Al menos cuatro pokémon juntos pasaron frente a nosotros y no se encontraba, entre ellos, al que buscábamos. La paciencia requerida iba a ser grande...
Como movernos no conducía a los resultado que esperábamos, Servine y yo nos sentamos en algún punto del desierto y permanecimos quietos, con la esperanza de que los dos pokémon buscados pasaran cerca nuestro. Tenía las pokébolas preparadas.
—Estoy empezando a mosquearme —comenté a Servine después de ver un desfile de pokémon que no eran los que buscábamos.
Hasta que un Claydol salvaje apareció. Sin decir una palabra, lancé la pokébola. Ésta se movió unos instante, hasta que la quietud repentina nos dio la certeza de que lo habíamos capturados. —Sólo nos falta uno, Servine, y podremos irnos... —dije.
No hizo falta esperar demasiado. Dos Sandshrew, un Trapinch y un Bonsly y otro Claydol pasaron por uno de nuestros costado. Los escoltaba un Sandlash. Con uno ataques sorpresivos, Magmortar y Servine lo debilitaron. Lo capturé.
Vi a un pequño Geodude, le lanze una pokeball--bien, ya esta regresemos--Dije mientras me montaba en Aerodactyl y nos ibamos a ciudad Oleo