-- Si...-- tome la ball de Jamask, Sudowoodo y Trapich, las coloque en el suelo y las rompí con un solo pisotón-- son libres amigos
--No, espero....bueno, mejor movámonos-- Regrese a Charmeleon y al resto de los no liberados para luego empezar a caminar.
-- Claro.. -- mientras camibamos, prestaba atención de que pokémon me llamaban la atención, vi un sudowoodo y me llamo la atención, saque a Mawile de su pokebola aprovechando que tenía ventaja y ordene que usara golpe roca ella obedeció y comenzó a atacarlo hasta que retrocedió y pude lanzarle una pokebola -- El primer tipo roca..
Tome la pokebola de sodowoodo y la coloque en mi cinturon -- Diablos... no me gustan las tormentas de arena, en la primera ya me golpearon demasiadas ramas
-- Horrible.. en especial cuando estan rotas y te van raspando y/o cortando -- lo seguí de cerca, no me iba a quedar en esa ruta para que me atrapara otra tormenta de arena
-- Solo a ti te pasa eso-- le comente riendo y atravesando por completo el lugar para entrar a la ciudad Barniz.
Cuando puse un pie en el desierto, una tromba de arena me ensució toda...vaya diita con la arena de las narices... --Puag, se me metió en la boca. --me quejé y empecé a andar con la cámara ya guardada en la mochila.
--Esto es muy grande... --exclamé mirando los alrededores con pesadez. --Ayy, si no hay mas remedio...
Iba caminando pesadamente. El calor me inutilizaba por completo. Cogí la botella de agua pero cual es mi sorpresa al encontrármela... --¿!Vacia!? ¿!Cómo que vacia!? ¡¡Me voy a morir aquí!! --chillé melodramática. El calor me hace delirar a veces.
Entre al desierto y me quite mi ropa quedando en boxer-- Vale, Krokoorok, ve-- libere al lagarto de tierra al cual le sonreí malicioso y empezó a cavar un hoyo al cual nos metimos y avanzamos por el desierto.
--Tengo...sed...me...voy...a...morir...soltera...y...sin...riquezas...por...qué...a...mi... --decía casi sin pensar mientras caminaba lentamente y Pika me miraba raro.
Mientras pasábamos bajo tierra encontramos muchos pokémon y una pequeña joya la cual tome para luego continuar nuestro plan
--Ay mi madre, ya no puedo más... --me dije y me senté en el suelo del desierto. --¿Dónde me he metido?
Le ordene a mi pokémon levantar un poco la cabeza y este obedeció. el solo podía ver un Pikachu y una chica a los cual se quedo mirando, pero en especial al pokémon.
Lo odio... Lo odio lo odio y lo re odio... Miré la pokédex, pero ningún pokémon me llamaba la atención. Hombre, a lo mejor uno de tipo tierra no me vendría mal, pero lo pensaré en otro momento... Primero necesito el equipo de mi padre. --Está bien, necesitamos pasar este lugar tan... seco.-- Le dije a mi pokémon. -- Spark, si te cansas, dímelo, te llevaré en brazos.--