[Gladiadores] Rehenes de un imperio

Nixiras
El hombre no es tan fuerte como lo aparenta, se muy bien que mi golpe con la daga y el mazo fueron más fuertes.

Perdí interés y me dedique a probar suerte con el mazo que hasta ahora había tenido buenos resultados.

 

Brazhan

Me levanté de mi lugar en aquella mesa, dispuesto a irme a dormir. Pero cuando iba a la mitad de camino vi como arrastraban a un esclavo que jamás había visto antes, seguro era nuevo. Al principio no le di importancia, pero escuché aquellas palabras que hicieron que mi curiosidad surgiera; ''Traidor''. Me acerqué a ver, y allí estaba el sujeto siendo agresivamente tirado a la arena. Otros gladiadores y esclavos comenzaron a acercarse.

Contenido oculto: rapuma

Miau, rapuma, usa el spoiler para los mensajes no rol. XD

 

Priscus


La fierecilla seguía ahí, seguramente también tenia curiosidad, ¿Que sabia yo acerca de las fieras salvajes?, sin duda me daba curiosidad; pero las palabras de Ambrosius apagaron mi espíritu de querer molestar... tenia cosas mas importantes en que pensar... se lo debía a Vero.

El nuevo, tomo la espada y como si fuese conocida de años y sin problemas hirió al "Livius", su ataque no fue el mejor, pero de haber sido un hombre real ya estaría herido.

Brazhan, el niño estaba ahí... era mi oportunidad de abordarlo y saber que tan alto era su honor, su orgullo y sus deseos de libertad.

—¡Eh, muchacho!—me acerque a saludarlo—veo que has seguido mi consejo...—dije, al ver su pelo peinado y mas limpio—¿Que tal pintan tus ataques ahora?

 

El malestar en su hombro comenzó nuevamente. Había sido herido en lunas anteriores por un celador demasiado agresivo y sin gusto por las buenas bromas. Pero no podía demostrar flaqueza en un lugar como esos, bien sabía que eras comida de perro o morías en la arena y eso era el sueño que todo esclavo quería alanzar. Pero Maximos no era un esclavo, era un ex legionario... y ciertamente con un pasado cerrado y opaco.
Nadie sabia mucho sobre Maximos excepto que era romano, duro como la roca y mas peligroso que un escorpion. Bebia desaforadamente sin jamas emborracharse, fumaba cigarros apestosos y luchaba como un demonio escapado del infierno. Y un traidor. Y quizá la palabra traidor era la que mas problemas le trajo.

Observó el maniquí y decidió que era mejor ponerse a la sombra. El sol a esas horas era demasiado intenso y hacia mucho que no bebía agua como se debía.

Notó hombres y se imaginó cien mil lenguas distintas en aquel lugar. También vio alguna que otra mujer, era raro, pensó.

Se cruzó de brazos y observó el lugar detenidamente.

 

Brazhan



Priscus se acercaba a mi y me decía unas cuantas palabras, ''¿Que tal pintan tus ataques ahora?'' Me preguntó, lo miré con una ceja enarcada y luego lancé una pequeña risa sarcástica. — No son la gran cosa — simplemente contesté, y desvié mi mirada a la arena. — Debo ser una vergüenza como gladiador.— Murmuré para mi mismo.

 

Priscus

El muchacho tenia muy poca fe en si mismo, y eso hizo que me sintiera mal por el...
—Te daré un consejo... La gatilla... si la que me pateo las gónadas—Dije al ver su cara— Es rebelde y quizá este loca, pero... ella sabe lo que vale y por espantosas sean las cosas ella no doblegara ni un ápice su cabeza—Le dije mirándolo a la cara, el muchacho no era tan alto como yo.—Si ahora eres gladiador, debes entender que tienes potencial... por eso te eligieron y lo mas importante... tienes agallas. Si no puedes creer en tu propio potencial, date por muerto; un hombre que no entiende su propia valía, esta destinado al fracaso y a una muerte sin honor. — la imagen de Vero vino a mi mente pero continué hablando con el muchacho.—Hay hombres que buscan su libertad a base de la muerte... el esclavo famélico la encontró, y hay hombres que lucharían con toda gota de su ser para alcanzarla, y por mas duras que sean las caídas y los azotes jamas cederán... la muerte necesita valor... pero la vida necesita coraje e intensidad...

 

Maximos

Reparó unos segundos después cómo los guardias retiraron el cuerpo inerte de un esclavo, arrastrándolo por la arena, dejando una marca de sangre en la arena. Había algo de significado en eso. Sangre y arena, sangre y gloria.

Escuchó de cerca la conversación que mantenían unos hombres. Al parecer el mayor estaba intentando inculcar algo de grandeza en el hombrecillo al que hablaba. Maximos era partidario ejemplar de que lo que no se aprende peleando, se aprende en el otro mundo. Otra vida suplantaría la que se evaporó para poder remediar los pecados anteriores o al menos, intentarlo.

Observó hacia los lados, no había ni una puta cubeta de agua.

 

Brazhan


Escuché con atención las palabras de Priscus, más no pude entender las motivaciones del hombre para ''alentarme''. — En verdad ¿Crees en eso? — Lo miré a los ojos. — Casi toda mi vida fui un esclavo, no es que no crea en mi mismo ¿Sabes? Solo soy realista. Seguramente aquella mujer es hasta más fuerte que yo — Dije, refiriéndome a la esclava impulsiva que lo había golpeado. — No soy como Sebastian que seguro lo da todo. No tengo la ''sangre'' que se necesita. Pero, siempre deseé ser libre y sé que tengo que luchar por ello. Estoy dispuesto a intentar luchar por mi libertad, aunque no lo creas. — Volví mi vista a la arena, y me puse a observar a los allí presentes. —Te admiro, eres fuerte, y sabio como el viejo que eres...

Contenido oculto: escusa

Perdón, la compu de mi hermana anda re mallllll

 

Priscus

—Me alegra saber que tienes, un ideal de libertad... aunque no lo creas muchas aquí los tenemos... prepárate muchacho por que aires de cambio soplaran pronto...—Lo mire a los ojos y le regale una sonrisa conciliadora, después mi mirada y mi voz se endurecieron—Y no soy viejo.... soy experimentado quizá... pero no viejo...—y después reí a carcajadas

Mire su rostro y pude verme a mi mismo... un reflejo del pasado...

—Yo también fui esclavo, y mi domino... no era una persona amable... era un bastardo... nací sin libertad, mi madre era esclava y su única herencia hacia mi fue una cadena en mi cuello—escupí al piso—Si te digo todo esto, es para que entiendas que todo hombre puede cambiar sus estrellas...

 

Nixiras
Sonrei al notar las miradas disimuladas en mi dirección, seguramente el callado y el gladiador de Gallio hablaban de mí, no aguanté mi lengua cuando les grite.

-Tranquilos que nadie nota sus miradas- mi tono irónico devuelta.

 

Ya me sentía liberado al fin ya estaba en el lugar de entrenamiento, comencé a caminar hacia dónde se encontraban las armas, comencé a inspeccionar cada uno, un mazo muy fuerte, pero bastante lento para atacar, debería ser usado para alguien con mucha fuerza física y poco cerebro... Luego posé mis ojos sobre la daga y la contemplé me llamaba un poco la atención, pero era un poco inútil para mantener alejado lo suficiente a un rival. Observé el arco se veía bastante resistente y sería efectivo a larga distancias, pero sin una daga no serviría para ataques a corto alcance a menos de que utilices las puntas de flechas como puñales. Y por último la espada, el arma que más llamaba mi atención era rápida y precisa, un peso considerable algo que me agradaba.

Me fui acercando a uno de los muñecos de paja y observé momentáneamente a mi alrededor, habían bastantes esclavos y gladiadores, parece que viven aquí, a diferencia de las arenas clandestinas en donde debemos caminar, era un aire extraño, demasiada oscuridad, pero debía acostumbrarme.

Sostuve el arma en mi mano, fije mi blanco y ataqué con un tajo en vertical.

 

Gaius iba regresando del comedor; estaba muy satisfecho por haber comido tan bien y con excelentes compañeros. Al llegar a la zona de entrenamiento observó a un nuevo esclavo que no había visto; no tardó en enterarse que fue traido por soldados imperiales diciendo que era un traidor; tomo la espada y golpeó al muñeco de paja "nada mal; se ve bastante lastimado, pero tiene buena técnica"
Luego vio que uno de los esclavos que habían permanecido callados inspeccionaba las armas "por fin se ha animado" pensaba mientras se acercaba a él "ha de estar muy nervioso, no ha de ser muy bien luchador..." pero en ese momento el esclavo ya había tomado la espada y dado un golpe formidable; Gaius aceleró el paso para encontrarse con este hombre.
–¡Un excelente golpe! Buen manejo, precisión y fuerza; es seguro que tu serás un Gladiador– dijo admirando su golpe –El mejor que he visto, y vaya que el golpe de Tertius fue formidable, y el ataque de Kedoku y Priscus... pero vaya que me sorprendes... Eh; tu eres del que no se nada; muchacho dime tu nombre en este instante–

 

Henxia

La espada era demasiado pesada, pero estando frente al muñeco, me decidí,
yendo contra el esperando dañarlo de forma efectiva

 

Observé el comentario del hombre que se aproximaba a mí, no le di mucha importancia a su comentario, me quede observando la espada por un momento y miré e inspeccioné su filo que era nulo, aún cuando me rozaba varias veces mi mano con la hoja no brotaba sangre.

-¿Cuando nos darán las espadas reales?- dije soltándola y alejándome hacia una de las esquinas y le contesté al sujeto.-Mi nombre es Darius.-dije con un aire de arrogancia mientras me sentaba y apoyaba mi espalda hacia una de las paredes.

 

Después se volteó Gaius, y vio a Henxia, otra de las esclavas que aún no se animaba a atacar; esta ves se acercó a una espada, la cual parecía costarle trabajo dominarla; aún así golpeó el muñeco de paja; su golpe no había sido muy bueno.
–La espada es un principio es tramposa; pero a la larga se convierte en una excelente y fiel amiga; procurá sostenerla con más fuerza en tu siguiente prueba– Dijo Gaius hacia Henxia; después volteó hacia Darius– Las espadas son sólo para las peleas en la arena; aquí en el subterráneo está prohibido matarnos– Gaius lo miró y se preocupó por su arrogancia "Espero este no sea como Scato"

 

Maximos

El ex legionario y ahora esclavo observó las observaciones de lo que parecía un gladiador del lugar. Había quedado sorprendido por la innata habilidad de un esclavo. Escuchó el sermón y parecía que solo "ascendiendo" de categoría se estaría mayor cuidado en aquel lugar. Observó sus manos, toscas, con ampollas y cayos por doquier producto de una vida de trabajo; nadie suponiía que Maximos fue agricultor de pequeño junto a su padre.

Ya había dos jerarquías bien marcadas. Gladiador y esclavo. Él, por ahora, solo un don nadie más.

 

Nixiras
Mi humor cambiar nuevamente al original en mis ojos se podía ver la rabia, cuando el esclavo que no había atacado abrió la boca recordé mi odio a los hombres, a ese tipo de hombre.

Ya ni estaba para carcajadas y chistes así que ataque, sí no me descargo probablemente empiezo una pelea.

 

Priscus


Junto con el “traidor” había llegado otro hombre joven… él se acerco sin preámbulos a las armas e inspecciono cada una sopesando su calidad…. Por fin cuando la espada estuvo en su mano y esta se amoldo a la perfección a él… la blandió con facilidad y asestó al muñeco deshaciéndolo en el acto.


Silbe admirado… pocos tenían tan buena habilidad. Mi sonrisa se borro cuando con una frialdad inhumana hablo de su interés por las armas de verdad; pero Gaius ya había respondido por mí.


Calenté mi brazo lisiado y me prepare para hacer unas cuantas pesas con las formaciones de madera; esperaba no romper mi hombro…

 

Un guardia ataviado en su armadura y un morral de cuero entró a la zona de entrenamiento, caminó sin temor hacia el centro e inspeccionó a los presentes sacando un pedazo de pergamino.
–Esclavos; Henxia; Nixiras; Laberius; Maximos– miró a Darius y lo señaló; Gaius le susurró su nombre– Darius; en este momento serán llevados a la Arena Olimpia para mostrar sus capacidades ante sus futuros mecenas– Volteó su pergamino y continuó –Gladiadores; Tertius; Sextius; Brazhan; Sebastian; Kedoku– le extendió unas cartas a Gaius –Si alguno no sabe leer el Gladiador Gaius lo hará por ustedes, son responsivas de sus mecenas– Después buscó con la mirada a los demás Gladiadores – Ahora, Gladiadores; Scato; Alethia; Priscus; Cornelia y Ambrosius; acompáñenos a la Arena Olimpia; sus mecenas han programado una audiencia con ustedes–

Contenido oculto: cartas

A todos aquellos que les enviaron cartas; se las enviaré por mensaje privado; en la noche

Esclavos: Henxia; Nixiras; Laberius; Maximos; Darius
Gladiadores: Alethia; Priscus; Cornelia

Los Gladiadores ya conocían este proceso; era algo aburrido; pero nuevo para los esclavos; los cuales fueron amarrados de nuevo de sus muñecas y avanzando por los pasillos del subterráneo del Coliseo; después caminaron por una rampa donde se alcanzaba a distinguir una salida.
El guardia de la entrada se levantó de su asiento y comenzó a girar un torno el cual activaba el movimiento con poleas para abrir la reja principal a la Arena de Coliseo. Ese enorme escenario estaba vacío en ese momento, por lo mismo se veía aún más grande que cuando estaba abarrotado de gente; pero ese no era su destino; avanzaron un poco más para salir del Coliseo, junto a el había una pequeña Arena donde varias personas de alta cuna los observaban desde los asientos; la mayoría eran escoltados por soldados imperiales.

​

Los guardias los llevaron a la parte central de aquella pequeña Arena ahí había elementos parecidos a la Zona de entrenamiento del subterráneo del Coliseo; muñecos, bloques y dianas de paja. Los guardias liberaron sus manos de las ataduras y les entregaron sus respectivas armas. En ese momento un señor muy bien vestido se colocó frente a ustedes en las gradas.

–Ustedes son los nuevos esclavos del Coliseo; personas cuyos pasados deben ser borrados de nuestra historia. Pero el Emperador ha visto potencial en ustedes y gracias a su benevolencia, están aquí frente a nosotros y no en una fría prisión esperando su ejecución–Aquel hombre bien ataviado se llama Gallio, es el organizador que resultó herido, y por ello usaba finas sedas para cubrir parte de su rostro– Este lugar es conocido como la Arena Olimpia; aquí se llevan a cabo diversos eventos, los más conocidos son las ejecuciones; pero también es aquí donde ustedes, los esclavos, nos demuestran su fuerza a nosotros, sus futuros mecenas–Le hizo una seña a uno de los guardias que estaban en la Arena, el cual asintió con la cabeza y llevó a todos los guardias a rodear la Arena junto con los Gladiadores–Los mecenas de los Gladiadores, son aquellos que apostarán su dinero a sus victorias, son aquellos que comprarán su armamento, los que si lo merecen les regalarán el mejor alimento, ¡las mejores mujeres!– Miró a Nixiras– U hombres– Regresó su mirada al centro– Los mecenas son aquellos que les darán una vida de lujos así como la que llevan muchos Gladiadores; pero al igual que un mecenas puede dar, también puede arrebatar; si fallan irán perdiendo cada uno de sus beneficios; es por ello que ante todo, deben satisfacernos– Este era el mismo discurso que aquel hombre repetía cada vez que se topaba con esclavos –Ah, y si alguno quiere hacerse el gracioso y lastimarnos en este momento, no deben olvidar la muerte del esclavo que presenciaron esta mañana; aquel muchacho intentó asesinarme y su vida terminó en la espada de Ambrosius–
Los soldados imperiales se posicionaron frente a cada uno de los mecenas; esta vez no sería posible dañarlos.

Al rededor de esa pequeña Arena esperaban los guardias; mientras tanto lo Gladiadores; Alethia; Scato; Priscus; Ambrosius y Cornelia fueron escoltados a un área distinta en esta Arena; subieron unos cuantos escalones y llegaron a una gran cámara con un gran balcón del cual podía verse la Arena Olimpia.

Contenido oculto: Alethia; Priscus; Cornelia

Vayan a la siguiente discusión:
https://fanficslandia.com/index.php?threads/gladiadores-cámara-de-audiencias.43166/
Y esperen a que postee y abra el tema :3

Contenido oculto: Henxia; Nixiras; Maximos; Darius; Laberius

Ya han demostrado su valía a los Gladiadores, ahora les falta sorprender a los mecenas; un buen desempeño puede traerles grandes beneficios; espero su suerte los acompañe :3
Por lo tanto deben hacer lo mismo con los muñecos de paja; tirar 2 dados de 1o caras y un dado de 5 caras
También está la opción de no hacer nada; pueden negarse a atacar pero evitará que sus mecenas les compren mejor armamento. Y su promedio en las pruebas bajará.

 

Maldije otra vez a los guardias cuando nos sometieron, llegamos a la arena y se que todos allí conocen mi historia, he matado a los suyos y será difícil que uno me escoja.

Veo el rostro de Gallio ¿El sabía que yo estaba aquí? ¿El emperador sabrá?

Me lleno de irá por las miradas soberbias de los hombres que disfrutan con verme en está posición igual que muchos guardias lo hacen.

Tomo mi mejor arma, el arco, rodilla al piso disparo.