Hell's Paul

Capítulo VI: Entrada al infierno y, ¿Un nuevo aliado?​

A lo lejos pude escuchar una voz que me llamaba, era mi hermana acompañada de Jack y Bummer, y con su venida el escenario de la ciudad desaparecía; volviendo a ser el infierno como tal. Todos se veían muy agotados…


—¡Woow! ¿Esta es una de las tres…? ¡Acabaste con Él! —Exclamó Bummer —Había escuchado de ellas antes pero, nunca vi una.

—El sujeto no me quería dejar continuar hacia Pozo Darvanza, además se metió en mi mente y revivió el peor de mis recuerdos, cómo si de un juego se tratase —.

—¿Trataste de evitarlo, no? —Preguntó Emily… Como mi hermana ella sabía a que me refería.

—Hasta el final —le respondí.

—¡Basta de charla! Debemos continuar —exclamó Jack.


Entonces así seguimos caminando hasta que llegamos a la Puerta de Hades; era inmensa… El tamaño de un inmenso rascacielos igualaba y de ella nacían aquellos inmensos muros que hasta en el paisaje perderse se extendían, los muros del Aqueronte; con una altura proporcional a tres cuartos de la puerta, inmensos muros desgastados y de ellos colgando cadáveres, esqueletos y hasta almas negras por doquier. El Aqueronte era el río por el que Caronte el barquero infernal navegaba, y estos muros eran aquellos que la entrada al verdadero infierno, a los nueve círculos del dolor perpetuo limitaban; una vez más información nueva vino a mi mente. Entrar por la Puerta de Hades era peligroso ya que detrás aguardaba una criatura feroz vigilando la entrada de las almas —Esta comería a todo ser vivo que se topase en su camino para así convertirlo una negra alma y al infierno pudiese entrar —.

Antes de mezclar mi fuego con el de la Puerta Bummer sacó de su mochila dos piezas que parecían boquillas de soplete y las adaptó a sus brazos; el fuego de estas era azul, lo expuso al de la puerta, rojo carmesí intenso y ni se inmutó, su tono y su intensidad conservaba. La Puerta tenía tres inmensos —Realmente inmensos —cráneos de un extraño animal que como perro lucían, además de muchas decoraciones como cráneos de demonios, cadáveres, cuerpos e incluso extraños animales alimentándose de estos. Dos de los cráneos se situaban en los extremos laterales de la Puerta y el tercero en el centro por encima de ellos, de su boca arrojaban el rojo fuego infernal. Me situé en el centro de la Puerta y mis puños encendí, comencé a arrojar bolas de fuego a los cráneos y lentamente este se comenzó a tornar verde como el de mis manos y la puerta a abrirse; en ese momento sentí una nueva identidad, pasé de ser un don nadie a ser el que llevaría el por venir del infierno en sus hombros, ya conocía mi misión, solo me quedaba buscar la manera de completarla; si mi destino era liberar a las almas inocentes apresadas que yacían en este lugar… Así sería.


La Puerta se abrió y pudimos ver a la bestia que esperaba detrás; esta era totalmente negra cual carbón, con una altura de al menos tres metros como mínimo, su pelaje puntiagudo y liso, su boca inmensa y con una lengua extremadamente larga que hacia afuera sacaba e innumerables colmillos alrededor de esta así como ojos, numeroso y de distintos tamaños… Sus patas largas no eran pero las garras de estas sí. Apenas vió a Emily se lanzó sobre ella, que por suerte reaccionó rápido y pudo detenerla con sus poderes pero esta logró librarse imponiendo una gran fuerza… Jack usó sus garras para teletransportarse y arrojármela a través de uno de sus portales usando una gran fuerza; encendí mis puños y lo golpeé fuertemente, cosa que no le hizo mucho daño. Bummer y Jack lograron sostenerla de brazos fuertemente a los que Emily los ayudaba con su poder mental.


Materialicé mi guadaña una vez más en mi mano, la encendí en llamas y me lancé a por la bestia… La atravesé en seco con mi arma y esta desapareció dejando una enorme nube de humo negro que muy mal olía; la verdad fue muy fácil vencerla. Decidimos continuar pero nos vimos frente a un risco y al mirar hacia el cielo pudimos ver que Dungeon no estaba muy lejos.

—Yo los levitaré hasta allá —dijo Emily mirando a la distancia.

—Bien —le respondió Jack.


Emily se concentró y comenzó a levantarnos del suelo, comenzamos a flotar rodeados los cuatro por un aura azul que emanaba de mi hermana, así hasta llegar a Dungeon… Al llegar pudimos ver justo en el punto sobre el que quedamos un viejo letrero de madera clavado en el suelo en el que las siguientes palabras estaban escritas: “Todas las almas de cualquier patria que perecen se reúnen aquí. El escabroso paso de Caronte espera a todos aquellos no temerosos del Señor… Así son las almas que vivieron sin gloria y sin infamia, sin temor a Dios. El cielo los repudia y el infierno no los acoge para que los malos no los glorifiquen”. Podía ver almas negras aglomerarse en la entrada a la Barca de Caronte que a un lado de la ciudad se encontraba, pude ver sus pecados en vida… Adulterio, ira, gula, avaricia y más; fue un momento muy perturbador.


—Mediante mí el viaje a la ciudad del infortunio, mediante mí el viaje al dolor perpetuo; abandonen toda esperanza aquellos que aquí entren —decía Caronte, estremeciendo Dungeon con su atronadora voz…


En ese momento Bummer tuvo la idea de que los cuatro entrásemos a la mazmorra subterránea de Dungeon, donde apresaban a las personas que habían sido enviadas al infierno sin pecado alguno… La entrada a la mazmorra estaba desprotegida ya que todos los guardias espartanos estaban con Caronte cuidando de que ningún vivo entrara a la Barca. Bummer con sus enormes brazos la puerta destruyó y pudimos entrar fácilmente; bajamos un piso y encontramos unas cinco celdas, cada una con al menos tres prisioneros dentro, en ninguno de ellos pude ver pecado, pues no lo tenían. Entonces comenzó Bummer a dar un extraño discurso:


—¡Escuchen! ¿Ven a ése sujeto de ahí? Él es el Elegido, su nombre es Paul… Esa chica viva de ahí es su hermana. Nosotros hemos venido a liberarlos pero no sin antes pedirles un favor, deben apoyarnos en nuestra travesía… Pensamos cruzar los círculos del infierno en busca del misterioso sujeto que nos trajo hasta aquí y ponerle fin a esto pero nosotros cuatro sin apoyo no podremos lograrlo.


¿¡De qué demonios estaba hablando!? Mi hermana y Jack lo miraban como si loco estuviese.


—Tengo entendido que Dungeon no es el único lugar donde apresan a personas cómo ustedes, así que si ustedes no vienen con nosotros podremos conseguir apoyo en cualquiera de los círculos del infierno, como en Dite. ¿Qué me dicen? A fin de cuentas estamos aquí por ustedes —terminó Bummer.

—Yo iré con ustedes —respondió un chico.


Este tenía todo su cuerpo con la capa que los espartanos hacían vestir a los prisioneros, tampoco pude ver su rostro porque llevaba la capucha puesta justo cómo la llevo yo. Más nadie se ofreció, de igual forma los libramos al romper las rejas de la mazmorra; Emily y Bummer murmuraban sobre este chico mientras el caminaba delante nuestro al salir de la oscura prisión:


—Bummer, ¿Estás seguro de que debamos llevarlo con nosotros?, pues ni su nombre sabemos.

—Necesitamos apoyo y lo sabes, aún si no tuviese alguna habilidad cómo nosotros necesitamos apoyo; sabes que no podemos hacer esto solos —murmuraba Bummer en respuesta a mi hermana.


Jack y yo solo nos limitábamos a escuchar, a lo que el chico respondió con frialdad:


—Mi nombre es Daniel, o Dan, como quieran llamarme. Poseo una habilidad, algo como lo que llegué a este infierno, en vida nunca la tuve; siempre fui un chico normal.

—¿¡Qué clase de habilidad posees!? —Le preguntó Bummer con asombro.

—Yo puedo manipular la materia —respondió Dan —… Tambien transformarla en pequeñas cantidades pero no destruirla ni crearla —.

—¡¡Fascinante!! —Exclamó Bummer.


Pronto nos encontramos frente a Caronte, El Barquero Infernal; o mejor dicho, La Barca Infernal pues Caronte había tenido que adaptarse a los nuevos tiempos… Fusionándose con su barca. Estábamos dispuestos a abordar pero no contábamos con los cinco óbolos necesarios para pagar a éste.

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-Buen@s días/tardes/noches, como muchos sabrán hace mucho que empecé este long-fic, el original con el que comencé mi trayectoria en FanFicsLandia. Hoy, 07/11/2014 (Dios, tengo que memorar esto) vuelvo a retomarlo después de abandonarlo hace ya un buen tiempo, ¿La razón? Falta de tiempo, dije que para Julio volvería y por razones personales no pude, hoy lo hago y lo hago como nunca antes lo he hecho(? Si te tomaste la libertadad de revisar los capítulos anteriores te llevarás con la sorpresa de que los he reescrito, sino, adelante te invito a leerlos :) Comenzaré a publicar el fic regularmente viernes o sábados, de no ser así lo antes posible luego de esos días, pues con la escuela el tiempo libre que me queda para dedicarme a mis "asuntos" es poco. Sin más que decir los invito nuevamente a leer los capítulos anteriores, esperando que les hayan gustado y este nuevo tambien. Comentarios, sugerencias, correcciones, consejos todos bienvenidos; los estaría respondiendo para el próximo capítulo —si los hay — xD Me despido.


—Te ha hablado Paul y te deseo buenas noches(? :D.

 

Capítulo VII: Limbo.​

—No tengo cinco sino seis óbolos, ¿Servirán de algo? Un espartano me los dio mientras me decía para qué los necesitaría; al parecer me confundió con un alma negra —dijo Dan mostrando una pequeña bolsa de tela que efectivamente contenía la antigua moneda dentro.


Dan dio la bolsa a uno de los guardias que custodiaba la entrada a la barca, este la tomó, agarró cinco de los óbolos y le devolvió el restante —cosa que me pareció extraña —, así entonces pudimos pasar los cinco y tan pronto como lo hicimos la barca zarpó, cerrando sus puertas a toda alma que quedara por fuera.


—Eh, tú… Aléjate de los muertos, estás viva —dijo Caronte una vez que zarpamos refiriéndose a Emily, por supuesto.


Pudo darse cuenta aun cuando ella se colocó la capucha de su capa. De pronto la barca se paró en medio de aquel río infernal y todos aquellos espartanos dentro de esta comenzaron a sacar sus lanzas y espadas, poniéndose en guardia, miré a mi alrededor y mis compañeros también lo estaban; Dan tenía auras en sus puños como las de Emily pero rojas… Y oscuras. Los espartanos comenzaron a atacarnos con todas aquellas almas negras en medio y nosotros por igual, noté que como dijo, Dan efectivamente podía manipular y transformar la materia; encogía y retorcía las lanzas de los soldados dejándolos indefensos, para luego golpearlos con una gran fuerza. Esta vez trabajé en conjunto con mi hermana, mientras ella sostenía al enemigo con el poder de su mente yo los cortaba y destajaba con mi guadaña, Bummer trabajaba junto a Dan y Jack, los tres golpeando y destrozando a su alrededor; pronto los cinco acabamos con aquella tropa de espartanos que se encontraban dentro de la barca, todo sin tocar a las almas negras que allí estaban. Repentinamente una gran puerta se abrió y de ella salió una especie de verdugo con oscuras ropas montando una inmensa criatura, de unos cinco metros, negra como el carbón y con una inmensa placa de metal que su rostro cubría, ni ojos tenía; sobre ella el verdugo con montura y lo que al parecer eran palancas para controlarla. La criatura a cuatro patas andaba pero se levantó en dos, su dirigente movió un par de palancas y esta contra nosotros arremetió; todos nos apartamos pero esta logro acertar un golpe Bummer.


—¿Estás bien? —Le pregunté mientras lo ayudaba a levantarse.

—Si, gracias Paul —me respondió él.

—Maledicto Umbras —dije con ira en mi boca.


Un clon hice pero la bestia lanzó otro golpe hacia nosotros, esta vez todos logramos esquivarlo y su brazo se quedó atorado en el suelo de la barca; en ese momento un inmenso chillido salió de la boca del barquero, Caronte era uno con la barca. Mi clon subió por el brazo de la negra bestia e intentó atacar al verdugo pero este logró defenderse con el otro brazo de la bestia, y hasta el suelo lo batió desvaneciéndolo.


—¡Lo tengo! —Exclamó mi hermana usando sus poderes para levitar al verdugo —¡¡Jack!! —.


Jack abrió un portal con sus garras hacia donde estaba el dirigente de la bestia y exclamó dirigiéndose a mí:


—¡Paul! Rápido entra al portal.


Entré por el portal y al salir por el otro extremó rápidamente encendí mis puños para golpear al hombre en el rostro, al suelo este cayó y Bummer lo acabó con sus brazos; tomé las palancas de la bestia y con ellas el control sobre esta, moviendo las palancas esperando lograr algo me encargué de que Caronte se moviera hacia una orilla, orilla donde a lo lejos se podía ver un bello castillo ¿Sería el Limbo?, tomándolo del cuello, golpeándolo y finalmente arrancando su cabeza y arrojándola lejos con la fuerza del fiero animal logre conducirlo allí, para que la barca se estrellara con la orilla… Bajamos y dejamos ir a la criatura, caminamos un poco y llegamos al pie de aquel enorme y bello castillo, cercado siete veces por enormes muros y resguardado por un arroyo.


Lo cruzamos como si de tierra firme se tratase, cruzamos por las siete puertas hasta llegar a un verde prado dentro del castillo. Personas importantes pudimos ver ahí; uno de ellos se me acercó. Canoso, barbudo; con una túnica vestía y con un gran bastón de madera andaba; me dijo:


—A ti Elegido. Hombre no soy, mas hombre fui, y a mis padres dio cuna Lombardía pues Mantua fue su patria. Nací en el reinado de Julio César y bajo el buen Augusto en Roma viví. Tempo de dioses paganos; poeta fui y canté de aquel justo hijo de Anquises que de Troya vino.

—Eres tú… Virgilio —le respondí con asombro.

—Sí. ¿Ves todas aquellas sombras? Su honrosa nombradía, que allí en tu mundo resuena aun adquiere gracia y recompensa que del cielo proviene, irónico. A todos ellos también pertenezco yo, pues en época de dioses paganos vivíamos —me dijo, señalándolos con su largo bastón de madera.


Todos vestían con ropas muy extrañas; túnicas, togas, sandalias…, algunos vestidos con armaduras y armados respectivamente, otros portaban libros antiguos y raros objetos.


—Por allá puedes ver a Electra junto a muchos de sus compañeros, entre ellos Héctor y Eneas, y armado a César con amargados ojos… Al rey Latino puedes ver por allá, sentado al lado de su hija —explicaba el gran poeta mientras todos caminábamos junto a él.

—Woow, genial… —Dijo Jack.

—En este lado está Bruto el que destronó a tarquino, allá Saladino que está solo… Sócrates al lado de Platón y cerca de ellos Demócrito aquel que tu mundo pone en duda, Tales y Diógenes, y al geómetra Euclides —nombraba Virgilio mientras señalaba con su bastón de madera.

—¡Genial! Siempre he querido saber que se sentirá hablar con Sócrates o Euclides… —Exclamó Bummer.

—No hijo mío… No debes molestarlos, pues hablan sobre cosas que aquí es bueno callar —le respondió el guía.

—Bien —respondió Bummer con un tono un tanto pesado.


Virgilio nos condujo por una senda hasta llegar a unas escaleras en espiral que al parecer llevaban al segundo círculo, el recinto donde moraba Minos, él nos lo dijo.

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-Para @DegelDKG: Primero que nada, muchas gracias por aeptar mi invitación y leer el fic, me alegra que te haya gustado; en la historia si planeo involucrar seres divinos pero ya sería para mucho más adelante —y quien sabe, quizá solo hasta el final —por ahora, no se explica quien es este ser y si Dios no planea intervenir, ¿Será que sí, que este ser es más poderoso que Dios o el mismísimo Satanás? Ahi te la dejo hehe... Segundo, el diseño de Paul por ahora es el unico que tengo, por supuesto que haré el de los demás peeeero, no los publicaré por ahora, aunque ya los tuviera listos no podría puesto que mi impresora se ha dañado y ni el escaner deja usar. Cuando los termine todos veré si los escaneo en un cyber o algo; el de Paul es el único que tengo escaneado, desde hace ya un tiempo. Más adelante cuando consiga la manera de subir imágenes lo dejaré en un capítulo —el que sepa como, por favor dígame D: —, espero que te haya gustado el capítulo siete y sigas leyendo el fic. ¡Saludos! :3

-Bueno, este fue el capítulo siete, espero que les haya gustado; ya les dije si alguno conoce una forma práctica de subir imagenes dígame por favor u.u Soy ignorante hahaha... Próximo capítulo el siguiente viernes/sábado. Comentarios, consejos, preguntas todos viemvenidos.

—Les ha hablado Paul y les deseo buenas noches(? :3

 

Capítulo VIII: Minos, Lujuria y, ¿Una condena no merecida?.​

Así pues, bajamos del círculo primero al segundo despidiéndonos del gran poeta y pudimos llegar a un lugar que nada bueno luce; allí se encontraba el gran rey Minos, aquel conocedor de los pecados, encargado de juzgar a las distintas almas que allí llegaban y de enviarlas al círculo correspondiente, donde cumplirían con su castigo eterno. Minos, una enorme y rechinante criatura, un ser inimaginablemente repugnante; de su corona colgaban almas en pena como adornos, de sus extremidades nacían tentáculos y serpientes, con una temible cola y ciego pero con un gran olfato… A la entrada de este círculo, de este inmenso castillo con ancha puerta, segunda parte del Limbo, examina los pecados; olfatea, juzga y ordena según se relíe.



Cuando un alma mal nacida llega ante él lo confiesa todo y este repugnante conocedor de los pecados ve el círculo del infierno que esta merece. Tantas veces se ciñe con la cola, cuantos grados el quiere que sea echada será el número del círculo a la que esta será arrojada… Delante de él siempre se forman en fila las almas, cada uno esperando su juicio, hablando y escuchando las condenas, luego los arrojan.



—Ustedes que vienen al doloroso albergue —dijo Minos al vernos, dejando el acto del oficio —como entran y de quién se fían; no los engañe la anchura de la puerta cómo en esa metáfora de aquel su Dios… Muchos de ustedes, libres de pecado no deberían estar aquí, entorpecen mi oficio —.


—¿Muchos? ¿A qué se refiere? —Murmuró Jack.


—Si, muchos. Unánimemente lo son, uno de ustedes, tan demonio como yo y como los que aquí moran… Irónico su destino, ¿O no? Elegido —respondió el rey olfateándome.


—¿De que hablas? Ni tú ni tu oficio tienen que ver conmigo o lo que soy —le respondí yo.


—¿A qué vienes, justo ahora? No podrás lograr tu cometido —me dijo Minos.


—Ya te dije, eso no es tu problema, y más no me preguntes, con permiso pasaremos… —Le respondí.



Entonces comenzaron las dolorosas notas a hacerse sentir y así llegamos al círculo siguiente, un lugar en el que el ambiente aullaba cual feroz mar combatiendo con vientos contrarios a él; un valle rocoso cubierto de torbellinos, repleto de ellos. Delante de esta ruina infernal llegaban almas de todos lados del mundo, gritos, llantos por todos lados, mujeres y hombres blasfemaban a nuestro Dios… Hombres y mujeres desnudos por doquier, muchos manteniendo relaciones sexuales. Entonces lo comprendimos los cinco, a este martirio eran condenados los lujuriosos; aquel viento a los malos espíritus llevaba, de aquí a allá, de allá para acá… Entonces pudimos ver a esas sombras llevadas por el viento. Semíramis era, aquella emperatriz que tanto se inclinó a la lujuria; Elena, aquella por la que el tiempo tantas victimas se llevó, Aquiles que por amor combatía y un montón de sombras más pudimos ver… En ese momento pudimos ver otras dos sombras que venían juntas, arrastradas por el viento que los torbellinos sacudían; al acercarse a nosotros les dije:



—Sombras que por este escabroso ambiente andan, si nada se los impide, conversen con nosotros un poco.


—De lo que oír o hablar gustes, los oiremos y les hablaremos, si el fuerte viento no nos lo impide —decía una de ellas, afectuosa —, amor, amor que encendió a la persona que de mí no fue apartada, aún me lamento; amor, otra forma de morir, amor que a todo ser amado obliga a amar, tal pasión encendió en él que juntos fuimos condenados pues aún no me abandona. Por amor estuvimos destinados a morir juntos —.



Me sentí muy mal por todo lo que ella nos decía, pues como antes pude ver su “pecado” en vida y consideraba que aquí ni ella ni su hermano merecían estar condenados; todos estábamos cabizbajos…



—¿Qué pasa? —Preguntó Dan.


—Es que es muy triste lo que ella nos cuenta, supongo que los demás sienten lo mismo —le respondió Emily.


—Tsk… Concuerdo con ella, después de todo. Amor, es otra forma de morir —añadió Jack.


—Un día por placer leíamos, solos los dos y sin pena alguna; tantas veces nuestros ojos abandonaban la lectura para tan solo encontrarse con los del otro. Antes de darme cuenta era besada por este que de mí no se aparta; Gelotto era el libro y ese día ya no leímos más —explicaba ella mientras el otro lloraba.



Luego de consolarlos seguimos caminando, pues debíamos hallar la entrada al siguiente círculo; por el valle andábamos y pronto nos vimos rodeados por mujeres semidesnudas, apenas cubiertas por algunos vendajes, además rotos; amarrados a sus brazos tenían cuchillas, tan largas y afiladas como un sable, todas estas mujeres dispuestas a atacarnos pero más bien parecía que trataban de seducirnos a Dan, Jack, Bummer y a mí, mientras que un par si se concentraba en atacar a Emily… Dos de ellas se peleaban por mí, una incluso me besó, eran muy lujuriosas; A Bummer parecía no importarle pero…



—Bien, ya estuvo; es claro que todo es un truco… —Dijo Bummer, a lo que golpeaba a una de las mujeres con sus brazos.


—Él y sus momentos… —Murmuró Jack.



Jack, Dan y Bummer se deshicieron rápido de las atacantes, desgarrándolas y golpeándolas fuertemente igual que yo pero a mi hermana le costó un poco más… Golpeé con mi guadaña al par que se peleaba por mí y la ayudé, mientras ellas las sostenía con sus poderes yo las golpeé con mis puños y las corté con mi guadaña.



—Gracias hermano —me dijo Emily.


—No es nada —le respondí.


—¡Paul cuidado! —Me gritó Bummer.



Volteé y me encontré con que Jack había cortado a la mitad con sus garras a una de las mujeres.



—Gracias, por poco me atraviesa con esa hoja —le dije a Jack.


—No es nada, pero trata de no bajar la guardia… —Me respondió él.



Seguimos caminando por el escabroso valle y a cada paso podíamos ver tantos torbellinos como almas en pena, estos estaban para atormentarlas… Pronto llegamos a una mazmorra, parecía una especia de pirámide que estaba construida sobre una formación rocosa, definitivamente una pirámide egipcia.



—¿Y si entramos? —Preguntó Bummer.


—No se si deberíamos entrar, pienso que no —le respondió Dan.


—Yo pienso que deberíamos entrar, debemos buscar la entrada al siguiente círculo. Además, a los alrededores no hay nada más que estos malditos torbellinos… —Dijo Jack.


—Pienso igual, deberíamos entrar —agregó mi hermana.


—Entonces entremos —les dije.



Así pues nos dispusimos a entrar a la extraña pirámide…

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Para @Equinoccio: Primero, ya deja de llamarme así D: Ciertamente a veces pasa eso de la omnipresencia y el punto de vista cambia, corregiré eso; y con lo de la descripción, se que soy malo describiendo, no me lo recuerden, no sean malos :c trataré de mejorar siempre lo más que pueda.


Para @DegelDKG: "Elegido" xD Te digo lo mismo que a Equi, mejoraré en esos aspectos, y gracias por decirme lo de como subir las imagenes, ahora ya se como hacerlo xd Saludos.

-Este ha sido el capítulo ocho, me disculpo por postaearlo con dos días de retraso; la cosa es que como les dije a algunos desde el viernes pasado mi compañía proveedora (Super Cable, por si quieren lincharla por retrasarles su dosis semanal infernal :v) está haciendo "un cambio de equipos" —pura charla, pienso yo —en la zona donde vivo y por eso el internet ha estado fallando, sin embargo aqui les cumplo con el capítulo ocho. Espero les haya gustado y próximo viernes/sábado capítulo nueve si Super Cable lo permite :v



—Les ha hablado Paul y les deseo buenas noches(?.

 

Capítulo IX: Antonio y Cleopatra.​

La pirámide tenía una entrada sin puerta y a los lados de ella, mujeres sin ropa, algo subidas de tono; entramos y en una pasillo largo y oscuro pasamos a estar; encendí mus manos y pudimos ver con exactitud el lugar en el que estábamos, las paredes cubiertas de jeroglíficos pero todos muy extraños, llegamos a una sala grande con dos pasillos, de estos dos llegaron más mujeres como las que fuera vimos con cuchillas pero esta vez vestían de manera egipcia con detalles dorados y azules en sus ropas, eran una diez mujeres y ahora estaban acompañadas de tres hombres que las tenían encadenadas, estos eran muy fuertes, muy musculosos y de igual manera vestían, egipcios. De pronto estos soltaron a las mujeres depuestas a pelear.


—A darle… —Dijo Bummer chocando sus grandes puños metálicos.

—Maledicto Umbras —dije, sacando dos clones de mi sombra —vamos —.

—Bien, vamos —respondió Emily emanando las auras azules de sus puños.


Mi mano extendí y en ella mi arma se materializó, mi guadaña y los clones hicieron lo mismo, cada uno se fue por una o dos de las mujeres; Jack y Dan prefirieron atacar a los hombres… Bummer a golpazos y fuerza bruta acabó con dos mujeres, lo que mejor sabe hacer; Emily también se puso a pelear con dos, manipulándolas con sus poderes y atacándolas cuerpo a cuerpo logró vencerlas sin mucho esfuerzo.


Dan y Jack pudieron acabar con los tres fuertes hombres, aprovechando el hecho de que por su gran musculatura estos eran muy lentos Jack se movió rápidamente a través de sus portales para desgarrando con sus inmensas garras a uno de ellos, Dan pudo transformar y disminuir la materia de los dos restantes para acabar golpeándolos a puños limpios, muy salvaje en realidad. Yo por mi parte me encargué de tres de nuestros rivales con mis llamas en manos y cortando con mí guadaña, cosa que me costó mucho pues más de una vez lograron alcanzarme con las cuchillas en sus brazos… Mis clones acabaron con las tres restantes, cortándolas con sus armas encendidas, luego de esto volvieron a mí.


Elegimos uno de los pasillos y en él entramos, este tenía unas escaleras hacia abajo, bajamos temerosos de lo que abajo pudiésemos encontrar y entramos a una sala muy grande, algo oscura, con velas en sus alrededores, en el centro una cama y en ella tres mujeres egipcias, hermosas en realidad; dos de ellas vestidas respetivamente al igual que la otra, pero esta última desnuda de los pechos. Al ver esta última en seguida la reconocí… Era ella, Cleopatra.


—Vaya, vaya… El Elegido y sus compañeros, aquellos que lo acompañaran en su travesía. Una fémina y cuatro hombres, vaya combinación —dijo ella, seguido de sus risas y las de sus acompañantes.

—Al parecer por aquí eres muy famoso… —Dijo Jack.

—Sí, Minos también se refirió a él como “El Elegido” —Añadió mi hermana.

—Mis bellas sirvientas, encárguense de sus acompañantes y tú, Elegido, te las verás con mi preciado Marco Antonio —dijo Cleopatra mientras sus sirvientas asentían con una pervertida risa y éste último entraba a la habitación por una puerta que se encontraba al fondo.


Marco Antonio, de gran estatura, inmensa en realidad entró vistiendo una armadura negra cómo carbón puro, cual cenizas y con detalles de lo que parecía ser oro, descalzo y con un gran escudo típico de su época, casi tan grande como él y una filosa espada igual de grande, su rostro deformado y su estatura inimaginablemente tétricos… Antonio besó a su amada y se me acercó, dirigiéndome unas palabras:


—¿Tendré que enfrentarme contra ti, un insecto?

—¡¡Hey, es el Elegido, el Morador Infernal!!, ¡¡Más respeto!! — Gritó Bummer de lejos.

—Bummer, concéntrate —le dije yo.


Mis compañeros y yo comenzamos a luchar mientras Cleopatra observaba todo… Bummer comenzó a aplastar pero esto parecía no ser nada contra las sirvientas de la reina; Dan, Jack y Emily si parecían hacerles daño con sus poderes; mientras yo luchaba con Antoni, éste impuso su enorme espada sobre mí con una gran fuerza pero logré detenerlo con mis brazos hincados en equis, la desvié hacia un lado y tomé distancia…


—Bien hecho Elegido… ¡Tormenta de lujuria! —Gritó el feroz guerrero atacándome con su espada imitando con su cuerpo el movimiento de un tornado.

—No, una vez más no… —Le respondí.


Materialicé mi guadaña, una vez más bloqueé su ataque y esta vez lo ataqué pero con su enorme escudo logró bloquear mi ataque, apenas pude rasguñar el mismo. Mi arma no le hacía daño, encendí las llamas de mis manos y con mis puños me lancé sobre él… Comencé a golpearlo con estos y poco a poco logré romper el escudo, a duras penas en realidad… Luego tomé distancia.


—Hehehehe… Al fin y al cabo no lo necesitaba —me dijo el poderoso romano.

—No hables de más —le respondí.


Una vez más me lancé sobre él pero esta vez lo golpeé más fuerte y pude romper un poco de su imponente armadura, tomé distancia y comencé a arrojarle bolas de fuego, las cuales parecían romper un poco más la armadura.


—¡Detente! ¡Déjalo Elegido, déjalo! —gritaba su reina con angustia mientras lo observaba todo…

—¡¡No!! No me dejaré ganar —exclamó Antonio tomando su espada con ambas manos.


Tomó su espada firmemente con las dos manos y corriendo hacia mí pudo bloquear mis ataques con esta; logró batirme fuertemente contra una pared.


—¡Toma esto! —Gritó mientras blandía su espada contra el suelo, distanciado de mí.


A partir de su espada en el suelo, en dirección a mí, brotaron del suelo un sinfín de rocas y espadas que lograron alcanzarme y tirarme al suelo…


—Vaya insecto —decía Antonio burlesco.


Ya en el suelo pude apenas ver que mis compañeros habían vencido a las sirvientas de Cleopatra pero habían quedado exhaustos; igual yo, mi cuerpo había recibido mucho daño por parte de los ataques del guerrero romano.


—Yo… Yo, yo no… “Lustful Evocatis” —Nuevamente unas extrañas palabras salieron de mi boca.


¿Qué era esto?


—¡Hey!, ¿Qué haces ahí en el suelo, no piensas pelear? —Me preguntó una dulce voz, voz que nunca antes había escuchado.


Sentí un beso en la mejilla, o lo que debería ser mi mejilla, y pronto mis fuerzas comenzaron a volver; me levanté con un poco de esfuerzo y pude ver a una chica rubia, de cabello muy claro casi blanco y muy largo, de mediana estatura, ojos rojos como los de un demonio, vestía con ropas muy cortas y rotas; una especie de túnica que apenas podía cubrir sus pechos y un trapo como “falda” y por cinturones sostenido, y en sus piernas más trapos igualmente sostenidos por más cinturones… Esta chica portaba una enorme guadaña, de mango negro y hoja roja carmesí y blanca, arma incluso más grande que ella.


—¿Huh?, ¿Y tú quién eres? —Le pregunté a la extraña chica.

—Mi nombre es Helen. Tú me invocaste… Elegido. Eres tan lindo —me dijo ella —, ahora, acabemos con este grandote —.

—Ehm… Vale —le respondí confundido —, Maledicto Umbras —.


Saqué un clon, materialicé mi guadaña que había desaparecido por los ataques de Antonio y juntos los tres atacamos al mismo…


—¡Toma esto! Gritó Helen, a lo que remataba a Antonio con su arma, seguido de mi ataque y el de mi clon.


Antonio cayó al suelo y en la sala se escuchó el grito de la lujuriosa pareja de éste:


—¡Noo!, ¡Mi amor, no tenía por qué ser asó!

En seguida se echó al suelo a llorar encima del pecho de su amado, pero…


—¡Tú! —Gritó dirigiéndose a mí.


Sus ánimos cambiaron y de furia pasó a… Bueno, pasó a parecer más deseosa de mí que cualquier otra cosa. Comenzó a acercarse lentamente, se pegó a mí e intentó besarme pero la golpeé y me alejé…


—¡Eso es, Paul! —Gritó Bummer de lejos.

—Qué mujer… —Murmuró Helen, cómo celosa…


Cleopatra se me volvió a acercar, esta vez me arrojó al suelo y se puso sobre mí, intentando que tocara sus pechos, pero no… En seguida tomé mi arma y la travesé por un costado, en ese momento murió y hacia un lado cayó.


—¿Cómo lograron vencer a sus acompañantes? —Les pregunté a mis compañeros mientras me levantaba y dejaba el cuerpo de Cleopatra junto al de Antonio.

—Combinando nuestras habilidades; Bummer y Emily, Jack y yo… Nos costó pero lo logramos, justo cuando Antonio te derribó —me explicó Dan.

—Escúchame Elegido… Acabas de usar hace un rato una de tus habilidades, el “Lustful Evocatis”, lo que te permite invocarme a mí o a mis dos hermanad, este maleficio, una de tus habilidades, nos convierte en tus seguidoras y quién sabe, quizá algo más hehe… —Me explicó Helen interrumpiéndonos.

—Entiendo, como el Maledicto Umbras. Mi nombre es Paul; por favor no me llames “Elegido” —Le respondí yo.


Ella se me acercó sonriendo… La verdad era muy linda. Su mano en mi hombro, me besó de nuevo a un lado del rostro y me dijo:


—Lindo nombre, espero vuelvas a invocarme, Paul.


Luego de esto chasqueó sus dedos y entre un montón de humo negro despareció.

​

-La semana pasada no hubo comentarios, qué malos :c @Zeek bro termina de leer y comenta, @Dante Baudelaire ya lee :c(?. Ese fue el capítulo nueve, me disculpo por la demora, como les dije en el capítulo anterior había tenido problemas con mi compañía proveedora de internet y no fue sino hasta el sábado pasado que los muy muy(...) decidieron volver a darme el servicio; espero sinceramente les haya gustado y ya saben: comentarios, opiniones, consejos siempre bienvenidos :D


—Les ha hablado Paul y les deseo buenas noches(? :D

 

Capítulo X: Gula, Cerbero.​

Entramos por la puerta de la que Antonio había salido, curiosamente había unas escaleras ahí; bajamos y al tercer círculo llegamos… Un lugar donde aguas sucias y negras llovían por doquier, acompañadas de granizo que al impactar con el suelo estaban; nuevas condenas pude ver en las almas negras que allí estaban, y entonces me dí cuenta, a este doloroso albergue eran condenados aquellos que en vida a la gula abrazaron. Condenados a todos lados, en llantos hartándose de nueva comida… Muchos en llanto se alzaban y a Dios blasfemaban; pudimos ver en grupo de criaturas que se reunían alrededor de un montón de comida, grandes y gordas viscosas y grasosas, horriblemente asquerosas, calvas, con cuatro tentáculos por extremidades inferiores y cuatro más además de sus brazos… Entre ellos se peleaban por quién más comida tenía al mismo tiempo que se hartaban. Quisimos pasar de ellos pero uno de esos enormes monstruos se volteó hacia nosotros y le arrojó un trozo de lo que comía a Bummer —cosa que me pareció muy extraña —que la espalda es daba.


—¡Hey!, ¡¿Qué te pasa?!, ¿Quieres pelear? —Le gritó Bummer molesto.

—Hey… No queremos problemas —le dijo Dan a Bummer.


De pronto hacia nosotros se voltearon todos estos monstruos hacia nosotros; comenzaron a golpear con sus tentáculos el suelo e intentaban alcanzarnos con ello, eran muy fuertes pero muy lentos por su extremado peso:


—¡Maledicto Umbras!


Encendí mis puños y comencé a golpearlos con estos junto a un clon, Dan pudo reducir el tamaño de algunos e incluso pudo levitarlos —no tenía idea de que poseía esta habilidad —igual que Emily que también les arrojaba esferas de aura; Jack usaba sus portales para engañarlos y desgarrarlos con sus manos, Bummer golpeaba y aplastaba con su increíble fuerza… Pronto materialicé mi guadaña y con mi clon comencé a desgarrar a los inmensos. Al terminar solo quedó un desastre, grasa y comida por todos lados.


A lo lejos pudimos apenas ver entre toda la lluvia una especie de formación rocosa con la forma de un valle, mucho pero mucho más pequeña; seguimos caminando en dirección a ese lugar entre todos los lamentos de los condenados e incluso a algunos se es oía masticar y tragar su comida… Más pronto que tarde a la formación rocosa llegamos y nos dispusimos a subirla, de seguro ahí estaría la entrada a siguiente albergue. Muy fácilmente pudimos subir y vimos lo que ahí se encontraba: Cerbero, la monstruosa, enorme y cruel fiera del tercer recinto, con sus tres fauces y dos bocas por cabeza —una dentro de la otra —se afana solo en devorar su alimento, ojos y brillantes, un collar de cadenas con cadáver un humano cual dije, ancho y morado cuerpo, de lomo negro cual carbón y una enorme y fuerte cola, y sus patas uñosas y con enormes garras; detrás de él una puerta con tamaño proporcional al de este, con piezas metálicas decorada, con huesos, cráneos de otras bestias y hasta con cuerpos humanos, sujetas a esta las enormes cadenas que detenían al monstruoso perro por los cuellos. Poniendo atención nos dimos cuenta de que aquí cumplían su castigo las sombras condenadas al tercer recinto… En fila se formaban y el perro guardián clavaba sus garras, desgarraba y deshuesaba, tragaba pues solo en eso se concentraba.


—La entrada al cuarto círculo debe ser esa enorme puerta —dijo Dan.

—Ha de serlo pero ese monstruo es demasiado para solo nosotros cinco, necesitaremos ayuda… ¡Maledicto Umbras! —Mientras hacía tres clones.

—Creo que eso no será suficiente —murmuró Jack.

—¡Deberías traer a esa chica, Helen! —Exclamó Bummer dirigiéndose a mí.

—Ah si, ¿Cómo era?... ¡Lustful Evocatis! —Exclamé yo…


Con los brazos al cuerpo y en lo que parecía un estado de levitación apareció Helen con su enorme guadaña.


—Oh, me volviste a invocar… ¿No podías esperar más para verme de nuevo, no? —Preguntó ella abriendo sus ojos.

—Ehm no… Necesitamos tu ayuda —le respondí yo.

—Ya veo, ¿Quieres pelear contra el perrito y continuar al cuarto albergue, no? —Preguntó Helen.

—Algo así… —le respondió mi hermana, cortante…

—Oh, ya les dije… El Elegido puede contar conmigo para lo que sea —respondió Helen —ups, Paul —.

—No tengo ningún plan pensado, solo podemos atacar —les expliqué —, Dan junto a dos clones; Emily, Jack y Bummer; Helen el clon restante y yo, cada uno a una cabeza… ¡Les parece? —.

—Bien… —Jack.

—Por mí está bien —dijo Dan.

—¡Genial! —Exclamó Bummer.


Luego de acordar todo a correr nos pusimos y al vernos la enorme bestia concentró cada cabeza en cada uno de los grupos que habíamos formado… Dan y los clones comenzaron a atacar la derecha, uno de los clones arrojaba bolas de fuego a la boca del enorme animal, el otro golpeaba con la guadaña cuello y vientre, Dan golpeaba fuertemente con sus puños en auras rojas; Jack intentaba desgarrar la piel de Cerbero con sus garras pero no lo conseguía, Bummer golpeaba fuertemente junto a mi hermana, lo que parecía ser efectivo; Helen y yo intentábamos desgarrar con nuestras guadañas mientras el clon golpeaba con el fuego en sus manos pero solo nos lo confirmamos, su piel era muy dura y tosca. A todo esto el inmenso perro nos golpeaba con sus enormes patas, muchas veces nos abatió contra el suelo intentando desgarrarnos… De pronto por la cabeza de en medio Jack fue devorado.


—¡¡Jack!! —Grité furioso, la ira contraparte de mi gran poder me invadía de nuevo, al mismo tiempo que estaba algo temeroso…


Cerbero gustoso se tragó a mi compañero. Por un momento todo fue silencio, nadie lo podía creer… Pero a los pocos minutos pudimos ver algo que estaba rasgando el torso de Cerbero desde dentro. ¡Si, eran las garras de Jack! Todos estábamos asombrados… Entonces logró Jack crear una apertura en el torso de Cerbero y junto a él un montón de condenados emprendieron el vuelo cual parvadas de aves ante el invierno, saliendo de dentro de Cerbero.


—¡¡Paul!! —Me gritó al salir —, ¡Ya sabes qué hacer! —.


En ese momento comprendí a lo que se refería…


—¡Bien! —Le respondí yo.

—Helen… ¿Sabes volar? —Le pregunté volviéndome hacia ella.

—Claro, ¿Quieres que haga algo? —Me preguntó ella.

—¿Podrías llevarme hasta arriba y soltarme de modo de que Cerbero pueda tragarme? Jack me dio una idea —le expliqué rápidamente.

—Oh claro, pero ten cuidado, eh —me dijo.

—Bien, ustedes sigan desde afuera —le respondí —, aún con lo que Jack le hizo esa fiera sigue luchando como si nada.


Helen sacó de su espalda entre su enorme cabellera un par de alas de demonio, muy finas y puntiagudas, me tomó de los brazos y emprendió su vuelo, rápidamente se elevó por encima de una de las cabezas del perro a gran velocidad, y este como si de un bocadillo se tratase nos siguió con los bocas de esa cabeza, no había un diente que en movimiento no estuviera…


—¿Listo? —Me preguntó Helen.

—Si, suéltame —le respondí.

—Cuídate —me dijo ella, besándome en la mejilla una vez más.


Helen me soltó justo por encima de la boca del fiero animal, pegué mis extremidades a mi cuerpo, de manera que no me alcanzaran, logré car dentro sin que me tocaran… El verdadero círculo estaba dentro de Cerbero, imaginablemente horrible; prefiero reservarme esto. Encontré u lugar donde las “paredes” eran blandas, materialicé mi guadaña y a desgarrar y cortar me puse, la cantidad de sangre que salía al usar mi arma era increíble pero el monstruo ni se sacudía; en un momento pude abrir una apertura, seguí cortando hasta terminar con ese segmento, hasta llegar a donde había comenzado ¡Y lo logré, corté eso! Hasta ese momento no sabía que estaba cortando exactamente pero al terminar y verlo caer lo supe, había cortado la cabeza izquierda de Cerbero… Desde su cuello. Entonces el enorme perro se estremeció de dolor y una vez más comenzaron a salir almas condenadas detrás de mí.

Pude ver a Helen que venía volando con Bummer tomado de sus brazos, al acercarse me dijo:


—Lo lograste, Paul.

—¡Sí, genial! Nunca pensé que tuvieras en mente hacer eso… —Me dijo Bummer con emoción.

—Todo es gracias a Jack; por cierto, ¿Dónde está? —Les pregunté yo.

—Jack y Dan encontraron la forma de cortar la cabeza derecha, en este momento lo están haciendo —me respondió Bummer.


Justo en ese momento el círculo se estremeció cual terremoto implacable lo sacudiese, me asomé por el agujero que había dejado y pude ver que lo habían logrado, a medio cuello la habían cortado, la cabeza derecha… Restando solo la del medio. El cuerpo del enorme perro comenzó a temblar, como sin fuerzas, tembloroso cayó al suelo y una vez más el círculo entero se estremeció. Bajé de donde estaba, los tres fuimos con Emily que junto a los clones combatía contra la cabeza de en medio… Al llegar ahí ya estaban an y Jack con ella, mi hermana arrojaba sus esferas de aura, unos instantes después el gran perro no aguantó más y finalmente su ultima cabeza fue derrotada, cayendo al suelo, sin haberse cortado…


—Al fin… —Dijo mi hermana, dejando salir un gran suspiro por el cansancio.

—Jack y yo logramos cortar la otra cabeza, encontramos un tejido blando y lo hicimos —dijo Dan dirigiéndose a mí.

—Sin ti no lo habríamos logrado, Dan —dijo Jack a Dan.

—¡Hey, hey! Yo también ayudé —exclamó Bummer.

—Hahaha… Lo sabemos, Bummer —dijo Helen dirigiéndose a él —, en fin, yo me retiro —.


Y chasqueando sus dedos una vez más desapareció entre una nube de humo… Me dirigí hacia Emily y poniendo mi meno en su hombro le dije:


—Lo hiciste, hermana.

—Si, Paul, lo hice —me respondió ella exhausta, pero sonriente.


Entonces nos dispusimos a pasar por la gran puerta y continuar hacia el siguiente albergue; y así lo hicimos…

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Contenido oculto: Respuesta a los comentarios.

Para @Victoria uchiha: Gracias Victoria :D Me alegra que te haya gustado, espero sigas leyendo.

Para @Zeek: Gracias bro, me alegra que te haya gustado tanto el fic :D Tomaré en cuenta tus "sujerencias" y consejos :) Sigue con Black Shark.

-Este fue el capítulo diez, @Zeek, @Equinoccio, @Chicken Nyan los engañé, aqui está. Pero, el próximo cap, el once, ese si será para Enero; nosotros tambien descansamos(? ewe Por el 10/01, por ahí...


-¡Les ha hablado Paul y les deseo Feliz Navidad y prospero año 2015! :D

 

Capítulo XI: Avaricia.​

Así lo hicimos, entonces a la cuarta fosa llegamos, nuevas condenas y un nuevo pecado pudimos ver, esta fosa era sumamente brillante, llena de oro, aquí yacían aquellos que la avaricia abrazaron; nueva información a mi mente llegó: aquí estaban aquellos que la avaricia abrazaron, aquellos grandes tacaños aquí se encontraban, aquí muchas más almas que en los demás círculos que habíamos visitado, sobre todo clérigos que eran aquellos calvos. En este lugar se regocijaban durante un tiempo las negras almas, sin saber que su castigo pronto cumplirían, junto a todo ese oro y riquezas y fortuna que ahora abrazaban serían fundidos en inmensas calderas. Entre esta gente debíamos caminar para encontrar el portal al siguiente círculo, en el suelo pudimos ver un letrero que decía: “Aquí yace entre las fortunas Pluto el dios de las riquezas, lobo rapaz que con su propia rabia el mismo se consume”.


—¿Pluto? —Se preguntó Dan leyendo el letrero.

—Yo sé de eso… —Dijo Bummer como en broma.


Seguimos caminando y por doquier podíamos ver almas negras peleándose entre sí por la fortuna, reclamándose, golpeándose y demás por el oro; entonces escuchamos un fuerte ruido proveniente del lugar de nuestra entrada, ahí ya no se encontraba la puerta mas de ese lugar venían inmensas calderas sujetas a un riel, asumo que con oro hirviendo dentro de ellas, estas comenzaron a verter su contenido en el inmenso lugar donde los encontrábamos, algo lejos de nosotros; entonces pudimos verlo, todo se convirtió en una fundición de aquel mineral tan amado por los condenados, almas negras por doquier chillando cuales mal nacidos.


—¡Rápido corran antes de que nos alcance! —Exclamó Dan.


A correr nos pusimos con todo aquel caos detrás de nosotros aproximándose cada vez más y más… Todo aquel oro hirviendo, fundiéndose y llevándose consigo a todos aquellos avaros y codiciosos, gritos y chillidos. Seguimos corriendo y a un risco llegamos con una pared rocosa a pocos metros y en ella incrustados engranajes inmensos y más piezas hechas de aquel cotizado mineral…


—¡Rápido salten o todo ese oro caliente nos alcanzará a nosotros también —Gritó Dan.


Entonces retrocedimos apenas unos metros, impulso tomamos, hacia el risco corrimos y con fuerza nos lanzamos al aparente vacío cayendo sobre los inmensos engranajes pero Bummer había quedado colgando del borde de uno de estos, por alguna razón el metal de sus brazos se resbalaba al contacto con el engranaje, Jack lo tomó de la mano y lo ayudó a subir.


—Gracias amigo, por poco caigo al vacío —le dijo Bummer a Jack.

—No es nada, compañero —le respondió Jack.


Ya en el engranaje pudimos ver la gran fundición desbordando aquel lugar en el que estábamos, que para nuestra sorpresa resultó ser una inmensa caldera más con inmensas rejillas, rocas y tierras sobre las que se podía caminar, todo ese oro caía a un inmenso vacío; por esos engranajes continuamos hasta que llegamos a un túnel rocoso que se abría en la misma pared, túnel del que las paredes escurrían oro, por ahí entramos y almas negras pudimos ver entre todo ese oro incrustadas. Seguimos por este pasillo y llegamos a una cueva en la que más avaros había, estos peleándose por todas las fortunas que los acompañaban, se gritaban: “¡¿Por qué me quitas?!”, “¡¿Por qué me roban?!” unos a los otros, algunos se arrojaban rocas, tan concentrados estaban en sus riquezas y recriminarse que entre ellos podíamos caminar sin que nuestra presencia notaran. A un espacio abierto llegamos, un vacío sin fin con más engranajes alineados entre sí, flotantes como un puente hasta llegar a otra orilla, a otra barranca; en ese momento escuchamos extrañas y estruendosas palabras estremeciendo la fosa:


—Papé Satán, Papé Satán aleppé.


Estas se repetían una y otra vez, nuestras mentes sacudían provocando un doloroso estruendo en ellas…


—¡Cállate maldito lobo, cállate! —Gritaban las almas condenadas.


El dolor era insoportable, pero por fin cesó la estruendosa oración y con ella el llanto y los gritos de las almas condenadas; así entonces estas como si nada piedras, rocas y terrones siguieron arrojándose y nosotros con mucho cuidado corriendo y saltando por los enormes engranajes pudimos cruzar llegando así a la otra orilla, cruzando el barranco. Ahí llegamos a un lugar donde un número grande de espartanos con armaduras de oro, armados de oro hacían sumergir a los condenados en una fosa de mucho más oro hirviendo, gemidos y chillidos emitían estos al ser empujados al caliente mineral… Estos espartanos tenían grandes mazas con las que golpeaban a los condenados arrojándolos a su castigo, al vernos se concentraron en nosotros.


—Creí que no volveríamos a tener que lidiar con estos tipos —dijo Bummer.

—El Elegido… —Dijo uno de ellos en voz baja.


Acto seguido, empuñaron firmes sus armas; sus fuertes mazas.


—Veamos si pueden con nosotros —dijo Dan lanzándose hacia ellos con sus auras en puños —¡Aaaargh! —.


Encendí las llamas en mis puños y me puse a correr junto a él a por los guerreros, juntos comenzamos a golpear a los espartanos seguidos de nuestros compañeros, uno de ellos con su maza comenzó a dar vueltas cual tornado y golpeó fuertemente a mi hermana, batiéndola hacia el suelo.


—¿Estás bien? Emily —le preguntó Bummer ayudándola a levantarse del suelo.

—Si, gracias Bummer —le respondió ella.

—Yo me encargaré de él —dijo Bummer volteándose hacia aquel guerrero.


Entonces nuestro compañero se alzó sobre aquel guerrero golpeándolo fuertemente en la cabeza, tan fuerte que su casco al suelo cayó… Entonces golpeando y cortando —esto último Jack y yo —pudimos deshacernos de los espartanos.


—Uff… Había olvidado lo molesto que es combatir con estos sujetos —dijo Bummer.

—Vaya que lo es… —Añadió Jack.


Así nos dispusimos a continuar explorando el cuarto albergue, y cuando cerca del pozo de oro pasé una de las negras almas me tomó del pie diciéndome:


—Oh Elegido, Morador Infernal, tú que aquí vienes… Ayúdame y libérame…


En ese momento su pecado en vida pude ver y le respondí:


—Alma mal nacida, negra, condenada debes estar… No, mi ayuda no mereces pues avara y pecador fuiste y a este lugar correspondes.


Soltándome de aquella alma condenada seguí junto a mis compañeros la cuarta fosa explorando…

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Para @Victoria Uchiha: Ahora feliz año hehe, tarde.

-Bien este fue el capítulo once, como se habrán dado cuenta @Zeek @Chicken Nyan @DegelDKG @Victoria Uchiha @Equinoccio hoy no es viernes ni sábado xD El motivo por el cual publíco hoy es que mañana y pasado no podré estar en el foro —al menos desde la computadora —por motivos personales y aprovecho este jueves que es mi "día libre". Sin más que decir...


-Les ha hablado Paul y les deseo buen día(? Es de día :D

 

Capítulo XII: Un padre avaricioso y dos nuevas garras.​

Entonces la cuarta fosa seguimos explorando, sobre muchos más engranajes de oro tuvimos que pasar hasta llegar cerca de otra inmensa caldera, donde algunos espartanos tenían más almas.


—No puede ser… —Murmuré para que no nos oyeran, pues cerca estábamos.


Entonces intenté mirar dentro de las almas y no pude ver nada más que las mismas almas ahí, apresadas por cadenas.


—Almas blancas —murmuré.

—Eso explica porque no las funden junto con las demás —dijo Dan.

—Son muchas personas, unas treinta, pero de igual manera hay muchos espartanos —dijo Jack mientras nos escondíamos tras unas rocas un tanto cerca.


—Whoaa… —Añadió Bummer.


Uno de los espartanos volteó y logró vernos…


—¡Váyanse con las almas! —Exclamó el mismo señalando a otros cinco, ordenándoles que se fueran.


—¡Vamos! —Gritó Jack teletransportándose.


Abriendo un portal Jack intentó alcanzar a los espartanos que huían con las almas blancas… Pero no pudo alcanzarlas, ya que estos huyeron rápidamente por un portal que se abrió en una inmensa rueda de oro que al lado de la caldera estaba; el portal se abrió a ademán y orden de uno de los soldados.


—¡Maldición! —Exclamó Jack.

—Tranquilo…Estoy seguro de que volveremos a verlos y esta si podremos ayudarlos. Liberarlos —le dijo Dan a Jack colocando su mano n el hombro de este.


En seguida los espartanos se pusieron en guardia, unos diez o quince, dispuestos a atacarnos. Una vez más con estos sujetos nos pusimos a luchar; manipulando mi arma y con mis compañeros usando sus habilidades les respondimos a estos. Comencé a golpear a mi alrededor todos los espartanos con mi guadaña, Bummer, Jack, Dan y Emily, todos hacíamos lo mismo, un combate cuerpo a cuerpo; pronto logramos acabar co los paganos guerreros sin que estos se multiplicaran


En ese momento la rueda inmensa que cerca estaba comenzó a girar hacia un lado, como un portón entre las rocas dejó un espacio que llevaba a un nuevo lugar…


—La Rueda de la Fortuna —escuchamos una extraña voz que decía esto pero en la caverna de oro nadie más que nosotros se encontraba.

—Qué extraño… —Dijo mi hermana.

—¿Pasamos? Ha de ser la entrada al próximo círculo —dijo Dan.

—Averigüémoslo —le respondió Jack adelantándose y entrando por la apertura.


Al entrar todos vimos una figura que en una roca alta se encontraba, de un salto bajó; pude ver dentro de él…


Un hombre extremadamente avaro en vida, gordo con la cara y el cuerpo desfigurados, horripilante; con poca ropa vestía pero a pesar de todo esto un gran poder le otorga una enorme cruz de oro que este porta adornada con numerosas joyas entre las que destaca una gran esmeralda… Mucho más pude ver…


—Tú eres… Él, él es… —Balbuceaba yo…

—Si Elegido, soy yo, el padre de aquel antiguo y temporal pupilo del que debe haber sido tu guía en el Limbo —me respondió este sujeto.

—El padre de Dante Alighieri —dije, sorprendido; mis compañeros atónitos.

—La verdad no se parece en nada al gran poeta, heh… —Exclamaba mi compañero, Bummer.


La expresión en el rostro de este hombre no fue nada buena ante ese comentario…

—Soy el guardián de este círculo, como comprenderán no puedo dejarlos pasar —dijo el obeso hombre.

—Ya lo veremos —murmuramos al unísono nosotros cinco.


Comenzamos a luchar contra el padre de Dante, Jack con sus garras abría portales ante él para golpearlo pero el enemigo lograba bloquear todos sus golpes haciendo uso de su gran cruz, a él se sumó Bummer que con impulso logró acertarle un golpe en la cara, empujándolo hacia atrás; yo encendí mis manos y comencé a arrojarle bolas de fuego junto a mi hermana que arrojaba sus esferas de poder pero este bloqueaba la gran mayoría con su cruz, el resto parecía no hacerle daño.


—¡Yo me encargaré de eso! —Exclamó Dan.


Dan intentó con sus poderes quitar de las manos del avaro hombre su arma pero este se resistió y con una enorme fuerza la jaló para conservarla en sus manos. En mi mano materialicé mi guadaña y me lancé por él; comenzamos a combatir con nuestro armamento, nuestros instrumentos. Golpeábamos y bloqueábamos, nada más que eso; al ser más ágil por el peso yo logré acertar un par de golpes en su cuerpo y cortarlo, a esto me asistían mis compañeros golpeándolo, entre tanto alboroto con los demás Jack logró desgarrarlo por la espalda, dejando un gran corte.


—Argh, ¡Maldito! —Exclamó el hombre golpeándolo lejos con su cruz.

—¡Jack! —Gritó Bummer.

—¡Malditos sean todos! —Gritaba aquel hombre lanzando golpes.


Lanzaba golpes con su cruz golpeando y arremetiendo contra todo a su alrededor… Rocas, suelo y uno por uno a nosotros; Jack, Bummer, Dan, mi hermana y luego a mí, enviándome lejos de él y al suelo estampándome.


—Mal-mald… “Ungüibus Exemplaribus” —Nuevas palabras salieron de mi boca y con ellas un nuevo poder llegó.


Con este nuevo poder de los huesos de mi espalda salieron unos inmensos brazos compuestos de sombras y huesos con inmensas garras, gruesas, fuertes, e incluso más altas que yo; acompañado todo de un inmenso dolor podía verlas formarse a partir de mi espalda. Estas dos nuevas extremidades se pusieron de pie y me alzaron sobre el suelo.


—¿Pero qué, qué demonios?, ¡Maldito!, ¡Él me prometió que yo vencería al Elegido, no puedo dejar que con este poder me venza! —Gritaba el padre del gran poeta.

—Maldito seas… Pagarás —Una vez más, no podía controlar mi ira.


Con las garras me acerqué rápidamente y con mi guadaña en mano comencé a golpearlo; mi rival bloqueaba mis golpes as que me puse sobre mis pies y con estas nuevas extremidades comencé a golpearlo, con su mano izquierda y cruz en mano derecha aguantaba así que con mis puños le golpeaba el torso pues este era mucho más alto que yo. Pronto su cuerpo comenzó a caer sobre sí mismo por el esfuerzo físico que hacía para contener mis garras y los golpes a destajo que acertaba contra él; al cansancio la cruz soltó y en dos pies apenas podía sostenerse… Mis compañeros ya se habían levantado, con estas extremidades lo empujé a lo que apareció Bummer por detrás de mí acertando un golpe increíblemente a su cuerpo haciéndolo caer fuertemente al suelo…


—Heh, que oportuno —decía mi amigo.


Tomé la cruz de oro y le dije:


—No me importa lo que puedas hacerme a mí, pero te dije que pagarías por meterte con mis amigos.


Al decirle esto clavé su cruz en el pecho, por donde debería estar su corazón; a esto él murió.


—Whoa… —Murmuró Jack, ajustándose el sombrero.

—Una vez más las habilidades y poderes geniales van a Paul, hehe —decía Bummer.

—¿Huh? Tú tienes tus enormes brazos, quisiera yo esos amigo hehe —le respondí.


Los brazos de mi espalda entonces desaparecieron dejando dos agujeros detrás en mi ropa, una marca más. Entonces un agujero se abrió en el medio de aquel terreno rocoso, nos asomamos y eran unas escaleras en espiral hacia abajo.


—El paso hacia el siguiente círculo —dijo Emily.

—Bajemos… —Añadió Dan.


—Y entonces bajamos, a ver que nos esperaba en el siguiente albergue…

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-Para @Victoria Uchiha: Hehehe, me alegra que te haya gustado :D Gracias por señalarme los errores.

-Este ha sido el capítulo doce, espero les guste :D Como siempre, comentarios y opiniones bienvenidos :D



-Les ha hablado Paul y les deseo buenas noches :D.

 

Capítulo XIII: Laguna negra y llegada a Dite.​

Y entonces bajamos a un mayor castigo; extrañamente llegamos a una orilla de arena negra como el espacio, que daba hacia una pantanosa laguna de negras y fangosas aguas donde gente desnuda y enfangada vimos, almas negras, iracundas y tristes; con los puños llenos de lodos se golpeaban y la carne con los dientes se arrancaban, de los pies, el pecho y la cabeza entre ellos. En la orilla un letrero de madera a los golpes hecho y en la tierra mal clavado decía: “Aquí en el Estigia yacen los iracundos, los tristes y las almas que el cólera venció, bajo el agua personas suspiran y al agua hacen hervir en la superficie”.


Por la orilla de negra arena seguimos avanzando acompañados de una horripilante sensación al ver aquella gente, si así se les puede llamar; todo esto en un ambiente oscuro y húmedo. Caminábamos mientras numerosas almas negras corrían a la orilla a vejarnos iracundamente mientras algunos rogaban salvación.


—Ignórenlos… Solo caminen —decía Jack que iba detrás de nosotros…


Así hicimos y llegamos a un pequeño puerto de madera donde se encontraba una pequeña barca; Flegias era el barquero, en él pude verlo y se lo dije a mis compañeros. Me pareció extraño ver este puerto tan conveniente aparecer ante nosotros de la nada, solo, en aquel oscuro fango.


—¡Adelante, sube Elegido, los he estado esperando! —Nos gritaba aquel hombre —. Esta barca he de hacer su último viaje —.

—¿Un ultimo viaje, a qué te refieres? —Le preguntó mi hermana mientras subíamos a la barca, desconfiados.

—Sí, después de haber llevado a grandes almas asta la otra orilla y de vuelta… Dante Alighieri, Virgilio… —Nos explicaba el viejo y barbudo barquero que vestía tan solo con una toga blanca manchada por las fangosas aguas y demás —. Iracundo y despiadado toda mi vida fui, no temeroso del Señor y ahora he de cumplir mi castigo con los demás —.

—Entiendo… —le respondió Emily con la cabeza agachada.

—Pues sí… Tan negro como los demás estás, Flegias. Tan demonio como ellos, como yo —le dije a Flegias —.

—¡Paul…! —Exclamó Bummer.

—No joven, tranquilo… El solo dice la verdad —le respondió el barquero a mi compañero mientras remaba con fuerzas.

—Bien… —Murmuró Bummer, seguido de un suspiro.


Flegias remaba con una gran fuerza, en cuestión de minutos nos encontrábamos en medio de la laguna, nada se podía ver, además de una inmensa sombras en dirección hacia donde nos dirigíamos.


—Puedo ver a lo lejos algo grande… Flegias, ¿Sabes qué es? —Preguntó Jack.

—Esas son las murallas de Dite, dividen el “Alto infierno” del “Bajo infierno”. Dentro resguardan una gran ciudad del mismo nombre; ahí dentro castigan a muchas más almas negras, además… Apresan almas blancas, ¡Muchas, miles diría yo! Infinidad de veces barcas espartanas han cruzado estas aguas llevando en ellas almas puras, sin pecado, nadie sabe el motivo de por qué hacen esto.

—Almas blancas —murmuré yo…


Entre tanta habladuría, minutos después, a cierto punto la barca tocó tirra y pudimos ver aún más de cerca la gran muralla.


—¡Salgan, aquí es! —Gritó Flegias al llegar.


Agradeciéndole nos bajamos y continuamos por nuestra cuenta. Entonces caminando por esta otra orilla vimos como el barquero se adentraba nuevamente en las profundas y negras aguas del Estigia yendo, como había dicho, a cumplir con su castigo; caminando por la negra arena pudimos ver muchas almas negras y de distintas patrias todas, además algunos lobos feroces e iracundos peleaban entre si: grises o negros, o blancos; de gran y abundante pelaje en punta; rapaces y de aspecto hambriento; ojos rojos cual demonios, orejas largas en punta y grandes patas; colas largas y de aspecto filoso… Eran muchos, los que no peleaban entre ellos no se afanaban en más que comerse a las iracundas y tristes almas que a la orilla estaban blasfemando, gritando y llorando…


—Oye Jack, ¿Qué tal si nos llevas al otro lado de la muralla, a la ciudad? —preguntó mi hermana a nuestro compañero.

—No sé si lo han notado pero solo puedo abrir portales hacia donde pueden ver mis ojos, esta gran muralla me lo impide —le respondió él, mientras caminábamos a un lado de la misma.

—¡Ya sé! ¡Yo puedo abrirnos paso hacia el otro lado! —Exclamó Bummer.

—Bummer, no queremos problemas, es mejor que sigamos caminando hasta hallar una entrada —le dijo Dan.

—Heh, sí… —Añadí yo.


Y así por la quinta y ultima fosa del Alto infierno seguimos caminando, rodeados de almas negras que se afanaban en blasfemar al Señor, iracundos, tristes, vencidos por el cólera; pronto a una entrada pudimos llegar, finalmente, la entrada a la ciudad de Dite, estábamos dispuestos a entrar…

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-Este fue el capítulo trece, mis disculpas por las semanas sin publicar, había tenido problemas con mi internet, nuevamente, pero ya estoy de vuelta >:3



-Les ha hablado Paul y les deseo buen día :D

 

Capítulo XIV: Condenados blancos y estremecimiento sorpresa.​

La entrada a la Ciudad de Dite: luego de pasar la muralla un par de inmensas y horridas estatuas hechas de rocas y lava, representando a los condenados; luego de estas un puente hecho de rocas conecta con la ciudad, protegida además por un pozo de lava donde hierven las sombras pecadoras en vida. Avanzamos hacia la ciudad temerosos de lo que ahí pudiéramos encontrar… Dite una ciudad hecha de inmensas rocas y lava, por ella fluían aún agua maldita del Estigia, un lugar horripilante y macabro. Sostenido apenas por grandes formaciones rocosas ardientes en fuego infernal e inmensas y numerosas marañas de metal. Por todas partes una extensión de dolor y tormento. Tumbas en llamas por todos lados, los castigadas ahí arden en su propia ira; entre tantas almas negras siendo castigadas y las numerosas y grandes formas de metal ardiendo pudimos notar una gran edificación que resaltaba entre todo lo demás.


Este edificio con un estilo propio de la era victoriana y a la vez tan macabro era enorme, mucho, parecía incluso ser más alto que las murallas, se veía viejo y abandonado, muy descuidado en verdad pero al mirar a la base y entrada del mismo notamos un pequeño grupo de espartanos vigilando la entrada; no eran guerreros comunes pues estos poseían grandes espadas y de a dos cada uno, armaduras notablemente pesadas y sus cascos lucían distintos a los de todos con los que antes habíamos luchado.


—Me pregunto si en ese edificio esconderán a todas las almas inocentes de las que Flegias nos habló —dijo Dan.

—¿Quieres averiguarlo? —Preguntó Jack en respuesta.

—Por supuesto, estaría interesante —le dijo Dan, mientras nos acercábamos directamente al edificio.

—Si, estaría interesante… —Añadió Bummer chocando sus dos puños.


Muy pronto estuvimos frente a los guardias, entonces encendí mis puños. Mi hermana hizo los mismo con el aura en sus manos; pude ver que Dan usaba sus poderes para crear dos espadas con la lava rocosa y Jack afilaba sus garras usando las mismas. Todo era silencio pues los guerreros solo se limitaban a mirarnos fijamente con sus armas en mano, como en guardia. Eran unos cinco o seis.


—¡Agh… No esperaré a que nos ataquen! —Exclamó Bummer mientras se abalanzaba sobre uno de ellos con sus metálicos y enormes brazos.


En eso lo golpeó fuertemente en el rostro… A lo que este soldado le respondió con un fuerte espadazo, rasgando un poco las ropas de mi compañero. Entonces nosotros decidimos luchar junto a él también; Jack se encargó de un espartano desgarrándolo con sus garras rápidamente pues estos se movían muy lento debido a las grandes armaduras, la misma no era nada para mi compañero; Dan poseía un gran manejo de las espadas que había creado y en cuestión de instantes logró acabar con otro espartano, para entonces Bummer ya había vencido con fuerza bruta al soldado que atacó originalmente, yo por mi parte como siempre ataqué con el fuego de mis puños y así evité que el guerrero se multiplicara, venciéndolo fácilmente… Al terminar noté que mi hermana luchaba con dos guardias, le costaba mucho así que la ayudé.


—Emily, ¡Te ayudaré! —Le dije, materializando mi guadaña en mis manos.

—¡Bien! —Exclamó en respuesta.


Con la parte inferior de mi arma golpeé a uno de los paganos soldados para apartarlos de mi hermana y manipulando la guadaña logré atravesarlo en el torso con la hoja de la misma; Emily logró atravesar al guerrero sobrante con un fuerte golpe usando sus poderes. Así pues nos vimos frente a la entrada de la edificación, junto a los guardias caídos en el suelo.


—Gracias, hermano —me agradeció Emily.

—No es nada, heh —le respondí yo.

—Tan fácil como siempre —dijo Dan.

—Seh… —Añadió Bummer.

—¿Entramos? —Preguntó mi hermana, con entusiasmo, pero se notaba angustia en su rostro por lo que pudiéramos encontrar dentro.

—Déjenme eso a mi —DIJO Bummer adelantándosenos.


Estando frente a la puerta, logró derrumbarla fácilmente con un fuerte golpe de palma, al caer al suelo esta se rompió en pedazos.


—Qué delicado —dijo Jack con sarcasmo mientras avanzábamos y entrabamos junto a Bummer.


Entramos pues en la gran edificación y notamos dos cosas; la primera, el edificio hacia arriba era mucho pero mucho más grande por dentro, por alguna razón casi parecía infinito. La segunda: aquí dentro estaban apresadas las almas blancas, kilómetros y kilómetros —diría yo —de celdas llenas de inocentes, ¿La razón? No la conocemos…


—No es posible… —Decía Emily asombrada.


Algunos de los apresados al vernos comenzaron a suplicarnos ayuda y salvación pero, ¿Cómo? No se me ocurría nada… Pude ver dentro de ellos, los que alcanzaba a ver: almas blancas, inocentes, niños, madres, hombres de fe y de comunión; apresados ahí por un ser desconocido. Debíamos liberarlos…


—Demonios… Quisiera ayudarlos pero no sé como, no sé que hacer —decía yo…

—Paul, aunque queramos ayudar ahora, no podemos hacer nada; quizá es mejor retirarnos, pensar en algo y volver luego —me respondió Jack.

—Tal vez estás en lo correcto… —Le decía yo en respuesta —. Sí, tienes razón —.

—Sí, eso —añadió Bummer.


De un momento para otro comenzamos a sentir la ciudad estremecerse, como si algo o alguien de gran tamaño caminase por ella. Tambien podíamos escuchar destrozos fuera de la gran prisión, al parecer causados por lo que estuviese ahí fuera. Decidimos salir para ver qué ocurría fuera, rápidamente lo hicimos.


—Oh Dios —dijo Dan al ver lo que fuera estaba.


En ese momento, estando fuera, pudimos ver lo que estaba ahí y supimos el por qué toda Dite se estremecía…

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Para @kijiki jiyu: Heh, me alegra que te guste :D No había publicado por que había tenido serios problemas con mi compañía proveedora de internet —en realidad este probleme se viene desde Diciembre —, ¿Te importaría dejarme una opinión más amplia? Qué cosas te gustan más, como has notado el desarrollo de la historia, que no entiendes y así, pues esta es muy importante para mí y estaré encantado de responder. Saludos.

-Este fue el capítulo catorce, muy corto para mi gusto igual que el anterior pero bueno, ultimamente no ando inspirado :/. Para el próximo capítulo se viene algo interesante.



-Como siempre, les ha hablado Paul y les deseo un buen día :D.