Gran Desierto

Una vez estuvimos descansados, seguimos con nuestro camino. Arcanine pasó a usar Velocidad Extrema una vez más para recuperar el tiempo perdido en el descanso. Mientras tanto, revisaba la pokedéx por la entrada del Claydol que había capturado, revisando sus datos. Otro pokémon defensivo, me iba a servir....

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La cosa siguió bastante bien por el momento. Ya casi podíamos ver la siguiente ciudad, lo cual alegró tanto a Ark que aceleró el paso. Iba a necesitar un buen baño luego de toda esta tierra y calor....al igual que Ark, que de hecho no había bañado en todo este tiempo. ¿Porque no olía mal ni nada? ¿Eliminaba la mugre con su calor corporal?

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—¡Cuidado!—grité, y Ark evitó un Geodude que pasó a nuestro lado. El pokémon de tipo roca pareció enojarse, y alzó su brazo para maldecirnos en su idioma. Arcanine le sacó la lengua y salió corriendo aún conmigo en su lomo. Si nos hubieramos estrellado contra él...las cosas hubieran salido feas. Para mí, naturalmente.

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No volvimos a ser interrumpidos en nuestro viaje por el momento, y la salida de este lugar estaba cada vez más cerca. Arcanine volvía a tener sed, así que nos detuvimos para acercarle un poco del agua que había podido recolectar en el recipiente que siempre llevo en mi mochila. Ark bebió gustoso, y a cambio aceleró más el paso hacia nuestro destino.

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Pensando en ese Oasis de antes, recordé haber visto una sombra moverse desde lo más hondo...cuando ví el movimiento bajo las aguas me había sentido inquieto y me había alejado, pero ahora estaba más dubitativo. ¿Que sería eso? ¿Habría algún pokémon allá abajo?

[17/20]

 

¡Podíamos ver la entrada a la ciudad a la distancia! Era solo de continuar el ritmo....y no caerse en ningún momento. Arcanine aceleró el paso, lo cual nos acercó aún más a nuestro destino. Ya ibamos a llegar....¡Ya casi!

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Arcanine desaceleró. Ya no era necesaria tanta velocidad, ya ibamos a llegar de todas formas. La ciudad estaba cada vez mas cerca, y estabamos entusiasmados por llegar. Iba a necesitar un hotel donde ducharme, luego comprar comida...sin duda una ciudad al lado de este desierto era increíblemente necesaria. Seguro se estaban forrando.

[19/20]

 

Nos estrellamos contra un Geodude por no estar pendientes, pero por suerte el golpe no fue muy lamentable. Arcanine maldijo mientras lamía su pata adolorida, y el Geodude maldijo también mientras se acariciaba la cabeza. Le pedí a Arcanine que siguieramos, y decidió obedecer. El dolor se le pasaría al momento, seguro.

Ya habíamos llegado, entramos a la ciudad.

¡[20/20]!

 

Mimi Honda

La arena me golpeó de lleno en el cuerpo cuando abandoné la casa. Me hallaba... ¿en un desierto?

La llanura de arena y dunas que se extendía hasta donde alcanzaba la vista parecía confirmarlo. Aquel debía ser el Gran Desierto de Galeia. Era una suerte que no fuese de día porque el sol convertiría mi piel en carne de Octillery, pero la noche no era mucho mejor. Hacía frío y me vi obligada a cubrirme como pude para protegerme también de la arena.

Ya que iba a estar aquí... quizás podría hacerme con algún pokémon tipo tierra. Los odiaba, los detestaba por ser inmunes a la electricidad... pero necesitaba uno en mi equipo.

Era cuestión de estrategia.

 

Mimi Honda

Realmente... hacía frío.

¿Por qué los desiertos funcionaban de esa forma? ¿Por qué el calor era abrasador por el día pero por la noche las temperaturas caían de forma tan brusca?

Era la primera vez que estaba aquí y ya odiaba este sitio.

 

Mimi Honda

Un extraño pokémon de aspecto rocambolesco pasó levitando entre la tormenta de arena. Me detuve un momento solo para ver su estrafalario aspecto.

¿Qué... diablos era esa cosa?

 

Mimi Honda

Dex me explicó que se trataba de un Sigyliph, un pokémon de tipo psíquico/volador que fue considerado la deidad de una civilización milenaria.

Las antiguas civilizaciones tenían dioses muy... curiosos. Por decirlo de alguna manera.

 

Mimi Honda

Me esforcé en centrarme en lo que estaba haciendo. Estaba fortaleciendo mi equipo y consiguiendo nuevos miembros porque lo necesitaba, porque quería dar pelea en ese torneo.

Porque realmente quería... ganar. Derrochar toda la frustración que aún sentía dentro, todo el dolor que de ninguna manera había olvidado. Seguía resultando amargo, un recuerdo que no deseaba evocar.

"Céntrate... céntrate, maldita sea."

 

Mimi Honda

Pero no podía centrarme si el tipo tierra que buscaba se negaba a aparecer. Caminar en silencio, acompañada tan solo por el irritante murmullo de la tormenta de arena no ayudaba demasiado a paliar esa insidiosa voz en mi interior.

Esa voz que me recordaba que Alpha no me quería de la misma forma. Esa voz que me recordaba que todo se había estropeado entre nosotros. Era doloroso por mucho más que el rechazo...

Pero el rechazo quemaba como si fuese hierro al rojo vivo.

 

Mimi Honda

¿Qué estaba haciendo pensando en eso otra vez? Me propuse sacarlo de mi cabeza. Tomé la determinación de decirme a mí misma que yo era mejor que eso y que podía superarlo.

Entonces, ¿por qué seguía atormentándome? ¿Era porque había pasado poquísimo tiempo? No era más fuerte que yo. No dejaría que aquello me afectase más de la cuenta, no volvería a dejar que Alpha viese una sola de mis lágrimas.

Yo era... Mimi Honda, por el amor de Arceus.

Solo quería tomar esos molestos e inservibles sentimientos y arrojarlos a la fosa más profunda del planeta para que dejasen de hacerme sentir miserable.

 

Mimi Honda

Me recriminé a mi misma por rememorarlo. Y me forcé a ignorar el sentimiento de vacío que se estaba empezando a formar de nuevo en mi interior.

De cualquier modo... Alpha y yo ya no teníamos nada que nos uniese. Era demasiado doloroso, demasiado humillante e indigno, así que me decidí a cortar todos los lazos con él. Le amenacé si volvía a hablarme y cambié el apodo a mi Braviary que le había puesto él. Pareció bastante confundido cuando lo mombré de esa forma... pero más le valía acostumbrarse.

Solo quería olvidarlo todo. Todo el tiempo que pasamos juntos, lo mucho que me había dolido su ausencia, la felicidad que me causó su regreso... esos sentimientos de regocijo ya no me parecían recuerdos felices.

 

Contenido oculto

Malditos dados, me habéis deprimido a la niña :< (?)

Mimi Honda

Logré escapar de esa espiral cuando vislumbré una extraña silueta cavando con sus garras en la fría arena del desierto.

Era... ¿un Sandslash? ¿Quizás podía ser ese el tipo tierra que buscaba?

Un Sandslash no parecía un pokémon demasiado fuerte... pero era la mejor opción con la que contaba en aquellas circunstancias. Sentí acrecentarse el frío y la molesta tormenta de arena se me metía en los ojos y en la ropa... de modo que no lo pensé de más.

Lo atrapé. Sandslash sería el tipo tierra de mi equipo.

 

Mimi Honda

De la misma forma que abandonaría el desierto, abandonaría aquellos pensamientos, lucharía por prescindir que aquellos sentimientos a como diese lugar. Por proteger mi corazón de más golpes como ese. Yo no era un pokémon, no me sanaba de las heridas en un CP... pero al igual que un pokémon, si podía aumentar mis defensas y mis barreras.

La clave era la resiliencia. Había superado golpes mucho peores que ese.
Podía superar este.

 

Orgen

Durante el viaje le contaba a Liza sobre mi padre y mi familia, ella escuchó amablemente y una vez en el desierto se despidió de mi, parece que iba a ciudad Barniz que queda al sur. —Gracias por toda la ayuda Liza, espero verte pronto. —sonreí, me despedí y mientras alzaba vuelo hacia la ciudad tanto Matuku como mi persona hacíamos señas de despedida con las manos. —Es una agradable persona —le comenté a Matuku y éste movió la cabeza haciendo un gesto positivo y se montó sobre mi cabeza. —Creo que es hora de Capturar a algún otro Pokemon. —comenté mientras comenzaba a caminar. Un fuerte viento soplaba y en cuanto caminamos un poco más se abalanzaba una gran tormenta de arena. —Por las fauces de Groudon!!! —grité mientras me cubría el rostro y Matuku se sujetaba fuertemente a mi cabello.

 

Orgen

Luego de que se calmara un poco la ventisca de arena, seguimos caminando, el lugar era fresco debido a los fuertes vientos pero el aire era sofocante y la arena se encontraba caliente debido al calor del sol. Buscaba algún pokemon entre las arenas; mientras yo observaba el frente, Matuku estaba atento a la retaguradia.