—Gracias, pero no todo es pura suerte —sonreí, guiñándole un ojo—. Oye, mira aquello... Era una casa que se erguía, solitaria y a simple vista abandonada, en el medio del desierto. Debía ser el lugar, la famosa casa del montañero... —Creo que llegamos —sonreí, guardando la pokebola de Skarmory y caminando hacia allí.
Salimos de la casa del montañero una vez finalizadas las negociaciones, y caminamos animadamente por un corto período de tiempo hasta que dimos con un camino que Togepi reconoció como la salida. La seguimos y, poco tiempo después, dejamos atrás el Gran Desierto.
No fue difícil llegar al Gran Desierto... ya estaba amaneciendo y decidí que era hora de viajar a lo grande. Liberé a Skarmory, monté sobre su cuerpo de acero, y fuimos a toda velocidad a través del enorme y vasto desierto.
Sali de la ciudad a gran velocidad con mi ninetales asi que nos dirigimos a la ruta 308 --No volvere a quedarme con alguien--pense triste--
Ninetales disfrutaba del calor en.el desierto pero eso no lo detuvo de seguir corriendo --Que bueno que lo disfrutas amigo--le dije acariciandole la cabeza--
Charizard recordó lo que dije antes de entrar en esta ruta. Dobló un poco su cuello para mirarme, como preguntándome si quería que fueramos más rápido. Yo simplemente asentí, y mi pokémon me obedeció.
Aquí estábamos... el Gran Desierto. Lo sobrevolamos tan rápido como pudimos, incluso fuimos más rápido que a la ida gracias a las direcciones de Togepi, que ahora estaba despierta. Vislumbré brevemente la casa del montañero, pero no me detuve... Ciudad Barniz estaba muy cerca...
(@Yellow green forest ) Salimos de la ruta y llegamos a gran desierto --Vaya calor--dije acalorado y veo a ninetales este parecia disfrutarlo--