Hagamos este camino juntos [Inuyasha x Kagome]

Hagamos este camino juntos [Inuyasha x Kagome]

Soy nueva en la comunidad y este es mi primer fic. La historia tratará acerca de adolescentes conflictivos, con las hormonas en la cabeza, llenos de sueños y de ideales. Obviamente que esos adolescentes serán nuestros queridos personajes de Inuyasha.

Disclaimer: los personajes de Inuyasha son propiedad de Rumiko Takahashi.

Hagamos este camino juntos​

Capítulo 1: noticias que desilusionan

- ¿Me estás hablando en serio? - preguntó Kagome totalmente desconcertada por la noticia que le acaba de dar su madre.

- Por supuesto que sí - contestó la mujer llamada Kaoru mientras hojeaba las páginas de una revista de chismes - Y no habrá marcha atrás ya que todo el papeleo está hecho. Y claro, la cuota está paga.

- No lo puedo creer, mamá. ¿Cómo puedes hacerme esto? - preguntaba la joven de cabello negro con una voz muy aguda - ¡Tú sabías que yo soñaba con ir a la Preparatoria Furinkan junto con mi mejor amiga Akane! ¡Tú lo sabías!

- Cálmate, Kagome - hablaba la madre con un tono suave pero que denotaba algo de irritación. Cerró la revista y la dejó sobre la mesa - Escucha-

- ¡Escuchar qué! ¡Escuchar qué! ¡Yo no quiero ir a la Preparatoria Shikon!- exclamaba Kagome - ¿Sabes? Ya se me fueron las ganas de desayunar, con permiso - dijo dando un fuerte golpe en la mesa y finalmente desapareciendo de la cocina.

Kaoru suspiró y decidió volver a tomar la revista de chismes, pero se sintió observada. Al girar su rostro para un costado se encontró con el de su padre y el de su hijo menor mirándole atentamente con la boca abierta.

- ¿Qué sucede? - preguntó ella con una sonrisa que hacía parecer que nada había ocurrido.

- Nada - dijeron al unísono y siguieron tomando su sopa de miso.

Un escalofrío recorrió los cuerpos de los dos hombres de la casa al esuchar un portazo que provenía de arriba. La madre seguía muy concentrada en la revista.

Kagome se tiró en su cama, hundió la cara en la almohada y rompió en llanto.

- ¿Cómo puede ser tan desconsiderada? ¡Encima con su propia hija! - decía la chica sollozando.

Luego de que algunos mintuos pasaron, la muchacha se tranqulizó y se sentó en la cama. Agarró de la mesita de luz junto a su cama una fotografía. En ella estaban Akane y Kagome abrazadas cuando eran apenas unas niñas.

- Y pensar que prometimos hacer la preparatoria juntas, prometimos graduarnos juntas y como festejo irnos de viaje juntas... - los ojos azulinos de Kagome se volvieron a llenar de lágrimas - Pero si nos separamos es más que obvio que con el tiempo no nos seguiremos viendo y encima la preparatoria a la que me quiere llevar mi mamá es pupila.

Kagome se tiró en la cama y en vez de salir a disfrutar de su último día de vacaciones de primavera, se quedó profundamente dormida abrazada a la foto. Abrazada a todo un montón de sueños y expectativas que se habían roto.

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- ¡Qué! - exclamó Inuyasha con gran enojo - ¡Estás loco, o qué!

- Inuyasha, deberías hablarme con más respeto. Soy tu padre - habló Inutaisho con firmeza mientras caminaba por un extenso pasillo de la mansión. Repentinamente, dejó de hacerlo y se giró para ver a su hijo - El papelo ya está hecho y la cuota está paga. No habrá marcha atrás.

- Pero viejo, escucha. Yo ya había averiguado todo acerca de esta otra preparatoria. Además se especializa en las artes y en la fotografía. Lo que yo quiero seguir al graduarme - trataba el joven de hacer entender a su padre.

- En la Preparatoria Shikon hay un club de fotografía. Puedes anotarte ahí - explicó el hombre de cabello plateado atado a una colita.

- Tú no entiendes - decía Inuyasha cerrando los puños con ira - Además a la Preparatoria Shikon va ese infeliz.

- Este será su último año. Estoy seguro que ni te lo cruzarás.

- Pero viejo, yo no querio ir a esa preparatoria...

- Ya está decidido - habló Inutaisho nuevamente con firmeza. Acortó la distancia que había entre ellos y colocó una mano en el hombro de su hijo - Hijo mío, miles de chicos de todo el Japón morirían por ir a la Preparatoria Shikon. Tú que tienes un padre que te la puede pagar, deberías estar agradecido.

- ¡Pero a mí no me interesa eso del prestigio! ¡Yo prefiero ir a esta otra preparatoria! - girtó Inuyasha sacando la mano de su padre con desprecio.

El hombre lo miró seriamente, luego, al parpadear cambió su semblante a uno que trasmitía trsiteza.

- Keh, veo que no puedo hacer nada - dijo Inuyasha y se fue alejando de donde estaba su padre.

Cuando el chico llegó a su gran cuarto, dio un poratzo que retumbó por toda la mansión.

Se dirigió a su escritorio donde estaban los folletos de la preparatoria a la que quería ir. Los rompió y los tiró a la basura. Eso fue lo que Inuyasha sintió que su padre hizo con sus sueños.
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Dos adolescentes cuyos sueños habían sido rotos dormían sabiendo que al despertar empezarían una nueva vida en un lugar que ellos creeían que no era el adecuado para ambos.

Pero cuando unos sueños no se cumplen, aparecen otros. Es como cuando el camino que uno elige y empieza a caminar se ve impedido por una pared, uno tiene que encontrar otro camino para poder seguir caminando, para poder seguir viviendo.

Inuyasha y Kagome empezarán a caminar por un nuevo rumbo, donde se tendrán que encontrar a ellos mismos y donde florecerán nuevos sueños que los impulsarán a querer seguir caminando, a querer seguir viviendo.

Continuará...

Espero que lo hayan disfrutado y no les haya parecido aburrido. Igual, es recién el primer capítulo. A medida que vaya avanzando la historia es obvio que se va a poner más interesante, más cómico, más drámatico y obviamente más romántico ;) jeje.

Espero sus opiniones!

Chau, besos.

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Re: Hagamos este camino juntos [Inuyasha x Kagome]

Antes de ir con el capítulo 2 quería agradecerles a biky, eve* y setsuna_san por sus post. Muchas gracias! Espero que sigan leyendo este fic.

Por cierto, una aclaración:
Diálogos: - blabla -
Pensamientos: - blabla -

Bueno, y ahora con el capítulo...

Disclamier: los personjes de Inuyasha son propiedad de Rumiko Takahashi.

Hagamos este camino juntos​

Capítulo 2: primer día en la Preparatoria Shikon - Parte I​

En un amplio patio había una masa de adolescentes escuchando a una mujer de edad avanzada hablar. Apartada de esa masa, había una muchacha - que no aparentaba tener más de quince años - apoyada sobre el tronco de un árbol.​

- Con que esa es la rectora de esta preparatoria... Kaede - pensó Kagome mientras se pasaba una mano por su largo cabello negro azabache.​

El uniforme femenino que la chica tendría que usar durante los tres años en esa"maravillosa" preparatoria consistía en: una pollera verde oscuro, y una camisa con una corbata roja. En los pies traía unos mocasines marrones.​

Kagome largó un suspiró y dirigió su vista al suelo. La joven no se encontraba de muy buen humor, y claro, era comprensible. Hasta el día anterior estuvo creyendo que comenzaría su vida de preparatoria en una escuela junto con su mejor amiga desde la infancia y de repente le dicen que iría a otra. ¿Quién estaría de buen humor con una noticia como aquella?​

- Yo. Higurashi, Kagome debo ser el único ser en este mundo que debe odiar estar en esta preparatoria tan prestigiosa. Y también, yo, Hugurashi, Kagome debo ser el único ser en el mundo en tener una madre tan injusta - pensaba Kagome con el ceño totalmente fruncido y apretando sus puños con ira.​

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Del costado contrario al que se encontraba la muchacha malhumorada, había un joven de larga cabellera plateada, una mirada dorada salvaje que estaba vestido en el unforme de aquella "espectacular" preparatoria. ​

El uniforme masculino consitía en: un pantalón gris oscuro y una camisa blanca con una corbata roja. En los pies llevaba mocasines marrones.​

- Keh, ¿esa vieja es la rectora del Shikon? Haré que me expulse en esta maldita semana... - tramaba Inuyasha con los brazos cruzados y apoyado sobre el tronco de un árbol.​

Cuando el chico desvió la mirada de la masa de jóvenes se encontró frente a él a una muchacha que parecía estar muy concentrada mirando el suelo. Él hizo lo mismo, pero no encontró nada muy interesante. Entonces se la quedó observando a ella​

- ¿Qué le pasará a esa? - se preguntaba mientras parpadeaba una y otra vez.​

Kagome sintió un escalofrío recorrerle por la espalda. Se sentía observada y cuando levantó la vista del suelo se encontró con unos ojos dorados mirándole directamente a los suyos.​

La joven, de lo malhumorada que estaba, se incorporó, se cruzó de brazos y frunciendo el ceño exclamó:​

- ¡Qué miras, mirón! - y con eso dicho con una voz de presumida decidió entrar al establecimiento sim importarle que el discurso de comienzo del ciclo lectivo aún continuara.​

- ¿Me llamó mirón? - preguntó Inuyasha al aire con un rostro incrédulo - ¿Quién se cree esa niñita? - el joven la siguió.​

Ya dentro del establecimiento - el cual estaba iluminado por la luz del sol que entraba por dos grandes ventanales - Inuyasha tomó bruscamente del hombro a la chica que lo había llamado mirón.​

- Se puede saber cúal es tu problema - preguntó él acercándose peligrosamente al rostro de Kagome.​

- ¡No te acerques tanto! - exclamó ella con una voz aguda y empujándolo - ¿Quieres saber cuál es mi problema? - cuestionó ella desafiente.​

- ¡Sí!​

- ¡Tú, mirón!​

- ¡Qué no soy mirón!​

- ¿Y por qué me estabas mirando allá afuera de una manera tan poco disimulada? - preguntó Kagome burlonamente y apoyando las manos en sus caderas.​

- ¡Qué te importa! - contestó Inuyasha cruzándose de brazos y mirando para otro lado ofendido.​

- ¡Lo ves, eres un mirón! - lo señaló la muchacha.​

- ¡Cállate!​

- Se podrían callar los dos - habló la voz una mujer con suma calma. Era Kaede. Lo peculiar de ella era que tenía un parche en uno de sus ojos - Ustedes deben ser de primer año ya que no conozco sus caras - la señora se acercó a ellos e iba moviendo sus ojos de rostro a rostro - Sus nombres.​

- Qué te importa - respondió Inuyasha con una voz aspera.​

- Higurashi, Kagome - contestó ella haciendo puchero y con un volumen que de milagro lo esuchó la rectora.​

- Srta. Higurashi y Sr. Que te importa, quiero que se pidan perdón por haberse estado gritando.​

- ¡Qué! - exclmaron los dos al unísono.​

- Lo que escucharon - los jóvenes no reaccionaban - Vamos, no tengo todo el tiempo y ellos tampoco - detrás de la vieja se encontraba todo el alumnado mirándoles con intriga.​

- Keh - fue lo único que salió de la boca de Inuyasha.​

- Oye... - murmuró Kagome todavía haciendo puchero y con una expresión irritada - Mejor lo hacemos así dejamos de ser el centro de atención.​

- Keh. De acuerdo, pero que quede claro que nada más es por eso - contestó Inuyasha.​

Los dos adolescentes se estrecharon las manos y se pidieron disculpas.​

- Muy bien. Así me gusta - sonrió Kaede - Ahora vayan a sus respectivas aulas. Quizás, si tienen suerte, les haya tocado en diferentes.​

- Eso espero - comentaron Inuyasha y Kagome que áun seguían tomados de la mano.​

Cuando se dieron cuenta de ello, dirigieron sus ojos a las manos unidas, luego se miraron con desconfianza e inmediatamente se soltaron.​

- Keh, niñita gruñona - masculló Inuyasha mientras se limpiaba su mano "infectada".​

- Idiota. Espero que no nos toque en la misma aula - dijo Kagome dándole la espalda y siguiendo a un grupo de chicos que parecían ser de primer año al igual que ella.​

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La fortuna no les sonrió a Inuyasha y a Kagome. Los dos serían compañeros de curso, y encima sus asientos se encontraban uno al lado del otro.​

- Ni se te ocurra hablarme - murmuró Kagome con veneno en su voz.​

- Ni tenía intención de hacerlo - contestó Inuyasha mirándole con rencor de reojo.​

Así es como comenzó el día en la prestigiosa Preparatoria Shikon. Pero aún no terminaba.​

Continuará...​

Segundo capítulo terminado! Qué les pareció? Espero que les haya gustado. Díganme que opinan, sean sinceros ¬¬.​

Bueno, nos estamos leyendo en el próximo capítulo. ​

Dejen sus posts, sí?​

Chau, besos.​

 

Re: Hagamos este camino juntos [Inuyasha x Kagome]

Muchas gracias setsuna_san por tu post! ^^
Bueno, ahora vayamos al tercer cap, sí?

Disclaimer: los personajes de Inuyasha son propiedad de Rumiko Takahashi.

Hagamos este camino juntos
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Capítulo 3: primer día en la Preparatoria Shikon - Parte II

La campana que anunciaba el final de un primer día escolar sonó. Los alumnos de primer año A se levantaron disparados directamente para la puerta.

Inuyasha se había quedado dormido durante toda la clase de matemática sobre su asiento. Se encontraba tan profundamente dormido que hasta soñaba.

- Mmm... sí, quiero más ramen, más ramen - sonreía embobadamente el muchacho mientras un hilo de baba le caía por la boca.

- Qué desagradable - pensó Kagome mientras guardaba tranquilamente sus útiles en la mochila - ¿Lo despierto o no? Mmm... seguro que si lo hago se enojará y de seguro me gritará. En fin... que se despierte solo - concluyó , pero desafortunadamente, al colgarse la mochila de un hombro golpeó la cabeza del plateado.

- ¡Ahh! ¡Eso dolió! - gritó Inuyasha tocándose la cabeza - ¿Quién? ¡Ah, tenías que ser tú!

- O-oye, no lo hice apróposito. Te lo juro - decía Kagome moviendo una mano de un lado a otro.

Inuyasha se siguió pasando la mano por la cabeza un buen rato mientras veía a la muchacha frente a él con el ceño fruncido. Luego, suspiró.

- Keh, de todos modos me tenia que despertar en algún momento - el chico tomó su mochila y miró a Kagome a los ojos.

- ¿Qué te pasa? ¿Por qué me miras así?

- A decir verdad, para ser tan gruñona eres muy linda. Pero lo de gruñona te saca feminidad - comentó Inuyasha y luego se dirigió a la puerta del aula.

Kagome se quedó parada mirando por la ventana que tenía frente a ella. Papadeó unas cuantas veces de lo soprendida que quedó luego de oír el comentario que hizo el joven de cabellera plateada, que gracias a que pasaron la lista en la primera clase, supo que se llamaba Inuyasha.

- ¿Linda? ¿Le parezco linda? - la chica de cabello negro se llevó una mano a una de sus sonrojadas mejillas mientras una sonrisa se le dibujaba en el rostro. Sin embargo, esa sonrisa le desapareció - ¡Me dijo que por lo de gruñona era menos femenina! ¡Inuyasha, te odiooo! - gritó con ira.
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- ¿Esta será mi habitación? - se preguntaba Inuyasha mientras veía el níumero de habitación que tenía anotado en un papel y el número que estaba colgado sobre la puerta de madera que había frente a él.

- Con que tú serás mi compañero - esuchó el de ojos dorados a una voz decir.

Cuando éste se giró se encontró con un joven de cabello castaño, con un pequeño mechón colgándole de la nuca. Tenía los ojos de un color violeta oscuro.

- Mi nombre es Matsumoto, Miroku. Un placer - dijo el chico alegremente y acercó su mano a Inuyasha como esperando a que se la estrechara.

- Sí, hola. Nishino, Inuyasha - los jóvenes estrecharon sus manos.

Cuando el dúo entró en la habitación se sorprendieron al ver el amplio tamaño que tenía.
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Kagome ya estaba dentro de su cuarto asignado y se encontraba sacando las cosas de la valija.

- Mmm... veamos. Supongo que un placard es para mi compñaera de cuarto - un ruido interrumpió sus pensamientos. Era el ruido de una puerta que se abría.

- Hola... - dijo una muchacha entrando lentamente al lugar - Supongo que eres mi compañera, ¿no? - la joven de cabello castaño sonrió.

- Así es - confirmó la otra también sonriendo - Higurashi, Kagome, un placer.

- Nagara, Sango. El placer es mío - dijo haciendo una pequeña reverencia - Vaya... es una habitación muy grande. Yo me imaginaba algo más chiquito.

- Y bueno, con la cuota que hay que pagar yo creo que está bien. Es más, pediría que nos hicieran un baño en suite. - comentó Kagome con malhumor.

- Veo que no estás muy feliz de estar en Shikon.

- ¿Te parece? - preguntó Kagome burlonamente.

Sango desvió la mirada y se encogió de hombros.

- Perdón, yo no...

- No, perdóname a mí. Tú no tienes la culpa. ¡La culpa la tiene mi mamá! ¡Cómo no me consulto antes! - exclamaba Kagome con furia mientras estrujaba una prenda que tenía entre sus manos.

- Tranquila, yo creo que deberías ver la forma de pasarlo lo mejor posible acá adentro. Además, piensa que hay un montón de chicos que darían todo por estar acá - dijo Sango subiendo su valija a la cama.

- Le cambiría el lugar a cualquiera.

- Pero no puedes - Sango se acercó a Kagome - Dale, cambia esa cara y vayamos a pasear por el edificio... o sino vayamos al patiecito que hay en planta baja. Además, así podremos ver chicos - le guiñó el ojo como con complicidad.

Kagome, que tenía un rostro melancólico, trató de que una sonrisa le apareciera en los labios.

- De acuerdo... trataré de cambiar mi humor.
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- O sea que no nos es permitido entrar al dificio de las mujeres, ¿no? - cuestionó Miroku.

- ¿No es algo muy obvio eso? - preguntó Inuyasha alzandolé una ceja a su compañero mientras caminaban por un patio.

- Sí, tienes razón - suspiró el castaño mirando al suelo decepcionado - ¿Algún día existirá una escuela o universidad pupila donde los chicos y chicas puedan dormir todos juntos? - preguntaba Miroku al cielo.

- Estás mal, eh - comentó Inuyasha mientras se metía las manos en los bolsillos - Alégrate que acá puedes ver a todoas las chicas que quieras. Este patio es el único lugar, aparte del colegio, en donde puedes estar con chi... ¡Ey, dónde estás!

- ¡Kyaa! - gritó una muchacha de cabello castaño atado a una colita - ¡Qué te pasa, hentai! - se escuchó un fuerte cachetazo.

- Es que tú no entiendes... se veía tan tentador tu trasero.

- ¡Eres un enfermo! - gritaba la misma chica.

- Tranquila, Sango - trataba Kagome de hacerla entrar en razón a su fúrica amiga.

- Eso, tranquila Sanguito - decía Miroku mientras se refregaba su mejilla que ardía.

- ¿Qué pasa acá? - preguntó Inuyasha entrando en escena.

- Claro, tú eres amigo de este pervertido - lo señaló Kagome al plateado como incrimínándolo.

- ¿Yo? ¿Amigo de él? ¡Recién lo conozco! ¡Además no entiendo que tendría de malo, ya que él la tocó a tu amiga!

- Sí, supongo que tienes razón - habló Kagome apenada.

Repentianemnte, Kagome sintió una mano debajo de su pollera.

- ¡Kyaa! - gritó dándose vuelta para ver al culpable que no podía ser otro más que Miroku - ¡No entiendes que está mal hacer eso! - exclamó Kagome moviendo sus manos como haciendo énfasis en lo que decía.

- Es que son tan tentadores - explicaba Miroku mientras que con su mano hacía de cuenta que apretujaba algo, pero en realidad lo único que tocaba era el aire.

-¡Hentai! - gritaron Sango y Kagome al unísono.

- Mis tímpanos - se quejaba Inuyasha tapándose los oídos.

Continuará...

Sango y Miroku aparecieron. Cómo no iba a aparecer está pareja tan divertida?? Sobre todo por Miroku y sus costumbres pervertidasxD .

Espero que hayan disfrutado el capítulo y creeanme que se vienen más persoajes, más situaciones divertidas y el romance se acerca!! ;)

Dejen sus post, por fis!

Chau, besos.


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Re: Hagamos este camino juntos [Inuyasha x Kagome]

Muchas gracias biky y setsuna_san por sus post. Y biky, yo espero que Miroku llegué a fin de año, jeje. Voy a hacer todo lo posible para que no lo echen... jeje.

Ahora, con el capítulo 4...

Disclaimer: los personajes de Inuyasha son propiedad de Rumiko Takahashi.

Hagamos este camino juntos
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Capítulo 4: amistad

La primer semana de clases pasó en un abrir y cerrar de ojos. El esperado fin de semanas había llegado. Durante esos dos días los chicos tenían permitido salir de los albergues estudiantiles e ir a pasar un buen rato por la gran ciudad de Tokyo.

Pero antes, la semana de los protagonistas fue así:

Para fortuna de Kagome, Sango también estaba en su mimsa clase. Eso lo notó el segundo día de clases. La castaña se sentaba dos asientos adelante de ella.

También Inuyasha tenía suerte de tener a su compañero de cuarto en la misma aula. Sin emabrgo, Sango no estaba muy contenta ya que le había tocado estar sentada al lado de él y unas cuantas veces, en medio de las clases tuvo que utilizar su mano como defensa de los toques atrevidos por parte del muchacho de ojos violetas.

- Pero Sanguito, tú no entiendes que tienes unas pompis geniales - era la típica frase de Miroku.

- ¡Hentai! - era la típica respuesta de Sango - Y no me llames Sanguito - terminaba de decir con veneno en la boca.

Kagome e Inuyasha trataban de no soltar las carcajadas que querían. Pero algunas veces se les escapaban, sin embargo, cuando sus miradas se cruzaban, sus semblantes relajados se ponían tensos y se contemplaban con desconfianza.

- Humph - era lo que sus bocas cerradas pronunciaban. Cada uno miraba para un lado diferente y los brazos los cruzaban, como si estuvieran ofendidos.

Así es como transcurrió la primer semana de clases.

Pero volviendo al fin de semana, el plan que tenían Kagome y Sango era salir de compras con la plata que les habían enviado sus padres.

- ¡Yuhuu, nos vamos! - gritaba Kagome mientras salia del albergue junto a su amiga.

- Así es. Tendremos que tomarnos un ómnibus para ir hasta Harujuku - decía Sango con su voz calma mientras sacaba las monedas.

- ¡Soy tan feliz ya que me voy de este lugar de porquería! - cantaba Kagome muy exltada y feliz.

- Ay, Kagome, piensa que nada más te irás por unas horas... - la hizo volver a la tierra la castaña.

- Sango... eres mala - murmuró Kagome mirándola con el ceño fruncido.

- ¡Qué feliz, me iré de aquí! - cantaba una voz masculina. De repente, la persona que estaba cantando se frenó y miró a las dos muchachas que tenía en frente - No... no me digan que ustedes también salen - las señaló Inuyasha con desprecio.

- Así es. ¿Algún problema? - preguntó la de cabellos negros desafiantemente.

- Keh, mientras no vayamos al mismo lugar.

- Calma Inuyasha, dudo que estas hermosas chicas vayan justo a Harujuku - apoyó las manos Miroku en los hombros de su amigo.

- ¡Qué! - gritaron Kagome y Sango al unísono - ¡Ustedes van allá también!

- ¡Qué grandiosa coincidencia! - Miroku alababa a todos los dioses de todas las religiones.

- Yo solo tengo esta mala suerte - musitó con ira Inuyasha mientras comenzaba a caminar, no sin antes darle una ojeada a Kagome que hubiera hecho temblar a muchos.

- Baka - respondió ella.
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- ¿Qué opinas de este conjunto? - preguntó Sango mientras le mostraba un hermosos conjunto de ropa interior rosado con puntillas.

- Yo creo que es-

- Te quedará hermoso, Sanguito - habló Miroku juntando sus manos con emoción.

- Se puede saber porque nos están siguiendo - preguntó Kagome mientras una gotita le caía por la frente.

- Yo no te estoy siguiendo. Yo lo acompaño a Miroku - respondió Inuyasha secamente.

- Y yo las acompaño a ustedes - contestó el otro con un rostro inocente.

Las chicas respiraron profundo para evitar un baño de sangre en aquel negocio.
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Luego de que el cuarteto se comprara algo de ropa, decicdieron ir a tomar algo.

Se sentaron en una mesa que daba al aire libre, en un peuqño barcito.

- Ah... que bello día, ¿no? - preguntó Miroku mientars tomaba una cola bien fría.

- La verdad que sí - respondió Sango mientras miraba entusiamada el contenido de las bolsas con su nueva ropa.

- Oye, Inuyasha, ¿por qué esa cara? - preguntó el castaño al ver el rostro de malhumorado que tenía su compañero.

- Keh, por nada.

- Es que esa es la única cara que tiene - contestó Kagome burlonamente.

- Cállate.

- Tú no me callas.

Inuyasha se levantó de su asiento y se retiró del lugar.

- Ay, Kagome, creo que te pasate - murmuró Sango.

- Es verdad... yo creo que debía estar mal por lo de la preparatoria.

- ¿Eh? ¿Lo de la preparatoria? ¿De qué hablas? - comenzó a cuestionar Kagome.

- Lo que sucede es que Inuyasha está mal desde el primer día que llegó a Shikon. Él no quería entrar en esa preparatoria. Es raro.. cualquier chico normal quiere ir allá...

- ¿ A Inuyasha no le gusta estar en Shikon? - Sango miró inmediatamente a Kagome.

-Inuyasha... - fue lo úncio que salió de los labios de la muchacha de ojos azulinos - Chicos.. sigan sin mí - dijo Kagome firmemente y se retiró del lugar.

- ¿Seguir qué? - preguntó Sango al aire.

- Con lo nuetsro - el castaño trató de besarla.

- ¡Hentai! - se escuchó un fuerte golpe.
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Kagome iba corriendo hasta que llegó a una fuente donde Inuyasha se encontraba sentado, cabisbaja.

- Inu... Inuyasha - habló Kagome con suavidad.

Increíblemente él la escuchó.

- Ah.. eres tú.

- Perdón - dijo Kagome inclinándose y cerrando fuertemente los ojos.

- ¡Eh! Oye, ¿te encuentras bien? - preguntó Inuyasha incrédulo.

- Sí. Te pido perdón ya que yo fui la que comenzó con todas nuestras peleas. Tú esa vez en el patio sólo me miraste, nada más... yo...

- No, yo también tengo la culpa por haber reaccionado de esa manera.. lo que pasa es que...

- ¡Odio estar en la Preparatoria Shikon! - dijeron los dos a la misma vez.

Hubo un momento de silencio. Una suave brisa sopló y los cabellos oscuros y claros de Kagome e Inuyasha bilaron en el aire.

- Vaya...

- Parece que estamos iguales - terminó de decir el plateado.

- Entonces... empcemos de vuelta - Kagome extendió su mano.

- Sí- sonrió Inuyasha.

- ¿Sabes?

- ¿Qué?

- Te ves más lindo cuando sonríes - comentó Kagome brindándole una dulce sonrisa.

- Tú también - pensó él.

- ¿Volvemos con los chicos?

- Vayamos antes que el idiota de Miroku le haga algo a la pobre de Sango.

- Yo creo que harían buena pareja - comentó Kagome riéndose.

- ¿Te parece? - preguntó Inuyasha alzando una ceja - ¿Y yo? ¿Con quién haría buena pareja?

- ¡Eh! - Kagome se sonrojó - No... no sé - se ennogió de hombros.

- ¿Qué te pasa?

- Nada... vayamos rápido con los chicos - la chica de cabellos negros salió disparada.

Por alguna extraña razón, a Inuyasha, Kagome le pareció muy atractiva, tanto que por unos momentos pensó que le gustaba...

- No... ella nunca.


Continuará...

Perdón por la tardanza, pero acá está.. va, en realidad ya terminó, el capítulo 4. Espero que no los haya aburrido.

Nos vemos en el próximo capítulo, me tengo que ir a estudiar para la facultad!!

Chau, besos.​

 

Re: Hagamos este camino juntos [Inuyasha x Kagome]

Muchísimas gracias a setsuna_san, a eve*, hikeru, aNgeluz, biky, kagome-jen. Qué bueno que disfruten del fic!
Perdón por la tardanza, pero en fin.. vayamos a la historia.

Disclaimer: los personajes de Inuyasha son propiedad de Rumiko Takahashi.

Hagamos este camino juntos
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Capítulo 5: aceptando sentimientos

Había pasado una semana desde que Kagome e Inuyasha habían tratado de poner sus diferencias a un lado. Sin embargo, de vez en cundo alguna peleita tenían. Pero lo importante era que habían podido comenzar una amistad, al igual que habían comenado una amistad con Miroku y con Sango.

- ¡Ahh! ¡No entiendo para nada este problema de matemática! - se tiraba del cabello Inuyasha- ¡Kagome, ayúdame!

- ¿Te piensas que yo entiendo algo? - cuestionó Kagome alzando una ceja mientras miraba su cuaderno con extrañas formulas en él.

- ¡Vengan, Sanguito nos ayudará! - informó Miroku levantando una mano desde su asiento.

Cuando el plateado y la de cabello negro se pusieron de pie, ya toda el aula se encotraba al rededor de la podre de Sango.

- ¡Miroku... TE VOY A MATAR! - girtó la otra totalemnte roja de la furia mientras alrededor de ella tenía a un montón de ignorantes que le hacían las preguntas más estúpdas desde su punto de vista.

Afortunadamente, se escuhcó el hermosos sonido del timbre que indicaba un descanso.

- ¡Yuhu, iré a comprarme algo para comer! - exclamó Inuyasha felizmente mientras tiraba su cuadero al aire.

- Oye, espe´rame que yo también- - el plateado no la dejó terminar de hablar a Kagome ya que ya había desaparecido del aula - baka - murmuró,
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Inuyasha silbaba desprocupadamente con las manos en los bolsillos del pantalón mientras pensaba que se compraría.

- Algún chocolate... sí, un chocolate, definitivamente - el muchacho pensaba.

Repentinamente, observó que en el kiosco había dos chicas que parecían más grande que él. Inuyasha se quedó observando a una de cabello largo y negro (como el de Kagome), ojos de un color azul grisáceo que trasmitían una mirada algo fría. Tenía un cuerpo esbelto. Sin duda era hermosa.

- Qué linda chica, se parece a Kagome - pensó Inuyasha embobado - ¡Qué dije! ¿Igual a Kagome? ¡No, no... ella no me gusta! - giraba su cabeza de un lado a otro.

- Nos vemos Kikyo - saludó la otra chica retirándose del lugar.

- Chau... - contestó la tal Kikyo.

Inuyasha tragó saliva y se acercó hasta donde estaba la muchacha.

- Este... permiso - pidió Inuyasha para poder comparar algo.

Kikyo alzó su mirada y se quedó contemplando los dorados ojos del chico que tenía en frente de ella. Parecía ser de primer año, pero era muy, muy atractivo.

- Tú debes ser de primer año. Nunca te vi por acá.

- Este.. sí, soy de primer año - contestó Inuyasha lo más seriamente posible y tratando de disimular lo bervioso que estaba.

- Vaya... - Kikyo se acercó peligrosamente al rostro de Inuyasha - Parece que ahora los pequeños vienen muy lindos - apoyó su fría mano en la ardiente mejilla del joven.

El corazón de Inuyasha estaba a punto de explotar y más cuando el cuerpo de Kikyo se junto con el de él.

- ¡Inuyasha! - se escuchó una voz - ¡Arriba te dije que me espera- - nuevamente Kagome se quedó sin habla. Pero esta vez no porque Inuyasha la dejara hablando sola, sino por la imagen que tenía frente aella.

Por alguna extraña razón, le molestó el panorama que veía a través de sus ojos azules.

- Tranquila Kagome... lo que estás viendo no te tiene que molestar... es decir, Inuyasha es un totno que nada más lo puedes ver como un amigo... - se auto convencía la de cabello negro mientras dibujaba una falsa sonrisa en sus labios.

- Bueno... tu amiguita te vino a buscar... nos vemos en otra ocasión - le guiñó el ojo Kikyo.

Inuyasha dirigió su vista al trasero tapado por la corta pollerita verde. La chica se movía de una forma tan atrayaente.

- Ejem...

- ¡Ah, Kagome! - tembló Inuyasha.

- ¿Vamos a comprar? - preguntó Kagome tranquilamente y aún con la sonrisa falsa.

- Por supuesto... aunque creo que a mi ya se me fue el hambre - murmuró Inuyasha todavía sintiendo el cuerpo de la de ojos azules grisáceos sobre el de él.

- ¿Te gustó esa chica?

- ¿Qué?

- Me escuhaste.

- Es muy linda... además esa si es una mujer. Debe estar en tercer año.

- ¿A qué te refieres con "esa sí es una mujer"? - cuestionó Kagome lo más tranuiilamente posible mientras le daba la plata al kiosquero.

- Bueno... no sé... que es linda.

- Claro.. y en tu curso no hay chicas lindas.

- Oye, yo no quise decir eso. Para empezar ella se parece a...

- ¿A quién? - Kagome seguía sonriendo falsamente, como si estuviera desprocupada mientras abría su barra de chocolate.

- A nadie - Inuyasha se sonrojó y también decidó abrir su golosina.

El dúo decidó volver al aula. Pero volvió en un silencio absoluto.

- Con que esa chica le hace recordar a alguien... eso quiere decir que a Inuyasha le gusta una chica parecida a esa tipita - razonaba Kagome - ¿Por qué estoy así? ¡ Sí a mí no me gusta Inuyasha!

El rostro de Kagome tenía dibujado un semblante triste. Ella pensó que no le gustaba el idiota de cabello plateado, pero luego de verlo tan cerca de una chica tan atractiva y luego de enterase que esa chica tan atractiva se parecía a otra, Kagome se dio cuenta que tenía dos rivales. Sin duda a Kagome le gustaba Inuyasha.

Continuará...

Apareció Kikyo! Y sí, algún triángulo amoroso tenía que haber, jeje.

Todavía quedan más personajes por aparecer. Pero todo a su tiempo.

Espero sus post que me hcen muy feliz!!

Nos leemos en el próximo capítulo.

Chau, besos.

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