Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

si!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! ya regreso ya se aprecio por lo menos en el otro fic ahora falta conti en este !!!!!!!!!!! esperamos pacientes amiga ke bueno ya tenerte de regreso:)

 

Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

Apenas escuchó la puerta cerrarse Los ojos de Sango dejaron de mostrar formalidad y educación y se tornaron fríos, apretó los puños hasta que sus nudillos se pusieron blancos, una parte suya agradeció no tener garras y así no lastimar su piel, la otra lamentaba profundamente el no poder hacerlo.
Quería llorar y gritar, romperlo todo a su alrededor y destruir a cualquier bestia que se pusiera en frente. Caminó lentamente por los pasillos, cada paso hacía crecer la ira en su interior. No podía creerlo, el estúpido de InuYasha no parecía cumplir su promesa, ¡y para colmo, la vida de Kagome peligraba y todos sus malditos temores se habían vuelto ciertos!
Se contuvo a asesinar a sangre fría a la criada Hanyou que pasaba rápidamente a su lado. En estos momentos no quería saber nada de híbridos, sobre todo de aquel traidor.
Abrió los ojos, sorprendida, al encontrarse ante la famosa puerta de color plateado. Había estado caminando todo el tiempo en dirección contraria, no pudo evitar sonreír, enfadad consigo misma, en otros tiempos eso le habría llevado seguramente a una inevitable muerte
Abrió la puerta, con él toda la educación desaparecían cuando estaban solos, de no ser por órdenes ya le habría arrancado las caninas orejas con las propias manos
Le descubrió dándole la espalda, mirando los astros. Se dio vuelta lentamente, la luz blanquecina hacía resplandecer sus ojos grises y le daban el brillo tal de dolor y tristeza que sentía en esos momentos
-¿qué quieres, Sango?- preguntó suavemente sin perder en ningún momento la cordialidad, la verdad parecía perdido en otro universo
La mujer perdió por unos segundos todo el coraje con el cual iba a responder. Esa mirada…esa tristeza, era la misma que veía al mirarse al espejo cuando estaba sola, completamente sola y no había necesidad de fingir
-Prometiste que lo devolverías- sus manos se tensaron nuevamente. Su mirada era odio puro- que sería capaz de recordarme
InuYasha no pareció molestarse por el rencor y las energías malignas de la muchacha hacía él. Nada parecía hacerle daño en estos momentos, o quizás todo alrededor le estaba matando lentamente y sus ojos se adormecían al son de cada dolorosa punzada. Nuevamente su rostro era algo indescifrable
-Necesito un objeto suyo, un fuerte recuerdo que le haga reaccionar- Suspiró, como si le entristeciese ser devuelto de tal forma a la realidad- Sabes que no es así de sencillo, Tsuki le borró la memoria y agotó fuertemente la mayoría de sus poderes espirituales, hasta casi dejarle sin vida nuevamente- Sango cerró los ojos y los puños con fuerza, tratando de reprimir las lágrimas que luchaban por salir- está débil, apenas y quiere saber de las personas y solo habla si Ella se lo ordena.
Lo siento, por ahora no puedo hacer nada.
-Comprendo…-respondió finalmente, sintiendo la derrota y la desesperación recorrer su cuerpo. En aquello pequeños momentos de debilidad no podía odiarle, siempre se mostraba gentil y hasta simpático con ella, el único ser con sangre demoníaca en sus venas que le demostraba respeto y una mirada sincera, sin cinismos ni mentiras de por medio
No…no quería más mentiras, quería recuperarle, ¡¡¡haría lo que fuese por tenerle nuevamente a su lado!!
-yo te traeré algo de él, lo prometo- sus ojos brillaron, llenos de enérgica decisión. InuYasha sonrió con los labios y algo cansinamente al verle tan hermosos, la luz plateada parecía contribuir a su resplandor
-ve, vuelve pronto y trataré de darte solo noticias alegres- ahora una abierta y amigable sonrisa se puso en su rostro lleno de amabilidad. Fue más de lo que Sango pudo soportar, sus ojos se humedecieron y comenzó a llorar en silencio, asintió también con una sonrisa y se inclinó levemente en señal de cordial despedida, él hizo lo mismo y segundos después la puerta se encontraba nuevamente cerrada.
Sango se limpió las mejillas suavemente con la palma de su mano y suspiró, quizás ese maldito híbrido, como gustaba decirle, era más de lo que aparentaba fríamente en ocasiones.
Quiso saber el motivo de semejante tristeza que había visto en sus labios, quiso saber por qué últimamente andaba tan susceptible. Sería quizás a tenerle tan cerca y no poder hablarle, demasiado cerca y no poder tocarle y abrazarle, recuperarle después de tantas décadas vacías. Se llevó las manos al pecho al sentir un doloroso latido proveniente de su atormentado corazón
Tantos recuerdos, tanto pesar y tantas, tantas mentiras

*

Una femenina risa, tal canto de sirenas, salía de sus labios con suma sensualidad. No era el astro más inspirador para poetas en vano. Sus manos recorrieron el masculino pecho y una sonrisa vino a su boca. Lo besó suavemente y luego le soltó con suavidad. Esta era una noche alegre, no quería que nada amargara sus momentos. Aunque él no se hubiese dignado a aparecer nuevamente
Frunció levemente los labios, pero suspiró y dejó que sus ojos grisáceos se impregnasen con la nocturna luz. No iba a dejar que eso la deprimiese, no hoy.
Tenía cosas más importantes en qué pensar
El hombre se dejó caer en el elegante sillón que Tsuki tenía en su despacho, la observó caminar tranquilamente por la habitación y una lujuriosa sonrisa hizo aparición en su pálido rostro. Tenía un cabello azabache largo y lustroso que caía alrededor del mueble y un cuerpo verdaderamente digno de un Dios. Pero él no era eso, pensó con secreta avaricia, aun así no pudiendo evitar que una pequeña risa escapase de él. ¿Cuántas veces había escuchado ese halago por parte de tantas féminas sobrenaturales de su mundo? Sus ojos rojizos resplandecieron levemente de satisfacción y continuó mirando a la exquisita mujer que tenía enfrente, la cual ya no le prestaba tanta atención, parecía observar concentradamente sus libros. La oyó susurrar lo que parecía un conjuro a uno de estos, acarició con la punta de sus finos y hermosos dedos el lomo. Este brilló suavemente y ella asintió.
El hombre la vio darse vuelta y sonreírle con una maliciosa sonrisa en sus apetecibles labios.
-Parece que alguien estuvo espiando en mi querido estudio

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Holas mis ninias preciosas!!!
Lamento no haber posteado antes, pero no quería hacerlo si no tenía la conti lista
muchas gracias por todo!!! ojalá y les guste esta conti, es algo corta lo sé, pero ya iré aclarando cosas confirme el tiempo ^^
Besos!!! recuerden que las quero mucho!!
Kru.

 

Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

hola!!!!!!! amiga ke tal esta genial el capi!!!!!!!!!!!!! muy bueno!!!!!!!!!:) porfa conti ke se kedo genial!!!!!!!! muy buena amiga ke felicidad tenerte de vuelta:P me da tanta alegria:)

 

Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

hola!!!!!!!!!:) amiga ke ondas mira vengo a postear jejejeje creo ke me kedo la comtumbre de pasar a postear jejeje pero no importa espero poder ver conti pronto ke la verdad se kedo genial!!!!!!!!!;)

 

Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

umh...etto....perdonen la demora
aquí les traigo algo que debí heber traído apenas volví, es una especie de Fanart




¿cómo ve Kru a sus dos protas favoritas? (en al mayoria de sus fics... -_-U pero especialmente en este)
Pues mucho más bonitas xD, pero es hasta aquí por lo que mi mano ha alcanzado hasta hoy
Ojalá comenten y hoy empezare a trabajar en la conti pq el fin de semana me sacaron a pasear otra vez!!!
Besos y las kero mucho
Kru

 

Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

La música era una orquesta que tocaba un son enloquecido, algunos lo miraban con extraña diversión y susurraban con sus parejas; Sesshoumaru rió sarcásticamente cuando una bella mujer lo invitó a bailar.
No quería ver a ninguna otra fémina además de su Diosa Lunar. La buscó ávida y discretamente entre la multitud y la encontró riendo y bailando… ¿con aquel bastardo de Naraku?
Se acercó bruscamente, quería hacerlo pedazos, destruirlo, ¡cómo se atrevía a estar en el mismo techo que él y más encima tocando a SU mujer!
- Oh, por favor- le había dicho Tsuki mirándolo gélidamente, aun sujetando la mano de su pelinegro acompañante atrevidamente- en mí casa y mis fiestas todos han de ser bienvenidos. ¡Que de la luna nunca se haya de saber de austeridad!
Su cara se puso lívida de rabia y, dando la vuelta, salió de la habitación, aun escuchando la risa de la mujer a sus espaldas, sabiendo que él la tomaba por la cintura y sonreía victorioso
Apenas sus pies tocaron el pasillo botó el aire bruscamente y se llevó una mano a la frente, tratando de contener sus asesinos instintos. Había estado a punto de matar a esa hermosa chiquilla de encantadores ojos castaños sin haber disfrutado nada de ella además de su boca. Y todo porque ella se lo había ordenado. Porque quería verla muerta y que nada interfiriese en sus estúpidos y dominantes planes.
Se apoyó en la pared y esperó, los rayos platinados que tanto imitaban la hermosa luna que veían los humanos. Abrió los ojos, estos estaban vidriosos por el cansancio y reflejaban las ansias de saciar su sed demoníaca, aquella hermosa luz no parecía ser más que el reflejo de los ojos de su dueña plagados de beldad. Su esplendor le devolvía la vida, le hacía sentir paz…esa que había buscado tantos años en plena penumbra. Una cruel sonrisa se curvó en sus irresistibles labios. La había conseguido en el techo y lecho de una excelente amante y torturando al pequeño albino que albergaba aquí desde que era un niño.
Una especie de padre adoptivo, que iba y venía cuando se le daba la gana, lo miraba asesinamente y se divertía viéndolo temblar cuando le preguntaba qué tal le iba haciendo amigos. El pequeño sabía perfectamente que él podría matarlos y dejarlo nuevamente solo. Un notable motivo por el cual ese temor se fue convirtiendo en odio con el paso de los años
Suspiró, podía comprenderlo perfectamente, no era ningún santo. Rió, solo era un maldito demonio que se satisfacía de sueños
Y hablando de sueños, Tsuki había destruido uno al avergonzarle tan aristocráticamente ante la sobrenatural multitud. Pero más que haber destruido una mera quimera, había destrozado parte de su orgullo. Su indeleble orgullo.
Y ello requería de una fría venganza

***

Cuando abrió sus ojos, la extraña luz blanca y nocturna había sido reemplazada por una débil luz que le recordaba a un amanecer. Sentía que se hundía en el lecho, estaba demasiado cansada como para levantarse y fingir que era lo suficientemente valiente como para afrontar la realidad. Si mal no lo recordaba este sería su tercer día aquí…y ya había pasado de todo. Más que en sus cortos dieciséis años de vida.
Se sentó en la cama, aquello le constó un gran esfuerzo. Sintió sus azabaches cabellos realmente desordenados. Podía notar que el color le faltaba al rostro. Debía de verse enferma y fantasmal, tal cual en sus peores mañanas cuando dormía deprimida…
O bajo efecto de algún químico extraño
Kagome Higurashi o la princesa terrenal como algunos insistían en llamarle, Bostezó y estiró sus brazos. Dios, que difícil parecía intentar comenzar el día cuando apenas y tenía fuerzas para luchar contra sus miedos. Un espía había tratado de matarla, un demonio había tratado de apoderarse de su vida vital…a consta de robar su primer beso, uno real, con sus verdaderos labios y sin ser un sueño.
Sintió un doloroso latido proveniente de su pecho, la Kagome soñadora e ilusionada con un buen y amoroso futuro había recibido una dolorosa puñalada quizás quién sabe en que parte de su corazón
El sonido de una ducha le indicó que su hermana estaba bañándose, sonrió, por lo menos no estaba sola, aunque eso significase estar junto a su otra-ególatra-mitad
Sus dedos acariciaron las aterciopeladas cortinas que rodeaban el enorme lecho, aquella mujer no parecía escatimar en gustos y caprichos.
Por que eso le había parecido, una mujer irresponsable, caprichosa y hasta infantil. Parte de la profecía brilló por la luz amarillenta y casi solar.
-Luna quieres ser madre y no encuentras querer que te haga mujer- susurró la chica con nostalgia, volvían infantiles recuerdos que creyó olvidados, sería tal vez que en el fondo siempre le tuvo algo de rencor por haberle arrebatado a un bebé la oportunidad de vivir donde merecía; al cual convirtió en albino, acertando en el hecho de que nadie le apreciaría por su condición. Así, el niño debió de haber crecido solo, pensando que todos haya abajo podrían odiarle- ¿qué pretendes hacer con un niño de piel?
Ella le habría comprendido, le habría dado su apoyo…le habría hecho sentir que no estaba solo por el hecho de no tener pigmentos en la piel ni en sus cabellos. Pálido como un fantasma y de perdidos ojos grises. Posiblemente llenos de pena y frustración.
Cerró los ojos, algo encandilada cuando observó la ventana y se paró ante ella, ¿no había sido eso lo que había presenciado ante el misterioso príncipe lunar? Tristeza y Soledad adornaban sus ojos hipnotizantes y hasta sus extrañas orejas de perro parecían luchar por no quedar gachas y apesadumbradas
Recordó la cordial sonrisa con al cual había saludado y hablado con Tsurue. Melancólica, al igual que la mayoría de sus acciones y el a veces cansino tono de su voz.
Claro que tampoco olvidaba la frialdad con la que acostumbraba a tratarla, como reticencia a aceptar que existía
A comprender que pronto deberían de ser marido y mujer
Otro latido, esta vez mucho más poderoso, volvió a apoderarse de su pecho. Era cierto, las horas de sueño habían logrado que olvidara, aunque fuese unos pocos minutos, que ya no era libre, que las hermosas paredes de este sublime palacio eran su prisión.
Sus manos se apoyaron en el barandal del balcón y miró hacía abajo, tomó aire con brusquedad y se sujetó con más fuerza, Había sentido un repentino mareo con el cual casi pierde el equilibrio. Cerró los ojos con fuerza y cayó de rodillas. No notó como el cielo había comenzado a oscurecerse y amenazaba con nevar. Se llevó una mano a la boca sintiendo arcadas. Corrió hacía el baño dispuesta a vomitar cuando estas se detuvieron
Extrañada y sudorosa, se levantó y secó la frente. Se apoyó contra la pared y se preguntó extrañada que había sucedido
En la otra mitad del palacio, un joven albino respiró hondo y tranquilo, por fin había logrado safarze de la mugre de inciensos que su madre adoraba poner. ¡Como le mareaban esas porquerías! Apenas y había estado hablando unos minutos con ella y ya había sentido que el mundo se iba sobre él.
Miró las suntuosas lámparas que alumbraban vagamente el pasillo. Sus ojos se encandilaron levemente y cerró sus ojos. Suspiró e inclinó la cabeza, aunque no había logrado hablar mucho con ella, parecía molesta con algo y se negaba a escucharle el hecho de que últimamente sentía una pena sin razón, confusión y una extraña claustrofobia…¡¡a las propias paredes de su palacio!!
Lentamente, aun con sus parpados cerrados, fue dejándose caer con la espalda en la pared hasta terminar sentado en el alfombrado piso. No podía comprenderlo, su olfato se había bloqueado un poco y su sentido del tacto estaba más sensible que nunca. Apretó los labios al recordar a la pelinegra, ahí, frente a él, sonriéndole con esa relampagueante mirada azulina tan propia de ella.
Abrió los ojos con tristeza y relajó los brazos. Subió la mirada. Se había ido nuevamente
Estaba solo otra vez
Solo fue otro aviso de su imaginación y su corazón palpitó alerta. Se llevó una mano al pecho y respiró con dificultad. Mierda, no otra vez
Kagome sollozó con fuerza, el corazón le dolía, estaba desesperada. La pena había tocado su punto máximo al recordar a su padre cantándole la canción del hijo de la luna al oído de manera sonriente. Le había hecho recordar que ya nunca le vería
Y que seguramente ya nunca volvería a observar su eterna y perpetua realidad.
Y cómo… ¡cómo la extrañaba!
-¿Ya llorando de nuevo?
Esa extraña voz acompasada con una maliciosa risa. Volteó bruscamente dejando a la vista su rostro repleto de finas y transparentes lágrimas.
En su garganta quedó atrapado un grito. Sus ojos se abrieron desmesuradamente y retrocedió, pero calculó mal y cayó de bruces.
-t-tú…- logró pronunciar, su rostro estaba pálido y sus músculos entumecidos. Siquiera podía mover su mano para limpiarse las abundantes lágrimas
No tuvo que preocuparse. Él mismo procuró hacerlo con suavidad
Cerró los ojos con fuerza y trató de correr la cara mientras gemía de dolor. Pero él sujetó su rostro con ambas manos y la obligó a alzar la vista.
-¿me extrañabas, princesa?
No podía aguantar su piel tocando la suya, su rostro le ardía y sentía que le invadía un fatal sueño
Observó con dolor el rostro del hombre, Su cara alargada y madura, su color pálido y labios delgados y medio rosáceos. Aquellas dos extrañas marcas moradas en sus mejillas y sus ojos. Temibles, fríos, rasgados y de un dorado hermosamente hipnotizante
Tan hermosos como mortales.
- Que linda…- le susurró el demonio Sesshoumaru mientras se le acercaba con lenta sensualidad. Llegó hasta su oído y le susurró-…que deseable
Lamió su oreja y la sintió estremecerse. Sonrió. Sabia que le estaba doliendo, podía controlar esa sensación perfectamente, mantenerla perfecta, hasta incitarle exquisito placer.
Pero no quería, ¿por qué? Su lengua recorrió la línea de su cuello, pues ella era parte importante en su venganza. Necesitaba que le temiese, horrorizase
No era necesario esforzarse mucho si había estado a punto de matarla. Ella trataba de forcejear contra su varonil y tonificado pecho. Rió suavemente mientras de un solo movimiento sus pechos estaban pegados a su torso. La acorralo entre su mano en su espalda y la otra sujetando su pierna izquierda
Sintió los deseos de poseerla a la fuerza, terminar en su interior destrozando su preciada virginidad. Botó suavemente el aire mientras besaba su clavícula. No podía, de hacerlo todo el plan fracasaría.
Y, contrario a lo que deseaba, terminaría haciéndole un favor a Tsuki. Un enorme favor.
La sentía temblar violentamente y no dejaban de caer líneas de agua y sal de su rostro. Sabía que estaría gritando de no ser que sus caricias habían paralizado la mayoría de su cuerpo y el miedo jugaba de las suyas.
-Escucha, princesa- Volvió a susurrarle y aumentó el dolor en sus caricias, haciéndola retorcerse levemente entre sus brazos y lanzar un nuevo gemido de dolor.
-Su…éltame…por favor…- había logrado exclamar estallando en sollozos e intentos de soltarse otra vez
-escucha- la sujetó con más fuerza, esta vez con seriedad- estoy dispuesto a violarte con tal de que no logre sus propósitos- Continuó con una malévola sonrisa que le quitó el aliento y la llenó de pánico- consige dejar de ser virgen en los próximos dos días. O sino me encargaré personalmente- Le dio un corto beso en los labios, succionándole algo de vida, no podía evitarlo, estaba hambriento, tanto de almas como de sexo, así que prefería conformarse con la primera por los momentos- y créeme que no seré compasivo.
Se levantó, la chica cayó al suelo, temblando y respirando con dificultad.
-Prepárate a gritar de dolor, Kagome Higurashi- La miró despectivamente estando de pie. Cerró los ojos y desapareció con una satisfecha sonrisa en los labios.
Solo era cuestión de esperar
“¿qué harás, Inuyasha, salvar a tú humana princesa?”
La chica, débilmente, trató de incorporarse, pero falló y sintió que sus fuerzas flaqueaban.
No…estaba por desmayarse. Sus ojos se cerraron involuntariamente. Su mano cayó pesadamente al suelo y su mente se sumió en la oscuridad.
Su hermoso chico de ojos dorados estaba ahí, con los brazos abiertos para consolarle, ella sin dudar corrió hasta él y comenzó a llorar con desesperación.

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Aquí una conti bastante larga ^^
besos!!!
Posteen y la repu no es mal recibida xD
Las kero!
Kru

 

Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

Bunasss , hacia tiempo que no posteaba!!!
Quiero decir que me lia un poco tanmto misterio, pero que en sí la hiostoria esta de los mas intrigante!
Porque Inuyasha es tan frio con Kagome en la realidad y tan... sensual en los sueños de ella?¿?
Que siente realmente Inuyasha por Kagome¿?¿? Que es sango para el¿?¿?
Y otras cosas que no recuerdo ^^'

dewww y mnwerci

 

Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

wow!!!!!!! ke conti olle kagome y inu estan conectados verdad, porke sienten lo ke siente el otro esta genial eso em encanto jejejejeje.... solo espero conti ke se kedo genial y si esta uper larga como lo prometiste :) ke felicidad amiga conti!!!!!!!!! ke se kedo genial!!!!!!!!!

 

Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

hola!
gome gomen kru!!!!!!!!!!!!!
gomen!!!!!!
//¬.¬ tu pecado no tiene perdon//
nooo!!!! por que!!!!
yo no tengo la culpa de no tener internet en casa!!
todo es culpa de mi compu chafa!
//y de que papá no me a conseguido internet jeje//
siiii!! tambien es culpa suya!!!...........
ah......... eto..............
v.v gomen-nasai!
lamento haberme ausentado por todo este tiempo gomen!
hontoni gomen!
pero dejame desirte que las contis han estado muy buenas y espero
con ansias la que sigue ^-^
bueno me despido, que todas esten bien y feliz san valentin super atrasado!!!
jeje xD
..... ok.... ya me tranquilizo....
bueno... bye bye boo!!!!

 

Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

Abrió los ojos. Se había quedado dormido en el pasillo. Se sobó la frente y los ojos tratando de recobrar energías. Vaya…que extraño, sus ojos estaban húmedos como si hubiese estado llorando. Se los limpió apretando los labios suavemente. No podía recordar lo que había soñado en aquellos momentos. Se levantó sintiendo sus piernas acalambradas. Hacía frío y había empezado a nevar con fuerza
Aquello solo podía significar que su madre estaba energúmena o triste.
Frunció el cejo, el también estaba molesto, el también tenía pena, pero no le estaba arruinando el día a nadie.
Respiró y sonrió mientras comenzaba a caminar en dirección a los jardines. Después de todo…¿qué podía decirle a la emperatriz del platinado reino?
Inuyasha había cumplido dieciséis hace media semana, había sido una gran ceremonia, el sabía que era la fecha en que tendría que casarse para conservar en paz el reino y, de paso, mantener equilibrada la furia de Tsuki.
Sin embargo, la celebración le había parecido vacía y fría…temía a quién debería desposar y compartir el resto de su vida mortal. Además, sabía que era humana y Tsuki, por mero juego, le había transformado en un hanyou mitad perro, tal vez para asustarla…horrorizarla y que corriera lejos suplicando misericordia.
Tomó la amplia chaqueta roja que colgaba en el elegante perchero de madera y se lo colocó, tapando la camisa ocre que llevaba y haciendo juego con sus anchos pantalones rojizos
Al salir sintió el brusco cambio de ambiente. Los árboles soportaban pacientemente los cambios de su ama y permitían que la espesa nieve se posara sobre sus hojas bicolores.
Se quedó parado escuchando los fuertes susurros de los árboles. Tenía tanto en qué pensar… la llegada de las gemelas humanas había dado vueltas toda la concepción del palacio.
Primero la mayor. Era preciosa, no podía negarlo, tenía un aire de misterio y frialdad que la hacían encantadoramente fatal. Era más alta y su poco más desarrollada que su hermana. Además de ser la ambición algo que se marcaba indeleblemente en sus ojos
¿Y en los de la otra? Solo podía distinguir ternura, confusión y miedo. También grandes brillos de pena. Algo muy malo debía de haberle ocurrido, deseaba saber que era…aunque casi ni podía hablar al observarla con atención. Tenía una belleza peculiar, debía admitir, muchísimo más hermosa que su gemela, una beldad tan palpable como en sus sueños…
“Los sueños no son realidades esperando por cumplirse” pensó mientras ponía se quitaba el plateado pelo de la cara que ya empezaba a molestar “por más que se intente, por más que se ansíe…”
Y es que...¿cómo luchar por tenerla si sabía que no existía?
Ella…su mujer de ojos azulinos. Tan idéntica a esa fémina de ojos marrones que debía de estar apenas levantándose en su lujosa habitación semi-verdosa
Que, acorde a todo lo que había sucedido, no parecía tener muy buena suerte últimamente

***

Kikyou, a su pesar, la ayudó a levantarse y tomar un vaso de agua para recobrar la calma. Estaba temblando violentamente y se abrazaba a sí misma como si la estuviese devorando un frío devastador
-¿no vas a hablar? ¿Qué te ocurrió?
Los continuos ataques a su hermana comenzaban a preocuparle, además de irritarle. Por lo visto este extraño secuestro no tendría un final feliz
De pronto quiso que aquella extraña mujer de nombre Sango llegase para ayudarla a reanimarla y salvar su salud mental. Si es que ya no estaba loca de remate
Salió de la habitación y cerró la puerta, se apoyó en ella y se quedó ahí, esperando.
No sabía donde estaba la habitación de la mujer y tampoco sabía a quién acudir, por supuesto, tampoco pensaba en humillarse perdiendo ayuda. Siempre había alguien ahí dispuesto a dar de sus servicios
Como si fuera arte de sus pensamientos, estaba al otro lado del pasillo aquel hombre de lustrosos cabellos negros amarrados en una cola que la había arrastrado al salón del trono el otro día.
Se le acercó, su instinto le indicaba que había peligro y tenía órdenes estrictas de procurar la protección de las féminas de la profecía
Apenas llegó la mayor le abrió la puerta y descubrió una chica en muy mal estado
-¡Princesa!- se le acercó y palpó su frente, tenía un poco de fiebre, miró sus ojos, demostraban verdadero terror y su cuerpo parecía estar sufriendo.
Los dedos de Kouga recorrieron su mejilla y los ojos su cuerpo. Era realmente un muchachita preciosa, en otras condiciones la habría cortejado queriendo tenerla a su lado el mayor tiempo posible.
Pero, además de tenerla entre sus brazos como una aterrada ciervatilla, estaba prohibida al nacer destinada
Suspiró, que problemático.
La recostó en el lecho y fue en busca de Ayame y Sango.
La castaña llegó corriendo, después de lo ocurrido con Sesshoumaru desconfiaba de la seguridad de la muchacha
La abrazó y alzó un poco, la pelirroja llegaba ya con un antídoto para bajar la fiebre
Vertieron el espumoso líquido suavemente en su boca, tenía un sabor dulce que ayudó a la pobre a relajar sus músculos y volver a la temperatura normal. Sango tocó sus labios y secó un hilillo de sangre que amenazaba con salir.
Apretó los puños cuando Ayame sujetaba a Kagome para terminar de darle el medicamento. ¡Aquel maldito había vuelto a hacer de las suyas! Aunque…no podía comprenderlo. La cantidad de energía que le había quitado parecía mínima, pero había paralizado su cuerpo dolorosamente
Puso ambas manos en su cabeza y comenzó a leer su mente. Sus ojos cerrados y concentrados se abrieron sorprendidos y exclamó levantándose de golpe.
-¡Imposible!

***

Besaba su cuello y acariciaba sus caderas con pasión. Como le encantaba tenerla así, tan suya entre sus brazos, sabiendo que se ganaba el odio del maldito Sesshoumaru con cada toque, cada roce entre ambos cuerpos y absolutamente cada gemido de placer
La había visto molesta y había querido reconfortarla como más sabía, provocándole sensaciones que ambos adoraban en sus pieles sobrehumanas.
El vestido comenzaba a caer en el suelo y Tsuki no hacía nada por evitarlo
Descubrió los pechos de su amante y comenzó a jugar con ellos, lamiéndolos, mordiendo sus pálidos y rosados pezones casi con desesperación. El estúpido de Sesshoumaru no le quitaría estos preciados momentos, ¡no al Gran Naraku! Cada vez que la hacía suya, cada embestida que daba en su interior, le entregaba un poco de ella y le daba la oportunidad de no quitarla de su lado, de poseerla hasta el cansancio
Bueno…siempre y cuando ella quisiese
De pronto se soltó de sus brazos y se levantó, se dirigió hasta el ventanal sin ninguna ropa cubriendo su cuerpo y se quedó ahí, observando.
-¿qué pasa?- preguntó Naraku suavemente, aunque en el fondo estaba frustrado y furioso
Tsuki lo sabía, pero no lo tomó en cuenta, ladeó un poco la cabeza y acarició el vidrio con la punta de sus blancos dedos. Ahí….muy a lo lejos, habían reflejos de sol que lograban meterse en su reino, iluminándolo como todos
Solo que estos brillos estaban moribundos, muy alejados de su dueños, llegando aquí donde la eterna noche. Sintió una corriente cálida recorrerle la espalda
“Taiyou… (*)” Pensó frunciendo levemente los parpados cerrados. Había logrado olvidarle entre los brazos de Sesshoumaru y riéndose a costa del vulgar de Naraku, compartiendo el lecho y disfrutando su compañía
Olvidarle… ¿realmente lo había conseguido?
-me preocupa…que esa mocosa haya estado metida en mi estudio- respondió finalmente con total tranquilidad. Los rayos amarillentos seguían ahí, iluminando su cuerpo y dándole calor. Se alejó de la ventana suavemente. No iba a darle en el gusto
Siquiera de que sus muertos reflejos la mirasen. Aun tenían demasiadas cuentas pendientes.
-¿van a ir donde Tsurue?- preguntó Naraku haciendo el ademán de ponerse los pantalones. Pero Tsuki se sentó sobre él y lo miró fijamente.
-¿y crees que perderé tan fácil?- Se acercó hasta él, sus labios se rozaban y ella sonreía maliciosamente- Hay mucho en juego, pensé que tu mente había logrado descubrirlo
Y…sin duda, pensó Naraku tratando de ahogar un gemido al estar en su interior, cada vez que se entregaban a la lujuria podía saber un poco más de sus anhelados secretos

***

Cuando la vio otra vez tendida con aquel especto enfermizo pensó que era una pesadilla, Se le acercó cautelosamente, sabiendo que estaba ante la mirada de todos. Con los ojos cerrados y con un dormitar tranquilo por la pócima era ella.
¡Se había transformado en ella!
Cerró los parpados con fuerza al tiempo que se arrodillaba a su lado y tomaba su mano con suavidad. Sabía que era imposible, pero quería al menos creer unos segundos de que era la chica que había esperado tantos años…creer…creer que podía ser cierto
Sango miró extrañada como enlazaba sus dedos con los de la chica. Normalmente la trataba con frialdad, pero cuando estaba dormida...todo parecía ser muy distinto
Suspiró, los hombres eran muy raros
-Inuyasha…hay un problema- comentó lentamente, observando cada una de las acciones del hanyou platinado
Él la miró vagamente
-¿Cuál de todos?- respondió con simpleza y cansancio, la verdad todo esto estaba agotándolo
-Sesshoumaru…- comenzó y miró el suelo, con ojos gélidos- le dio dos días.
-¿qué?
Sus pupilas brillaron de incredulidad y extrañeza, se miraron, la exterminadora parecía segura de lo que decía.
- Si no pierde su virginidad en dos días va a violarla
Tardó unos segundos en responder, parecía reflexionar cada una de las palabras del maldito. Lentamente su mirada se desvió hacía el rostro níveo de Kagome, la cual aun dormía plácidamente
Apretó su mano entre sus masculinos y torpes dedos. Se llevó la otra mano a los ojos y los masajeó suavemente.
Definitivamente era una pesadilla; y si no…un enorme problema
-Dos días…-sonrió con melancolía, su cuerpo temblaba de ira y frustración- sabe que el matrimonio será por lo menos en seis
-Inuyasha…- Sango se arrodilló a su lado y lo observó, después de la conversación de anoche había decidido que iban a llevarse mejor y evitaría pensar mal de él. Quería ayudarle- ¿qué harás?
Siguió acariciando sus dedos, su mirada estaba perdida…y es que sabía que la estaba perdiendo. Cada paso que él daría significaría que la podría destrozar por completo.
Podría rasgarla en tres.
-nada que ella no quiera.
La castaña no respondió, seguía mirando los opacos ojos del joven, sintiendo, en el fondo de su alma, que él, sin querer, le había tomado cariño
Y Sabía, con pesar, que Kagome no tendría otra opción.

[ (*)= Sol ]

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Aquí está, porfavor posteen y denme sus opiniones
y ke weno que les haya gustado el dibujo ^^ grax
Besos!!!
Kru.