geminis

VI Capitulo.
Que si te dijera.
Que si te dijera que el instinto mas primitivo del ser humano es la caza, que todos somos presas de todos, y que el mas rápido, el mas listo, el mas adaptado es le que sobrevive a esa matanza diaria a la que nos enfrentamos al despertar, que si te confesara que tu has sido mi presa desde ese día, que frágil entre mis manos te eh mantenido, y aunque hullas lejos, mi presencia siempre te rodeara recordándote que estoy yo tu indulgente cazador, el que vela por ti, por tu plástica sonrisa, que soy yo tu buen hermano el que te deja ser feliz en las praderas hasta el día que se quiera divertir con tu miseria; que mi mas grande deseo es engullirte en mis oscuras entrañas, y recordarte que eres tan sucio a mi, que tu manos están empañadas del mismo tono carmesí. Que soy el ente que pisa tu sombra y te mantiene estable para que no te ahogues entre la locura.
Que sucedería si te dijera que soy yo el proveedor de esas pesadillas, que el tono de tus ojos ya no son un impedimento para mí, que puedo tomar tu lugar y enviarte al abismo al que tu me enviaste ese día.
que si te dijera que te amo, pero te odio; que te cuido, por que soy yo quien mas te hace daño; que si te dijera que soy tu carpa personal, que vela por la seguridad de tu alma, tan solo para poder hacerse a ella el día de tu muerte…aahh que si te dijera que soy el que te mata día a día…que la dulzura a solapado mi demencia, demencia que esta a la espera de la tuya, para así un día consumirnos como las polillas que vuelan estúpidamente hacia el fuego…soy tu verdugo…y tu eres la musa que inspira mi trastorno…
Aquellos eran los pensamientos que se me vinieron a la cabeza; me veía con los ojos prominentes, saltones y trastornados, como si fuera yo, pero sin serlo, el tono de mi voz era gruesa, tétrica, gélida y ausente; era como si mi trastornado yo, me hubiera consumido imposibilitando aquella mascara con la que vivía; sentí escalofríos, había sentido miedo de mi mismo, en ese momento me quise detener, mas escuche mi risa; reí… mi risa era alta, extrovertida, sentía regocijo. En mi sueño te veía llorar, pedías por mi silencio; pedías que fuera el mismo, y yo solo reía como si no me preocupara la apariencia que había forjado con tanto esfuerzo todos estos años, como si hubieras dejado de importarme.
Me había quitado la careta y dejaba ver la locura que llevaba dentro. Mi corazón se precipito, no se si era por miedo o por alegría, pero aquella sensación de que todo se me saldría de control me despertó; abrí los ojos, saliendo de aquel sueño que nutria parte de mi ser y que a la vez nutria parte de mi culpabilidad; mi frente sudaba un poco, tal vez era por el clima del pueblo…jajaj no…debía aceptar, que el clima, no había metido sus manos en aquella respuesta de mi cuerpo; el culpable de aquel sudor, era el éxtasis, el éxtasis que me producía pensar de ese modo, el poder ser yo mismo, el reconocer como quisiera que fuera mi realidad; el saber que soy ese ser…el saberme como ese ser, como ese demonio que vagaba entre las amplias praderas donde descansaban lo querubines, siempre disfrazado, siempre escondiendo su inmundicia entre ellos para no despertar sospecha, soñando con su inframundo, anhelando por su retorno a casa.
Limpie el sudor de mi frente con una de las toallas del baño, me senté en mi cama y desde ahí te veía dormir; tan calmado, como si no temieras de dormir a mi lado; soñabas tan plácidamente. En ese momento quise saber con quien soñabas, tal vez soñabas con esa bruja, con esa decías vivía en tus recuerdos, maldita, estaba muerta y aun así seguía atormentando mi existencia con su existencia en la memoria de mi hermano, aaahhh…suspire. Si tu pendejo, recordaras todo de ella, ¿como pensarías? ¿aun seguiría siendo tu querida Julieta? ¿Aun podrías con el hecho de que vive en ti? Ja…a ratos si que me gustaría saber la respuesta, ver a tus ojos y notar la desesperación en ellos…pero solo a ratos me venia esa idea.
Me puse de pie y camine hasta tu cama, me deslice por las cobijas y te abrace; tu te moviste, sabias que era yo, al igual, también me abrazaste, no dijiste nada, tan solo me hiciste espacio y dejaste que me durmiera a tu lado, quien lo viera de lejos y escuchara todo lo que pienso, todo lo que se, y todo lo que eh hecho…me llamaría falso, doble o hipócrita. Y la verdad, lo soy; no pienso alejarme de la calidez de mi familia, aunque odie ciertos aspectos tuyos, por que te amo, porque deseo que seas feliz, bueno, feliz hasta que yo me cansara de que lo seas.
Me quede entre tus cálidos brazos, disfrute de aquella protección con la que me acobijabas, y deje que tu rostro se pegara al mío como señal de fraternidad; deje mis ojos abiertos por un segundo, detalle los finos rasgos de tu rostro, pensé que eran exactamente iguales a los míos, que al final, nuestra única gran diferencia, eran los ojos; después de observarte con detalle, pensando encontrar algo nuevo, los cerré sabiendo que en ti, nada había cambiado; de que aquellas confesiones con las que soñaba día a día, que guardaban lo que era, pero a la vez me distorsionaban era mejor dejarlas solo para mi, para mi propio regocije, para mi hipócrita apariencia de gentileza y cuidado; me quería hacer tan necesario, tanto o mas de lo que fueron los demás, quería que mi existencia no fuera tan banal como aquellas que caían al rio y desaparecían entre sus cauces…yo, solo seria feliz, cuando fuera tu totalidad necesaria hermanito…

 

bueno, en los dos capítulos pasados quien estaba hablando o pensando o bueno como quieran fue Noé el hermano de Noel nuestro protagonista; y pues en este capitulo vuelve Noel, así que espero y les guste.

VII Capitulo
Si las flores cantaran.

Ummm aahhh…suspiro, lo hago por que los días lentamente se han vuelto mas aburridos, las cosas por hacer aquí en la casa empezaron a convertirse en los sucesos monótonos de los que quise huir el día que me fui hacia la ciudad, ahí pocas cosas que hacer, y pocos amigos a los que visitar; pero no es como si me pudiera quejar, al final, no es como si hubiera llegado aquí siendo un ignorante de los sucesos, sabia de antemano que esto pasaría tarde que temprano, me aburriría y empezaría a rezongar, aquí acostado en el pasto verde de la casa, mirando hacia las nubes que al igual que mi lapidado día proseguían a tal velocidad que yo solo podía pensar en que eran un ente estático, Errante y de proseguir lento, tan lento como el paciente caminar de los caracoles; mi rostro dejo salir aquello que me afligía atreves de un leve puchero, si me hubieras visto, de inmediato hubieras pensado que era un niño caprichoso e inmaduro que buscaba en su mente como hacer una travesura, encontrando su deseo frustrado por la pereza y el miedo de saberse descubierto por su abuelo. Deseaba imprimir un poco mas de emoción a mis días de descanso aquí en mi pueblo natal, aquí donde te conocí, aquí donde te ame…pero al parecer este pueblo empezaba a quedarme pequeño nuevamente y empezaba a sofocar mi inmensurable deseo de movimiento, bueno, me tendría que acostumbrar, o ¿acaso tenia otra alternativa mejor?
Vire mi cuerpo dejando mi rostro sobre el pasto, sentí como poco a poco me atoraba entre el aroma almizclado de la tierra; su aroma fuerte y pronunciado, lodo, agua, vida y crecimiento…esos eran los aromas que se podían percibir en el suelo del jardín de mi abuelo; era como si una bocanada de nuevas experiencias marearan mi cabeza y agudizaran mis sentidos, tanto lo hicieron que hasta pude escuchar nuevamente tu voz. Aah… te escuchaba decir mi nombre, lo hacías a lo lejos; tu dulce voz empezaba a mover mi día, entonces cuando quise abrir los ojos, ahí estabas tu, me mirabas desde la altura de tu cuerpo, me sonreías con picardía y gentileza; aquella expresión tan tuya que había guardado en el fondo de mi alma, esta vez la sentía vivida, tan real, tan cercana…sonreí, estaba feliz de verte de nuevo, de verte tan cerca, estirando tus manos hacia mi diciéndome que me pusiera en marcha; yo tome de tu mano, me puse de pie y bese sobre tus labios. Ahh la gloria. Ese fue el pensamiento que recorrió mi cabeza, tus besos podían hacerme sentir en el cielo, pero aun así sentía mi cuerpo pesado ¿por que lo sentía tan agotado?...bueno eso no interesa, al final estas nuevamente conmigo, sonriendo hacia mi, y mirándome con aquellos ojos que hipnotizaban mi cuerpo y elevaban mi alma.
Iba tomado de tu mano, sentía tus delgados dedos entrelazarse entre los míos, jugaba con el hecho de que tu pequeña mano cabía entre la mía, y me deleitaba en lo suave de tu piel, gravaba en mi tacto lo que era el tuyo, era una experiencia que guardaba solo para mi; tal vez a ti te podía parecer un poco fetichista y te asustaría el que reconociera que era un adicto a tu calidez, a tu humanidad; aquello me llenaba de pánico al punto de pasmar mi cuerpo. Así que trataba de guardar cada pequeña forma, cada pequeño contacto como el mas grande recuerdo, lo hacia en silencio, te recorría, te exploraba y te grababa en mi memoria y en mi corazón; deseaba que dejaras huella en mi alma, del mismo modo que yo dejaría huella en la tuya.
Pero aquella ilusión poco duro, mis ojos solo se habían cerrado por unos segundos… lo juro solo había parpadeado, pero esta vez no me encontraba tomando de tu mano…no…esta vez estabas lastimada, tus ojos se veían opacos y tu cuerpo demacrado como si hubiera sido victima de la mas grande tortura, tus muñecas, tus delgadas muñecas estaban amarradas a la silla, se notaba la fuerza que habías intentado hacer para desatarte encontrando frustrados tus intentos, tu ropa estaba sucia de barro, estiércol y sangre y tu cabello…o dios ¿que le había sucedido a tu hermoso cabello?
Mis ojos se abrieron inmensos y asustados…las hebras de tono rubio que protegían tu cabeza habían sido cortados; sentí desesperación, quise ayudarte, quise desatar tus manos de aquello que te contenía, pero no pude, estabas tan cerca, podía captar cada una de tus lagrimas, cada pequeño gesto de sufrimiento, pero aun así mis manos no podía tocarte, no podía salvarte de aquello que tanto dolor tu producía AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH!!! Grite de desesperación, por que no podía hacer nada por ti.
Escuchaba tus gritos, tus lamentaciones, podía escuchar como eras flagelada y como pedías por mi nombre…NOEL!!!...lo decías a gritos heridos como si esperases por mí, por que fuera en tu rescate, por que cumpliera con mi deber de ser el que velara por tu seguridad. Pero aun así era incapaz de hacer algo, solo podía surtirme cada vez mas inútil; por que debía sentirme frustrado e incapaz en aquel momento que tanto me necesitabas… por que debía pedir auxilio en el momento donde yo debía ser el auxiliador…cuan cobarde eh inútil era ¿podía yo caer aun mas bajo? ¿Podía convertirme yo en alguien más patético de lo que soy? Veía como aquello que me daba hálito de vida, moría y se apagaba y aun así solo pude quedarme en el rincón, dejando que mis lagrimas cayeran por mis mejillas acompañando a la eterna oscuridad; viendo sin poder cambiar los sucesos que pasaban al frente mío me deje caer en el suelo, se sentía frio, o tal vez ausente…deseaba que la tierra se abriera y me tragara, quería escapar, quería que aquello no fuera verdad; pero nada de eso seria como quería, un cobarde como yo no merecía desear, solo debía morir…esa era la única capacidad que me quedaba, sentir pena y morir por ella…Escondí mi cabeza entre mis piernas, no quería ver, no quería escuchar…estaba tan asustado, quería que todo se detuviera…detente, detente…POR FAVOR QUE TE DETENGAS…NO ME MATES MAS!!!! NO ME DEJES SIN AQUELLO QUE MAS NECESITO. Exclame con fuerza, sentía como mi voz se iba después de ese lamentoso grito, mientras mis manos se empuñaban con fuerza al punto de incrustar mis uñas en mi piel, mis ojos se volvieron a abrir al sentir el gélido silencio, tu ya no estabas, y la oscuridad se había vuelto un rayo incandescente, mis ojos aun lloraban, las lagrimas recorrían mis mejillas, pero esta vez lo hacían en el jardín de mi abuelo mientras veía las flores que intentaban cantar para despertarme de mi pesadilla.