[Gladiadores] Rehenes de un imperio

Priscus

Me sacaron de mis pensamientos y me dieron las mejores noticias que podía haber tenido en el día… Me darían una dulce mujer; por fin para mi placer, para ahogar un poco mi alma..

Al pasar de lado de la amazona Roja, su llanto pidiendo por nuestras vidas me dio un poco mas de alegría, no pude contenerme y le respondí —Tranquila Roja Amazona, no moriré, aunque en mi delirio parezca que si, quizá las Parcas te concedan a ti ese privilegio… —y me retire riendo suave por los corredores.

 

Un hombre se acerco a mí y no pude evitar saltar hacia atrás, no quiero que me toque, intenta explicarme algo pero escucho palabras entre cortadas. Mujeres, no peligro, regresaran…

Sigue saliendo agua de mis ojos pero ahora casi a mares, me rodean hombre y estoy llorando ¿alguna situación más peligrosa que esta? Ni los leones a los que se en-frento S-s-cato ¡Scato! Con ese recuerdo impreso en mi mente no creo poder dejar de llorar.

Luego escuche al gladiador de Gallio llamándome amazona roja y proclamando sus idioteces normales, mi llanto paro un poco y respondí mucho más explicito de lo que lo habría hecho en mis sentidos.

—Si las Parcas me permiten el privilegio— repito cínica— prometo que no parecerás muerto, morirás de placer y suplicaras a Zeus en el Olimpo por volver así sea cinco minutos a mi cama, te haria implorar cada caricia y soñar cada roce antes de llevarte del Tartaro al Olimpo en instantes, allí si pareceras un adolecente que mojara su túnica con solo verme.

 

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Esto anda un poco coqueto, asi que si son sensibles ya no lean XD

Priscus

La insinuación en su afilada boca, hizo que el calor aumentara y una palpitación nada cómoda lo acompañaba; sin embargo apañándomelas de alguna forma y agudizando el ingenio, trate de responder… aunque por obviedad aquella navaja que tenia por lengua la condenada, seguro respondería, así que decide jugármela.

—Quizá así sea, pero solo sintiendote tal vez me moje... y a ti tambien te haga mojar y creelo no seré el único que clamara; en aquel delirio la victoria más grande que podre tener, será mi nombre de tu mortal boca…—Me acerque a ella, sin duda le daba a los guardias un bello espectáculo, pero que mas daba, quizá mañana moriría —Prueba amazona, soy acero… y seguro que también quemo tus entrañas…— dicho aquello me acerque sin precaución, aun recordando el golpe a mi hombría, ni hablar de este beso no se salvaba, y con rudeza y algo de suavidad estampe mis labio a su boca… Fue un beso casto pero aproveche para saborear la sal y el vino que bebió, un segundo y tembló en mis brazos…

 

Veía venir ese beso y una respuesta fuerte, me sorprendió fue la suavidad de sus labios, casto pero fuerte, yo no permitiría que se quedara así, más que un golpe a su entre pierna se merece un puño a su ego. Convierto el beso en algo salvaje, nada pasivo, si no aprovecha de saborearme en este instante jamás lo volverá a hacer.

Siento que el fuego sube y su respiración se agita, necesita alejarse pero no lo permitiré, lo aprisiono con mis brazos en su nuca hasta notar que el beso causa estragos en su cuerpo, juego un poco con sus labios antes de dejarlo de tocar con ellos, los muevo hasta su cuello donde lamo un poco y hablo contra esa zona, causando escalofríos en el.

—Ya nos hemos tentado, ahora ve y clama el cuerpo de otra aunque desees solo el mío, gime mi nombre al llegar al Olimpo y ruega a las Parcas que cada vez que ella te toque sientas una pequeña fracción de lo que yo te he dado en un simple beso— no me aparto, debe sentir que lo que he dicho es cierto así que me quedo allí, mordisqueando su cuello hasta que creo que ha tenido suficiente. Su mente, cuerpo y corazón me desearan.

 

Priscus


El beso que inicio casto, termino desatando la atracción animal que se sentía, después de sus palabras vino mi calma y precediéndola una carcajada de mi garganta… —Y lo hare… pero si yo sufro tu también… desahógate con quien se deje pero tú ya clamas mi ser y yo ya Ancio conocerte…— y me aleje con el guardia.

 

Su orgullo es tan grande. Pero antes de que se aleje veo su parte delantera bastante llamativa. Beso fuerte sus labios, necesito hacerlo antes de que una cualquiera los usurpe, antes de que nos alejemos más, tomo su cuello pues lo quiero cerca de mí, reanudo donde nos quedamos.

—Mi cuerpo no es el que pide a gritos ser atendido, no necesito vaciar una necesidad carnal en un cuerpo comprado, al menos no se molestara cuando te dejes llevar gritando mi nombre. Veremos si logras los favores suficientes de los dioses para dormir en mis aposentos.

Di dos cachetaditas en su mejilla como cuando una persona le da falsas emperanzas de que todo estara bien a otra.

 

Priscus

Sus palmadas en mi rostro no hicieron más que acrecentar mi espíritu ya en llamas, antes de que retirara su mano, la detuve con la mía en mi mejilla y suavemente depósito un beso en su palma.

—Mi excitación es evidente —digo —sin embargo la de una mujer es más difícil de notar, pero estoy seguro que ya huelo tu almizcle… niégalo si gustas pero no jures que no me anhelas—sus ojos centellaron con ira como siempre pero había algo mas en ellos y aquello me hizo sonreír —Solo recuerda que aquella muchacha disfrutara primero de ese Olimpo que nos has prometido Amazona.

 

Jalo un poco el cabello de su nuca mientras se aleja como una especie de broma, una risilla extraña sale de mí, no puedo decir que mi vientre no burbujea o que mis labios no quieren ya estar sobre los suyos. Un lado divertido se ha apoderado de mi cuerpo tal cual era una niña, la rabia no fluye en mi sangre. Estoy feliz, lo deseo.

—Así vas tomando practica, anciano, se nota que hace un tiempo que te falta la compañia femenina.

Los guardias estaban atonitos por nuestras demostraciones, especialmente porque habian escuchado sobre mí, me fui casi saltando hacia mi cuarto y cai en un profundo sueño.

 

Sebastian

Me detuve nos segundos y pude notar que Cornelia se dirigia a el punto donde yo estava, seguia sin animos pero me dispuse a hablarle —Hola Cornelia —. Mi voz aun sonaba decaida.

 

Cornelia

—Qué quieres...—dije sin ánimo alguno a platicar con alguien, solo quería entrenar, y se me acababa de ocurrir algo...—Pelea conmigo—dije sin decir más.

 

Sebastian

Que ocurrencia la de ella pero igual acepte —¿Solo sera como entrenamiento?— pues si era asi solo usaria tecnica y no fuerza

 

Cornelia

—Si... pero mejor solo practicar los movimientos, así para lograr obtener un poco más de velocidad y agilidad al atacar, no será tanto por la fuerza utilizada, por el momento— dije colocándome a cierta distancia para atacar.

 

Sebastian

asentí con la cabeza igual poniéndome en posicion, la mire a los ojos e hice mi primer movimiento, me cerque y antes de dar el golpe di una vuelta llevando mi espada en forma diagonal en direccion de su costado rapidamente pero sin poner fuerza.

 

Cornelia

Fue algo rápido pero pude detenerlo con la daga, en verdad quería tratar más por esquivar y luego atacar.
—Buen movimiento...—dije de imprevisto. Enseguida corrí hacia él para atacarlo rodeando un poco su bloqueo para atacarlo por un lado pero suavemente, al fin y al cabo era entrenar, no para matarlo, aunque en ciertas ocasiones no vendría mal hacerle unas cuantas heridas.

 

Sebastian

Me ataco por un costado a lo que doble el brazo bloqueando su ataque, de inmediato empuje su arma hacia arriba haciendo que subiera su brazo completamente, descubriendo su cuerpo y movi la espada hacia su estomago en forma vertical.

 

Brazhan

Estaba en mi habitación, solo. Al parecer nadie se había pasado por regresar, solo yo. Bufé por milésima vez, era una gran exageración pero no tenía idea de cuanto lo había hecho, solo sabía que lo hizo muchas veces.
Seguramente Cornelia se encontraba entrenando, y Priscus tal vez... Bueno, no interesaba tanto. Me quedé recostado en mi cama esperando nada. Me sentía muy nervioso por la pelea a decir verdad...

Contenido oculto: Cornelia

Estoy alone, Cornelia deja al tonto de Sebastian y ven por mi (?) Ok no

 

Priscus

Ya nadie quedaba en los corredores, en el camino me encontré a Máximos, al parecer el regreso antes que yo... y sin vacilar me dirigí a mis habitaciones con mis compañeros...
Brazhan estaba en la cama mirando al techo.
—Venga niño ya duerme... mañana es un día duro—dije y me senté a la orilla del catre.

 

Desperté y una punzada algo fuerte llega a mi cabeza, recuerdo el día anterior como hechos pasado hace años, mis ojos se ablandan por la cruel muerte de Scato pero una sonrisa de satisfacción me cruza en rostro por lo pasado con el gladiador de Gallio, el anciano, como lo llame.

Me parece ridículo que haya llorado lo suficiente para llenar un río pero mis respuestas fueron satisfactorias y si él ha saciado su apetito en otro cuerpo no veo porque yo no. Deseo que me vea saliendo de aquel salón donde se internó antes, con una sonrisa que parta mi rostro. Voy a escribir una carta a mi mecenas antes de poder salir de esta habitación.

Lo hago y me dirijo a uno de los guardias más cercanos a mi puerta de habitación, se la doy esperando que llegue pronto a ella. Voy a entrenar un poco para que mi estomago revuelto se asiente lo suficiente para retener energía.

 

Priscus

Después de aquel maravilloso evento, mi estomago cobro vida y rugió con ímpetu, me pregunto si me dejaran coger comida..
Salgo del catre donde estaba y camino hacia el comedor, en el área de entrenamiento estaba Sebastian y Cornelia, y la amazona Roja. Una sonrisa de mis labios fue lo que obtuvo cuando me vio pasar, pero tenia hambre; así que si quería pela verbal ni estomago sostenía mi cabeza ahora —supongo que si ellos siguen aquí yo podre coger vino, pan y queso— pienso y camino hasta llegar a las tablas de madera que hacen de mesa; sirvo vino en mi jarra y una hogaza de pan con queso... eso sera suficiente por esta noche.

Mastico mi comida, pensando en todo y en nada al mismo tiempo, estaba cansado, pero el sueño no llegaba, quizá algo de vino lo induciría.

 

Sebastian

pude ver a algunos gladeadores viendonos no tenia problema en que se quedaran a ver.

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Celosos todos XD