Notas del capítulo. Tuve esta idea hace cierto tiempo, así que le pedí permiso a Gumi Mininawa-Chan de hacer la historia en versión 2p. Espero que les guste y gracias de plano por leer. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------- Capitulo 1 — ¿Entramos o no? — dijo Italia muy impaciente. De su bolsillo sacó un bisturí y se puso a jugar con el de manera ansiosa, Alemania soltó un suspiro y rodó los ojos, Prusia estaba rezando como siempre acostumbraba y Japón se entretenía viendo a Italia esperando a que accidentalmente se cortara y corriera sangre. Unas horas antes Estaban en una reunión cualquiera. Estados Unidos insultaba a todos por el hecho de que su jefe lo forzó a ir a la reunión, Inglaterra tomaba té con cantidades nada saludables de azúcar y coqueteaba con Francia, este ultimo estaba fumando y tratando de ignorar el acoso de Inglaterra, China y Rusia parecían divertirse molestando a Estados Unidos, Grecia coqueteaba con toda nación que podía, Japón esperando ver correr sangre, Suiza actuaba de manera maternal, Italia con expresión de aburrimiento y Alemania, bueno actuaba como si le diera igual el desastre de aquella reunión. Como siempre, lo normal para ellos. —Bien, comencemos ya con esto que me quiero ir ya, hoy deberíamos hablar sobre temas tontos que a mí no me interesan, pero como no quiero no los trataremos y no me interesa lo que piensen— dijo el estadounidense pelirrojo. —My Little boy, no puedes decir que tratar o no, honey— dijo el británico con palabras muy acarameladas. —Si puedo, Inglaterra. Además que esto es mucho mejor, escuche los rumores de que hay una casa embrujada en algún lugar del bosque donde aparece una criatura extraña. Tenemos que i a investigar —No, esto es una gran pérdida de tiempo—dijo Alemania de manera tranquila pero seria. —Yo voy, no estoy asustado como ciertas naciones por aquí—dijo Italia dirigiéndose al rubio ojos violeta. —No es que tenga miedo… —Yo también iré, tal vez hayan muertes espantosas—dijo Japón sonriendo algo espeluznante —Lo sabía, ni siquiera tu puedes ver lo tonto que es esto, Japón —Dijo Alemania algo harto de la reunión. Casi la mayoría de países se marcharon algo aburridos de la reunión. Quedaron: Japón, Italia, Alemania, Prusia (que rezaba bajo la mesa), USA, Rusia, China, Inglaterra, Francia (que seguía fumando) y Canadá (muy serio y sin decir palabra) — Alemania, no sabía que eras un cobarde —dijo Italia burlándose — ¡Cállate!, ya dije que no iré —Tal vez, podría santificar el lugar, así que no tengas miedo hermanito — dijo Prusia acariciando de manera paternal el cabello de su hermano — ¡No y ya basta! —dijo apartando bruscamente la mano de su hermano y saliendo de la sala. Prusia, Japón e Italia lo siguieron. —Está bien tener miedo, West —dijo el albino —Cobarde —susurro Italia entre dientes — ¡Suficiente, iremos a esa casa solo para demostrar que no soy cobarde! — zanjó el rubio furioso Poco después Estaban cambiados con ropa más informal. Alemania llevaba una chaqueta color café oscuro con pantalones militares del mismo color, botas negras, camisa blanca con rayas cafés verticales y una gorra color negro. Italia usaba el uniforme militar café oscuro (como el de Romano pero más oscuro) y zapatos nuevos. Prusia llevaba su túnica blanca impecable con una cruz negra en medio. Japón tenía un uniforme negro con detalles amarillos. —West hermanito, ¿te ayudo a cargar tu bolsa? Se ve pesada. Prusia levanto la bolsa con todas sus fuerzas, pero era demasiado pesada incluso para él. — ¿Qué llevas aquí?... ¡¿un látigo?! —bruscamente lo soltó y tomo su inseparable crucifijo Alemania lo fulminó con la mirada y tomó su bolsa de nuevo. —Llevar armas es imprescindible, Prusia—dijo Japón —Si, por si acaso llevo mi vieja espada, ¿puedo ver la que tú llevas? —Claro Prusia toco la hoja de manera leve y al instante comenzó a sangrar. Soltó un quejido al sentir el gran filo de la espada. —Ten cuidado, la espada es demasiado filosa—dijo Japón sonriendo al ver la sangre correr — ¿No me puedes pasar una venda?, por favor —No Prusia suspiró, bueno de todos modos fue su culpa. Un largo rato caminando después Prusia sentía desfallecer, no tenia medido el tiempo pero a juzgar por su condición tal vez transcurrían horas desde que empezaron a caminar. El espantoso bosque se acababa en esa dirección, dando lugar a un portón de hierro. Luego de caminar más, vieron la mansión. Alemania quedó sorprendido, la casa no era lo que él esperaba. Se imaginaba a esta más tenebrosa, pero, en cambio, estaba ante él una gran mansión de varios pisos, con También tenía techo de tejas, estaba pintada de un color pastel y contaba con un gran jardín externo. Pero, a pesar que esta era hermosa, había algo que no le gustaba de ella y su mente le decía a gritos que se alejara de ese lugar lo más rápido que pudiera. Era como esos lugares que te hacen sentir incomodo. —Aquí es—dijo Italia —No es lo que yo esperaba—dijo Japón con aire de desilusión —Ni yo… o creo que se deba santificar —Tienes razón, hermano. ¿Nos podemos ir? —No seas miedoso, después de todo lo que caminamos al menos debemos entrar —Sí, Italia tiene razón West Si la puerta abre entramos, sino abre la forzamos a que abra y entramos—dijo Japón Alemania rodo los ojos y soltó un largo suspiro. Japón tocó la perilla y esta se abrió junto con un espeluznante chirrido, lo cual no asustó a las otras tres naciones, pero paralizo al rubio.
¡Dios! ¡Que intriga! Me encanta tu versión "2p" y lo bien que le sacaste el lado "Yan" a Arthur xD Sinceramente; cuando muestren a Rusia, me cuesta imaginármelo al estilo "Tsundere" o "Tsukun" o_o ¡Espero ansiosa el próximo capitulo! OWO ¡Saludos! x3
Jejeje, creo que hize a Italia muy burlista, a Japon muy psicopata y a Prusia muy paternal y cristiano :D Gracias por leer, a proposito se me ocurrio una historia que soñe hace poco y ya subi el primer capitulo: https://fanficslandia.com/index.php?threads/fanfic-¿quiero-ir-a-mi-realidad.38363/#f
Capitulo 2 Japón fue el primero en entrar a la mansión, luego lo siguió Prusia, quien entró con cuidado a consecuencia de la sensación provocada por lo que sucedió; después Italia con su bisturí a la mano y, por último Alemania, quien temblaba demasiado. Se escucho un ruido extraño. — ¿Qué es ese ruido? —pregunta el japonés al no poder ver nada extraño — Son los dientes del miedoso— respondió Italia levantando la mandíbula de el rubio e instantáneamente el ruido cesó —Maldito miedoso— murmuro el pelinegro. La casa resultó ser más espaciosa de lo que demostraba ser por fuera. Sus pisos eran de madera, la cual producía un fuerte rechinido cada vez que daban un paso; tenía sus paredes pintadas de un color ciruela muy claro y, ya en la entrada, se podía apreciar la enorme escalera de cedro que se dirigía al segundo piso. Japón se sacó los zapatos en el hall para no arruinar piso que brillaba, pero Prusia lo detuvo y le recordándole que se encontraba en un país Occidental, por lo tanto, no tenia caso ya que Italia y Alemania lo ensuciarían igual. El japonés pensó que nunca lograría entender la rara cultura, pero accedió. — No es lo que yo quería ver—dijo Italia mientras veía lo limpio que estaba todo. — ¿Podemos irnos ya? —preguntó Alemania, quien no se molestaba por disimular los temblores de sus piernas. — ¿Qué pasa, hermanito? ¿Tienes miedo?—Pregunto Prusia acercándose y acariciando su cabello como si fuera su padre —N-No, pero pienso que deberíamos irnos. A ver... miren... no encontramos nada y... tal vez la casa sea de alguien... no tuvimos que haber entrado desde un principio. Tras esas palabras, Japón se dio cuenta que su amigo entraba en un estado de pánico y sabía que trataba de poner escusas sin sentido para escapar del lugar. El japonés no quedó muy sorprendido, este estaba acostumbrado a presenciar esos actos de cobardía de sus compañeros, ya que Alemania no se molestaba en disimular su miedo y sus nervios. —No seas idiota, Alemania. No hay nada sobrenatural en este lugar… Pero Japón fue interrumpido por una fuerte ruido proveniente de la ala este de la mansión. — ¡¿Qué fue eso?!—gritó Prusia, que se había sobresaltado de una forma violenta y tomado su crucifijo—Yo te arrojo espíritu maligno, y te ordeno, por el Dios verdadero, por el Dios vivo, por el Dios Santo, que salgas y te alejes de éste sitio para no volver jamás, y te… — ¡No lo puedo creer! —Japón estaba harto de ver el espectáculo que deban sus compañeros sacó su katana para investigar; no por tener miedo, sino porque le gustaría que hubiera un intruso violento para hacerlo sufrir un buen tiempo. Al principio, se encontró con una puerta, pero esta estaba cerrada. Al fracasar su intento de partirla, decidió ir a la habitación del fondo, la cual terminó siendo la cocina. Esta era enorme, con las paredes blancas y el piso de cerámicos grises. Por un lado se encontraba el amueblamiento de cocina en forma de L, revestido con piedra de granito, en color negro con aberturas de aluminio y las alacenas con puertas y cajones con perfiles de aluminio y vidrio. En el medio de la habitación, había una gran mesa con sillas, al igual que la cocina, en negro y, en el otro extremo, una alfombra blanca con bordados dorados y, sobre esta, tres sillones dobles color blanco y una TV moderna. También, había una puerta en el fondo. Trató de abrirla, pero, al igual que la anterior, estaba cerrada y pronto vio algo en el piso, se acerco y vio un plato hecho añicos en el piso. —Sabía que había una explicación muy simple para ese ruido—Dijo para sí mientras rodeaba los vidrios. Aunque le gustaba ver correr sangre, no era idiota Guardó su katana y fue en busca de sus compañeros, pero, cuando llegó al sitio de reunión, estos habían desaparecido. — ¿Se fueron después de todo? ¡Qué mierda! Se encaminó hacia la puerta de entrada convencido de que sus compañeros se habían asustado y huido como unas niñas al jardín de la mansión, pero la puerta estaba cerrada. Hizo varios intentos para que esta abriera, la pateó, la quizó atravesar e incluso utilizó sus uñas. Recordó su celular y los buscó para llamarlos. Revisó todos sus bolsillos, pero este había desaparecido. —No debo entrar en pánico, seguro que Italia me está jugando una de sus bromas de mal gusto. Esta casa es grande, debe tener más salidas —Se dijo así mismo para tranquilizarse y emprendió su búsqueda. Decidió comenzar con el ala oeste de la casa. Esta era muy parecida a el ala este de la mansión con la diferencia de que tenía forma de "L". Encontró una puerta cerrada y luego se aventuro a la parte no visible del pasillo. Allí vio, por unos segundos, a un ser enorme con tez gris que desaparecía en la puerta del fondo. — ¿Qué mierda fue eso? —Dijo frotándose los ojos —Imposible... debo... debo estar afectado. Pero su curiosidad pudo con él y fue corriendo hacia donde había desaparecido la criatura, pero esa puerta también estaba cerrada. Japón no podía estar más irritado; esa estúpida mansión no tenía ningún cuarto abierto y. Intento con la habitación de un costado, que tenía su puerta abierta en par en par, pero, para su decepción, era un baño. Lo inspeccionó, pero no había nada. Este estaba dividido en dos habitaciones: la primera tenía el lavamanos y unas estanterías vacías y el segundo era más pequeño y tenía el inodoro. No quiso perder más de su valioso tiempo en la planta baja, volvió al principio y subió la escalera. Esta vez comenzó por el oeste, que tenía dos puertas enfrentadas. Una no abrió, la otra sí. Entró a un dormitorio juvenil. Sus paredes eran azules, estaba alfombrado con negro y tenía los muebles en su totalidad blancos. Contenía una cama individual, un gran escritorio con varios estantes, una biblioteca pequeña y un sillón doble enfrentado a una televisión con pantalla semi plana. Había algo sobre la cama de ese dormitorio, lo agarró y, para su sorpresa, era un látigo. Lo reconoció de inmediato, era el arma de Alemania, pero ¿por qué mierda estaba allí? ¿Sus idiotas compañeros habían quedado encerrados en la mansión como él?. En ese caso: ¿Dónde diablos estaban? ¿quién demonios fue él maldito que les cerró la puerta de entrada? Examinó el látigo y lo encontró muy deteriorado. La última vez que lo vio, no se encontraba en tales condiciones ¿les habría pasado algo? —Tengo que ver las otras habitaciones. Acá parado no podré encontrar las respuestas que quiero Fue al ala este del segundo piso que tenía una puerta entreabierta. Sacó de nuevo su katana, ya no confiaba en la seguridad de esa casa, y entró. Este era un dormitorio infantil de niña. Pintado de rosa claro, la alfombra con detalles del mismo color y los muebles de tonos violetas y blancos. La cama era de estilo princesa llena de peluches sobre ella, había una biblioteca con libros de niños, una mesita con sillitas con una tetera y pocillos de juguete y un gran baúl blanco con detalles en dorada lleno de muñecos y otros juegos y juguetes. No vio nada inusual e intentó abrir la puerta del vestidor. Esta estaba abierta, pero alguien o algo empujaba desde adentro para que esta no cediera. Retrocedió y gritó: —Quien sea, salga de ahí y si no...¡Te mataré lenta y dolorosamente! Esta abrió lentamente y escuchó que alguien preguntó su nombre tan bajo que apenas escuchó. Cuando esta estuvo abierta totalmente, reconoció la figura de uno de sus conocidos. —¡¿ALEMANIA?! ¿Qué diablos?...
*---------* Siento que me gusta mas la version "2p", que la original xD Me gusto mucho este capitulo, porque es obvio que de aqui en adelante nada sera como antes ewe un duda; ¿aras que Italia sepa el secreto, que oculta la mansion? OwO ¿Spoliers? XD Espero ansiosa la continuacion owo/
Si, la mayoria que ve historias 2p siente todo diferente y genial, el favorito de muchos es italia 2p. A mi en lo personal me gusta Prusia y Rusia. Con respecto a ello no lo eh decidido, tal vez hayan un par de sorpresas mas adelante...
Capitulo 3 — ¡Alemania responde, imbécil! ¿Dónde están los otros? —-Japón no había logrado que el alemán, que temblaba bruscamente, soltara una palabra. Le agarró fuertemente los hombros, le pegó una sacudida, un par de golpes y le volvió a preguntar por décima vez lo mismo, pero su boca se movía sin articular palabras. El pelinegro soltó un largo suspiro… — Tendré que buscar algo para que bebas, maldito miedoso… Al japonés le pareció la última opción que le quedaba para tranquilizarlo un poco. La situación era seria, era esencial que él le contara lo que había pasado en su ausencia. Salió del dormitorio y se encamino hacía la cocina. Ya allí, abrió las alacenas, encontró un vaso de vidrio y se dispuso a llenarlo con agua, pero no salía ni maldita una gota de esta. — ¡Maldición! El grifo está roto. Voy a tener que buscar agua en otro lugar. -miró hacia sus lados- Obviamente aquí no hay. Recordó el baño en el ala oeste de la mansión y fue hacia el de manera sigilosa, ya que no podía sacarse de la cabeza al ser que supuestamente había visto en ese lugar anteriormente. Al comprobar que no había nada que no podía manejar, entró apresurado al baño y, por maldad, fue directamente hacía el cuarto donde se encontraba el inodoro. En efecto, allí había agua... sonrió cínicamente — Ya me lo imagino, bebiendo agua del inodoro… aunque - movió la cabeza negativamente- ¿En qué estoy pensando? ¡Esto es serio! No debo comportarme como si fuera Italia-Volvió a la primera habitación en busca del lavamanos,- Tal vez consiga agua aquí -abrió la canilla y salió de ella un fino hilo de agua.- Así está mejor, ya sé porque nadie vive en esta maldita casa -Lleno el vaso con la sustancia y lo levantó sobre su cabeza contra la luz para examinarlo- No estoy seguro si a esto se le pueda llamar agua... podría darle un peligroso ataque, aunque si eso le quitara lo miedoso no estaría mal… Volvió al dormitorio rosa del segundo piso donde se encontraba Alemania y, como era de esperar, lo encontró en el mismo lugar con los mismos temblores desenfrenado que la última vez. —Alemania, bebe esta agua ahora… ¡No es una opción! Le dio el vaso y, por las sacudidas, calló casi la mitad del agua al suelo. Luego la bebió tan rápidamente que se ahogó un poco y respiró hondo. Los temblores disminuyeron su potencia, pero no se fueron del todo. —Sé que es tarde para decirlo, pero... no es agua filtrada...la saqué del baño. —... ¿Es agua del inodoro? —¿Me crees capaz de tal cosa? ¡Me ofendes! —Se que tu e Italia son capaces de esto y mas todavía. — Entonces ¿donde están los demás? —No me cambies el tema... la verdad no estoy seguro. En cualquier caso, tuvimos que correr por nuestras vidas... y Italia y mi hermano se fueron en direcciones diferentes. Esa co... cosa no dejaba de perse... Perseguirme— Alemania empezó a tiritar de nuevo y sus palabras empezaron a deteriorarse- Lo sien... yo lo sí... Si... Siento, dame un minuto para reponerme. —Está bien, tonto. Voy a ir a buscar a los demás. ¡Deja de comportarte como un niño! —Japón, esto tal vez te ayude me la encontré cuando buscaba un lugar donde esconderme. Tal vez te sea de alguna utilidad. —Se la trató de dar, pero cayó al suelo a consecuencia de los temblores que habían tomado la misma potencia que al principio. Alemania pidió disculpas y la trató de levantar, pero, cada vez que la agarraba, se le caía de nuevo. —Déjeme a mí, tonto-dijo Japón no disimulando la gracia que le daba la torpeza de su amigo, se agachó y la agarró con facilidad. La examinó. Era una llave con ojo bastante antigua y tenía un llavero muy gastado con la inscripción muy borrosa que decía: "BIBLIOTECA. PRIMER PISO." —Cuídate… no sabes cómo se pondrían Prusia e Italia si algo te pasa. El alemán volvió a meterse al vestidor y Japón se encamino al primer piso en busca de la biblioteca. Fue de nuevo al ala oeste a intentar con la puerta que anteriormente no había podido abrir, pero no sirvió. Luego fue al ala este, encontró la puerta que estaba cerca de la cocina que tampoco había cedido, metió la llave en la cerradura y le dio dos vuelta. Entró y la puerta se cerró, dejando atrás un fuerte ruido. Comprobó que desde adentro no había picaporte, por lo tanto debería usar la llave de nuevo para salir del lugar. De repente, escuchó unos pasos detrás de él y cada vez se escuchaban más cerca. Di un giro rápido, pero para su sorpresa no había nada y los pasos cesaron. A Japón le recorrió un escalofrío en cada parte de su cuerpo, no estaba solo en ese lugar y sentía en él una mirada penetrante y hostil, pero, después de unos minutos maldiciendo y amenazando a la nada, recobró el valor y se aventuró al fondo. La biblioteca tenía un piso de madera, las paredes estaban pintadas de un verde oscuro, tenía un pasillo estrecho que se abría a una gran sala con nueve estanterías llenas de libros ubicadas en forma paralela, lo cual generaba pasillos angostos entre estas, un escritorio bastante grande con muchos libros y papeles desparramados, sillones de roble con terciopelo rojo y dos lámparas doradas, las cuales generaban la única luz en la habitación. La recorrió toda, pero no encontró ningún rastro de sus compañeros desaparecidos ni nada que le sirviera para salir de la maldita y estúpida mansión. Se dispuso a revisar los papeles y libros que se encontraban en el escritorio de lectura y, entre las estanterías apareció el mismo ser que había visto cerca del baño. Este era enorme, su tez era gris, tenía ojos almendrados totalmente negros, sus manos parecían garras, su boca era grande y en ella se asomaban colmillos y su respiración era agitada y se mezclaba con gruñidos. Rusia era lindo, USA era calmado, Italia era dulce y China era amable al lado de esa cosa. La criatura de abalanzó hacia Japón y pudo escapar por suerte, corrió hacia la puerta de salida y buscó desesperadamente la llave, pero esta había desaparecido. —¡La... la puta llave! ¡¡ Se me ha caído!! De pronto, sintió un fuerte dolor en la espalda, se la toco y estaba sangrando. El monstruo lo había herido y le había producido profundos cortes en ella. Japón respondió el ataque y, con su katana, logró cortarle un ojo. La criatura produjo un terrible chillido y retrocedió, lo cual permitió que el japonés pudiera darle un par de golpes más para luego escapar de ella. Corrió en busca de la llave y la criatura corrió tras él. Al dar un breve vistazo, Japón presenció algo que no podía creer: ¡el ojo de esa cosa se estaba regenerando! Se metió entre las estantería y logró muchas veces esquivar al ser que no lo dejaba de perseguir, hasta que, en las ultimas, la encontró. —¡La encontré! ¡Ten... tengo que salir! ¡Tengo que salir de aquí ya! Fue hacia la puerta, logró salir y cerró la puerta con la llave. La criatura empezó a golpearla por dentro en su desesperado intento de salir y atraparlo, hasta que, después de unos minutos, que les parecieron horas a Japón, se dio por vencida y la mansión volvió a estar en total silencio. —¡¿Que... que demo... demonios era esa cosa? -sus fuerzas se habían agotado, empezó a tiritar y cayó al suelo -Tengo que encontrar a Prusia y a Italia. No podemos quedarnos en este lugar un segundo más. Oh… No ¿esa jodida cosa ya los habrá agarrado? No, no... Estoy seguro que están bien... Prusia es muy fuerte e Italia... bueno, Italia tiene un buen bisturí y es imposible de alcanzar, es muy rápido -recordó al italiano engañando a los aliados en la guerra haciéndose pasar por alguien muy inocente para luego atacarlos con el bisturí ,soltó una carcajada histérica, provocada por la adrenalina y los nervios generados en la pelea. Se levantó -Tengo que encontrarlos rápido, pero primero tengo... mejor dicho, debo acabar con ese monstruo para que ver como sangra. Recobró el control de su cuerpo y se puso a en posición de ataque. Abrió de nuevo la puerta de la biblioteca de una patada, pero nadie salió a recibirlo. -Debe estar escondido, tan imbécil como Alemania. Debo ser cauteloso -pensó Pero revisó cada uno de los rincones del lugar y comprobó que estaba totalmente allí. Si no fuera por las heridas de la espalda, hubiera atribuido su pelea a un efecto de su imaginación y se hubiera declarado demente. Reexaminó el escritorio de lectura por segunda vez, ya que la primera vez había sido interrumpido, y encontró otra llave de ojo con un llavero que decía: "ÁTICO. CUARTO PISO." Aclaraciones del capitulo Muchos de los que ya han visto Hetaoni o lo están viendo se deben estar preguntando ¿Por qué no hay muchos cambios en la personalidad de Alemania 2p? Pues decidí dejarlo haci, porque en hetaoni original Alemania actuaba no muy conforme a su personalidad original.
Hola Yumiko :) Por favor, edita el escrito. No está permitido escribir todo en negrita y/o subrayado.
Capitulo 4 —Italia... hermano... ¿dónde estarán? — Alemania seguía aun en el vestidor del dormitorio rosa del segundo piso de la mansión—¿Por qué tuvimos que entrar a este lugar? —Se miró las manos e intento controlarlas, pero, el esfuerzo fue en vano, estas no dejaban de temblar. Se tapó la cara con ellas— Tengo miedo. Nunca había tenido tanto miedo, soy un cobarde—Sacó las manos de su rostro y tocó, con una de ellas, la esvástica que tenía en el cuello de su traje militar. Recordó que le había dado una igual a Italia —Italia... —¡No! —golpeó la pared con su mano desocupada —Te hice una promesa, se suponía que debía protegerte de todo lo que podría lastimarte, Italia. Te quiero ver, quiero que estés aquí, conmigo… te falle, una y otra vez… y aun así permaneciste conmigo… Prusia, debí haberte apreciado y no haber actuado como un completo tonto contigo, debí aceptar que tenía miedo y tengo más miedo sin ustedes… Italia… East… yo solo ¡TOC, TOC! Los pensamientos del alemán fuero interrumpido por un ruido proveniente de la puerta. ¡TOC, TOC! Se puso en posición fetal. Tenía miedo, estaba aterrado. Esa cosa lo había encontrado y él ni siquiera contaba con su látigo para luchar o, por lo menos, defenderse. —¡No! ¡Todavía no quiero morir y menos de esta forma! — grito de maneta fuerte, casi ensordecedora ¡TOC, TOC! —¡Alemania, imbécil soy yo! Alemania sintió que el alma le volvía al cuerpo cuando escuchó la voz de Japón. Seguía a salvo, más o menos, y se enojó con el japonés por el hecho de que no se hubiera presentado desde un principio. —Ah… eres tú, Japón. ¿Pasa algo? — Ademas de que estas gritando como un enloquecido… si pasa algo Japón le contó lo sucedido en la biblioteca: la pelea con el extraño ser y de la nueva llave que había encontrado. -Fui al cuarto piso y entre al ático. Era una habitación muy espaciosa, pero, para su tamaño, había pocos muebles. La recorrí toda para encontrar algo que me sirviera y me di cuenta que uno de los muebles más grandes estaba ligeramente inclinado. Era un perfecto escondite y pensé que Italia o Prusia podrían estar allí. Cuando me acerque, había un Mochi. -¿Un qué? -Un Mochi. Es pequeño, blanco, redondito, esponjoso y tenía lentes oscuros. -Japón no pude evitar ruborizarse y fruncir un poco el ceño por la pena. Alemania recordó que su amigo tenía una dura debilidad por las cosas suaves y esponjosas que a la vez tienen cierta “dureza adorable”, tal vez lo disimulaba menos que China. —Está atrapado y el mueble es muy grande y pesado. No logró moverlo para sacarlo y no es que me dé pena pero… no importa, lo que sucede es que tú eres muy fornido y como eres un has actuado como un cobarde todo el santo rato es lo menos que puedes hacer… — Esta bien, está bien… no me juzgues… solo quiero pedirte algo y ante de que me contestes de manera sarcástica y cínica te tengo que decir que esto te conviene — Bien ¿Qué diablos quieres? — gruño el pelinegro —Cuando yo estaba corriendo para escapar de esa cosa que te atacó, se me cayó mi látigo. Creo que debería contar con un arma en el caso de que se presente otra vez ¿no? Si no es mucha molestia ¿podrías buscarlo? — le pregunto el rubio diciendo lo último con sarcasmo —Hace rato lo encontré— respondió secamente —Oh... ¿en serio? ¿Dónde estaba? ¡¿Y porque no me lo dijiste?! - Si, En la habitación de al lado. Estaba sobre la cama. Espera, te lo voy a pasar. Ah… ¡ y no te lo dije porque no soy tu puta sirvienta, tonto! Alemania entornó la puerta y asomó su mano para recibirlo. No hizo falta que lo viera, reconocía con el simple tacto su arma y se sintió un poco más seguro con ella de vuelta. -Gracias... -No me agradezcas, esto m conviene. Lo encontré por casualidad, después de todo. Bueno, ahora iremos al cuarto piso y... -Japón, lo siento, pero... La verdad era que Alemania le había hecho la anterior petición a su amigo para retrasar su promesa de ayudarlo. Simplemente, el miedo lo había dejado sin fuerza y apenas podía quedarse en pie. Se sentía una escoria por su actitud de cobardía, pero de algo estaba seguro: no arriesgaría su vida por un Mochi. Pero ¿qué le diría a Japón? Tenía que pensar algo rápido para salvarse de la situación. —Este... yo... realmente lo siento, pero... de hecho... este... tengo hambre. - Pensó: "Mierda, ¿no se me podía ocurrir algo mejor? ¡Qué idiota!" y siguió -¿No tienes algo para comer? -No pudo evitar ruborizarse, era lo más patético que había hecho en la vida. Hasta Italia lo hubiera hecho mejor. — ¿Ehh? ¿Para comer? ¡¡¿Quién crees que soy?!! ¿¿Prusia?? Yo no tengo nada y menos para ti, tonto… — ¿podrías ir a buscar algo para comer? —¡Queeee! ¡Eso es imposible! ¿Adónde voy a encontrar comida en este puto lugar? —Por favor, Japón. No tengo fuerzas Japón no era ningún tonto, entendió de inmediato lo que trataba de hacer el alemán, empezó a patear paredes y a decir un sinfín de insultos en japonés, hasta que logro calmarse En cambio, Alemania nunca sintió caer tan bajo y la traición a su amigo nunca se la iba a perdonar a sí mismo. Se sintió inútil, se daba asco. —Bueno. Echare un vistazo para encontrar algo de comida. No te preocupes, Alemania. —Hey ¿no tienes alguna pista de donde estarán Italia y mi hermano? —No, por ahora no, pero estoy seguro que están bien. Ya los encontrare. —Lo siento, Japón. De verdad. — ¡No te disculpes! Si Italia se entera de que te dejé aguantar hambre me matará
Capítulo 5 Dio media vuelta y salió del dormitorio del segundo piso. Sabía que convencer a Alemania de abandonar aquel vestidor no sería una tarea sencilla. — si encuentro a Italia o a Prusia, logré sacarlo de allí, tonto alemán. Lo que necesita es una niñera, no aliados –Suspiró fastidiado… el Mochi, lo rescataré más tarde, pero ahora será mejor que beba algo… estoy sediento. Parece que al cobarde no le hizo mal el agua que le di, sería mejor que yo también me arriesgue a beber un poco, aunque no sé si se me pegara lo cobarde La verdad era que el período en esa mansión se había vuelto largo. Si bien, Japón no sabía qué hora verdadera era porque su reloj había comenzado a andar mal, pero calculaba que allí habían pasado más de cuatro horas. Esto sumado al recorrido largo que tuvo que hacer para llegar a la estancia, los paseos por todas las habitaciones y la lucha de la biblioteca, a cualquiera dejaría con una horrible sed. Se topó con las escaleras y las bajó de un solo desliz, rebuscó el baño. Una vez allí, abrió el grifo y tomó el agua que salía de el con las manos para beberla. Luego se lavó la cara, el cuello, la nuca y las heridas de la espalda con ella. Aprovechó el espejo para investigar la gravedad de las lesiones, No eran nada comparadas a las heridas de su pasado, o las que el mismo se hacía a veces que estaba melancólico o muy sádico para pensar siquiera en las consecuencias. De pronto, visualizo a través del espejo, que reflejaba la entrada del baño, una sombra pasar rápidamente. Salió y advirtió que la puerta del fondo se cerraba de un golpe. No le quedaba otra opción, tendría que entrar a investigar. Tal vez era uno de sus compañeros y, si no lo era, tenía la obligación de terminar con la criatura o sería demasiado humillante perder de nuevo Respiró hondo, relajó su cuerpo, se preparó para atacar si la situación lo demandaba y abrió la puerta. La oscuridad era total, ni la luz proveniente del pasillo iluminaba un poco ese lugar. A continuación, entró y una fuerte ráfaga cerró la puerta y esta se trabó. — ¡Maldición, ya estoy harto! —Exclamó Japón al fallar en su intento de abrirla —El estúpido interruptor ¿Dónde está? —palmeo la pared que se encontraba a su derecha con impaciencia hasta que consiguió dar con la tecla que lo sacaría de esa espantosa oscuridad. Golpeó la tecla y la repentina luz lo cegó por unos segundos. Acto seguido, reconoció la figura frente a él y logró agacharse justo a tiempo. Pedazos de pared y polvo de yeso cayeron sobre su cuerpo. La criatura de tez gris estaba frente a él para terminar la pelea una vez iniciada en la biblioteca, solo que, esta vez, Japón corría con la desventaja de que el cuarto era sumamente angosto y apenas podía evadir los golpes. Lo volvió a atacar, pero el japonés logró exitosamente esquivar todos los golpes hasta que sus garras se atascaron en una de las paredes. Esto le dio oportunidad de atacar. Blandió su katana y consiguió clavársela en la espalda. Por el lugar y la profundidad, Japón calculó que le había dado en el corazón o en los pulmones, los cuales son órganos vitales. Japón sonrió sádicamente al acertar con la puñalada. La criatura chilló y se agitó violentamente para sacárselo de encima. El japonés perdió el equilibrio, voló por los aires y, irónicamente, su cabeza dio contra el interruptor de la luz. Otra vez, oscuridad total. Sintió un hilo de sangre recorrer su frente hasta llegar a su boca y un dolor pulsante en la sien. El golpe lo dejó totalmente desorientado, se anularon todos sus sentidos y mente lo había abandonado. Con las últimas fuerzas que le quedaban, buscó la tecla furioso, pero su cuerpo lo traicionó y cayó desmayado. No sabía cuánto tiempo había estado inconsciente. Cuando despertó, la luz estaba prendida y la criatura nuevamente había desaparecido. Le costó mucho reincorporarse, le dolía todo el cuerpo y estaba mareado. Se tocó la cabeza y, por suerte, la herida había comenzado su trabajo de cicatrización y no tuvo una significativa pérdida de sangre. Gruño muy molesto, había perdido y era algo que odiaba. Miró a su alrededor. Estaba en un baño que se componía de dos cuartos. El primero tenía las paredes pintadas de blanco, un piso alfombrado, el inodoro, el lavamanos y un espejo; y el segundo las paredes pintadas de un azul muy claro con el piso de cerámicos azules petróleo, una ducha y una tina. Allí en la tina, visualizó otra llave de ojo y el llavero de esta decía: "DORMITORIO. SEGUNDO PISO" —Estoy harto del jueguito de las llaves —pensó mientras se la guardaba en el bolsillo. Se acercó al espejo y su aspecto lo dejó despavorido, estaba hecho un desastre. Tenía sangre seca en su cabello, en gran parte de su cara y en su traje militar blanco, por un momento sonrió un poco, pero después recuperó la poca cordura que le quedaba . También presentaba unas profundas ojeras, su pelo estaba desacomodado y lleno de polvo de yeso y su atuendo estaba roto en todos lados. Fue al lavamanos y empezó a lavar su cara, su cuello y su cuero cabelludo. Trató de limpiar las salpicaduras de sangre de su vestimenta, sin triunfo, y se peinó el cabello. Acto seguido, partió al segundo piso de la mansión. Seguía mareado, sus piernas parecían de plomo y varias veces chocó con las paredes o tuvo que parar a descansar. Las escaleras parecieron interminables, pero logró subirlas a pesar de todo. Quiso ir con Alemania y comentarle lo que había sucedido. Tal vez estaba preocupado o gritando como una niña de tres años por su tardanza, pero optó por no hacerlo. Temía que su aspecto asustara más a este, pues con lo miedoso que estaba ahora, por no decir siempre, cualquier cosa lo asustaría. Recordó la puerta enfrentada al dormitorio donde encontró anteriormente el látigo del alemán y escogió comenzar allí, pero la llave no funcionó. Luego fue al ala noroeste, donde había una sola puerta. Nuevamente, metió la llave en la cerradura y dio la vuelta. Esta funcionó. Pedía que no estuviera la criatura, él no estaba en condiciones para otra lucha. Giró la llave de nuevo y bajó el picaporte lentamente. Una vez abierta la puerta, la dejó entreabierta para espiar lo que había adentro. No veía nada y la abrió en par en par. A continuación, algo se le acercó rápidamente y tuvo que utilizar la funda de su espada para protegerse. ¿Otra vez tendría que pelear?
Aclaraciones: *Bien, pude haber jurado poner un mensaje en mi perfil pero o se debe a una imaginación grande o una tontería que hice, el hecho de que estuve ausente fue por motivos de problemas familiares algo fuertes. Luego no pude seguir escribiendo o conectándome con frecuencia, hasta que hace un corto tiempo me devolvieron mi libertad gracias a mis queridos maestros. Mis mas sinceras disculpas por esto. *La Autora original del fanfic HetaONI Novela (versión 1P) es LadySupein , pueden encontrar la historia aquí https://www.fanfiction.net/s/6750550/1/HetaONI-Novela-en-español Mi fic es la version 2P Mis mas sinceras disculpas a ella, me siento muy apenada por esto. ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Capitulo 6 Un suspiro se escuchó en la habitación, cierto albino estaba entre llorar o clamar a alguien para que le ayude, era como la décima vez que suspiraba desilusionado. Escuchó a su emplumado amigo piar de manera leve para llamar su atención, el albino lo acarició para tranquilizarle, era su deber cuidarlo y evitar que el entrara en pánico. —No te preocupes, mi pequeño Gilbird, saldremos de aquí— Le decía tiernamente mientras acariciaba el suave plumaje del pollito— Encontraré la manera de salvarte. Las puertas le parecían de plomo, al igual que las ventanas, intentó forzar la puerta muchas veces pero lo único que consiguió fue asustar al pequeño pollito. La habitación se veía cómoda , con un piso de color pastel y paredes blancas, Había un televisor encima de una gran mesa, pero no le interesó, fue hasta la biblioteca para buscar un libro interesante, pero para su desgracia todos estaban en ingles, el cual hablaba pero no leía. Suspiró con cierta pesadez. —Debí haber estudiado ingles un poco mas, pero creo que debí haber hecho muchas cosas que no hice— dijo con un sentimiento claro de culpa. Tomo a Gilbird en sus manos y lo acomodó en una de las sábanas de las dos camas que habían allí. Espero a que ello sucediera para acomodarse en la otra cama y dormir un poco. Soñaba con su pequeño hermano, con su sonrisa cuando era un pequeño. Fue un bello sueño, lastima que no duró mucho. Escuchó pisadas y se levanto rápidamente de la cama,la puerta se entreabrió, se puso al costado de la puerta, escucho un golpe y la puerta se abrió. Saco la espada de su funda dispuesto a protegerse a el y a Gilbird. —¿¡Quien está allí!?— pregunto con rapidez a la vez que se disponía a atacar. —¡Hey! ¡Soy yo, idiota! — Le grito —¿Japón?— le dijo mas calmado, aunque esa calma no duró mucho— ¡Dios! ¡Te ves terrible! ¿¡Que te sucedió!? —Las hadas de confite me invitaron a una fiesta que termino muy desastrosa— le dijo con sarcasmo obvio—¡Me atacaron, idiota! —Fue ese monstruo gris que estaba allí— le dijo ignorando el primer comentario— ¡Eso es seguro! —¡Felicidades! ¡Denle un premio al señor obvio!— contesto el pelinegro en forma de burla mientras cerraba la puerta con llave— ¡No se sientan importantes! ¡Yo igual lo vi! —¿Sabes que es? —No —¡¿Y West e Italia?! —Tu estúpido y cobarde hermano esta haciendo algo excesivamente idiota en este mismo piso, escondido como una nenita y temblando como un perrito... ¡Lo normal en el! —¿Que te ha dicho? —¡Que esta tan hambriento que no puede ni moverse! El albino se decepciono, sabia que su hermano era un tanto miedoso, pero el que no quisiera salir ni de un armario por miedo era demasiado. Reviso lentamente sus ropas cuando encontró unos pocos dulces que Hungría le había regalado. —Tengo estos dulces, de seguro que le gustaran— afirmo el albino sonriendole a su "amigo" —Eso espero, a duras penas quiere hablar conmigo, ¡Prussia eres el único que puede sacarlo de allí! El albino sonrió, aunque le pareciera egolatría le agradaba que su hermano le buscara como antes, porque no le importaba si era ya un país adulto, para el siempre seria su pequeño y dulce West. —¡Tierra llamando a Prussia! ¡Luego fantasea! — Le grito el pelinegro —Bueno, ¿Italia esta con el? —No, no le eh visto— le contesto por primera vez con seriedad y sin sarcasmos, aunque jamas lo admitiría pero el italiano le preocupaba demasiado —¡Oh no! ¿Crees que ese en peligro? Ambos se miraron unos minutos sin decir palabra hasta que estallaron de risa —Jajajaja ¡Italia en peligro! ¡Muy buen chiste!—rió el japones secando unas cuantas lagrimas que se le salían de tanto reír— ¡Cuando esto suceda Romano insultará a todos! —¡Y Estados Unidos dejara de ser vegetariano!—bromeo el albino, estuvieron riendo por unos minutos hasta que se calmaron. —Ya en serio vamo...—Prussia derrepente se detuvo al sentir un sonido de pasos acercándose a la habitación — ¿Oyes eso? —No, no oigo nada. De un movimiento muy rápido Prussia tomo a Gilbird suavemente en sus manos para colocarselo encima de su cabeza y asegurarse de que no se cayera —Silencio, escucha un poco — ¿Estas bromeando conmigo? No escucho nada de nada —Toma la espada.— le ordeno Prussia —¿Quien eres para ordenarme que hacer? —¡Que la tomes!— le ordeno con mucha mas firmeza Japón en seguida obedeció, nunca vio a Prussia ser así de firme, daba algo de miedo verlo de esta manera. El albino se acerco a la puerta hasta pegar su oído con esta y lograr escuchar mejor. Unos segundos después dejo de oír las pisadas. El albino se separó de la puerta sintiendo su ritmo cardíaco normalizarse poco a poco. Guardaron silencio, el japones no entendía nada de lo que estaba pasando, se abstuvieron de decir palabra alguna. La tensión se podía sentir. —¿Se fue? —Eso creo, no escucho nada mas. Bien, nos reimos un poco y tuvimos miedo, apresurémonos a encontrarnos con West para luego buscar a Italia y salir de una vez de aquí. — Estoy De acuerdo contigo... ¡luego destruiré esta horrible pocilga! El pelinegro se acerco a paso firme hacia la puerta, el picaporte empezó a moverse al misto tiempo que golpeaban violentamente la puerta. Ambos retrocedieron sudando frío, intuyeron que la puerta no resistiría por mucho tiempo. —¡No puede ser, estaba seguro de que se había marchado! —Al parecer no te quiso complacer...— Aunque lo había dicho con desinterés en el fondo le agradecía al albino aunque jamas le admitiría eso enfrente El albino miro fijamente al pelinegro, se veía algo cansado y lastimado por el ultimo encuentro con esa criatura, con Italia desaparecido, Japón lastimado y Alemania sin ninguna intención de pelear supo que el debía protegerles , no dejaría que nadie dañara a sus amigos. Tomo a Gilbird con cuidado y lo coloco de manera segura en una pequeña mesita. El le prometió a su emplumado amiguito ponerle a salvo y era algo que no pensaba incumplir. Empuño la espada no sin antes pedirle al Señor entre pensamientos que le diera la fortaleza necesaria. —Abre la puerta, yo me encargo de esto, no estas en condiciones para afrontar esto El japones no respondió, el mismo sabia que no podía vencer solo a la criatura, abrió la puerta. Mala decision. Prussia salio hacia el pasillo y al nomas estar allí las garras de la criatura lo tiraron haciendo que cayera dándole un fuerte golpe en su espalda debido a su caída. El japones se alarmó y fue a intentar detener a la criatura, pero Prussia lo detuvo. —Japón, no seas necio, ¡No estas en condiciones de pelear ahora! Prussia se aproximo a la criatura y le hizo dos cortes profundos en el pecho que formaban una cruz . El albino retrocedió y le hizo otro corte en el brazo, hubiera perdido el brazo si no fuera por un trozo de piel que lo mantenía en su lugar. La criatura desconocida soltó un chillido agudo y la sangre le empezó a brotar de su brazo. Enfoco su atención el Japón mientras se dirigía hacia el de manera lenta. incluso —¡Quieto! ¡Tu pelea es solo conmigo!... ¿¡Que rayos...!?— Prussia se paralizo al ver que las heridas que le hizo se empezaron a cicatrizar rápidamente hasta desaparecer por completo incluso el brazo empezó a unirse sin ninguna cicatriz. La criatura se aproximo a Prussia que por el momento seguía paralizado, mientras recitaba algo casi indecifrable. —¡Uste...des...no...esca...paran!