[Gladiadores] Rehenes de un imperio

Contenido oculto: lova

si estas bien ella todavía es una esclava

 

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Si; ya le envié un pm a Mikasa para corregir ese detalle con Henxia :3

Vitrion

Llevó su bandeja de abundante carne junto a Kedoku; aquel Gladiador del brazo quemado y oraciones mal formadas miró a su compañero –Ayer dijiste Naevius; cuidado, siempre intenta crear Gladiadores dispuestos matar lo que moverse; Scato es uno de ellos. Vio fuerza en ti– Dijo tras comer un gran trozo de carne

Ambrosius

–Hermano– se acercó al oído de Priscus –Confió en tus ideales y sé que no traicionarás mi confianza, necesito saber quienes de los nuevos en verdad están contra el Imperio; ya sabes... petición de Aurelius– se alejó y se sirvió un buen tarro de agia fría; hizo lo mismo en el tarro frente a Priscus

 

Priscus

A nuestro lugar se unió Opelius el mejor gladiador que he conocido en Arco y daga... Mudo por razones desconocidas para muchos... pero imponente en todo su ser.

Empece a hablar con el; que no me respondiese no quería decir que no me prestara atención y a su manera el hablaba, con señas vagas y gestos expresivos...

—Gaius, ¿que piensas de los nuevos? son impulsivos temerarios rebeldes... no se a quien me parecen tan familiares— y me reí de mi propio sarcasmo.

 

Priscus

La pregunta a mi oído de Ambrosius me dejo mudo un segundo, "el" aun me apoyaba y yo sin duda le agradecería.
—No lo sé, todos tienen sus recelos, no los culpo... pero saber quien de ellos goza de honor... sera difícil saber... esta noche iniciare en mis habitaciones... la Patricia, Cornelia será el inicio, después con el muchacho... no es tan fuerte pero un aliado es un aliado—Susurre, esta vez el imperio me las pagaría todas

 

Kedoku.

Observé como Cornelia iba a lavar su plato, atrás de ella se fue el idiota de Sebastian, ¨Su estupidez supera los limites¨ pensé mientras los seguía con la mirada. Al cabo de unos minutos llegó Vitrion y se sentó a un lado mio, creo que es el único gladiador que me cae bien hasta ahora, aunque el ha sido el único con el que he tenido una conversación ahora que lo pienso.

-Ayer dijiste Naevius; cuidado, siempre intenta crear Gladiadores dispuestos matar lo que moverse; Scato es uno de ellos. Vio fuerza en ti– Dijo Vitrion tras comer un gran trozo de carne. ¨Así que por culpa de ese bastardo Scato es tan ruidoso, menuda suerte la que tengo¨ pensé con sarcasmo al ver el peligro que corría con ese tipo.

— Hmp, gracias por la advertencia pero te aseguro que no seré así, él no podrá conmigo.... o eso espero.— esto ultimo lo susurré lo suficientemente bajo como para que nadie oyera. Me quedé pensando en las posibilidades de convertirme en una bestia mientras veía mi vaso de agua como si fuera lo mas interesante.

 

Vitrion chocó su tarro con el de Kedoku –Orgullo es lo que queda estando acá; importa poco que puedas perder si mi orgullo está en juego– Dijo golpeando su brazo quemado

 

Desperte, había distintas personas a ni alrededor y no reconozco a ninguna en especial.

Me paro y al voltear a ver al piso allí está una mancha roja de las heridas abiertas todavía. Empiezo a estirar, saltar y cuando ya siento todo mi cuerpo me lanzo a una carrera conmigo misma.

Paso entre los muñecos de paja y sin tropezar a ningún gladiador acelero el paso.

 

Tertius

Cuando entré al comedor vi a mi buen amigo Kedoku chocando su tarro con el de un gladiador que estuvo la vez pasada... Uno que tenía el brazo quemado. Yo no quise quedarme atrás, por lo que me serví un tarro de cerveza y también lo choqué con los tarros de ellos dos, sentándome al lado de Kedoku.

—¡Por el orgullo! —saludé, y mi brebaje desapareció de un trago.

Se me ocurrió la buena idea de agrandar este pequeño grupo de compinches. Así que invité a beber con nosotros al otro joven que se sentaba a mi lado.

—¡Únete a nosotros! —exclamé con palmadas amistosas sobre su espalda— ¿Cómo te llamas y qué hizo que te trajeran aquí?

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@Zukua

@Amelie Tertius se está dirigiendo a Petro

 

Nixiras

Frené unos instantes y respiré hondo mi respiración se calmó en un momento.

Hacia demasiado tiempo que no corría de esa manera, volví a andar esperando que al haberme despertado de todo mi velocidad aumenta

 

Kedoku.

—Orgullo es lo que queda estando acá; importa poco que puedas perder si mi orgullo está en juego– Dijo Vitrion golpeando su brazo quemado para luego chocar su tarro con el mio, iba a decir algo cuando de repente apareció Tertius de la nada y choco tarros con nosotros para luego sentarse al lado mio.

—¡Por el orgullo! —saludó, y su brebaje desapareció de un trago,¨Diablos..¨ pensé impresionado mientras lo veía acabarse su cerveza en un segundo.—¡Únete a nosotros! ¿Cómo te llamas y qué hizo que te trajeran aquí?— le preguntó él a un tipo que estaba sentado al lado, cuando oí eso me ahogue con la cerveza, yo sólo quería paz ¿es mucho pedir?

—¡Cof cof cof!— tosí con mi mano en la boca para no contagiar a nadie.— Ahh, hola Tertius.— lo saludé al haberme recuperado.

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@Amelie @Bruno EVF Diga?

 

Tertius

—¡Hey, Kedoku! —respondí dándole palmadas a él también. Como lo consideraba un amigo, las palmadas fueron más fuertes que las propinadas al desconocido— Tiempo sin saber de tí, ¿algo interesante para contar?

 

Petro se unió al choque de tarros —¿Qué festejamos?— preguntó incrédulo —¡Yo soy el gran Petro! Y llegué aquí por robarme un cerdo... Era un gran cerdo, me trepé en el y me arrastró por todos lados, pero jamás lo dejé ir; por no querer soltarlo primero me atrapó el dueño del cerdo; era un noble de esos que ya tienen muchos animales en sus tierras, tan gordo como el cerdo. Estaba tan molesto que se inventó la historia de que había matado al animal y al pobre del esclavo que lo cuidaba. Y caí aquí... Por amarrarme a ese cerco...— Vitrion sacudió y se dirigió a Tertius— Siempre una historia diferente, pero siempre hay cerdo en cuentos— dijo Vitrion

 

Tertius

—Oh, ya veo —respondí al gladiador del brazo quemado, mientras clavaba mis dientes en la carne de un costillar de (casualmente) cerdo—. Mi nombre es Tertius, camarada, y me gustaría saber tu historia.

 

Kedoku.

— Además de que roncas como un ogro, nada.— le contesté a Tertius, la verdad es que no pude dormir bien anoche gracias a él por lo que andaba bostezando mas de lo normal. Al escuchar la historia del cerdo de Petrus no pude evitar reírme un poco, la historia era algo chistosa. Luego Tertius se presentó ante Vitrion, yo permanecí callado mientras saboreaba la deliciosa carne que estaba en el plato.

 

Vitrion lo miró—Yo crecí solo, no sabía de palabras y normas; vivía a mi manera. Pero no era buena, atacaba a quien me estorbara, a nadie entendía. Me atraparon y dijeron que yo era animal, no persona. Me trajeron aquí; mi mecenas no gustaba hablar conmigo con gruñidos, insistió en importancia de comunicarse, el esclavo de mi mecenas enseñarme de palabras, no soy bueno. Entenderlas ahora me es sencillo, antes no. Yo no entendí obligación de mi mecenas, lo consideró acto de rebeldes, no me dejé pisotear y mando a cocinar mi brazo, dolió si; pero doler más perder orgullo. El esclavo desde ese entonces, me enseñó a insultar—Vitrio comenzó a reirse— muy divertidos las palabras de insulto.

 

Un par de solados entraron a la zona de entrenamiento y lanzaron a un nuevo esclavo al campo; este cayó en la arena del lugar, ya con su collar de hierro en el cuello. Uno de los soldados miró a un guardia –Uno más; un traidor–

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Nombre: Maximos
Edad: 28.
Sexo: Masculino.
Apariencia física:Es un sujeto de gran masa muscular, calvo, con una espesa barba negra. Cicatriz en su rostro que abarca desde su mejilla izquierda y baja por su garganta.

Maximos fue llevado directamente al Coliseo al ser vendido; su historia ha sido propagada por toda Roma; un soldado el cual asesinó a un superior; las razones no habían sido aclaradas con certeza, sólo los rumores. Algunos decía que había matado al Centurión porque envidiaba su cargo; otros decían que fue por robarle a una mujer; otros tantos decían que quería robarle algo que llevaba ese día. Pero el Emperador no quería indagar; la evidencia estaba en aquel cuerpo inerte; por lo que debía ser llevado al Coliseo y utilizar sus energías en algo productivo.

Un guardia se acercó a él; lo miró con desprecio y lanzó frente a el cuatro armas de entrenamiento; un mazo, un arco, una daga y una espada; todas ellas sin filo.
–Debes elegir una y golpear ese muñeco de paja frente a ti; apúrate que no tenemos tu tiempo–

Contenido oculto: rapuma

@rapuma Bienvenido al rol :3
es tiempo de tirar 2 dados de 10 caras (ataque y defensa)
y un dado de 5 caras (suerte)

Uno de los guardias se acercó al cuerpo de Primus; algo no andaba bien; lo inspección y se dio cuenta que que el muchacho había mordido su lengua para morir; aparentemente no soportó la culpa de asesinar a su hermano. El guardia llamó a uno de los suyos el cual lo ayudó a transportar el cuerpo sin vida de Primus fuera del Coliseo.

Contenido oculto: Todos

Guriro-kun me avisó que no podrá participar en el rol; eso liberó un espacio para que entrara rapuma

 

Nixiras
Un chico llegó, un hombre en realidad así que me frene con curiosidad, al no estar aquí los gladiadores fue recibido por un desalentador guardia.

 

Priscus

Una vez terminada la comida, y las conversaciones muertas, me retire a entrenar como Marte mandaba...

En la arena, sin ningún cuidado, fue puesto un nuevo esclavo su espesa barba denotaba que el sujeto era de estos lugares, sin embargo su rostro me sonaba familiar...

–Uno más; un traidor– ladró un soldado, y pronto arrojó a sus pies las armas de entrenamiento; fingiendo golpes al escalón de madera centre mi atención a aquel extraño conocido...

 

Nixiras

Vi que el protegido de Gallio entró y con la misma curiosidad se quedó viendo al hombre recién llegado.

Yo no empezare una conversación aunque una sonrisa de satisfacción cruza en mi cara al pensar lo callado que lo dejó ambrosius y mi intercambio de palabras con él.

 

Maximos fue arrojado como un costal de basura sobre la arena árida que invadía aquel lugar. Su espalda es larga y ancha como el lomo de un toro, producto de un pasado forjado como legionario. Latigazos en su piel marcaban la existencia de medidas disciplinarias en algún momento de su vida.

El calvo miró con sus frios ojos de saurio al guardia que le entregó las armas. Desde su altura monumental, Maximos lo esta despellejando vivo. Es siniestro y la terrible cicatriz de su rostro realza aun mas la latente crueldad que hay en él en esos momentos.

Se agachó para tomar por la empuñadura el arma de madera, eligió la espada. La cambió de mano en mano, probando el peso. Nunca notó las miradas curiosas del resto de esclavos que estaban a sus alrededores, pero tampoco le importó. Él estaba en esos lugares cuando no lo merecía. Pero así era la justicia, se dijo en un pequeño murmullo y sin esperar otra orden se lanzó a la carga contra el maniquí de madera.


Espero que este bien! Con los dados se me complico! tire dos sin querer!