Con la cuestión esta del taggeo me ando encontrando mis escritos viejos... la mayoría me dan asco, otros considero que son rescatables xD Como algunos podrán saber, me gusta eso de hacer remakes (?) Este relato era una cosa de 2012 que se titulaba Dicen, acabo de borrarla por cierto. El caso es que creo que era una suerte de song-fic, pero en la corrección perdió ese hilo y creo que ahora es un relato a secas. . . . . . Grítalo Sé que estoy encerrada, sé que que debo descubrir que estoy sola ahorcándome. No hay nadie que tenga la culpa de mi desgracia, yo solo voy por la vida con los ojos cerrados, esperando milagros, jugando con el presente y el futuro, ahogándome en falsas esperanzas. Ignorando mis propias advertencias, creyendo que puedo cambiar el orden de las cosas. Me creo poderosa al desafiar la corriente. Dicen que solo tú puedes averiguar lo que pasa por tu mente y corazón; nunca nadie te lo mostrará, nadie se siente orgulloso del dolor, nadie tiene las riendas de tu vida. Pero dime, ¿qué tan cierto es eso? También dicen que ni tú logras penetrar en lo más oscuro de tu mente. Entonces, ¿qué tan retorcido, sucio y perverso es lo que habita en mí? Fui una tonta ante todos, creí que tenía la fuerza para soportar sin romperme a pesar de estar llena de grietas. Me llegó el turno de sentirme pequeña, de aceptar que no puedo salvar a aquellos que no quieren ser salvados. Me siento como un animal domesticado de forma cruel, que la vida ha tirado de las riendas con tanta fuerza que me dejó inconsciente. ¿Qué tan difícil es mantenerse en pie? Si no prestas atención a tus propias alarmas, será imposible. Es así de sencillo. Deberías saber que no podrás volver atrás por mí y yo no volveré atrás por ti. Mentiroso. Al fin y al cabo fue eso lo que fuiste. La inocencia y ternura desaparecieron en un punto que no soy capaz de recordar. Mi predicción fue acertada, la situación me explotó en el rostro. La felicidad inicial solo era una manta cubriendo el resto de tu ser en descomposición y yo la tomé, sin ser capaz de notar la peste. Siempre he sido un animal viviendo de esperanzas ilógicas. No tiene caso seguir lamentándose por ello, ¿no es así? Ha dejado de importar lo que quieran los demás y, por primera vez en muchos años, importa únicamente lo que quiero yo, sin importar el costo que tenga. Después de todo así es el juego de la vida. Todos piensan por ellos, el altruismo puro no existe. Tantas veces me pregunté cómo debían ser las cosas. Comencé a elegir bandos, viví de mentiras, abusé de los derechos y comandé leyes ilógicas. Me harté de mí misma hasta llegar a sentirme confinada. Quería hacer tantas cosas y creí que no podía, porque el estereotipo de buena chica hacía que yo misma me pusiese límites. Sin embargo, con el pasar de los años, el peso del estereotipo perdió fuerza. Comprendí que la mayoría de las leyes solo sirven para romperse, que la paz es inalcanzable, que el humano siempre encontrará motivos para no estar de acuerdo, que las promesas parecen sentenciadas a ser rotas y las palabras causan daño. Después de todo lo que se busca es explotar los sentidos. Adaptarse a las reglas del juego carece de sentido, así que si tienes algo que decir, dilo. Grítalo y rompe las riendas.
