[Gladiadores] Rehenes de un imperio

Sebastián

No me lo creía, las palabras de aquel guardia me sorprendieron , Scato era fuerte y salvaje pero eran demasiadas bestias para el sólo, un segundo mi impulso quería gritar ¡yo lo ayudare! Pero quise pensar mejor las cosas antes de hacer un sacrificio así, aunque yo lo aria pues son mis principios ayudar a la gente que más lo necesite y en especial si es castigado injustamente , tiene razón Ambrosius sobre la inocencia del salvaje, ¿sacrificarse por scato? El seguramente no aceptaría mi ayuda ¿que pensaría mi mecenas? ¿que pensaria ambrosius? Después de que me salvo la vida yo voy directamente a la boca del lobo. Sólo me quedaba poner en orden mis pensamientos, si nadie lo ayuda me veré obligado a hacerlo. En ese momento me entregaron una carta de mi mecenas talvez ahí este la respuesta que busco.

 

Alethia.

Las cosas estaban tensas, pero por algo pasan, siempre lo he pensado así.

—Yo obedeceré a mi mecenas aunque sus ordenes no me agraden —Di la vuelta y me aleje de ahí.

Estaba tan perdida en mis pensamientos que simplemente camine sin rumbo por el subterráneo.

 

Sebastián

Me recargue en la pared y leí mi carta, bah, mi mecenas me había leído la mente, con un gesto de enojo golpe la pared soltando un grito de furia apretando la carta y me di la vuelta caminando por los subterráneos muy enojado. ¿Cuál es su maldito problema?

 

Priscus

Al parecer esta pelea la libraría solo Scato; respire profundo y con pesar, mire a Ambrosius su ira era tan palpable como la mía...
—La ofensa de la cual se le acusa es grave, y por sus expresiones—Dije mirando a todos de uno en uno—deduzco que el castigo ya se nos fue impuesto a todos por igual.

 

Sebastian

Se notaba que mi mecenas estaba satisfecho con los resultados que había dado por lo ultimo que decía la carta, necesitaba hablar con el, así que me acerque a un guardia que estaba serca —oye tu, quiero solicitar una audiencia con mi mecanas Venator—

Amelie

 

La puerta de la habitación de Scato se abrió y de su interior salió un hombre prácticamente cubierto de ropajes para cuidar sus heridas, algunos aún manchados con sangre fresca; lo que significaba que algunas heridas permanecían abiertas. Arrancó uno de esos ropajes y con un trozo de carbón comenzó a escribir en él; al terminar lo pasó a Gaius.

–Yo pelearé junto a Scato; entramos a este maldito lugar juntos y nos iremos del mismo modo– Dijo Gaius mientras Opelius se quitaba mas de los ropajes que ya no le hacían falta mostrando sus nuevas cicatrices; sólo dejó aquellos que cubrían las heridas más expuestas –Esto es algo que yo debo de hacer, por él y por ustedes– terminó de decir Gaius en nombre de Opelius

Petro, Pictor y Gaius apretaron fuertemente las cartas recibidas por sus respectivos mecenas; Vitrion la masticó con rabia frente a sus compañeros; Ambrosius miró al suelo y después a su carta; ninguno de ellos pudo pronunciar palabra.

 

Tertius

Estaba por decir que pelearía junto a Scato (a pesar de que, en su momento, quiso romperme la cabeza de un mazazo, tenía la esperanza de llevarnos bien como hermanos gladiadores), pero una nueva carta de mi mecenas, Tiberius, llegó a mis manos anticipándose a lo que pretendía exclamar.

La leí detenidamente. Mi cabeza empezó a echar humo

¿Qué decisión debía tomar? Cualquiera de las opciones disponibles me traería loca alegría pero, al mismo tiempo, arrepentimientos terribles. Me puse de cuclillas contra una pared para pensar detenidamente.

Pero gracias a la intervención de Opelius, pude respirar con cierto alivio.

—Rezaré por tí y por Scato —murmuré para mí mismo.


Acto seguido, avisé a uno de los guardias que quería enviar a mi mecenas la respuesta a su carta, por escrito de ser posible.

 

Maximos

Leyó su carta detenidamente y la estrujó en sus grandes manos de boxeador. Miró directo al físico de Opelius y admiró su coraje y determinación pero no le gustaba nada. No estaba en condiciones para entablar un combate contra esos animales.

-¿Estás seguro? -preguntó el ex legionario a Opelius. -Déjame ir a mi, hermano. Cuidaré las espaldas de Scato. -dijo mirando a Ambrosius. La pelea entre ellos dos tenía que darse de una u otra forma. -Mi mecenas se mostró firme ante mi participación en la pelea. Tengo su favor. -mintió sin revelar nada en sus facciones de granito. El silencio incómodo comenzó a invadir la estancia.

 

Kedoku.

La mañana se hizo presente y con ella una mala noticia ¿Scato asesinó a Varus? No creo que el haya hecho eso, por lo que sé tanto él como yo y todos juramos no darnos la espalda; no sabía bien lo que pasaba pero de lo que si estaba seguro es que él no cometió ese delito.
Estábamos en la Arena y él estaba apunto de pelear con unos muertos de hambres, ¨¿Ni si quiera una muerte del todo digna? Que malditos¨ gruñí mientras apretaba mis puños al punto de hacerme daño con las uñas; tenía que admitirlo, estaba furioso por esto, si algo he odiado desde que tengo memoria es que me inculpen. En el mismo momento que en el que iba a ofrecerme para ayudar a Scato o ponerme en su lugar me entregaron una carta de mi mecenas, la leí detenidamente para luego arrugar a la misma y tirarla al piso.

—Que se vaya al diablo.— gruñí mientras levantaba la mano intentado llamar la atención.— ¡Yo lo haré!— no sabía del todo lo que hacía, la furia había dominado mis sentidos por lo que ahora estaba actuando sin pensar, solo sabía que cual sea el resultado final habría valido la pena... o eso esperaba.

Contenido oculto

No he estado aquí antes porque las alertas no me llegan, sorry u_u

 

Priscus

Máximos se ofrecía a la pelea... aquello aunque honorable nos podría traer repercusiones.

—Maximos, no soy nadie para detener tu deber... pero si lo haces piensa sobre todo que ahora ya no estas solo...—Mis palabras fueron dichas en un susurro, para que solo Maximos las escuchara.

 

Darius

Me levanté del suelo, ya había escuchado lo del gladiador, se la daría la oportunidad de luchar con alguien, la mayoría de los que estaban ofreciendose eran sus conocidos o amigos y eso les nublaba el pensar, suspiré un poco y acomode todos mis pensamientos, la carta que había recibido me daba igual, la deje en el suelo, abrí mis ojos y les dije a todo:

—Yo lo haré, la mayoría aquí lo conocen y sienten amistad por él, yo en cambio no lo conozco así que mi pensamiento está libre de prejuicios o fraternidades...—dije acercándome al centro de los presentes.—No se dejen nublar su juicio simplemente porqué son amigos, piensen esas decisiones bien, pero yo ya tomé la mía.-dije algo exasperado mientras volvía a mi sitio a sentarme.

 

Maximos

Observó a Priscus y asintió apesadumbrado, su hermano de armas tenía razón, había un plan maestro detrás de todo.

-Dime qué hacer, hermano. -dijo Maximos hacia Priscus. Sus manos apretaron aún más fuerte la carta. -Maldita sea. -murmuró por la situación. Luego escuchó a uno de los gladiadores decir que él lo haría. No lo conocía, ni sabía su nombre, pero si demostró ser valiente. Unos segundo después, otro gladiador el cual Maximos no sabía su nombre se ofrecía para pelear.

 

Priscus

Escuchaba hablar a Darius "el oscuro" el decía pelear sin que sus "sentimientos" interfirieran
—Quizá tu alma no te deja entender...—Le dije y lo mire a los ojos—Pero, al ponernos el collar de esclavos, nos despojaron de todo, ni siquiera tenemos posesión de nuestras acciones, muchos aquí lo acaban de constatar; la única esperanza que nos hace salir al combate, es la hermandad que forjamos con la sangre y la gloria que obteníamos de cada batalla. Ahora eres parte de esto, tanto te guste como no, ahora eres nuestro hermano; y así como tu te sacrificas y decides apoyar a nuestro hermano... nosotros te apoyaremos igual.— mi mirada no abandono la suya.

 

Contenido oculto

OH!!!!!!! LO SIENTO!!!! ¡cómo nadie se dio cuenta antes! xD Opelius no tiene lengua!!!! edito el post de arriba :P

Opelius volvió a escribir en un trozo de ropaje usado que volvió a entregar a Gaius

–Ustedes olvidan que es una tarea titánica salir con vida, sino que imposible. Si alguien sobrevive es probable que salga de ahí mutilado e inutilizado para la Arena; convirtiéndose en un esclavo. Y si la suerte nos sonrié y sobrevivimos, todos aquí sabemos de las promesas del Emperador; al terminar el combate en victoria es probable que terminemos....– Gaius hizo un espacio – ...siendo acribillados–

 

Priscus

Opelius tenia razón.

—Eso es verdad, no podemos arriesgarnos así, nuestro castigo aun no ha iniciado; es probable que si alguien sale en defensa de Scato termine muerto igual que Varus....

 

Kedoku.

Escuché lo dicho por un chico callado que nunca habla, que en esos momento se encontraba sentado en el suelo. Me volteé hacia el y le respondí: ¨Es cierto, algunos solo se ofrecen por pura amistad pero mi caso es diferente; yo no soy su amigo ni el de nadie, si algo he aprendido bien a lo largo de mi vida es que los amigos no existen y esta no es la excepción. Lo único por lo que quiero ayudarlo es por que lo siento como una necesidad... Antes tuve que perder a dos verdaderos hermanos sin elección y me sentí inútil, pero ahora tengo nuevos hermanos y puedo ayudarlos...¨ Dije todo eso pensando en mis verdaderos hermanos, ambos murieron y frente a mis ojos.

 

Brazhan

Después de leer la carta de mi mecenas, no había razón para protestar. Ambos teníamos una idea de que hacer y de lo que no, — puf — no hacía falta decirlo. Todo este asunto de Scato se me hace muy enredoso y ¿sospechoso? Pero, daba igual después de todo.

 

Sebastian

pude ver que uno de los gladiadores estaba dispuesto a ayudar a scato, bien por el, decidi ir a donde casi todos estaban reunidos y me sente cerca para estar al tanto de lo que pasaba.

 

Gaius

–Dadas las circunstancias; Opelius será quien vaya junto a Scato. ¿O aún decidirán ir a pesar de las palabras de Opelius? –Miró a Darius y Kedoku, los cuales se habían ofrecido para ayudar a Scato, después miró a Maximos el cual ya tenía dudas debido a las palabras de Priscus –Debemos llegar a una conclusión antes de que vengan a molestarnos de nuevo, y nos den otra pena por hacerlos gastar su valioso tiempo–

 

Nixiras.

Estoy frustrada, ahora todos se ofrecen y yo tambien estoy a punto de hacerlo cuando sus palabras me hacen dudar. Me molesta que Titania me quiera dar ordenes pero tengo que hacerle caso esta vez, hecha una furia salgo hacia el comedor: yo con hambre y encerrada como fiera no es buena combinación.

Llego a mi destino, tomo una pata de cerdo mordiendola con fuerza.