Hay sentimientos en contra de nuestra voluntad [Sessho&Kago]

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Syel, 13 Julio 2012.

  1.  
    lisi

    lisi Iniciado

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    guau me dejaste muy sorprendida me encanto quiero saber si es un hermoso niño:p, espero que si, ¿como sera?¿A quien se pare sera?:rolleyes:,ha... que emociòn
     
  2.  
    Sacnite

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    Hola!!!^^ Gracias por avisarme y apiadar te de mi jeje!!

    Waaa me encanto el capitulo pobre Kagome debe ser horrible tener todo esos síntomas y de seguro mas si tienes un cachorro de Sesshomaru.. y de el ni se diga un cambio radical a su vida le tomo de sorpresa me encanta^^

    Tan lindo preocupándose por su mujer y su hijo!!!

    Inuyasha siempre tan bestia y gruñón espero sea feliz con su Kikio ¬¬

    ¿Quede preocupada que pasara con Kagome sera normal esos dolores... sera que dará a luz antes de tiempo o es el tiempo correcto para dar a luz a un híbrido?..

    No puedo esperar a ver el siguiente capitulo!!! me fascino quiero saber que pasara?

    Sigue así!!!
    Hasta la Próxima^^
    Saludos!!
     
  3.  
    Syel

    Syel Extraña

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    Hay sentimientos en contra de nuestra voluntad [Sessho&Kago]
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    aSé que es algo tarde, pero me he entretenido mucho con la escuela, espero no les incomode a aquellas que aun sigan este tema, Bueno trataré de ir subiendo más capitulos para que ya llegué a su fin (que ya es muy pronto) y así continué con otra historia más (claro que tendran que decirme de que pareja quieres, tengo uno de INUYASHA Y KAGOME, SESSHOMARU Y KAGOME, KOGA Y KAGOME E INCLUSO UNOS QUE SON TRIANGULOS JAJA, BUENO ESPERO SUS RESPUESTAS (SI ES QUE AÚN LAS HAY)
    DISFRUTEN ^^

    CAPITULO 39

    “SORPRENDIDA”


    Hacía ya un rato que había dado a luz, pero ¿Por qué me sentía aún tan incómoda? Quizá se debía a que no había visto a mi pequeño, quizá era porque no había nadie a mi alrededor o quizá sería que Sesshomaru no se había presentado aún…Traté de levantarme por mí misma, pero me resultaba imposible ya que el dolor aún no desaparecía ¿Él estaría bien? No solo me refería a Sesshomaru como tal, si no a mi pequeño también, estaba consciente de que había nacido antes, que probablemente no se había desarrollado bien y que también podría haber muerto ¿Era por eso que nadie estaba conmigo? No recuerdo mucho después de haber dado a luz, ya que me había desmayado después de ello.


    — ¿Cómo estás? —preguntó de repente. Miré a un costado de mí pero solo logré ver su estola con la pequeña luz del fuego que iluminaba las sombras


    —Yo estoy bien, ¿Cómo estás tú? —contesté mirando hacia arriba ¿Hace cuánto había llegado? ¿Sabría algo de mi bebé? ¿Sabría algo de su hijo? El solo decirlo en mi mente hacía que el corazón me latiera lo suficientemente fuerte para que él lo escuchara


    —Mm— fue lo único que dijo


    — ¿Qué significa eso?


    — ¿Dónde está? —evadió rápidamente, sabía su expresión sin ni siquiera mirarlo: su mirada apartada hacia algún lugar, sus brazos perfectamente colocados a su costado, como si estuviera cansado y sus labios fruncidos en una línea tensa


    —No lo sé, algo me preocupa y no sé lo que es— volteé la cabeza para buscarlo, pero había desaparecido— ¿Sesshomaru? —por alguna razón el tan solo pronunciar su nombre hizo que el corazón me doliera. ¿Qué era este malestar? ¿A qué se debía? Una lágrima rodó por mi mejilla, tal vez Sesshomaru nunca querría a ese niño, tal vez él había muerto y yo no había podido hacer nada. Cerré los ojos esperando que esa incomodidad despareciera de mí, como si fuera tan fácil, como si nada importara aunque la verdad era que ni siquiera podía mover un musculo de la tristeza que sentía.


    — ¡Kag! —Escuché a lo lejos— ¡Kagome! —escuché de nuevo

    — ¿Mm? —murmuré, sin haberme dado cuenta me había quedado dormida. Sentía los ojos extremadamente pesados


    — ¿Cómo la piensas llamar? —Sayumi cargaba algo en sus brazos y sonreía. Algo no iba bien, esa sonrisa dirigida a mí no era sincera.


    — ¿A qué te refieres? —me levanté de la manta con cierta sorpresa ya que no sentía ningún dolor en absoluto, froté mis ojos con el torso de mi mano y la miré sin sentimiento alguno.


    —A tu hija pos supuesto


    — ¿Hija? —mis ojos volvieron a llenarse de lagrimas, como había deseado a un niño, aun así quería verla…ver sus ojos dorados, su cabello plateado, su pequeño cuerpo pálido pero sobre todo aquellas orejas que la marcarían para siempre como un hanyou ¿Sufriría tal como lo hizo Inuyasha? Un arrepentimiento cruzo por algunos segundos mi mente y automáticamente levanté los brazos en busca de su calor.


    —Lamento que no haya sido el niño que deseaste— trató de consolarme, se dirigió a mí y la colocó en mis brazos, envuelta en una pequeña manta color lila demasiado suave.


    —No cambiara mi cariño— sonreí ampliamente. Miré por la ventana el sol parecía tan abrazador y me confundí ¿Cuánto había pasado desde que cerré los ojos? Principalmente ¿Cuánto había pasado desde que él se fue? Cada vez lo sentía más distante, la sonrisa de mi rostro se desdibujo.


    —Ya es medio día— contestó Sayumi a la pregunté que no formulé sentándose a mí lado. Sus palabras me despertaron, había pasado ya un tiempo entonces. Deje atrás la melancolía y miré de nuevo a mis brazos, ella era la razón de mi existir en esos momentos, nada me importaba más que ella pero ¿Por qué la preocupación de mi corazón aún no desaparecía? Con los nervios traicionándome, llevé la mano temblorosa hacia la cobija y la alce…


    —No puede ser— fue lo único que logré decir


    —Lo sé, Kaede ya me lo explicó y creo que es razonable— contestó Sayumi


    — ¿Cómo fue que paso? —intenté controlarme, ahora no solo era una preocupación, si no una sorpresa también. No era lo que esperaba

    —Dejaré que ella te explique— ella se levantó del suelo para dirigirse a la puerta. —Anciana Kaede, Kagome ha despertado


    — ¿Tan pronto? —respondió a lo lejos


    —Ella es muy fuerte


    —Eso creo— Kaede entró en la ahora pequeña habitación ¿Cómo podían tener una expresión tan serena? Lo que sucedía no era normal, no era lo que esperaba. Sayumi salió dándome una última mirada y una expresión tranquila.


    — ¡Kaede, explícame de una vez por todas! — grité no furiosa, si no inquieta


    —Primero cálmate Kagome


    — ¡¿Cómo quieres que lo haga?! —miré a la pequeña otra vez. Definitivamente no era normal— ¡Explícame de una vez que es lo que ha pasado! La miré fijamente


    —Bien… ¿Recuerdas que antes tú tenías la perla de Shikon en tu interior?


    — ¿Eso que tiene que ver con esto?


    —Eso significo que eras la reencarnación de mi hermana Kikyo— respondió con cierto aire de tristeza reflejada en su voz y su mirada. Dio unos cuantos pasos y con un pequeño suspiro se sentó a mi lado, espere a que continuara sin apartar la vista de la pequeña que estaba entre mis brazos— naturalmente heredaste sus poderes de sacerdotisa y como era de esperarse resultaste ser más fuerte. Esa es la única explicación que encuentro.


    — ¿Entonces fue eso? —una sonrisa cruzó mi rostro. Ella era mi pequeña, no importaba si era diferente, tendría una vida normal gracias a mí, no tenía de que preocuparme


    —Su sangre, al igual que la tuya está llena de pureza y de igual manera es tan fuerte como la tuya. Es por eso que suprimió la sangre Youkai que corre por sus venas.


    —¿Crees que siempre permanecerá así? —alcé una de mis manos para acariciar los pocos cabellos que se asomaban en su cabeza


    —Tal vez sea así— finalizó Kaede —tengo algunas cosas que hacer, te dejare sola por unos momentos— asentí con la cabeza. Ella se puso de pie y salió, dejándome sola, con un corazón palpitante y una felicidad incomparable. No podía apartar la mirada de su pequeño rostro, ni la mano de su suave y blanca piel. No me importaba que su sangre youkai hubiese sido suprimida por sus poderes espirituales, es más me entusiasmaba saber que ella tendría una vida normal como una humana cualquiera.


    — ¿Así que es ella? —preguntó Sesshomaru. No me sorprendió el oírlo tan frío, ni siquiera que llegará de repente.


    —Así es, es nuestra hija Sesshomaru— contesté con una sonrisa tonta, sin apartar la vista de Mitsuko


    — ¿Tiene esas orejas? —murmuró suavemente, como si estuviera nervioso. Sin querer me reí


    —No, necesitas mirarla para entenderme— él volteó su mirada hacia mí y pronto la bajo a mis brazos


    —Es muy pequeño


    —Es normal— intente pararme, pero me dolía la espalda


    —No te esfuerces de más— se acercó y tomó a nuestra hija, sus ojos se abrieron de sorpresa. —No es lo que esperaba— fue lo único que dijo, caí de espaldas


    —Supongo que nadie lo esperaba— los miré fijamente, de ahora en adelante nuestra vida sería feliz ¿Era este el final que tanto deseaba? Suponía que sí


    —Tengo algo para ella— alzó su brazo y colocó algo encima de la pequeña


    — ¿Qué es? —tontamente alcé la cabeza en busca de algo.


    —Su protección— me la entregó y me abrazo tan platónicamente, voltee a verla y descubrí el collar que mantenía oculto su olor, algo que me había dado antes, algo que me recordaba tantas cosas, algo que nos haría felices por siempre.


    —Tu nombre será Mitsuko— tan pronto lo pronuncié ella abrió sus enormes ojos negros— mi hermosa “niña de luz” — una expresión inundo su rostro, una expresión que yo decidí llamar “felicidad”.
     
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  4.  
    Sacnite

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    Hola!!!! me tarde un poco pero aquí estoy ^^

    Oh tan bello que hermoso que Sesshomaru no aya despreciado a su hija que escena mas linda la de él dándole el collar a su hija y Kagome diciendo su nombre que emoción!!! me encanto el capitulo ^^

    Sigue así^^ Me encanto ^^

    Saludos!!! hasta la próxima!!
     
  5.  
    Syel

    Syel Extraña

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    Hay sentimientos en contra de nuestra voluntad [Sessho&Kago]
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    Chan. chan chan. Ok no, que abandonado he dejado esto. Bueno como son capitulos finales tengo que pensar mucho. Sin más dejo este capitulo.
    CAPITULO 40

    “SECUESTRADA”


    El sol era tan cálido que quemaba mis ojos, pase el dorso de mi mano por mi frente y lance un suspiro…que feliz era. Miré alrededor y vi un hermoso paisaje, las montañas hermosamente pintadas con colores verdes muy vívidos, el azul del cielo despejado hacía contraste con él, el lago que se encontraba frente a mí brillaba como nuca antes lo había hecho y los árboles se movían al son del viento pero lo más importante se encontraba a lado mío.


    —Mami, mira atrapé un pez— dijo la pequeña voz chillona pero alegre de mi hija


    —Ya veo, que hábil eres Mitsuko— le contesté con una sonrisa. Ella me miró con sus grandes ojos negros y salió corriendo en busca de algo más —No te alejes demasiado


    — ¡Sí!— gritó. A pesar de su corta edad, era muy entusiasta y curiosa. Se parecía demasiado a Souta. Había pasado ya tanto tiempo desde que los había visto…deseaba volver pero ahora mi vida estaba formada. Tenía un esposo tan fuerte que me protegía más de lo que deseaba, una hija tan linda, con su blanca piel, sus ojos negros iluminados por la curiosidad y su largo cabello lacio y negro atado en una coleta, vestida de sacerdotisa tal como yo solía hacerlo…Mi vida era perfecta. Ahí parada en el pasto, mirando el cielo, inevitablemente pensé en Sango y Miroku, ellos habían dejado la aldea desde hace ya tiempo, ni una sola vez nos habían venido a visitar.


    ¿Estarían bien? ¿Seguirían siendo los mismos? ¿Cómo sería su hijo? Sentí curiosidad. Con una pequeña sonrisa de tristeza me senté en el cálido suelo, mirando ahora al lago…


    —Inuyasha— dije inevitablemente. ¿Cómo estaría él? ¿Estaría con Kikyo? ¿Serían felices? Desde que se enteró que me había entregado a Sesshomaru se marchó sin despedirse siquiera y no había vuelto a aparecer. ¿Ellos habrían cambiado? Hacía ya tanto tiempo desde que había visto a todos. Rin ya había crecido y la mayor parte del tiempo trabajaba con los aldeanos en sus labores por lo que pasaba poco tiempo con nosotros. Jacken se había marchado con Ah-un después de que Sesshomaru les había dicho que se “largaran” literalmente. Kaede hacía ya un tiempo que había dejado este mundo, y junto con ella Sayumi desapareció en busca de una nueva y mejor vida. Y él, bueno él siempre se encontraba fuera en busca de alimentos o cosas que hacer, aunque no lo demostrará, sentía gran amor a su hija.


    —Mamá…mira ¡Una serpiente!— dijo ella colocándose a mi lado con una larga y verde cuerda escamosa


    — ¿Por qué traes eso? —pregunté nerviosamente


    — ¿No te gusta? —sus ojos comenzaron a brillar, sabía que esa era su mirada especial para convencerme de algo


    —Deja eso y comienza a entrenar— me puse de pie y me dirigí al árbol donde reposaban un carcaj lleno de flechas y un arco firme, uno que antes me había pertenecido.


    —Tan pronto…—ella menciono decepcionada mientras me daba la espalda y arrojaba la serpiente con una fuerza inhumana, sabía que aunque tuviera apariencia de humana, no lo era completamente.


    —Recuerda que si quieres ser fuerte debes entrenar, para así salvarte cuando yo no esté aquí o cuando tu padre permanezca fuera como hasta ahorita lo ha hecho— miré al horizonte con los ojos caídos y la frente sudando, me sentía madre soltera pese a todo— Además tengo mucha ropa que lavar y no puedo estar al pendiente de donde andas— murmuré demasiado bajo como para que ella escuchará, eché un vistazo a mi lado, ahí como burlándose de mí se encontraba la gran canastilla tejida de palma llena de kimonos, calcetines, cobijas y otras cosas más. Juraría que oí una risa salir de ahí.


    — ¿Algún día me faltarás? — Mitsuko me miró fijamente con gesto confundido. Aparté mi vista de mis necesidades y me llené de tristeza al ver su rostro.


    —Dentro de mucho, si lo haré— respondí sinceramente.


    — ¿Por qué?


    —Es algo natural que a todos nos pasará— le entregué el arco y las flechas, toque su cabello acariciando suavemente su fleco con una sonrisa de consolación


    — No quiero que me faltes— ella estaba a punto de llorar— Te quiero mucho, no quiero que no estés conmigo—finalmente una lágrima escurrió por su rosada y suave mejilla


    —Aún no pasará, aún no— la atraje a mis piernas y me agaché para abrazarla como nunca lo había hecho. ¿Cómo habíamos llegado a esto? Esperaba verla crecer, solo había pasado poco tiempo y ya estaba pensando en la muerte. Aún era joven, no tenía de que preocuparme. Solo habían pasado siete años, en verdad esperaba vivir mucho más…mucho más.


    —Bien, mamá no dice mentiras así que confiaré en ti— paso su pequeña mano por sus ojos, secándose sus lágrimas; tomó el arco y las flechas para después alejarse y comenzar su práctica de ese día. Ella estaría a salvo, no solo por qué su padre y yo la protegíamos, si no que tenía el collar que ocultaba su olor de todo monstruo que quisiera capturarla, eso me aliviaba de sobremanera. Con un suspiro me puse de pie, volteé hacia el canasto y lo cargué llevándolo al lago.

    Ahora tenía veinticuatro años, me sentía mejor que nunca: amada, feliz, triste…Todo eso ahora me pertenecía.


    — ¡Cuanta ropa y solo es la de una semana! —oí una risita detrás de mí e inevitablemente también me reí. — ¿Te ríes de mí eh? —volteé a mirarla, pero ella ya no me prestaba atención. Cuanto se parecía a mí, ahí con su carcaj en la espalda y su arco en sus manos, jaló la cuerda con tal finura que mi cuerpo tembló, el aire acarició su negro cabello haciendo que bailara entre sus hombros, meneó la cabeza tratando de apartarlo de su mirada y que se concentrase en su objetivo: un árbol insignificante en el cual ella había dibujado círculos perfectos de un tiro al blanco.


    —No es así— dijo seriamente, soltando la cuerda de su pequeña mano, lanzado la flecha que inmediatamente tomó el tono rosado y atinó en el centro de los círculos.


    —Perfecto— susurré. Ella volteó a mirarme sin expresión alguna, lo cual me tomó de sorpresa. A pesar de que tenía los aspectos de humana, en ese momento se parecía tanto a Sesshomaru, había heredado el porte y la elegancia de él. Sin querer me sonrojé.


    — ¿Eso piensas mami? —sonrió inocentemente


    —Eso pienso—sonreí de igual manera. Mitsuko dio brinquitos con sus pequeños pero fuertes pies y siguió con la siguiente flecha. Decidí no interrumpirla más, por lo que tome la cesta desde abajo y sacudí su contenido, ¡En verdad que era mucha ropa! Con la mirada baja comencé a separarla, tome un bulto y me arrodillé a orillas del lago para comenzar a lavar. Tomé una camisa y por casualidad de ella salió el collar que Sesshomaru le había dado a Mitsuko.


    —Mitsuko, ¿Quieres venir aquí? —el tono de mi voz no era normal, era obvio que estaba enfadada, ella se dio cuenta.


    — ¿Si? ¿Qué pasa? —preguntó temblorosamente, volteé con mi aura negra alzando la mano con el objeto encontrado.


    —Ah eso, me pregunto ¿Qué hace ahí? —no le veía el arrepentimiento. Solté al aire ruidosamente, no podía enfadarme con ella.


    —Solo no te lo vuelvas a quitar ¿De acuerdo? —cerré los ojos y espere a que ella viniera por él.


    —De acuerdo— cuando ella se estaba acercando sentí algo, algo que no era normal, proveniente del agua. Abrí los ojos bruscamente…esa presencia solo no era normal si no que ya antes, hace mucho tiempo la había sentido. Por supuesto, no la podía olvidar…esa presencia, era de Naraku ¿Cómo era posible? Me puse de pie tan rápido que el mundo me dio vueltas por pocos segundos.


    — ¡No te acerques más! —grité tan fuerte que Mitsuko brincó del susto. Corrí hacia ella, el aroma se acercaba, estaba segura que era él así que tenía que protegerla a toda costa. Coloqué el collar en su cuello y le acaricié su rostro. Tomé su arco y una flecha para después voltear rápidamente al lago y prepararme a lo que estaba a punto de venir.


    — ¿Qué pasa mamá? —ella estaba asustada. Agarró mi pantalón con sus dedos; con el dolor de mi corazón los solté de mane abrupta y la empuje con tanta fuerza que choco contra el árbol donde entrenaba— ¡Au! —se quejó, mi corazón dolió por un segundo.


    —Lo siento hija— fue lo último que dije antes de lanzar la flecha y ser capturada por un tentáculo que me sumergió en las profundidades del agua. Dejándome inconsciente al instante.
     
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  6.  
    Syel

    Syel Extraña

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    CAPITULO 41

    “SOLEDAD”


    — ¿Mamá? —Chilló la pequeña con sus ojos ampliamente abiertos, evidentemente en estado de shock— ¡MAMÁ! —gritó tan fuerte que su diminuta garganta le dolió. No le importaba la herida de su espalda debido al empuje que Kagome le había proporcionado, sabía que lo había hecho por su bien. Corrió al lago y miró dentro de él pero no vio nada más que el reflejo del sol y el cielo. Trato de meterse en un intento de desesperación sin embargo fue rescatada por unos fuertes y blancos brazos


    —Este aroma…no puede ser— dijo su padre, levantando a Mitsuko y llevándola a su lado, deteniéndola en su intento de búsqueda


    — ¡Algo, algo se la llevó! Un…un…tentáculo…el agua…mamá— la pequeña estaba tan nerviosa que no podía siquiera hablar bien.


    —No puede ser— el youkai miró los ojos de la pequeña y sintió algo removerse en su corazón, sin piedad alguna llevó su mano a la espada que aún mantenía en el lugar de siempre, la desenvainó y esta se coloreo de negro como hace ya tiempo lo había hecho. La colocó frente a él con una mano y con la otra colocó a Mitsuko tras de él, con solo un pequeño movimiento en el aire el agua de todo el lago se levantó y se expandió alrededor del lugar, mojando todo a su alrededor, incluso los cabellos plateados de Sesshomaru, sus ojos se cerraron un poco. Ahí se veía claramente el camino por donde había sido arrastrada, salió corriendo para después volar encima de este. La pequeña se agarró de su estola para acompañarle pero este la soltó dejándola caer al suelo donde antes se encontraba un agua cristalina.


    —Ella no querría que te hicieses daño— fue lo único que dijo antes de partir. Mitsuko miró alejarse a su padre ¿Cómo había ocurrido? ¿Qué había pasado? ¿Qué podía hacer ella? Nadie conocía las respuestas de esas preguntas. Ella se quedó ahí tirada en la blanda arena húmeda, lamentando la pérdida que le habían proporcionado ambos padres.


    ¿Cómo es posible esto?” se preguntaba el youkai que volaba a miles de kilómetros en el aire, la molestia, las preguntas, el coraje, las dudas…la tristeza le hacían un torbellino de emociones, no solo en busca de respuestas sino de la mujer con la que ya había permanecido por más de 6 años; ya no solo era una humana, sino más bien la mujer a la que amaba más allá de sus pensamientos, claro está sin que nadie se enterase de ello. “Naraku…tan pronto de encuentre, acabarás más que muerto

    ……


    Ella se levantó, todo a su alrededor estaba oscuro, no se veía absolutamente ni un punto de claridad. ¿Dónde estaba? ¿Por qué había sentido la presencia de Naraku cuando desde antes le habían derrotado? Ahora que se detenía a pensar, él no solo lucía diferente sino que había mencionado algo de no acabar fácilmente con él ¿A qué se refería?


    —Has despertado Kagome, ¿Cuánto tiempo no es así?— preguntó la voz que reconocía a la perfección a pesar de haber sido olvidada por algunos años.


    — ¿Cómo es posible esto?— respondió ella con evidente asombro y temor ¿es que nunca se iba a acabar?


    —Creí que se los había dicho antes…


    —No me importa, atrévete a mostrarte si tan seguro de tu poder te crees—interrumpió Kagome antes de que él acabara


    —Vaya Kagome, sí que te has vuelto toda una mujer “valiente” ¿necesitaste de alguien que te ayudara? Tal vez…Sesshomaru— un golpe aterrizó justo en su corazón. Sin pensar en más, se levantó para salir de aquel lugar aunque no viera nada; solo había un pequeño inconveniente: estaba prácticamente dentro de un campo de energía que le impedía sacar incluso un cabello de ahí.


    —Permíteme el honor de decirte que jamás podrás salir de aquí, apuesto a que te preguntas el porqué, bueno— esta vez Naraku hizo acto de presencia, ese era el que todos recordaban: un gran hombre de aspecto repugnante pero fuerte, cabello negros como la misma maldad y ojos fríamente rojos como los de los demonios.


    — ¿Estas gemas…? —interpeló Kagome. Trató de recordar las historias que antes Kaede le solía contar a Mitsuko antes de su permanente partida. Si unas gemas que bien no eran poderosas como la perla pero que podían crear grandes cosas.


    —Sí, las gemas del olvido, la soledad, la esperanza y el recuerdo ¿Acaso las conoces? —preguntó burlonamente el hombre. Miró a la joven que estaba ya pérdida en sus pensamientos. Si, esas joyas te mantenían inconsciente por todo el tiempo que el poseedor quisiera, en este caso el poseedor ere Naraku ¿qué haría con ella? — como te has quedado muda, continuaré a explicarte lo que paso. Verás, ustedes lucharon contra una de mis extensiones que sinceramente reconozco que ha sido una de las mejores que he tenido. —se detuvo frente a ella y con una sonrisa prosiguió — Cuando creyeron que me habían derrotado yo estaba en este monte de las ánimas para crear extensiones mías, miles y miles “yo” con lo que nunca acabarían conmigo.


    —Sin la perla de Shiko ya no eres nadie —se atrevió a retar Kagome, mirándolo con desprecio. Como hubiera deseado escupirle, pero por moraol no lo hizo.


    —Que tonta sigues siendo ¿Cuántos años tienes humana? ¿Veinticuatro? Veo que sigues siendo igual de distraída —se acercó al campo, quedando casi frente a frente —La joya que destruiste fue la gema de la sustitución, como me adueñé de ella le pedí se transformara en la perla de shikon mientras la original permanecía en mis manos —de pronto mostró la preciada joya, intacta a como solía estar hace 7 casi 8 años.


    — ¿Cómo te atreviste? —gritó la joven alzando una mano por un intento fallido de arrebatársela.


    —No eres nadie Kagome, nadie. Ahora si me vengaré de cada uno de ustedes, buscaré el olor de todos los que fueron tus acompañantes y te aseguro que morirán. ¿Creyeron que había muerto? Ja, solo he resucitado —soltó una carcajada, con una flecha rompió la perla de shikon guardando cada uno de los trozos. —Ahora tengo que irme, adiós Kagome — se alejó perdiéndode entre la oscuridad. Ella intentó gritar pero un peso muy fuerte la hizo recostar en el frío suelo:


    Sesshomaru, Mitsuko


    Fue lo único en lo que alcanzó a pensar, antes de dormir profundamente.
     
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  7.  
    Kohome

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    Jaja, te preguntarás quien soy, bueno, soy la desocupada que se leyó tu historia desde el principio hasta aquí. x'D

    Me gusta la evolución que noté a medida que avanzaban los capítulos, mejoraste muchos aspectos, aunque aún hay cosas -realmente detalles pequeños-, que corregir. Te diré algunos en general, ya que no creo que sean más de esos:

    Las tildes. Hay palabras a las que, o les faltan, o les sobran. Debes releer tu texto en voz alta, así puedes notar tus errores respecto a ellas. Por ejemplo: Si, es para dar la consecuencia de algo -si me das esto, te doy aquello-, y Sí, sirve como afirmación -sí, estoy de acuerdo-.

    Creo que vi algunas comas que te faltaron, nada grave.

    Evita las palabras terminadas en "mente". -graciosamente, tontamente-, ya que se ven mal a nivel literario en tus textos. ;)

    No sé... eso sería todo :p

    Buena historia, de verdad tienes mucha imaginación, además, me gusta como manejas la fría actitud de Sesshomaru viéndose involucrado con sentimientos propios de su padre. En verdad no puedo esperar a que publiques la conti.
    Me desencajó un poco que Kagome tuviera que hacer las labores domésticas, ya que Sesshomaru es un Lord, tiene su palacio, sirvientes y eso, pero bue, tú manejas el contexto de tu fic.

    Y Jaken, :'( ow, me hace falta, era todo... "humana insolente, ¿cómo te atreves a hablar así de mí amo bonito?". Jajajaja, era gracioso.

    Mitsuko es una hermosura, me hubiese gustado más como... no sé, híbrida o Youkai completa, pero así pasaron las cosas. (?).

    Avísame cuando esté la conti.

    ¡Suerte!
     
    Última edición: 18 Diciembre 2013
  8.  
    Syel

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    CAPITULO 42

    COMIENZO


    Desde los siete años había sido entrenada para protegerme a mí misma y a los demás, sin embargo mi madre había desaparecido ante mis ojos y yo…yo no pude hacer nada. Sesshomaru ha pasado estos largos diez años tratando de encontrarla y cada día parece que es inútil buscarla, las pistas se reducen y la esperanza de encontrarla también.

    ¿Cómo me he cuidado? Sin razón alguna, Rin, la niña que antes solía acompañar a Lord Sesshomaru en su niñez se ofreció a cuidarme, ella solo tenía catorce años pero era como una madre sustituta para mí. No tuve otra opción más que quedarme a su cuidado; secretamente cada noche salía a entrenar con las flechas y el arco: tenía la necesidad de ser más fuerte y poder ayudar a Lord Sesshomaru a buscar a mi madre…Solo una cosa estaba fuera de lugar, las noches en las que había luna llena algunos demonios solían aparecer, sentía en ellos una fuerza descomunal, los aldeanos salían a combatirlo sin saber que poseían cosas extrañas que al parecer solo yo podía sentir.


    —Rin, ese demonio tiene algo que brilla en su frente —decía cuando era pequeña, jalándola de la manga de los bellos kimonos que siempre llevaba puestos.


    — ¿Estás segura Mitsuko-chan? —preguntaba mientras se agachaba a cargarme para salir huyendo.


    —Sí, los aldeanos jamás podrán detenerlo. Esa cosa brillante los hace tener más poder —ella no me hizo más preguntas, me miró horrorizada y en esos momentos llegaba Lord Sesshomaru. Las batallas aunque duraban tiempo y dejaban grandes destrozos, lograban terminar con él aquí. Rin le comentó lo que le había dicho, me miró enojado y me le acerqué a darle lo que según yo daba más fuerza al demonio.


    — ¿Es esto? —su voz me parecía tan extraña que me intimidada el solo escucharlo, por miedo asentí. Él me lo arrebató de mis pequeñas manos y se iba sin decir a donde. Era una inútil eso lo sabía, mi padre me odiaba creyendo que yo tenía la culpa de lo que había sucedido o al menos es lo que siempre he sentido por lo que desde ese momento deje de llamarle “padre”.


    Y así fue como crecí, con la ausencia de un padre y una madre. Con más suerte, una mujer llamada Sango junto con un hombre que correspondía al nombre de Miroku llegaron a la aldea, acompañados de tres niños: dos gemelas de aproximadamente cinco años y un niño de ocho años, ellos se hacían llamar amigos de mi madre y como Rin los reconocía igual lo hacía yo. Se podría decir que crecí con ellos. Mi único amigo fue Koketsu, hijo de ambos que a pesar de ser mayor que yo por dos años siempre estaba conmigo.


    Así pase 10 años en los que comprendí que mi amistad con Koketsu se fue transformando en amor, aunque claro no lo demostraba. Hoy cumplo 16 años sin embargo no hay nada que celebrar. Me dirijo al bosque, a un pozo que para mí es más que sagrado y ahí, lloro como jamás lo hice en todos estos años. Miro el cielo nublado acompañado de una sola mota de luz solar naranja, anunciando la noche…una noche más.


    — ¿Por qué lloras de esa manera a pesar de ser tu cumpleaños?— escucho su voz; el aire sopló fuertemente y movió mis largos cabellos negros dejando al descubierto mis ojos chocolate llorando.


    —Pues me he tragado tantas cosas que creo que ha llegado el momento de desahogarme —dije entre líneas pues aún sollozaba. Lo invité con la mano a que se sentara a mi lado, Koketsu lo hizo con una gran sonrisa, él solía usar un traje de monje morado junto con un báculo dorado en forma de sol.


    —Tú sabes que no tienes la culpa de lo que le paso a tu madre —sus solas palabras aumentaron el dolor.


    —Lo sé pero es algo que mi cabeza no asimila. Quiero ayudar a Lord Sesshomaru a buscarla, quiero volver a verla, abrazarla y besarla— más lágrimas comenzaron a salir de mis ojos. Él extendió una de sus manos y dudando un poco, la colocó en una de mis blancas mejillas.


    —No llores, no me gusta que te muestres así. Prefiero verte como una mujer independiente y fuerte —deslizó su mano hasta mi barbilla y me hizo voltear la cabeza, obligándome a mirarlo. Mi corazón comenzó a latir


    —Koketsu-kun yo…


    —Calla —antes de que dijera una palabra, sus labios cortaron la distancia y antes que nos diéramos cuenta estábamos sumergidos en la oscuridad. Su beso era cálido y el bello negro de la noche era testigo de nuestro cariño.


    —Yo…yo…— susurré tratando de separarme de sus labios en contra de mi voluntad. La noche era muy oscura, demasiado oscura para que pudiera admirar su expresión y entonces comprendí: Luna nueva. Rápidamente saqué la joya que mi madre me había dado antes de su secuestro y ahí estaba la clara señal —Tenemos que irnos —jalé del brazo a Koketsu, esté se negó.


    —Solo una vez más— se puso de pie y bruscamente me volvió a besar. Mi debilidad ganó. Mi corazón latió más rápido de lo normal, el calor aumentó hasta que me sentí presa de un abismo con llamas alrededor. Koketsu me quería tanto como yo lo quería a él.


    —Espera un poco— traté de decir entre sus labios pero él ni se inmuto, seguía besando mis labios sin dejarlos soltar. — ¡Dije que basta! — lo aventé con ambas manos sin darme cuenta que había usado más fuerza de la que un ser humano puede tener. Él cayó hacia atrás. Sabía que no tenía las habilidades que un ser humano y aún así seguía conmigo, de cierta manera, eso era lo que hacía que me gustara más.


    — ¿Es que no me quieres como yo lo hago? —preguntó mientras observaba su silueta ponerse de pie. Traté de responder pero el calor aún estaba en mi cuerpo, abrazando mis palabras —Mitsuko…me voy esta noche— el impacto de sus palabras provoco que diera un respingo ¿Me dejaba? ¿Por qué? No quería, no podía hacerlo. —Vayámonos de aquí, bajo esta oscuridad no puedo verte y necesito mirar tus ojos por última vez.

    Esta vez accedí a seguirlo cuando me jalo del brazo y me empujo a la aldea. Durante el camino nadie dijo nada, no sé porque no lo hacíamos. Si él se iba ¿Cómo podíamos estar tan callados? ¿No tenía nada que decirme? Bajé la vista pues las lágrimas volvían a caer.

    — ¿Estas llorando?


    —No— respondí inmediatamente. Koketsu se paró en seco y volteo.


    —Escucha…Mis padres quieren marcharse, como sabes mi madre está embarazada y mi padre cree que corre peligro estando aquí con los constantes ataques. Si gustas podría decirles que me dejen estar a tu lado, podrías de igual manera venir con nosotros, créeme que nada me haría más feliz que aceptaras venir conmigo — Sus dedos acariciaron mi pómulo derecho y sus dedos encontraron rápidamente comodidad alrededor de mi mejilla, acunándola en signo de protección.


    —Yo… — ¿qué podía decir? Rin, Sesshomaru ¿qué iban a decir? —No lo sé…


    Antes de que contestara un ruido se escapó de entre los arbustos. Lo sentía. Sentía ese pequeño objeto que todos los monstruos que llegaban en esta Luna nueva tenían.

    —Debemos irnos— sabía el peligro que corríamos si nos quedábamos aquí. Había visto a Lord Sesshomaru terminar con todos y cada uno de ellos pero también veía la fuerza que poseían. Si seguíamos en este lugar no podríamos salir con vida


    —Quiero que me des una respuesta, solo responde: sí o no— insistió, jalándome una vez más del brazo impidiendo que nos moviéramos.


    —Debemos irnos, ahora. Corremos peligro— replique jalándolo con fuerza. Escuché un pequeño siseo de su parte, un resoplido tal vez pero accedió a seguirme.


    —Mitsuko yo…te amo tanto que no podría alejarme de ti— pronunció en medio de un suspiro. El calor subió a mis mejillas y más allá de mi cuerpo, el corazón latió fuertemente, mis sentidos dejaron de estar en ese lugar. No resistí más y voltee para unir mis labios entre los suyos una vez más, mi vista se acoplo y logre percibir su mirada llena de brillo. Me acerque lentamente mientras una sonrisa curvaba sus labios —Te amo— dijo una última vez antes de que esta se volviera en una línea tensa de donde sangre salía de sus comisuras. Tosió una vez y dejo caer su cabeza.


    —Que ternura…tanta que me da asco— dijo una voz burlona detrás de él. Koketsu perdió fuerza, sus extremidades estaban lánguidas y comprendí que ni un solo soplo de vida estaba en él. Mis ojos se entornaron, un grito silencioso salió de mis labios, mi respiración se agito y mis manos sudaron.

    —Que lastima de chico ¿No crees Mitsuko? —escuché débilmente pues mi respiración y un agudo zumbido que atravesaba mis oídos detenía mis sentidos. El calor subía desde la punta de mis pies hasta mi cabeza. Miré una vez más a Koketsu: en su pecho sobresalía una mano con garras ahora rojas por el rastro de sangre— Nunca me gusto ensuciarme— la mano desapareció y el cuerpo de Koketsu cayó con un ruido sordo al suelo dejando al descubierto a un hombre. Ojos rojos, largo cabello plateado, labios rojos, kimono morado y el horrible resplandor rosa en su frente ¿Cómo lo había dejado pasar así de fácil? Eso solo aumento el calor de mi cuerpo ¿Furia? — La basura merece quemarse ¿verdad? —llamas salieron de sus garras y pronto encontraron lugar en el cadáver que yacía en el suelo.

    No aguante más. Las palabras salieron como un torbellino


    —MALDITO— grité con todas mis fuerzas. Mi corazón latió más fuerte, mi brazo se alzo sin aviso alguno y mis uñas impactaron en su frente, justo en el centro -donde el resplandor se alzaba- atravesando su cabeza. La sangre ardía entre mis dedos, el olor era asqueroso. No descanse hasta que pise su cráneo dejándolo completamente destruido. Todo se había calmado: mi corazón, el calor…pero el dolor permanecía, el mismo de cuando mi madre desapareció. Alce la vista para asegurarme de no encontrarme con el cuerpo de Koketsu ya que las lágrimas amenazaban con salir. Una mirada gélida impacto con la mía.


    —Acabaste con el de un golpe— dijo sin menor atisbo de sorpresa.


    — ¿Te molesta?— pregunté entre dientes. Él no respondió, alcé la mano para mirar aquella asquerosa sangre: mis manos ahora eran garras y líneas color lilas marcaban los brazos.


    —Yo… ¿Qué…?


    —Eres un youkai— puntualizó Lord Sesshomaru. Y como si el viento estuviera a su favor, acarició mis cabellos llevando un mechón plateado al frente.


    —No— fue lo único que salió de mis labios antes de alejarme de ese lugar con las lágrimas atravesadas en mi garganta.
     
  9.  
    Kohome

    Kohome Fanático Comentarista destacado

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    ¡Sí, es una Youkai! ¡Wooojooo!

    Asdf, hola xD.

    Bueno, esta vez, creo haber notado más errores que antes. No sé, alguna tilde que faltó, alguna palabra que no encajaba en algún contexto. Cosas que se solucionan con una segunda revisada.

    Debo admitir que eso de que se volviera Youkai me encantó, pero, ¡Dios, cuántos años! Casi diez. ¿O diez exactos? Ya ni sé xD. Creo que es demasiado tiempo para que Naraku no haya utilizado a Kagome de una u otra forma.
    Y Mitsuko... ¿Por qué niña? ¡¿Por qué ya no consideras a Sesshomaru como tu padre?! TT-TT

    Asdf, bueno, manejas muchos tipo de narración aquí eh... yo que tú escojo una y sale. O no sé, eso es libertad de escritor (?).

    Te veo en la conti.

    ¡Suerte!
     
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  10.  
    Milmel

    Milmel Con un sueño en el pecho que pronto florecerá

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    genial!
    me pierdo unos cuantos dias, y zas!
    menuda historia me encuentro, que genial!
    Kag secuestrada, no!!!
    y ahora su posible hierno muerto! podre trauma de la peque...
    no creo que seshh la odie, pero el recelo debe ser tan... duro, perder a alguien, la impotencia de no haberla podido salvar, el tener que decir a tu propia hija que perdiste a su madre es.... auch...
     
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  11.  
    TheWriter

    TheWriter Me and Only Me

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    No, No y No!!! No es justo!!! Ahora voy a sentirme desorientada hasta que lea la continuación!!! Ayyyy qué va a ser de mí ahora!?? No puedo esperar más!!!Pobrecita Mitsuko!!! Ni ella, ni Kagome, ni Sesshomaru merecen sufrir de ese modo!!! Soy algo nueva acá, pero de todos modos, ya leí bastaaaaantes fics, y este es sinceramente original. Me da envidia! Ojalá mí fic fuera así de bueno (También es un sesshxkag)!!! Bueno, spero ansiosa la conti!!
     
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  12.  
    ale sessxkago taisho

    ale sessxkago taisho Iniciado

    Sagitario
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    Sigue
    Espero que encuentren a kagome
    Ay sessho pobre mitsuko
    Recien la acabo de leer
    Me gusta micho espero que naraku muera horriblemente y que encuentren a kagome
    Conti conti conti conti
    Bye :)
     
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  13.  
    Syel

    Syel Extraña

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    Título:
    Hay sentimientos en contra de nuestra voluntad [Sessho&Kago]
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    42
     
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    Hola!
    @Kohome : Gracias por jamás abandonar este escrito y sí, tienes toda la razón. A partir de ahora solo manejare la narración en tercera persona ¿de acuerdo?
    @Milmel : Hace tiempo que ya no te veía, bienvenida de nuevo ^^
    @TheWriter : Te aseguro que es mejor...cuando tenga tiempo lo leeré ¿es mucho?
    @ale sessxkago taisho : Aquí esta la continuación pues C:

    Capitulo 43

    Corrió hacia la oscuridad del bosque, la fuerza de sus piernas le impulsaba más, haciendo que la velocidad fuera máxima. El olor de los pinos quemaba su nariz, el sonido del viento a su alrededor atravesaba sus oídos. La oscuridad ya no era la misma ante sus ojos pero el dolor seguía siendo humano.

    —No, no, no, NO —su garganta se desgarró un poco, lágrimas salieron a montones y los dientes apretaban su lengua para que no volviera a gritar. Un claro apareció ante su vista y ahí se dejó caer sobre las rodillas, dándose por vencida. ¿En qué se había convertido?, ¿cómo se veía?, ¿acaso era igual a él? No, no, no…No quería tener la imagen de Lord Sesshomaru. Las lágrimas seguían resbalando por su rostro sin detenerse. Antes, solía ir a ese claro a mirarse en el agua, ya que sus ojos eran el único recuerdo que su madre le había dejado, solo así podía evocar su imagen y ahora esa ilusión se había perdido por unos ojos dorados.

    —Deja de deshonrar a nuestra raza de esa manera— dijo la voz que no quería escuchar en esos momentos, no volteó a mirarlo pero sabía que estaba tras su espalda, inmóvil, esperando un movimiento de su ya no tan frágil cuerpo.

    —No tienes derecho a recriminarme, no pedí esto— señaló con la voz dura, oh no, ahora tenía hasta el mismo tono frío del peli-plata.

    —Nadie lo pidió. Tampoco nadie pidió que tu madre desapareciera— susurró sin cambiar el tono de voz tan característico de él, pero el gesto de su rostro mostraba cierto aire de soledad, ¿cuántos años más tendrían que aguantar esa agonía?

    —¿Me culpas de su desaparición cierto? Siempre lo has hecho— llevó sus garras a su cabello y lo peinó entre sus “dedos”, mirándose y asqueándose con su imagen. Lo último que quería era transformarse en él. Un sollozo más salió de su garganta, no podía aceptarlo así de la nada.

    —No te culpo— objetó el youkai, alejando la mirada de la chica; recordó la vez en que intento alcanzarla, de encontrarla…de volver a verla reír. Su mano se apretó en un puño, odiaba al ser que se la había arrebatado.

    —Claro que lo haces, si no hubiera sido por mí, ella estuviera…estuviera— Y sin poder evitarlo, más ríos de sal salieron de sus ojos, encontrando el camino en sus mejillas para después aterrizar en el lago. Llevó sus manos a su rostro y trató de tapar la salida de estas, tampoco quería mostrar esa imagen ante el Lord más frío del mundo.

    —Deja ya de llorar y ve las posibilidades— interrumpió Sesshomaru destensando el puño que mantenía oculto. Con pasos elegantes, se acercó a la youkai y tocándola con la mirada solo pudo decir: —Podrás ayudarme a encontrar a Kagome.

    Ella no contestó sino que se quedó ahí en su misma postura; a pesar de que aún mantenía las manos en su rostro, ocultándolo, las lágrimas se detuvieron al escuchar el nombre de su madre en labios de Lord Sesshomaru y una calidez cubrió su pecho… ¿Podía ayudarle? Sin reparar en que él la miraba, bajó su brazo y tomó una de las rocas que estaba cerca, la sostuvo entre sus blancos dedos, la apretó una sola vez con fuerza y esta se deshizo hasta quedar hecha polvo. Ya no tenía la debilidad de una humana como antes y eso le entusiasmaba, no por el hecho de ser casi invencible ante otros sino porque podría encontrar a su madre, aunque eso implicará tener que unirse más a él.

    —Kagome— esta vez ella acarició el nombre de su madre entre sus labios, pasó la manga de la blusa de sacerdotisa que mantenía tratando de limpiarse los rastros de lágrimas y con elegancia (al igual que su padre) se puso de pie, mirándose por última vez en el claro. “Mamá…solo espera por mí” pensó. Pasó de largo a su padre, sin ni siquiera mirarlo y echando a correr se dirigió a la aldea, para dar su adiós al lugar que la vio crecer. Él se limitó a quedarse ahí inmóvil, mirando la penumbra; sin duda, las noches de luna nueva eran las más oscuras pero más oscuras eran los días que pasaban sin tener rastros de ella.

    —Kagome— afirmó él. Dio la vuelta y dejó que una ráfaga de viento, acariciara su cabello, ondulándolo en el aire y llevando sus sentimientos más allá de la oscuridad que inundaba el lugar.

    O-O-O-O-O

    —Esto sí que no me lo esperaba— susurró el ser de ojos rojos, observando en un espejo lo que antes había ocurrido con una de sus extensiones — ¿Quién iba a creer que esa niña me fuera a resultar un estorbo? —caminó de un lado a otro, pensando en las posibilidades que ella le podría arrebatar y con un suspiro de lamento, tomó una sola decisión. Se acercó al cuerpo de Kagome que había mantenido cautivo por más de diez años y miró las gemas que la rodeaban—Es hora de que te use.

    Todo ese tiempo la mantuvo ahí, con un solo objetivo: usarla a su favor. ¿Cómo lo haría? Sencillo, con las gemas, se encargaría de alterar la realidad. Retuvo la imagen de su extensión matando al monje y con la gema del olvido, mezclada con la del recuerdo, hizo que aquella escena se convirtiera en todo lo contrario: Mitsuko transformada en youkai, lo atravesaba con la mano y reía mientras lo quemaba en una abrazadora flama. Inmediatamente lo insertó en sus recuerdos, como siempre había hecho desde que la capturó. Al principio se resistió, después se dejo convencer de que los monstruos que se encargaban de aparecer en cada luna nueva, eran en realidad enviados por Sesshomaru y la pequeña que lo acompañaba, provocando así miles de destrozos y muertes de humanos inocentes a su alrededor. Y no solo eso, sino también a sus amigos: Sango, Shippo, Kirara, Miroku…Inuyasha, el amor de su vida.

    —Bien, sacerdotisa…creo que ya has acumulado demasiado odio en tu corazón. Ya sabes que hacer— dijo Naraku mientras quitaba los fragmentos de Shikon de cada una de las perlas, desactivándolas al instante. El campo que mantenía atrapada a la miko desapareció en el momento, dejando al descubierto el cuerpo de Kagome que había permanecido exactamente igual que hace diez años. —¿Qué debes hacer? —preguntó él dominante.

    —Asesinar— contestó ella sin abrir los ojos. Movió sus manos y en una ellas encontró flechas, en la otra un arco— matar —esta vez desplazó las piernas a un lado, tratando de bajar de la plataforma en la que se encontraba —Sin piedad— abrió los ojos y se encontró con una imagen de cabellos negros como la noche y pupilas carmesí que la miraban de forma divertida, casi orgullosa. Tal parecía que tantos años de espera habían valido la pena, pues el rostro de la miko parecía imperturbable ante cualquier emoción— A los que hicieron daños a mis amigos— bajó de aquel pedazo de piedra y caminó hacia la salida de la cueva sin reparar en Naraku. Decidida, altiva...Furiosa.

    —Así es Kagome, así es— soltó una carcajada mientras veía como el ser que había creado se dirigía hacia su destino.
     
    Última edición: 9 Marzo 2014
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  14.  
    ale sessxkago taisho

    ale sessxkago taisho Iniciado

    Sagitario
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    Nooooooo ash pobre kagome
    Que malote tanto tiempo secuestrarla
    Sigue espero la conti me tienes con la angustia
    Espero la conti
    Bye :)
     
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  15.  
    KC SK SKA

    KC SK SKA Guest

    Tanto tienpo secuestrada, pobre Kagome. Sigue espero la conti.
    P.S. me gusta lá fic. Bye.
     
  16.  
    elizabeth wolf

    elizabeth wolf Entusiasta

    Acuario
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    Buenas tardes, soy nueva en tu fic lo encontré anoche por casualidad y no pude dormí mas que unas cuantas horas antes de volver a leer los capítulos que me faltaban, debo felicitarte en verdad me encanto y me atrapo a la vez debo ser sincera no me gusto mucho eso de que Sesshomaru estuviera lejos de Kagome y su hija mucho tiempo con tantos años juntos esperaría unos dos bebes mas de ese expendido ejemplar. Me gusto mucha la trama pego una rápido y brusco giro al final cuando la niña se transformo en yuokai, espero la continuación pronto y te agradecería que me avises de la misma ¿Dónde estará Inuyasha y Kikyo? ?Ahora que Kagome perdió la memorias del amor hacia sesho volverá inu a tener una posibilidad de recuperar a kag? >_< no me dejes con tantas dudas!!!
     
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  17.  
    Roxii Cullen

    Roxii Cullen Iniciado

    Leo
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    hola!!! tanto tiempo... ¿no?
    lo siento mucho, casi ya no me paso por aquí... pero te leo en fanfiction ;)
    la historia esta tan triste, no se que más decirte la verdad, solo se que me puso triste.
    Espero que estes de maravilla.
    te leo ;) ya sabes.
     
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  18.  
    Syel

    Syel Extraña

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    Hay sentimientos en contra de nuestra voluntad [Sessho&Kago]
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    Nuevo capítulo....

    Capitulo 44

    La noche se había ido tan rápido como sus lágrimas. Tal vez no entendía que significaba ser youkai ahora pero estaba segura de que encontraría la respuesta, no solo por ella sino por la persona que estaba perdida desde hace casi 10 años: su madre. El amanecer teñía de claridad el lugar donde estaba el árbol sagrado, miles de veces había estado ahí entrenando, pero ahora que ya no era humana…¿sería capaz de volver a utilizar el arco y las flechas? ¿Cómo podía salvar a su madre si ni siquiera sabía el alcance de sus nuevas habilidades?


    El aroma del bosque le relajaba, los sonidos de igual manera. Al menos podía estar un poco tranquila antes de enfrentarse a él, o eso creía hasta que percibió en el aire su olor, más que eso su presencia.


    —¿Has venido a ver si soy capaz de ayudarte? —replicó tan pronto él estuvo a su lado. Sesshomaru se limitó a quedarse en silencio. No podía negar que Mitsuko tenía su carácter y su porte, sin embargo no podía decirle que hacer porque tampoco lo sabía—. Ya sé que ahora que soy como tú, no puedo hacer mucho con el arco y las flechas. Ni siquiera tengo un arma…sé que no soy de mucha ayuda.


    —Ten —fue lo único que dijo antes de entregarle una espada que era similar a Tokijin. Mitsuko la tomó, ¿Lord Sesshomaru le estaba entregando una espada? ¿Por qué? Antes de que ella le preguntara, él se apresuró a contestar—. Desde ayer fui a buscar a ese viejo para que te hiciera una espada, es similar a la mía debido a que salió de la misma. Úsala bien.


    —¿En serio? ¿Es…es mía? —estaba asombrada, nunca había recibido algo de su parte y ahora le entregaba un objeto de poder. Sacudió su cabeza para aclarar su mente, no por ello iba a bajar la guardia y mostrar sus sentimientos tan a la ligera. — Lo haré, después de todo es por ella.


    Sesshomaru entornó lo ojos, el escuchar eso de los labios de su hija le provocaba querer ir a buscarla lo más rápido que pudiese pero al igual que Mitsuko, no podía bajar su guardia que lo había caracterizado por tanto tiempo. Sin decir nada sacó a Tokijin y se enfrentó a ella.


    —Debes entrenar, no es un juguete— Por un momento un brillo cruzó la mirada de Mitsuko. Debía pelear con su padre, ¿sería buena idea? Era la primera vez que tenía un arma en sus manos, sobre todo, un arma tan…única. Odiaba tener que admitirlo pero tenía que hacerlo si no quería salir dañada.


    —No puedo —dijo ella, agachando la cabeza. Sesshomaru la miró con el ceño fruncido, agachando la cabeza de una manera tan ridícula, ¿cómo podía hacerse llamar su hija?


    —Tienes qué —Y sin darle tiempo a responder, atacó con fuerza, impactando el filo de Tokijin en la nueva espada que permanecía en la mano de la joven. Sin detenerse a pensar, si quiera en lo que sucedía, empuñó con fuerza la espada y trató de detener los ataques del Lord. Con cada choque, sentía más valor hasta que de pronto él la tomó desprevenida y la espada salió volando más allá de su vista. Con miedo, dirigió sus nuevos ojos dorados a él—. No es suficiente —Sesshomaru no se detuvo, sino que continuó lanzando ataques al cuerpo de Mitsuko. Está, sin saber que más hacer alzó su mano, cerró los ojos y gritó:


    —¡Basta! —Una luz se posó en su mano, envolviéndola en una suave calidez. Cuando volvió a abrir los ojos, se dio cuenta que él yacía en el suelo, con la estola llena de polvo y la mirada furiosa— ¿Q-qué fue eso? —preguntó mientras miraba su mano. El brillo había desaparecido tan pronto había abierto los ojos. Él se puso de pie y la miró de manera fulminante, así que había conservado sus poderes de sacerdotisa, ¿eh? De alguna manera eso le traía un ligero sentimiento de emoción.


    —Como sea, sigue entrenando —Comenzó a caminar hacia los arbustos y tomó la espada que había salido volando antes y la arrojó a sus pies—. Si le asignas un nombre, podrás utilizarla mejor— Sin esperar más se fue de aquel lugar. Había cumplido con su objetivo: tratar de darle fuerza a su hija.


    Ella lo miró sorprendido, ¿acaso la estaba animando? Una pequeñísima sonrisa, asomó en su rostro, ¿podría ser posible que su nueva forma y las circunstancias los estuvieran uniendo? Sacudió la cabeza. No. Algo así no podía ocurrir con el inalterable Lord Sesshomaru. Se colocó en cuclillas y miró la espada.


    —Cuando te tomé, eras tan ligera. Has salido de Tokijin, ¿verdad? —Se sentía como una loca al hablar con una espada que no podía responderle pero era casi un alivio poder expresar esas palabras a alguien que no fuera aquel hombre— Te llamaré Tokijini —dijo con una sonrisa antes de tomar la espada. La fuerza y la emoción corrieron por sus venas. Sin duda, solo un poco más…”Espera por mi…mamá” Pensó y con decisión comenzó a dar estocadas en el aire, sintiéndose cada vez más esperanzada.



    Una abeja, no muy grande salió de entre los árboles para volar hacia el brillante cielo. Mitsuko ni nadie se había dado cuenta de su presencia, estaba haciendo bien su trabajo. Voló por mucho tiempo, el ocaso estaba a punto de comenzar pero ella seguía haciendo su trabajo: llevar información. Sus alas cortas le impedían llegar rápido pero sin duda, lo que había visto sería de gran utilidad. De pronto, ahí, escondidos entre la espesura del bosque los miró y descendió su vuelo para llegar a ellos. Naraku volteó a mirar a su pequeña espía.


    —¿Y bien? —preguntó cuándo está finalmente se posó frente a él. Cuando cruzaron sus ojos, todas las imágenes se trasladaron al cerebro de Naraku— Ya veo…Kagome —llamó a la sacerdotisa.


    —¿Si? —respondió ella con seriedad.


    —Falta poco


    —No puedo esperar —Sus palabras hicieron que Naraku volviera a reír, ¿cómo había creado algo tan…perfecto?


    —Paciencia pequeña, paciencia —le dijo sin borrar la sonrisa y dejo que su pequeña espía volara libre, en busca de más información.
     
    Última edición: 26 Abril 2015
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  19.  
    Mikshukihime

    Mikshukihime Iniciado

    Aries
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    Hay momentos en los Estados emocionales lograron embargo y se ve a si mismo débil pero a la vez fuerte se enfada con el mismos por no poder manejar sus sentimientos
    :u>u::$:
     
  20.  
    Mikshukihime

    Mikshukihime Iniciado

    Aries
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    Esta más que celosa!!!!!!!, :-) :-) :-)
     

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