Vi a maractus y pos no me habia convencido mucho--Lo siento amigo pronto vendras conmigo-- dije sonriente--vaya que calor--
Vi a sandlash y me gusto mucho ese poke--Ok amigo tu vienes conmigo--Le dije mientras lanzaba la pokeball, la pokeball hizo su trabajo y lo habia capturado
--Oh un sandshrew, que mal amigo no te puedo llevar ya tengo un sandlash,lo siento-- le dije mientras miraba al poke--
--Yo creo que llegando a una ciudad cercana ire al centro pokemon a descansar un poco--dije cansado y acalorado--
Llegue al Gran Desierto, estaba devastado, no queria saber nada asi que baje de Flygon y comence a correr sin direccion alguna.
Aquí estábamos, el Gran Desierto... nuestro último obstáculo antes de llegar a Ciudad Barniz, el último lugar donde sabíamos había estado la entrenadora de Togepi. Hacía un calor infernal, aunque a decir verdad no me esperaba menos. Aún así, el Cyndaquil de Yair, que se encontraba fuera de su pokebola, parecía estar pasándolo genial con éste calor.