Habitación de dimensiones suficientes como para albergar a todos los estudiantes necesarios. Pueden ser de dos, tres y cuatro camas, ubicadas en literas blancas al igual que la pared de la habitación. En la pared de enfrente se encuentran los armarios correspondientes para cada jugador, y sus maletas se encuentran frente a la puerta correspondiente. Esta habitación pertenece a Aaron , Andromeda y Akane
Akane Yuzuki Era obvio que la que más emocionada estaba de los dos era yo, solo había que verme adelantarme un poco a los pasos de Aaron, tratando de ubicar de entre las cientos de puertas la nuestra. Había dejado un poco de lado el hecho de que en verdad no le agradase nada al chico que me acompañaba, y la extraña simpatía que me causaba no fuese mútua, pues entendía que no debía pedirle demasiado. Aaron parecía ser así de brusco con todo el mundo, y era probable que yo fuese de las pocas personas que invadiesen tanto su espacio personal en tan poco tiempo. Me sentía un poco culpable en ese sentido. Pero, ¿qué sería de la vida sin sus retos? Tendríamos que convivir juntos de ahora en adelante nos gustase o no, así que procuraría no ser tan insistente y dejarle tranquilo. Tenía la suficiente paciencia y convicción como para no desanimarme tan rápido. Fui la primera en abrir la blanca puerta que nos recibía en nuestra habitación, la cual se activó al hacer contacto con nuestro Neuro Linker. Asombrada, observé la enorme e impoluta habitación, tan blanca como el resto del edificio. Comprobé que, en efecto, todas mis pertenencias habían sido llevadas hasta aquí intactas, por lo que pude suspirar tranquila. Como un resorte fui hacia la cama de sábanas rojas, y me tiré con suavidad boca abajo, con los brazos extendidos a ambos lado. Lo mejor de allí sin duda era la cama. —Qué mullidita... ¡Me encanta! —exclamé, a pesar de tener la cara pegada al colchón y una sonrisa boba en los labios. No me molestaría hibernar ahí dentro todo el tiempo que hiciese falta.
Aaron Yume "¡Oh! Así que tú eres Aaron... ¡Al fin averigüé tu nombre!" —Sí, mi nombre es Aaron... —fue lo único que pude decir ante tan genuina emoción que yo, claramente, no entendía. El nombre de una persona era simplemente eso, y tan siquiera yo nunca me había emocionado por saber o no el nombre de alguien y si lo llegaba a descubrir, solo se convertía en un simple dato que tendría que guardar pero, de cierta forma, causaba en una parte de mí, una muy pequeña clase de... ¿gusto? Que alguien mostrara esa incomprensibe emoción. Comenzamos nuestro camino hacia la habitación en un extraño silencio por parte de ella, pero no me quejaba en lo absoluto por eso, aunque poco a poco pude notar cómo la emoción volvía a ella y ya me había adelantado y así, ser la primera en abrir la puerta de nuestra habitación. Y una vez que me adentré a la habitación mis ojos se posaron sobre la cama que tenía sábanas negras, hasta que de pronto, noté cómo Akane se acostaba sobre la cama de sábanas rojas, aquella que justo estaba debajo de aquella que había llamado mi atención. —Esto debe ser alguna clase de broma —murmuré con una leve risa, no entendía cómo todo podría resultar en esas "pequeñas coincidencias" —. Así que... estan "mulliditas", bien, supongo que eso es bueno, ¿verdad? Tomé mi maleta de pertenencias y la abrí para comenzar a ordenar mis cosas —Yo las probaré luego, pero la cama negra es mía, así que, de nuevo... somos compañeros de algo, es algo curioso.
Akane Yuzuki Di una pequeña vueltecita hasta quedar bocarriba sobre la cama, y me erguí hasta quedar sentada de piernas cruzadas sobre mi cama, observando con curiosidad a Aaron sacar y colocar sus pertenencias. Me di cuenta entonces gracias al espejo de la habitación que me había despeinado al rodar en la cama, y disimulé con rapidez el reordenármelo antes de que fuese visible, con una sonrisilla nerviosa. "Yo las probaré luego, pero la cama negra es mía, así que, de nuevo... somos compañeros de algo, es algo curioso." Seguí con la mirada la litera de arriba, recordando que justo la negra iba encima de la mía. Curioso, esa era la palabra. Pero por alguna razón, sentía que el destino estaba haciendo de las suyas de nuevo. Como si me estuviese dando una nueva oportunidad. ¿Para qué? Ni yo lo sé. Pero me sentía emocionada por todo esto, aunque tan solo lo acabase de conocer. ...y aunque la emoción no era recíproca, claro. —...Aaron, ¿crees en el destino? —inquirí de un momento a otro, mirándole con fijeza desde mi lugar. Varios segundos después, sin poder aguantarlo más, reí. Su expresión era todo un poema—. Es broma, es broma. Solo se me hace divertido que de alguna u otra forma, yo ya supiese desde el tren que debía conocer de antemano a mi compi de habitación... y de litera. Espero que no te muevas mucho por la noche, eh. Me daba algo de pereza aún tener que sacar mi maleta y colocar las cosas, así que permanecí un rato en silencio, con la mirada puesta en su maleta mientras la vaciaba. Recordé entonces que yo había venido aquí a cambiarme de ropa, y que había quedado en diez minutos con Devon, y agaché la mirada con un pequeño suspiro, no demasiado animada con la idea. Jugueteando con mis dedos índices, y sin alzar la mirada, se me escapó. —Oye... ¿puedo pedirte consejo sobre algo?
Aaron Yume Mi ropa ya estaba completamente colgada y ahora lo que estaba haciendo era acomodar mis zapatos en la esquina del armario, así tan siquiera tenía todo en el mismo lugar y era más fácil de ordenar si es que llegaba a terminar como un desastre total cuando no llegara el día en que me diera pereza ser ordenado, que, si lo pensaba bien sería dificil al tener compañía en la habitación. Iba a tener que acostumbrarme rápido para evitar "malos momentos". "...Aaron, ¿crees en el destino?" Mis cuerpo se congeló casi al instante, y giré en mi lugar de forma lenta hasta que pude visualizarla con un gesto de sorpresa y genuina confusión, ¿a qué demonios venía esa pregunta tan de repente? —¿De qué demo...? Mi ceño se frunció al instante en que volvió a hablar, una broma, claro que era una broma... bufé y si hubiera tenido algo suave que lanzarle, lo hubiera hecho sin tener ni un gramo de duda para desquitarme un poco por lo sucedido. —No se la razón por la cual el destino me esté jugando esta clase de situaciones, y tampoco se la razón por la cual tu te sientes tan segura de todo, como si supieses que esto fuera lo mejor, como si supieses que todo está encaminado y eso, es algo molesto. "Por que el único perdido e incómodo con este "destino", soy yo." >> Pero confio en que me adaptaré. "Oye... ¿puedo pedirte consejo sobre algo?" ¿Uhm? Poco a poco me fui acercando a su cama hasta que mis manos pudieron apoyarse en la base de mi parte de la litera y así, poderme inclinar un poco para, entre otras cosas, invadir su espacio tal y como ella lo había hecho (aunque quizás lo mio era algo más invasivo) —¿Quieres un consejo de mí parte? Vaya... pero bueno, adelante, dime en qué tienes problemas.
Akane Yuzuki Dejé de juguetear con mis dedos en cuanto sentí que Aaron dejaba de hablar para acercarse. Entre curiosa y confusa le seguí con la mirada, hasta que prácticamente me acorraló contra mi cama, inclinándose hacia mí en un intento de, supuse, vengarse invadiendo mi espacio personal. Por instinto me eché un poco hacia atrás, pero rápidamente caí en la cuenta de que aquello ya era personal, y no podía perder ante sus obvias intenciones. Así, dado que yo no tenía ningún problema en que invadiesen mi espacio a diferencia de él, le encaré con una sonrisa de lado, inclinándome también hacia delante con los brazos cruzados, alzando una de mis cejas. Pero lo cierto era que el ligero ardor en mis mejillas rebelaba que en cierta medida, la situación sí que me producía algo de vergüenza. "¿Quieres un consejo de mí parte? Vaya... pero bueno, adelante, dime en qué tienes problemas." —Es solo que... Uhm. ¿Qué harías si alguien te dice de "salir" pero tú no tienes muchas ganas porque es solo entre dos y no es lo mismo? —llevé una mano a mi cabello jugando con los mechones, dubitativa—. Me sabría mal decir que no... P-pero... ¡Ah! —y me tiré hacia atrás contra el colchón, con ambas manos en mi rostro, ocultando mi evidente nerviosismo. Murmuré—. ¿Por qué los chicos son tan extraños?
Aaron Yume Un pequeño sentimiento de victoria invadió mi cuerpo cuando noté que había retrocedido un poco ante mi acercamiento pero, lamentablemente ese gusto me duró bastante poco puesto que, antes de lo pensado, Akane se recompuso de la posible vergüenza que hubiera causado mi acto y antes de que me diera cuenta, ella había hecho exactamente lo mismo que yo: inclinarse hacie el frente parar romper aún más las distancias. Gruñí por lo bajo con cierta frustración y me impulsé hacia atrás para escuchar sus quejas con atención, luego vería cómo devolverle ese golpe de nuevo. —¿Nosotros extraños? —pregunté fingiendo indignación, tomando asiento en la orilla de su cama con mis brazos cruzados, la situación era bastante simple a mis ojos, solo que ella estaba haciendo un mundo por algo que no valía la pena —. Dile que no, ¿por qué habría de saberte mal? ¿Morirá si le dices que no? ¿Le arruinarás su vida si le dices que no? —suspiré, negando con mi cabeza, tan simple que era eso. >> De igual forma, como no pareces la indicada para decir esa sensilla palabra, lleva a otra persona que esté entre ambos, esa pobre alma en desgracia tendrá que ser tu escudo, pero así, serán un "lindo par de tres".
Akane Yuzuki Mientras Aaron tomaba asiento en mi cama y hablaba, abrí algunos huecos entre mis dedos para observarle disimuladamente, aún con ambas manos en el rostro. Lentamente fui apartándolas, justo en el momento en que acabó de hablar, y se hizo el silencio. Pero antes de esperar otra clase de respuesta ante tan brusco consejo, permanecí tumbada como estaba, observando el techo de la litera... y se me escapó la risa que había estado conteniendo. Me erguí para poder quedar sentada a su lado, y le miré sin poder borrar la expresión divertida de mi rostro. De alguna forma u otra, la pequeña inseguridad había acabado siendo suplantada por la agradable sensación que te producía soltar una breve carcajada. Sí, estaba equivocada. Si todos eran iguales que Aaron, no es que fuesen extraños. Más bien eran simples, y yo sí que estaba complicándolo todo más de lo necesario. Al final acabaría acudiendo más a menudo a pedirle consejo solo por respuestas como estas. —Gracias. No te aseguro que siga al pie de la letra tu consejo, pero al menos me sacaste una risa —sacudí con suavidad mis jeans y me levanté de la cama, dispuesta a comenzar a ordenar el que sería mi armario durante toda mi estancia en el complejo. Miré la hora en mi reloj, viendo que aún quedaba un buen rato para la misteriosa reunión con el director. Me acuclillé en el suelo mientras abría la cremallera de la maleta, que miedo me daba abrir porque estaba a rebosar (capaz reventaba y todo), y comencé a sacar el calzado lo primero, para evitar manchar el resto del equipaje. Mientras tanto, añadí—. Me da curiosidad conocer al tercer miembro, ¿tú sabes quién es, por casualidad? He hablado con varios en el tren, pero no recuerdo ningún Esera... "Solo espero que ese tal Esera tenga la suficiente paciencia como para soportar las batallas campales que se avecinan en esta habitación".
Esera Santos Ingresó a la habitación con la música de su teléfono móvil encendido. Se había perdido por los pasillos solo por haber ido al baño mientras explicaban algo que escapaba a su entender y cuando quiso darse cuenta... estaba solo. Por esa razón, con la zamba siguiéndole de cerca, caminó hasta hartarse. Ingresó en otras habitaciones donde lo habían echado, incluso recibió un calcetín en la cara. Cuando entró lo hizo con cuidado, con una mano tapando su rostro para no recibir nada sin esperarlo. Como nadie le había arrojado con nada, se relajó y sonrió. De inmediato reconoció a la pelirroja, pero no recordaba el nombre... aunque ahora que lo pensaba no recordaba tampoco preguntarle. También el otro muchacho, el que le había hablado a través de una máquina. ¡Genial! ¡Podría comunicarse! -¡Hola! -gritó emocionado, con su marcado acento. Apagó la música y saludó con una mano. Fue a la cama de sábana naranja y se sentó con la maleta. Comenzó a sacar la ropa y a doblarla para ocupar un armario. Contenido oculto Perdón, no tenía internet! Y de extra les dejo la canción de Esera xD
Aaron Yume —Si no planeas seguir mi consejo... ¿por qué molestarse en preguntar? —solté una risa incrédula, ¿qué tenía de malo seguir su consejo al pie de la letra? ¡Nadie resultaría herido! Bueno, quizás solo el ego de aquel chico por el rechazo de Akane pero eso no era realmente importante a considerar, luego podría inflarselo nuevamente y nada pasaría. —¿Le estás preguntando al chico más social del autobus si conoce a un tal "Esera"? —posé mi mirada sobre ella, con la intención de que escuchara lo absurdo que sonaba que me preguntara esa clase de cosas. No había hablado con nadie más que ella en el tren y de hecho, ni siquiera había preguntado su nombre, ella se lo había dicho. —Sigue mi otro consejo, quien quiera que entre por esa puerta... "¡Hola!" >>... será Esera. Y allí lo tenían, el tercer miembro de su habitación y era nada más y nada menos que el extranjero con el cual había hablado antes de entrar al tren, aquel extranjero que se veía con la misma energía que la pelirroja y con el que tendrían problemas de comunicación si no seguía su aviso, el cual... dudaba mucho que hubiera seguido. Me levanté de la cama de Akane y caminé hacia uno de los cajones donde había guardado sus cosas, sacando de este un cable de color negro de aproximadamente un metro, había borrado aquel traductor así que, sin muchas ganas había vuelto a buscar otro, solo que esta vez un poco mejor ya que no sería para él. —Bien Akane, nada de lo que suceda en esta habitación saldrá de aquí, ¿de acuerdo? —conectó uno de los extremos del cable a su neuro-linker y luego se acercó a Esera, no le preguntaría si quería o no hacer la conexión directa pero sería la forma más rápida de pasarle aquel archivo —Estoy completamente seguro que para ti esta clase de conexiones significan algo, y quizás para los demás también pero, para mí es un método mucho más efectivo para pasar cosas, así que, ni una palabra. En teoria, las conexiones directas con otro neuro linker eran consideradas "íntimas" pero a mi parecer era el método más rápido y efectivo de pasar cosas o mantener una conversación segura sobre cosas importantes, no significaba nada especial pero sabía que en el mundo era algo totalmente distinto, ya lo había visto en su anterior escuela cuando necesitaba alguna transferencia rápida y se conectaba con alguno de mis acompañantes, la gente de alrededor simplemente enloquecía. Cuando estuve lo suficientemente cerca conecté el otro extremo al neurolinker de Esera y con un movimiento simple de mano, vi como aquel archivo desaparecía de mi visión y viajaba por todo el cable hasta llegar al de él, si no me equivocaba, el traductor ya debería de estar instalandose así que, tendría que probarlo...en teoría, debería poder entendernos y nosotros a él. —Hola Esera, te acabo de instalar un... traductor, como te dije antes en la estación es bueno que utilices la tecnología para romper esa clase de barreras, en fin, no se como le llamen a eso —señalé su cuello —, pero aquí es un "neuro-linker" una clase de computador que se conecta a tu cerebro y a la red en sí, muy útil. Volví a acercarme a él y desconecté los cables, ya no había necesidad de eso —Trata de no quitartelo cuando estés con nosotros para que así podamos entenderte, ya de por sí es una clase de martirio entenderla a ella como para batallar con... ¿portugues?, sí, creo que no estoy mal. De igual forma, bienvenido, yo me voy. Sin más, arrojé el cable enrollado a la cama, di media vuelta y me marché de la habitación. Contenido oculto rapuma holi uvu Como verás utilicé de excusa la "barrera del idioma" para justificar la razón por la cual Esera no sabía que era a lo que Aaron se refirió la primera vez que se vieron (? El neuro linker lo tienen todos sin excepción porque si no, no habría forma de que jugaran el juego y demás, es como un collar en el cuello que se puede poner y quitar a tu gusto cx Y como plus, aaron le instaló un traductor para que el pobre no batalle (? Mi urraca es buena gente (????
Andromeda Desjardins Después de aquellos extraños sucesos en aquel "Mundo acelerado" solo podía pensar en descansar y tomar una buena siesta. Había llegado a la habitación antes que nadie, por lo cual estaba vacía, también podía recordar que la primera vez que había llegado a esa habitación también estaba vacía pero al parecer antes habían llegado otras personas, era extraño, llegaba tarde y no hay persona alguna, ahora llegaba antes que nadie y por lo cual, tampoco había nadie. Era algo deprimente a decir verdad pero no había nada que hacer. Cayo a su cama exhausta, no por esfuerzo físico, nunca se lograba cansarse físicamente con juegos y esta vez no era la excepción, pero la realidad era distinta con su mente, pues tantas emociones jugando aquel juego la dejaba sin ganas de hacer nada. Brain Burst, estallido cerebral-Tout à fait littéral à mon goût-hablo en francés refiriéndose a que aquel nombre le quedaba de bastante bien, al menos agradecía que tampoco era demasiado literal, no sabría lo que le pasaría si de verdad su cerebro llegara a hacer "Boom" y estaba segura que no lo quería averiguar, ni ahora ni en un millón de años. Viendo que no llegaba nadie aun, simplemente se cambio de ropa a un pijama de color blanco y verde, luego se arropo un poco solamente pues quería esta vez al menos conocer a sus compañeros de cuarto antes de acostarse y lo iba a hacer aun si pasaban miles de horas y no aparecían. Como la chica terca que era, una vez tomado un objetivo, lo iba a lograr aun si eso significa sacrificar unas cuantas horas de sueño.
Akane Yuzuki Abrí la puerta de mi habitación con los hombros caídos y el cuerpo pesaroso. Estaba agotada tanto física como mentalmente, aquel primer día había sido un no parar y ahora que llegaba la noche, necesitaba lanzarme sobre cualquier colchón y descansar todo lo que necesitaba. Los párpados me pesaban pero luché por mantenerlos abiertos si no quería chocarme contra las literas. Además, aún necesitaba ponerme el pijama y en estas condiciones, tocar el colchón sería un O.K. Tan agotada estaba que al dirigirme a mi cama y sentarme sobre ella noté al cabo de unos segundos que alguien me miraba desde la cama de enfrente, haciendome brincar de la impresión. Alguien que definitivamente no era ni Aaron ni Esera. Parpadeé, volviendo en mí, y ladeé la cabeza con curiosidad. ¿Sería aquella la última integrante de la habitación? —Esto... ¿Hola? —saludé, aún algo desconcertada. No recordaba haberme fijado en ella, aunque lo cierto es que no me extrañaba. Éramos muchos alumnos al fin y al cabo—. Soy Akane, supongo que seremos compañeras de habitación. Encantada de conocerte. Le dirigí una sonrisa afable, y me dispuse a rebuscar en mi armario uno de mis pijamas. Mientras tomaba todo lo necesario para cambiarme en el baño (por si alguno de los chicos entraba repentinamente), no pude evitar sacarle algún tema de conversación. —¿Te encuentra bien? Ya sabes, después de... lo que sea que fuera eso.
Aaron Yume Sus pasos se dirigieron con quietud y tranquilidad a su habitación, solo le quedaba eso. Había visto que Akane se retiró mucho antes que él de aquella sala y por la hora que era, solo podía estar en la habitación por lo tanto, aquella paz solo le duraría en el trayecto a la habitación C. Suspiró en el instante que abrió la puerta y notó que había una muy nueva inquilina a sus ojos, la repasó de arriba a abajo para tratar de recordar si la había visto pero no, ¿lo sorprendía? En lo absoluto, no había sido especialmente social en el tren y el director acababa de revelar que ya había estudiantes allí así que, en alguna de las dos categorias debía caer, luego miró a Akane, las dos se parecían demasiado. —¿Me voy un segundo y te multiplicas? Dame un respiro —se dirigió a tomar sus respectivas ropas de pijama y no tardó demasiado tiempo dentro del baño cuando salió con su pans negro y camisa blanca holgada. Subió por las escaperas de su litera —Aaron, estoy cansado. Por favor no se multipliquen en lo que queda de la noche, no habrá más literas en donde colocarlas después.
Akane Yuzuki Tras regresar del baño lista con mi pijama morado, me tumbé en mi respectiva cama con un largo suspiro. Si no fuera por la charla con Andromeda ya habría caído en los brazos de morfeo, pero me alegraba ver que la habitación C cada vez cobraba más vida. Con la mirada en el techo, recordé a cierta personita que debería estar ya ahí arriba, y en efecto, no tardó mucho en aparecer en la habitación. Observé a Aaron con una sonrisa inspeccionar a la nueva inquilina, con su típico rostro hosco (lo que hizo que soltase una pequeña risa), y le seguí con la mirada hasta que acabó por subir a su litera, luego de cambiarse. No dudé en asomarme subiendo las escaleras hasta la litera superior, sujeta a los peldaños, probablemente con la intención de molestarle un poquito o bien poder acercarme algo a él. Admitía que me daba mucha curiosidad, ¿la razón? No tenía la menor idea. ¡Pero era divertido! —Oh vamos, sabes que soy única e irrepetible, Aaron —bromeé, picándole con mi dedo en su mejilla aprovechando que estaba tumbado del lado contrario—. Pero si ocurriese, solo la original tiene el derecho de molestarte, así que... ¿A que me dejarás tu cama si las copias tienen que ocupar la mía? —y sonreí inocentemente, poniéndole ojitos de cachorrito.
Andromeda Desjardins Miro como había llegado una chica a la habitación-Salut-conteste a su saludo en francés-Un guto Agane, mi nombre es Andromeda-Se presento a si misma, con un claro acento francés, había practicado el idioma antes de venir pero no podía hablar del todo bien todavía pero al menos era algo, podía hablar medianamente bien con las personas por lo que no era inútil. -Hum...Si, fue tenebrogso pero interesagte, me pregunto, ¿Cuantos puntos nos habrían dado deggotaglo?-aveces la chica se le olvidaba lo que era el llamado "Sentido común", en los juegos al menos siempre se le olvidaba, pero no podía evitar pensar en ello, los que participaron en el torneo ya seguro que tenían puntos pero ella misma no pudo entrar, pues su cuerpo aun era algo inestable y le costaba acostumbrarse a un cuerpo liquido. Mas tarde llego un chico que a su parecer no era muy conversador, o al menos no como su otra compañera-Un guto Aagon, mi nombre es Andromeda-sonrió y también soltó una pequeña risa por su broma, pues la verdad es que la otra chica y ella se parecían un poco, quizás no en rasgos pero en el color de pelo y ojos si que guardaban cierto parecido-Parece que ustedes dos se llevan muy bien-hablo mientras se acomodaba en su cama-Ne fais rien pendant que je dors-murmuro y seguidamente cerro los ojos intentando dormir, quería estar al 100% mañana para ver si podía ganar unos puntos peleando contra otras personas.
Aaron Yume No pudo evitar soltar una pequeña risa al escuchar esa declaración —¿Única e irrepetible? No creo que el mundo haya recibido ese memo, Akane—A fin de cuentas, estaba viendo alguien de color y ojos similares justo frente a él, aunque tenía que darle el voto de que parecía alguien mil veces más tranquila que ese pequeño tornado que había picado su mejilla, y con ese detalle tan solo giró un poco su cabeza para fingir que iba a morder su dedo —. ¿La pequeña ya planea dormir conmigo en mi cama con solo un día de conocerme? Debo ser realmente encantador a tus ojos, el destino, ¿no? Atrapó la nariz de la contraria con una mano y se inclinó hacia el frente para ver a su nueva compañera, dandose cuenta que de nuevo, tenían una inquilina con una cierta barrera de idioma pero no tanto como Esera lo tenía, ella tan solo tenía su acento marcado. —¿Llevarnos bien? No, no, no...—Al tiempo que lo decía movió un poco su mano de lado a lado para obligar a Akane a mover la cabeza también al tener prisionara su nariz, luego la dejó ir —, es ella quien quiere estar pegada a mí es como...oh, es como un pequeño pollito que sigue a quien quiera que este enfrente de ella. Sí, la descripción encaja perfectamente, eres un pollito.
Akane Yuzuki Subida en la escalera, en el limbo entre litera y litera, escuché a Andromeda continuar la conversación y le dirigí una mirada significativa, animándola a hablar sin ningún apuro. Y yo iba a añadir algo al respecto cuando Aaron pilló mi nariz en el proceso, haciendo que girase el rostro siguiendo su mano, mientras inflaba las mejillas en el proceso. "¿La pequeña ya planea dormir conmigo en mi cama con solo un día de conocerme? Debo ser realmente encantador a tus ojos, el destino, ¿no?". —Creo que me has entendido mal: yo me quedaré con tu cama, y tú dormirás en el suelo. ¡Así las Akacopias no podrán molestarte! O quizás sí, eso ya no me incumbe —y le saqué la lengua, burlona, dándole una pequeña tregua al menos, por el momento. Bajé hasta dar un saltito una vez toqué el suelo, y giré hacia Andromeda para desearle buenas noches, hasta que empezó a hablar en francés entre frase y frase. Curiosa, encendí mi traductor del Neuro Link disimuladamente, recostándome en mi cama, hasta que una última frase hizo que mis mejillas ardiesen con fuerza, por suerte lejos de la mirada inquisitiva de Aaron. "No hagan nada mientras duermo" ¿H-H-Hacer... qué? ¡A-Andromeda había malinterpretado las cosas demasiado! Me giré hacia la pared, para evitar que nadie me viese el rostro en aquel momento (el cual hacía juego con mi cabello ciertamente), y respiré hondo para calmar la vergüenza que me había supuesto escuchar aquellas palabras. Por favor, ¿yo fijándome en Aaron? ¡Ni de broma! Era un tipo hosco, malhumorado, y no dejaba que nadie se le acercase. Duh. Entonces... ¿Por qué me parecía interesante siquiera conocerle? Era extraño. —Pollito, ¿eh? —pensé acurrucándome bajo las sábanas, mientras una pequeña sonrisa inconsciente se dibujaba en mis labios, antes de cerrar los ojos. Por alguna razón, sentí cierta calidez al escuchar el mote viniendo de él, aunque fuese una mera burla más. No... no sonaba mal, después de todo.
Aaron Yume Al final solo había puesto los ojos en blanco al escuchar la contestación de Akane antes de dejarse caer nuevamente sobre su cama para dormir, sorprendentemente bien. Claro, hasta que voces molestas seguidos de ruidos de golpes terminaron perturbando su paz. Gruñó, colocando la almohada sobre su cabeza tratando de seguir en esa paz que le entregaba su sueño hasta que finalmente se levantó de su cama para escuchar con un poco más de atención la conversación que parecían estar teniendo de forma tan alta. ¿Esos eran los estudiantes que ya estaban allí de antes? ¿Y esa sería su forma de darles una bienvenida? Poco a poco fue bajando de su litera para poder dirigirse al baño para lavarse el rostro y los dientes para tan siquiera, no parecer un muerto andante por haber sido despertado de esa forma y solo se quedara con el caracteristico mal humor, aunque este muy muy justificado. —...Copias, despierten, tenemos que ir a desayunar o...algo así.—Bostezó, encendiendo las luces del cuarto y abriendo las puerta para salir de allí de forma lenta. Ni siquiera se molestó en cambiarse el pans o colocarse alguna clase de zapatos para cubrir sus pies, estaba más que acostumbrando por el deporte que amaba a ir descalzo por la vida y claro, "no debía perder tiempo". Contenido oculto post raro, sorry (???
Akane Yuzuki —Cinco minutos más... Los golpes y los gritos solo habían conseguido esa respuesta en mí. Un leve murmullo, una vuelta hacia el costado contrario y de nuevo intenté dormir. Hacía falta mucho más para sacarme de allí, mi madre podía dar fe de ello. Pero claro, Aaron dio sin saberlo con la solución para que evitase que me quedase allí toda la mañana: encender la luz del cuarto. A pesar de que mi primer instinto fue taparme los ojos con la almohada, me resultaba incómodo pasar así demasiado tiempo. ¡Y me daba muchisima pereza tener que levantarme! Así, lentamente aparté la almohada de mi rostro, y con los ojos aún entrecerrados y el ceño fruncido lancé la almohada hacia la puerta, justo cuando Aaron la había cerrado. —Estúpido Aaron... —farfullé, de mal humor. De por sí tenía un mal despertar, suerte que el muchacho había salido antes o Andromeda se despertaría, si no lo había hecho ya, con otro par de gritos más. Me levanté poco a poco, dejando los brazos caer sin fuerza, y me dirigí hacia la cama de la chica para mover con suavidad su hombro al ver que aún no se levantaba—. Arriba Andromeda, han dicho algo de que nos vamos a quedar sin desayuno, parece grave. Y así me dirigí a por mi ropa, cambiándome allí aún con la mirada adormilada, bostezando de vez en cuando. Era demasiado temprano, no podía ser yo así... ...Necesitaba una buena taza de café ahora mismo.
