Explícito de Pokémon - Grace's Anatomy. ♥

Tema en 'Fanfics de Pokémon' iniciado por Salope, 8 Octubre 2021.

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    Salope

    Salope Terapeuta Pokemon.

    Capricornio
    Miembro desde:
    20 Septiembre 2020
    Mensajes:
    7
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Grace's Anatomy. ♥
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    3906
    **Advertencias**:Si eres una persona que se aferra mucho a el canon de *el viaje de los entrenadores empieza a los 10 años* realmente recomiendo no leer mis historias, ya que para mi fácilmente cualquiera de ella tiene mas de 16 (ademas de ser personajes ficticios).

    Mis fics tienen alto contenido sexual, si no es lo que buscas te recomiendo buscar otro mas, si decides seguir leyéndolo es bajo tu responsabilidad, advertido estas.


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    CAPITULO I
    La soledad no es buena compañera.

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    Un dia mas en ciudad Vaniville, el aire limpio y tranquilo, el cielo hermoso y azul, los Fletchling cantan alegremente, los prados son verdes y un día monótono para mí se vuelve a repetir.

    Desde que Serena se fue a Hoenn ya hace mas de año y medio mi vida se ha vuelto muy repetitiva y tranquila, claro que viene cada 3 meses a visitarme, pero su ausencia realmente es algo que día con día hace que me cuestione ¿Fue bueno dejar que emprendiera ese viaje?

    No Grace, no seas injusta —me dije mientras amarraba mi chándal por las mangas a mi cintura—. Tu viviste tu sueño, ella también tiene que vivir el suyo.

    Y no es que no añorara esos tiempos, cuando fui una jovencita prodigio en las carreras de Rhyhorns, toda la fama que tuve desde Kanto a Kalos, mi record de ganar 25 carreras consecutivas aun nadie lo a superado, estar celebrando de fiesta en fiesta, y todos los excesos que tuve a mi edad.

    Y por esos excesos es que termine siendo madre muy joven, cuando me embarace de Serena supe que debía cambiar mi vida, y quizás reflejar con mi aprendizaje a través de ella, entrenarla para que empezara en donde yo me quede, que fuera igual de buena que yo y que viviera con precaución lo que nadie me advirtió a mí.


    Pero eso no sucedió, ni sucederá.

    No vivo mal, los ahorros que tengo de esos tiempos más las veces que me contratan como instructora especial para campos de entrenamiento Rhyhorn me dejan bastante para vivir muy bien, tener a una instructora de mi categoría no es nada barato, pero lo pagan sin pensar pues los cursos que doy son los mejores, aparte que aún quedan muchos fans de mis ayeres que nunca desaprovechan la oportunidad de platicar de esos tiempos.

    Vamos Grace, deja de recordar y soñar despierta, tenemos cosas que hacer. —dije mientras tomaba un morral grande y salía de casa, acaricie a Rhyhorn revisando que tuviera el suficiente alimento y agua en su abrevadero y dejando un poco de comida en la casita de fletchling salí de casa cerrando la cerca.

    Justo ahora me dirijo a Ciudad Lumiose, a comprar víveres y demás cosas que me hacen falta, Rhyhorn recién había carcomido algunos cables que conectan las lámparas de su establo y tengo que hacer el cambio de esas instalaciones, siempre hay algo que cambiar o reparar en casa, cosas que me serian mas fácil si tuviera a un hombre en casa, sería bastante relajado saber que cuento con alguien que me apoya y que fuera una buena pareja para vivir conmigo apoyándome en todo, que me haga sentir segura y saber que estará conmigo hasta envejecer, el sueño de toda mujer madura, pero preferí vivir yo sola a tener a un loco con sueños mitómanos como pareja… como el padre de Serena… en donde estará el ahora?

    Partí en el tren que lleva a Ciudad Lumiose, a pesar de quedar lejos el tren eléctrico es una maravilla, gracias a los ingenieros de Lumiose podemos desplazarnos en horas a otros pueblos y ciudades en lo que antes tomaba días, me recuesto en mi asiento y saco mi bolso con maquillaje para retocarme, abro mi estuche y me miro al espejo, mientras destapo mi labial rosa… el reflejo que me da ya no me está gustando nada, unas pequeñas arrugas mas han aparecido en los extremos de mis ojos, suspiro mientras vuelvo a tapar el labial, y pienso; «si no voy a ver a nadie a donde me dirijo no tiene ningún caso arreglarse. »

    Me recuesto nuevamente en mi asiento y cierro los ojos tratando de dormir un poco hasta mi destino.

    —Disculpe señora. —abrí lo ojos y junto a mí se encontraba una chica no mayor de la edad que mi hija acompañada de un slurpuff que sostenía una bolsa—. ¿No quiere comprar algunos pokelitos? ¡Le garantizo que son riquísimos!

    —¿S.señora? —con una sonrisa fingida por la sorpresa y la palabrita que nunca me a terminado de gustar vi que en sus manos llevaba una caja del producto—. Gracias linda, pero por ahora no.

    —¡Anímese! Sera una bonita sorpresa para su marido! —insistió la chica mientras su slurpuff insistía también con el sonido característico.

    —¡De acuerdo, de acuerdo! Quiero una caja, ten y quédate con el cambio. —le dije rápidamente mientras le daba un billete y tomaba el producto de sus manos, la chica sonrió victoriosa y su slurpuff salto de contento al recibir el dinero.

    —¡Mil gracias señora! Que tenga bonito viaje! —dijo con una sonrisa mientras se alejaban y se dirigían al asiento detrás de mi.

    «Me hubiera dado más pena tener que decirle que no tenia marido…» pensé algo deprimida mientras tomaba un pokelito de la caja y lo mordía con un poco de frustración.

    Llegamos a nuestro destino más rápido de lo que esperaba, baje del tren y sacando mi lista de compras y mi itinerario me empecé a desplazar rápidamente, me gusta viajar a Ciudad Lumiose, siempre tienen las cosas que necesito y una gran variedad de artículos, sin mencionar la exquisita comida que venden y las promociones que se pueden aprovechar.

    La gente siempre esta en movimiento y es tan grande que algunos se desplazan en patines, bicicletas o motonetas, en mi caso cuando tengo tiempo y como buena ex-corredora rento algún Gogoat para recorrer las calles y hacer un poco de turismo, pero esta vez solo quiero concentrarme en las cosas del establo de mi Rhyhorn y los víveres que necesito.

    No obstante caminar por las calles de Lumiose siempre es embriagador por el ambiente a romance que hay, ver tantas parejas caminar, de las manos, o abrazados siempre hacen que me sienta incomoda, o quizás sea incomodidad disfrazada de envidia.

    «Se ven tan felices…» Pienso suspirando mientras una pareja sin ningún pudor se besa apasionadamente delante de mí, como si me escupieran su felicidad en la cara, y la Torre Prisma no hace más fácil el paisaje, pues es completamente la postal que cualquier chica soñadora y enamorada quisiera vivir.

    Caminando más adelante me detengo en una tienda de ropa, las nuevas remesas han llegado y las vitrinas están llenas de ropa colorida y muy moderna, esta de más decir que Kalos siempre está en la vanguardia de la moda, pero hay una que capta mi atención inmediatamente, un vestido de novia.

    ¿Qué chica no sueña con portar un vestido así de bonito? Y yo no era la excepción a ese sueño, veo embobada el diseño a través del vidrio como el vestido tan majestuoso y blanco es adornado por bonitas piedras y encajes tan femeninos, los guantes de fina seda de Sewaddle y el terminado que da el velo es como si el diseño estuviera inspirado en un elegante Swanna.


    Sonrió suspirando mientras veo el diseño tan hermoso y de pronto la chica que está poniendo la vitrina saca un maniquí y comienza a adornarlo con otra prenda, tan perdida estaba viendo el vestido de novia que solo me doy cuenta cuando la chica se aleja del maniquí de a lado y al echar un ojo me doy cuenta que es un conjunto de lencería blanco.

    «Qui... quizás sea lo que lleva debajo el vestido…» pienso con tonta ignorancia mientras lo miro incrédula, medias blancas casi transparentes con un liguero muy seductor, encajes súper delgados y blancos trazados con figuras de flores y bayas, un corsé que equilibra perfectamente entre lo elegante y lo vulgar y una tanga de encaje que hace que me cuestione si hay alguna chica con pudor que vista algo así.

    «El vestido si que me lo pondría… pero, creo que eso sería demasiado y más llevarlo puesto todo el tiempo durante la boda» enfoco mi vista en la lencería mientras me imagino que se sentirá llevar puesto algo tan sensual.

    —¡Grace, pero que agradable sorpresa verte aquí! —. de repente la voz de un hombre me hace salir de mi sueño de sobresalto mientras que del susto mi cabeza choca con el vidrio.

    La chica de la vitrina tapa su boca con los dedos de su mano por la risita mientras yo volteo para ver quién es el que me a reconocido en toda la ciudad, y veo a un tipo de barba con goggles, fornido y de overol montado en una motoneta mientras un Ampharos va sostenido a el.

    Meyer, ¿Eres tú? —. Digo mientras me sobo la frente.

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    —¿Cuánto tiempo Grace, buscando algo de moda que comprar? — dice mientras se sube los goggles y su Ampharos me saluda alegremente.

    —¡¿Eeeh?! B.bueno… yo no… —digo torpemente acercándome a el esperando que no haya notado lo que estaba viendo —. No seas tonto, solo estoy de paso, o mejor dicho vengo a comprar algunas otras cosas que si necesito.

    —Pues si es algo de electrónica no dudes en que yo tengo lo que necesitas. _ responde sonriendo.

    Ahora que lo mencionas, me vendrían bien algunos cables de lámparas y algunos repuestos de bombillas. —doy una ojeada a la lista que llevo.

    —Siendo así, Ampharos, ¿te molestaría? —Ampharos hace un sonido gentil y Meyer saca una pokebola llamándolo dentro de ella.—. Sube querida, llegaremos así mas rápido a mi tienda.

    —Rápidamente subo a la parte trasera de la motoneta y Meyer arranca mientras yo lo abrazo fuertemente por la cintura, puedo sentir los músculos de su abdomen en mis manos y su ancha y masculina espalda en mi rostro, su olor tan varonil y fuerte es casi enervante en mis sentidos, que hacen que de repente mi mente divague y me imagine cosas inapropiadas en el momento.

    «¡Arceus! ¿Que hace este hombre para mantenerse así se bien? Digo, es trabajo físico el que hace en su taller, pero… ¿realmente tiene que ser tan varonil? Me pregunto, ¿Cómo se verá desnudo? ¿Cuánto medirá su “ekans” en estado salvaje?» Pienso durante el trayecto a su taller mientras me muerdo los labios al imaginarme, no es mi culpa tener esos pensamientos recurrentemente, han pasado años desde que sentí la pasión de un hombre encima de mí y contando el estilo de vida que llevaba antes, más el golpe a mi ego que tuve en todo mi viaje a Ciudad Lumiose y ver tantas parejas felices hace que mi mente se mal viaje más, pego un poco más mi rostro a su espalda mientras doy un respiro profundo llenando mi ser de ese aroma varonil embriagante.

    —¡Grace!, ¿cuánto tiempo piensas estar así? —dice Meyer mientras despego mi rostro de su espalda y confundida noto que ya estamos frente a su taller y la motoneta ya estaba estacionada y apagada.

    Soltándolo rápidamente y de un salto bajo de la motoneta, roja de vergüenza camino hacia la puerta de su taller.

    —¡Lo-lo siento! ¡No eh dormido bien últimamente! —dije excusándome torpemente.

    Meyer sonríe y abre la puerta de su taller, rápidamente y sin hablar más del asunto toma la lista de mis manos y en un abrir y cerrar de ojos todo lo de mi lista estaba encima de su mostrador, no quiero aceptarlo pero a pesar de que siempre hice el trabajo físico en casa desde que soy madre soltera, un hombre sabe mucho más en términos de ese campo, y más si es la rama en la que trabaja como en este caso, la electrónica.

    Me salvaste Meyer, no pensé encontrar todo lo de mi establo en un mismo lugar — dije mientras guardaba todo en el morral que llevaba y sacaba mi billetera. —¿Cuánto te debo?

    —No es nada no te preocupes, para mi corredora de rhyhorns favorita es lo menos que puedo hacer. —dijo mientras ponía en orden las cosas que había movido de su taller.

    —¿Cómo crees? Insisto, te dejare el dinero en la vitrina si es que no me lo vas a recibir. —dije insistente mientras sacaba el dinero de mi cartera.

    —De acuerdo, que te parece la primera ronda de cervezas en el café La Claqueta. —sonrió mientras se apoyaba en el mostrador y me miraba fijamente, que yo recuerde tiene años que no tomo algo con alguien y mas en plan de cita pero bueno, quizás un par de cervezas es lo que necesito para dejar de pensar en cosas que me distrae.

    —¡Acepto! Pero solo un par de rondas ¿eh? —. Dije muy animada, por la situación.

    Salimos de su taller y caminamos algunas cuadras, La Claqueta era un café muy bonito que frecuentaba antes con mis amigos y que hoy día es un lugar poco concurrido por lo que han tenido que meter bebidas alcohólicas para hacerlo un especie de Café-Bar, cosa que no sabía y ahora ya estando ahí me volví a sentir algo incomoda, pues el ambiente pinta más a romanticismo y citas rápidas.

    Tomamos una mesita muy a la orilla y ordenamos un par de cervezas, la mesera era una linda Braixen que con su charolita transportaba las bebidas de los clientes, hoy día ya es normal ver pokemon ocupando varios puestos como ese.

    Tomamos nuestras cervezas y comenzamos la charla, y me entere de muchas cosas, Bonnie había empezado ya su viaje como entrenadora y ya llevaba varios pokemon atrapados, Clemore se estaba volviendo un famoso y fuerte líder de gimnasio y había podido reprogramar a Clembot en su totalidad, Meyer había ido recién a Alola a una exhibición con Royal Mask, y muchas cosas mas, realmente es envidiable las cosas que le habían pasado y saber que han tenido una vida tan activa.

    —Y dime, ¿qué has hecho últimamente amiga? —dijo Meyer mientras nos servían la tercera ronda de cervezas.

    —¿Yo? Pues… no mucho realmente, solo varios trabajos de instructora y desearle lo mejor a mi hija, que viene a visitarme dentro de 15 días y se volverá a ir 3 meses y así… la misma rutina siempre. —dije mientras empinaba a fondo el tarro de cerveza para ahogar mi frustración.

    —Es verdad, tiene mucho que no veo a Serena, de seguro sigue siendo tan preciosa como su madre, ¿no es asi? —me dijo Meyer en un tono bastante coqueto.

    —¡Oh, basta! Hoy no estoy de humor para tus burlas, no compares a esta cuarentona acabada con la lindura que se a hecho mi hija, ¡no es gracioso! —empine lo que quedaba de mi tercer tarro.

    —Grace la única que piensa que no eres atractiva eres tú, quizás si variaras un poco más tu imagen, subieras un tono más el color de tu labial, y cambiaras ese chándal por algo mas femenino podrías… —.

    —¡Basta! ¡No vine aquí para un asesoramiento de imagen! — azote el tarro en la mesita algo molesta, mientras nuestra Braixen mesera se acercaba con la jarra para volver a llenar el tarro—. Déjala aquí en la mesa cariño.

    —Es una lástima, realmente ciento que a esas caderas de monta-rhyhorns le quedaría perfecto ese liguero blanco de esa vitrina. —Meyer termino su cerveza mientras tomaba la jarra para llenar nuevamente nuestro tarros, yo estaba de mil colores apretando mis puños sobre mis piernas mientras gotas de sudor escurrían por mi frente.


    Me-Me-Meyer… tu… — dije torpemente.

    —Sabes, en tus tiempos de corredora Rhyhorn no recuerdo cuantas veces me masturbe pensando en ti, soñando siempre en penetrarte en muchas posiciones lujuriosas o intentar cosas que no hubiera podido intentar con mi esposa, pero ahora venos aquí, tú sigues igual de erótica que esos días y yo ya no tengo esposa, pero sigo deseándote de la misma manera —dio un trago a su cerveza y continuo. —Claro que ya no somos unos jóvenes, pero el tiempo se va Grace, y quizás el día de mañana nos arrepintamos por no intentar las cosas.

    —¡MEYER! ¡Santo Arceus, eres un bruto como se te ocurre decirme esas cosas tan de repente! —Mi cara no podía estar más roja, sentía que me salía vapor por las orejas y yo no podía estar más avergonzada, pero a la vez sus palabras se habían metido a mi mente de una manera tan profunda que hicieron estremecer algo dentro de mi.

    —Dime Grace, cuando fue la última vez que le dieron a tu cuerpo lo que se merece, ser sacudida no solo por cabalgar un Rhyhorn, sino por cabalgar una buena verga dentro de ti. — mirándome fijamente Meyer sostenía mi muñeca fuertemente mientras yo extrañamente escuchaba indignada y fascinada todas esas vulgaridades.

    Meyer… basta por favor, esto es muy incomo…—

    Ni bien termine de hablar y repentinamente Meyer se puso de pie y tomándome de la cintura me apretó a su cuerpo, y sus labios se plantaron a los míos en un descarado besos que jamás en mi vida había probado de esa manera, no sé si fue la vergüenza de escuchar todas sus majaderías, o las cervezas que traía encima, pero al sentir su abdomen chocar con el mío, mis pechos presionarse contra sus duros pectorales masculinos y la fuerza con la que era sometida de repente la resistencia de mi cuerpo se empezó a desvanecer completamente.

    Inconscientemente me aferré a sus labios gruesos y varoniles con todas las fuerzas de mi ser, sintiendo como el fuego de la lujuria me quemaba por dentro mientras nuestras lenguas se retorcían violentamente en mi boca.

    Y la actitud de Meyer era voraz. Mis labios eran jalados, mordidos y chupados en la más exquisita agonía, casi sin dejarme respirar, a la vez que su brazo mantenía mi cintura inmovilizada en un gesto claramente dominante.

    «Su… su lengua…» Pensé febrilmente. «Oh Arceus divino, que-que rico. Ha-hasta el…fondo, se mete… oh Arceus

    Me tenía justo donde quería, y en medio del desenfreno más primitivo estuvo besándome durante casi 5 minutos, a la vez que mis brazos como si tuvieran vida propia se enredaban a su cuello, prolongando más el vulgar beso. Y cuando todo terminó los resultados eran evidentes: Yo estaba jadeando agitadamente y cubierta de sudor, con el pelo desordenado y prácticamente babeando.

    —Te ves muy linda asi, Grace. —Dijo Meyer mientras trataba de recuperar el aliento. —Excitada y gimiendo por mas.

    Trate de responder pero un débil gemido fue lo único que salió de mis labios.

    —Que te parece si mañana me llamas por vídeo llamada y planeamos algo mas intimo e intenso. —dijo mientras la Braixen trataba de tapar la vista con su charolita pero estirando y agitando su patita tratando de atrapar el dinero de la cuenta de lo consumido.

    Si hubiera sabido todo lo que iba a desatar el responder —SI— lo hubiera pensado un poco mas...


    Continuara...
     
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    AleMP

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