Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Kru., 8 Diciembre 2006.

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  1.  
    _KanaË

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    Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

    holas!!!!!!!!!!!!
    me encanto la conty!!!!!!!!!!
    naty*miko
     
  2.  
    Kotono

    Kotono Fanático

    Virgo
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    Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

    waaaaaaa me encantoooooooo!!1
    fue tan lindooo! *o*
    ke biien!! todo se pone un poco mas mono xD
    y mas por lo ke viene *¬*
    contiiii prontooooooooo!!
    sin presiones ....
    pero mi la kiere shaaaaaaaa!! -.-
    nos vemoos!
    besotes!
     
  3.  
    Rei_Ayanami II

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    Tauro
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    Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

    ¬¬

    :latigo:

    dejalo q trabaje solo ¬¬

    bueno amiga no importa

    me gusto mucho la continuacion

    q te perdono todo jejeje

    cudiate!
     
  4.  
    sweet_marli

    sweet_marli Guest

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    Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal
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    Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

    hola!!!!!!!!!!! chik todavia sigues atatiada con las tares?????????? hay no porfa cuando puedas dejanos conti!!!!!!!!!! porfavor!!!!!!!!ToT ke la verdad lo dejaste muy emocionante:)
     
  5.  
    CelesT

    CelesT Iniciado

    Libra
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    Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

    Conti, conti, conti ToT
    Espero que ya la puedass seguir
     
  6.  
    _KanaË

    _KanaË Fanático

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    Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

    holas!!!!!!!
    conty pronto!!!!!!!
    amiga por donde andas???????
    naty*miko
     
  7.  
    Rei_Ayanami II

    Rei_Ayanami II Usuario común

    Tauro
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    Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

    5 dias mas ToT

    FELICIDADES

    no pude llamarte no se no me salen las llamadas

    ToT ya sabes q te quiero mucho y suerte en el cole ¬¬

    cuidate!
     
  8.  
    Kotono

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    Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

    waaaaaaa contii prontooooo!!
    kru toy impaciente!
    (naah se nota xD )
    weno weno yo seguira pasandome por aki
    esperando una de tus maravillosas contis xD
    cuidatee muchoo
    besos!
     
  9.  
    _KanaË

    _KanaË Fanático

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    Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

    holas!!!!!!!!
    conty pronto!!!!!!!
    naty*miko
     
  10.  
    Kru.

    Kru. Guest

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    Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

    Tu…” Quiso decir, pero ningún sonido salió de su boca. Miró al suelo, confundido, pero ella tomó su mano y, algo agachada, buscó ver sus ojos de nuevo. Él le otorgó lo que pedía y la chica pareció algo intranquila y su corazón también latió con fuerza al descubrir que los ojos de ella volvían a su color natural, como el más dulce chocolate oscuro



    El patio nuevamente se inundaba de nieve, Tsuki observaba como los árboles dorados lentamente se iban llenando de la blanca escarcha y brillaban delicadamente ante la luz lunar. Tomó un sorbo de vino y sus labios se encendieron de un delicioso carmesí. Su boca se veía más tentadora que nunca y él la tomó por la cintura y trató de besarla. Pero ella corrió el rostro y sonrió.
    -¿no crees que tu viaje de negocios ya va terminando, Naraku?- sus ojos brillaron de malicia, como una niña pequeña que disfruta diciendo crueldades- vamos, que quiero estar sola
    -¿y así me dejas?- comenzaba a enojarse, como le molestaba esa caprichosa mujer. Tomó su capa y se la puso rápidamente. La miró una última vez, pero ella ya no estaba observándolo, sus ojos se dirigían nuevamente al patio y la copa nuevamente comenzaba a teñir sus labios de escarlata. Las masculinas facciones se fruncieron de indignación y desapareció en una neblina negra, tan rápido que, segundos después, cuando Tsuki volteó la cabeza, ya no estaba
    La fémina suspiró de alivio y su mano libre se dirigió suavemente al ventanal. Por más que tratara la boda debía de hacerse en cuatro días, o si no la profecía se volvería en maldición. Apretó un poco más la copa entre sus manos, pero no llegó a romperla. Cerró suavemente los ojos y nuevamente miró hacia fuera. Nuevamente habían haces de luz, pero estos eran más fuertes. Apretó un poco los labios, molesta, cada vez parecía más cerca y eso es lo que menos quería
    Lucho contra las ganas de quedarse ahí y sentir que los rayos la envolvían y le daban el calor que tanto necesitaba
    Estaba harta del sentir el frío punzante en su piel, pero el orgullo le daba un poco de ardor propio
    -otra copa- ordenó dejando la vacía en el mesón, la puerta se abrió y un hermoso joven de melena castaña y ojos azulinos hizo silenciosa aparición. Se le acercó, no había brillo en su mirada y parecía un pobre y guapo muerto viviente. Traía una botella de vino entre sus dedos y sirvió a la reina con suma educación.
    Mientras el líquido caía hacia la copa y la llenaba, Tsuki observaba al monje fijamente. Sonrió para sus adentros al verle en tan pobre estado. Lo había hechizado cuando su hijo estuvo en peligro de tener una recaída hace año y medio de la monstruosa enfermedad que casi lo mata a los doce años. Desde ese entonces ayudaba a proteger su reino de maldiciones de Dioses envidiosos o malévolos.
    Se le acercó y lo tomó por el mentón suavemente. Él la observó en silencio, sus ojos sin brillo atemorizarían a cualquiera, pero ella continuó sonriendo y dijo
    -El hechizo más cruel de todos…es en el que has terminado cayendo, gran monje Miroku- se le acercó vagamente y le acarició una mejilla- pobre ser desdichado…en el fondo, por más que tu pobre prometida diga que no recuerdas nada, en el fondo estás luchando desesperadamente por recobrar tu anterior vida…- Ahora sus labios estaban al lado de su oreja y le susurró- claro que podría matarte tal como debiste hace tantos siglos atrás.
    El joven no respondió, pero sus ojos se humedecieron un poco, Tsuki lo notó y no reprimió una sutil risa como manantial cristalino, la misma que utilizaba para hipnotizar al idiota de Naraku y complacer a su Sesshoumaru
    -Ahora quieres llorar de desesperación, monje…- Hizo una pausa y lo observó pensativamente y continuó hablando, esta vez seria- debería liberarte, la verdad es que de sirviente no me sirves de nada- Le quitó la botella de la mano y la dejó en la mesa-Además te ves patético para todos aquellos que recuerden tus días de gloria- Se le acercó y las manos de la mujer brillaron de energía. Estaban a menos de medio metro de distancia y ella seguía hablando con su tranquila y sensual voz- tampoco me sirves como amante, porque me rebajaría al estar con un humano y Tu diosa querría matarme- sonrió ante el recuerdo de la diosa guerrera que custodiaba el alma mortal del hombre.
    Su mano se acercó hasta su frente, pero tocaron la puerta
    -tsk…abra- respondió algo molesta. Miró al moje una última vez y le murmuró despectivamente- tendrás tu libertad después del matrimonio de mi hijo, no antes, vete
    Salió lentamente mientras un aturdido albino entraba a la habitación
    -madre…
    -¡InuYasha! Siéntate hijo- le sonrió sinceramente, era uno de los pocos de los cuales tenían tal privilegio
    -no…no es necesario- tosió un poco y dijo- quería saber como estabas y cuando será la boda.
    -yo bien, mi amor, gracias por preguntar- Miró por el ventanal una última vez, preguntándose si su hijo podría percibir los haces de luz que luchaban por alcanzarla. Lo observó, sus ojos brillaban distinto…maldición, se estaba enamorando, lo mejor era zanjar el tema de una vez- ah…y sobre el matrimonio, te casarás con Kikyou en tres días
    La copa de la cual InuYasha se disponía a beber cayó estrepitosamente al suelo y se hizo añicos

    -¿qué?
    -lo que escuchaste- la mujer fingió sorpresa- creo que olvidé decírtelo. La profecía…dice que terminarás casándote con la fémina con nombre de flor puesto que la princesa se negará rotundamente- Sonrió para sus adentros, lamentando que el muchacho sufriese, pero si quería que sus planes saliesen a la perfección tendría que engañarlo
    -es imposible, jamás he hablado con ella- se dejó caer en el sillón y se llevó la mano al rostro, tal cual hacía cada vez que estaba preocupado
    -el amor vendrá con el tiempo mi niño, ¿por qué no mejor vas a conocerla aprovechando estos tres días antes de que lleguen los invitados?- le sonrió y, él, asintiendo, salió de la habitación
    InuYasha esperó a alejarse lo suficiente del escritorio de su madre para exclamar
    -mierda…- se apoyó con fuerza contra la pared y cerró los ojos- …una mierda me importa la hermana cuando yo voy a acostarme con la otra…
    -para salvarla… ¿no?
    -Sango…no molestes
    -Kagome te espera, creo que ha tomado una decisión
    Se incorporó rápidamente y observó a la castaña.
    -Bueno, era de esperar, a medianoche vence el plazo
    -ve con ella y apóyala
    Comenzó a caminar hacía la habitación de la princesa cuando sango le detuvo sosteniéndole una manga del haori
    -…Está en tu alcoba- Hizo caso omiso al rostro sorprendido del chico y continuó, esta vez en un susurro rápido y serio- procura que no le duela, InuYasha
    Dudó, pero asintió finalmente y, cambiando el rumbo, se dirigió a su cuarto

    *****

    Se ke meresco la muerte o algo mas grave!!! pero lo siento es ke el colegio esta matandome TT_TT
    Besos, cuidense y perdonenme pq solo puedo meterme los fines de semana
    Besos
    Las adora
    Kru.
     
  11.  
    _KanaË

    _KanaË Fanático

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    Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

    holas!!!!!!!!!
    me encanto la conyty amiguis!!!!!!!!
    naty*miko
     
  12.  
    Kotono

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    Virgo
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    Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

    uyyyyy!
    esto se pone muy interesante!!!
    me encantooo!!
    y ahora kiero veer si inu y kag aran eso xD
    contii prontooo!!
    y suerte con tu colegio ^^
    cuidate muchoo!!
    besos!
     
  13.  
    Rei_Ayanami II

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    Tauro
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    Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

    si creo q mereces eso y más

    :hacha:

    nooooooo!!!

    = te extraño mucho ToT

    yo esta eb examenes no entre toda una semana ToT

    cuidate!!
     
  14.  
    Kru.

    Kru. Guest

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    Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal
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    Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

    Cuando abrió la puerta sostuvo el aire, impresionado
    Ella estaba de pie, dándole la espalda, con toda la luz lunar golpeándole el cuerpo y alargando su silueta casi hasta la mitad de su habitación. Cerró la puerta y su propia sombra se hizo presente entre la blanca luz, casi hasta tocar la de Kagome.
    Al sentir el sonido de la puerta regresando a su lugar con suavidad, ella volteó su cabeza delicadamente para observarle, había una especie de nostalgia en sus ojos castaños que destellaban ante los haces que su madre creaba alrededor del reino.
    -príncipe…- le susurra y su voz es miel deslizándose en su orejas sobre-humanas. Él da unos pasos para acercársele y mira unos instantes sus sombras fusionándose.
    -kagome…-suspira y, ya juntos, tímidamente le toma la mano, es cálida, contrarresta la cotidiana frialdad del distinguido palacio. Intenta sonreírle, pero no lo logra
    -Princesa…- le corrige suavemente con una débil sonrisa- en…estos momentos…solo puedo sentir que estamos muy lejanos…tanto así que...aquel nombre en tus labios…no parece mío.
    InuYasha siente como si un balde de agua muy, muy fría cayera de pronto en su cabeza, le recorre un horrible escalofrío y la abraza. La percibe apoyar la cabeza en su hombro, temblorosa y cierra los ojos con fuerza, no es que tenga miedo, sabe que posiblemente le va a doler; no son tantos nervios, bastaba con volver a evocar la imagen de InuYasha y sus ojos teñidos de almíbar. Tan solo era tristeza, porque ella siempre pensó que sería mucho después…y con su consentimiento.
    Ahora que él no puede verla bien sonríe algo más tranquila, disfrutando de los intranquilos latidos del corazón de su acompañante. De todos modos sí había consentimiento. De haberle dado a escoger habría ido sin duda hasta el joven príncipe lunar
    -¿estás segura?- se siente estúpido al preguntar; se separó un poco y desvió la vista, avergonzado.
    La observó asentir con melancolía, ella también trata de sonreírle, pero tampoco puede.

    No me preguntes más por mí
    Si ya sabes cual es la respuesta
    Desde el momento en qué te vi.
    Sé a lo que voy”

    Lo abraza con timidez y vuelve a asentir. Percibe con fuerza el aroma del chico., cierra los ojos y vuelve a aspirarlo con suavidad. Sí, le gusta. Es rico y fresco…
    Es real.
    Él la rodea con sus brazos y suspira. Ella sostiene entre sus manos parte de la ocre camisa, Aun siente miedo, pero sabe que tendrá que quitárselo de encima de alguna forma

    “Yo me propongo ser de ti
    Una victima casi perfecta
    Yo me propongo ser de ti
    Un volcán o el amor tal vez
    Es un mal común”

    Los latidos se unen y palpitan en ritmos diferentes, les duele, pero no quieren separarse. La chica lo observa, ya no hay tanta tristeza en sus ojos, eso alivia al hanyou, pero solo un poco.

    “Y así como vez, estoy viva aún
    Será cuestión de suerte…”

    Se agacha un poquito y la besa. Es una caricia lenta y sabrosa. La princesa corresponde al instante… ha comenzado a descubrir que le encantan esos labios sobre los suyos, a pesar de que su nombre le pareciera lejano en esos momentos.
    La sensación de ella tan dócil entre sus brazos le emocionó, la estrechó más contra su cuerpo y su corazón se disparó en un pasional latir
    La masculina mano acaricia su espalda y la otra descansa sobre su cintura. Su lento tacto le causó escalofríos, apretó con más fuerza la camisa. Eran placenteras…eran cariñosas. Su lengua pidió permiso para entrar y ella accedió, curiosa. Sus manos apretando la camisa comenzaban a soltarse y subir hasta sus brazos. Otra corriente eléctrica recorrió su columna y, lentamente, el beso fue terminando. La respiración del príncipe estaba algo agitada, se miraron a los ojos. Kagome los abrió, la sorpresa brillaba en ellos. Sonrió ahora abiertamente y exclamó.
    -¡Ambarinos!

    “Creo que empiezo a entender
    ¡Nos deseábamos desde antes de nacer!
    Tengo el presentimiento de que empieza la acción
    Y las mujeres somos las de la intuición”

    -¿qué?- parpadeó extrañado y ella, levantando un poco la punta de sus pies, alcanzó su rostro y le robó un beso
    - no sé por qué…desde que te vi por primera vez, desde que te conocí…- hablaba con tal suavidad y sus ojos brillaban con tal alegría que aquello le hipnotizó. Jamás la había visto tan feliz desde que la espió, con ella en la alta rama del árbol milenario, admirando su pueblo y la negra noche- Sospechaba que eras tú…el de los sueños.

    “así, estoy dispuesta a todo”

    Debieron de ser los recuerdos y un poco del presente lo que ocasionaron un fugaz brillo azulino en el iris de la joven. El príncipe no cabía en sí del asombro. La tomó de los hombros y le rogó una explicación.
    -No existe- y se puso a llorar. Él se sintió culpable y la abrazó para calmarla, se sentaron juntos en el blanco lecho y a la chica le gustó la suavidad en que sus cuerpos se hundían. Sus dedos palparon la exquisita tela que antes era de color carmesí, pero ahora era de un grisáceo perlado.
    Sí…era un lindo lugar para una primera vez. Habló ya más tranquila
    - No sé lo que está ocurriendo…solo sé que todas las noches de mi vida he soñado con un joven de larga cabellera albina y ojos dorados, que me acompañó siempre…incluso cuando ambos…estuvimos al borde de la muerte unos años atrás.
    Ahora era el turno del príncipe de sentir un escalofrío. La observó fijamente y respondió algo tartamudeante
    -¿a…a los doce años?
    Lo miró rápidamente, asustada. Se llevó una mano rápidamente a la boca y sus mejillas rápidamente se tiñeron de rojo.
    -Un…terrible estado de coma…- aclaró suavemente, sintiendo su cuerpo temblar y sus azabaches cabellos caer suavemente sobre sus hombros.
    -¿eso fue lo único que pudo dilucidar la gente de tu mundo?- preguntó interesado. La tomó de los hombros y se miraron fijamente- Princesa…lo que sufrimos…fue una maldición.
    Ambos estaban muy emocionados. Ella no puede evitar abrazarle con fuerza, cayendo ambos al lecho. Ríen, Se sienten más unidos que nunca. Ya habría tiempo de explicaciones
    -¡existes!- se susurran al unísono, mientras se estudian detenidamente el rostro, la alegría irradia de tal manera por sus ojos que ambos se ven de colores completamente desconocidos para uno, pero anhelados desesperadamente para el otro.
    Kagome esta sobre él y puede sentir ambos corazones nuevamente juntos, siguen palpitando con desenfreno, pero no les duele, porque parecieran irradiar la paz de unos amantes que han esperado toda una vida por conocerse
    Él la mira con ternura, los ojos de ella están llorosos de emoción. Le acaricia los oscuros cabellos y acerca suavemente su rostro al suyo. Se besan ante la tenue luz, la única que será confidente de aquel beso…el verdadero primer beso

    “Yo te propongo un desliz
    Un error convertido en acierto
    Yo me propongo ser de ti
    Un volcán o el amor tal vez
    Es un mal común
    Y así como vez
    Estoy viva aún
    Será cuestión de suerte”


    Cuando lentamente la ropa comenzó a estorbar, comenzaron a despojarse de ella entre pequeñas risas y tactos. Kagome descubrió el torso desnudo de InuYasha y, pasando sus suaves dedos de él, sonreía mientras decía:
    -está mejor de lo que pensaba…- rieron un poco y entre suaves besos, le susurró- porque, efectivamente, es real.
    Él estaba medio incorporado en el respaldo de la cama, ella se sentó sobre él antes de quitarle los pantalones y se dedicó a inspeccionar aquellas extrañas orejas de perro. Se acercó bastante ante un sonrojado príncipe que tenía ante el la perfecta vista de sus pechos desnudos.
    Acarició con sus dedos las orejas, acariciándolas suavemente. Él gimió suavemente de placer, sorprendiéndose hasta a sí mismo. Ella medio rió y continuó satisfaciendo aquellas pequeñas tan olvidadas y bonitas para todo el mundo
    -Princesa…Terrenal- le susurró mientras la aprovechaba tan cerca para lamer y besar sus senos, perfectos a la medida de su mano. Sintió como se estremecía y, sonriendo, cerró sus ojos antes de succionar uno de los rosados pezones.
    La chica gimió dulcemente, todo esto era un perfecto sueño, pero ya no estaban en pasillos oscuros y cálidos, todo se había clareado y hoy se encontraban tocándose y conociéndose en un blanco lecho, pudiéndose ver las caras a plena luz azulina de la noche.

    “Creo que empiezo a entender
    ¡Nos deseábamos desde antes de nacer!
    Tengo el presentimiento de que empieza la acción
    Y las mujeres somos las de la intuición”

    Aprovecharon cada segundo que tenían como el más preciado de los alientos y el primer y último latido de sus corazones. Se entregaron con tanto amor que lo que ella temió sería uno de los dolores más grandes de su adolescencia, se volcó como uno de los mejores recuerdos que conservaría para el resto de sus días.
    Junto al segundo, que había llegado de golpe y volvía de a poco, cuando descubrió el secreto del príncipe.
    Ella era Kagome Higurashi, y no estaba loca como decían todos los de su pueblito. ¡¡Estaba cuerda, existía y podía jactarse de cosas que quizás ningún otro humano podría en quinientos años!!
    Tampoco era rara como escuchó que la sicóloga decía a su ayudante una tarde de junio, cuando tenía nueve años. Bueno…Pensó en un ligero momento cuando abrió los ojos y descubrió a un exquisito hanyou descansando a su lado, enarcó una ceja, divertida; tal vez no tan rara como pensó tantos años.
    Podía decir que era la mujer más feliz del mundo esa noche, que nada podría arruinar tan maravillosos momentos.
    Pero existía algo llamado tiempo, una mujer gélida que amó en su pasado llamada Tsuki, también una vida perdida que esperaba recobrar a costa de la suya.
    Mantenerse alejada del príncipe y sobrevivir hasta el día de la boda, donde seguramente la Luna le daría la opción de revivir a su padre. Ella aceptaría mientras Kikyou indudablemente pediría todos los lujos que, como familia, jamás podrían conseguir. Luego volverían a casa y Kagome trataría de olvidar, reconfortándose en la imagen de su amado desconocido.
    Al menos, suspiró, ese habían sido sus planes hasta unos cuantos días atrás. Ahora, justamente a tres días de la boda, su desconocido respondía al nombre de InuYasha y, curiosamente, también al de un solitario príncipe que amó sin querer desde el primer momento que se posó ante sus ojos.
    Se incorporó pesadamente, sintiendo adoloridas las piernas, ¿qué haría ahora? la dulce miel de los recuerdos se escurría abandonándola y dejando un curioso rastro amargo que le causó escalofríos de dolor.
    No quiso mirarlo mientras encontraba su ropa y se la ponía lentamente. Sabía por las últimas horas que estaban unidos en alma de una manera que aún no alcanzaba a comprender, trató de alegrarse y no llorar, o sino él lo notaría y despertaría. La miraría con sus hipnotizantes ojos y se sabría perdida entre sus brazos para siempre.
    Cerró la puerta, ya estaba amaneciendo y tenía la esperanza de que Kikyou se hubiese preocupado al menos un poco por ella. Se dirigía a su elegante celda cuando sintió unos pasos que venían del otro lado y se acercaban.
    Kagome Se quedó estática mientras veía a Sesshoumaru caminando tranquilamente hacía ella.
    La observaba con sus ojos gélidos y, por la forma en que la inspeccionaban, parecían regodearse de cada centímetro de su piel. No pudo moverse y, cuando estuvieron de frente, el hombre sonrió de lado, satisfecho al ver los resultados de su venganza a medio cumplir.
    -Aun me sirves, princesa- Le susurró lentamente, con el mismo tono que utilizaba antes para hipnotizar mujeres mortales, atraerlas y, finalmente, devorarlas. Unió algo de energía en su mano y le acarició el rostro. La chica se paralizó, esa caricia no le causaba dolor. El demonio sonrió y, soltando la energía, convirtió su caricia en un torrente de eléctrico placer que recorrió todo el cuerpo se su victima. Kagome no pudo evitar gemir con fuerza y sorpresa, Esos ojos dorados inspeccionaban sus reacciones calculadoramente. Su cuerpo se contrajo y tanto placer le causó un dolor extraño e insoportable
    El Hombre continuó sujetándole el rostro, extrañamente aquello era lo único que impedía que Kagome cayera sin fuerzas al suelo. Lo observó sonreír nuevamente y, por la forma en que él movía sus dedos, temió otra descarga y trató de cerrar los ojos, pero no podía. Parecía que él controlaba hasta su agitada respiración.
    -¿Te gustó?- Le susurró suavemente, regodeándose al verla acabada, como si le hubiesen lanzado tres hombres encima. Movió su pulgar, rozando los labios enrojecidos, y ella gimió, adolorida y temblorosa- espero que sí, porque estoy seguro de que jamás serán capaces de darte orgasmo semejante.
    Rió al verla cerrar los ojos y aguantar las lágrimas. No quería llorar y despertar al bastardo de Tsuki, que lindo…
    Sonrió nuevamente y le devolvió un poco de energía, la suficiente para que pudiese llegar a su habitación, no iba a desperdiciar la que le había robado, por supuesto. La soltó y ella alcanzó a aferrarse a la pared para no caer. No la miró, podía sentirla respirar con fuerza y tratando de calmar su humano corazón. Su cuerpo se tensó y sintió deseos de besarla nuevamente. Descubrió en la energía de esta mujer lo que no había sentido hace milenios. Chasqueó la lengua y continuó caminando. Por si no lo recordaba, había una ansiosa Tsuki esperándolo, y él le daría todo lo que ella quisiese, le haría creer que, en realidad, no le había molestado tanto la humillación de la otra vez.
    Pero…pobre de su amada, pensó con crueldad mientras aun le quedaba un largo trecho por recorrer en el enorme palacio, para su desgracia él sí había leído toda la profecía.
    Ya había descubierto las intenciones de la Diosa Lunar y, por más que la amara, jamás permitiría que un ser así cumpliese semejantes objetivos. Miró el techo, aun le quedaba bastante honor.
    Pudo dejar de sentir la presencia de Sesshoumaru y, sin aguantarlo más, corrió hacía su habitación.
    Abrió la puerta con fuerza y entró tambaleándose. Adentro, Kikyou la esperaba sentada en la cama y con la blanca camisola de dormir.
    Se miraron fijamente y Kagome descubrió en la mirada de su hermana la misma de hace tantos años atrás, una época en que juraron que podían leerse el pensamiento. Bajó la vista y fue a buscar su propio camisón.
    Kikyou, comprendiendo, se dedicó a mirar la luz blanquecina en silencio. Se quedó así unos cuantos minutos después de sentir la cama hundirse con el peso de Kagome. Masculló una maldición y se tendió en la oscuridad.
    E inclusive medio dormida se negó a creer en la mirada de su hermana. No podía ser…
    Se entregó a Morfeo con un último pensamiento coherente, uno que decía que, tal vez, si estaban enloqueciendo.




    Creo que les debo unas disculpas realmente grandes, no haberlo continuado en tanto tiempo...
    tengo muuuxas escusas, pero ninguna me gusta del todo. Lo continue hoy porque tuve los suficientes animos, a pesar de que me kede en casa por estar con fiebre y resfriada.
    Lo que me mató las ganas de seguir esta historia fueron mis dudas sobre el lemmon, pero, finalmente, muy tarde me temo, logre continuarlo sin infringir (creo) las reglas del foro
    Espero que disfruten este capitulo, relei toda la historia (que en ese momento llegaba a las 45 hojas) para poder sentir qué venía a continuación.
    Y...aquí lo tienen, espero no decepcionaros.
    Se despide
    Kru.
     
  15.  
    Kotono

    Kotono Fanático

    Virgo
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    Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

    woooow!

    la espera valio la pena!

    fue genial y todo magicamente narrado *-*

    me gusto mucho

    incluso cuando salio Sesshoumaru con sus cosas

    fue super!

    espero la continuacion ansiosa ^^

    tu historia me sigue dejando enganchada

    cuidatee!

    besos!
     
  16.  
    Nightwish_6

    Nightwish_6 Guest

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    Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal
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    Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

    conri
     
  17.  
    sukiomi_love

    sukiomi_love Iniciado

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    Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

    esta padre
     
  18.  
    Shinku_rozen

    Shinku_rozen Entusiasta

    Virgo
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    Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

    hooooolllaaaaaaaaa,ayer a penas termine de leer tu fic y esta muy bueno aun ke la verdad si te tardaste un buen pero lo importante es ke lo sigues y ke lo continuaras y la verdad te kedo muy buena la continuacion n.n
     
  19.  
    Shinku_rozen

    Shinku_rozen Entusiasta

    Virgo
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    Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

    esto kisiera saber algo este estaba leyendo esta historia y otra ke son kasi lo mismo del hijo de la luna ecepto ke kambian unas cosas por ke aki todo ocurre con Dioses pero en la otra es en la Tierra, yo solo kiero saber si la Historia es tuya y la estas escribiendo en el otro foro o ke paso pero ps aun asi tu la estas escribiendo mas interesante hehehehe bueno eso estodo solo kiero una aklaracion de mi duda
     
  20.  
    Kru.

    Kru. Guest

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    Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal
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    Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

    uh? pues...sí, es completamente mía, a excepción de la canción, claro está
    Creo que muchas en el foro han hecho fics con la canción, he pillado al menos dos ^^
    y a que te refieres con el otro foro? no lo entendí muy bien ^^U

    Y bueno, aquí está la conti del fic:


    Últimamente sentía que estaba durmiendo demasiado.
    Abrió pesadamente los ojos y miró el techo de su habitación. Letras brillaron ante la pálida luz del extraño lugar. Le costó un poco entender lo que decían, parecían bailar con suavidad.
    Que quien su hijo inmola, para no estar sola…
    -Es cierto…esta no es mi casa…- pensó vagamente Kagome mientras se levantaba. Se restregó los parpados con la punta de los dedos, los ojos le ardían. Masculló una pequeña maldición, sería que estos días no había hecho otra cosa que llorar.
    No quiso levantarse del todo, tenía acalambrado cada músculo de su cuerpo, en parte por haber estado con el príncipe, en parte por el maldito de Sesshoumaru.
    “Tómalo como una compensación por todo el dolor que te causé” le pareció que él decía mientras se alejaba, siempre sumido en sus pensamientos.
    No quería incorporarse, pero…sería demasiado sospechoso si se quedaba todo el día en cama.
    Kikyou estaba en la ducha, esperó pacientemente a que su hermana terminara para darse un merecido baño de agua caliente.
    La joven salió con una bata blanca con una flor de iris dorada bordada con maestría. No la miró mientras se dirigía al tocador. Kagome no necesitó de cerrar los ojos para sentir el intenso aroma a flores y hierbas naturales que provenían del pelo y el cuerpo de Kikyou. Ya no era como en el pasado cuando pasaba minutos guardando ese aroma con sus párpados cerrados, esperando que cuando ella terminara lograra encontrar la medida justa para lograrlo, tal como ella.
    Suspiró y se levantó, se mordió el labio para no gemir de dolor y, muy despacio, se propuso a caminar hacia el baño.
    -Espera…-escuchó la melodiosa y femenina voz de su hermana llamándola fríamente. Se detuvo en el acto, conteniendo la respiración- Mírame.
    La pelinegra parpadeó extrañada y se arrepintió enseguida, su ojo izquierdo lagrimeó y se dio vuelta mientras se lo secaba. No lo entendió bien, pero su ojo derecho alcanzó a percibir perfectamente como la mirada de Kikyou se ampliaba y sus labios se abrían de sorpresa. Siquiera trató de ocultarlo, y eso sí que era raro.
    -¿Kagome?- Se le acercó lentamente. La chica sintió miedo y retrocedió, chocando con el tocador. Instintivamente se tocó una mejilla y volteó para verse al espejo.
    La menor de las Higurashi vio en su reflejo la misma mujer que había cumplido dieciséis hace menos de dos semanas.
    Habría jurado que era ella de no ser porque sus ojos, sus hermosos ojos color chocolate, ahora brillaban de un color azul, el más hermoso que creyó ver en su vida.

    **

    -Llegará en la tarde
    Tsuki obvió el comentario de su amiga y continuó bebiendo tranquilamente vino. Tsurue suspiró
    -¿Siquiera vas a hacer algo para que su llegada sea más grata?
    -Sí, por supuesto- dijo lentamente la Diosa mientras bebía pausadamente, negándose a ver a su amiga, cada vez más molesta- ordenaré a Sesshoumaru que lo mate mientras duerme- levantó un poco la vista, solo para que la otra se encontrase con su mirada gélida e indiferente-¿Te parece?
    Tsurue desvió la vista, furiosa.
    Muy bien, esto ya era el colmo.
    -¡No puedes negarte a recibir a tu amante más preciado!
    -¿Quién dijo que él lo era?- Tsuki quiso fingir sorpresa y mentirle como lo hacía con InuYasha, pero no pudo frente a la mismísima verdad, pues era completamente inútil. Suspiró- escucha, ya no me interesa, puedo congelarme otros diez años.
    Quiso mirarla, pero la luz de la ventana se hizo demasiado fuerte y le dolió la vista. Siguió bebiendo su vino con los ojos cerrados.
    -No es lo correcto, sabes cuales son tus responsabilidades.
    Ahora sí fue capaz de mirar a Tsurue con odio y decir lentamente:
    -No creo que a nadie le importe mucho si me estoy muriendo de frío o no- Su orgullo le proporcionaba algo de calor, aquello le permitió levantarse y acercarse a la otra mujer, la cual quedó atrapada entre ella y el escritorio. Se miraron fijamente, una buscando intimidar a la otra, la otra anhelando hacerla entrar en razón.
    -No podrás negar a Taiyou por más tiempo- comenzó la pelinegra, sintiendo como su corazón se disparaba, nervioso.
    -Lo negaré cuanto se me de la gana- contestó enseguida, con una mirada que no podía más que recordar a una víbora- Sabes que soy libre de amar a quien me plazca, y no me ataré a alguien que aparece cuando le place, me usa y se va otra vez.
    No supo responder a eso, por lo que calló y bajó la vista, mordiéndose levemente el labio inferior.
    Tsuki respiró hondo y se alejó de su amiga. Se querían desde hace milenios, sabía que tenía un carácter fuerte para cumplir las profecías, pero, después de todo, era bastante débil.
    -Iré a hablar con mi hijo- agregó mientras se alejaba.
    Y la dejó sola en el despachó. Las piernas de Tsurue temblaron y se sentó en el escritorio. Tomó la copa de licor que quedaba mientras pensaba que todo iba de mal en peor.

    **

    El castillo se iba llenando de invitados para la boda e InuYasha los evitaba en su habitación.
    -Dioses y demonios- masculló, molesto- Son solo un estorbo…junto a todas las ninfas, los minotauros, las hadas, los ángeles…- Se tiró a su cama y suspiró, resignado- Los detesto…
    Aspiró el aroma de la princesa impregnado en sus sábanas y sonrió, Bueno, al menos había un ángel que encontraba realmente bello…
    La puerta se abrió y su madre albina lo encontró tirado entre las sábanas. Tuvo un mal presentimiento, pero le habló con el tono más dulce que tenía.
    -Hijo…
    -¿Sí, madre?- Se medio incorporó y la miró fijamente, serio. La cara de ella le recordó de pronto unas de las últimas palabras que le dijo
    “Te casarás con Kikyou
    Tsuki comprendió cual era su mal presentimiento, los ojos de InuYasha estaban dorados y podía leerse en ese hermoso almíbar derretido que su corazón al fin le había encontrado
    “De la mujer que ha de pertenecerle,
    Nacida donde él siempre debió permanecer”

    -Hijo…- le susurró, temblorosa- Tus ojos…
    -¿eh?- Miró hacia los lados y se encontró con un espejo, Miró su rostro y parpadeó.
    Y parpadeó otra ver.
    Y lo intentó de nuevo.
    …Pero, de todas formas, no estaba soñando.
    -ma-madre…- Logró articular, sin poder dejar de mirar el espejo.
    -Es parte de la profecía hijo, tranquilo…- murmuró Tsuki, apretando los puños disimuladamente.
    InuYasha recordó como Kagome siempre hablaba que el hombre con el cual soñaba tenía los ojos dorados. ¿Sería posible que estos hubiesen cambiado luego de…? Se sonrojó y quitó esas imágenes de su mente mientras agradecía no ser completamente humano y, poder así, guardar sus pensamientos y que su madre no pudiese leerlos.
    -Con que parte de la profecía- Levantó un poco el espejo y sus ojos y hebras brillaron seductoramente producto de la luz natural que era cada vez, de a poco, más amarilla, más tibia, más…real.
    -Hijo, hoy se anunciará públicamente quién habrá de ser tu esposa
    El chico dejó el espejo a su lado y la miró fijamente. Tsuki, en el fondo, admiró el nuevo color de su hijo, gustándole mucho más que el gris que tenía normalmente. Así era muchísimo más guapo y digno de estar en el palacio.
    Escuchó que le decía en un tono firme y serio:
    -Está bien, me casaré con la princesa terrenal- Se levantó, era bastante más alto que la fémina, sonrió de lado, Tsuki se sorprendió al descubrir la misma sensualidad y seguridad que ella acostumbraba a usar en sus proyectos- Nada va a quitármela…No otra vez.
    “¿otra vez?”Pensó la mujer, extrañada, pensó en los sueños de ambos jóvenes, pero desechó la idea, su hijo parecía estar hablando de otra cosa, algo mucho más antiguo e importante.
    Logró recobrar la postura ante su hijo, quien actuaba como alguien completamente distinto.
    -Ya sabes lo que te dije- comenzó con un tono autoritario y frío- Terminarás casándote con la chica flor, la princesa jamás aceptará casarse contigo.
    Lo observó con cautela, Se dirigía a su armario. Sacó su chaqueta roja y se la puso. Caminó a la puerta, sin mirarla ni una vez.
    Tsuki ya iba a reprenderlo por su falta de respeto cuando InuYasha, lentamente, volteó un poco su rostro, solo lo justo para observarla fijamente y que ella pudiese ver parte de su sonrisa, llena de triunfo.
    -… ¿Eso crees?
    La mujer sintió un escalofrío cuando quedó sola, recordando como había abandonado a Tsurue en su despacho
    Y como, solo minutos después, su hijo la dejaba en su habitación.
    Salió educadamente, logrando pasar desapercibida, lo cual ya era bastante complicado considerando su propio orgullo. Se dirigió al comedor, la comida debía estar lista para la noche, el salón de baile, todo.
    Suspiró. Sabía que vestido debería ponerse, todo debería ser como a lo antiguo, como la época francesa. Sonrió mientras sus finos dedos acariciaban las suaves paredes de los pasillos. Todo sería fastuoso y hermoso…tal como esa…una de las pocas veces que pudieron verse.
    Caminó tarareando una canción de cuna de la época, una que estaba segura que la gente que hoy vivía en al tierra jamás había escuchado.
    Era la canción que le cantaba a InuYasha cuando era un niño, para asegurarse de que en él se quedaban todos esos pequeños recuerdos felices que, algunas veces, creyó tener junto al Sol.

    **

    -El perro está extraño- murmuró para sí Sango sentada en su butaca verde favorita mientras veía a una ansiosa Kagome pasearse por la habitación. La había estado mirando ir y venir de un lado a otro todo el tiempo, pero ya se estaba cansando. Respiró hondo y le preguntó dulcemente, con el mayor de sus intentos por una “sonrisa comprensiva” que una asesina de su calibre podía tener- ¿Te inquieta algo?
    La joven frenó, justo al centro de la habitación, y fijó su atención en la exterminadora.
    -Pues…de hecho…sí- dijo suavemente, con toda la calma posible, pero sus manos se retorcían inquietas y parecía que luchaba con todas sus fuerzas por no ponerse unas zapatillas y salir a correr al patio. Una de sus manos subió y se señaló los ojos- No sé que pasó con esto…
    Pudo apreciar congoja en la expresión de la princesa. Pensó su respuesta mientras jugaba con su cabello en cola de caballo.
    -Debió pasar luego de que vosotros…
    -¡¡¡Shhhh!!!- la interrumpió Kagome de golpe, sonrojándose por milésima vez en el día. Sango enarcó una ceja y no supo se reír o desconcertarse y, por como iban las cosas en esta gran ironía, optó por la primera.
    -Princesa, asume lo que haces sin tantos líos- Continuó la chica con una sonrisa- Tu hermana está vistiéndose y, por el vínculo que poseen, ya debió averiguarlo todo.
    -¿tú crees?- El sonrojo ya era, definitivamente, algo permanente en su piel- ¿y qué le diré a mis padres?
    Se hizo un silencio, Kagome había hablado sin pensar; bajó la vista.
    Sango se levantó lentamente, como un animal a su presa; algo no iba bien, pensó; Trató de leer los pensamientos de la joven, pero esta…los había bloqueado.
    ¡Maldición! Ahora estaba obligaba a usar su “habilidad comunicativa”
    -… ¿qué es lo que ocurre?- trató de preguntar amablemente, y se sorprendió al descubrir que lo logró bastante bien.
    Ella no contestó enseguida, pero cuando lo hizo, a Sango se le heló la sangre.
    -¿por qué no lees mi mente como siempre y lo adivinas?
    ¿Cómo una humana sin consciencia de los poderes espirituales, como un libro abierto, podía de un día para el otro poseer aquella cantidad de poderes?
    Sango la observó bien, definitivamente, además de sus ojos algo había cambiado en su interior, solo que ella aun no lo notaba.
    Y, Si tenía verdaderas intenciones de tirarlo todo por la borda y revivir a su padre, estaban en un grave problema.
    -Mi jefa me va a matar…- Soltó la castaña por fin, volviéndose a sentar. Estaba atardeciendo y la cena sería pronto considerando todo el ruido que se escuchaba en el castillo.
    -¿Tu jefa? ¿Quién…?
    -Kagome.
    Kikyou estaba a sus espaldas, sosteniendo un hermoso vestido color verde oliva.
    -Ya es casi la hora.
    La chica asintió, todavía sintiendo vergüenza de mirar a su hermana a los ojos. Tomó el vestido, que, a pesar de los adornos que tenía (muy franceses, curiosamente) le encantaron. Lo inspeccionó detalle por detalle y sonrió.
    Esta sería una noche especial, estaba segura.
    Después de todo…
    ¿Qué podía salir mal?

    Continuará....(chan chan! XD)
    besoooos!!! posteeenme mucho, largo y tendido con opiniones!!! ^^
    Las kero y, ¡gracias!
    Kru.
     
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