Historia corta Guerra por amor

Tema en 'Novelas' iniciado por atelhia, 10 Enero 2024.

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    atelhia

    atelhia KatherineR.

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    Guerra por amor
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Tragedia
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    123
    Desde la era del mito existía una rivalidad entre los dioses del amor, Eros y Anteros pero pocos sabían cómo se originó.

    Todo fue por causa de una diosa, más específicamente la hermana gemela de Anteros. Ella nació siendo una deidad aunque la mayoría ignoraba su existencia pues su hermano la mantenía oculta por temor a que se la arrebataran.

    El dios Eros se "enamoro" de ella, y al ver en la condición que Anteros la tenía, encerrada sin poder ser libre, decidió hacer algo al respecto que ocasiono graves consecuencias entre los dioses.

    Así nació el conflicto entre los hermanos, una guerra que los llevo a cometer los peores errores de su existencia y todo por el amor de una simple diosa.
     
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    atelhia

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    Palabras:
    1849
    Monte Olimpo,

    Templo de la diosa Afrodita.

    —¡Eros, Anteros, espérenme!

    Era divertido ver como los tres dioses del amor jugaban entre si, sin preocupaciones ni violencia. Siempre habían sido muy unidos, pero poco a poco eso fue cambiando. Con el paso del tiempo, Eros y Anteros fueron creciendo convirtiéndose en dioses fuertes y maduros, mientras que la pequeña Ainhoa seguía siendo una niña, al menos en espíritu, pues crecer no estaba en sus planes. Ella podía notar como sus hermanos mayores ya no eran los de antes, y como una fuerte rivalidad crecía entre ellos, siempre estaban compitiendo por ver quien era el mejor, algo que no le gustaba pues cada vez se iban alejando de ella. El primero en irse fue Eros, cuando una bella mujer cautivo el corazón del dios alado pero su amor fue tan efímero como la vida de aquella bella mortal y el con el tiempo la olvido. Ainhoa estaba complacida con la partida de Psique, y aunque nadie lo supiera contribuyo en la muerte de la humana, no quería que nadie cautivara el corazón de su hermano ¿se arrepentido de lo que hizo?, la principio si pues podía notar el gran pesar de Eros, pero el tiempo cura las heridas y ella estuvo a su lado en el proceso. Ese acontecimientos los unió aun mas, ocasionando los celos de Anteros.

    Ainhoa no prefería a ninguno sobre el otro, los amaba a los dos por igual, pero Antero no lo veía así, creía que Eros iba a apartarla de el como anteriormente lo hizo con el cariño de su madre ¿acaso era culpa suya parecerse tanto a su padre?. Irónicamente era el calco de Ares, y con sus nuevas actitud estaba demostrando ser igual de sádico y perverso que el dios de la guerra pero solo era una faceta reservada a su hermano. Muchos dioses se habían dado cuenta que aquella diosa niña traería desgracias y rivalidades entre los dioses del amor, y no era porque el Dios Apolo lo predijo, si no porque notaban que ya nada era igual entre ellos.

    —¡Ay!

    —Ainhoa, ¿estás bien?

    Eros enseguida llega al lado de su hermana a verificar si estaba bien después de haber tropezado con una roca y raspado su rodilla. Al ver el descaro de su hermano al atreverse a tocar la piel de su hermana, Antero en un arranque de ira la levanto en sus brazos apartándola lejos de Eros, y ocasionando la risa de la niña.

    —Anteros hermano, no exageres solo fue un raspón

    El dios no respondió nada solo se quedo mirando fijamente a su hermano quien no se quedo atrás y lo encaro ya harto de sus actitudes. Ainhoa se preocupo y enseguida se bajo de los brazos de su hermano gemelo cuando entendió que ellos estaban a punto de iniciar una pelea por ella, no lo podía permitir, si había una forma de frenar todo eso ella lo intentaría ¿pero que podía hacer?

    —Ella no es tuya Anteros, déjala libre

    Anteros apretó los puños con fuerza, que Eros fuese el mayor no le daba derecho a obedecer lo que él diga, había sido así siempre pero ya estaba harto. Ya había sufrido muchas humillaciones por parte de su madre y hermano mayor, solo su hermano Himeros había sido gentil con él y por eso lo respetaba, los demás eran simples escorias que no debían respirar le mismo aire que él y el de su hermana. Se encargaría de llevarla lejos y protegerla de todos los que trataran de hacerle daño.

    —¿Crees que soy tonto y no veo tus intenciones para con ella? Aléjate de Ainhoa por tu bien Eros

    Ainhoa preocupada trato de que su hermano gemelo se tranquilice, no le gustaba verlo molesto cuando siempre era tan alegre y amable con ella. Sabía que era impulsivo y dejaba que la ira lo dominara, aunque ella pocas veces lo haya visto así, pues siempre en su presencia se tranquilizaba por miedo a asustar a la única diosa que realmente ama.

    —Anteros pero ¿por qué dices eso?, Eros jamás me haría daño— Ainhoa trato de hacerlo razonar pero no hubo caso. Una idea se le cruzo por la mente, miro a sus hermanos preocupada, entendiendo cual era el propósito de su gemelo, y si esa era la condición para que ellos no se lastimaran, estaba dispuesta a aceptarlo— ya no me dejaras verlo más, ¿verdad?

    —¡No te atrevas Anteros!, ¡tengo tanto derecho como tú de estar a su lado!

    —¡Yo siempre estuve a su lado!, jamás la abandone por irme tras de otra

    Eros molesto incremento su cosmos asustando a su hermana, había sentido antes el cosmos de su hermano era uno puro pero estaba vez se sentía diferente, una energía maligna lo rodaba ¿este era el verdadero Eros?. Su ira creció aun mas al ver la mirada aterrada de su hermana menor, nunca mostraba su lado oscuro ante nadie. Anteros también aumento su cosmos, no era tan fuerte como el de su hermano mayor pero no se rendiría por su hermana lucharía contra quien sea. Pero la batalla no se libro, pues Ainhoa se interpuso parando todo. Ya había tomado una decisión renunciaría a su libertad para que sus hermanos sean felices. Creía que era lo correcto pero eso solo trajo más problemas que soluciones.

    —¡Basta no peleen por mi!, Anteros ya no lo veré mas a Eros

    —El no puedo prohibirte ser libre Ainhoa ¿enserio quieres pasar tu vida al lado de él sin ver a nadie más?

    —Es mi decisión Eros nadie me esta obligando, no quiero que mis hermanos se peleen por mí, y si esta es la solución, está bien

    Anteros satisfecho la toma del brazo y comienza a llevársela con él, mientras Eros lo mira con odio. Volvería a encontrarse con su hermana de eso estaba seguro, no le importaba lo que tenía que arriesgar por volver a verla de nuevo.





    Mucho tiempo después...

    Desde aquella pequeña contienda entre los dioses del amor Ainhoa paso toda su vida oculta del mundo sin ver a nadie más, especialmente del sexo opuesto, pues su hermano gemelo temía que alguien pudiera quitársela o hacerle daño. Para ella estaba bien, se había acostumbrado a vivir oculta, además no estaba sola Anteros siempre estaba a su lado. Aunque estaba triste por no poder ver a su hermano Eros, siempre sonreía a su gemelo. Con su otro hermano Himeros la relación era diferente, él si tenia permitido verla al igual que su madre aunque esta casi nunca los visitaba. Para Afrodita, Ainhoa no tenía la gracia ni la belleza para ser su hija, solo la visitaba por pedido de su hijo Eros para ver cómo estaba y como la trataba Anteros, pero fuera de eso su relación era casi nula. Anteros y Ainhoa eran para ella simples conocidos, mas hijos de Ares que de ella misma, y no era ningún secreto para nadie. Hefestos por otro lado, aun siendo esposo y padrastro de los dioses no tenia relación con ninguno de los hijos de su esposa, pero solía visitarlos juntos a su esposa, le gustaba ir a escuchar a la diosa Ainhoa cantar, tenía una voz majestuosa tanto que competía con las voces de las musas, oh incluso aun mejor.

    Ella siempre cantaba para Anteros, mientras que el tocaba el arpa, ambos disfrutaban de la compañía del otro. En esos momentos ella era realmente feliz aunque un vacío crecía poco a poco dentro de ella, nunca estaba sola, pero sentía que algo le faltaba




    (...)



    —No es justo que la trate de ese modo, voy ayudarla, la liberare de sus manos de una buena vez

    Habían pasado muchos años desde la última vez que pudo ver a su hermana. Himeros le había comentado que ella aparentaba ser feliz al lado de Anteros pero en sus ojos reflejaba otra cosa. Tristeza y desolación, ya no era la misma chica de antes. Ahora era fría, ruda y egocéntrica igual que Anteros.

    —¿Cómo lo harás Eros?— no tenía planeado nada, pero sabia que solo no podía enfrentarse a Anteros, aunque odiaba admitirlo su hermano era mas fuerte, por lo que necesitaba la ayuda de algún dios, solo una diosa se le vino a la mente. Sabía que en su templo estaría a salvo pero primero debía liberar a su hermana de las garras de Anteros y solo había un camino que podía seguir. Era una locura, pero estaba decidido a llevarla a cabo.

    —Athena, ¡ella la protegerá en su templo!

    —No lo hagas Eros, oh te ganaras el odio completo de nuestro hermano, ¿por qué no te olvidas de ella y te buscas otra mujer?— su hermano negó, no estaba dispuesto a renunciar a su amor si eso que sentía se trataba de amor, aunque para Himeros y su madre era más una obsesión, pues siempre quiso ser más fuerte que Anteros, estar un paso adelante de él, y el hecho que Ainhoa lo eligiera a Anteros lo molestaba.

    —Ainhoa es a quien yo amo, y sé que Anteros también la ama, si la única forma que tengo de separarla de él es matarla y que renazca en una mortal, tomare el riesgo

    Himeros lo miro triste, pues Eros al fin y al cabo no era tan diferente Anteros, estaba dispuesto a matar a su propia hermana solo para que su hermano no obtenga su amor, un acto egoísta pero en el fondo si tenía buenas intenciones pues quería que fuese libre, aunque de la peor manera posible.




    (...)




    —¡Nooo!— el cosmos de Anteros exploto furioso, Eros lo había hecho. Cuando Anteros volvió de su caminata matutina se encontró el cuerpo de su hermana profanado por una daga dorada, aquella capaz de matar a un dios— ¡Maldito seas Eros!

    —Ya está hecho, ahora ella crecerá como una humana común y corriente, libre sin ataduras, y no podrás corromperla— exclamo Eros haciéndose presente frente a su hermano. Anteros estaba destrozado, quiso atacar a Eros pero no pudo gracias a que su cosmos estaba bloqueado a causa de Zeus a pedido de los demás dioses quienes no deseaba ver una batalla entre los dioses en momentos de paz, aunque sabían que esa batalla tarde o temprano se libraría.

    —¡Juro, que cuando ella reencarne la llevare conmigo lejos donde tú nunca más puedas encontrarla!

    —Cuando ese momento llegue te hare frente, no permitiré que la corrompas y la vuelvas contra mi de nuevo, ella mecería ser libre

    Dicha estas últimas palabras se retiro. Tal vez había sido precipitada su decisión pero no se arrepentía de lo que hizo, estaba feliz de saber que su hermana sería feliz aunque no recordase su vida en el Olimpo. Anteros estaba triste, furioso, su hermano siempre había sido el hijo favorito, el más guapo, el más fuerte. Eros lo tenía todo, pero lo único que no tenia Anteros y Eros no, era Ainhoa y no estaba dispuesto a dejar que su hermano le robe su tesoro más preciado.

    —Cuando despiertes por completo nos volveremos a ver hermana, y te prometo que Eros no se volverá acercar a ti
     
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    atelhia

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    "Mientras el corazón late, mientras el cuerpo y alma siguen juntos, no puedo admitir que cualquier criatura dotada de voluntad tiene necesidad de perder la esperanza en la vida" (Julio Verne)


    I

    Santuario de la diosa Athena

    Cuando el mensajero de los dioses, Hermes, llego al santuario de la diosa de la estrategia en la tierra, creyó que esta se negaría al pedido del dios Eros. Athena había logrado con mucho esfuerzo que los crímenes de sus caballeros, a causa de la guerra contra el dios del inframundo, sean perdonados por los dioses y se les diera una nueva oportunidad de vida para que ahora arriesgue todo en una guerra en la que ella no tiene nada que ver. Pero no, la diosa no se negó, más bien acepto cuidar a la péquela infante y cuando sea el momento oportuno entrenarla para que se convierta en una de sus amazonas personales. Pero ese no era su único propósito.

    Athena conocía la historia de la diosa Ainhoa, sabía que siempre había vivido oculta, privada de muchas libertades que ahora acabarían. Seria libre, pero no por decisión de alguien más si no de la niña misma. Le daría la libertad de elegir su propio camino y de elegir con quien quedarse al final, porque la diosa Athena sabía muy bien que al corazón no se le puede forzar a amar.

    Era una locura meterse en una batalla personal entre dos dioses, pero no podía evitar pensar en el daño que sufriría la pequeña, quien en estos momentos reía en sus brazos sin saber lo que le depara el futuro. Y solo esa sonrisa le basto para entender cual era su lugar en aquella contienda, se enfrentaría a los dioses del amor para conseguir que aquella niña sea feliz. Esa seria su misión personal.

    Le encargo el cuidado de la niña a uno de sus mas fieles caballeros dorados, Mu de aries, para que la entrene junto a su otro discípulo Kiki a la espera de que los dioses del amor vengan a reclamarla. Cuando eso pasara, Athena los estaría esperando junto a todos sus caballeros, protegería a Ainhoa aunque le costara la vida, eso ya era un hecho. La decisión estaba tomada y ya no había vuelta atrás. La protegería hasta del mismo dios quien solicito su ayuda, pero eso lo comunicaría cuando sea el momento correcto, por ahora quería estar unos años en paz y poder disfrutar de la felicidad de la pequeña Ainhoa, al menos hasta que la guerra santa por fin de inicio.


    Cinco años después...

    La diosa Athena se encontraba sentada en su sala de trono pensativa, le inquietaba los sucesos que estaban ocurriendo en el Olimpo a causa de los dioses del amor Eros y Anteros. Las aguas estaban divididas, los demás dioses apoyaban a uno u a otro hermano y los conflictos se incrementaban entre todos cada vez mas amenazando la tranquilidad que reinaba desde hace algún tiempo. Sabía que aun no harían nada pues Ainhoa no despertó por completo, su parte diosa seguía dormida pero temía que aun siendo así atacaran al santuario, en especial si se guiaban por las opiniones de otros dioses como Hades o Ares que lo que más deseaban era acabar con la diosa de la sabiduría, y la guerra entre Eros y Anteros les serviría como cuartada perfecta para lograr su cometido. Debía estar preparada, mandaría a llamar a todos sus caballeros para que ocupen su puesto lo más rápido posible y aumentar los entrenamientos. No había tiempo que perder podían atacarlos en cualquier momento y debían estar listos para lo que sea.

    Decidió mandar a llamar al caballero de Aries. Mu debía ser el primero en enterarse pues todo giraba en torno de su alumna. La niña al no tener una armadura propia era un blanco fácil, dudaba que se atrevieran a tocarla sin sentir la cólera de los dioses del amor pero aun así no debía bajar la guardia, muchos otros dioses podrían aprovecharse de la situación.

    —¿Diosa Athena quería verme?

    —Mu, se que Shion te comento todo acerca de quien Ainhoa— el caballero asintió suponiendo a que se refería, su maestro y Patriarca del santuario, Shion de aries le había comentado algo al respecto de lo que se avecinaba. El cosmos de su alumna estaba aumentando, debían traerla al santuario para protegerla antes de que alguien decida hacerle daño o que sus propios hermanos la dañen indirectamente, no se daban cuenta pero esta guerra la debilitaba mucho aunque Ainhoa no tenia idea de eso, y era mejor mantenerlo así— su cosmos esta aumentando mucho, es mejor traerla aquí para mantenerla a salvo, aun no es el momento de su despertar pero me temo que sus hermanos mayores vendrán por ella aun siendo así

    —De inmediato la traeré al santuario, con su permiso Athena me retiro

    Enseguida partió acatando la orden de su diosa aunque en el fondo desconocía las verdaderas intenciones de su diosa. El creía que deseaba proteger a la niña de Anteros pero no era así, pues Athena también la protegería de Eros, solo así se aseguraría de que Ainhoa fuera realmente feliz.

    No dejare que ni Eros ni Anteros se acerquen a ti Ainhoa, esta en tus manos decidir tu destino y al con quien estar al final

    Comento una vez que Mu abandono el recinto. Se dirigió hacia su estatua y miro hacia el cielo, la guerra estaba más cerca que nunca podía intuirlo y sabia lo que le pasaría al final para con ella pero no se echaría para atrás. Estaba dispuesta a sacrificarse por su sobrina.






    II



    Monte Olimpo,
    Templo de la diosa Afrodita.


    Con pasos firmes y seguros el dios Hermes ingreso al recinto de la diosa de la belleza. Tenía un comunicado importante que dar. Sabía que no sería del agrado de muchos pero intuía que la diosa Afrodita estaría de acuerdo con la proclama, o eso esperaba al menos. Miro detenidamente a los dioses presentes ante él, en especial a un rubio de ojos azules y majestuosas alas que lo miraba indiferente y con molestia. Suspiro y decidió soltar la noticia sin más demoras aun sabiendo las consecuencias que esta traía.

    —Athena mando un comunicado, ella protegerá a la niña Ainhoa en su templo...— Eros frunció el ceño confundido eso ya era sabido o es que acaso ¿había algo mas detrás de todo eso? El dios mensajero suspiro suponiendo lo que vendría a continuación no seria para nada bueno— y ha decretado que protegerá a su hermana también de usted, dios Eros

    —¡Esto es inaudito!— ni bien termino de decir aquellas la palabras el dios alado golpeo con fuerza una de las paredes del templo agrietándola. Eso tomo por sorpresa a su madre, estaba preocupada por su hijo pues mostraba actitudes que antes no y eso la alarmaba, si no lo conociera tanto hasta podría suponer que aquellas acciones eran más de Ares que del propio Eros.

    —Cálmate Eros, seguro Athena hizo lo que creía correcto

    Himeros trato de hacer entrar en razón a su hermano mayor pero no logro nada. Hermes al notar la tensión en el ambiente trato de irse pero fue interceptado por Eros quien lo agarro con fuerza del cuello ejerciendo presión, quería corroborar que el dios mensajero no estuviera inventándose todo eso. Pero era completamente innecesario y hasta algo injusto ¿Por qué mentiría con algo así sabiendo las consecuencia que traía si lo hacía para consigo?

    —¿Por qué Athena decreto eso?, ¡yo fui quien libero a mi hermana de la esclavitud en la que vivía con Anteros!

    Grito eufórico y molesto ahorcando con más fuerza al dios mensajero. Afrodita intervino separándolo de inmediato con la ayuda de su hijo Himeros, antes de que le haga daño a Hermes, pobre él no tenía nada que ver y aun así lo maltrataban, solo por ser el cartero. Faltaba que le lanzaran perros como Hades hacia cada vez que visitaba el inframundo, suerte que ya sabía cómo controlar a Cerberos sin mucho esfuerzo, aunque al principio se llevo varias mordidas del perro de tres cabezas, guardián del averno.

    —¡Basta Eros!, Hermes no tiene nada que ver... Athena tiene razón, tu y Anteros no son tan distintos, ambos desean tener a Ainhoa para sí mismos y no se dan cuenta de que sus actos la dañan— su hijo se alejo molesto lanzando maldiciones no podía creer que su madre lo comparara con Anteros, con aquel que le arrebato a su querida hermana. Estaba celoso, claro que si, celoso de Anteros y de su conexión especial con Ainhoa, pero no lo admitiría. Al ver que las cosas se pondrían bastaste tensas, Hermes se fue dejando a la familia "amorosa" solos, aun tenía muchas entregas que realizar, la verdad una ayuda no le vendría nada mal.

    —¡Anteros no la dejaba ser libre!, ¡no la dejaba salir a ningún sitio ni estar con nadie madre!

    Grito excusándose buscando apoyo en su hermano Himeros quien solo se mantuvo en silencio. No quería ser partícipe de esto, ver como sus hermanos pelean lo ponía mal, el también amaba a su hermana y quería lo mejor para ella, estaba consciente de que Anteros no tomo buenas decisiones en cuanto a su sobreprotección pero lo que hizo Eros sobrepaso todos los limites y era tiempo de que alguien lo enfrente. Siempre conseguía lo que quería, eso era una de las cosas que tanto odiaba Anteros, pero era tiempo de acabar con todo eso. Ya no se trata de ellos sino de su hermana, y él se encargaría de que ella crezca con todo el amor que necesite, siendo libre por su elección y buscando ella misma su propio camino, si fuese necesario se uniría a Athena para lograrlo.

    —Lo siento hermano pero madre tiene razón

    —Eros, te has obsesionado con ella, ¿si al final ella elige estar con Anteros que harás?— pregunta su madre, Eros se molesto por las palabras dichas por Afrodita. No dejaría que Ainhoa se acercara nunca más a Anteros y si tenia que llevársela lejos lo haría. Su hermano ya la tuvo para el mucho tiempo, ahora era su turno.

    —Si ustedes no quieren ayudarme bien yo mismo lo haré, Ainhoa será mía y ni ustedes ni Anteros, ni nadie me lo prohibirán

    Extiende sus majestuosos alas y se va del lugar. Himeros se queda con su madre y le comunica su decisión de ir al santuario de Athena y cuidar de su hermana. Ella acepta, protegerla de sus propios hermanos era lo único que podían hacer, al menos hasta que la diosa dormida en su hija despierte por completo.

    —No dejes que la guerra entre tus hermanos la dañe, procura que sea feliz el mayor tiempo posible— suplica Afrodita con pesar, en parte todo eso era culpa suya, si hubiera ejercido bien su papel de madre nada de esto hubiese pasado. Pero la verdad es que ella no tenía ese instinto maternal y no sabía cómo tratarlos, en especial a los dioses gemelos del amor.


    Santuario de la diosa Athena.

    —Dios Himeros Bienvenido al santuario, Hermes me dijo que vendrías— saludo cordialmente la diosa cuando el dios menor del deseo se hizo presente ante ella. No habían tenido mucho contacto entre sí más que para saludarse en algunas ocasiones. Athena no confiaba mucho en el pero Hermes le había asegurado que era de fiar y que estaba dispuesto a proteger a la niña a como dé lugar. No le quedo de otra que aceptar la ayuda del dios, no podía negarse pues al fin y al cabo era familia de Ainhoa.

    —Estoy aquí para cuidar de mi hermana— le comunico el sin dar muchos rodeo, aunque la diosa ya sabía por qué estaba ahí, le sonrió y asintió. Toda la ayuda posible era necesaria para proteger a Ainhoa, pero lo mejor era que la niña no supiera quien era Himeros en realidad, por el momento al menos. Athena quería que crezca, y lleve una vida tranquila y feliz.

    —Esta bien pero no le dirás a nadie quien eres, desde ahora serás el caballero de plata de Orión, tu nombre será Ethan, y protegerás a Ainhoa desde la distancia

    Quiso recriminar pero Athena no lo dejo, es mejor que Ainhoa crezca alejada de todo lo referente con su origen al menos hasta que la guerra santa de inicio completamente, aunque él no cumplió del todo la orden. Mientras tanto entrenaría todo lo que sea posible para poder protegerla, el jamás había sido igual de fuerte que sus hermanos o entrenado siquiera, como dios del amor no estaba en su naturaleza participar en batallas, pero ahora las cosas eran diferentes y debía entrenar para enfrentarse a sus hermanos.



    Jamir, Cordillera del Himalaya.

    —Señor Mu, ¿a donde vamos?

    —Iremos al santuario, como caballero dorado de aries, mi deber es proteger a Athena y debo tomar mi puesto de inmediato

    —Pero usted dijo que los dioses estaban en paz, maestro— por el momento, pero Athena no quería bajar la guardia. Sabia que ningún Olímpico se atrevería a ir en contra de los designios del dios Zeus, pero había otros dioses que no estaban bajo la jurisdicción del Olimpo, no eran una amenaza para ella o sus caballeros pero aun así prefería tener cerca a la niña. Su compañía siempre le hacia sentir mejor, a todos en realidad.

    —Así es, no estamos en guerra aun pero debo entrenarlos y Athena prefiere que sea en el santuario para supervisar sus avances, niños

    —¿Eso quiere decir que podría ganar una armadura?

    —Es muy posible, si prometes entrenar dudo y esforzarte te ganaras una armadura y serás una amazona de Athena, Ainhoa—ella sonrió muy feliz asintiendo entusiasmada, por fin conocería el santuario y a los demás caballeros de Athena, entrenaría y se convertiría en la mejor guerrera al servicio de la diosa Athena. Pero lo mas importante es que estaría junto a su mejor amigo, Kiki ¿Qué mas podía pedir?

    —Entrenare para ser amazona así como Kiki para ser el próximo caballero de aries, estarás orgulloso de nosotros maestro

    —Ya lo estoy





    III



    Tres años después...

    Campos Elíseos.

    —Kath ve al santuario de Athena, el cosmos de mi hermana está comenzando a despertar de a poco, tráela ante mi— ordeno Anteros a su guerrera y media hermana por parte del dios Ares. La diosa enseguida acato la orden de su amo y se encaminó al templo de su padre para prepararse. La guerra ya daría inicio debían estar preparados pero sabia que no podía hacerlo sola lo mejor era llevar a su hermana consigo— y no quiero errores

    —Y no los habrá cumpliré esta misión de inmediato

    —Mas te vale— una vez que su hermanastra se había marchado saco su arpa con el que solía tocar melodías para su hermana. La extrañaba mucho, pero tenia la esperanza de que la volvería a encontrar otra vez y no la volvería a dejar sola nunca mas.



    "Nos volveremos a encontrar hermana mía, te llevare lejos para que Eros no te encuentre nunca más"​



    Monte Olimpo,
    Templo de Ares.


    —Padre, Anteros me encomendó a una misión, solicitó tu permiso para llevar a Alicor— hablo la diosa Kath. El dios Ares accedió al pedido, estaba más tranquilo de lo norma,l esa situación le gustaba. Athena se estaba metiendo en terreno peligroso solo por proteger a una niña que ni siquiera era de su propia familia. Era su sobrina es cierto, pero nunca había convivido con ella ni un poco, ni el mismo siendo su padre lo había hecho. Afrodita no lo dejaba acercarse a sus demás hijos, y tampoco era como si le molestara, solo había puesto los espermatozoides en la diosa, eso no lo convertía en su padre.

    —Fobos y Deimos irán contigo, no es que quiera ayudar a Anteros solo quiero ver sufrir a la mimada de Athena. Cuida a tu hermana, Eros mandara a sus guerreros

    —Todo esta bajo control padre

    —Aquí estamos hermana mayor, ¡listos para participar de la gran batalla!— Alicor entro a la sala junto a sus hermanos mayores quien siempre estaban detrás de la menor para cuidarla por orden de su padre aunque sus verdaderas intenciones para con ella eran completamente diferentes, solo estaban esperando el momento justo. Y ese momento ya había llegado.

    —¿Tu también necesitas protección tomatito?

    Se burla Deimos hacia la mayor de las hermanas, quien lo miro molesta encaminándose a la salida. Desde que el dios Poseidón le puso ese ridículo apodo nadie, en todo el Olimpo, dejo de molestarla, y todo porque lo rechazo. Pero aunque le regalase todas las flores del mundo ella seguiría negándose a él. Pues su corazón ya tiene dueño desde hace mucho y eso jamás nadie podría cambiarlo

    —Vamos hermana acepta la invitación del dios Poseidón, se ve que te quiere

    —Me quiere meter su pececito por el c***

    Ares al escuchar tal barbaridad tapa los oídos de la más pequeña. A veces olvidaba lo pervertida que era su hija mayor. La pelirroja soltó una carcajada sarcástica, su padre protegía demasiado a su hija sin saber que a quienes el encargo cuidarla la estaban corrompiendo.

    —¡Katherine!, ¡es solo una niña!

    Kath y Alicor eran tan diferentes pero se complementarán bien, una era rebelde, pervertida y agresiva, la otra tranquila, inocente y amable, mientras que no la ofendan. Aunque tenían algunas similitudes ambas eran distraídas y se molestaban fácilmente cuando otros las defenestraban. Mientras que su otra hermana era más reservada y concentrada, aun siendo la del medio parecía la mayor de todas, pues era la más madura de las tres.

    —Tus hijos son peor que yo padre— comenta la mayor en su defensa encaminándose a la salida. Tomando la espada nueva que su padre le había obsequiado. No le tomo importancia a esta, aunque si le llamo la atención que le diera una espada vieja y quebrada. "Es muy importante para mi di muy buenas peleas con ella". Eso fue lo que le dijo cuando se la dio, un regalo de padre a hija, la espada con la cual Ares venció en diversas batallas. Se sintió muy bien cuando la recibió, pues por un momento creyó que la confianza con su padre estaba mejorando luego de aquel suceso.

    —¡Recuerden darle Athena por mi!

    —¡Si se lo daremos por delante y por detrás!— grito Deimos en tono burlesco soltando una carcajada junto a su gemelo mientras se alejaban de su padre. Ganándose un regaño de este cuando la pequeña diosa salto de emoción exclamando ¡yo quiero ver eso! sin darse cuenta de las dobles intención de sus hermanos mayores .

    —¿Por qué yo no fui padre?, tengo más experiencia que Alicor

    —Valen hija que bueno que ya llegaste, tengo una misión mas importante para ti me acompañaras a ver al tío Hades, si voy solo no me suelta mas

    Comenta el dios levantándose de su trono para encaminarse a la salida donde el carruaje del dios Helios los esperaba para llevarlos al inframundo. La diosa soltó una risita, quería a Zeus pero mil veces prefería a Hades como su abuelo. Podía querer siempre destruir a todos pero en el fondo era muy bueno con ella y siempre la malcriada.

    —Anteros quiere que Hades acceda apoyarlo en su lucha, cuantos más mejor— Valen lo miro extrañada a su padre nunca fue de agradarle mucho Anteros aun siendo de su sangre pero sabía que algo mas debía estar pasando pues su padre nunca hacia nada sin algo mas detrás y sabía muy bien el porqué. Quería derrotar a Athena y usaría la guerra entre los dioses del amor como excusa.
     
    Última edición: 24 Enero 2024
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    Título:
    Guerra por amor
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Tragedia
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    2945


    "No importa cuantas veces falles, sigue intentándolo y lucha por lo que crees correcto. Al final la vida siempre te da una recompensa"



    I


    Santuario de la diosa Athena,

    Recinto del Patriarca.

    Se encontraban todos los caballeros dorados reunidos en el recinto del Patriarca junto a los caballeros de bronce. Todos estaban esperando las palabras de la diosa Athena. Intuían que algo ocurría, su diosa parecía muy preocupada y eso solo podría deberse a una cosa, una nueva guerra los asechaba. No era que tuvieran miedo ni nada por el estilo, mas bien estaban ansiosos por volver a la acción.

    —Todos ustedes conocen a Ainhoa, la discípula de Mu— asintieron, conocían a la niña. Era unos años menor que Kiki, aunque a diferencia del niño ella era mas tranquila y menos inquieta, dulce, amable, cariñosa, abierta con todos y siempre dispuesta ayudar al mas débil, tenia un corazón muy noble. Con pocos días de conocerla ya se había ganado el cariño de todos, la consideraban la hermanita pequeña que nunca tuvieron o incluso para Mu, quien la crió, era como una hija para el— lleva entrenando aquí en el santuario desde hace unos tres años, para ser amazona

    —¿Ya se eligió que armadura va a portar?

    —Si pero eso no es lo que importa ahora, lamentablemente ella no va a poder seguir con su entrenamiento pues ocurrió algo grave

    —¿Athena?, no cree que ellos vendrán por su hermana ahora ¿o si?, aun no despierta por completo

    Al darse cuenta de lo que acababa de decir Mu guardo silencio apenado por haber "metido la pata". Era el único de la orden dorada, de hecho de toda la orden de caballeros, que conocía la verdad sobre quien era Ainhoa en realidad, los demás creían que había sido encontrada por el patriarca Shion y se la encomendó al cuidado de Mu. No tenían idea que era una diosa y hermana menor de los dioses del amor, en realidad casi nadie sabía esto pues ella fue olvidada por todos. Solo así el dios Anteros se aseguró de protegerla. Si nadie la recordaba ni conocía su existencia, nadie le haría daño.

    —Lo lamento Athena, debía cuidar mis palabras

    —Descuida Mu, ya es momento que todos sepan la verdad sobre Ainhoa

    —Caballeros, estamos de vuelta metidos en una nueva guerra— termino explicando el patriarca. Los murmullos no se hicieron esperar, no les molestaba en absoluto participar en una nueva guerra santa solo que no entendían el por que la diosa Athena había nombrado a la discípula de Mu. ¿Qué tenia que ver la pequeña Ainhoa con esta nueva guerra?

    —¿Esta vez que dios quiere hacerle daño diosa Athena?— pregunto el caballero de sagitario Aioros con un toque de ansiedad mas que los demás, ya llevaba mucho tiempo en "paz" y eso le estaba molestando, el quería tener un poco de acción en su vida. Arriesgar su vida una vez mas por su diosa, esa era su pasión y el no era el único que pensaba así. Lo que mas temía Athena, era el perder a sus caballeros en una guerra en la que ella no tenia nada que ver, pero sentía que estaba haciendo lo correcto. Lo que los dioses Eros y Anteros estaban haciendo con Ainhoa era la horrible, la trataban como un trofeo cuando no era así, quería demostrarles que valía muchos mas que eso aunque sacrificara su vida por esa niña, pero en su corazón sentía que la valía y muchos estaban de acuerdo con su ideal.

    —Para decirles les tengo que contar toda la historia sobre Ainhoa, su verdadero origen, ella es hermana del dios Eros y gemela del dios Anteros, ambos se enamoraron de ella— paro su explicación cuando algún que otro comentario inapropiado por parte del caballero de escorpio la interrumpió recibiendo como castigo un golpe de Camus de acuario. Athena sonrió, la amistad entre Milo y Camus era muy extraña pero única a la vez, tal vez siempre peleaban y tengan sus diferencias pero serian capaces de arriesgar la vida por la de su amigo, ah si como Kanon y Saga de Géminis, aunque estos no lo demostraban y jamás lo admitirían en voz alta siempre estaban para protegerse entre si "la familia ante todo", ese era su lema cuando eran pequeños, ahora las cosas han cambiado su diosa estaba primero pero siempre se protegerían y apoyarían entre sí como los hermanos que eran — Como venia diciendo Anteros no permitía que su hermana viera a Eros, la tenia cautiva, o eso creía el dios Eros quien al ver que no podía tenerla la asesino con la daga dorada, la única arma capaz de sellar el alma de un dios por siglos

    —Eso quiere decir que ella es una diosa— exclamo Seiya entendiendo la explicación. Muchos quedaron sorprendidos por eso, jamás habían escuchado sobre otra diosa del amor. En ningún libro aparecía su nombre, ¿Cómo era posible?. Eso solo tenia una explicación Anteros por sus celos la oculto de todos, hasta de los humanos por miedo a que ellos también traten de arrebatársela. Era una diosa olvidada— Pero eso es imposible no pueden existir mas dioses, ¿o si?

    —Hay dioses que ustedes no conocen, y no aparecen en los libros pues nacieron en tiempos humanos, pero a diferencias de estos Ainhoa nació cuando la humanidad todavía no existía, había canciones sobre ella, poemas, toda clase de escritos que evidenciaban su existencia, pero su hermano borro todo rastro y con el tiempo los demás dioses también la olvidaron

    —Entiendo lo que ocurrió con Ainhoa, pero usted menciono que hay mas dioses, ¿por que no sabemos nada acerca de ellos?— pregunto con curiosidad el caballero de acuario, había leído algo parecido en los escritos que del antiguo caballero de acuario, Degel, plasmo en sus memorias pero nunca creyó que fuera cierto pues como menciono Athena no hay registro alguno sobre estos supuestos dioses— se que la mayoría de los humanos han olvidado la existencia de los dioses griegos, pero ¿que hay de nosotros?, como caballeros de Athena debemos saber de su existencia

    —Se que debí mencionarle hace tiempo sobre ellos, pero Zeus así lo decreto, temía que si los humanos descubran la existencia de estos nuevos dioses se revelarían y atacarían al Olimpo con sus nuevas maquinas de guerras, pero no deben preocuparse por ellos caballeros son dioses de menor categoría solo un poco mas fuertes que los dorados

    —Es mucho para procesar, pero hablo por mi y por toda la orden, estamos listos para protegerla a usted y a la señorita Ainhoa

    —Muchas gracias Shura, a todos, por su colaboración esta guerra será la mas cruel de todas no solo nos enfrentaremos al dios Anteros sino también a su hermano Eros, ambos vienen a reclamar a su hermana como suya pero no los dejaremos, Ainhoa elegirá ella misma su destino y en donde depositar su corazón, el amor puede estar en donde menos uno lo imagina— miro a Mu con una sonrisa sabia que el caballero de aries había sentido ese amor entre ambos, era tan notable y tan natural. Mu quiso protestar, había criado a Ainhoa y casi la veía como su propia hija, imaginarla con alguien mas no le agradaba y mas sabiendo quien seria, solo eran unos niños y con una diferencia de edad bien marcada. ¡8 años! Era mucho que procesar aunque ahora entendía el refrán "para el amor no hay edad"

    —Pero Athena son solo unos niños...

    —Vamos Mu, hasta yo me doy cuenta de las ganas que se tienen... ¡Oye ya basta Camus!— vuelve a quejarse Milo al recibir otro golpe de parte de su mejor amigo, a veces no sabia cuando dejar de decir idioteces, aunque esta vez tenia razón en hacerlo pero Camus jamás perdía oportunidad de molestarlo, se divertía aunque no lo expresara abiertamente.

    —Bueno caballeros estén atentos ambos dioses del amor atacaran el santuario para llevársela no debemos permitirlo y tengan cuidado, estoy segura que otros dioses aprovecharan la oportunidad para vengarse de nosotros, buena suerte mis valerosos caballeros

    Todos los caballeros hacen una reverencia y se marchan cada uno a su respectivo templo a preparase para la nueva guerra entre los dioses. Estaban decidido a proteger a su diosa y a aquella niña que se había ganado el corazón de cada uno de los caballeros.






    II




    Monte Olimpo,

    Templo de la diosa Afrodita.

    —¿Me mando a llamar mi señor Eros?

    Una hermosa joven de largos cabellos castaños se arrodillo ante su amo dejando que los mechones sueltos de su pelo tapen su rostro. Siempre que podía evitaba mirarlo a los ojos, aun lo odiaba por todo lo que le hizo hacer en el pasado, pero no podía hacer nada en contra del dios, no cuando el tenia prisionera a su hija. Aunque le molestara debía seguir apoyándolo hasta que su pequeña este a salvo, todo lo que hacia, lo hacia por ella. Pero esto ya era demasiado, se había enterado por otros guerreros lo que Eros planeaba hacer contra la diosa Athena, aquella a la que en el pasado juro proteger.

    —Si Seirah quiero que vallas al santuario y me traigas a mi hermana, ten cuidado Anteros ya envió tropas encárgate de ellos y de los caballeros dorados, Athena debe pagar por traicionarme

    No comento nada, sus razones tendría Athena de haberse puesto en contra de Eros y ella imaginaba el porque. Ya no era el mismo dios de antes, lo que paso con Ainhoa lo cambio de sobremanera, al frente de ella parecía que tenia una copia exacta del dios Ares, lleno de odio, rencor, con ganas de sangre y venganza. ¿Qué paso con el dios del amor amoroso que defendía a los humanos con pasión? ¿Aquel dios que se divertía lanzándole flechas a las personas y causando amor y alegría en todas partes?. Definitivamente ya no era el mismo dios que conoció. Al principio el la acogió y le ofreció ser su guerrera personal, al no tener a donde ir y estando embarazada no le quedo de otra que aceptar la propuesta, pero luego con el tiempo y mientras mas crecía la rivalidad entre los dioses del amor. Eros cambio, volviéndose mas cruel, frió y rudo llevándolo a cometer injusticias imperdonables, y una de esas era el como trataba a su hija solo para que ella obedeciera todas sus ordenes sin cuestionamiento.

    —Ningún caballero o guerrero de Anteros me impedirá cumplir mi objetivo—contesto levantándose para dirigirse a la salida, antes de salir Eros volvió hablarle advirtiéndole que pasaría si fallaba en su misión. Ella apretó los puños con fuerzas, temía fallar y que su hija pagara las consecuencias de eso. ¿En realidad había sido correcto abandonar el santuario de Athena? Esa pregunta se la hacia siempre, pero no fue su decisión. En esos momentos el santuario estaba en caos, el caballero de sagitario era buscado por traición, el patriarca Shion de aries había sido asesinado y reemplazado por un hermano al que nadie conocía, quedarse era peligroso, al menos así creía el caballero que la obligo a huir, si se hubiese quedado no sabría que hubiera pasado con ella pues era solo una aprendiz pero de seguro cualquier cosa habría sido mejor que estar sirviendo al dios Eros. Pero ya nada se puede hacer, las cosas pasan por una razón, solo debía comprender su propósito en esta vida aunque fuera una tarea difícil.

    En el camino solo el nombre de un caballero se cruzo por su mente, lo volvería a ver luego de tantos años ¿Qué pasaría cuando se lo encontrara de frente? ¿Le diría lo que pasa? ¿Tendría valor de hacerlo después de tanto tiempo ocultándolo?








    III




    Inframundo,

    Castillo de Hades.

    —El señor Hades los atenderá en un momento— hablo la hermana del mismo haciendo pasar al grande salón del trono al dios de la guerra y a su hija. Pandora se marcho enseguida dándoles privacidad a los dioses, aunque se mantuvo en las sombras siempre atenta a todo lo que pasaba, no confiaba mucho en el dios Ares aun cuando su hermano le demostró de muchas maneras que era de fiar.

    —¡Sobrino!

    Hades entro y fue corriendo abrazar a su sobrino favorito a quien quería como si fuese su propio hijo. Aun tenia dudas sobre si realmente era o no hijo de su hermano, el había tenido algún que otro encuentro con su hermana, pero ella afirmaba que Ares era hijo de Zeus y el no iba a discutir con aquella virulenta mujer.

    —Tío debemos unirnos con Anteros para acabar con Athena

    —Tienes razón, pero me temo que no podre hacer nada esta vez, Zeus sello mis poderes, pero puedo prestarte a mis mas fieles espectros

    —Con todo respeto dios Hades, todos aquí sabemos que no importa si están del lado de Anteros o de Eros ambos inconscientemente están llevando a la misma causa, la muerte de Athena, lo que quiero decir es que su destrucción es inevitable, no hay que forzar nada solo dejar que pase el tiempo— comento la diosa Valen con tranquilidad, todo eso le parecía innecesario tarde o temprano la diosa de la sabiduria caería solo debían ser pacientes y esperar. Para ella los caballeros de Athena eran débiles como todo humano, pero estaba equivocada. Ellos habían sido capaces de enfrentarse a los dioses y salir victoriosos, podrían volver a ganar esta guerra si se lo propusieron, por lo que para ganarles debían estar un paso mas adelante.

    —Creo que estas subestimando a los caballeros de Athena hija, ellos son muy fuertes, capaces de arriesgar la vida por su diosa de ser necesario

    Hades asiente ante las palabras del dios de la guerra. El en carne propia pudo sentir de lo que era capaz de hacer el caballero de pegaso, aunque solo fuera un caballero de bronce logro vencerlo. Siempre lograba hacerlo desde tiempos inmemorables el Pegaso se interpuso en su victoria contra la diosa Athena, pero eso ya no seria igual pues tenían un plan.

    —Seiya de Pegaso es el mas fuerte de todos aunque solo sea un caballero de bronce, hay que mantenerlo vigilado— mira a la joven diosa cruzándosele una idea, Ares también lo pensó. Alguien debía acercarse a el y destruirlo que la peor manera posible, no físicamente si no emocionalmente. Destruirlo por dentro, estrujar su corazón esas eran las peores heridas para una humano, las heridas del alma—Debes acércate y destruirlo por dentro, si acabas con pegasos los demás caerán poco a poco, ¿podrás hacerlo?

    —Seiya de Pegaso no sabrá lo que lo golpeo

    —No esperaba escuchar otra cosa de ti Valen querida— comenta Yasmin, hija adoptiva de los dioses gemelos Thanatos e Hypnos ingresando al lugar junto a su guardaespaldas y compañera de pelea, Kira. Ambas proceden a hacer una reverencia ante los dioses en modo de respeto a sus superiores y con la intención de que les permitieran participar de la guerra.

    —Yasmin ya hablamos de esto no participaras Thanatos lo dejo muy en claro no quiere que te pase nada

    —No seas aguafiestas Hades iré igual, después Kira se encargara de recibir el castigo por eso eres mi guardaespaldas, ¿no?— su amiga la miro mal mientras que Yasmin la miraba con una sonrisita inocente recibiendo una igual por parte de Kira, era imposible enojarse con ella. Yasmin tenia esa bondad e inocencia tan característica de ella que la hacían únicas, y a veces eso le jugaba en contra por aquello, y otras cuestiones mas, era su deber protegerla y velar por su seguridad. Esa era su principal misión y por la que entreno toda su vida desde muy pequeña.

    Hades decidió dejarlas ir, era lo mejor para que la chica comenzará a despertar su cosmos, era necesaria en la guerra. Ya tendría tiempo de lidiar con los dioses gemelos. Por ahora lo mejor era dejar que ella participara en la guerra. Yasmin era necesaria para vencer a Athena aunque ella aun no conocía su propio potencial.

    —Bien, pueden ir pero los jueces estarán cuidándolas

    —Prefiero mejor a Cerberos, el si tiene sentido del humor

    —Bueno dios Hades, Padre, ya no le quitamos mas tiempo, vamos cuanto mas rápido empecemos esto mas rápido terminaremos— procedió a decir la diosa Valen saliendo del lugar con pasos seguros y firmes siendo seguida por las otras dos jóvenes, y mucho mas al fondo por los jueces del inframundo.

    —Quisiera que pasara lento así lo disfruto mas

    Comento Yasmin recibiendo un asentimiento de parte de Kira quien se encontraba algo mas inquieta de lo normal, ya sabia que pasaría en el santuario. Era su deber proteger a Yasmin como diera lugar, pero ahora se le había encomendado otra tarea muy importante, lograr que la hija de su amo despierte por completo, y eso era lo que temía. Se había encariñado mucho con Yasmin, y sabia lo que sufriría cuando llegara el momento de cumplir con su deber, solo deseaba que todo valiera la pena, no le importaba el resultado solo esperaba que su amiga fuera feliz.

    —También deseo eso

    Kira tomo con fuerzas la mano de Yasmin para que sintiera que estaba a su lado y que siempre la protegería de todo. Sus padres habían sido fieles seguidores del padre biológico de Yasmin, y deseaban que Kira también lo fuera, que se convirtiera en la mano derecha del dios. Por muchos años ella justifico todo lo que hacia por ellos, pero cuando fue conociendo mas a la persona que encarnaba a Yasmin todo cambio, ahora estaba metida en un gran dilema, ¿Ayudaría a su dios o salvaría a su mejor amiga de ella misma?
     
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