Hijo claroscuro

Título: Hijo claroscuro
Tipo de relato: Drabble.
Cantidad de palabras: 475, sin título.
Personajes: Ichiru Kiryûu, Zero Kiryûu, Shizuka Hiôu.

Hijo claroscuro.​

Era una noche nevada cuando el destino de los gemelos Kiryûu se selló por completo. Los cadáveres en el suelo acompasados con el aroma repulsivo de la sangre entremezclado con el frío era lo único que quedaba de lo que había sido una estupenda familia de cazadores. Una dama bañada en carmín limpiaba sus labios con una servilleta empapada de sangre fresca, relamiéndose los labios cada tanto encantada con el sabor tan delicioso del líquido recién ingerido y el sabor de su venganza latente en su paladar.

Los había drenado a todos y pretendía hacer lo mismo con el hijo mayor de la familia, el niño que yacía en el suelo luchando por levantarse. Su sangre era la más deliciosa de entre los presentes; el sabor metálico y dulce en su boca de un niño tan fuerte y joven como él era un lujo simplemente irresistible, pero era justa y cumpliría su promesa anteriormente pactada con el gemelo restante.

Ichiru apareció a su lado, observando con ojos fríos los cuerpos tiesos de sus padres no muy lejos el uno del otro, sosteniendo aún sus armas. Dirigió la vista hacia la purasangre a su lado y tensó un poco la mandíbula ante la cantidad casi repulsiva de sangre manchando su, anteriormente, níveo kimono; aún así lo único que verdaderamente llamó su atención fue el cuerpo convaleciente de su hermano mayor, Zero, mirándolo con horror en medio de su sorpresa.

—Ichiru... C-corre, corre…—una sonrisa casi imperceptible se dibujó en su cara ante la ingenuidad de su querido hermano; ¿Qué corriera? Si había sido él quien había ayudado a la purasangre a cobrarse su venganza, él, hijo renegado de sus padres y supuesto debilucho incapaz de convertirse en el orgullo de la familia los traicionó a todos. No correría más ni se seguiría escondiendo tras él, no continuaría fingiendo. Ahora… ahora sería Zero quien sentiría desesperación, sería Zero quien sufriría en silencio como él pero aún peor porque, al contrario de sí mismo, Zero no podría curarse de su Nivel E a menos que bebiese sangre de Shizuka y eso jamás sucedería.

Era su turno de ser el más fuerte.

Siempre lo había odiado, le había asqueado su cercanía y sus intentos de ser el mejor hermano mayor en compensación por acaparar toda la atención de su madre y su padre; ¿qué esperaba, que soportara tanta humillación por el resto de su vida hasta morir? Era un iluso aún cuando nunca hubiese querido hacerle daño.

—Adiós, Zero… —musitó apenas con una voz que no parecía suya, justo frente a él mientras Hiôu le acariciaba el rostro y los cabellos con absoluta dulzura al mayor—. Espero no volver a verte nunca más.

Shizuka sonrió con ligereza ante sus palabras, observándolo con fijeza para postrar un suave beso en la cabeza de Zero y marcharse junto al menor de los gemelos.