Seth (M), Habitación Mundanos La gente comenzó a llegar, mientras yo seguía mirando fijamente a la puerta, salude con mi mano cada vez que escuchaba la voz de alguien más. Suspiré, parecía que no haríamos mucho por ahora. Estiré mis brazos haciendo que mis huesos crujieran levemente, mientras movía mi cuello de lado a lado, ya me sentía más despierto. Escuché las ideas de Max, en ese momento giré todo mi cuerpo, para ver a: Amalia, Max, Skylar y Catherine, despiertos, les sonreí. —Hola, Catherine...—respondí era la última en llegar así que parecía ser la menos informada.—No demasiado, sólo que estamos decidiendo aún que hacer con la puerta.—dije señalando con mi cabeza hacia atrás refiriéndome a la puerta.—Apoyo a Max, quizás en los establos encontremos algo...—toque mi barbilla.—Aunque preguntarle a la Decana podría ahorrarnos un viaje innecesario...—en ese momento un sonido abrumador recorrió todo mi estómago, suspiré, ya tenía hambre, mi estómago sentía la necesidad de comer.—Aún así, eso no quita que debamos ir a ducharnos y comer, creo que primero deberíamos ocuparnos de comer y estar despiertos, para luego despertar del todo.—dije con una sonrisa dirigiéndome a los presentes.—La puerta no se irá.—alcé levemente mis brazos, mientras esperaba la respuesta de alguno de ellos antes de marcharme.
Amalia (M) Habitación Escoria Al principio tan solo éramos dos los curiosos que madrugaron gracias al tema de la puerta misteriosa. En menos de cinco minutos, ya éramos cinco mundanos reunidos frente a ella, todos con la misma duda rondando en nuestras cabezas. Max propuso diferentes ideas para explorar, y yo fui asintiendo con la cabeza convencida con cada una de ellas, deseando comenzar con la nueva actividad del día. Al menos algo que se salía de lo habitual al fin, ¿no era genial? "Aún así, eso no quita que debamos ir a ducharnos y comer, creo que primero deberíamos ocuparnos de comer y estar despiertos, para luego despertar del todo. La puerta no se irá" —Por mucho que me pese, Seth tiene razón... —inflé mis mejillas, quizás resignándome a la ilusión que tenía hasta hacía un par de segundos. Tendría que dejarlo para después, no había otra. Estiré mis brazos con cierta pereza y bostecé tratando de espabilarme del todo. Una vez hecho esto, caminé hasta colocarme al lado del chico que dirigió la última palabra; sonreí. —Yo también voy a ir al comedor con Seth, quien se quiera apuntar que hable ahora o calle para siempre —y con una suave risita, di media vuelta sobre mis talones y me coloqué detrás del chico, empujándole con delicadeza hacia la salida. ¿Se notaba que tenía hambre? ¡La comida más importante del día no podía esperar más! Aunque bueno... tampoco era ningún misterio saber lo que tocaba hoy para desayunar.
Habitaciones Mundanos Tras el tranquilo paseo, del cual no me quise distraer yendo a otro lugar, alcancé las habitaciones con bastante rapidez. Nada más entrar a las correspondientes a los mundanos me encontré con la puerta. ¿Cómo es que no habíamos visto aquello antes? Bueno, mi excusa era que siempre andaba cabizbaja en un intento de no cruzar la mirada con nadie pero... los demás debían estar mirando a su alrededor al andar ¿no? En fin, lo importante es que lo habíamos encontrado y había captado nuestra atención completamente. Dejé la palanca enfrente de la puerta y me senté sobre una de las camas, perdiendo la mirada en una esquina de la habitación. En mi mente se dibujaron miles de posibilidades de lo que podría ocultar aquella entrada; lo libros de fantasía que había leído ayudaron mucho en aquella tarea. Sin embargo, no podría corroborar ninguna de mis teorías si los demás no llegaban para abrirla. Solo esperaba acabar en aquel día, pues no pensaba que a Scarsbury le hiciera gracia que estuviéramos demasiado tiempo ocupados con ese misterio.
Habitaciones Mundanos Luego de ver como Jesse se marchaba, me quedé unos minutos allí en el cuarto piso. Respiré hondo, miré hacia el techo y sonreí un poco, de cierta forma, en el fondo de algún lugar me alegraba saber que lo había podido lograr. Estuve allí unos minutos, pero rápidamente la incómoda humedad recorría mi cuerpo. Decidí descender los escalones hasta el sótano, en dónde estaba la habitación de los mundanos. Estaba un poco fuera de mí, así que no sentí cansancio. Entré y rápidamente me fijé en la palanca en el suelo frente a la puerta. —Alguien la debió haber conseguido...—sonreí ahora agradecido y olvidé que debía cambiarme. Me acerqué a la pequeña puerta metálica que no podíamos abrir e intente encontrar alguna ranura, pero necesitaba ayuda. Alguien debía estar allí, bueno, las palancas no aparecen solas, además, no me atrevía a entrar a la habitación de las chicas.—Hola, ¿Hay alguien que me ayude?—pregunté, sintiéndome un poco tonto, porque quizás, podría estar hablando sólo, pero aún así, ya deseaba descifrar éste misterio de la puerta misteriosa.
Habitación Mundanos En cuanto entro en la Academia, dirijo mis pasos por las escaleras, descendiendo hacia la habitación. La calma se siente en el ambiente, no se escucha apenas nada, como si todo el mundo estuviera en otra parte. En cambio, en cuanto entro en la habitación, consigo distinguir la figura de Seth, con la palanca al lado de la puerta y pidiendo ayuda al aire. —¡Seth! Ya he acabado con la limpieza de Nix, vengo a ayudar. Antes me han comentado que Cathy había encontrado una palanca, ya veo que la tienes. Supongo que la chica andará en su habitación, en sus cosas. ¿Estás visible, Cathy? —Elevo mi voz junto con la de Seth para llamar a la chica, pero por el momento no se escucha nada. A falta de contestación, me acerco a coger la palanca del suelo. Está muy fría, y es más pesada de lo que parece a simple vista. Pero entre uno cuantos supongo que lograremos hacer funcionar esto. —¿Has estado buscando algún sitio para encajar la palanca? — le comento a Seth al momento que dejo la palanca en el suelo, una vez inspeccionada, y que me dedico a recorrer la puerta con los dedos en busca de algún punto de apoyo. Si queremos conseguir abrirla, me da a mí que tendremos que pillar un punto muy específico de la puerta para hacerla ceder.
Habitación Mundanos Después de despertarme del golpe que me dio blanks me levante muy a dolorido por el golpe, y como pude me fui de ay. No antes de mirar al blanks que relincho feliz antes de meterme a la academia. Inmediatamente me dirigí a las escaleras con la intención de ir a las habitaciones ay al entra notó a dos me mis compañeros. Eso me recordada nunca me presente o viceversa, pero que mas da casi nuca hablada con los demás y nadie se dio cuenta de mi presencia hasta hora. Sólo di un suspiro inaudible y me acosté a mi cama mientras esperada lo que tenía que pasar. -me sigue doliendo el golpe de blanks, apuesto que esa palanca era muy útil para abrir "la puerta de alicie" ¿verdad?- me dije a mi mismo. -sólo esperó que no salga un monstruo mágico de ay- dije mirando a mis compañeros.
Habitación Mundanos En poco menos de unos minutos, escuché unas voces masculinas haciendo aparición en la otra habitación. Me sorprendí un poco al escuchar que me llamaban, sabiendo que me encontraba en el lugar. Me levanté y tras conseguir centrar mi mente en el mundo real, salí de la habitación de las chicas, encontrándome, efectivamente, con tres compañeros más. Dos se encontraban centrados en la palanca y la puerta mientras que el tercero se hallaba en la cama. No parecía muy interesado en la puerta lo cual me resultó, cuanto menos, curioso. Si había algo que sabía sobre los seres humanos es que eramos extremadamente curiosos, por mucho que uno lo niegue. ¡Si ni siquiera es algo malo! Sea como fuese, me acerqué tímidamente al par y miré desde una distancia prudencial lo que hacían. — Ho-hola — saludé en voz baja, levantando un poco la mano antes de llevarla a la espalda junto la otra.
Al terminar el baño de la bola de pelos bicolor me dirigí a mi respectiva área de descanso, al descender por la escalera me coloque mi playera y amarre a mi cintura la chamarra para poder andar un poco más fresco, la verdad no sabía quienes de mis compañeros estaban en los dormitorios pero lo único que hice fue llegar a mi cama, tomar esa almohada suave y rociar un poco de aromatizante de fresa que teníamos guardado para poder descansar. Mis hombros me dolían y mi estómago rugia de hambre, justo ahora estaba pensando seriamente en haberle quitado la mitad de la manzana a Zarathos, luego la idea de su herradura en mi cara pasaba por mi mente y en ese instante se desvanecía aquella intención. Sin embargo un ajetreo afuera de la habitación se hacia sonar y escuchaba algunas voces, me levante de la cama tallando un poco mis ojos y note a mis hermanos mundanos frente a una extraña puerta, simplemente me acerque totalmente ignorante de quienes fueran, pues con ese sueño que tenía no sabía si era Seth o Max o la mismísima pequeña Amalia, era tanto mi cansancio que no reconocería a las personas hasta escuchar su voz para poder identificarlas.
Dirigía mis pasos hacia las habitaciones, buscando a algún conocido, cuando llegué, había un jaleo formándose a cierta distancia. Cuando observé bien eran Max y Seth, aparentemente estaban llamando a un chica que respondía al nombre de Cathy. Tenian una palanca en la mano, al momento me acerqué y les doy un susto. ¡BOH! - grité, para luego llorar a carcajadas. Hola muchachos, ¿Como estan? - pregunté.
Habitación Mundanos Tal y como pensé de camino hacia las habitaciones, llegaba tarde. Recorrí las instalaciones como alma que lleva el diablo y casi cayéndome un par de veces por las escaleras, pero al fin había llegado a la estancia sana y salva. Sin embargo en el momento en el que abrí empujando con el pomo de la puerta más tranquila, los colores se me subieron a las mejillas una vez más al ver que todos los mundanos se giraron a verme en cuanto aparecí. Todos parecían rodear la puerta, y Max y Seth ya se encontraban con la vara junto a ellos. Suspiré más aliviada; había llegado justo a tiempo. —Etto... ¡l-lo siento! Me entretuve tanto en los establos que se me pasó el tiempo... Pero da igual, ¡a por la puerta! —al volver la vista hacia la misteriosa barrera que nos impedía descubrir lo que contenía, mi rostro avergonzado pasó a uno más animado en cuestión de segundos. Caminé junto al resto y me senté en la cama de enfrente con un saltito, botando en el colchón impaciente por ver lo que estaba por pasar.
Los mundanos tenían la palanca. ¿Seria suficiente para abrir la puerta en esa Academia? Opciones: -Intentar abrir la puerta (1 persona) -Intentar abrir la puerta (2 personas) -Intentar abrir la puerta (3 personas) -Alejarse. Contenido oculto ¡OJO! Solo tienen una palanca. La puerta debe estar, al igual que toda la academia, chapada con instrumentos consagrados, haciendo difícil que la puerta se abra. Mas personas significan mas fuerza, pero también mas presión a la palanca. Si la palanca se rompe, la misión fracasa. Una vez que se escoge una opcion, la misma no se puede escoger de nuevo. Piensen bien.
Observaba como ellos intentaban abrir una puerta, no obstante, me fijé que la palanca al ser muy vieja podía romperse. Intenten hacerlo entre dos personas - sugerí, mientras caminé hacia un lado y me senté al lado de Amalia. ¿Crees que logren abrirla? - le pregunté de manera amable. Contenido oculto @LuKe @EN Auditore @Liza White
Habitación Mundanos "Intenten hacerlo entre dos personas" Mis saltitos fueron disminuyendo en altura a medida que escuchaba a acada uno de los presentes dar su opinión, y fue entonces cuando aquel chico que estuvo inconsciente varios días tras el ataque del oso dio su punto de vista. Le miré sentarse junto a mí y le dejé sitio, sentándome de una mejor manera. —Opino lo mismo que Retnuh, chicos... Si una persona trata de abrir la puerta, estoy segurísima de que no hará mucho más que un pequeño rasguño al rebestimiento de la puerta. Con tres nos arriesgamos a partir la vara, y eso significa no averiguar lo que hay detrás del misterio de la puerta... Así que sí, dos personas estarían bien —inmediatamente llamé la atención de Max y Seth, que ya se encontraban con la vara preparados para lo que hiciese falta—. ¿Podríais probar a ver qué tal, porfa? Entonces Retnuh me miró, preguntándome con un tono simpático en su voz si creía que lo conseguirían. Le sonreí quizás con un deje de timidez, pero sin dejar atrás la ilusión que sentía respecto al tema. —Yo confío en que sí, ambos saben lo que hacen. Verás como dentro de nada averiguaremos qué se esconde ahí atrás —respondí animada, volviendo a enfocar la mirada en la escena ante mí.
Al ver el gesto de Amalia a mi pregunta comprendí que se sentía un poco intimidada, de hecho, recuerdo haberla visto entrenando con otra integrante cuando llegué a la academia, y a ella le costaba adaptarse a este mundo tan violento. Gracias. Por cierto, es un placer. Me llamo Retnuh - le dije, mientras observaba su cabello liso y rosado. ¿Has podido socializar con todos desde tu llegada? - le pregunté, aunque con un poco de timidez, no quería ser incomodo.
Habitaciones Mundanos Mientras discurrimos sobre la puerta, van apareciendo con escaso lapso de tiempo Will, Amalia y Retnuh. Incluso Cathy, desde la habitación de las chicas, aparece al oír nuestra llamada. Entre tanto, con mucho disimulo, el extraño chico que he visto en el desayuno se desliza a las habitaciones, viéndole por el rabillo de ojo. supongo que llamarle en voz alta le pondría más nervioso incluso que cuando os cruzamos los dos. Conversamos un momento entre todos, y Retnuh y Amalia coinciden en que, estando Seth y yo con la palanca, podríamos intentar abrirla. —Me parece bien, ¿Nos ponemos a ello, Seth? —le echo una mirada para confirmar que estamos los dos listos para abrir la puerta, y entre todos enfrentarnos a lo que pueda haber dentro. En verdad me sudan un poco las manos, después de todos los asuntos relacionados con la Academia, esto puede ser una sorpresa increíble o la peor de nuestras pesadillas. Pero estamos todos decididos, vamos a abrir la puerta cueste lo que cueste. Mientras no nos carguemos la palanca, eso sí. —Chicos, preparaos por lo que pueda pasar —lo digo en voz alta, para que el chico de la cama pueda oírme pero no se sienta incómodo al referirme a él directamente. Una manera sutil de aviso. Agarro la palanca y se la extiendo a Seth —Haz los honores del punto de apoyo.
Sonreí ligeramente, aún cuando estoy mojado y un leve sudor más de nerviosismo que de cansancio aparece en mi frente. Todos parecían que estaban llegando al fin, me sentía feliz, por fin podríamos intentarlo, terminaríamos con el misterio que esconde aquella puerta. "Haz los honores del punto de apoyo...", me dijo Max. Extendí aún más la sonrisa, tomé la palanca y le dije.—Estaba esperando hace horas por éste momento, claro que será un honor.—casi con un tono cómico. Me acerqué a la puerta, todos estabamos expectantes. Pasé mis dedos por las pequeñas ranuras de alrededor, palpando la leve división de centímetros que dividían la puerta de la pared. Suspiré, no sabía dónde colocarla. Me toque la barbilla, volví a sentir la ranura y en algún punto estaba un poco más ancha que alrededor. Sonreí y los miré a todos. Volví a girarme para colocar la palanca en el lugar, luego.—Ya Max, ven.—dije mientras colocaba la palanca en el lugar correpondido, respiré lo más hondo que pude, mientras en mi mente aparecían las esperanzas de que todo saldría bien... Intentariamos abrir la puerta entre 2 personas. Contenido oculto @Graecus @LuKe
Seth y Max trataron de abrir la puerta. El primer jalón fue suave, tratando de medir la resistencia de la puerta. Al no observar ningún cambio, aplicaron mas fuerza. Cuando las manos empezaban a picar, se rompió el primer sello de la puerta. Esto motivó a ambos chicos a aplicar mas fuerza, ignorando el dolor. Luego de que se rompiera el segundo sello, la palanca comenzaba a doblarse un poco. Era ahora o nunca. Temiendo que todo saliera irreversiblemente mal, se aplicó toda la fuerza que se tenía, aún cuando sentían que sus dedos gritaban del dolor. Dos cosas se rompieron cuando los chicos fueron impulsados hacia la pared. Una de esas era la palanca, doblada por el esfuerzo. La otra era la ultima chapa que habia pegado a la puerta. Ahora la puerta estaba abierta de par en par, aunque algo de polvo se había levantado. Opciones: -Acercarse -Cerrar la puerta
El esfuero... había valido la pena. Me levanté del suelo tan rápido como pude, logramos romper los sellos, aún cuando la palanca se había partido. Mis ojos se iluminaron y una extraña sensación de curiosidad con temor se mezcló en mi estómago. "¿Qué debía hacer?", me preguntaba en mi cabeza. Quizás, en el interior algo oscuro aguardase o al contrario, algo que nos llevará ventaja. Respiré hondo, todos parecían que estaban igual que yo, un poco pasmados por la situación... Yo... tenía miedo, pero aún así, trague saliva, dejé de pensar por un momento y decidí acecarme a la puerta que ahora estaba abierta, para ser descrifrada.
Apenas Seth llegó a el limite de la puerta, un nauseabundo olor lo hizo retroceder unos pasos, esperando hasta que el polvo volvió a bajar. El lugar era completamente asqueroso, lleno de retretes usados muchos años antes y puertas en el suelo, quizas la de los cubiculos. También parecía haber un lugar para las duchas, y al igual que todo en ese lugar, estaba asqueroso y en mal estado. No parecía que nada funcionara como debía allí, pero lo hecho hecho estaba: los mundanos habían descubierto un antiguo baño. Opciones: -Cerrar la puerta -Tratar de limpiar
Habitaciones Mundanos Yo me levante de mi cama y me puse a examinar el interior, un baño con duchas muy sucias pero nada que una buena limpiada no pueda solucionar. -bien más suciedad, pero que más da no tengo nada que hacer ¿y si lo limpiamos esto? Tal vez lo podemos usar e incluso pueda a ver algo ay- dije un poco desinteresado y con voz baja como siempre. No suelo hablar con ellos pero hoy fue una excepción, y no quería decir que les ida hablar ni mucho menos que fueran mis amigos. -todos siempre me abandonan o terminaron heridos por mi culpa- dije en vos alta sin darme cuenta de eso. Contenido oculto @Graecus
