Hall de entrada

Connor Miller

El joven Connor,camino apresurado por los corredores,había perdido valioso tiempo en sus típicas divagaciones,era tarde,no había comido absolutamente desde hacia horas y no había podido explorar adecuadamente todas las instalaciones del lugar,sería el colmo si llegara a perderse.

Tras caminar,casi trotar,por varios minutos,el chico finalmente había llegado al lugar indicado,Connor tenía un poco de sudor en su frente,caminar a tanta prisa y con el estomago vació no ayuda en lo absoluto.El chico observó brevemente su reloj. — ¡Eh! En realidad ni iba tan tarde.— Exclamó el joven mientras colocaba sus manos sobre sus rodillas,en un intento por recuperar el aliento.Connor se sentía tan cansado y con tanta hambre,que ni siquiera había notado que ya había personas en el salón,más concretamente,la chica pelirroja con la que había compartido asiento en tren,Akane era su nombre ¿no? también se encontraba con ella un pequeño niño y un extraño hombre con traje,probablemente se trataba del director.

— ¡Ho-hola! — Saludó el joven mientras trataba de recuperar el aliento. — D-disculpen por llegar así,creí que era más tarde...Aaah.— El joven respiro hondo,intentando controlarse.Tras unos breves instantes el joven pudo recuperar el aliento,el joven acomodó su característica chaqueta,sacudió un poco sus pantalones de la parte de las rodillas,y finalmente,acomodo un poco su cabello plateado,al menos ya estaba UN POCO más "presentable".
Tras terminar con todo eso,el chico volvió a sonreír como siempre. — Espero me perdonen por eso,aun estoy un poco cansado por el viaje Je Je.—

 

Estaba exhausto. Era la primera vez que hacía tal cantidad de ejercicio en muchísimos años. Pero el reloj marcaba la hora justa y cuando llegué al hall de entrada suspiré de alivio por no haber llegado tarde. De hecho, había sido de los primeros. Esperé un momento a dejar de jadear antes de saludar:

— Hola. Parece que después de todo no he llegado tarde. Espero

Ni siquiera me había fijado en quiénes eran las dos personas que estaban allí en aquel momento. Estaba demasiado cansado para ello y solo podía pensar en lo que el director fuera a probar con nosotros

 

Karou Bright.

Con los nervios a flor de piel, entré al hall. Pude vislumbrar a la chica pelirroja que había visto en el tren sentada en uno de los sillones, junto con el ya conocido hijo del director. Se la veía algo inquieta, mirando hacia los lados para ver si alguien más llegaba. Un poco más lejos, me encontré con el rostro del director, quien ya nos estaba esperando con su traje que desbordaba elegancia.

En mis pensamientos no pude evitar mandarle un mensaje de S.O.S a Aki, sintiéndome visiblemente incómoda ante un espacio tan abierto y vacío. Pude haberla esperado un poco más, pero realmente me había puesto muy nerviosa en ese momento. Me quedé parada cerca del comedor, para que me vea si llegaba y así no me quedaba tan sola.

Luego de un rato, me sorprendí cuando vi que entraban dos chicos más. Pero no eran dos personas desconocidas, sino que eran los dos estudiantes con los que había hablado en el tren, junto con Akane. Me sentí extrañamente feliz al volver a verlos, aunque sea de lejos. Volví a rememorar sus nombres. El del cabello plateado se llamaba Connor, si no recordaba mal, y el señor chismoso era Hiroshi. Escondí mi sonrisa detrás de mis manos cuando me acordé por qué lo había llamado así.

¿Debería ir a saludarlos o seguir esperando a Aki?

Me quedé pensando hasta que decidí quedarme quietecita en mi posición. Realmente no confiaba mucho en mis habilidades para socializar y, a decir verdad, la seguridad que poseía mi compañera me hacía sentir algo más protegida, si se podría decir así. Por lo que miré hacia los alrededores, moviendo mis dedos nerviosamente detrás de mi espalda, mientras las voces de los demás retumbaban en el gran salón.

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Noir

 

Andy Wheller

Llegué a la entrada del internado bastante cansado por la caminata, más bien dicho por la tremenda corrida que había dado. No podía ser, se armó un quilombo de los mil demonios cuando el tren arribó, me quedé atrás y fui el último en salir, seguramente me perdí del recibimiento y de datos muy importantes. ¡La madre! Estaba más desorientado que un perro en carnaval.

Respiré hondo y miré alrededor, estaban llegando varios de mis compañeros, seguramente descansados, y ahí estaba yo, Andy Wheller, transpirado, cansado y con el equipaje a cuestas.

— Bueno, seguro darán algún aviso importante, todo el mundo está llegando — me dije a mi mismo tratando de darme ánimos.


Busqué un asiento, lancé mi equipaje al suelo y me dispuse a descansar, a recuperar el aliento mientras esperaba para ver que estaba sucediendo, tal vez y podría ponerme al corriente.

 

Raven

Estaba realmente perezoso, pues me levanté tarde y ya tenía la hora encima. Con la velocidad de un rayo me lavé el rostro y pude enjuagarme la boca con mi crema dental preferida. Dejé mis cosas en la maleta y me dispuso a dirigirme al hall de entrada.
Durante la caminata pude observar que no era el único pendiente de llegar al lugar de encuentro, pues otros personajes iban a la misma dirección.
Una vez allí, observé al hijo del director con la pelirroja sentado, y de pronto el infante señaló en dirección a su padre, el cual se acercaba poco a poco.
—Menos mal llegué a tiempo. —pensé dentro de mí, mientras me hacia sitio en el lugar.

 

Aaron Yume

Al final, había terminado abandonando la habitación para encontrar una silenciosa esquina donde pudiera estar tranquilo y entretenerme un rato con el primer filme que apareciera en mi pantalla y aunque en efecto, cumplió la función de mantenerme ocupado un rato pareció ser que perdí la noción del tiempo y que, para cuando quise darme cuenta ya era la hora a la cual nos había citado el director y si no me apuraba, terminaría llegando tarde a lo que fuera la razón por la que nos quería allí.

Cerré la ventana que estaba viendo hace poco y apresuré mi paso hacia el hall de entrada, donde por suerte no parecía ser la última alma en llegar, lo cual significaba que estaba relativamente a salvo. Sin más, me acerqué a una de las paredes cercanas al pequeño grupo que se había formado y me apoué en esta para esperar.

¿Cuándo llegaría el director?

 

Jack Atkinson

Entré de forma tranquila en el Hall, observando a mi alrededor. Al parecer, varios compañeros habían llegado, aunque no veía ni a Beatriz, Yashiro o a la tsundere. Pero sí pude detectar al hijo del director, a la pelirroja llamada Akane, a la acompañante italiana de la tsundere, y al director, que ya se había acercado al grupo de estudiantes. Apoyé mi espalda en una pared cercana, y me dispuse a escuchar de que iba esta reunión, con mi guitarra descansando a mi lado.

 

Aki Chigusa

Abrí la puerta de salida con tal ansiedad que a punto estuvo de golpear a aquella persona que parecía no haberse movido en todo momento de lugar. No había tardado mucho en salir ¿no? ¡Ese ejecutivo malhumorado no podía acabar con mi existencia! ¿verdad?

—Karou-sa—la voz murió en mis labios a visualizar a mi compañera de cuarto justo allí. Una profunda sensación de alivio me embargó al ver que no era una de las últimas personas en llegar al Hall. Había un pequeño grupo de estudiantes reunido; no logré reconocer a la mayoría, pero daba igual. Aunque sí vi a Andy como si acabase de escapar de una estampida. Puse mis brazos en jarras y suspiré, observándolos desde la distancia—. Ah~ demonios... tantas prisas para nada. Por poco me muero por nada...

Más que molesta, me sentía aliviada de ver como mis catastrofistas suposiciones no se cumplían. Estaba relativamente salvada.

>> Vamos— le comuniqué a mi compañera entonces, sujetando con cierta fuerza el asa de mi cartera escolar—. No sé lo que pretenda el director, pero no quiero ni pensar en que castigo recibiré si no estoy presente.

Dio un vistazo cauteloso a mi alrededor. Miré a mi izquierda a mi derecha con perspicacia y entonces, embargada de alivio, suspiré por partida doble.

"Esa niñita molesta y excesivamente confianzuda tampoco ha llegado aún... — me dije— Pero somos compañeras de cuarto, así que no podré retrasarlo por más tiempo..."

Tensé mi mandíbula y decidí apartar aquellos pensamientos de mi cabeza. Ya pensaría en lo que haría cuando ese escenario tuviese lugar.

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Mi creatividad murió, pero al menos logré llegar :D Lariebel <3

 

Adrian Henderson

Cuando la alarma de Hiroshi comenzó a pitar me levanté rápidamente de mi asiento para dirigirme al Hall.

Bueno, rápidamente... no, la verdad. Pero yo nunca tenía prisa. Aún era relativamente pronto y por correr solo apuraría un par de minutos que desde luego no marcarían la diferencia. Había pasado todo el tiempo preparando mi equipaje y mi cama, charlando con mis compañeros de cuarto sobre videojuegos y enredando como medianamente podía con el Neuro Linker. A decir verdad, comenzaba a estar algo aburrido, así que me alegré de que tuviese que marcharme.

Al entrar al Hall pude ver como la gran mayoría de los jugadores ya estaban allí. Guau, ¿tan lento andaba? Saludé fugazmente, sin llamar mucho la atención, y esperé a que alguien nos explicase de qué iba todo esto ya.

 

Karou Bright.

Recibí con una brillante sonrisa a mi compañera y automáticamente me acomodé a su lado, cubriéndome con su protección. En realidad, no me veía como alguien débil, solo que le había tomado un poco de cariño a Aki y me gustaba mucho su compañía. Prefería estar con ella que permanecer sola ante un montón de extraños.

—Vamos —me dijo con su voz segura, mientras sostenía con fuerza su cartera—. No sé lo que pretenda el director, pero no quiero ni pensar en que castigo recibiré si no estoy presente.

Asentí ante sus palabras y me acerqué aún más a la sala. Busqué con la mirada algún asiento que podamos ocupar y encontré justo dos sillones vacíos, por lo que se los señalé en silencio y me fui acercando con pasos lentos. Me senté en el de la izquierda y fui observando cómo llegaban los demás, uno en uno. Además de Connor, Hiroshi y Akane, apareció la chica de pelo rosado que estaba en el comedor y también el joven tímido que se nos había unido en el tren después de que yo haya asistido al malherido. Me sonrojé un poco recordando cómo me había hablado de la nada en esa ocasión. También vino a mi mente lo que él me había dicho en ese entonces.

—Aki dice que tengo un aspecto poco confiable...
—No sé quién es "Aki", pero para mí, no es así. T-tienes un aspecto normal.

Con una mueca de asombro, me giré hacia mi compañera e hice la conexión. Entonces, Andy se refería a ella. Ya se habían conocido antes de que nosotros habláramos. Me pegué a mi sillón, pensando en las tantas diferencias de opiniones que tendría con Aki. ¿Podremos ser buenas amigas, como deseé fuertemente en mi mente? ¿O en algún momento diré algo que no le guste y se irá?

Suspiré ante ese pensamiento. Aún así, me faltaba conocer a nuestra otra compañera. ¿Quién sería? ¿Nos llevaríamos bien?

Moví mi cabeza hacia los lados para enfocarme en la reunión. Tenía que prestar mucha atención al comunicado que iba a realizar el director del instituto. No quería perderme ningún detalle.

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Noir

 

Andy Wheller

Después de relajarme un rato me enchufé a mis auriculares, Stressed Out de Twenty one Pilots comenzó a sonar, una dosis de buena música siempre me animaba. Busqué en mi equipaje y luego de revolver un poco encontré una botella con agua y unas deliciosas Oreos, aquello ni por cerca era un manjar de dioses pero realmente estaba muriendo de hambre y mi garganta en cualquier momento iba a producir arena debido a la sequedad, realmente mi condición física estaba por los suelos.


Eché un vistazo al salón, por suerte parecía que algo importante iba a pasar, cada vez llegaban más compañeros, tenía la esperanza de poder ponerme al corriente. Me alegré mucho al ver varios rostros conocidos, Connor, Karou, Hiroshi y Aki habían llegado, ya no estaría tan perdido después de todo.


Mastiqué con premura unas cuantas galletas y guardé el resto en el bolsillo de mi sudadera, guardé mis auriculares y con mucha pesadez me levanté de mi asiento. Sentía que las piernas me flaqueaban, caminé a paso lento y arrastrando mi equipaje por todo el salón hasta llegara a donde se encontraban Aki y Karou. Sonreí levemente y saludé — ¡Hola chicas, como están! Justo en ese instante mis piernas no pudieron sostenerme más y caí al suelo como un saco de patatas estampando la cara en el frío suelo de aquel elegante lugar, “Kill me Yisus” fue lo único que atiné a pensar cuando me desbarataba lentamente.

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Noir Lariebel

 

Beatriz

Cuando en los pasillos de las habitaciones alcé la vista para ver las espaldas de mis compañeras de cuarto, descubrí que me encontraba sola. Ambas habían desaparecido, supuse, por el anuncio de que era la hora en que el Director del Complejo Laguna Negra nos esperaba en el Hall. Presenciar mi torpeza mi hice apretar los labios con pesar; cuando había cerrado la puerta de la habitación para seguir los pasos de Nisha y Momo, simplemente caminé mirándoles las espaldas, sin saber qué hacer a continuación. El enigma de cómo seguir con aquello hizo que me pusiera nerviosa bajara la mirada, concentrada en juguetear con mis manos mientras pensaba. A tal punto llegó mi introspección que no fui capaz de darme cuenta de que las chicas se habían adelantado.

¿Y si me habían hablado pero no las escuché? ¿Habrán visto cómo me puse? ¿Era esto señal de que no les había caído bien y me preferían lejos? N-No, algo como eso… no era posible. Ellas parecían buenas personas, no daban la sensación de que me harían eso. A-apenas nos estábamos conociendo, era normal que se abocaran a lo suyo, ¿tal vez?

Me detuve un momento cuando de lejos vi el acceso al Hall de Entrada. Cerré fuerte los ojos y apreté los puños mientras me decía:

—¡Tranquila, Bea! No es tan malo como piensas… ¿tal vez?

Pasé las manos sobre mi abrigo rojo para alisarlo. Intenté lo mismo con mis cabellos ayudándome con el reflejo en el vidrio de una ventana (era más fácil distinguirlo de noche), pero no hubo manera de impedir que siguieran despeinados. No quedaba tiempo para seguir insistiendo, aunque me ponía nerviosa pensar que al Director no le haría gracia.

Antes de seguir mi camino, miré por última vez mis ojos. Y sonreí.


No me costó encontrar a Jack entre los demás chicos. Él era el más alto junto con otra persona a la que hasta ahora no había visto. En ese momento me di cuenta de que tal vez había sido la última en llegar, por lo que me ruboricé, apenada, sobre todo porque el Director fácilmente podría percatarse de aquello: el color de mi abrigo era muy llamativo.

Asustada, caminé rápidamente entre los demás chicos y me puse al lado de Jack sin decir nada, tan sólo mirando al Director.

 

Karou Bright.

Sentí un escalofrío en mi espina dorsal cuando vislumbré el acercamiento de Andy, el chico en el que había pensado en tan solo hace un segundo. Una gotita de sudor se desprendió de mi frente mientras en mi mente se reflejaron las palabras: "¿habrá leído mis pensamientos?".

—¡Hola chicas, como están! —exclamó justo antes de que sus piernas lo abandonaran a su suerte y se cayera al suelo a una velocidad increíble. Me tapé el rostro con las manos debido al susto imprevisto, hasta que mi miedo a socializar se desvaneció frente a un herido, otra vez. Mi cuerpo se movió sin pensar y me agaché junto a él, dándolo vuelta hacia arriba y cerciorándome de que no tenía ninguna herida. Suspiré de alivio y lo miré con aprensión.

—T-tienes que tener más cuidado, Andy.

Mis ojos se giraron hacia Aki, rogándole por dentro que me dé una mano para poder seguir hablando.

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Noir Allister

 

Aki Chigusa

No estaba prestando realmente atención, más preocupada por si aparecía aquello loli molesta, así que el saludo de Andy y posterior golpe contra el suelo me tomó por sorpresa.

Me volteé entonces, solo para toparme con su cuerpo estampado patéticamente sobre el impoluto suelo del Hall. ¿Qué demonios? En mi rostro se dibujó una expresión de circunstancias mientras Karou se acercaba a él con los ojos llenos de preocupación. Se arrodilló en el suelo y le dio la vuelta para comprobar si tenía alguna herida visible. Aparte del susto del golpe, parecía estar bien.

Me llevé la palma de la mano a la frente.

Oh, cielos.

—¿Pero qué tan torpe puedes ser?— le pregunté entonces—. ¿Te tropezaste con el aire? ¿qué haces si puede saberse? Deja de montar una escena y ponte en pie, el director va a hablar en cualquier momento.

Y eso dije, tendiéndole desinteresadamente mi mano para ayudarle a incorporarse.

 

Jack Atkinson

De repente, un pequeño chichón rojo entró al Hall, donde todos estábamos esperando que el Director dijera aquello tan importante que nos quería decir. Estuvo ojeando la sala durante unos segundos, y luego se dirigió hacia donde estaba, con paso apurado. Sonreí a Beatriz mientras se paraba a mi lado, y le enmarañé un poco el pelo, mientras le acariciaba la cabeza.

— Vaya, ¡al fin llegaste! Tenía miedo de que te hubieras perdido. ¿Cómo fue la presentación con tus nuevas compañeras? Lástima que no pudimos cenar juntos...

En ese momento, se escuchó un fuerte "THUMP" que me interrumpió. Me di vuelta, y pude ver como un muchacho se había dado de cara contra el suelo. Junto a él, estaba una de las chicas con las que había hablado en la cena (¿ Karou ?), intentando reanimarlo, con expresión preocupada. También se encontraba allí la tsundere, mirandolo con expresión rara, mientras le preguntaba como se había caído y le extendía una mano. Si no hubiera sido por eso, hubiera estado más que seguro que lo había volteado con otro carterazo.

— Sinceramente, me impresiona la relación de las caras de este grupo con los golpes.— dije en voz alta.— Es increíble, no nos golpeamos otra parte del cuerpo. Siempre es la cara.

Me acaricié la barbilla con la mano, con gesto pensativo. Sí, muy extraño la verdad. Tendría que ver si seguían habiendo patrones.

 

En ese instante Karou se acercó y me volteó, — T-tienes que tener más cuidado, Andy — me dijo con sincera preocupación. — Estoy bien, no te preocupes — dije sonriendo. Aki por otro lado, fiel a su personalidad se llevó la mano a la frente y exclamó;


— ¿Pero qué tan torpe puedes ser? ¿Te tropezaste con el aire?, ¿Qué haces si puede saberse? Deja de montar una escena y ponte en pie, el director va a hablar en cualquier momento.


Luego de regañarme me extendió la mano ayudándome a incorporarme, tomé su mano y enseguida me acomodé en el asiento. — ¿No crees que son muchas preguntas para alguien aturdido?— respondí sonriendo y llevándome las manos a la nuca. — La verdad es que me perdí camino hacia aquí, caminé y corrí durante mucho tiempo, y pues mis piernas están algo débiles, además no tengo ni la menor idea de lo que está sucediendo aquí, me perdí el recibimiento, así que cuando las vi pensé que sería una buena idea integrarme, espero haber contestado todas tus dudas Aki.


Saqué el paquete de galletas que había guardado y les ofrecí — ¿Galletas?


De pronto escuché una voz que llamó mi atención; — Sinceramente, me impresiona la relación de las caras de este grupo con los golpes. Es increíble, no nos golpeamos otra parte del cuerpo. Siempre es la cara.


— Creo que es un don hermano — respondí saludando levemente con la mano.

 

Aki Chigusa

Una vez Andy se puso en pie sano y salvo, yo solté su mano y volví a tomar asiento en el sillón del hall. Apreté mis puños en torno al asa de mi cartera y me senté recta y erguida, con los dedos tensos, sin apartar un solo instante la mirada de ese hombre de aspecto amenazante que aguardaba sin hablar desde hacía un largo rato. ¿Qué le pasaba? ¿por qué no decía nada? Me estaba poniendo de los nervios. No escuché lo que Andy me dijo hasta un rato después cuando iba a mitad de su explicación y me ofrecía alegremente un paquete de galletas, justo como había hecho con sus M&M's en el tren.

Cerré los ojos.

—No, no quiero galletas— decliné la oferta y le arrebaté el paquete de las manos de un tirón—. Y tú tampoco deberías estar comiendo ahora. ¿Por qué no apareciste por el comedor?

Le pregunté en voz baja, mirándolo de soslayo. Guardé el paquete cuidadosamente en mi cartera lejos de las manos de Andy y volví a mirar al director con un nudo en la garganta. El silencio se extendió por unos segundos largos, interminables... y entonces una nueva voz masculina, que solo había escuchado apenas de pasada en el comedor, irrumpió el silencio de la sala con un ligero tono jocoso.

— Sinceramente, me impresiona la relación de las caras de este grupo con los golpes— decía con la mano en su barbilla. Se trataba de ese chico alcohólico de ojos raros y complejo de estrella del rock—. Es increíble, no nos golpeamos otra parte del cuerpo. Siempre es la cara.

¿Qué clase de observación absurda era esa?

— Creo que es un don hermano.

—Cállense de una vez— dije entonces, en voz baja—. Ambos son unos idiotas.

 

Jack Atkinson

— Cállense de una vez. Ambos son unos idiotas.— se escuchó decir a alguien en voz baja,

Giré mi cabeza y me encontré con ¡oh, sorpresa! la tsundere. Una sonrisa divertida se me asomó por el rostro. Tenía bastante paciencia, y podía soportar la irritabilidad de aquella chica. Pero estaba seguro que ella no era de las pacientes.

—Wow, wow, wow. Alguien se levantó gruñona hoy, ¿eh?— dije, con expresión divertida.— No hace falta retarnos de esa manera. Pareces mi madre. No tienes porque actuar de forma tan...tsundere.

Hice una pequeña pausa, mientras la miraba de arriba a abajo, como si la estuviera examinando, exagerando una expresión pensativa.

— Mmmh, sí, según mi análisis, serías capaz de ir a la caverna de un oso mientras está hibernando, gruñirle, hacer que le oso se despierte, limpie la piedra en la que estaba durmiendo y te la ofrezca, por miedo a que le hagas algo.

De repente, los ojos se me iluminaron, y golpeé la palma de mi mano izquierda con el puño de la derecha, en un gesto de haber pensado una brillante idea.

— ¡Ya sé! ¡Te voy a llamar Tsunderosa! Una combinación entre tsundere y osa. Te viene como anillo al dedo.— exclamé, soltando una risotada. Y previendo la mirada asesina que me lanzaría, alcé las manos en señal de tranquilizarla, y añadí.— Oye, es eso, o que te llame Krampus. Y creo que Krampus es peor. Es una leyenda del norte de Europa, que dice que el Krampus es un demonio con patas de cabra y cuernos enormes, que es la sombra de Santa Claus y se lleva a los niños malos. Tú decides que quieres ser.

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¿Aki golpeará a un inválido con su cartera? Lo más probable (?.

Ah, eso sí Noir, Jack tiene reflejos muy buenos. Y está esperando que Aki reaccione de esa manera. Pero también está en muletas. Así que puede detener el golpe tanto como si no. Es nomás una aclaración por si decides narrarlo. Tienes total libertad para partirme la cara, igual; vos elegís lo que creas más conveniente jajaja