Héroe En las calles de la ciudad, la gente vive feliz, segura, animada. Es el siglo veintidós y la tecnología facilita enormemente la vida de las personas; la misma tecnología ha logrado restaurar el equilibrio del planeta; los humanos ya no son destructores, al contrario, ahora son creadores de vida en planetas a través del cosmos. Sin embargo, no todo es dicha, todavía existen los problemas. En una calle concurrida, se lleva a cabo un juicio. El veredicto traerá la vida o la muerte al hombre afectado, mientras tanto el dolor lo desgarra por dentro al tratarse de su primera vez. La gente en los alrededores clama por ayuda, impotentes al no poder hacer otra cosa que observar el sufrimiento ajeno. Mientras los gritos de dolor se desvanecen también lo hace la esperanza. Repentinamente el sonido de una sirena atrae la atención de todos hacia el cielo; la esperanza regresa, al mismo tiempo que una motocicleta levitatória se hace visible. Mostrando que un héroe acude al llamado de auxilio para salvar el día. El dentista ha llegado. A pesar de todos los avances tecnológicos, estas operaciones deben realizarse de forma manual y precisa, igual que la escuela antigua. Extraer las muelas del juicio son la causa numero uno de muertes y son pocos los que logran terminar el riguroso entrenamiento para realizar esta profesión, arcaica, si, pero todavía necesaria. El héroe da inicio a la operación, al tratarse del primer juicio del paciente lo somete con cuerdas de plastiacero para evitar espasmos de dolor. Utiliza las herramientas que trae consigo en su vehículo y empieza por crear un campo magnético dirigido al área afectada. En este mundo de avanzada tecnología, cada persona posee nanobots en su torrente sanguíneo, los cuales ayudan a prevenir enfermedades y mejoran la vida de cada persona. Sin embargo, durante un juicio se transforman en verdugos, intentando reparar la pieza dental dañada sin éxito alguno e intensificando el dolor a niveles agonizantes. El procedimiento aligera el dolor, permitiéndole trabajar. Sin perder tiempo introduce sus herramientas en la boca del paciente para desgarrar, desencajar, forzar la salida de la muela del juicio. Muy pronto la sangre comienza a fluir de la herida generada. Varios espectadores sienten nauseas y vomitan por ver sangre real fuera de las películas de clase Z+. El héroe termina su labor con éxito, guarda la muela en un recipiente de contención especial y elimina el campo magnético para que los nanobots puedan cumplir su trabajo. Todos aplauden al ver al paciente de pie sano y salvo. Así termina todo, el héroe se retira vigilante de otra posible emergencia; regresa a la base central, entrega las muelas para depositarlas en la bodega de almacenamiento, donde serán estudiadas para descubrir el motivo de su resistencia a los nanobots. Mientras se acuesta para descansar, nuestro héroe repite el lema de la academia “Un mundo lleno de sonrisas felices es el paraíso de un dentista”. Y así termina otro día.
Hasta ahora no me han salido las muelas de juicio (y ojalá nunca salgan XD) pero basado en cosas que me han contado mis familiares, es literalmente un dolor inimaginable. Sorprendente que en un futuro tan avanzado, sigan siendo un problema para la sociedad y que incluso los dentistas capaces de extraerlas se los considera héroes. Este relato me ha generado un interrogante: ¿tu vienes siendo el dentista o el paciente? Porque creo que has hecho el relato adaptando a una historia en el futuro una experiencia algo dura que puedas haber tenido en el consultorio. Ha habido un par de errores con algunas tildes, nada graves ya que son algo pequeños. Saludos.
Esto ha sido la lectura más que he leido (que recuerde), pero me ha gustado. Fue entretenido de leer. Y debo estar de acuerdo conque es extraño que estando en una época tecnologica todavía no haya algo para solucionar ese dolor bucal. Hadta en esenaño ¿las muelas del juicio seguirán siendo un misterio y dificiles de tratar? ¿Llegará el día en que puedan erradicar los dolores juicio? La mejor opción es dejar de comer tanto dulce. A mi me crecieron dos muelad de juicio, afortunadamente me crecieron bien y no encimadas, por lo que solo sentía dolor cuando iban creciendo y actualmente no me duelen. Eso sí, si me enchuecó los dientes. Intetesante lectura.
¡Wow! No me esperaba este ambiente tecnológico para sacar una muela del juicio ¡y hasta con espectadores! Interesante que sigan siendo un misterio para la ciencia y que además de todo, sean resistentes a las tecnologías, incluso, cuando va adaptándose al cuerpo al estar en el torrente sanguíneo. ¡Un abrazo!
