[Gladiadores] Rehenes de un imperio

Sebastian

Al darme la vuelta para retirarme, pude notar a dos personas a lo lejos, parecían estar platicando sobre mi pues ella me miraba —creo que le gusto— me dije aun sin riendo, en realidad me atraían las chicas de su tipo y estando en este lugar sin mucho que hacer solo pensaba en esa vida de placeres que solía tener, así que extendí la la mano desde mi frente al aire dándole un "amistoso saludo" a lo que ella solo se volteo con el seño fruncido —Esta loca por mi— me tragaba mi propia mentira y me encamine a mi habitación.

 

Gaius

Ambrosius comenzó a reirse; Gaius estaba observando el ataque no tan afortunado de Sebastian, pero esa risa lo desvió un poco de lo que tenía que hacer, era raro escuchar risas acá abajo; Gaius se acercó a Sebastian –Muchacho, creo que el mazo no es la mejor opción para ti; aún así tienes tiempo para pensarlo un poco, y cuidado con Priscus, podría decir que es de los más ariscos, dudo que su humor de para hacer bromas. Se más cuidadoso cuando hagas tu demostración frente a los mecenas– miró hacia Ambrosius y Alethia– Si, tener una mujer guerrera aquí es un gran distractor; pero jamás debes perder la cabeza.

Ambrosius

–Es bueno tener una hermana– Dijo al terminar de reir

 

Alethia

No podía creer que alguien me saludara como si estuviéramos en la calle, ¿que no se da cuenta en el lugar que esta?

Ambrosius comenzó a reír al ver los ataques de aquellos que hacían una demostración.

—Por la forma en que me ven, creó que soy una distracción, pero me he escuchado que hay otras mujeres aquí, así no me sentiré tan deseada —sonreí ante el sarcasmo de mis palabras.

La demostración se ponía interesante, ellos llegaran a tener suerte como nosotros.

—Ambrosius, ¿que pasa si un mecenas no se hace cargo de los esclavos? ¿si ellos no hacen una buena demostración como nosotros? —volteé a verlo mientras esperaba su respuesta.

 

Sebastian
Recordaba un fragmento de mi pasado cuando fui interrumpido por un vos proveniente de detrás mio lo cual izo que me detuviera –Muchacho, creo que el mazo no es la mejor opción para ti; aún así tienes tiempo para pensarlo un poco, y cuidado con Priscus, podría decir que es de los más ariscos, dudo que su humor de para hacer bromas. Se más cuidadoso cuando hagas tu demostración frente a los mecenas– miró hacia Ambrosius y Alethia– Si, tener una mujer guerrera aquí es un gran distractor; pero jamás debes perder la cabeza.— Se escapo otra de mis risas y voltee para verle la cara —Amigo, ¿donde esta ese espíritu? no hay que ser tan aguafiestas, estamos aquí sin obcion, que mas nos queda si no divertirnos— Le respondí colocando mi mano en su hombro mientras mi vista se desviaba a Alethia —Se muy bien a que te refieres con ella, pero vamos, si me conocieres en realidad, básicamente solo pienso en la mujeres— Continué para después continuar con mi camino. —¡Ah!, con respecto a lo que me dijiste primero, me quedo con la espada— Finalice sin voltear mientras me alejaba y me despedía con ese típico movimiento mio de llevar dos dedos de mi frente al aire.

 

Priscus

Uno de los esclavos nuevos arrebato el mazo de mis manos —¡Hey! Priscus te enseñare como se hace—
y como golpeando a la nada, dejó caer el arma sobre mi "Livius" sin ninguna fuerza aparente. Luego de eso empezó a reír como loco...
—Muchacho, creo que el mazo no es la mejor opción para ti; aún así tienes tiempo para pensarlo un poco, y cuidado con Priscus, podría decir que es de los más ariscos, dudo que su humor de para hacer bromas. Se más cuidadoso cuando hagas tu demostración frente a los mecenas– Dijo el buen Gaius—Si, tener una mujer guerrera aquí es un gran distractor; pero jamás debes perder la cabeza.—

—Déjalo Gaius—Le respondí a mi antiguo camarada— El joven debe sentirse Hércules, para creerse así de fuerte y atrayente a las damas—Y me reí en su cara.

Cerca estaba aquel Chico tímido... su golpe no había sido el mas certero... quizá mejoraría; a veces me gustaba tener fe.
La mujer... Alethia seguía mirándonos, al parecer había hecho buenas migas con Ambrosius... bien por ella... seguro necesitaría un aliado.

 

Ambrosius

–Son regresados a la estancia de los esclavos; normalmente se les da otra segunda oportunidad; pero esa oportunidad no es en la zona de entrenamiento; se llevará directamente a la Arena Olimpia; el esclavo tendrá que luchar con algún Gladiador, no es una pelea a muerte pero tampoco es con armas de entrenamiento–Dijo al ver aquellas armas sin filo– Si tampoco demuestra potencial es enviado a la prisión de esclavos y vivirá lavando los pisos del subterráneo, limpiando las jaulas de los animales y cargando agua para los baños. A pesar de que nosotros los tratamos aún como personas, los esclavos de la prisión comienzan a perder todo su espíritu, nunca es grato ver a un compañero en esas condiciones– Esto último lo dijo con pesadez en su voz.

 

Gaius

Miró a Sebastian fijamente y lo tomó fuertemente del hombro –Nos queda luchar, ¡Nos queda vivir!– dijo no de forma amenazadora, sino esperanzadora. Después resonaran las recientes palabras de Priscus y dejó ir el hombro de Sebastian; su mano quedó marcada. No se podía esperar menos de los pocos Gladiadores que recurrían a sus propias manos como armas.

 

Alethia.

Estaba más entretenida con mi charla con Ambrosius que ni me daba cuenta que murmuraban de mi.

—Eso no a de ser muy grato ver, un compañero caer ante la falta de espíritu... ¿Al parecer te a pasado a ti verdad?... Pero no sé que sea peor, perder la voluntad, o morir en la arena frente a alguien que te pueda conocer, alguien del pasado que se pierde en este lugar... ¿Cual destino será más cruel?

 

Sebastian

Aquellas palabras de Gaius resonaban en mi cabes y la sensación se su mano en mi hombro seguía ahí, me hizo pensar mucho pues ¿que otra nos queda? esas palabras de esperanza las tendría presentes en cada momento pues estaban llenas de razón, al ver que se alejaba susurre un "gracias camarada" apenas audible para mi, ¿realmente por fin habré hecho un amigo?, tome asiento en el suelo pues no evitaba ver que Priscus no me quitaba esa mirada acecina de encima, ¿que? ¿acaso no tiene sentido del humor? solo quería divertirme un poco.

 

Ambrosius

–Si, he pasado por eso incontables veces; mi amigo con quien fui traido al Coliseo perdió la vida en la prisión de esclavos; antes de morir ya quedaba muy poco de lo que fue; y al menos yo, como Gladiador, aún tenía aspiraciones; mi amigo las perdió todas, y el era bastante fuerte, creí que nada ni nadie lo doblegaría–Apretó sus manos– Hoy Otho me dijo algo que yo ya sé desde hace tiempo, el murió libre; no respondió a nadie; si alguno de nosotros muere en la Arena no moriremos como personas libres, nuestra muerte estará a nombre de nuestro mecenas. Pero estoy seguro que algún día saldremos de aquí, y todo Gladiador que muriera en la Arena podría llamarse libre a partir de ese momento...–miró a Alethia– No todos los Gladiadores piensan igual, podría decir que la mayoría busca ser libre, pero unos cuantos disfrutan la vida de Gladiador; cuida tus palabras de aquellos que puedan traicionarte–

 

Cornelia

Era mi turno de escoger alguna arma, ya la mayoría había escogido y maltratado a los muñecos de paja, sin embargo, jamás en mi vida había tomado una, es decir, solo había servido a mis "padres", si así se les podría decir a un par de casados, quienes habían traído al mundo a una hija, y la tenían como una simple sirvienta; observé las posibles armas y me decidí por un cuchillo, una pequeña daga, las cuales eran las únicas que había visto en la cocina de la casa y me coloqué en posición de ataque contra el montón de paja.

 

Sebastian

Di un pequeño suspiro y me recosté cerrando los ojos fingiendo estar en un jardín bastante verde y hermoso cuando sin querer escuche las palabras de aquel hombre —...nuestra muerte estará a nombre de nuestro mecenas. Pero estoy seguro que algún día saldremos de aquí, y todo Gladiador que muriera en la Arena podría llamarse libre a partir de ese momento...— Me levante de inmediato sentándome nuevamente. ¿libertad? me pregunte, ciertamente tenia razón, si muriese seria libre,pero, no conseguiría mi objetivo. me puse en pie y me sacudí un poco, levante la mirada y pude notar a otra dama, se veía tan bien entrenando con una daga, mi "intuision masculina" me empujo a acercarme a ella —¡Vaya! ¿que tenemos aquí?—Le dije rodeándola con las manos en mi nuca esperando su respuesta.

 

Gaius

Gaius se acercó a Cornelia después de clavar la daga en el muñeco de paja –No sé a quien te imaginaste al tomar esta daga; pero el impacto fue certero y con mucha fuerza; perdóname, te vi y creí que no podrías hacer mucho, subestimé tus habilidades– En ese momento apareció Sebastian a un lado – Si no dejas de perseguir faldas te emparejaré el otro hombro– Dijo dándole una palmada en la cabeza –Lo que es ser aún joven...–

Ambrosius

–Probablemente ella siga tus pasos; recuerdo que tu golpe hacia el muñeco fue más fuerte, aún así ella también tiene potencial– Dirigiéndose a Alethia

 

Cornelia

Enseguida noté a un fastidioso hombre, el cual ya había causado una conmoción.
—¿Se te ofrece algo? Solo por cortesía diré eso pero en sí no me agradas, aleja tus sucias manos de mí, lamento decepcionarte pero no soy el estilo de chica que busca con quién entretenerse, no tengo nada que ver contigo—dije distanciándome de aquél chico.

 

Brazhan



Miré la flecha que había lanzado con desinterés, de todas formas no lo iba a lograr a la primera vez. Escuché que alguien me hablaba, lo miré apenas. Este sujeto me dijo que debía de dominar mis nervios, algo de los ataques instintivos y que los aspirantes a ser gladiador deben saber, o algo así. Volví mi vista a al suelo y dejé el arco en el lugar de donde lo había sacado.
Luego vi como aquel sujeto atacaba al muñeco de paja y le daba un fuerte golpe, me sorprendí al ver con tal fuerza que atacó al muñeco. Básicamente, me sorprende todo lo que es más fuerte que yo.
Luego llegó otro tipo muy extraño de cabellos rubios, llamándole ‘’ ¡Hey! Priscus’’. Arrebatándole el arma y atacaba al muñeco de paja, pero con un resultado para nada comparable con el otro, este tipo había quedado en completo ridículo al lado de Priscus, si es que se le podía decir así.
Opté por sentarme en una piedra que había allí, un poco alejado del área de entrenamiento y sin duda, esperaba por todos los dioses que nadie me molestara.
Vi como Ambrosius hablaba con un grupo, a pesar de mi lejanía tenía un oído bastante afilado, así que no me costaba para nada escuchar la conversación. Este hombre hablaba de la libertad, y que siendo gladiadores al momento de morir no moriríamos libres. No como ese tal Otho, que según lo que puedo suponer, era al chico que mataron en la arena por el mismo Ambrosius.
Esas palabras me hicieron dudar de mi propia libertad, y en las posibilidades de serlo ¿Libertad? — ¿Dónde hay libertad? — Dije, en voz baja y embozando una sonrisa sarcástica. Al recordar mi propia suerte.

Llegó otra chica, que en ningún momento del camino la había visto, seguro con mis pelos no la vi bien. Esta mujer, tomó de entre las armas una daga. Me enderecé en mi lugar y esperé a que la chica hiciera su ataque. Fue sorprendente, la chica dio un buen golpe.
Luego llegó el rubio atrevido rodeándola con sus brazos, sin reparo alguno de sus acciones. Puf, ese tipo si que se creía mucho...

Contenido oculto

Si no nombro a los personajes es que Brazhan aun no se sabe los nombres (Y es que no hay muchos que se llamen a sí mismos por su nombre) Y si soy realista no iba hacer que Brazhan diga los nombres de los otros sin antes haberlo escuchado de ellos mismos, o por medio de otros. Prestar atención :B

 

Sebastian

– Si no dejas de perseguir faldas te emparejaré el otro hombro– Me dijo Gaius poniendo mi cara de asustado mientras tocaba mi hombro derecho que aun me punzaba de dolor, pero después esa bella joven que respondía al nombre de Cornelia se dirigió a mi —Señorita, discúlpeme no era mi intención molestarla—Le respondi en un tono de burla—No pude evitar ver la fuerza con la que empuño esa daga— continué dirigiendo la mirada a Alethia, abraze a Cornelia con algo de fuerza obligandola a ver a la otra chica —¿Ves a aquella mujer?, seguro que no podría ganarte— Le dije con el propósito de molestar a Alethia.

 

Cornelia

—¿Ves a aquella mujer?, seguro que no podría ganarte—me dijo el chico obligándome a ver a la chica. —No es tu asunto el que le gane o el que me gane, porqué no vas y la retas, de seguro cualquiera te ganaría—dije mientras intentaba quitarme al chico de encima.

 

Sebastian

—¡Hey! oye tranquila—Le dije sonriendo de nuevo al ver como me empujaba, —Te diré algo linda— La tome del mentón acercándola a mi rostro mientras pronunciaba—Yo no peleo con chicas— para hacerla enojar aun mas de alguna manera quería solo molestarla y parecer tan odioso y al por lo que pintaba esto lo estaba consiguiendo, de repente sentí una mirada de un chico que se encontraba sentado en una piedra a lo lejos, solo parecía escuchar y observar lo que pasaba por lo que solo fingí no haberlo visto Creo haber escuchado su nombre antes, Brazhan me parece.

 

Cornelia

—¿Cuál es tu problema? Ni que fuera tan linda para que llamara tu atención— dije volteando mi cara hacia otro lado.—Que desagradable—dije en tono molesto.

 

"jajaja ella esta molesta" me dije en son de triunfo, pero decidí ya dejarla en paz de una vez por todas, era solo una joven así que volví a tomarla con mis dos manos en sus mejillas, suaves y delicadas debo admitir, gire su cabeza dirigiéndola a mi nuevamente—Yo no diría eso de ti — le pronuncie y le robe un pequeño beso de pico para después darme la vuelta y despedirme como de costumbre esperando a que la pequeña Cornelia corriera hacia mi con esa daga que tenia o que Gaius hiziera algo.Verdaderamente llegue a creer que Brazhan me veía con algo de rencor o algo pues Cornelia tiene casi su misma edad y seguramente le había puesto el ojo.