Chiyoda Ginga [Arcade]

—¿Y qué clase de secretos crees que yo tengo? —Preguntó genuinamente curiosa incluso si entendía que era una broma, si parecía hablar con una clase de experiencia encima, le gustaría saber qué cosa se le ocurría que estaba escondiendo con lo que él percibía como su actuar de "princesa". Se dejó guiar hacia la nueva máquina, sonriendo con cierta emoción cuando la vio, esa sí era un juego al cual estaba bastante acostumbrada.

—We'll see~ —Esta vez fue ella quien pasó su pulsera por el sensor para pagar el juego, separándose de él para ir hacia una de les esquinas, viendo como el disco había caído justo de su lado —, por el momento parece que estoy teniendo suerte con el primer tiro.

Tomó uno de los mazos y sacó el disco de su rejilla para colocarlo en la mesa, esperar a que Zeldryck tomara su lugar en la mesa y finalmente hacer el primer movimiento.

 

La miré divertido ante su duda, porque genuinamente no me esperaba que le causara curiosidad algo que había soltado por pura idiotez, pero bueno, si tenía que pensarlo un poco. La escaneé de pies a cabeza, quitándole la gorra en el proceso de un movimiento ligero para colocármela en la cabeza, guiñándole el ojo con la sonrisa torcida hacia la izquierda.

—Uy Cathy, si de por sí se dice que las más tiernas, con la cara más linda, y con portes de princesa~ —murmuré como si fuese un secreto pese a la generalidad que estaba manejando al montarme el teatro—. Bueno, lo que se dice te lo diré si ganas esta partida.

Me acomodé al lado contrario en lo que ella pasaba la manilla, sujetando el mazo para tapar al ser ella la elegida por el aparato.

—Eso parece, a ver qué tal eres enchoclando~

A ver si lograba tapar a la princess.

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Points princess: 5 + 1
Puntos Zeld: 5 +

 

Su rostro solo pudo reflejar más curiosidad en cómo la dejaba con la frase a medias incluso si ya se hacía una idea perfecta de donde estaba yendo todo, lo cual hasta le causaba algo de gracia por pensarlo como la excusa perfecta de Zeldryck de comprobar la veracidad de esa frase o era todo lo contrario y... a decir verdad tampoco sabía cómo podría beneficiarla a ella o no probar aquella teoría, a fin de cuentas, los teatros eran muy entretenidos cuando se mantenía esa bonita balanza de verdad y actuación.

—Entonces tengo que esforzarme más en ganarte~ —Con el primer punto anotado sonrió completamente satisfecha, si seguía así ya no podría ni decir que estaba siendo buena fortuna y se iba a empezar a creer que tenía un don conveniente a los juegos —, espero que mi gorra te de algo de suerte, aunque no tanta, quiero saber la respuesta.

Bloqueó con éxito la trayectoria de aquel disco y... bueno, quizás el gesto de disculpas que hizo de forma automática luego de sentir que hasta había golpeado este de vuelta con más fuerza de la necesaria era suficiente para que no se tomara a mal tanta...¿ferocidad? de respuesta al golpear el disco hacia él.

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Points princess: 5 + 2
Puntos Zeld: 5 +

 

Elevé las cejas al ver el disco deslizarse entre mi mazo, al no haber alcanzado a detenerlo. Busqué sus ojos entonces, entretenido en demasía al parecer que había escogido un buen sitio para traerla, si la chica aquí presente jugaba bastante bien el basket, y ahora iniciando el hockey.

—Parece que tu gorra en vez de darme suerte me la está robando —comenté jocoso al ver como tapaba mi lanzamiento.

Fue entonces que ella golepeó de nuevo el disco, con bastante fuerza como tal. Apenas y entorné la mirada al tratar de taparlo, sin lograrlo nuevamente.

—Uy Cathy, a ver si me enseñas algo con la fuerza que tienes~

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Points princess: 5 + 2
Puntos Zeld: 5 +

 

Y otro punto a su favor con aquel tiro.

Pero tan siquiera estaba aliviada de que Zeldryck no parecía en lo absoluto molesto con el hecho de que no estaba ganando el juego en cuestión, ya le había tocado un par de veces ya donde tenía que terminar salidas antes porque su acompañante terminaba mostrándose bastante molesto por quizás no tener lo que se imaginaba o no se lograba lucir del todo.

—¿No será que ahora yo te estoy poniendo nervioso? —Preguntó con un tono ligeramente divertido al recordar lo que le había dicho en el juego de baloncesto riendo entretenida cuando mencionó lo de su fuerza —, mi gorra es muy bonita para darte mala suerte y no se si yo sea la mejor maestra del mundo, pero puedo ver que hago.

Y parecía ser que esa mini conversación la había distraido lo suficiente como para no poder interceptar el disco de Zeld.

 

Iba ganando y todo la princesa, a ver si me ponía un poco serio para al menos empatar, sin embargo algo de ganas si tenía de que fuese ella la vencedora. En cuanto comentó que me estaba poniendo nervioso ladeé ligeramente la cabeza, divertido en lo que me prendía de aquellos orbes grisáceos por tan solo unos segundos, tragándome la risa por ahí derecho.

—¿Será? —jugueteé—. No tengo dudas de que la gorra es bonita, no más que la dueña, claro está~

Estiré la sonrisa torcida al ingresar el disco, volviendo a buscar sus ojos en el proceso.

—Tendré que hacerte conversación para empatar el juego, princess.

El cómo lancé aquel disco no tuvo ni nombre, parecía que apenas y le había dado un empujón, tanto que se detuvo a la mitad y el aparato marcó el final del juego, saliendo como ganadora la contraria. Solté el maso para acercarme a ella en lo que me giraba la gorra hacia atrás, sin intenciones de regresarla, al menos por ahora.

—Con respecto a lo de las princesas, de ellas se dice que... —me incliné, elevando su mentón con el índice de mi mano izquierda—, siempre hay un lobo feroz tras ellas.

Y que disfrutan con tenerlo cerca.

Me alejé entonces, moviendo la cabeza hacia el resto de juego para que escogiera el siguiente, en lo que continuaba, con aquel tono en mofa.

>>¿Tú que dices? ¿Es cierto?~

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Points princess: 5 + 3
Puntos Zeld: 5 + 1

 

—Debe ser un honor decir que puedo ponerte nervioso, ¿no? —Sonrió y le hizo el característico corazón coreano con su dedo pulgar e índice cuando la volvió a halagar, a decir verdad, le gustaba bastante que le saliera tan orgánico a Zeldryck estar diciendo cosas como esas aunque sabía muy bien que ese sentimiento de satisfacción desaparecería seguro si se topara con todas las posibles conquistas que ya tenía él en su lista.

Se preparó para recibir el último tiro y fue hasta más gracioso que se quedara hasta la mitad de aquella mesa por la poca fuerza que tuvo el golpe incluso luego que dijera que buscaría empatar el marcador.

Esperó a que se acercara, apoyándose en la mesa del hockey para esperarlo y recibir el premio de que completara la frase aunque no esperó en lo absoluto que se acercara tanto para decirlo o que terminara teniendo ese detalle que no podía evitar sonrojarla nuevamente no solo por eso, si no porque la frase terminaba de manera muy distinta a lo que le había dicho.

Tanto que agradecía bastante no haber completado la oración por su cuenta.

—Lobos feroces... hmm no lo sé —Se mantuvo todavía unos segundos más apoyada a la espalda en aquel juego antes de acercarse a él para tomar su mano para buscar otro juego —, no veo a ningún lobo feroz ahora rondándome si te soy sincera o quizás, todavía no se muestran como unos~

Lo llevó entonces a un juego bastante popular en varios videos que veía, aquel donde tenías que golpear la pera de box para ver que tanta fuerza tenías —Llevamos un empate y y yo una victoria, ¿te parece este juego o prefieres arriesgarte con otro?~

 

Sentí su tacto entorno a mi mano, no tardando en entrelazar los dedos con los de ella. La mano de Cathy era pequeña, delgada a comparación de la mía, que de por sí podía ser árpera al posiblemente no tener ni un minímo de cuidado con mi piel. En cuanto la escuché de nueva cuenta relajé los hombros, siguiéndole el juego sin ninguna clase de prisas. A fin de cuentas Whitman me hacía danzar de una forma mucho más sutil, cuidadoso por ahí derecho.

Qué cosas.

—¿Será?~ —murmuré en lo que me dejaba guiar hacia lo que le apetecía ahora probar, llegando a aquella atracción en la que los puntos se definían por la fuerza ejercida en un golpe. Elevé las cejas ligeramente para luego soltar una carcajada—, ¿tan pronto queriendo presumir tu fuerza? —pasé la manilla por el contador a lo que las luces del aparato se encendieron—, a ver qué tal~

Uy, le estaba robando el iniciar.

 

Menos mal que la elección y todo le había causado gracia.

Podía ser un estereotipico easy win para él y nuevamente quedar en empate y la verdad es que sabía lo descarado que se podía ver esa elección luego de ella haber ganado pero, si ya estaba teniendo un gran desempeño en esos juegos, también quería ver si se podía inflar un poco más el ego de estar ganando haber tenido ventaja en un juego y ganado el otro. Todo por el bien de la competitividad~

—Probablemente no tenga otro lugar donde presumirte esa posible fuerza~—Observó su golpe y la puntuación que hizo con cierta sorpresa, se veía alcanzable y no extremadamente lejano a lo que ella pudiera conseguir si realmente se esforzaba a conseguir algo así —. Pero veamos como me va a mi ahora.

Paso su pulsera por el sensor para que aquella pera volviera a bajar y respiró hondo, mínimo esperaba igualarlo.

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Cathy sera incapaz de correr en linea recta para las pruebas fisicas, ¿pero que tal golpear? Se le salió el robin que lleva dentro xD

 

Elevé las cejas en lo que enterraba las manos en los bolsillos, notando el como el contador continuaba subiendo, a lo que varias personas alrededor también se quedaron observando atentos, hasta algunos chicos me miraron como si buscasen algún índice de molestia pero tan solo me eché a reír, escuchando algunos aplausos de un par de chicas que quedaron más asombradas que yo.

Me acerqué por atrás, susurrándole:

—Pobre del que te sea infiel~

Tenía potencial escondido atrás de aquella contextura de por sí delgada, era un contraste por demás interesante si tuviese que decirlo.

—Bueno, bueno, que la princesa está conmigo —solté ante las miradas de tipejos que aún permanecían por ahí mirándola de pies a cabeza, vete a saber qué pensaban pero poco me importaba. Pasé la mano sobre su hombro, echando un peso minímo sobre ella al dejar la mano colgando sobre el mismo—. Como tu gorra me está absorbiendo toda la suerte, por ahí derecho la fuerza, vamos por algo de tomar~

Señalé uno de los puestos con malteadas.

>>¿Qué sabor te gusta, Cathy?

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CATHY DMW
Points princess: 5 + 3 +1 +
Puntos Zeld: 5 + 1 + 0 +

 

Esta vez no pudo evitar dar saltos de alegría al ver cómo el marcador seguía subiendo y subiendo aunque si tenía que ser honesta, la parte de sus nudillos le estaba comenzando a doler pero no le importaba en lo absoluto, menos cuando escuchó cómo le estaba aplaudiendo Zeld —¿Viste eso? I'm amazing~ —Hasta se aplaudió a si misma en su festejo sin importarle demasiado todo lo que los estaban viendo ahora por haber superado la marca de Zeldryck.

Lo empujó con suavidad cuando lo escuchó decirle eso tan cerca, dudaba que si alguien le fuera infiel terminaría llegando a utilizar algo así contra esa persona. Se conocía lo suficiente para saber que simplemente seguro le ganarían las ganas de desmoronarse.

Aun así acarició su mejilla con bastante cariño cuando sintió su peso sobre ella, sin prestarle mucha atención a la gente a la cual se estaba dirigiendo cuando mencionó que ya estaba acompañada, eso se notaba a kilómetros.

—Es una lástima que te pueda causar todos esos problemas cuando también te queda bien usarla...—Pero si no se la iba a devolver no se iba a quejar en lo absoluto en caso de que en efecto fuera culpa de la gorra —, de oreo estaría bien como premio de ser la campeona en fuerza~

 

Su tacto delicado apenas y me acentuó la sonrisa en la cara. La gorra era hasta cómoda, pero vaya que empezaba a creer a conciencia que el accesorio me absobía los gramos de suerte como si fuese agua, porque venga, dos juegos perdidos, uno tras otro. Mentira, a ciencia cierta, Cathy era bastante buena.

—Tengo una en casa que es de mis favoritas, quizá me la ponga en algún momento, a ver si también te gusta como me queda~ —me eché a caminar con el cuidado para que ésta me siguiera al puesto de las malteadas, ahí mismo dentro del arcade—. Dame una de oreo y otra de arequipe.

Saqué la billetera entre tanto, pagando en efectivo a lo que el chico mencionó que en cinco minutos estarían listas. Recosté entonces el atebrazo sobre la madera lisa, sin quitar aún el otro brazo sobre sus hombros, aprovechando la posición para pasar las puntas de su cabello castaño entre mi dedo índice y corazón.

—¿Le sacaste el color de cabello a tu madre o a tu padre? —hice conversación así de la nada, como pretexto en sí para seguir acariciando las puntas que de por sí se sentían bastante suaves.

Al rato el tipo dejó las malteadas a nuestro alcance, haciendo apenas una leve reverencia. Con la mano libre le acerqué su malteada y luego sujeté la mía, llevando el pitillo a mis labios para tomar. Sabía bastante bien.

>>¿Quieres probar?~

 

—Quizás hasta te de algo de suerte que sea tu favorita, pero estoy segura que te quedaría muy bien~ —No es que se fuera a ver como una persona completamente distinta solo porque cambiara de su gorra a la favorita que tenía en casa, así que podía estar segura de que realmente se iba a ver muy bien si también lo combinaba con otra clase de outfit para que le complementara más.

Le siguió a paso tranquilo, apoyando tan solo un poco su cabeza en él aprovechando la cercanía que tenían por el agarre que estaba teniendo Zeldryck en ella que consideraba bastante cómodo en realidad.

—De mi mamá herede el color y el largo aunque me hubiese cortado el cabello a este estilo —Sonrió recordando lo parecida que decían que era a su madre y cierta diversión cuando casi le daba un infarto solo porque se había cortado el cabello antes de regresar a Japón, luego cuando recibió su bebida le agradeció en voz baja antes de tomar el primer sorbo, escuchando como Zeld le ofrecía de su malteada —, ¿en serio? Gracias~ jamás había probado de ese sabor.

Con su mano libre pasó parte de su cabello por detrás de sus orejas para que al inclinarse hacia el vaso de Zeld ningún mechón rebelde quisiera colarse en la malteada y tomar tranquila un poco de la malteada. —Me gusta, probablemente si salgo y se me antoja una malteada me animaría a pedirlo de nuevo... —le acercó entonces la propia malteada a Zeld —, el mio es un sabor algo más normal pero si quieres también puedo darte~

 

Innegable que le quedaba bien el cabello corto, así que podía imaginarme fácilmente que su madre sería una mujer bastante simpática fisícamente si compartían facciones fisícas, me pregunté entonces si la personalidad venía en el mismo paquete o quizá se inclinaba más a su padre en ese sentido, sin embargo no lo hablé porque a la final me entretuve con la malteada, la cual ella probó sin dudarlo luego de tomar de la suya.

—Sí, el caramelo sabe bastante bien. Si te soy sincero nunca he probado la de oreo —mentí con el descaro como si fuese completamente cierto—. Un poco vendría más que bien —me incliné entonces, sin embargo no me acerqué a su pitillo, desviándome a sus labios para presionarlos con los míos en lo que ladeaba ligeramente la cabeza.

Entorné la mirada a lo que atrapé su labio inferior, ejerciendo una ligera presión para volver a alejarme, pasando la punta de la lengua por mis comisuras, saboreándome al ella tener combinado el caramelo con la galleta, sintiéndose un poco el sabor de ambas bebidas, aunque bastante tenue sobre su brillo labial.

—Uy, el tuyo sabe más rico, la próxima pido ese en vez del mío~

Llevé ahora sí el pitillo de mi malteada a mi boca, tomando un par de sorbos como si nada.

 

De nuevo lo empujó con suavidad pero esta vez poniendo algo más de peso al apoyarse en él acompañado de una risa para que supiera que no le había creído en lo absoluto nada de lo que le dijo, ¿quién en su sano juicio no hubiera probado una malteada de oreo en su vida? Pero no le iba a reclamar más fuera de eso si entendía la razón por la cual le andaba exagerando de esa manera solo para tener un trago de su bebida.

O eso había creído.

Mantuvo allí su malteada en un punto medio de ambos para que no tuviera que inclinarse tanto hasta que notó que no se dirigió a la pajilla y sintió la unión de sus labios sorprendiéndola casi al instante, sintiendo que su rostro comenzaba a sonrojarse porque estaba seguro que el pobre que los había atendido se estaba llevando el espectáculo del siglo por realmente no tardar demasiado en corresponder su gesto y estremecerse un poco cuando lo sintió el tirar de su labio.

Simplemente no había esperado un beso en esa salida, menos disfrazado de esa forma.

—No hagas cosas así sin aviso... —murmuró como si fuera una queja, prefiriendo girarse para estar frente a él y apoyar su frente en su pecho para no sentir más vergüenza de que viera su reacción —, ¿que pasa si de la sorpresa tiro mi malteada? —Preguntó sin realmente tomarse en serio su propia pregunta antes de separarse aun sintiendo el calor en su rostro—, ¿quieres que busquemos algún lugar donde sentarnos?

 

Me tragué la risa al estar prendido del pitillo, sorbiendo de la malteada como sino me estuviese divirtiendo en demasía al denotar el cómo le subía el color en las mejillas. Si se veía lo más de linda~ Además de que no noté ninguna clase de rechazo, y ella ni enterada parecía estar que me estaba abriendo un poco más la brecha de lo que podría atreverme a hacer, si había sido un beso de nada.

—La próxima aviso entonces —comenté reído al sentir su frente en mi pecho, permitiéndome acariciarle el cabello casi con mimo, deslizando la yema del índice por la parte porterior de su nuca, percibiendo el cómo se ocultaba.

¿Y cómo no? Si las personas que estaban cerca se habían quedado viendo, en especial el que nos atendió con las malteadas, el pobre tenía la cara roja también.

—Compramos otra~

No deparé en explicar las mil soluciones que se me pasaban por la cabeza, dejando el tema hasta ahí al saber que su pregunta era más por los nervios de haberla tomado desprevenida. Si en realidad era el segundo beso que le robaba, siendo el primero el de la máscarada.

>>Por ahí vi unos asientos, y cerca del juego que te iba a proponer para continuar —dejé caer la mano por su espalda hasta deparar en el borde de su cadera, al inicio de los shotr que traía puestos para busacar su mano, guiándola hacia aquellas sillas grisáceas, cerca de un arcade de carreras, esperé a que ella se sentara y eso para apartar el tacto, quedándome de pie—. Me llevas varios puntos por encima, a ver si antes de que acabe la noche logro alcanzarte o sobrepasarte, princess~

 

No podía dejar de pensar que lo ideal que debía hacerse en ese momento por las normas sociales que solían tener los japoneses y la clase de respeto que tenían sobre todo lo que los rodeaba era disculparse tan siquiera con el vendedor por haberlo hecho sin querer un espectador de aquella ocurrencia de Zeldryck, pero, al mismo tiempo hacerlo seguro solo iba a terminar con ambas partes algo más avergonzadas.

Huir hacia un asiento terminaba siendo mucho mejor.

—Preferiría robarte la tuya como reclamo o compartirla... —Sonrió por los mimos recibidos aprovechando que todavía seguía contra su pecho y cuando se separó, no le importó en lo absoluto la mano posada por sus caderas, prefiriendo centrarse en beber también su malteada para bajar el calor de su rostro que poco a poco volvía a la normalidad.

Tomó asiento una vez que llegaron al lugar indicado, pegando su espalda al respaldo para también poder ver mas cómodamente a Zeldryck al no tomar asiento como ella —Me siento con mucha suerte, quien sabe si realmente logres alcanzarme~ —volvió a tomar un poco de la malteada —, pero me esta gustando descubrir que soy muy buena en los juegos que llevamos~

 

Me sonreí ligeramente, aún sorbiendo de la malteada que estaba más que buena, aunque no tanto como la combinación que acababa de probar en los labios de Cathy, pero bueno, si ya de atrevido me había pasado como solía hacer. Le quité la tapa para acabarme la crema chantilly que traía y aún no se disolvía por completo.

—No me tienes fe Cathy —jugué con el pitillo dentro de la bebida luego de volver a taparlo, tomando lo último que me quedaba para tirarlo en un cesto de basura cercano y regresar sobre mis pasos, sentándome a su lado para espera a que ella acabara—. Eres más que buena, no seas modesta —la molesté estirando la sonrisa, echando la espalda en el respaldar—. Cambiando de tema, ¿qué sueles hacer los fines de semana de por sí?

 

—Te tengo fe, pero en este momento estoy apostando por mi misma.—Le corrigió con suavidad, le había alcanzando fácil en el baloncesto así que si se lo proponía seguro realmente la alcanzaba en el marcador que teníamos incluso aunque hubiera fallado en la prueba más obvia para que se luciera y hubiera terminado ella con un gran reflector de emoción.

Continuó tomando su bebida con tranquilidad pese a que Zeldryck ya se había acabado la suya, no había ninguna clase de prisa —Tienes razón, he sido más que buena —Soltó una risa al verse invitada a admitirlo aunque luego tan solo con una sonrisa amable llevó su pulgar a limpiar las comisuras de sus labios del chantilly que le había quedado en estos y llevárselo a los propios para limpiar el dedo en su boca sin tomarle mucha importancia —, normalmente en las mañanas aprovecho para hablar con mis padres, darles un update de cómo estoy y demás, luego arreglo un poco el lugar y de allí quizás me la paso fuera explorando un poco el área donde vivo para ubicarme más fácil.

Así conocía mas lugares donde ir a comer, donde podía comprar ropa que fuera más de su gusto, cines, sabía que sus padres en si no les molestaría incluso si llegaba a gastar demasiado en alguna qué otra salida.

—¿Tú qué sueles hacer? —Preguntó antes de volver a su bebida al no faltarle demasiado en sí para acabarla, cruzando sus piernas una sobre otra.

 

Me quedé quieto en cuanto sentí su tacto limpiarme la comisura de los labios, era una chica bastante atenta, bonita, amable y dulce. Quizá lo que a cualquier otro chico le apetecería cortejar hasta hacerla su novia. Qué cosas~ Seguí sus movimientos con liviandad, en lo que echaba ligeramente la cabeza hacia atrás.

—¿Explorar? —solté una risa ligera por la nariz—. Tus mañanas suelen ser bastante organizadas entonces —me quedé pensando un poco al hacer memoria sobre lo que solía hacer desde que llegué a Japón—, de por sí en la mañana dormir, mis noches suelen ser más activas, así que siempre que llego del instituto como con mi hermano y saco los perros a caminar, como queda bastante cerca un parque y eso, pues nos ponemos a trotar o a jugar con las ramas que me topo por ahí.

Pasé la yema de mis dedos por mi cabello en lo que ella cruzaba las piernas.

—Nos solemos turnar para lo que haya que hacer, y los fines de semana le pagamos a una persona de servicio generales para que se ocupe de la limpieza. Pero ya cuando tengo tiempo libre suelo salir por ahí~