[Gladiadores] Rehenes de un imperio

Kedoku,

Solo moví la cabeza en forma afirmativa, a pesar de lo dicho por Opelius no había cambiado de opinión. Miré a Darius y a Maximos esperando a ver si ellos aceptaban o no.

—Esto es estresante...

 

Maximos

-Que así sea... -dijo el ex legionario con voz áspera y cerró sus manos para formarlos en dos puños macizos. -Que la providencia esté contigo, Opelius.

 

Contenido oculto

Por el momento tenemos a tres Gladiadores que se han ofrecido a ayudar a Scato (que amables :3)
Kedoku= 1
Darius= 2
Opelius= 3

Pero sólo uno podrá ir a la Arena, y eso lo decidirá nuestro amado y muy querido/odiado dado
Si sale "1" será Kedoku "2" Darius y "3" Opelius

 

Gaius miró hacia Kedoku y se preocupó por el y su decisión y le dijo –Has sido elegido por una fuerza mayor a nosotros, la suerte no te trajo a esta decisión. Y espero por los Dioses que tu pelea junto a Scato sea favorable, nuestras plegarias y deseos se alzarán con ustedes; y si sus vidas son arrebatadas, vengaremos sus nombres– Opelius miraba a Kedoku con desesperación; temía por sus vidas y una culpa albergaba en su pecho al dejar que un nuevo Gladiador tomara su lugar junto a Scato. Se acercó a Kedoku y apretó firmemente su hombro, aún temblaban sus brazos de la falta de energía que sufría su cuerpo.

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La fuerza mayor a ellos es el condenado dado D:

 

Kedoku.

Todos me miraban preocupados y otros como si estuviera loco.–Has sido elegido por una fuerza mayor a nosotros, la suerte no te trajo a esta decisión. Y espero por los Dioses que tu pelea junto a Scato sea favorable, nuestras plegarias y deseos se alzarán con ustedes; y si sus vidas son arrebatadas, vengaremos sus nombres.— asentí ante eso en forma de agradecimiento. Opelius se me acercó y me tomo el hombro, pude sentir como temblaba y sus ojos revelaban la preocupación que sentía. Yo hice lo mismo y puse mi mano en el su hombro y baje la mirada:

—No se preocupen por nosotros, estaremos bien. Si muero estaré tranquilo al saber que al menos lo intenté, y mejor aun si logro salvarlo. Fue un honor haber estado con ustedes...— me alejé de el, tenía mucho que decir pero los nervios no me dejaban. Caminé hacia uno de los guardias para que me llevaran con Scato, pero antes me volteé y con una sonrisa arrogante grité.— ¡Prefiero morir de pie a que vivir de rodillas!

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Esos dados es tan malditos!!

 

Sebastián

No podía creerlo, uno de mis hermanos peleará al lado de ese animal —suerte Kedoku, confío en ti — le grité y me hacerque a él le di un abrazo rápido —la pelea está ganada hermano — le susurre

 

Tertius

Me puse de pie de un salto... ¡¿Mi amigo Kedoku sería el que lucharía junto al feroz Scato?! ¡No podía creerlo! Me sentí idiota por no haber tenido la valentía de ofrecerme a pelear contras las fieras, pero es que la carta de Tiberius me había puesto entre el mazo y la pared.

Lo único que pude hacer fue levantar el pulgar en dirección a Kedoku, mostrando todos mis dientes en una forzada sonrisa.

—¡Lo van a lograr! —exclamé.

 

El guardia escuchó las palabras de Kedoku; otros más anotaban las peticiones de algunos Gladiadores, los cuales habían decidido hablar un poco más con sus mecenas.
El humor en el subterráneo era incierto, no sabían más detalles de Scato o la pelea; la festividad había terminado, y por un Gladiador que aparentemente la mayoría odiaba.

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Recen por Kedoku y Scato por favor!!!!! El dios dado a veces es muy cruel D:
Mañana abro este combate

 

Priscus

Las Parcas había jugados su dados, Kedoku había sido elegido para el combate con las bestias, lo mire eran hambrientas y despiadadas y una vez que hubieran liberado tu sangre no se detendrían hasta arrancarte un brazo.

—¡Hey, muchacho!— Le grité —Podrás con esto, lo lograras, no existe nadie mas obstinado que tu, y piénsalo de esta forma ellos son los gatitos y tu eres un jodido perro...—Le dije, convencido de que lo lograría.

Contenido oculto: Kedoku

aya ya ay!!! bien Emiliano Zapata, “Prefiero morir de pie que vivir de rodillas”

 

Maximos

El ex legionario y ahora gladiador escuchó las palabras del recién elegido para combatir junto a Scato. Las palabras de un hombre sin amigos, sin expectativas, sin nada pero ahora con una razón y misión por conseguir.

Se dirigió a Priscus y le habló:
-Los hombres son extraños, amigo, pero también son los dioses y es esa certeza la que me hace amarlos. –comentó con una pequeña sonrisa en su curtido rostro que reflejaban historias increíbles y llenas de peligro. –Sí. Sería bueno imaginarlos parecidos a nosotros, coléricos y bondadosos, impacientes y paternales, dispuestos a responder a nuestras míseras tonterías con una carcajada y un humorístico encogimiento de hombros… -se quedó en silencio y se cruzó de brazos y su sonrisa surcó nuevamente su poblada barba negra. -¿A qué viene esto? Nada. Es que hoy recordé, sin ninguna razón, una vieja historia que aún no he conseguido calificar. ¿Triste? ¿Alegre? No lo sé… pero trata sobre un amigo y compañero de Legión que yace muerto en los campos de batalla. Él no creía en nada ni en nadie y en cierto aspecto me recordó al gladiador que se acaba de ofrecer a la providencia para luchar con Scato. Recuerdo muchas veces a mi gran amigo, especialmente cuando mi fe en los hombres flaquea. Lo recuerdo y entonces un sentimiento dulce y metálico me cierra la garganta. En alguna parte del Norte hay un hombre rico; se llama Niboram y tuvo un amigo. –de pronto se calló, como queriendo callar sus pensamientos que ya estaban yéndose por las ramas y su charla capaz solo sirvió para reabrir viejas heridas de su mente. -¿Hay muchos que puedan decir lo mismo? Ojalá que sí. Los hombres necesitamos amigos. Los necesitamos mucho. Y hoy, este hombre, este joven gladiador entendió su significado. –dijo refiriendose a Kedoku y sin decir más perdió su mirada en algún punto dentro del subterraneo.

 

Priscus

Escuche con atención la historia de Maximos; había un velo que ocultaba algo mas profundo en ello, así que decidí liberar un poco del peso de mis hombros y mostrarle que como aquella historia, en este coliseo existían miles.

—Yo fui gladiador con honores... mi espada era veloz y letal, como Cimber, con su hermano ahora esclavo; solían emparejarnos a un antiguo y feroz gladiador conmigo, su nombre era Vero... —Respire hondo y fuerte, y el recuerdo aun manchado de sangre llego a mi mente— Lo amaba como a un hermano, y era tan parte de mi como mi brazo derecho. La pelea antes de mi lesión,— moví un poco mi brazo herido —Nos pusieron a combatir el uno frente al otro la lucha duro horas el cielo se nos vino abajo; empapados y cansados era nuestra obligación darle muerte el uno al otro... el brazo me lo estropeo el muy desgraciado—Reí con ganas— yo le doble la pierna izquierda, cuando nos hacíamos a puños, su golpe en mi nuca me aturdió, y mi golpe en la sien lo descuadro; caímos a la arena y no nos pudimos levantar. La gente gritaba enfierecida, "los dos héroes de la arena no se podían matar"—Mis pupilas se dilataron, y mi respiración se agudizo— Al final el emperador y su "benevolencia" nos concedió la libertad a ambos...—La cara de incredulidad de Maximos era oro, y mi carcajada lastimera era un fondo triste—No lo podíamos creer; Pero... cuando nos íbamos en la noche de aquel nefasto día, los hombres de Caelus nos cerraron el paso, estábamos heridos no pudimos defendernos, nos traicionaron... a el... lo asesinaron frente mis ojos... mi grito en aquella abrumadora oscuridad se perdió en la muerte que se lo llevo—un nudo en mi garganta freno mis palabras—Y a mi, me condenaron de nuevo a este agujero....—Escupí con rabia al piso

—Como te darás cuenta, historias similares las hay, y muchas para mi gusto.

Contenido oculto: Todos

Nótese la connotación sexual en cursiva XD

 

Maximos

-Yo era pescador antes de entrar a la Legión de marcha. Dejé a mi hija al cuidado de mi padre y una vez dentro del ejercito descubrí la disciplina mas feroz del mundo, la tradición de hierro y el orgullo de casta de uno de los cuerpos mas soberbios y legendarios de la historia. Aprendí a saludar cien veces por dia, a amar a mi regimiento, despreciar al mundo y por sobre todas las cosas, tomar en serio a mi centurión. -hizo una pausa, rechinando sus dientes al recordar a aquel centurión. Por él estaba en este agujero. -Me volvií realista, cosido de cicatrices y probablemente con los mayores arrestos por insolencia e indiscliplina. -y era en cierto modo, cierto. El legionario de primera clase Maximos era un caso serio por decir lo menos y era muchisimas otras cosas por decir lo mas. Se habia perdido la cuenta de sus ascensos y de sus degradaciones, de sus medallas y de sus arrestos.

-Antes de traerme aquí me llevaron a otro sitio. Con la promesa de que jamás volvería a ver a mi hija.
El legionario que no sabe adaptarte al ejercito recibe un nombre que lo define de cuerpo entero: "criatura de desgracia". El ladron, el indisciplinado, el cobarde, el criminal, todo aquel que no se ajuste al molde de hierro descubre lo que es el infierno en la tierra. -hizo una pausa, recordando aquel martirio; ese infierno en tierra. -Primero estan los castigos tradicionales. Cuando nada de eso resultar, se pasa a los temibles batallones disciplinarios, los siniestros o mas conocidos como "Los Alegres" y alli nace un mundo de rumores siniestros y alucinales... Pero los batallones disciplinarios significan, al mismo tiempo, el fracaso de la disciplina regimental, explican que algo no ha sido suficiente o que algo ha sido demasiado. Un soldado que marcha a los batallones disciplinarios es un reproche a quienes lo envian... y por eso decidieron traerme aquí luego de qué... -y se mordió la lengua, evitando mas charla banal y se alejó lentamente de su hermano de armas Priscus. -Será mejor descansar un poco...

 

Kedoku.

Sebastian me abrazó, estaba apunto de golpear su cabeza cuando susurra: ¨La guerra esta ganada, hermano¨. Al levantar mi vista veo a Tertius dándome ánimos sonriendo con el pulgar en alto, el hombre al que le tiré la piedra ala cabeza el primer día también estaba allí, me reí ante el recuerdo. ¨Si muero extrañaré a estos idiotas... ¿Tan era el pote que me lanzaron ayer en el baño?¨ pensé mientras me quitaba a Sebastian de encima de un golpe en su cabeza y desaparecía de allí de camino hacia aquellos ¨gatos¨ mal alimentados.

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@Yukionnatifa como supiste que soy Zapata? o.o

 

Sebastian

Kedoku me dio un golpe para que me separara de el, solo solté una risa y le grite —Estaré Apoyándote— mientras lo veia alejarse

 

Los guardias escoltaron a Kedoku hacia la rampa de la Arena; levantaron los barrotes y lo guiaron a la Arena Olimpia, donde varios guardias y domadores sostenían a las bestias en sus jaulas. No había público en las gradas, sólo en los palcos. De un lado los mecenas con sus soldados imperiales cuidándolos; y en el palco más alejado estaba el Emperador con su séquito.

Contenido oculto

En unos minutos crearé una nueva discusión para esta pelea, ya que los demás Gladiadores no pueden presenciarla...

 

[Damas y caballeros... la masacre dará inicio D: https://fanficslandia.com/index.php?threads/gladiadores-arena-olimpia-ejecuciones.43340/]

 

En curso - [Gladiadores] Arena Olimpia/Ejecuciones
[Link arreglado. Prendan sus veladoras para apoyar a Zukua! xD]

 

Maximos

Vio como los guardias se llevaron a Kedoku para una muerte segura. Luego su silueta se perdió por los pasillos y el ex legionario sintió deseos de ir tras el valiente hombre y asesinar a los guardias. La impotencia que sentía cuando eran tratados y usados como pilas de estiércol... lo encolerizaba

Fue hacia el patio de entrenamiento y pisó la arena tibia del medio día. El sol era abrasador incluso a esas horas, pero luego se pondría peor. Tomó una espada de madera y con un rugido lanzó un ataque a uno de los tantos maniquís que estaban allí, observándolo, inertes, inmóviles; si aquellos objetos tan solo hablarán... sabrían miles de historias que los bardos quisieran escuchar para entonar de las mas valientes hazañas.

 

El tiempo transcurría en el subterráneo sin noticias de Kedoku; hasta que finalmente bajó el mismo Centurión con un par de soldados imperiales; camino hasta la zona de entrenamiento y gritó con todas sus fuerzas para que se escuchara en cada rincón del subterráneo.

–¡SUS HERMANOS HAN MUERTO!– Sonrió al ver las expresiones del algunos y después se retiro siendo seguido por los demás soldados. De esa manera tan fría e impersonal soltó aquellas palabras que significaban demasiado para el subterráneo.

Contenido oculto

.__. Mañana continúo este capítulo

 

Sebastian

aquellas palabras no podian ser ciertas, Kedoku muerto jamas, no lo aceptaba el esta vivo lo puedo sentir

Contenido oculto: Amelie

.__. deja de matar gente