba, Neji era muy importante para ella, le debía mucho al igual que a Kiba.

    ―¿Qué te dije?― apuntó Kiba con un deje de cinismo y arrogancia para molestar al Hyuga, pues misión cumplida, el genio alzó su ceja como señal de molestia, a veces no lo soportaba.―Jaja, deja el drama hombre. Por lo que tenemos que preocuparnos ahora es que Hiashi no se entere― el padre de Hinata era un hombre muy estricto, si se enteraba que se había desmayado nuevamente o aun peor, que había faltado a clases se enfurecería y la castigaría. A él no le gustaba que su hija fuera tan débil, era la siguiente heredera del negocio familiar así que trataba de convertirla en una mujer fuerte usando a Hanabi como referencia, el problema es que Hinata no era ese tipo de chica y realmente le dolía que no la aceptara como era. Era la oveja negra de la familia, no tenía una buena reputación y si cometía más errores no haría más que agrandar el problema.

    ―¿Cómo planeas hacer eso? Los profesores pasan asistencia en cada clase y una vez pase al registro oficial será imposible borrarlo, Hiashi se enterara tarde o temprano― contestó Neji con una frialdad severa, claro que siempre se dirigía así hacia Kiba, pero esta vez se encontraba un poco más serio de lo normal, pues sabía que el Inuzuka estaba dispuesto a hacer lo que sea y arrastrarlo a él quisiera o no.

    ― Pues tomemos la hoja de asistencia antes de que Chizune la pase a la computadora― sugirió el castaño comenzando a preocupar a Hinata ¿estaban hablando en serio? Tenían que, ninguno era de muchas bromas, pero la idea no la convencía, era muy peligroso y no quería que se arriesgaran por su culpa.

    ―Pues, ya ¿Cómo piensas quitarle la hoja de asistencia, cambiarla y entregarla a tiempo?― cuestionó cínico.

    ―¡Si aportaras algo útil quizás lo podríamos hacer!― gruñó Kiba enfurecido a los cuatro vientos. Hinata se asusto, ya comenzarían a discutir y todo por su culpa, intento intervenir pero su voz pasaba desapercibida.

    ―Estoy siendo realista a diferencia de ti― le contestó de mala gana, solo que a diferencia de Kiba no gritaba, no era su estilo.

    ―¡Realista un cuerno! Dijiste que protegerías a Hinata pero no te veo haciendo nada por ella― ya basta, detestaba cuando se ponían así.

    ―¡Ten cuidado con lo que dices, Inuzuka!― le alertó prepotente, ya había llegado a su límite y no aguantaría más.

    ―Estoy siendo realista― contestó cínico imitando su voz y rostro de forma burlona y un tanto grotesca. Neji no le permitiría eso, jaló su brazo dispuesto a golpear, alertando todos los sentidos de Hinata.

    ―¡Ya basta!―gritó de repente llamando la atención de ambos chicos que la miraron sorprendidos, estaba asustada y angustiada, y su rostro lo expresaba haciéndoles sentir mal.―No tienen que hacer nada por mí, estaré bien. Pero ya no se peleen― ambos se calmaron y bajaron su mirada.

    Kiba suspiro y se acercó a la oji-perla quitando las lágrimas que estaban a punto de salir y luego sobo su cabeza con cariño.

    ―Espéranos aquí, volvemos en seguida― le dijo y de inmediato tomo la muñeca de Neji arrastrándolo con él de regreso con toda la brusquedad posible. Claro que él Hyuga entendió y se zafo de su agarre siguiéndole el paso en silencio hacia la dirección.

    Hinata por su parte se quedo viéndolos marchar, luego se dio cuenta que aquella escena había llamado mucho la atención y por ende, todas las miradas se dirigían a ella. Se sonrojo de la vergüenza y bajo su cabeza queriendo desaparecer de allí. Se separo del portón y busco asiento en uno de los bancos cuando se interpusieron en su camino.

    ―Ne, Hinata-chan ¿puedes venir a mi casa?― le preguntó Naruto despreocupado, con esa sonrisa de oreja a oreja que tanto lo caracterizaba haciendo que la Hyuga se calentara volviendo su rostro tan rojo como un tomate.

    ―¡Idiota! Si se lo dices así lo va a malinterpretar― le regañó Sasuke mientras le daba una palmada en la cabeza con la mano abierta obligándole a inclinarse por la fuerza que aplico. Hinata se sobresalto, no se lo esperaba… y tampoco Naruto.

    ―¡¿Pero cuál es tu problema?― se quejó el catire tomando su cabeza con una mueca de dolor, sus ojos se habían humedecido del dolor y ahora rodaba por el suelo quejándose a todo pulmón.―¡Ah! me duele, me duele, me duele, me duele…

    ―Se refería a la salida. La familia de Naruto tiene una camioneta de viaje en la que cavemos todos así que para ahorrar dinero y tiempo pensamos que sería mejor reunirnos en su casa― le explicó Sasuke con su humor de siempre, siendo totalmente indiferente al escándalo que había formado Naruto, a diferencia de Hinata que casi no había podido escucharle por estar preocupada por él.

    ―¿Eh? Su-Supongo que no hay problema—respondió tratando de mirarlo a los ojos pero no pudo evitarlo y al final agacho la cabeza un tanto sonrojada. Era extraño, a demás de su padre, nunca le había costado mantener la mirada en una persona, sin embargo la sensación que le dejaba era diferente, con su padre siempre se sentía intimidada y nerviosa, con Sasuke… no sabría describirlo bien. Cuando estaba con él se sentía cómoda, podía hablar con naturalidad pero cuando sus miradas se conectaban su corazón se encogía invadiéndola una mezcla de emociones fuertes que no podía identificar, era, era como vértigo, solo que de alguna forma extraña se sentía bien.

    ―Bien, ya estamos aquí ¿ahora qué?― interrogó Neji de mala gana, escondido detrás de la pared, parados estáticos en las escaleras mientras observaban la puerta de la dirección.

    Kiba no pudo evitar pensar que era la segunda vez en la semana que se veía metido en un asunto como este. La primera ve habían escapado por pura suerte y después pusieron la llave en el cuerpo inconsciente del profesor encargado de vigilarlos librándose de toda sospecha o culpa, sin embargo no podía asegurar que terminaran igual esta vez, empezando que tanto Tsudase como Chizune estaban adentro y dudaba mucho que por un milagro del universo decidieran salir dejando las puertas abiertas para ellos.―¿No se te ocurre nada cierto?― su tono arrogante lo irrito de sobremanera, pero debía contenerse, por Hinata.

    ―¡No molestes!― ladró el Inuzuka entre dientes. Neji estaba en toda la razón, no se le ocurría nada.

    ―Salimos hace unos minutos, de seguro Kurenai no ha entregado todavía la hoja de asistencia― comentó el Hyuga dándole una brillante idea al chico a su lado quien rompió a correr escaleras arribas y no tuvo otra opción más que seguirlo. Corrieron precipitadamente a su salón justo en el momento en que Kurenai salía con sus cosas provocando una colisión que rego todas las cosas de la sensei y para colmo, Ino y Matsuri estaban presentes ayudándola con algunas cosas y eso solo se las pondría más difícil. Neji solo se quedo viendo a Kiba en el suelo con la profesora con un deje de rabia en su rostro, sabía que no lo había hecho a propósito pero vaya que era un idiota.

    ―¡Mira lo que has hecho! Pulgoso― gritó Ino ayudando a levantar a la profesora con Matsuri.

    ―Estoy bien― dijo Kurenai al equilibrarse bien aun un poco adolorida cuando Kiba se inclino pidiéndole disculpas una y otra vez completamente asustado por el regaño que podría echarle por ello, claro que sin quitar el ojo a la carpeta donde se encontraba la hoja de asistencia, que casualmente cargaba Ino en sus manos.

    Matsuri termino de recoger las cosas y Kiba miro a Neji haciendo un pequeño movimiento que señalaba a la catira, Neji capto de inmediato su mensaje pero ¿Qué demonios se supone que haría?

    ―Déjeme ayudarla, Sensei― dijo Neji acercándose a la aludida, tomándola de un brazo con delicadeza pues aun seguía atolondrada por el golpe.―Sera mejor que vayamos a la enfermería, ustedes encárguense de colocar las cosas de la profesora en el despacho de la dirección― ordenó comenzando su marcha.

    ―Ya escuchaste― dijo Ino de mala gana tomando lo que tenia Matsuri y ella y lanzándoselo en el pecho para que lo cargara todo él solo. Claro que soltó todo a excepción de la carpeta y salió a correr una vez más.―¿Pero qué…? ¡Regresa aquí!― Ino no dudo un segundo en ir tras él quien bajo las escaleras al pasillo de los casilleros, la catira no estaba acostumbrada a ese esfuerzo físico, estaba agotada cuando llegaron abajo pero no hizo falta continuar, Kiba se detuvo frente a su casillero.―¿Qué demonios crees que haces?―le cuestionó al tiempo que le arrebataba la carpeta al tomarlo desprevenido.

    ―¡Ah! Maldición Ino, no me des esos sustos. Pensé que eras una profesora o algo, de ser así estaría frito― pensó en voz alta ligeramente aliviado.

    ―¿Qué estás haciendo?― volvió a preguntar tajante, cruzando sus brazos con autoridad.

    ―Oye, sé que no nos llevamos bien, pero me debes una…

    ―¡¿Cómo que te debo una? Yo a ti no te debo nada― le interrumpió con el ceño fruncido pero con las mejillas sonrojadas, era una mezcla extraña.

    Estará avergonzada; concluyó Kiba que estaba acostumbrado a la tranquilidad de Hinata

    ―¡Te atrapa esa vez! Además es importante.

    ―¿Qué? ¿Quieres borrar una mala nota que te hizo un profesor?

    ―No tiene nada que ver conmigo. A ver Ino entrega― dijo inclinando su cuerpo para quitarle la carpeta pero Ino fue más rápida, se apartó de él y continuo haciéndolo cada vez que se le acercaba pero eso lo harto y a lo salvaje la tomó de la muñeca lanzándola contra los casilleros y acorralándola sin oportunidad de escapar, todos se les quedaron viendo, a Kiba no le importaba pero con Ino era otra historia, estaba sumamente avergonzada, aunque eso se debía más que todo a otro factores que quería ignorar. El castaño agarro la carpeta quitándosela de la mano y luego se apartó de ella para borrar la nota de inasistencia de Hinata, Ino se quedo quieta sin decir palabra alguna viendo de reojo lo que hacía.

    ―¿Por qué haces eso por ella?― le preguntó curiosa, sin ninguna intensión de comenzar alguna discusión.

    ―No lo entenderías― dijo sin más, con una seriedad que no era común en él. Cerró su casillero y se encamino hacia las escaleras una vez más.―¿Qué haces? Muévete― en su única forma de ser Kiba como siempre de delicado, tomó a Ino de la muñeca llevándola con fuerza hacia donde iba él, pero cuando llegaron, encontraron a la profesora recibiendo sus cosas de parte de Matsuri alertando a ambos.
    ―Si se da cuenta que no está ahí ¡estás perdido!― le advirtió Ino
     
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