?

¿Te hizo reír?

  1. Si, eres una demente

    92.3%
  2. Al menos paso el rato

    3.8%
  3. No

    3.8%
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  1.  
    kagomeG

    kagomeG Usuario común

    Piscis
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    Re: Galletas

    Wow!!! (jeje se repitió) como se le ocurre decirle perra?!?!? Eso a cualquier mujer le enciende la sangre!!!! Hay pero ahora si estoy de acuerdo con tu frase inuyasha es un "inu-til" tonto y baka!!! Tan lindo que avía sido el abrazo pero....rrrrr..!! (ーー;)
    (por sierto... Te llegaran amenazas de muerte por no seguir el otro fic!!! Yo te aorco!!)

    No te tardes mucho (sii quiero lemon) ukyo eres una pervertida!!! (buajajaja!!!)

    No te tardes mucho... Y que ese inu-til se retracte hasta morir y la bese con galletas en los labios!!!
    Bueno sayonara!!!!

    KagomeG
     
  2.  
    Kai

    Kai Usuario VIP

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    Re: Galletas

    Te quedo super bien *es logico eres Izayoi sama*, tan lindo *.*
    Al fin entendi, Kouga le dio otro tipos de galletas y ella cree que el se la dio en la mañana cuando resulta ser que de verdad se las dio Inu, ahora tiene sentido *creo*.
    Inuyasha se paso quizo tratarla como adulta pero la trato como cualquier.... agrr
    Bueno espero la conti...
    PD. Que esas locas no maten a INu o le toquen por ahi...
     
  3.  
    jeniYasha

    jeniYasha Entusiasta

    Leo
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    Re: Galletas

    me perdi contis!!! T.T
    pero es ke tuve ke hacer... como x ejemplo unirme a esa manada ke ahoga a inu xD
    u.ú pobre kagome!! inu baka ke la hace llorar!! ella no es una niña!! tiene 15 años!! ¿cuantos años tiene inu!?? creo ke no lei eso! xD pero igual no le da razones para tratarla asi!!
    siempre tan arrogante!! y celoso xD
    sintio celos de kouga x estar con ella jaja y el antes salia con kikyo ¬¬
    pero me keda una duda!! ¿quien les dio las galletas? inu o kouga?? o.O
    al principio crei ke fue inu!
    espero la conti!! ya ke me rei mucho jaja
    ~~~sayito~~~
    ~~~dulcceammor~~~
     
  4.  
    Pan-chan

    Pan-chan Fanático

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    Re: Galletas

    jajaja xD tienes razon, este capitulo estuvo gracioso, Kagome ni siquiera sabe como insultar adecuadamente, aunque me parecio un poco drastica la actitud de Inuyasha -.-''' siempre tiene que comportarse como idiota delante de la chica que le gusta.

    Me quede perpleja con la edad de Kouga, si Kagome tiene 15 y él es doce años mayor...eso sería 27 años O.o es un acosador en potencia xD un pedofilo!!

    bueno, ya veremos que sucede en el proximo capitulo, espero que Inuyasha logre alcanzar a Kagome para que se disculpe.
     
  5.  
    dulcekagome

    dulcekagome Entusiasta

    Virgo
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    Re: Galletas

    //***!!!Hola amiga Izayoi sama!!!//***

    me encanto la conti n.n taba buenisima
    me encanto la parte donde Kagome se avalanzo sobre
    inuyasha!! muy mona esa parte. tambien me agrada
    las partes donde inuyasha siente celos
    bueno es como un poco conflictiva la relacion entre
    inuyasha y kagome a pesar que ya se conocian
    (claro cuando era mucho mas peque ella)
    bueno muy linda tu conti.
    cuidate muchisimo bexos y abaxos para ti atte.dulcekagome

    sayito...;)
     
  6.  
    Kourei

    Kourei Acosando a Gray-sama (kagome-chan) ;D

    Tauro
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    Re: Galletas

    Mil gracias por el apoyo mostrado a todas. lamento no poner la conti antes pero quería esperar a que todos nos mudaramos :d Pero me di cuenta de que esta historia lleva demasiado sin actualiza r mejor les dejo el siguiente capitlo :D Recuerden ¡galletas!

    Capítulo 4: "Castigo"

    El tumulto se detuvo de pronto, extrañando al albino. Las mujeres poco a poco se fueron apartando, aunque con molestia expresa en sus rostros, Inuyasha se fue calmando, volviendo a respirar con la misma cantidad de aire que ahora apreciaba. Una figura masculina se abrió paso entre todas, él lo reconoció inmediatamente, el más pervertido entre los hombres, el más infiel de todos, rey de la mentira y conveniencia, su inseparable amigo Miroku. — ¿Qué tal mi querido pedófilo? —Alzó la voz, con toda la intención de que todas escucharan, por suerte para el albino ya todos conocían como se las gastaba el tan apodado "monje"

    —Mejor que tú, pervertido mano larga…—Su amigo asintió con una sonrisa, fastidiándolo. Odiaba esa manera de tomarlo todo, tan tranquilamente. — ¿Me puedes explicar que sucede, monje?

    —Oh, es verdad…—Se acercó a dos chicas por detrás, sobando sus traseros con caricias circulares que no incomodaron a la jóvenes, más al contrario, le sonrieron y caminaron con él al frente. —Mí querido amigo Inuyasha, como bien sabes necesito dinero… y existen dos maneras de hacerme millonario contigo…—Sonrió maléficamente, poniendo de aviso al peli-plateado que debía huir.

    —Las malas mañas ya se te fueron al cerebro. Te he dicho que si no logras controlarla, no la fumes. —Ladeó su rostro, buscando una salida adecuada.

    —Ni lo pienses…—Declaró, adivinando sus movimientos. Las mujeres seguían rodeándolo, y las de atrás tenían la vista perfecta de su trasero bien formado, dando un brillo estremecedor a su mirada lujuriosa. El ex-pelinegro tuvo miedo de ser violado en ese sitio…

    — ¿¡Y yo porque diablos voy a ayudarte con esto! —Reclamó furioso. Intentando ocultar sus nerviosismo y temor. Las mujeres de la Facultad de Medicina eran las más peligrosas, ya que en esa área era donde se impartían los cursos de defensa personal por los incidentes del año pasado. Mismo en los que participó. —Maldito Miroku, ¡Creí que éramos amigos!

    —Y lo somos, por eso te permito hablar conmigo a solas para escoger tu opción…—Una sonrisa tétrica, eso fue lo único que detestó de la situación, que ese amigo suyo lo chantajeara… ¿Quién desea enemigos con alguien como Miroku a tu lado? —Chicas, si me lo permiten…—Lo tomó del antebrazo, arrastrándolo hasta una columna de cemento. Olvidando por completo a sus más recientes "amigas"

    —Ya no entiendo a tu cerebro, creí que quería que funcionara…—Se cruzó de brazos, su típica posición para ignorarlo. —Pero ahora sé que si tus pocas neuronas se unen no es bueno para mí…

    —Al menos trabajan más que las tuyas… que no es que sean muchas, ni puedo asegurar que sean de la misma calidad que las mías… tal vez ya se te murieron unas más…

    —O tal vez envejecieron con tu cabello, anciano…—La voz de un tercero en discordia. Inuyasha sintió la sangre hervir de sólo volver a ver a tan entrometido y pedante imbécil que se daba el lujo de insultarlo.

    — ¡Feh! Tan sólo tienes envidia, Bankotsu. —Se acomodó un mechón de la frente en su lugar, mirándolo con fastidio. No eran enemigos, pero tampoco los mejores amigos. Era una relación de amigos-enemigos que le daba interés a la vida escolar. —Las mujeres me desean más con esta cabellera. —Se volteó al pelinegro de la coleta.

    —Oh, si son la hermosa pareja… ya me extrañaba que no pelearan chicos. —Una mirada asesina de parte de ambos fue redirigida a su objetivo. Un pelinegro que siempre se burlaba diciendo que era novios por las constantes peleas. —No cabe duda que son una pareja perfecta.

    —Déjate de juegos monje, quiero saber porque me citaste aquí…—Bankotsu dejó caer su musculoso cuerpo sobre el concreto sólido. Siendo imitado por los otros dos. —Ahora no tengo el tiempo de estar aquí, en la escuela ya se corre el rumor e la Higurashi y quiero aprovechar…

    —De una vez te lo advierto. —Su sonrisa tan casual y amable no se le borró del rostro en ningún momento. Pero parecía extrañamente contento por la repentina molestia que tuvo el albino. —La Higurashi menor ya tiene dueño…—Una fuerte carcajada del moreno fue lo único audible en largos segundos de incomodidad.

    —Vamos Miroku, no soy de tu tipo. Admito que la mocosa tiene lo suyo, pero yo no soy niñero… en todo caso, a Inuyasha es a quien le interesa ser asalta-cunas según he oído. —Miroku asintió con una sonrisa, lanzando miradas a su compañero albino que empezó a relajarse tras las palabras. Pero la sensación de sentirse descubierto en algo ni estaba seguro de haber hecho era lo que reemplazó a la emoción anterior.

    —Lo sé, salió detrás de ella y me abandonó a mi suerte…—El joven fingió reproche en su voz, ganándose un golpe por parte del ambarino.

    —Además, en caso de querer intentar algo, primero me asesina Kikyou, se dice que cela mucho a su hermana por ser la menor… me asesina ella, como la vez que a ti te mandó al hospital…—Bankotsu también notó la molestia del ambarino. Su mirada se agudizó sobre él. —O me mata el inútil de tu amigo pedófilo… la que a mi me interesa es Kikyou, es realmente hermosa…

    —Miroku, tengo ganas de romperte el hocico…—Proclamó el albino, ignorando el comentario. O más bien trataba de cambiar el tema.

    —Que cariño mi amigo, igual te quiero Inu…—Su estúpida sonrisa no se marchaba con ninguna palabra. Una vena resaltaba en su sien, pero decidió ignorar el comentario por su bienestar. No quería ir a la cárcel tan joven por asesinar a una lacra, y menos si jamás volvía a ver a esa mocosa, que reconocía, gustaba de molestar.

    — ¿Y él, qué vela tiene en este entierro?

    —La misma que reza para que no nazcan más idiotas como tú, anciano…

    —Estoy hablando con el dueño del circo, no con los animales…

    —Mira quien lo dice, bestia canina. Solamente te faltan las orejas para parecer un perro…

    —Pues al menos sería un macho, no como la nena de la trenza que no soporta verse mal, si se desacomoda uno de sus cabellos se pone como loca…

    —Anciano, no quieras que te mate… aunque no hace falta que me moleste, estás a un pie de la tumba…

    —A un pie estás tú, moreno artificial, si no fuera porque vas a las salas de bronceado…

    — ¡Bueno, ya basta! —Gritó el azulino, al ver que ambas preparaban sus puños para pelear. Era divertido escucharlos, incluso no le vendría mal grabar la pelea y venderla en Internet, tal vez llevarlos a concursar a un torneo de peleas, en resumen sacarle el mayor provecho a sus compañeros. Su especialidad. Pero los necesitaba completamente sanos y sin ningún rasguño. —No los llamé para que pelearan, los necesito enteros…

    —Entonces habla monje, no tengo todo el día… me espera…

    —Su madre, que le dio un ultimátum, si quiere seguir teniendo su permiso tiene que portarse bien. —La voz grave resonó en los oídos del ex-pelinegro, el mismo odioso tono de hace un rato. El hombre de ojos azules lo miró desafiante, avanzando ante la mirada embravecida del albino. Completamente celoso.

    — ¿No es así, Banky? —Bufó ante la molestia de Bankotsu.

    —Ha llegado Kouga, bien…—Se cruzó de brazos, mirando de reojo los celos que tenía Inuyasha. Entretenido. Pero la curiosidad por la frase de Kouga no se hizo esperar. — ¿Tu madre te dice Banky?

    — ¡Maldito Kouga! —Exclamó molesto. — ¿Qué fue lo que viste?

    — ¿¡Entonces, si te dice así! —Gritó de pronto el azulino, riéndose como un maniático. Inuyasha no pudo contener la risa y se unió al monje y a Kouga que le hacían señas con el dedo índice, mientras se retorcían en el suelo como unos condenados. —No puedo creerlo…—Las lágrimas salían de sus azulinos ojos, sin poder contenerse. Bankotsu tenía la cara completamente roja sin poder saberse a ciencia cierta si era por la furia o la vergüenza.

    —Maldita sea Miroku, ¡Vas a decirme o yo me largo! —Explotó finalmente. Pero debía controlare, esas humillaciones eran frecuentes entre los compañeros de ese extraño grupo, aún recordaba la vez que a Miroku le puso una paliza, la pequeña de menor edad muy famosa en la escuela. Todos lo observaron demasiado rígidos, hasta que él mismo soltó una risa, liberando la tensión del ambiente. —Imbécil…

    —Bueno, supongo que lo merezco… tremendo susto me has hecho pasar. —Los demás se colocaron en pie, sonriendo arrogantemente. —Ya que todos están aquí, es hora de empezar…
    *º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*

    Cerró los ojos, mientras algunas lágrimas bajaban por sus mejillas. No esperaba esa reacción de él, es más, no lo esperaba a él… tal vez se comportó como una tonta, era común que un hombre tan atractivo la viera como lo que es, una mocosa que apenas conocía sobre su vida.
    ¿Y si lo había irritado? Seguramente un berrinche de una estudiante de secundaria era muy incomodo para él, ahora que lo pensaba mejor, se sentía avergonzada. Incluso intentó insultarlo, aunque de una manera muy infantil, como él le decía. Seguramente en el momento en que ella salió del lugar Inuyasha simplemente se echó a reír de ella. Sentí las mejillas arder de rabia y vergüenza.

    Por suerte no lo había vuelto a ver desde que salió de la escuela, ahora estaba ya en su casa. Completamente sola. Su madre, su abuelo e incluso su hermano menor habían ido a visitar a su hermana mayor que ya no vivía en el pequeño templo. Decía que era tiempo de independizarse, e incluso la invitó a ir con ella a un departamento de la zona centro, pero no accedió. Kagome no tenía los mismos deseos de su hermana mayor Kikyou.

    Un fuerte golpeteó en su ventana la alertó de inmediato, la figura se veía borrosa, parecía ser un hombre. Tuvo miedo de que fuera un ladrón e inmediatamente tomó un bat de béisbol para defenderse. La ventana se corrió, siendo forzada. —Mocosa, soy yo…—Entró siendo recibido por un fuerte golpe de bat en su cabeza, dolió pero la fuerza no fue suficiente para dejarlo inconsciente. —Perra, ¿¡porque hiciste eso!

    — ¡¿Cómo voy yo a saber que un maldito perro como tu se metería por la ventana! —Exclamó furiosa, con el cálido aliento rozando la mejilla de él, perdido entre las sensaciones que le provocaba. No le importó mucho que le gritara de esa manera, estaba hipnotizado por el cuerpo femenino a su total disposición. Sus piernas de color níveo expuestas casi en su totalidad, cubiertas por un diminuto short para dormir. La camisa de tirantes era completamente suelta, dejando delinear sus formas en su mente, imaginando más de la cuenta con el escote tan revelador que se formaba entre sus senos. — ¡Escúchame! —Le gritó dándole un nuevo golpe con el bat, justo sobre el anterior. El dolor lo regresó a la realidad.

    — ¡Kagome perra! —Bramó furioso. —Dime que rayos te sucede conmigo, eres muy agresiva.

    —Tú me…—Contuvo la frustración al ver que en verdad si le dolía. Una elevación en su cráneo comenzaba nacer, la huella del delito. Sintió culpa por él, en parte tenía razón. Se arrodillo junto a él, posando su mano en la coronilla. Acarició con suavidad, tratando de evitar causarle dolor, las leves quejas de él le otorgaron un poco de confianza. —Lo siento, Inuyasha. —Le sonrió. —Pero dime, ¿cómo quieres que yo me imaginara que precisamente tú vendrías a verme, entrando por mi ventana? Para algo existen las puertas.

    —No quería encontrarme con Kikyou…—Un leve sonrojo nació en sus mejillas. ¿Cómo una mocosa lo hacía sentirse tan bien? Con sus manos le daba una sensación de paz que no recordaba más que con su madre. Y su cuerpo era una pequeña tentación…

    —Mi hermana ya no vive con nosotros, en este momento no hay nadie en la casa… fueron a visitarla. —Notó como los músculos del varonil rostro se tensaron.

    — ¿Estás sola? —Preguntó nervioso.

    —No

    — ¿No?

    —Estoy contigo… Inuyasha. —Sentenció con una sonrisa, sin imaginar que a él le costaba trabajo contenerse ante ella. Era una niña, una mocosa, una chiquilla, todo adjetivo parecido que enumeraba su mente. Pero ninguno le era útil. Porque tenerla tan cerca le hacía tener ganas de ser tan pedófilo como le decía Miroku que era.

    —No digas eso, mocosa.

    — ¿A quien llamas mocosa? —Preguntó segura de sí, con la voz rasposa. Sentía la molestia, pero no la iba a dejar salir… no quería deberle una disculpa por mandarlo al hospital con los huesos quebrados por un bat, peor de lo que alguna vez le fue a su amigo. —Yo no soy ninguna niña como para que me llames así…

    —Es verdad, no eres una niña…—Ambos estaban en el suelo. Inuyasha se acercó gateando peligrosamente hasta ella, recostándola suavemente sobra la alfombra central. La pelinegra estaba demasiado nerviosa, no sabía como responder o que hacer, simplemente se dejó guiar. —Eres muy hermosa, con un cuerpo tan sexy…—Se recostó completamente sobre el menudo cuerpo, dificultando la respiración de la azabache. Sus labios se fueron aproximando hasta quedar a milímetros, chocando aliento con aliento.

    —Inuyasha…—Su nombre sonaba tan bien en sus labios. Sabía que debía detenerse, pero el aroma tan seductor de ella lo hacía imposible. Ella estaría extrañada de su comportamiento, pero el ver ese rostro tan tierno y dulce, los ojos castaños tan expresivos, derrochando miel. Sus labios rosados completamente rellenos… ¿Por qué Dios le ponía semejante prueba frente suyo? ¿Qué pacto tenía ella con el demonio para ser tan grande pecado, a tan corta edad? Se sentía como un violador… Un maldito asalta-cunas…

    —Pero aún así…—Se acercó, escuchando el latir desbocado de su corazón. Al menos estaría cerca de probar esa miel, porque él no se dejaría vencer. Ella no se enteraría de sus verdaderos pensamientos, tan poco recatados. Unió sus labios con la comisura de su boca, quedando a una distancia dolorosa de su objetivo real. —Para mí aún eres una chiquilla… y nunca he tenido la intención de algo más. — Alzó su mirada y se levantó inmediatamente, quedándose con las ansias de más…

    Kagome quedó recostada en el suelo, con la misma posición. El corazón latía a un ritmo desenfrenado, nunca imaginó que estuviera tan cerca de ser besada por Inuyasha. El contacto aún le ardía demasiado, pero eso no se iba a quedar así. El hombre se erguía frente a ella, con esa sonrisa arrogante que le provocaba mil sensaciones en su estómago. Necesita un castigo ejemplar.

    Sin darle aviso se elevó de su sitio y se abalanzó contra él, uniendo sus labios de forma brusca. Los movió con suavidad, torpemente para él, que rogaba en su mente por controlarse y no enseñarle a besarlo como el lo requería. De una manera salvaje y animal. Pero no podía con una niña de quince años. ¿¡Por que no se iba toda su moral por el caño y correspondía?

    Los labios femeninos succionaron su labio inferior, mordisqueando un poco la carnosidad de éste. Inuyasha sintió enloquecer su razón. Su cuerpo estaba rígido, no conseguía responderle. Cuando finalmente se decidió a ignorarlo todo, ella se separó, interrumpiendo el beso antes de dejarlo corresponderle. Frustrando más su entendimiento. — ¿Por qué hiciste eso? —Preguntó, deleitándose con el calor que aún emanaba de su contacto.

    —Es tu castigo. —él seguía sin comprender. —Por jugar conmigo de esa manera. —Le brindó una sonrisa sincera, sintiéndose avergonzada. —Te dije que no soy una niña… jugaste demasiado rudo.

    — ¿Ah, sí? —Aparentó indiferencia. La mocosa se había burlado de él. Era verdad que había sido demasiado rudo al tratarla de esa manera, pero fue lo único que encontró para desentenderse de sus acciones. La mocosa se burló de él. Pero él la había asustado con esas actitudes tan extrañas. La mocosa se burló de él. Y la frase se repetía tras cada justificación para ella. El orgullo era mayor que él, en cuanto ella se dio la vuelta la tomó entre sus brazos, recostándola en la mullida cama. —Kagome…

    Musitó débilmente su nombre al dar los besos en su cuello, descendiendo lentamente hasta su clavícula. Era la primera vez que experimentaba tal sensación. Miles de descargas eléctricas recorriendo su cuerpo, alojándose en su vientre bajo. Kagome sabía que para él era un juego, pero a ella le estaba llevando a una impresión tan real en su mente. No quería sentir ilusiones que luego le destrozarían el corazón, le desgarrarían el alma. Los besos se detuvieron y los labios masculinos la buscaron con desesperación, con brutalidad. Saboreando ansiosamente el labio inferior. — ¿Por qué haces esto? —Suplicó suavemente. Él decidió que debía detenerse, era suficiente.

    —Es tu castigo. —Susurró, intentando controlar su fuerte respiración. Una sonrisa arrogante se formó en sus labios. —Es lo que pasa si provocas a un hombre… no sigas diciendo que ya no eres una niña.
    — ¿A que viniste? —Cambió abruptamente de tema. Con el sonrojo más que notorio en sus mejillas, ahora parecía un familiar muy cercano del tomate.
    —Quiero pedirte un favor…
    :-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-

    N/DP: ¡hai! Lamento la tardanza, pero ya tengo escrito el siguiente capítulo espérenlo pronto ;D También admito peticiones, ya que, SariluSama me ha mandado una buena sugerencia, lamentablemente este es un one-short largo, por lo que no puedo incluir sus sugerencias (además de que lo haría un crossover) pero le prometo un one-short especial para ella ;D ¿alguien más se anima? *Cruza los dedos, desean que no se venga una oleada*
     
  7.  
    miko kagome

    miko kagome Usuario común

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    Re: Galletas

    hola!!
    que bueno que pusiste contiiiiiii
    ya extrañaba leer tu fic n_n
    y cual es el plan del que hablaban Inuyasha, Miroku, Koga y Bankotsu???
    ahh, son muchas dudas e_e
    pero mi parte favorita fue el encuentro de Inuyasha y Kagome ^^
    fue tan gracioso cuando Kagome le da con el bat a Inuyasha jajaja
    ese encuentro que tuvieron, si que fue gracioso
    además ese Inuyasha al fin admite que Kagome le gusta n///n
    Miroku tiene razon es un pedófilo jaja
    pero la pregunta del millon es:
    ¿cual es el favor que le quiere pedir Inuyasha a Kagome?
    espero pongas la conti pronto
    bye n_n
     
  8.  
    Pan-chan

    Pan-chan Fanático

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    Re: Galletas

    Vaya, Inuyasha cada evz se arrepiente menos de sus acciones xD mira que acosar asi a una niña de 15 años no está bien jeje, nunca pense que el sería así. Miroku se me parecio hoy a un mafioso O.o'' con su sonrisa maliciosa y dos mujeres acompañandolo :o solo le faltaba el tabaco.

    Ya me imagino que no actualizaras hasta que abran FFL, estare esperando el prox capitulo.

    Pd: LOOOL con lo de "Banky" xD
     
  9.  
    windmiko

    windmiko This is war

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    Re: Galletas

    Eres mala sempai, ¿cómo te atreves a dejarla hasta ahí? Me quedé con ganas de ver más. Pero pasando al capitulo, el anterior y al igual que éste estuvieron muy bien narrados, y me atrapó por completo la trama de tus historia; pero lo que sí noté fueron comas mal metidas durante la narración, fueron muy pocas, así que no te preocupes, suele suceder.

    Las últimas escenas de que InuYasha quería llegar más allá con Kagome… bueno, no está en su carácter, pero tampoco me puedo quejar por que sí me gustaron. La verdad que las escenas de Miroku me causaron risa, muy adentro de su carácter original. Y más con esta frase:
    X´D, es verdad, si estuviera a un lado mío él de verdad uno se sentiría así (?. La verdad que “los castigos” que se ponían InuYasha y Kagome no eran ningún sacrificio, yo diría que eran premios.
    Saludos sempai, acuérdate de mí quieres D:
     
  10.  
    kagomeG

    kagomeG Usuario común

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    Re: Galletas

    kyyyaaa...!! es un pedofilo.:!! y con ganas..!! dios mio.!! casi me desmallo y mioca casi toca el suelo..!!! fue taann..!!! SOLOS:!!! y lueego reclamandose por lo de chiquilla y mosoca..!! luego la acuesta y gatea PELIGROSAMENTE A ELLA.!! y luego lo del beso a el.. y dije: demonios..!! lemon.!!!
    luego el besandola hasta casi por donde noo..!! y dije: demonios si es un Lemon..!!!
    hay y luego te quedar hast donde le pide el maldito favor..!!! y dije:ooo..!! demonios le va apedir una maldita noche de bodas..!!! dime que noo..!1 (bueno entonces no uviera dicho que hay lemon..!! claro que le va a pedir algo comprometedor) jaja sii es ovio.!!
    hay no te tardes mucho.!
    ademas nos promtiste lemon.! (jaja ya estas aprendiendo.!) hay ukyo.!! diria inuyasha: feh.!, pero lo malo es que en fan fics landia no va a ver permiso para los lemon.!! y luego de que te tardas..!! y mañana ya nos mudamos..!!
    izayoi-sama.!! que vamos a hacer.!!!
    (creo que quieres mas el lemon que yo) ejem.. es que lo prometio es deuda.!!
    tqmm.-!!
    por que mi hermano ya me esta corriendo..!
    sayonara.!

    kagomeG
     
  11.  
    Kourei

    Kourei Acosando a Gray-sama (kagome-chan) ;D

    Tauro
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    Re: Galletas

    ToT *se pone de rodillas* ToT ¿me perdonan? Es que me gusta tanto y me da risa este fic que no me sentí segura de cómo continuarlo, aunque eso quedó en el pasado y me encanta lo que se me ocurrió :D Gracias a mis amables lectoras que me dejaron review y que no me olvidan *se pone sentimental* las quiero tanto, tanto…

    Disfruten más de Inu-pedofilo y la mocosa come-galletas que se meten en un lío simple… Una subasta donde ella debe comprar a Inu para salvarlo de Jakotsu, jujuju. Que lo disfruten, un abrazo enorme y besos galletosos…

    Capitulo 5: “Subasta”

    La música estridente del lugar le ocasionó una migraña colosal, instinto asesino en aumento y las ganas de salir huyendo para nunca volver. No toleraba esos sitios tan concurridos, lo suyo era estudiar, no ir a esos lugares por lo menos hasta dentro de tres años en una fiesta más refinada para su graduación y sólo así sería arrastrada por sus amigas hasta ahí.

    El alcohol le inundaba los sentidos, se embriagaba con el aroma. Con una mueca de asco y repulsión accedió hasta el lugar en el que él solicitó su ayuda, iba a salvarlo y eso le provocaba demasiada risa. Las luces del lugar le daban en el rostro de lleno, necesitaba recordar la razón por la cuál estaba ahí… pensó, pensó y pensó que era aquello que la hizo llegar hasta ahí. —Has venido a ganarlo. —Una voz fría habló y sintió una mano colocarse sobre su hombro. —Recuerda que el idiota ése te pidió un favor y tú, tontamente dijiste que sí.

    —Lo sé. —Suspiró resignada. Los ojos marrones la miraban con burla y calidez, mientras una sonrisa decoraba los labios de rojizo intenso. Kikyou sólo podía ser así de libre con su hermana, cuando nadie las veía. —Andando.


    Entraron al sitio y tomaron asiento. Su hermana a pesar de ser alguien inflexible y severa solía salir a divertirse en los antros, bares y discotecas de la localidad. En esta ocasión estaban asistiendo a una especie de fiesta privada y le permitieron la entrada a la pequeña hermana por ser una de las invitadas estelares por el pervertido de la escuela.

    Al saber esa información la pelinegra mayor no dudó en acompañarla para protegerla, aunque siguiera diciendo que sólo era porque quería ver el espectáculo que preparaban los alumnos varones de la escuela compartida, ese caos que se hacía llamar educacional.

    El salón se apagó de pronto y un grito de mujer se dejó escuchar, después un sonoro golpe y sobre el escenario apareció el joven azulino, con un cachete inflamado y color rojo. Los molestos espectadores bufaron sobre las conocidas mañas de ese tipo, merecía mucho más que una simple cachetada. —Damas y caballeros, la hora de la verdad ha llegado. —Sonrió feliz, tratando de parecer encantador al público, especialmente a una castaña que ladeó el rostro sonrojada y furiosa. Miroku sonrió nerviosamente, necesitaba contentarla para que olvidara el incidente antes de subir. —La subasta de caballeros de la Universidad, a favor de una causa muy noble, esta a punto de empezar.

    — ¡Qué salgan los hombres! —Gritó una fémina alterada.

    — ¡Anda, tengo prisa por llevarlos a mi cama! —El joven sudó frío al pensar en lo que acababa de meter a sus amigos, en fin, se lo merecían por no pagar sus deudas de honor en las cartas.

    — ¡Inuyasha será mío! —El salón enteró calló para ver de donde provenía la voz, incluso la música se detuvo. Todos voltearon a ver quien era el culpable… Sí, era un culpable. La figura de un hombre de aspecto afeminado le sonrió al público que sudó frío. — ¡Hola chicos! —Saludó alegremente a las personas, guiñando un ojo.

    —Bien… creo que todos están muy animados. —Prestaron atención al pelinegro de nuevo, la subasta tan ansiada por las féminas estaba por comenzar. —Esta noche tenemos a todos aquellos que fui capaz de chantajear. —Las personas rieron amenas, si supieran que era la solemne verdad. —No, es en serio…. Ustedes deben conocer mejor que nadie a mi mejor amigo, el terco y obstinado Inuyasha que me debe unas cuantas…

    — ¡Déjalo salir ya!

    —Con calma mis hermosas damas. Primero presentaremos al único hombre que conozco que usa una trenza y ninguna mujer se burla al respecto…—Dio un paso atrás y su mano indicó una de las salidas laterales, donde un hombre de ceño fruncido y un puño cerrado que juraba algún día encontrar el rostro del azulino, aguardaba. —Tenemos al primero de la noche, Ohkawa Bankotsu…—El moreno ingresó por completo y se colocó al frente con una sonrisa forzada. —La cifra inicia en quinientos yenes ¿Quien da más?

    —Quinientos cincuenta yenes

    —Setecientos yenes

    —Novecientos yenes. —El silencio se hizo ante esta última oferta, a pesar de que la mayoría en ese lugar eran gente de dinero y estudiaban por hacer algo, eran tacaños. Miroku frunció el ceño, quería mucho más.

    —Vamos, por favor. Sólo han sido mujeres, también pueden los hombres… ¿No les gustaría humillarlo por alguna que él les haya hecho? Recuerden que es para una noble causa.

    — ¡Mil yenes!

    — ¡Mil quinientos!

    —Tres mil…—Una voz fría que todos reconocieron al instante resonó fuerte y clara. La mujer en efecto era Kikyou Higurashi que sonreía con parsimonia al joven, él tragó duro. Conociéndola no era nada bueno lo que se maquilaba en su mente.

    — ¡Excelente! Tres mil, tres mil a la una… tres mil a las dos… —Nadie dijo nada más, la pelinegra les haría pagar caro si se entrometían en su venganza. Seguro esta vez iba por el intento de seducción del de la trenza, que en una ocasión le causó perder una clase porque se le interpuso en el camino. Kikyou no perdonaba algo así, la perfección con la que se manejaba no se lo permitiría. —Tres mil a las tres… ¡Vendido!

    —No… —Susurró Bankotsu desde su sitio, una chica edecán lo pasó al otro lado del escenario tras bambalinas.


    Las luces de colores rodearon todo hasta su desaparición y volvieron a enfocarse en el presentador de la noche, sonriente con su público mandó besos a las jóvenes de secundaria y escuela superior que suspiraban por él. Mientras en su mesa Kagome observaba temblorosa el perfil maligno de su hermana, no era común verla así. Conocía que bajo esa máscara la mayor sentía alguna clase de cariño, pero jamás lo admitiría si ese hombre seguía como hasta ahora. Coqueto y desobligado, nada que ver con el carácter de seriedad y perfección de ella.

    Kikyou sintió los ojos chocolates de la pequeña sobre sus movimientos y le sonrió para tranquilizarla, no le ayudaba mostrando su faceta vengativa. A su alrededor estaban todos los estudiantes de la escuela conjunta, la más extraña del país por mezclar tantos niveles de educación. Suspiró, de todos los que había ahí Kagome se fijaba en su ex-novio malhumorado, sin embargo era su decisión. Aunque no creía que estuviera tan equivocada, después de todo tenían temperamentos iguales.

    Volvió su vista para ver al siguiente subastado de la noche. Un murmullo de sorpresa se hizo cuando una joven de cabello pelirrojo pasaba al frente y dos chicos tras escenarios miraban con sed de venganza a cualquiera que posara sus ojos de forma morbosa. La reconoció como la prima de Inuyasha y Kouga, Ayame Taishou. Que a pesar de no ser parientes directamente ambos hombres, estaban ligados familiarmente por la chica de apenas catorce años. —Denle un aplauso a nuestra hermosa dama, Ayame Taishou, que llevará la noche a mi lado. —Sonrió angelicalmente, intentando que ignorara la mano que suavemente se desviaba a sus atributos. No contaba con que la pelirroja la intercediera y en un sutil toque la inmovilizara. — ¿Puntos de presión? —Le susurró, ella asintió.

    —Esta noche tenemos a otro joven que en verdad las chicas suspiran por él. Valiente, decidido y sobre todo un sobre protector conmigo. —Risas de las mujeres, bufidos de fastidio masculinos. —Mi adorado primo Kouga Hizuri.

    —Reciban con un fuerte aplauso al segundo subastado de la noche. —Los gritos y alardeos de mujeres le inflaron el ego a tal punto que salió olvidado de todo rencor contra su posiblemente ex-amigo, claro que al finalizar todo ese show. —La cifra comienza en seiscientos yenes. —Algunos gritaron preguntas de porqué más dinero. —Simplemente fue de los más difíciles de arrastrar hasta aquí, intentamos recuperar el dinero de los dos hombres mastodontes que lo cargaron. —Todo el público rió, causando vergüenza al moreno. No era más que la verdad.

    —Bien, seiscientos yenes ¿Quién da más?

    —Yo ofrezco setecientos

    —Mil yenes

    —Mil trescientos

    — ¡Dos mil novecientos! —La voz temida resonó, provocando sudor frío en todo su cuerpo. Jakotsu, de la familia Ohkawa, hermano de Bankotsu y que se supone estaba ahí para comprarlo y salvarle, ofrecía dinero por Kouga. El mismo que saludó a todos al inicio.

    — ¡Tres mil quinientos! —La voz decidida de Ayame impresionó a todos, no sabían que ella también se decidiría a salvar a su primo de las garras del mayor acosador de sus compañeros de Universidad, justo aquellos que subastaban.

    — ¡Cuatro mil! —Jakotsu hizo un mohín de furia y se levantó, golpeando la mesa para darle énfasis a sus palabras.

    — ¡Cinco mil! —Ella no se quedó atrás, le haría la afrenta para salvar a su persona más querida y respetada. Miroku y todos los demás observaban mudos, sin tener el valor de dar otra oferta o reclamar que ella también participara.

    — ¡Seis mil yenes!

    — ¡Seis mil y un yen! —Todos miraron asombrados que la oferta tan sólo se diferencia de un yen. Hubo silencio y una sonrisa de satisfacción de la pelirroja. Un amigo ya subastado, al lado de su hermano le tapaba la boca para que se callara y no desperdiciara el dinero de la familia. —A la una, a las dos, a las tres… ¡es mío! —Lo pronunció tan rápido que cuando él alcanzó a soltarse ya era de Ayame. Le sacó la lengua la jovencita y se pescó del brazo derecho para guiarlo al otro lado del escenario.

    —Lo sé, lo sé… —Exclamó Miroku para atraer la atención. —Eso ni yo lo esperaba pero prometo que no dejaré que ella se los lleve chicas.

    —Ahora con ustedes. —Regresó la joven, y con su mirada verde esmeralda encendida sonrió, especialmente a una chica pelinegra que estaba especialmente ahí para salvar al que quedaba. Kagome se sentía demasiado impaciente. —Mi querido, testarudo, terco, intempestivo, ególatra, y malhumorado primo ¡Inuyasha!

    El joven pasó al frente molesto, pero también algo nervioso. La noche anterior el favor que le había pedido a la pequeña mocosa era ése, salvarlo de la subasta que Miroku hacía a costillas de todos. Sonrió perversamente. Si aquél estúpido supiera que todo en realidad estaba planeado…

    Kikyou compraría a Bankotsu, Ayame a Kouga, Kagome a él, y el dinero que supuestamente le sería entregado para su “Noble causa” jamás se posaría sobre sus manos. Organizó todo sin gastar un centavo, el lugar era del padre de Ohkawa, un salón de fiestas que no tuvo ningún problema en prestar y equiparar como un antro nocturno. Los estudiantes iban aparte, no deseaban que ellos cayeran en las sucias manos del pervertido.

    La supuesta noble causa consistía en recuperar el dinero que apostaron, pero por las trampas que le descubrieron no le entregaron. Ese tipo ahora exigía intereses y los amenazaba con demostrar fotografías de cada quien en una clase de ballet clásico, cuando jóvenes donde los mandaron sus padres como un castigo colectivo. Eso y un video donde recientemente colocaban una pequeña bomba molotov, muy suave y pequeña, en el auto del maestro de una de las Facultades.

    El plan marchaba a la perfección, por eso Bankotsu calló a su hermano para que no siguieran las ofertas. Ambos sabían que ese afeminado era capaz de pagar la cantidad, ingenuamente.

    Recordando la noche anterior, el beso que le robó para hacerla rabiar aún le quemaba los labios. Una mocosa lo hacía extrañarla, esa niñata le obligaba a pensar en ella de una forma poco decente… ¡Se estaba volviendo un pedofilo! Maldijo por lo bajo, antes le confesó que él fue quien le regaló el paquete de galletas y prometió más a cambio de ese favor.

    La azabache se lanzó a sus brazos para abrazarlo, olvidándose de todo enojo o vergüenza. Y haciéndolo a él olvidarse del control o la diferencia de edades, después de todo no tenía la culpa de nacer antes que ella, no es como si lo hubiera decidido o algo así. Tanteó la forma de su cuerpo a través de la tela, descontrolando su calor corporal, no lo soportaría. La obligó a soltarse e iba a regañarla, cuando se contagió del ánimo de sus orbes de canela y todo se le olvidó, ya sólo se despidió y le pidió ir a ese sitio a salvarlo. —La oferta inicia con doscientos yenes, ya que es difícil que alguien lo quiera en su casa…—La voz burlona del azulino lo sacó de sus recuerdos y quiso apuñalarlo.

    —Vamos, sabes bien que mi querido primo será el más peleado de la noche. —Le dirigió una sonrisa cómplice para tranquilizarlo, correspondió recordando la dulce venganza en la que estaban ahora mismo. Y lo mejor era la sorpresa especial que le tenían. — ¿Quién inicia?

    —Doscientos yenes…—Una mujer que lo devoraba con los ojos.

    —Doscientos cincuenta…—Un hombre con cuentas pendientes que sonreía malévolo. El ambarino lo reconoció como uno de los que apaleó después de su captura por intentar pasarse de listo con Kagome.

    —Idiota…—Masculló entre dientes. No veía por ningún lado a su salvadora y eso lo empezaba a exasperar. En cambio trataba de esquivar las miradas lascivas que Jakotsu, quien se decía su fan número uno, le mandaba. —Esa mocosa me las pagará si no llega…

    —Quinientos

    —Mil yenes

    —Dos mil

    —Tres mil

    —Siete mil yenes —Miroku se atragantó en su sitio. Esa conocida voz ofrecía una cantidad extremadamente magnifica, ese era uno de los mejores días en su vida… hasta ahora. El mejor llegaría cuando Sango aceptara salir con él.

    —Ocho mil quinientos…—Otra persona llegó a dar la oferta. Todos observaban atónitos a quien ofrecía tanto. Y quien les ganaba. Entre hombres y mujeres se disputaban al subastado ya fuera por lujuria o por asuntos pendientes. Esa persona no tenía nada que ver.

    —Nueve mil yenes

    —Diez mil

    —Once mil setecientos

    —Doce mil cuatrocientos —La pelea seguía y el pervertido con complejo de monje quería correr a los brazos de ambas personas y besarlas. Definitivamente pronto sería más rico que antes.

    —Quince mil yenes. —La voz fue fuerte, segura y decidida. El silencio reinó y el otro contendiente ya no hablaba.

    —Quince mil a la una, a las dos, a las tres. ¡Vendido! —Ayame intercedió rápido y la subasta fue cerrada, Inuyasha sudaba frío por la persona que acababa de ganar. Nadie podía creer que ganara…

    N/dp: Jajajaja, me inspiré :D Perdón por la tardanza, pero estaba en un bloqueo emocional que se solucionó cuando volví a comer mis galletas ;D Ahora saben quien las regaló fue Inu-hermoso, no Kouga… (Bueno, él regaló las del otro sabor peor a nadie le importa ¿o sí?) Lo sentimos Kouga *Un hombre-lobo a lo lejos agacha la cabeza, mascullando venganza contra un híbrido* ¿Quién compró a Inu? *La autora se come nerviosamente las uñas* No sé ni quien fue, pero cuando me ponga a escribir les prometo que ya decidiré. Originalmente planeé unos seis capis pero me ha quedado largo, el próximo una sorpresita se le viene al monje por aprovechado, jejeje.

    ¿Qué tal con Ayame? Esa si aprovechó que podía adelantar el veredicto, salvando a su primito de las garras de Jakotsu. Les explico, Ayame es prima de Inu y el tío de Ayame es mayor, tiene un hijo y ese es el padre de Kouga. Obviamente no pondría este irrelevante dato en el fic, pero por sí alguien tenía dudas. Y si, los celosos eran ambos primos :D No me desesperen, el lemon viene próximo *Mira a sus lectoras que tienen cara de pervertidas* Pronto Inu-pedofilo y la mocosa come-galletas (según escuché decirle a una de ustedes) dejarán atrás la diferencia de edades que bien poco les importará, jajaja. Con 2,639 palabras (según Word) espero que les guste este capítulo que escribí con todo mi corazón, humor y sobre todo ¡Galletas!
     
  12.  
    kagomeG

    kagomeG Usuario común

    Piscis
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    Re: Galletas

    jajajajajaj hay no paraba de reirme ya me alegraste el dia...!!
    hay iza..!! ya te extrañaba, estuvo buenisismo, nunca se me ocurrio que ese favor fuera ayuda en la suvasta...(aaa... yo pense otra cosa..!) igual yo.. pero bueno...
    esa idea fue genial!
    pobre inuyasha!!! quien demonios fue la o el que gano???
    jaja y luego lo de jakotsu cuando miorku dijo que no solo mujeres.. alli van todos con sus miles de yens... pero con quien si se dio abasto miroku (y por una razon muy de el=.=) con inuyasha... se volvera millonario con el..
    pobresito me lo imagino con cara de... "donde estas mugre mocosa!!???"

    y luego la pelea de ayame... peleando o mas vien salvando a su familia ejemm..
    kagome..!! donde estas???
    (yo reo que se atoro en el baño) jaja XD
    ooo... sii yo fui una de esas que te miro con perversion... bueno ukyo fue la que te miro asi (que QUE??!!)
    BUENO IZA..!! nos vemos y espero NO TE TARDES...!!
    sayonara!!!

    kagomeG
     
  13.  
    maria_pamela

    maria_pamela Entusiasta

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    Re: Galletas

    wow!!!!! q bonito tu ficc realmente me encanta...tiene parte q son muy graciosas y la manera de actuar de inuyasha tb lo es .... pobre kahgome acechada de esa manera buuu no kisiera star en su lugar...a menos q solo se acerq inuyasha =P
    Sigue tu ficc sta muy bueno exitos bye
     
  14.  
    miko kagome

    miko kagome Usuario común

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    Re: Galletas

    que interesante!!!!!
    me quede muy intrigada!!!
    quiero saber quién compro a Inuyasha????
    espero que haya sido Kagome n_n
    y espero ansiosa la sorpresa que le daran a Miroku por aprovechado, jajaja
    lo bueno es que todo estaba arreglado ^^
    espero la contiiiiii
    bye n_n
     
  15.  
    Kai

    Kai Usuario VIP

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    Escritora
    Re: Galletas

    wOW.
    Te juro que no deje de reirme, ¿quien sera? lo humillaran eso es seguro..jajajaja.
    Que triste no pude comentar antes buaaaa.
    Que risa...a la final todo era un plan los pobres iban a ser salvados por las chicas...
    La salvacion llego a Inu o solo fue una jugarreta? no lo sabremos hasta el proximo capi...
    TAN tan tan, jajajaj. Me reire mucho lo juro, me alegraste m,ucho la mañana. jiji
    Matta nee
     
  16.  
    Pan-chan

    Pan-chan Fanático

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    Re: Galletas

    jajaja sin duda este fue el capitulo más gracioso, me dio risa como Jakotsu peleaba con Ayame en la subasta xDxDxD creo que te inspiraste mucho. La forma en que describias las acciones de los personajes me parecio entretenida y sencilla, bastante fácil de imaginar (quiza por eso me dio tanta risa)

    Por cierto, yo no soy pervertida ni nada, pero recuerda que aqui no puede haber lemon (cof cof mandalo al blog de cemzoo cof cof xD) bueno sin mas que decir esperare tu proximo capitulo.
     
  17.  
    dulcekagome

    dulcekagome Entusiasta

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    Re: Galletas

    **//!!!Hola querida amiga izayoi!!!//***
    me encantaron las contis de tu fic!!!!
    jajajaja... me diverti mucho con ellas n.n estaban super llenas de energia
    que mal que me las haya perdido opero no importa por que ahora me he puesto al coriente.
    nu se vale me dejaste intrigada ya que no tengo la mas minima idea de quien dio
    tremenda cantidad O.o
    bueno espero que subas contis prontito!!!!!
    cuidate muxo amiga bexos y abaxos de mi parte atte.dulcekagome

    sayito...
     
  18.  
    Kourei

    Kourei Acosando a Gray-sama (kagome-chan) ;D

    Tauro
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    Galletas
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    Re: Galletas

    Ganadora

    Las miradas de todos los asistentes al evento se concentraron en la persona mencionada, su determinación por comprar al estudiante de ojos ámbares se reflejaba con incandescencia en su mirada. Su posición era la de una mujer defendiendo lo suyo, sus manos que se encontraban sobre la mesa dieron un golpe certero que la tambaleó un poco, sorprendiendo a su hermana mayor.

    La joven prodigio de la que todos buscaban ayuda cada fin de año acababa de ganar la subasta de Inuyasha Taishou, con una suma que muchos aseguraban era incapaz de pagar por su condición de clase media.

    El pelinegro sobre el escenario quedó mudo por instantes, pero se recuperó rápidamente al pensar en la supuesta enorme cantidad que acababa de ganar con la subasta de sus amigos, su “noble causa” estaba salvada. —Bueno… creo que la ganadora es la señorita Kagome Higurashi…

    —Oye pervertido, ¿Qué no se supone que las menores no participan? —Reclamó uno de los invitados con cuentas pendientes.

    — ¡No es justo! —Resonó la misma voz afeminada de Jakotsu, peleando por su derrota y el desacuerdo en la decisión. — ¡Inuyasha tiene que ser mío! —El hermano mayor de la familia le palmeó el hombro, susurrándole algo al oído, por lo que pareció quedar más tranquilo, pero inconforme.
    —No peleen, nunca dije eso…—Nervioso se acomodó el cabello detrás de la oreja y prosiguió. —Bueno, esto es todo por esta noche, muchas gracias por venir a este magno evento en donde mis amigos tan valientemente sacrificaron su libertad por una noble causa.

    Con algunos presentes furiosos, molestos y felices todos pensaron terminado el asunto. Sin embargo todos se sorprendieron al ver al último subastado avanzar hasta el medio del escenario y arrebatar el micrófono al anfitrión de la noche, con una sonrisa muy particular en el rostro.

    Llamando la atención con unos violentos golpes al aparato, el ruido ensordecedor los hizo girar y advertir que algo interesante estaba por ocurrir si veían al Taishou menor con una tétrica expresión. Era por ello que no todos se aventuraban a acercársele, eran sabedores de su carácter fuerte y engreído, además de las pesadas bromas que se gastaban ente esos “amigos” —Que nadie se retire…—Comenzó a decir el ambarino. —Aún tenemos una sorpresa para mi buen amigo, Miroku…

    —N-no es necesario…—Sospechando su pronta muerte intentó retirarse por la escalera lateral, pero Inuyasha hizo alarde de su velocidad al tomarlo por el cuello de la camisa y arrastrarlo literalmente de nuevo al escenario. —En serio, no es necesario…

    —Claro que es necesario. —Ladeó el rostro para observar al público, pidiendo su completo apoyo. — ¿Verdad damas y caballeros? —La audiencia entera lanzó gritos y chiflidos para ser participes de la ocasión tan especial, un casi seguro traumático castigo por obligarlos a ello. Desde un inicio los estudiantes dudaban de la veracidad del evento debido a obvias razones. —Como sabemos bien, tú que eres una gran benefactor hemos decidido que no es justo que sólo nosotros cooperemos con tu “noble causa”

    — ¿¡Qué!? —Los murmullos no se hicieron esperar, anticipando las palabras.

    —Así que…—Posesionando del micrófono realizó acto de presencia uno de los victimados. Kouga también rodeó por los hombros a sus compañeros en la pequeña venganza planeada apenas el día anterior y sonrió con parsimonia. —Miroku, tú también serás subastado…

    —Pero, yo soy el anfitrión…—Buscó la excusa, más no le funcionó. Los dos hombres ampliaron la sonrisa al ver que se les unía el tercer afectado, con un elegante traje recién provisto. Tal y como habían quedado la noche anterior.

    —No hay problema, yo lo seré… de todos modos ya fui subastado.

    La resignación fue lo único que le restó, debió haberlo sabido desde antes. Si en realidad no hacían ningún berrinche, pataleta o algo para impedir en el evento ya sobre el escenario significada un mal augurio, él como una “mente empresarial” tenía el deber de anticipar los problemas aledaños a sus decisiones.

    Lo único bueno de esto era que obtendría más dinero para gastar en una cosa de demasiada importancia para su vida personal, una deuda de póquer. Todos lo sabían y por eso les pidió amablemente el dinero desde un inicio, pero por causas de fuerza mayor se vio obligado a recurrir al chantaje con videos que en realidad ya no tenía, cortesía de una visita femenina en su casa muy sospechosa. —Con este tipo no habrá suma inicial, pueden ofrecer lo que quieran.

    —Yo daré cincuenta yenes por ese pervertido. —La voz fuerte y segura de la mujer fue la única audible para el edificio. En realidad nadie tenía deseos de comprar a un mano larga, y muchos estaban atemorizaos de la castaña que ofrecía una cantidad tan baja por él, cuentas pendientes. —Estoy segura de que nadie más lo quiere ¿Cierto? —Arrogantemente sonrió complacida. La mayoría estaban interesados en ver que castigos le eran aplicados para controlarlo.

    —Sango, tú…—La aludida volteó a verlo, intentando soportar la risa de verlo tan esperanzado. — ¿Me salvarás? —No soportó mucho y soltó la carcajada al igual que todos los presentes, una siniestra mirada fue la respuesta negativa que finalizó la noche del evento.

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    Un mantel, el sitio perfecto, los ingredientes necesarios para la receta; todo parecía perfecto. Desde la cantidad justa de harina, las tazas de medición, el mantel de hule para cubrir la superficie ya desinfectada, el agua y las dos personas responsable de crear algo delicioso con todo aquello: un hombre y una mujer. Más específicamente una casi mujer de quince años, cabellos negros y ondulados, ojos castaños que observaba sonriente al levemente sonrojado hombre con mandil rosa, ojos dorados y cabello recientemente pintado de plata.

    Resumiendo: Inuyasha y Kagome estaban por preparar unas galletas. Las favoritas galletas de caramelo de ambos.

    A pesar de haber sido un favor el comprarlo como esclavo para impedir los malvados planes de Miroku ella ni ninguna de las compradoras habían desaprovechado la oportunidad de un esclavo que hiciera lo que ellas pidieran, cada una tenía una excelente idea para la tortura de sus prisioneros. —Bien…—Se cruzó de brazos e inició un ritmo de leves golpes contra el suelo. — ¿Qué esperas?

    —En realidad… ¿Ni siquiera puedo preguntarle? —El peli-plateado intentó su mejor cara de cachorro abandonado, siempre funcionaba bien con las chicas. Tras unos largos segundos de espera se resignó y suspiró. —Por favor… sólo preguntaré.

    —Nada de vacíos legales. —Recriminó, intensificando el sonido de sus zapateos.

    — ¿A qué te refieres? —Cuestionó haciéndose el inocente, tenía un plan bien pensado para salir de esta situación fácilmente, no por nada era bueno en las leyes. Vivir con un hermano mayor abogado que constantemente usaba trucos para salirse con la suya era una lección importante en la vida.

    —Quieres llamar para preguntar, pero no me has dicho el qué. —Frunció el entrecejo al saber que ella ya sabía de su plan, diablos, lo había olvidado por completo. Kagome era una niña, pero la más lista de todo ese caos llamado escuela. —Lo que quieres es preguntar si tu cocinero puede venir a hacerlas por ti, no te lo permito. —Adoptando la posición de una madre regañando a su hijo de una llegada tarde se aproximó hasta quedar a su altura, o al menos algo parecido. —Pero lo que me das a entender es preguntar como hacerlas, eso es un vacío legal y no me creas idiota.

    —Maldita niñata…—Murmuró entre dientes, la expresión terrorífica de una azabache a punto de asesinarlo lo obligó a ladear el rostro en busca de ayuda, una inexistente al encontrarse solos. —No pensé que me pondrías a hacer esto, era una mocosa malcriada.

    —Fue el mejor castigo que se me ocurrió, ya no me gusta torturar a las personas si no me han hecho nada. —Con una adorable sonrisa que al ambarino el apreció insoportable, colocó un dedo sobre su mentón y se mantuvo pensativa. —Además, tú fuiste el más beneficiado ya que mi hermana, Sango y Ayame sí que abusan de sus esclavos en estos momentos.

    Recordando los hechos pasados, era verdad. La noche anterior cada una había mencionado la forma de usar a su eslavo y ninguna era deseable, prefería estar con Kagome que comprando ropa por montones con Ayame, usar un uniforme de servicio comunitario en una carretera supervisado por Kikyou o ensayar un musical homosexual con Sango. Sólo pensarlo el ponía la carne de gallina.

    Cuando tocó el timbre en la mañana le recibió una muy sonriente Higurashi que ya tenía todo listo para pedir a su sirviente temporal, una tarea que parecía sencilla pero en realidad para alguien como él era demasiado difícil. Él, que jamás había tenido la necesidad de cocinar le estaba siendo requerido que horneara galletas, de caramelo de ser posible y ella lo supervisaría todo. —Después de esto te libero.

    —Eso definitivamente me inspira. —Sonrió arrogante y ella correspondió. No comprendía porque siempre parecía tener esa tonta actitud positiva, y mucho menos porque se sentía tan cohibido con ella, avergonzado. Resistía los deseos de abrazarla enfocando su mente a preparar galletas…—De acuerdo… ¡Lo intentaré!

    :-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:

    N/dp: xD Lo siento, por cuestiones de que me han mandado a comprar un pollo frito al fin del mundo porque se nos acabó el gas y no hay unidades hasta la tarde (¡Maldito servicio, tengo hambre!) se queda aquí xD Bueno, no sufran más que casi puedo asegurar el lemon en el próximo capitulo *se oyen vitoreos y exclamaciones de “¡Por fin!” En FFL no hay lemon, lo siento por la reglas. Les dejaré link a mi blog, en Fanfition no se apuren que si lo hay :D ¡¡Mil gracias por aguantar mi tardanza, las quiero un montón!!
     
  19.  
    Pan-chan

    Pan-chan Fanático

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    Re: Galletas

    Bueno por fin regresas con la conti de este fic. Ya me imaginaba que Kagome había rescatado a Inuyasha, pensé que lo pondría a hacer algo mas dificil o peligroso (teniendo en cuenta su ultima discusion)

    Me dio risa cuando subastaron a Miroku, supuse que Sango sria la unica interesada en comprarlo para sus macabras intenciones XD bueno el chico se lo merece, aunque espero que la relacion de ambos avance un poco.
     
  20.  
    Kai

    Kai Usuario VIP

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    Re: Galletas

    Ahhhh Kyaaaaa
    Linda menos mal que pusiste conti *una turba furiosa se retira de la casa de Iza*
    Al subastar a Miroku fue lo mejor que pudierona hacer...el pbre subastaado y a la final sin dinero jajaja.
    Sip Kagome rescato a Inuyasha...lo rescato de Jakotsu pero no de ella...Yo hago las galletas por Inuyasha, me provocaron comerlas y como aqui no las venden...yo las hago *levanta la mano freneticamente* quiero galletas...siempre termino comiento dulces al leer una conti..jeje.
     
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