Campos de arroz; cercanías de Gifu (Takeda; Kenzaburô; Mao; Togashi) Takeda sonrió ante lo que pronunció Kenzaburo, viniendo de un samurai que consideraba a la mayoría como escoria de la humanidad, aquellas palabras tenían valor —Gracias por tan dedicadas palabras; pero aun es muy pronto para mi, no sé mucho de política; mi padre se esmeró en que yo fuera educado más hacia las artes, mi hermano mayor Noishi, el tenía grandes dotes de diplomacia; y mi otro hermano Shigeari era hábil en sigilo y búsqueda de información — rio ante aquello — Yo siempre fui el más débil, él más frágil, el que siempre tenía menos tiempo de entrenamiento— empezó a decir perdiéndose mientras sujetaba la rama mirando a Kenzaburo, preparándose "Saber lo que cada uno necesita" pensaba en lo que decía Kenzabro. — Ataca — dijo Takeda mientras Kenzaburo salía disparado a su encuentro; su rápido, si no fuera porque estaba completamente descansado, seguramente habría acertado, pero Takeda sólo dio un giro con velocidad para esquivar el ataque, aprovechando el espacio marcó con la rama en las costillas de Kenzaburo, allí hubiera recibido el golpe. Takeda sintió un ligero ardor en su cuello, el ataque había hecho fricción, no causó daño pero hubo un toque. Takeda sonrió — Bien, ahora es mi turno; como prometí te mostraré mi técnica aprendida por mi maestro Hiro Sugita; Futatsunomichi, una técnica que cambia la trayetoria del sable tras entrar en el intervalo de vuelo, su función es simple; me da dos decisiones, atacar a matar o atacar y perdonar; una elección que se debe tomar en segundos. Futatsunomichi significa dos caminos, porque siempre hay más de una opción Kenzo; que nunca te digan que sólo existe una forma de hacer algo en vida— dijo con seguridad —Prepárate, que ahora soy yo quien no se contrendrá, espero sepas defenderte bien; pero sobre todo, espero esquives el ataque— Alguien mas los observaba a una distancia prudente. Contenido oculto Tiré el dado arriba, porque son las 2 am y ando tonta; tira los mismos dados. Castillo (Hideyoshi) Hideyoshi cruzó el puente hacia el área residencial, el castillo era enorme y rodeado de seguridad y de jardines; a diferencia de la casa feudal en Tsu aquel sitio se veía exhuberante, limpio y perfecto, podías ver a lo lejos siluetas desfilar por los balcones de tan hermosa edificación. Uno de los guardias se acercó a ti sin agresividad, estaba completamente armado y revestido de la armadura clásica de los guardias del imperio; sus yaris o naginatas deslumbraban con su impecable reflejo en el filo. Toda la indumentaria era más que correcta, era pulcra y fina. —¿Cuál es su asunto a tratar con nuestro Señor de Gifu?— preguntó, al menos no había iniciado con una negativa como en Tsu —Diga su nombre y ocupación— Takeda Mao Kenzaburô Hideyoshi Togashi PV= 100 Bien descansado (+1 en defensa) Fuerza= 19 Protección= 11 Katana Genji= +10 ataque PV= 60 Bien descansado (+1 en defensa) Resistencia (+1 defensa) Avaricia (-2 suerte) Katana (+12 fuerza) PV= 60 Bien descansado (+1 en defensa) Agilidad (+2 defensa) Avaricia (-2 suerte) Katana (+18 ataque) PV= 60 Bien descansado (+1 en defensa) Enfermo (-2 en defensa) Buena reputación (+2 suerte) Timidez (-1 suerte) PV= 60 Bien descansado (+1 en defensa) Agilidad (+2 defensa) Avaricia (-2 suerte) Katana (+16 ataque) Casa de armamento (Natsu) El hombre detuvo en seco la mano de Natsu —Eres bastante valiente para querer robarme— dijo molesto —La última vez que alguien robó algo de mi negocio terminó muerto en la calle — suspiró recordando aquellos eventos que lo habían alterado esos últimos días — Ya no sé si eres valiente o estúpido; pues estás en una herrería, podría haberte cortado la mano en lugar de sujetarla — lo dejó ir — Planeabas tomar de mi dinero para completar para la katana; pero temo decirte que no te va alcanzar con lo que tienes ahora — lo miró de abajo hacia arriba — Vuelve cuando puedas pagar, no querrás acabar bajo la katana de Ikeda, el líder del dojo norte — Herbolaria (Natsu) Al entrar pudiste observar a una mujer de edad avanzada sobre de ella colgaba un pez globo como si fuera una linterna de papel, pero sin luz; en su mesa de trabajo había varias plantas e instrumentos inservibles; estaba trabajando en algo que la mantenía concentrada. No levantó la mirada, seguía enfocada en su tarea —Por el uso de las instalaciones son doce monedas, no me interesa lo que fabriques, no sé dónde puedas encontrar buenos ingredientes; procura no interrumpirme mientras trabajas — dijo con una voz seca y desinteresada. Contenido oculto Este hombre está calado en robos xD no es un pnj al que puedas robarlo. Natsu PV= 60 Bien descansado (+1 en defensa) Voluntad (+4 ataque) Timiez (-1 suerte)
Kenzaburô Contenido oculto Cabeceó afirmativamente a las palabras de Takeda mientras retrocedía unos pasos. Si no hubiera detenido su ataque el lateral de su cuerpo ahora estaría muy golpeado, quizá con alguna costilla fisurada. —Es un honor aprender tu técnica secreta, Takeda. —dió una leve reverencia. —Y no eres débil. De nuestras una gran fortaleza en tu espíritu y es de admirarse, contando todas las penas que atravesaste. No puedo entender tu dolor de perdida por una familia tan unida por que la mía misma nunca me tuvo demasiado aprecio. Pero si entiendo tu convicción de no caer y seguir adelante. Somos dos espadas, con un pasado en común; ambos tuvimos que valernos por nuestros propios medios, y con dos filosofías distintas. Ahora veremos cuál es la verdadera. Sonrió levemente mientras separaba los pies y adoptaba una posición firme. Intentaría evitar el ataque o al menos sostenerlo con la rama para desviarlo. ¿Lo logrará?
Natsu Gotho Sonrió apenas al ser detenido, porque ciertamente no creía a alguien más sagaz para detener un robo que él por su habilidad. Se dio vuelta escuchando las palabras sobre el hombre del dojo del norte, sino mal recordaba el día anterior estuvo entrenando con un niño ahí por un rato, en donde su sangre hirvió, al menos ahora estaba bastante calmo. Salió hacia la herbolaria para preguntar por ingredientes, pero la vieja de edad solo le faltaba sacarlo de ahí. Aún así se aproximó hacia ella, observando lo que hacía con sus dedos. —¿Qué estás preparando?
Soga no Hideyoshi 曽我秀吉 Castillo —Mi nombre es Soga no Hideyoshi, soy diplomático, y tengo asuntos de política muy importantes para tratar con el señor. Estoy seguro que le interesará el tema en cuestión. El guardia aparecía imponente con su armadura completa, pero su recibimiento estuvo lejos de ser antipático. Hideyoshi juntó sus manos por delante entrelazando los dedos, a la altura de la ingle, en una clara muestra de pacifismo. Se detuvo a observar el castillo, majestuoso y voluptuoso, sin lugar a dudas un triunfo de la arquitectura. Se preguntó si el señor que lo habitaba tendría su orgullo y su ego a la altura de semejante obra, o si más bien expresaría un contraste notorio. "A juzgar por lo que me contó el informante sobre los conflictos y problemas que tienen los habitantes de esta ciudad y sus agricultores, me inclino más por la primera opción", pensó.
Campos de arroz; cercanías de Gifu (Takeda; Kenzaburô; Mao; Togashi) Takeda también hizo una reverencia ante su oponente mientras sonreía, esta vez no era la típica sonrisa amable, era la sonrisa de alguien quien disfruta del combate —¿Pero qué dices? ¿Qué tu familia no te tiene aprecio? Tu familia somos nosotros, Ryouma, Togashi, Hideyoshi, yo. El clan es tu familia y nosotros permaneceremos unidos — dijo antes de respirar profundamente, no soltó el aire; aquel movimiento fue rápido, Kenzaburo no pudo verlo a detalle, sólo pudo sentir el impacto tras ejecutar un kesagake, se trata de un corte diagonal desde la clavícula hasta la axila para dañar la carótida, el corazón y los pulmones. El impacto rompió la rama en el cuerpo de Kenzo, haciendo un corte ligero, el cual pudo traspasar la carne pero sentiste como su fuerza se detuvo antes de que el golpe continuara; aquello requería precisión por parte de Takeda. Por un momento escuchaste cómo él soltó la respiración mientras tú quedabas sin aliento. Takeda se acercó a ti y te ayudó a enderezarte, el aire volvió a entrar a tus pulmones y fue entonce que sentiste el ardor de aquel impacto, seguido del dolor interno, a pesar de eso seguías entero, aquel ataque era mortal con el filo de la katana; aunque sabías bien que también hubiera sido distinto si tú también usabas la tuya, no habías caído al piso, te mantenías de pie frente a tu oponente. —Eres un espadachín de ataque; sólo había visto a Chikusa quedarse allí parado para recibir el impacto, vaya que eres valiente; pero por favor no me vuelvas a espantar de ese modo — dijo Takeda con genuina preocupación —Ahora conoces la fuerza del Futatsunomichi, la técnica que me enseñó mi maestro y yo estoy dispesto a enseñarles a ustedes — Alguien se acercaba a ustedes por lo que ambos soltaron la rama que usaban en el entrenamiento y al unísono llevaban su mano a su katana. El que estaba observando era Konohamaru, quien se incó ante ustedes e hizo una reverencia de disculpa, colocando su frente en el suelo y sus manos adelante de esta. —Perdonen mi interrupción a su entrenamiento— comenzó sin levantar la vista —Sabía que ustedes eran hábiles guerreros, no cobardes como mi maestro mencionó, sólo guerreros fuertes saben retirarse de peleas que no les corresponden, y al ver este entrenamiento no me queda la más mínima duda de sus habilidades. Yo no puedo hablar en nombre de la escuela de mi maestro Ikeda Nakayuki, pero he venido a pedir perdón por lo sucedido en el dojo, agradezco las acciones con los pequeños aspirantes y sobre todo agradezco sus palabras. Estaba a punto de batirme en un duelo a muerte por un odio en mi corazón y sus palabras me detuvieron, gracias a ello aun puedo ir a la tumba de mi prometida con la frente en alto y no con manos llenas de sangre y desgracia. Yo, Konohamaru quedo en deuda con usted y su clan— Aquellas palabras tomaron desprevenidos a los presentes, Takeda colocó su mano en la espalda de Konohamaru para que se levantara, si hablaba en preocupación a Ikeda significaba que el perdedor había sido Tsunemoto, aquello le heló la sangre; una muerte innecesaria —Ayuda a tu maestro Konohamaru, está perdido en el dolor y el odio; tardará en sanar, pero por el aprecio y estima que le tenías antes de que la venganza lo dominara, ayúdalo al volver al camino, si no le ofreces tu perdón jamás sanará y su camino de odio nunca terminará — dijo Takeda mientras Konohamaru afirmaba, para después hacer una reverencia a los presentes y retirarse. Takeda miró a Kenzaburo que aun estaba de pie —No me interesa si la venganza es lo que te mueve; trataré siempre de disuadirte pero yo no controlo tu espíritu; quiero que entiendas que te esperaré del otro lado, sea la decisión que tomes siempre podrás regresar con tu familia, no necesitas huir; ya no tienes que estar solo nunca más — Takeda soltó un profundo suspiro. Contenido oculto Tenemos que curarte!!!! Castillo (Hideyoshi) El guardia afirmó mientras se acercaba a la entrada nuevamente, era una barda de madera cubierta de follaje, el cual evitaba mirar hacia el interior. Entró por la barda y regresó unos instantes después con dos sirvientes. —Soga no Hideyoshi, estos sirvientes lo llevarán al salón de reuniones en el edificio de relaciones públicas; por favor entregue sus armas — uno de los sirvientes extendió una tela fina entre sus manos para poder envolver con delicadeza las armas, pues al no ser un visitante esperado no podían jugarse ningún tipo de encuentro desafortunado. Después los dos sirvientes se posicionaron uno a cada lado de Hideyoshi mientras entraban por la barda hacia el interior del territorio del Señor de Gifu. Hideyoshi no esperaba aquel nivel de belleza; un palacio rodeado de jardines y hermosos estanques; pero los sirvientes no lo llevaban hacia esa gran estructura, aun así lo condujeron por un enorme pasillo rodeado de aguas azules y jardines cálidos. Frente a él lo esperaba una estructura más pequeña pero nada modesta; en la entrada dos guardias se unieron al seguimiento mientras uno de los sirvientes colocaba un banco para que Hideyoshi se sentara y le quitaran las sandalias para colocarle unos suaves calcetines blancos y así poder ingresar al edificio de relaciones públicas. Uno de los sirvientes se quedó afuera, el que cargaba sus kodachis; mientras los guardias acompañaban a Hideyoshi y al otro sirviente al interior. El interior era maravilloso, pero no era formal como para una audiencia, era un sitio para reuniones específicas, seguramente no podías ver al señor de Gifu, la falta de tarima alta y cortinas delataban aquella intensión, sabías que no lo podrías ver de frente pero al menos esperabas poder escucharlo. El sirvientes sirvió sake en la mesa para que tomaras asiento —Será atendido en unos instantes mi señor; le ruego paciencia, pues su visita no estaba planeada— dijo mientras se retiraba del lugar, acompañando al sirviente de afuera. Al menos el orden de la nobleza estaba muy bien marcado, conocían las reglas y te sentías preparado para aquella audiencia. Un hombre joven apareció por el arco que daba al interior de aquella edificación; te miró mientras se colocaba frente a ti del otro lado de la mesa; detrás suyo caminaban dos guardias y un sirviente que siempre miraba al suelo; cuando su señor se sentó el acomodó sus ropajes para que estos no se arrugaran y se extendieran en el piso con gracia; después se retiró sin darle la espalda. Su indumentaria cumplía las normas de la alta nobleza, la cantidad de tela era impresionante —Soga no Hideyoshi; son varias estaciones que no sabíamos nada de su apellido, posiblemente desde el cambio en el Imperio cuando fue tomado por nuestro gran Señor Akishino, líder imperial de todo Japón — sus dientes eran negros y su presencia olía a incienso; frente a él también había un vaso con sake servido, el cual tomó esperando que tu hicieras los mismo —Yo soy Nomiya no Hikoharu; cuarto hijo del Señor de Gifu— dió un sorbo al sake —¿Qué ha traído a un viejo diplomático como tú a este lugar?— aquello no lo decía por la edad de Hideyoshi, lo decía por la antiguedad del apellido Soga. Takeda Mao Kenzaburô Hideyoshi Togashi PV= 100 Bien descansado (+1 en defensa) Fuerza= 19 Protección= 11 Katana Genji= +10 ataque PV= 60 Bien descansado (+1 en defensa) Resistencia (+1 defensa) Avaricia (-2 suerte) Katana (+12 fuerza) PV= 12 Bien descansado (+1 en defensa) Agilidad (+2 defensa) Avaricia (-2 suerte) Katana (+18 ataque) PV= 60 Bien descansado (+1 en defensa) Enfermo (-2 en defensa) Buena reputación (+2 suerte) Timidez (-1 suerte) PV= 60 Bien descansado (+1 en defensa) Agilidad (+2 defensa) Avaricia (-2 suerte) Katana (+16 ataque) Herbolaria (Natsu) La anciana golpeó en la mesa para dirigir su mirada a los ojos de Natsu —Te dije que no me interrumpieras ¿Estás sordo o sólo eres molesto? — dijo dejando a un lado los ingredientes, detalló en la apariencia y en la fuerte mirada del joven, sonrió —No pareces ser curandero barato ¿Haces venenos? Si es así tal vez te interesaría lo que estoy haciendo — apuntó a la mezcla que hacía, no podías distinguir los ingredientes porque ya estaban machacados —Estoy haciendo un potente veneno, no esos ridículos que te dan gases o te hacen vomitar, juegos de niños estúpidos —sonrió —¿Qué tan interesado estás en los venenos? Si tu respuesta me complace te diré que es lo que estoy haciendo— Natsu PV= 60 Bien descansado (+1 en defensa) Voluntad (+4 ataque) Timiez (-1 suerte)
Natsu Gotho Escuchar su discurso le provocó más interés que curiosidad, permaneciendo con sus orbes filosos sobre ella luego de ver los ingredientes pulverizados. Aún no era tan sagaz como para identificarlos en ese estado, conocía algunos sí, pero lógicamente el aprendizaje era algo cotidiano, en donde la ignorancia siempre estaba presente. Su discurso fue similar a su viejo, a diferencia de que su viejo se la pasaba haciendo antídotos, tomando él un camino contrario a ello. —Enséñame —murmuró con parsimonia en respuesta. Él aún estaba dentro de los niños estúpidos, y necesitaba definitivamente aprender más de aquellas sustancias peligrosas, siendo una respuesta corta, concisa pero directa.
Kenzaburô La técnica de Takeda hablaba de una justeza terrible; de un muro inoxerable de roca. Sintió en carne viva ese terrible poder que trepó por su esqueleto como un tifón de fuego. Las rodillas temblaron y aunque dió un paso hacia atrás mientras se encorvaba por el golpe, asi y todo no cayó al suelo. Observó a Takeda y vió en su temple tan tranquilo un poder devastador. No creía que tanto fuego existiese en una hoguera tan pequeña. Y a su pesar sonrió, este tipo era al que su yo interior; el Kenzo de nueve años , querría seguir hasta los confines del mundo. —Esta técnica... es apabullante. Estaría muerto si no fuera por la rama. Y entonces la aparición de Konohamaru cerró el ciclo de los dojos. El Ronin no sintió pena por el veredicto final de la pelea entre ambos instructores. Y tampoco por el muchacho allí presente. Simplemente lo observó en silencio mientras Takeda se ocupaba de las palabras. Una vez marchado el pupilo del dojo del norte, Kenzaburô le dió la mano a Takeda. —Soy un animal de costumbres. Lo único que conocí son palos y golpes. Dale a un animal que sólo conoció el dolor una mano amiga y verás como éste se trastorna. Así me siento ahora mismo. Y gracias por tus palabras aunque debería darte un cabezazo en la frente. No sabes la fuerza interior que hago para evitar responder al dolor que siento ahora mismo en el cuerpo...
Soga no Hideyoshi 曽我秀吉 Castillo Estaba atónito, el lugar era un ensueño, era más que eso. Al caminar por ese puente no podía quitar los ojos del agua azul cristalina. Los jardines permitían al alma respirar algo de paz y tranquilidad, parecía increíble que de un lugar así surgieran las decisiones que podían dar comienzo a una guerra, a una matanza y caos que intranquilizaba el mundo. Se sentía algo despojado sin sus armas, pero era solo una sensación. Su nuevo calzado era muy cómodo, el sake que le sirvieron le iluminaba el espíritu. Parecía un lugar en el que podría quedarse por siglos bajo el sencillo motivo de poder contemplarlo. El joven llegó y se presentó. Hideyoshi hizo una reverencia, y tomó el sake una vez que su anfitrión lo hizo primero. Se introdujo a sí mismo para luego preguntar el motivo de su presencia. "Cuida las formas, es muy educado. Mi apariencia puede ser desalineada, pero mi apellido evoca otro respeto", reflexionó. —En efecto, hace varias estaciones que no tenemos un papel relevante en la política. Puede que esta estación en particular se haga especialmente revuelta, las cosas podrían cambiar. Bebió un poco de sake, su garganta ardió de repente, su placer se acentuaba a medida que pensaba sus próximas palabras. —La casa Nomiya es muy importante, de seguro están al tanto de lo que está sucediendo en Japón. Estoy seguro también que una casa tan orgullosa y prominente como la suya, mi señor, debe reflexionar mucho qué es lo que le conviene y que es lo que no en tiempos así. Entonces me preguntaba, mi señor, ¿qué les genera el nombre de Akishino, el líder imperial, cuando lo escuchan ser mencionado? ¿Qué les genera el nombre de los Taira, cuando lo oyen de boca de alguien más? Volvió a tomar el sake y lo acercó a su boca, pero no sin antes fijar su mirada en Hikoharu y decir... —Me pregunto qué les genera un nombre en especial: Minamoto... Se llevó el sake a los labios.
Campos de arroz; cercanías de Gifu (Takeda; Kenzaburô; Mao; Togashi) Takeda afirmó con nerviosismo —Me preocupa la verdad en tus palabras, con el entrenamiento tu cuerpo de volverá a acostumbrar, lo mismo con Togashi — dijo mirando la rama rota en el suelo —Los músculos volverán a fortalecerse con los embates, uno se hace bueno en aquello que le gusta— Después de las palabras con Konohamaru, Takeda estrechó la mano de Kenzaburo; ambos tenían calientes las manos, algo normal después de la energía liberada, no tardarían en sentir ese frío después de una emoción tan fuerte. Takeda rio —No había escuchado ese proverbio; se volverá uno de mis favoritos — dijo ante las palabras de Kenzaburo, después estiró sus brazos — Me hacía falta un buen entrenamiento; ahora vamos con Ryouma, seguramente me regañará por el daño que te he hecho, te ruego que a la próxima prepares tu defensa, o mejor mostraré la técnica contra un árbol — Alguien más se aproximaba a ellos, esta vez era un joven que no dejaba de observar a Kenzaburo; le extendió de su mano una grulla de papel, el joven esperó su reacción para después entregarle una misiva, un mensaje de su contacto. Contenido oculto: EXP Entrenar con un pnj Minamoto: 50 EXP Castillo (Hideyoshi) Los guardias reaccionaron mientras Hikoharu levantaba su mano deteniendo sus acciones. Él estaba tranquilo, dió un golpe suave en su vaso lo que hizo que su sirviente volviera a entrar a la habitación con la botella de sake, sirviéndole mas a él; despues le indicó hacia la dirección de Hideyoshi y también volvió a servirle. —Tú has sido testigo de el paraíso dónde vivimos los Nomiya; seguramente el pequeño recorrido a esta pequeña sección de nuestros terrenos ha despejado dudas acerca de la comodidad y exhuberancia con la que gozamos en Gifu. Todo esto es gracias al único elegido por Amaterasu, nuestro Líder y Señor Akishino; el clan Taira responde a las palabras de mi Señor, somos fieles seguidores y confiamos plenamente en su juicio— volvió a beber sake, esta vez con más calma. —¿Qué genera en mi el apellido Minamoto? Lo mismo que genera cualquier apellido —miró con profundidad hacia Hideyoshi, como si su mirada quisiera atravesar su mente —Takeda Minamoto... dicen que después de todo si sobrevivió— dijo sin respeto ni reparo — Si es así tiene mi edad; también creció siendo uno de los hermanos menores de su clan ¿Qué puedo temer de alguien como él? Ha pasado quince años temblando de miedo, mientras Japón sigue adelante; si es que planea terminar la pelea de su padre es algo inútil, si Sogo no logró desenvainar su katana, ¿Crees que el más débil de sus crios va a poder hacer algo?— tomó otro sorbo, dejó el vaso con suavidad en la mesa —¿Qué clan podría respaldarlo? —rio y te miró, pues conocía bien el pasado del clan Soga —¿Los Fujiwara? Cada día cae uno en la red de pesca; saben que serán capturados y aun así siguen regresando — entrecruzó sus dedos y relajó sus brazos sobre sus piernas — ¿Los Harima? a su líder se le conoce como el samurai de la locura; Kyōki no bushi; a este punto de su vida creo que mataría a sus propios hijos si molestan una de sus comidas —cerró los ojos en arrogancia —¿Los Minami? la última vez que se supo de ellos fueron guiados al seppuku por el mismo Kyōki no bushi; ¿Los Hyogo? —abrió los ojos —¿Los Soga?— sonrió. —El apellido Minamoto es sólo un recuerdo de un tiempo pasado; olvidado por la gran mayoría de los japoneses, odiado por los pocos que lo recuerdan ¿Que puede generar en un Nomiya un montón de apellidos comunes? — no había agresividad en sus palabras, eran amables y sin temor — Nada — terminó su vaso con sake —Si sólo has venido a eso, puedes retirarte— Contenido oculto Puedes utilizar tu habilidad de diplomacia para obtener más información; si es así utiliza tu dado de 20 (yo tiraré uno, en este post; si no buscas mas información puedes ignorar el dado) Takeda Mao Kenzaburô Hideyoshi Togashi PV= 100 Bien descansado (+1 en defensa) Fuerza= 19 Protección= 11 Katana Genji= +10 ataque PV= 60 Bien descansado (+1 en defensa) Resistencia (+1 defensa) Avaricia (-2 suerte) Katana (+12 fuerza) PV= 12 Bien descansado (+1 en defensa) Agilidad (+2 defensa) Avaricia (-2 suerte) Katana (+18 ataque) PV= 60 Bien descansado (+1 en defensa) Enfermo (-2 en defensa) Buena reputación (+2 suerte) Timidez (-1 suerte) PV= 60 Bien descansado (+1 en defensa) Agilidad (+2 defensa) Avaricia (-2 suerte) Katana (+16 ataque) Herbolaria (Natsu) La anciana miró a Natsu y afirmó al ver su tranquilidad, aquel que se dedicaba a los venenos y no sentía culpa al utilizar su don, se expresaban justo así, sin temor —Esto que ves se llama tetrodotoxina — dijo con placer, luego esbozó una gran sonrisa, no de alegría, sino de burla —¿Crees que daré mi conocimiento sin recompensa? Si quieres aprender esto tendrás que entregarme algo a cambio — la anciana siguió trabajando —¿Serías capaz de usar este veneno que estoy haciendo en alguien? Ya sabes... para provar su efectividad— Natsu PV= 60 Bien descansado (+1 en defensa) Voluntad (+4 ataque) Timiez (-1 suerte)
Kenzaburô Miró al niño en silencio y aceptó la grulla de papel; sabía qué significaba. Luego leyó la misiva pensando en cómo Ayame se las ingeniaba para dar con él. Leyó las líneas del papel con aparente desconcierto, con la ceja levantada. ¿Qué había fumado esta chica? Gruñó y sacó una moneda de oro que se la lanzó con el pulgar de la mano derecha al niño que esperaba ahí mismo. Luego le dió la espalda, ignorandolo. —Takeda, ¿qué piensas de los dragones? —preguntó sin más, aún leyendo la carta. —Es decir, no como criatura ancestral... ¿Crees que viven? ¿Es eso posible? Se rascó la nuca. —Tengo una informante. Una mujer que pondría mi mano derecha en el fuego por ella, es de confiar y jamás traicionaria mi confianza. —le extendió el papel a Takeda para que lo lea. —Creo que Tsu esconde unos secretos que tendríamos que haber resuelto.
Soga no Hideyoshi 曽我秀吉 Castillo —Gracias por calmar a tus guardias. Entiendo que estén aquí para protegerte, pero solo soy un simple diplomático, no soy ni un emisario de guerra ni un asesino, no vine a amenazar ni intimar a nadie, y encima estoy desarmado en este momento. Solo he venido... simplemente... a hablar. Bebió otro pequeño sorbo de sake luego de que le volvieran a servir. —Takeda tiene la misma edad que tú, exactamente. Y tú dices o piensas "¿qué es lo que puede esperarse de alguien así? ¿por qué siquiera alguien debería temerle?", pues eso mismo me he estado preguntando, ¿qué piensas tú? ¿Por qué el clan Taira le temerá tanto? El clan más poderoso de todo Japón, desesperado por dar caza a un joven de tu edad. Será que quizás haya algo más detrás de la información que tienes, quizás el clan Taira teme a lo que la diplomacia puede hacer en estos tiempos...—buscaba sembrar una semilla de duda, un atisbo de intranquilidad, lo mínimo posible para no alterar a su interlocutor, pero para que le de pie a seguir la conversación. Contenido oculto: Habilidad Entonces empleo mi habilidad diplomacia
Togashi Dojo norte Había sentido un gran alivio cuando Takeda rescató a los niños del dojo. A diferencia de él, no le importó lo que pudiera llegar a pasarle o lo que se dijera de él; lo que hizo fue avanzar hacia un objetivo sin que nada lo detuviera. Con toda la nobleza de un guerrero y de alguien que seguía el código samurái. Togashi supo entonces que tenía muchísimo por aprender todavía, y esta idea se le clavó más profundo en el pecho cuando vio a uno de los maestros morir, luego de que Takeda, Kenzaburo y Mao se retiraran para no ser testigo de una pelea tan inútil como aquella. Una vez más, él no pudo evitar la muerte de nadie. Todo cuanto pudo hacer fue apretar un puño con fuerza, casi haciéndose daño en la palma con sus uñas. Se fue del dojo norte con la cabeza baja, algo deprimido por la situación. No eran conocidos suyos, ni hombres a los que respetara por lo que estaban haciendo… Pero no poder haber impedido un deceso tan evitable como el de Tsunemoto… Le molestaban mucho este tipo de tragedias, y más cuando eran provocadas por personas completamente ajenas a ellos, como el señor de Gifu. O los Taira, cuya ambición había llevado a su hermana pequeña a una muerte lenta y dolorosa... Campos de arroz; cercanías de Gifu No tuvo prisa alguna en alcanzar a los demás en los campos de arroz. Siguió a Kenzaburo y Takeda a la distancia, sin perderlos de vista, hasta que se detuvo para arodillarse junto al río, fuera de las murallas de la ciudad. Su rostro demacrado y triste le devolvió la mirada desde el reflejo del agua. Mechones de cabellos caían sobre su rostro, dándole un aspecto sombrío, propio de un alma en conflicto por sus debilidades… Sin embargo, su mirada brilló en el reflejo. —El camino es largo, Kanade —dijo—. Pero estés donde estés… espero lograr que te sientas orgullosa de tu hermano. Del bolsillo oculto donde guardaba sus monedas, extrajo una cinta roja. Era la que su hermana usaba para recogerse el cabello. La atesoraba como si fuera su vida y nunca la había usado por temor a perderla. Pero él se había prometido que llevaría el recuerdo de ella en lo alto, como un estandarte… Por lo que se recogió el pelo en una coleta, despejando así su rostro, sus ojos. Volvió a mirarse en el agua… Se sintió un poco impactado. Se veía demacrado, pero ahora se parecía mucho más a la persona que soñaba con ser uno de los mejores espadachines de Japón. Aquello le dio aliento. Se puso de pie y juntó las manos, rezando por él, por Kanade, por su hermano perdido y por su nueva familia, los Minamoto. “Yo, Togashi Minamoto” —se decía por dentro— “Recorreré este camino como un nuevo guerrero y protegeré esta familia, y a todo el que necesite justicia, hasta mi último aliento.” Contenido oculto Cuando alcanzó a Kenzaburo y Takeda, llegó justo para ver cómo un niño le entregaba una misiva al primero. Togashi lo vio marcharse y se aproximó a los demás, escuchando sus palabras. —¿De qué asuntos se tratan? —preguntó con curiosidad, mirando hacia Takeda— Espero que no impliquen tener que regresar a esa ciudad...
Campos de arroz; cercanías de Gifu (Takeda; Kenzaburô; Mao; Togashi) Takeda vio al niño irse alegre con su moneda; después escuchó la pregunta de Kenzaburo y comenzó a reir —¿Dragones? pues dicen las leyendas que la lluvia proviene de ellos —dijo pensando en las historias que había escuchado, pues no había muchas de esas criaturas en los textos antiguos — Watatsumi o Ryujin conocido como dios del mar y el más sonado Yamata no Orochi, incluso un río se nombró en Izumo gracias a su leyenda ¿Por qué lo preguntas? — Miró a Togashi —Espero que no, sinceramente no estoy listo para volver a Tsu — dijo tomando la nota que Kenzaburo le había entregado, la leyó con calma y cuando terminó de hacerlo miró confundido a Kenzo, su mirada era de confusión —No sé que decir, me reiría ante estas palabras si no hubiera sido yo quien se tuvo que enfrentar con un Hitodama en esa ciudad, además de seres controlados por una especie de energía maligna— dobló la carta y se la regresó —Ahora creo que mi madre estaba allí por una razón, una que no creo poder entender; defendía algo, de alguien; seguramente este tal Shiryu pueda darnos una respuesta — suspiró —No quiero atrasar nuestra misión, es importante el entrenamiento que debemos tomar en Kamakura; pero ahora también sabemos de una conección de cuevas entre Aichi y Tsu, esa información será muy útil para Takano y Hideyoshi— Se quedó en silencio por unos instantes tratando de visualizar sus opciones —Volver a Tsu nos puede traer problemas, creo que será mejor seguir adelante, avanzar hacia Nagano —dijo con dificultad; quería averiguar más acerca de su madre, pero no podía desviar la misión del clan por una misión personal —Tal vez, la siguiente oportunidad que tengas de hablar con tu informante podrías preguntarle de estos misterios —rió —aunque te odiará porque la envías de regreso —su semblante cambiaba constantemente, como si no supiera que sentir —Aunque me preocupa que vaya hacia Kioto, espero no suceda nada allí — Miró a ambos —Creo que es tiempo de volver a Gifu, al igual que Kenzo, no creo que saquemos nada de esta ciudad, reagrupémonos y ganemos un día más viajando hoy hacia Nagano— Palacio (Hideyoshi) Hikoharu no pudo evitar reir mientras tapaba su boca con las largas telas de su manga —Veo que defiendes mucho a Takeda — dijo bajando sus manos nuevamente recuperando su figura seria —Te diré esto último antes de que los guardias te lleven nuevamente a la salida; Takeda es la lágrima de un gorrión en el oceano; un grano de arena en las faldas de una montaña; ¿Qué puede hacer una flor alrededor de un incendio? —se levantó y sus guardias se colocaron a su lado, los que te habían escoltado a ti se colocaron detrás tuyo — Sólo observar — miró a los guardias —Por favor, escolten a Soga no Hideyoshi a la salida, sean cordiales; no es un enemigo— dijo con tranquilidad mientras se retiraba de la habitación por una de los arcos internos, mientras que los guardias te dirigían a la salida de aquel recinto. Fuera te esperaban los dos sirvientes que se unieron al séquito hacia la salida principal de aquel basto terreno; al llegar a la barda te devolvieron tus pertenencias y se despidieron con una reverencia mientras los guardias terminaban de sacarte de aquel sitio. El palacio de Gifu, era un paraíso que se escondía alrededor de la verdad. Contenido oculto Diplomacia Hikoharu= 18 Diplomacia Hideyoshi= 2+3= 5 Takeda Mao Kenzaburô Hideyoshi Togashi PV= 100 Bien descansado (+1 en defensa) Fuerza= 19 Protección= 11 Katana Genji= +10 ataque PV= 60 Bien descansado (+1 en defensa) Resistencia (+1 defensa) Avaricia (-2 suerte) Katana (+12 fuerza) PV= 12 Bien descansado (+1 en defensa) Agilidad (+2 defensa) Avaricia (-2 suerte) Katana (+18 ataque) PV= 60 Bien descansado (+1 en defensa) Enfermo (-2 en defensa) Buena reputación (+2 suerte) Timidez (-1 suerte) PV= 60 Bien descansado (+1 en defensa) Agilidad (+2 defensa) Avaricia (-2 suerte) Katana (+16 ataque)
Natsu Gotho —¿Tetrodoxina? —susurró para sí mismo, recordando fugazmente las olas del mar, como si la sustancia fuese viable de conseguir en vía marina. Quizá lo había escuchado o leído en algún pergamino, no recordaba al pie de los hechos, sin embargo sabía que aquel veneno era de los mortales, lo cual provocó y la curiosidad calara bastante dentro. Se dedicó a observar la preparación, o lo que restaba de ésta mientras la escuchaba hablar. —¿En quién? —cuestionó sin más, aceptando de forma implicita. Niños, ancianos, mujeres. Ninguna vida representaba ni removía partículas internas. Qué extraño... tal y como lo decía el viejo en su momento.
Herbolaria (Natsu) La anciana afirmó —Hay un equilibrio en esta vida — dijo mientras terminaba de moler los ingrediente —Uno siembra lo que cosecha — En un frasco con sake colocó la mezcla y la agitó con suavidad de un lado a otro — Esto iba a suceder aunque tú no fueras el que lo ejecutara; pero me estás ahorrando molestias y monedas —le entregó el frasco — Ikeda Nakayuki, el líder del dojo norte; sólo debes sustituirlo por el que tiene en su casa; espero no falles — dijo entregándole un pergamino con un mapa de la ciudad de Gifu, allí estaba tachada la casa de Ikeda, entre el mercado y el puente —Después vuelve acá, y te enseñaré esta receta — Contenido oculto: Dinámica Deberás tirar un conjunto de 5 dados de 10 caras, dependiendo del resultado sumado de los dados será el resultado de la acción. 1-14= Fallas y eres descubierto 15-30= Alguien logra verte; pero no hace nada para detenerte. 31-50= Nadie logra verte; entras con éxito. Natsu PV= 60 Bien descansado (+1 en defensa) Voluntad (+4 ataque) Timiez (-1 suerte)
Natsu Gotho El dueño del norte... en donde estuvo entrenando con el niñato. Sujetó el frasco de cristal y salió, robando unas cuantas monedas a algunos campesinos como si de tomar dulces se tratara. ocultando el veneno entre sus mangas. ¿Estaría hundiéndose un poco más? Takeda. Frunció el ceño. ¿Por qué pensaba en un grupo que abandonó literalmente varios días atrás. quizá porque aún estaba en duda sobre el camino a tomar. Ser un espía. un errante, un hombre que en definitiva terminaría muerto, sin embargo el poco miedo a la muerte provocaba que sus engranajes se moviesen, trayéndolo a la realidad el suave viento en sus mejillas al continuar su caminar. Tan ambivalente. Ingresó al dojo del norte por la puerta trasera, procurando guardar silencio al movilizarse con parsimonia. En caso de ser visto antes de la acción tramaría cualquier excusa barata, a fin de cuentas ya había estado ahí una vez. Sus sagaces orbes se deslizaron por el espacio, procediendo a actuar, breve, conciso.
La noche iniciaba; el sol comenzaba a ocultarse en el horizonte; Gifu comenzaba a moverse con respecto a esto, las calles comenzaban a vaciarse y los negocios a cerrar en su mayoría. Shukusha (Takeda; Kenzaburô; Mao; Togashi; Hideyoshi ) Takeda se reunió con los demás en el Shukusha, los rostros no mostraban tranquilidad o felicidad; Gifu había resultado una ciudad difícil de tratar, su corrupción era grande, su gente no tenía ni la más mínima motivación de cambiar, estaban acostumbrados y seguramente temían a que sus acciones volvieran más difíciles sus circunstancias. Hideyoshi explicó lo sucedido en el palacio; la muy respetuosa burla que había sufrido ante Hikoharu, quien no mostró en ningún momento interés por las palabras del diplomático. —Creo que no podías hacer más de lo que hiciste Hideyoshi —dijo con tranquilidad —Aun así fue inteligente el movimiento realizado en el Palacio, al menos ahora saben que nos estamos moviendo. Incluso si se acumulan muchos granos de polvo se forma una montaña. Miró a Togashi — Haremos que Gifu pueda ver las dos caras de la moneda, no voy a rendirme aquí sólo por haber intentado una vez — Se dirigió al resto — Hoy hemos perdido en silencio a Gifu, pero volveremos y haremos que su gente se levante — dijo hacia Kenzaburo para recordar sus palabras en los arrozales — Volveremos con una presencia más fuerte; y esta vez nuestra voz no será ignorada. Después se dirigió a Mao, estaba profundamente avergonzado — ¿Podrías ayudar a Kenzo? No limité mi fuerza y lo he dejado...— observó a Kenzaburo, seguía de pie, orgulloso y fuerte, aun así se comenzaban a notar los moretones —...herido, y no quiero que siga así hasta llegar a Nagano — mencionaba su próximo destino. —¿QUÉ SE VAN A IR? — gritó uno de los huéspedes que claramente ya estaba ebrio; abrazó a Kenzaburo mientras le estendía su jarra con sake, el sostenía el vaso de porcelana —Vamos, no sean aguafiestas; hoy hay una fiesta, ¿van a rechazar alcohol gratuito?— dijo el hombre cayendo de espaldas directo al tatami, completamente perdido. No entendían que celebraban pero era algo que parecía importante. Takeda Mao Kenzaburô Hideyoshi Togashi PV= 100 Bien descansado (+1 en defensa) Fuerza= 19 Protección= 11 Katana Genji= +10 ataque PV= 60 Bien descansado (+1 en defensa) Resistencia (+1 defensa) Avaricia (-2 suerte) Katana (+12 fuerza) PV= 12 Bien descansado (+1 en defensa) Agilidad (+2 defensa) Avaricia (-2 suerte) Katana (+18 ataque) PV= 60 Bien descansado (+1 en defensa) Enfermo (-2 en defensa) Buena reputación (+2 suerte) Timidez (-1 suerte) PV= 60 Bien descansado (+1 en defensa) Agilidad (+2 defensa) Avaricia (-2 suerte) Katana (+16 ataque) (Natsu) La noche se convertía en tu aliada, te deslizaste sin problemas y sustituiste el sake; la anciana era observadora, la botella era la misma, en cada detalle. Tu curiosidad te hizo esperar fuera, algo en ti indicaba que querías saber si el trabajo se había completado antes de volver a la Herbolaria. Ikeda entró y tomó la botella de sake, salió de allí con ella en manos dirigiéndose al exterior de Gifu, hacia el cementerio de la Ciudad. Allí caminó hasta encontrarse con Konohamaru, el joven con el que habías tenido un duelo honorable. —Sensei— dijo haciendo una reverencia hacia su maestro. Tenían la guardia baja, no parecían notar nada a sus alrededores. Ikeda también hizo una reverencia para destapar el sake y servir la mayoría en la piedra de la tumba de su hija, después bebió el resto y antes de pasárselo a Konohamaru, Ikeda cayó de rodillas, tirando el resto en el suelo; su rostro comenzaba a verse sufrir y su cuerpo a reaccionar en espasmos, mientras que Konohamaru trataba de ayudar. No necesitabas quedarte a ver más, tu misión había resultado perfecta y habías comprobado el impacto inmediato de ese veneno en el organismo, parecía que sería una muerte agónica y lenta. Herbolaria (Natsu) La anciana sonrió al verte entrar nuevamente — Entonces está hecho — dijo mientras con su mano te indicaba que te acercaras —Este veneno es mortal, hasta el momento no hay nada que pueda en su contra, la reacción es inmediata — decía mientras te entregaba un pergamino, eran las indicaciones para crear el veneno — Para mi, las promesas son inquebrantables; las personas que hacen contratos con los míos siempre reciben respuesta — aquellas palabras no parecían tener demasiado contexto — Este es el veneno más potente; me atrevo a decir que en el mundo; no quiero que mi conocimiento muera conmigo, considérate afortunado; jamás había soltado a mi bebé con nadie mas. Natsu PV= 60 Bien descansado (+1 en defensa) Voluntad (+4 ataque) Timiez (-1 suerte)
Natsu Gotho Recibió el pergamino con aquella parsimonia innata. El ver la muerte de aquel hombre no provocó más que interés por el conocimiento de la sustancia, sin inmutarse siquiera por el alumno ajeno a ello, y al ya tener aquel pergamino en sus manos solo quedaba ir por la espada que tenía pensada comprar. El que su nombre estuviese rayado, como si lo hubiesen borrado apropósito avivaba su interés. Hizo una seña con la mano en forma de despedida informal, sin cruzar palabra siquiera. Había cumplido su parte, y estaba recibiendo la de ella a cambio. Su negro abrigo se mesó con la brisa del viendo helado, llevando sus orbes teñidos de oscuridad hacia algunas colinas, denotando animales en ellas. ¿Caballos a caso? Una idea fugaz cruzó por su cabeza. Robar alguno, ¿qué tan bueno sería? Sin embargo recordó que la noche estaba tiñendo el cielo, y necesitaba moverse rápido, dirigiéndose hacia la casa de armamento, pues ya contaba con el dinero necesario.
Kenzaburô Afirmó levemente a las palabras de Takeda mientras miraba fijamente a Mao. El Ronin no era alguien que pidiera ayuda a voz de grito pero la verdad era que el cuerpo le dolía por todas partes y se mantenía en pie por su orgullo. —Siempre y cuando no me golpees por dejarme golpear estaré bien. —dijo hacia Mao. —Fue mi culpa. Y cuando el borracho lo abrazó Kenzo lo empujó con su menguada fuerza para apartarlo. —Si por mi fuera podemos irnos cuánto antes. Las fiestas no me gustan y mi voz suena muy fuerte siempre enmudeciendo a todos. Pero les seguiré si desean investigar un poco más.